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ENTREVISTA A DANIEL GRINBANK: ‘CAMBIÉ
LOS CONCIERTOS POR EL TEATRO Y EL CINE’
EL MÍTICO PRODUCTOR E INVENTOR DE LA ROCK & POP ASEGURA QUE HOY
LA RENTABILIDAD ESTÁ EN OTROS RUBROS Y ÉSA ES UNA DE LAS RAZONES
POR LAS QUE NO VUELVE A LAS FM.
Calle Amenábar, Palermo. La productora DG podría pasar desapercibida porque nada
en su exterior es llamativo. Puertas blancas y los policías de seguridad privada, tan
comunes en estos tiempos, que cuidan el ingreso. En el primer piso hay varias oficinas,
en una de ellas nos recibe un Daniel Grinbank vestido de sport cuyo único detalle de
empresario exitoso es el Baume Mercier de oro que usa en la muñeca derecha.
Afuera las fotos de los más grandes del rock: Rolling Stones, Madonna, U2, AC/DC,
Paul Mc Cartney, mezcladas entre los afiches más actuales de Agosto, The Pillowman o
Frankie and Johnny, se jactan desde las paredes de una trayectoria increíble, delatan
la mutación de ser una productora de conciertos, a una de contenidos (cine y TV),
management y producción teatral (¿Cuál es tu gracia?) y el tiempo que pasó en su
vida.
Del joven rockero soñador sin dinero que pegaba afiches e inventaba negocios como el
de emitir bloopers en el Luna Park a ser hoy un jugador muy fuerte en la industria del
entretenimiento.
En 2010 lanza su distribuidora y productora de cine y confirma que compró los
derechos del film de Fernando Trueba El baile de la victoria, con Ricardo Darín, entre
otros filmes.
— ¿Por qué decidiste cambiar de rubro?
— Esencialmente buscando la rentabilidad. De hecho, aunque me dolió no renovar con
Kabul porque creo que era una radio que como ninguna difundía muy buena música
rock y pop, en estos momentos es muy difícil sostener una emisora de estas
características con la baja de las pautas publicitarias y si se pauta será para el Mundial
de fútbol.A eso hay que sumarle que, tal como está la nueva Ley de Medios, hay que
programar un 30% de música nacional, de modo que Kabul no es viable. Y mirá que la
radio es un área donde disfruto. Este 23 de enero se cumplen 25 años de que empecé
con la Rock & Pop.
— ¿Qué pensás que modificó la Rock & Pop en aquel momento?
— La Rock & Pop modificó para siempre a las FM, que en ese tiempo no existían como
medios sino que eran una apéndice de las AM. Entonces fue un desafío, una gran
satisfacción...
— ¿Cómo lo ves a Mario Pergolini? Digo, mirando para atrás, desde que empezaron al
hoy empresario y conductor líder.
— Mario ha crecido en forma espectacular en lo que a él le gusta, que es lo
tecnológico. Casualmente hace poco nos encontramos en un avión y estuvimos
hablando y venía de comprar licencias afuera. Me parece que Mario está en la historia
grande de la radio, con más de 20 años de vigencia manteniendo un liderazgo, lo
puedo poner en la categoría de Héctor Larrea, Antonio Carrizo, Hugo Guerrero
Marthineitz, o Cacho Fontana.
— ¿Y la Vernacci…?
— Lalo (Mir) y (Elizabeth) Vernacci son anteriores…
— Había muy pocas mujeres en radio...
— Nada. Pero Lalo y Elizabeth antes de Rock & Pop tenían su programa en Radio Del
Plata y ya eran fuertes.
— ¿Tenés los mismos límites éticos que cuando eras joven?
— Sí. Yo creo que las banderas, afortunadamente jamás las abandoné. Eso no quiere
decir que los Rolling Stones en el ’95 fueran a ver a Menem o que U2 haya ido a ver a
Kirchner, pero yo jamás golpeé la puerta para que un artista vaya a visitar a ningún
gobierno.
— ¿Le pediste algún favor a un presidente?
— Nunca pedí nada. Es más, a veces pediría que me deje de presionar tanto la AFIP
(se ríe). No, nunca pedí nada y siempre me sentí incómodo en esta situación…
— Estás en la foto con Menem…
— Sí, estaba en la foto, casualmente en el año ’95... Menem es un presidente que no
me gusta, hice campañas contra Menem públicamente. Pero es un presidente electo,
democrático en Argentina con una banda que fue invitada a través de su embajada, la
inglesa, que son los Rolling Stones.
— ¿La ponés en tu escritorio esa foto?
— En mi escritorio no tengo fotos, pero si la tengo que poner…
— ¿Y la que tenés con U2 y los Kirchner…?
— También la pondría. Kirchner me cae absolutamente mucho mejor que Menem.
Coinciden mucho más los valores que tengo, más allá de algunas discrepancias.
— ¿Con quién no te sentarías en una mesa?
