ME VOY ENAMORANDO CAPÌTULO I 12 DE

Anuncio
ME VOY ENAMORANDO
« Los fascistas del futuro se llamarán así mismos antifascistas »
W.Churchill.
CAPÌTULO I
12 DE FEBRERO DE 2014
Vecino: ¡Feliz día de la Juventud!
¡Bah! ¿Y a mí qué?
Voy por una empanada de carne mechada con un poco de salsa de ajo y un delicioso y
frío jugo de parchita.
Aquí vamos, otro día normal, rutinario.
Voy a llegar tarde a la oficina, como siempre.
Soy soltero, tengo 24 años, siempre estoy caliente.
Abro la Aplicación del celular para conocer chicos: “Grindr”:
Chico lindo de Grindr: Hola, ¿cómo estás?
Yo: Hola.
Yo en mi mente: Que nervios…
Chico lindo de Grindr: ¿Cómo te llamas? ¿Qué edad tienes?
Yo: Rafael. 23 años de edad. Signo Leo.
Chico lindo de Grindr: ¿Dónde vives?
Yo: En Caracas, Venezuela. Una habitación rentada.
Chico lindo de Grindr: ¿Zona?
Yo: Primera transversal de los Palos Grandes, justo a una cuadra de la Plaza Altamira.
¿Quieres vernos hoy?
Chico lindo de Grindr: Quizás. ¿A qué te dedicas?
Yo: Trabajo para el Gobierno.
USTED HA SIDO BLOQUEADO.
Yo en mi mente: Que idiota. Esto es el colmo.
Yo soy el más rebotado.
Ni que todos los funcionarios públicos fuésemos maduristas.
Chavista sí era pero ya hace tiempo que me salí.
La verdad ODIO trabajar para este Gobierno, pero necesito este trabajo, tampoco es que
haya de sobra por allí.
Y si supieras que no soy tan feo. Un poquito escuálido sí.
ODIO mi franela roja.
No confió en Nicolás Maduro. No creo que sea un bruto ¡Para nada! Este país se
gobierna a punta de pan y circo, por eso el parapeto del payaso. Calígula.
Solo es otro borracho más con poder. ¿Quién no quiere estar sentado allí? ¿Tu? ¿No te
sientes seducido por el poder? Bueno el sí, y lo tiene. Inexplicablemente siguen ganando
las elecciones.
¿Hasta cuándo Venezuela? Mientras más te golpean más te enamoras.
¡Respira! hondo y profundo.
Maduro ganó. Con trampa o sin trampa él es el que manda y a mí me pagan por
obedecer.
Afortunadamente no todos son tan sumisos y cobardes como yo, que solo protesto por
twitter. La oposición de Venezuela es pasiva. Aunque si se consigue uno que otro activo
por ahí. En Táchira sobre todo.
En los últimos días un grupo estudiantil de la Universidad de los Andes ha estado
protestando.
Están exigiendo más seguridad pues intentaron violar a una estudiante, bueno a otra,
aquí eso ya no es sorpresa. Ni que te maten, te roben o te secuestren. En cualquier parte.
Y nadie va preso. Eso ya es parte de la rutina.
Por eso es que yo no protesto. No sirve para nada. Nada cambia nunca, todo empeora
siempre. Con o sin protesta. Y esa botella de ron que tengo guardada en la casa no se
va a terminar sola.
Mi teléfono suena. Alguien me extraña.
Yo: ¿Alo? ¿Tina?
Tina: ¡Hola Rafa!
Yo en mi mente: Tina es mi mejor amiga. Ella es una mezcla de flores, nubes y estopa.
Podría apostar a que se masturba leyendo Rayuela.
Tina: ¿Vas a la marcha?
Yo: ¿Otra?
Tina: Esta es diferente, la convoca el movimiento estudiantil. Es a nivel nacional y hoy
es el día de la Juventud.
Yo: ¡Ay sí! lo dices como si a los venezolanos nos importaran los días patrios. Además,
no puedo darme el lujo de arriesgar mi trabajo.
Tina: Ya en las protestas de San Cristóbal se han llevado algunos estudiantes presos.
