Igor Stravinsky (1882-1971) Junto con Bartók, Stravinsky es la figura más importante de la música del siglo XX. Otros compositores inventaron nuevos métodos de composición y trataron de empapar las vías educacionales con sus teorías y prácticas composicionales; pero Stravinsky, a través de su originalidad y brillantez sin igual, dominó todas las tendencias de la música contemporánea; es el maestro de todas. Stravinsky nació en Rusia, hijo de una destacada cantante de opera. De pequeño estudió piano, pero sus padres querían que fuese un jurista, así que entró en la Universidad de San Petersburgo para estudiar jurisprudencia. Durante sus estudios en la Universidad contactó con el gran compositor ruso Rimsky-Korsakov y comenzó a aprender orquestación del maestro. Tras graduarse, en 1905, Stravinsky decidió establecer la composición como su ocupación vital, y comenzó a escribir trabajos de gran escala bajo la continua tutela de Rimsky-Korsakov. En 1909 se encontró con el empresario Sergei Diaghilev, líder del Ballet Ruso, quien le encargó escribir su primera partitura de balled, El pájaro de fuego. La partitura de este trabajo temprano exhibía gran parte de la feroz originalidad y el vigor rítmico que caracterizaría su música. La obra se estrenó en la Ópera de París en 1910 e instantáneamente convirtió a Stravinsky en una celebridad en los círculos musicales. Las dos siguientes obras de Stravinksy para el ballet, Petrouchka (1910-11) y La consagración de la Primavera (1912-13) suenan como la culminación de su trabajo como músico; hay piezas hábilmente trabajadas y misteriosamente poderosas, y resultan más emocionantes por el hecho de haber emanado de la mente del compositor en la primera etapa de su vida. La consagración de la Primavera creó una reacción violenta en su estreno bajo la batuta de Pierre Monteux, nadie había escuchado antes una música que llevase semejante carga de poder primordial, al menos desde Tristán e Isolda, de Wagner. Stravinsky fue criticado por la clase dirigente musical, pero no pareció importarle; su notoriedad era sólo incidental para el respeto y la admiración que tenía. Durante la Primera Guerra Mundial, Stravinsky vivió en Suiza, donde se trabajó en composiciones de menor escala: piezas de cámara, canciones y obras para piano. Entre estos trabajos está La historia del soldado, una obra de escena para conjunto camerístico, actores y un bailarín. También cultivó su carrera como director -la mayoría de las veces dirigiendo interpretaciones de su propia música- y fue de gira por los centros musicales de Europa y América tras acabar la guerra. Eventualmente Stravinsky se estableció en California, donde se nacionalizó americano en 1945. Stravinsky era un compositor de muchos estilos y caras. Sus primeras obras exhiben las influencias de Wagner, Debussy y Rimsky-Korsakov; a medida que progresaba añadía elementos eslavos y rusos a su música, así como ritmos que sólo el componía y comprendía. Figura como el primer compositor para la escena, no sólo por sus ballets, sino también por sus óperas. También se le venera por su música de cámara y su obra maestra en la composición coral, la Sinfonía de los Salmos (1930). Según avanzaba hacia el último período de su vida, adoptó una postura casi neoclásica, se volvió meticuloso, austero, influido por tendencias tan diversas como las técnicas contrapuntísticas del Barroco y el jazz americano. Stravinsky fue un genio del ritmo y la textura musical; como su contemporáneo Pablo Picasso, tuvo un efecto cataclísmico sobre la cultura occidental que se extendió sobre tres generaciones. Su creatividad con la construcción tonal sigue siendo incomparable, y su dominio del ritmo y las tonalidades exóticas convierte su música la experiencia más poderosa, excitante y desconcertante que un oyente puede encontrar.