— Con ninguno de los dictadores que tuvimos en este país, con los violadores de los
derechos humanos sean con poderes o no. No me sentaría con muchísima gente. No
soy un tipo cholulo. El otro día Andrea estaba viendo fotos mías y me dice “mirá todas
las fotos que tenés con Paul Mc Cartney” y vos pensás que pedía que me saquen
tantas fotos y decía que no y eso que Paul es uno de los más grandes de la historia.
Del rock duro al arte de actuar.
En el área de representación, dirige las carreras de Ernestina Pais, con quien acaba de
acordar su pase a la FM Metro para conducir la primera mañana y renovó su contrato
para Caiga quien caiga en 2010, su mujer Andrea Pietra, Mariana Fabbiani, Martín
Piroyansky, Sabrina Garciarena, Valeria Bertuccelli, Vanesa González y la guionista
Marta Betoldi, con quien tiene dos proyectos televisivos para producir; y además sigue
como asesor de Time for Fun por el que cobra sueldo y ejerce funciones como viajar
hasta Irlanda para contactar al mánager de U2, pero por 4 años está inhibido de
producir conciertos con grupos internacionales.
Ante la pregunta sobre qué se imagina que piensa la gente de él, responde: “Habrá
gente que opina muy bien y otra que opina muy mal”.
— ¿Qué crées que influye en los que piensan mal?
— Quizás puede ser la famosa historia de los tapizados de los autos de Charly García
que decían que estaban hechos con la piel de los músicos, la fantasía de que me metí
en el fútbol para sacar plata cuando yo tengo en claro lo que perdí con
Independiente...
— Y la denuncia sobre lavado de dinero después de haber trabajado con el grupo
mexicano.
— Trabajé dos años. Te voy a decir un solo argumento, que cuando vi algo que no era
correcto y tuve la prueba correspondiente, porque no es una cuestión de presumir, lo
denuncié en la Justicia, que se dedicó a investigar. Nunca firmé nada incorrecto y
después me salí de esa historia. Es más, cuando vendí mi empresa al grupo mexicano
que ahora maneja Rock & Pop, habilité a 23 personas en esa venta. Porque creo que
cuando uno llega a cierta posición no lo hace solo, sino con un grupo de trabajo. Es
una obligación de filosofía de vida, creo que la buena distribución de la riqueza salva al
capitalismo.
— Ahora te dedicás al teatro, ¿es un negocio diferente a los que hiciste hasta acá?
— Sí, claro. Y lo disfruto. El 20 de enero vuelve Agosto, y ya pienso en estrenar otra
obra de Neil Labute, Reason to be pretty, dirigida por Daniel Veronese; El teniente de
Inihsmore, a cargo de Claudio Tocachir; Todos eran mis hijos, el clásico de Arthur
Miller, y a finales de año voy a hacer por fin el musical Chicago.
— De trabajar con músicos a actores y actrices, ¿hay diferencias?
— Soy un tipo que no le gustan las generalizaciones. Cuando trato de formar un elenco
artístico como el de The Pillowman, o Agosto, me fijo no sólo en el talento sino que
sean seres humanos con los que pueda ir a dialogar al camarín o a cenar después de
una función. Antes de comprar las obras yo viajo, las veo, compro el libro, voy
trabajando en este caso como siguiendo la adaptación de Agosto que hicieron
Mercedes Morán y Fidel Slavo de cerca. La obra se ensayó acá en el primer piso con lo
cual fui viendo crecer la criatura. Y la verdad que cuando debutó sentí un orgullo
tremendo de lo que habíamos producido porque sentía estábamos un producto
superior a lo que habíamos comprado.
— ¿A Florencia Peña no la representás más?
— Florencia Peña hace un año que no trabaja más pese de haber producido Frankie
and Johnny y Sweet Charity en su momento. Nosotros no somos representantes,
somos mánagers y hay diferencias. Cuando coincidís con el artista para donde querés
ir en la carrera, tenemos que estar juntos y si no no. Te puedo decir bien claro que
Florencia Peña tiene mucho más derecho de definir cómo seguir su carrera que yo.
— Hablando de “Sweet Charity”, ¿comprar un éxito de afuera te garantiza algo?
— (Piensa) Yo te diría que si analizás este año los grandes musicales que vinieron de
afuera no han sido rentables como el El fantasma de la ópera, El joven Frankenstein...
— Le fue bien a “El fantasma”...
— Recaudó mucho y fue mucha gente, lo que pasa es que uno tiene costos en dólares.
Al Fantasma lo traje yo hace más de diez años cuando estaba en CIE, por lo tanto, lo
conozco de memoria. Vos tenés un costo semanal de alquiler de escenografía,
reposiciones, vestuario y para moverlo, si tenés 40 personas en escena, tenés 40 en el
backstage. Por eso, aun con un precio bastante elevado para lo que es el bolsillo de un
ciudadano medio se hace difícil que sean rentables. Son desafíos...