Yo: De paso. Yo mejor me voy a mi casa. Por si acaso.
…
El día transcurre como de rutina.
En twitter dicen que la marcha ha sido gigantesca. Quizás si debí ir. Tina debe estar sola.
Twitter de NTN24: Miembro de la policía asesina a estudiante durante protesta
estudiantil en Caracas, Venezuela. Bassil Da Costa.
La Televisión nacional no dice nada. Solo un canal de televisión colombiano parece estar
mostrando lo que sucede: NTN24.
Veo cientos de personas corriendo de un lado a otro.
El pánico debe ser una locura. Aquí vivimos con miedo siempre, no quiero imaginarme
el susto que tendría si al marchar comienzo a escuchar disparos. Vaya, un estudiante
muerto. Ya comenzaron.
8:40pm
Tina aun no me contesta.
Por la ventana solo veo motos. Tanto militares como los grupos de motorizados radicales
del gobierno, los famosos colectivos.
Yo: ¿Alo?
Tina: ¡Mataron a otro muchacho! ¡Cerca de tú casa! ¡No salgas!
Yo: ¿Que está pasando?
Tina: ¡Continúan las protestas! ¡La gente está ARRECHA! Los colectivos asesinaron a
otro estudiante. Robert Redman.
Yo: en la tv no dicen nada.
Tina: ¡Se llevaron a un grupo de estudiantes presos!
Yo: ¿por qué? Que estaban haciendo.
Tina: ¡Nada! ¡Fue a los primeros que vieron!
Yo: ¡Mañana vamos a marchar!
CAPITULO 2
13 DE FEBRERO 2014
3:00pm Hay como 20 estudiantes.
4:00pm Hay como 200 estudiantes.
5:00pm Hay más de 2000 estudiantes. Contándonos a Tina y a mí también.
Estamos en la Plaza Altamira.
Estoy molesto y triste a la vez, pero a la vez con cierto entusiasmo. No esperaba esta
reacción de la gente. ¿Ahora qué hacemos?
6:00pm
Caminamos sin rumbo.
Esto es bastante espontaneo. Por no decir desorganizado. Nadie sabe ni para donde
vamos, ni que vamos a hacer, pero seguimos caminando.
Los vecinos no se pierden un chisme y se asoman por sus ventanas, al ser seducidos
por nuestra algarabía deciden bajar y ¡se suman a nosotros!
Aquí hay banderas, tambores y pancartas. No tenemos miedo dice una de ellas. Yo si…
Tina: ¡Allá esta Luismi!
Luismi es un buen amigo. Es nerd y al mismo tiempo pila. Muy bueno en los Modelos de
Naciones Unidas. Guapo pero heterosexual.
Va acompañado de una gorda con cara de ser cervecera. Se llama Mary. También son
funcionarios públicos. Y ahora que lo pienso bien trabajar dentro de la cueva del lobo
quizás no resulte tan negativo pues no tiene sentido convencer a los que ya están
convencidos.
7:00pm
¿Y ahora?, ¿qué hacemos?
Al menos tenemos trancada toda la avenida Francisco de Miranda.
Todos gritan algo diferente.
Si a una pareja le cuesta ponerse de acuerdo, imagínate a cientos de personas.
Un muchacho bien feo nos convoca a seguir caminando. Dice que si vamos a la autopista
causaremos un mayor caos vial.
Otro menos feo le responde que ya se está oscureciendo y podría resultar muy
arriesgado.
Unos caminan para acá, otros para allá.
Mary: Quiero que los militares vengan. ¡Que se enfrenten a nosotros!
Yo: Yo tampoco le temo a los militares. A los colectivos armados sí.
Mary: Aquí tiene que haber personas armadas también. No puedes poner la otra mejilla
si te están disparando.
Luismi: Todo está en la organización. ¡Hay que hacer un plan! Impedir el acceso de
motos a toda costa.
Mary: Aquí puede haber infiltrados del gobierno.
Luismi: Y como diferencias a un opositor de un oficialista. Todos somos exactamente
iguales.
Mary: ¿y entonces que hacemos?
Luismi: ¡pues seguir el plan!
Yo: ¿pero cuál? ¡Hay muchos!
Un gordo dice que no debemos movemos de aquí más nunca. Tomar esta calle y hacer
vigilias.
Unas chicas muy lindas dicen que es mejor si nos vamos todos a casa a descansar y
mañana continuar la protesta con más energía.
Yo: Tengo hambre.
Tina: Pues te aguantas, yo tengo una hora haciéndome pipi.
No puedo subir fotos ni informar nada en las redes sociales. El gobierno tumba la señal.
Los vecinos deberían dejar sus redes wifi abiertas.
9:00pm
Me duelen los pies. Toda la noche ha sido caminar de un lado a otro. Es emocionante
pero también me aburro.
No se puede estar todo el día y toda la noche gritando. Y sigue sin haber un plan.
Somos cientos de chismosos hablando mal del Gobierno. Aunque al menos estamos
“haciendo algo” al respecto.
Busco caras conocidas, me relaciono con personas nuevas, escucho muchos
testimonios y diferentes perspectivas. También me buceo a uno que otro papi, hay
muchos.
Por allá comenzaron a gritar. Dicen que vienen los colectivos. Pero luego resulta que no
son ningunos colectivos y vuelve la calma. Esto nos ha pasado toda la noche.
Un grupo de seis personas comenzaron a sacar las alcantarillas de la calle, o atravesar
objetos en ella. Otros arman barricadas. Así al menos nos sentiremos más seguros. Hay
unos intensos que las prenden en fuego, cinco minutos después se consume
completamente y la tienen que volver a armar. Al menos me sirven para prender mis
cigarros, deje el encendedor en la casa.
Gracias a Dios que unas señoras trajeron arepas. Otras aguan.
Me pregunto si Tina habrá orinado. No sé cómo hacen las mujeres pero siempre
aguantan.
Ya estoy cansado. Tanto humo me tiene mareado. Estoy solo en medio de la calle,
rodeado de gente desconocida a altas horas de la noche en la ciudad más peligrosa del
mundo protestando en contra de un régimen dictatorial. Vaya.
Creo que mejor busco a mis amigos.
Allí fue cuando lo vi. Está hablando con Tina.
Que sonrisa tan bonita.
¿Será gay?
Dicen que los homosexuales tenemos un radar gay, “el gaydar”. Es un sexto sentido que
nos dice cuando un hombre es gay o no. Pero creo que el mío vino dañado. Siempre me
enamoro de hombres heterosexuales.
Tina: lo vi primero y no es gay.
Yo: ¿cómo lo sabes?
Ni Tina ni yo hemos sido correspondidos en el amor. Eternos solteros esperando a ser
topados por casualidad con nuestro príncipe azul.
Nunca llega nadie salvo uno que otro bobo del teatro bar.
¿Sera él? No luce como un príncipe azul, sino como alguien real.
Esto podría ser el inicio de una hermosa historia de amor, ¿pero para quién?
Yo: Mucho gusto. Rafael.
…
Yo en mi mente: Cálmate, péinate. No te emociones.
Conversamos un rato pero nada del otro mundo.
Si tiene algo… Me gusta.
11:00pm
Tina, Luismi y Mary deben irse a casa.
Joz: Nos quedamos solos tú y yo.
Yo: así parece.
Joz: ¿Cuál es el plan?
Yo: Y yo que sé, estoy esperando que venga algún líder opositor.
Joz: Nadie va a aparecer. Somos un experimento social.
Yo: ¿carne de cañón?
Joz: No. Yo no estoy vengo aquí porque algún líder me mandó a hacerlo, mucho menos
un partido.
Ahora me siento estúpido.
Joz: estoy obstinado de vivir de esta forma, hacer colas y colas para comprar comida.
Con la leche me rendí. En este país es más fácil conseguir una pistola que un litro de
leche. Es necesario que esto suceda: aprender a organizarnos, debatir entre nosotros
mismos en la calle. No podemos seguir siendo borregos de lo que nos digan los mismos
de siempre, de lado y lado.
Touche.