— ¿Ganabas mucho más con los conciertos?
— (Piensa) AC/DC, Rolling, eran de la época del uno a uno y hace 15 años, con lo cual
no te podría decir... Teníamos conciertos todos los fines de semana en paralelo con
Luna Park u Obras o Vélez o River. Por lo cual me es difícil, me acuerdo de los grandes
éxitos y fracasos.
— ¿Y los Rolling?
— ¿Sabés?, la parte económica es un factor de felicidad, pero el hecho de haber
sentido que traía a los Rolling Stones, para un productor y un productor que viene de
la escuela del rock, era un sueño. En la parte de lo económico fue un excelente
negocio, no te puedo decir exactamente, pero yo supongo que fueron un par de
millones de dólares...
Canción con todos.
Hay que reconocerle muchos méritos a Daniel Grinbank. Entre ellos, haber sido parte
fundamental en el desarrollo del rock nacional. Fue el productor de Charly García, Los
Abuelos de la Nada, Los Twist, Celeste Carballo, Nito Mestre, el álbum debut de
(Andrés) Calamaro, La Torre con Patricia Sosa, los recitales del regreso de Mercedes
Sosa en el Opera, más las giras y la película.
— ¿Por qué fue que cambiaste el rumbo y dejaste el rock nacional?
— Fue así. Cuando nace mi hijo Federico en el ’85, tengo claro que carecía de
paciencia, por decirlo de alguna manera, para el trabajo de management, que sí tenía
para el trabajo de productor. ¿Cuál es la diferencia entre management y productor? Es
que el management era un full time permanente, en cambio productor de traer bandas
estaba acotado a un evento y hasta podía manejar mis tiempos de cuando producía y
cuando no. Si tenía tres meses de no producir podía ir a cualquier lado o no quería
trabajar, y con el management no tenés esa independencia. Cuando tome esa
determinación y cerré mi productora fue ahí cuando hubo un corte con todos ellos
desde lo comercial y la relación estaba bastante ligado a eso.
— ¿Cómo viste el regreso de Charly?
— Yo digo que fue muy difícil haber sido Charly García en la República Argentina. Es
una sociedad muy conservadora, un tipo con una creatividad infinita, donde planteó
cambios que excedían lo musical que llegaban a lo cultural, y me parece que es un
alma sensible, padeció mucho y me parece que toda recuperación que tiene algo que
ver con la vida se tiene que anteponer el ser humano antes que el músico, y en esta
instancia me parece valido y positiva.
— ¿Y la estrategia comercial?
— El primer afiche me pareció bueno, vuelve el más grande, nada más.
— ¿Te imaginás distinto dentro de diez años?
— No, muy parecido al de ahora. La verdad es que siento que voy a seguir estando
activo, disfrutando de la vida. Le dedico mucho tiempo a mi ocio, a mi mujer, a mi hijo,
ir de vacaciones, ver cosas que me gustan por fuera del negocio, leer. Trato cada vez
más de leer guiones u obras y por eso es muy difícil marcar dónde empiezo y dónde
termino. Soy un apasionado del trabajo y del ocio. Combino las dos cosas.
Sentencia para tener en cuenta
En 1995, Grinbank trajo por primera vez a la Argentina a los Rolling Stones que dieron
cinco conciertos en River del show Voodoo Lounge. Hace días le llegó la resolución
judicial que falla en su contra y que podría sentar precedente para las productoras de
este tipo de espectáculos.
— Con mi empresa acabamos de perder un juicio por 250 mil dólares en un fallo
absurdo. Fue a raíz de una pelea, un enfrentamiento entre dos patotas donde hubo un
detenido, y que murió un chico, un día antes de la venta previa del concierto de los
Rolling. El juez dictaminó que el productor es el responsable de todo y aún de lo que
pasa a ocho cuadras del estadio, y un día antes de ponerse en venta las entradas. Te
estoy hablando de aquel recital de Los Rolling Stones y acabo de pagar 250 mil dólares
catorce años después.
Respecto del negocio actual de los conciertos con tantas visitas internacionales, dice
que se da en el marco de giras internacionales que incluyen “Brasil, Chile, Argentina, y
llegan después de haber agotado EE.UU., Europa, Japón y Australia. Acomodan su
cachet a estos mercados, y tienen un plus que son los sponsors”.
— ¿No tiene que ver también la piratería y la recesión de la industria discográfica?
— Sí, está dañada seriamente, te diría de forma terminal y está pasando lo mismo con
la cinematográfica. Estuve hace unos días en Nueva York y todas las viejas disquerías
como Virgin, están cerradas. Cada vez que iba me encantaba recorrerlas y comprarme
todo, porque sigo gozando de tener la pared llena de discos de vinilo. Pero, son estos
tiempos, distintos.
Por Marita Otero
Fuente: Perfil
Más información: www.perfil.com
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