Y así sucedió. Las personas comenzaron a agruparse en círculos y emprendieron líderes
comunitarios, unos aportan ideas, otros faranduleros buscan protagonismo.
Eventualmente Joz se me extravió.
Hay un círculo de personas debatiendo, o discutiendo, no se la diferencia.
Una chica morena que explica por qué debemos continuar la protesta de forma
estrictamente pacífica. No caer en el juego del Gobierno de querer incriminarnos en actos
vandálicos y así poder llevarnos presos a todos. ¡Ya lo han hecho antes! ¡Muchas
revoluciones se han logrado sin violencia! dice.
Rápidamente un chico alzado la interrumpe:
Alzado: Dices que tenemos que hacer lo mismo de siempre, ósea: nada. Caminar y
caminar sin que pase nada. ¡Entiéndelo! ¡Esto es una dictadura! ¡Ya estamos peor que
Cuba! ¡Allá no matan a las personas por robar un celular! Las muertes por motivo de
inseguridad en este país son equiparables a las de un genocidio. Lo que está sucediendo
en Venezuela es un genocidio. Eso no es ningún chiste.
¡Allá esta Joz! Junto con el tercer grupo.
Esta de espalda. Firme como un militar.
En este grupo, hay un viejo copeyano hablando de estrategias de golpe de estado. Suena
como un jugador de dominó cuando ya está borracho. Nos insta a sabotear las
Instituciones Públicas. Dice que él sabe más que nosotros por viejo y por diablo.
La morena le replica.
Morena: Los golpes de estado lo dan los militares. ¡Hay que salir de este gobierno por
la vía pacífica!
Yo por acá no veo ninguno. No confió en los militares.
El jugador de domino borracho comienza a reírse.
Y el último grupo que logré escuchar es de hippies. No están hablando sino cantando.
Yo estoy de acuerdo con todos. Son puntos de vista diferentes y muy válidos. Pero eso
es igual a estar de acuerdo con ninguno.
Al menos todos estamos de acuerdo en el fin: un mejor país.
La pregunta del millardito de bolívares es el ¿cómo?
CAPITULO 3
14 de Febrero de 2014
Quiero volver a verlo.
Lo necesito.
2:00pm
En mi trabajo fuimos desalojados. Las altas esferas están asustadas. ¡La plaza Altamira
esta full carajo!
En todo el país hubo un efecto dominó. Seguimos el ejemplo que Táchira dio.
Ellos tienen dinero, armas y poder. Nosotros tenemos la razón. Estamos del lado correcto
de la historia.
¡Ya llegó!
Joz: ¡Vamos! ¡La marcha ya comenzó!
Miles de jóvenes de todas las universidades del país salimos a despedir al presidente
ilegitimo de este país.
Se alzan las banderas, se soplan los pitos, cunde la algarabía. Estamos fuera de la sede
de la OEA. Como si ellos fuesen a hacer algo por nosotros.
El plan es de hoy es “hacer un plan”
Discutir ideas, debatir y organizarnos.
Hay una tarima donde distintos líderes estudiantiles exponen su opinión. Unos gritan
más, otros gritan menos. La lista de oradores es larga.
Joz: ¡Vámonos de aquí!
Yo: ¿A dónde?
Joz: ¡A trancar la autopista!
Tina: Nosotros solos no podemos trancar una autopista.
Joz: No lo haremos solos.
Unos 400 estudiantes se dirigen a la autopista. Los oradores dicen que regresemos, que
nos quedemos escuchando a la asamblea popular.
Nosotros queremos actuar.
La autopista Francisco Fajardo atraviesa Caracas por la mitad.
Luismi y Mary nos acompañan, se trajeron a una adolecente punketa, se llama Verónica.
Yo: A mí me daría mucho miedo que mi hermana participe en estos eventos, no sabemos
a qué atenernos.
Luismi: Yo le dije que se quedara en casa ¡Esto es muy peligroso!
Verónica: Hermano, entiéndeme, no estamos protestando por tener un mejor futuro
¡esto se trata de tener un futuro!
Nos unimos al grupo grande de personas.
No somos los únicos. Detrás de nosotros viene un rio de rebeldes que nos sigue.
A medida que subimos por el elevado se van dejando objetos que obstaculicen las
entradas. Palos, cajas o basura. Todo sirve.
Vamos como ovejos al matadero, pero no a morir, sino a gritarle al verdugo que esta
despedido. Venezuela no puede ser un matadero ¡no más!
Tina: ¿A qué te dedicas?
Joz: Soy ingeniero ¿y tú?
Les daré un tiempo a solas.
4:20pm.
Tenemos trancada la autopista.
Esperamos algún espontaneo a quien seguir. Ningún líder político se ha apersonado aun.
A la derecha nos encontramos con la base militar aérea de la Carlota, un complejo militar
gigantesco, lleno de tanquetas rusas, aviones rusos y armas rusas. A izquierda una
pared gigante. Al frente: militares.
Tanto el Gobierno de Chávez como el de Maduro han gastado millones de millones de
millones de dólares en armamento militar. Y siguen llegando. Y siguen gastando.
Somos una base militar Rusa en occidente.
¿Cuántos hospitales se podrían haber construido con ese dinero? ¿Cuántas casas se
hubiesen hecho? ¡Pudimos haberlo invertido!
¿Dónde para ese dinero?
O quizás estoy equivocado y las armas son para uso exclusivo en contra de nosotros.
La verdadera guerra la vivimos día a día todos los venezolanos en la calle.
Nos graban con cámaras de video.
Dentro de la base militar comienzan a movilizar las tanquetas.
Y yo sin un palo de escoba.
Sé que tenemos derecho a protestar, pues lo consagra nuestra Constitución Nacional.
Me pregunto si es también es un deber.
¿Dónde está Joz? y ¿Tina?, ¿Dónde están todos?
Aparentemente el extraviado soy yo.
Muchas personas tienen el rostro tapado. Unos con pañoletas, otros con máscaras de V
de vendetta. Sera difícil encontrarlos.
Han llegado cientos de motos. Podemos estar rodeados por colectivos y no saberlo.
Las tanquetas se posicionan para atacar. Todos corren como locos.
La Guardia Nacional no perdió tiempo y comenzó a disparar bombas lacrimógenas.
Chorros de agua. Cunde el pánico. ¿Y ahora quien podrá defendernos?
Solo un muchacho se quedó frente a las tanquetas siendo chorreado por el agua a
presión.
Yo corro.
Me ahogo.
La cara me arde.
Sigo corriendo.
Estoy desorientado.
No puedo respirar. Tampoco puedo tragar.
La marea de gente me mueve. No veo nada. Solo me dejo llevar.
Quiero dejarme caer, pero me da miedo morirme aplastado como un pendejo. No
aguanto más.
Antes de caer, me abrazan.
Dos dedos babosos entran en mi nariz, hasta el fondo.
Al abrir los ojos veo a Joz, es él quien está metiendo sus dedos en mi nariz. Huele a
menta, como a crema dental.
Quien me abraza es Tina. Me tiene tomado por un brazo y por el otro lo agarra a él. Ya
puedo respirar mejor.
Los militares siguen disparando más y más bombas lacrimógenas. La ballena nos
persigue con sus chorros de agua, y detrás de ella, cientos de motorizados que vienen
por nosotros. ¡Corran por sus vidas!
Parecemos un maratón.
¡BUM!
¡BUM!
¡BUM!
¡BUM!
Tina intenta auxiliar a los ahogados en el camino. Les inserta los dedos con crema dental
en la nariz como me hizo Joz a mí. Otros rocían vinagre en pañoletas y se las colocan
en el rostro para poder respirar.
¡Allí hay una! A pocos metros de mí, en el suelo. La necesito.
Intento agacharme mientras corro pero puedo tropezarme, todos están empujando como
locos.
Maldición. No la pude coger.
Joz viene detrás de mí.
Joz: ¡Corran hacia la Plaza Altamira!
¡BUM!
¡BUM!
¡BUM!
¡BUM!
Entramos en mi edificio, las tanquetas ya están muy cerca de la Plaza así que subimos
rápidamente hasta la sotea.
Se ve hermosa la ciudad desde aquí. A lo lejos veo el Ávila, los barrios, edificios y mi
UCV. Al frente se ve completita la Plaza Altamira.
Verónica: ¡Miren! ¡Los militares están llevándose más personas presas!
Mary: ¡Hay que hacer algo!
Joz: ¡Cojan todo lo que haga ruido!
Yo: ¡voy por unas ollas!
Joz: ¡Eso es! ¡Hagamos un cacerolazo!
¡Auxilio! ¡Vecinos!
¡Saquen todas sus cacerolas!
¡Ayuda!
¡Hay estudiantes abajo!
¡La Guardia Nacional se los lleva presos!
¡Nos están matando!
¡Despierten!
Se comportan como unas ratas. A todo el que agarran lo golpean.
Pudiste ser tú, pude ser yo, pudo ser Joz.
Joz: Esto no funciona ¡tenemos que bajar! ¡Hay que ir a ayudarlos!
Yo: ¿Estás loco?
Joz: ¡No me importa! ¡Son nuestros compañeros! ¡Los están golpeando muchísimo!
Yo: No podemos bajar
Joz: ¡Cobarde! ¡Todos sabíamos que este momento llegaría!
Yo: ¡No digo que no debamos! ¡No podemos! para poder llegar a donde están todos
debemos pasar primero por donde están los militares, si tenemos suerte y no pasan las
motos antes. Es una jugada estúpida, nos llevarían presos fácilmente.
Joz: ¡Entonces gritemos mucho más duro! ¡Que el escandalo despierte Caracas!
Le dimos duro a esas ollas.
Poco a poco las luces de los edificios comenzaron a encenderse. Los vecinos se
asomaron. Todos a colaborar.
¡MALDITOS! ¡MALDITOS! ¡SON UNOS NINOS! ¡MALDITOS! grita una señora.
Verónica: ¡Miren! ¡Las personas están bajando! ¡Las luces de los edificios se están
encendiendo!
Hay muchos estudiantes ahogados y heridos.
La impresión me da por reír.
Joz: ¿Qué sucede? ¿De qué te ríes?
Yo: En las marchas del gobierno nunca lanzarían una bomba lacrimógena.
Joz: En las marchas del gobierno les lanzan cerveza.
Yo: Nos han dominado más por la ignorancia que por la fuerza decía Bolívar.
Las ventanas de todos los edificios se comenzaron a encender.
Los vecinos han bajado y están colaborado con nosotros, traen agua y brindan auxilio.
Las chicas gritan
La guardia eventualmente se fue.
Me toca mi momento a solas.
Joz: Creo que esto se te callo mientras corrías.
Yo: Oh, mi pañoleta.
Mi regalo de San Valentín.
CAPITULO 4
15 DE FEBRERO DE 2014
Cada día somos más.
La Guardia Nacional amaneció con hambre, está posicionada y lista para atacar.
Dos tanquetas y un pelotón de militares a cada lado bloquean las vías de acceso hacia
la autopista. Tenemos un fetiche con ir a la autopista.
Yo: ¿Y a ti que te paso?
Tina: Nada.
Yo: Tienes puesto un vestido y zapatillas. Además, tú nunca te maquillas.
Se ve linda.
Yo: Debes usar zapatos de goma para poder correr y unos pantalones para que si te
caes no te raspes. También por si nos disparan perdigones.
Tina: déjame en paz.
Esta perra no me puede opacar. Hoy me puse Chanel para venir a guarimbear.
El ambiente está bastante tranquilo. Se siente una vibra patriótica. Eso es nuevo.
Estamos actuando en paz, así que la Guardia Nacional no puede atacarnos.
5 minutos después: La Guardia Nacional comienza a atacarnos.
…
Joz: ¡ya comenzó! ¡Voy hacia adelante!
En ese momento se quitó la camisa.
Tina y yo tenemos puesta una cara de estúpidos. No sabemos disimular.
4:20pm
Comenzó la fiesta.
La guardia lanza bombas lacrimógenas a diestra y siniestra. Nosotros respondemos con
piedras.
Esto parece un juego de Nintendo. La misión es acabar con el Nintendo.
Debo buscar más piedras.
No puedo quedar como un cobarde, Joz está en el frente de batalla resistiendo a la
Guardia Nacional.
Este es uno de esos momentos que uno espera que no lleguen nunca pero que llegaron
y ahora tienes que actuar. Esto está pasando a nivel nacional. No puedo arrugar.
Tina se quedó atrás ayudando a los que están ahogados. Debe estar muy preocupada,
tanto por mí como por Joz. Ella no lo ha notado, pero lo mira diferente, como una tonta
enamorada. Quizás yo también.
La logística es muy sencilla: La Guardia Nacional quiere desalojarnos de la Plaza que
estamos ocupando. Así que lanza bombas lacrimógenas para que retrocedamos
espacios y ellos ganen terreno. La única forma que tenemos para retenerlos es lanzando
piedras. Caramba.
Corre.
Recoge la piedra.
Lanza.
Regresa. Coge otra piedra.
Lanza.
No hay casi piedras.
¿Dónde está Joz?
Las tanquetas no dejan de disparar bombas y todos los militares tienen escudos.
Algunos guarimberos las logran atajar cuando vienen cayendo del aire. Unos usan
guantes, otros trapos. Asumo que vienen caliente. Deben ser beisboleros.
Yo no tengo tal destreza. Si me cae cerca salgo corriendo.
Luego me ahogo y veo todo verde o gris.
¡Maldición! ¡Me dieron en la cabeza!
Alguien lanzo una piedra a la guardia y me la pego a mí en la cabeza.
Yo: ¡Idiotas! ¡Tienen que acercarse más a la Guardia Nacional!
Que desorganización. Ouch...
Joz: Te vi lanzando piedras. Eres gracioso.
Yo: ¿gracias?
Joz: si no logran regresarles la bomba lacrimógena y explota el gas, tírate al piso, el gas
solo sube.
Con que así huele el pavimento.
Hay que tumbar una pared para poder hacer más piedras. Vamos juntos. Como un
equipo.
1, 2, 3. Empujen.
De lado y lado estamos empujando.
¡Colectivos! ¡Colectivos! Comienzan a gritar.
Todos corren desesperados.
No era nada.
Otra vez. ¡Formación!
Tengo sed. La cara me pica.
Recoge otra piedra. ¡Vamos!
Somos un equipo.
Allí viene una bomba.
5. 4. 3. 2. 1...
¡La patee!
La Guardia Nacional aumenta progresivamente la cantidad de bombas que lanza. Ya
parecen fuegos artificiales. Cada vez que disparan el gas nosotros retrocedemos y
entonces avanzan sus tanquetas.
Tengo hambre.
La barriga no me deja de sonar.
Y estoy harto sabes. Los escases de alimentos y la devaluación me tienen loco. No tengo
nada en mi casa que comer. No recuerdo el sabor de la mantequilla derritiéndose sobre
unas tajadas fritas. Desde hace meses que no encuentro aceite para freír. También
quisiera darme algún lujo de vez en cuando y comprarme una maldita pizza.
¡Quiero un futuro donde mi sueldo me alcance para comprarme una maldita pizza!
No puede ser que en este país la única forma de comprarte un carro o un apartamento
o una maldita pizza sea robando con pistolas o con guantes blancos.
Así que me aguanto el hambre y me quedo aquí protestando.
Sí, es verdad, no vino ningún líder y no tenemos ningún plan.
Somos un experimento ¡pero propio!
Somos la juventud de Venezuela que salió a defender sus derechos, a exigir justicia, ¡A
cambiar el futuro del país!
5 minutos después.
¡CORRAN!
…
Ganaron.
CAPITULO 5
16 DE FEBRERO DE 2014
11:00am
Round 2.
¡FIGHT!
¡LOS MILITARES NO VAN A DISPARAR BOMBAS LACRIMOGENAS A CIENTOS DE
PERSONAS ACOSTADAS EN EL PISO! ¡ELLOS SON VENEZOLANOS IGUAL QUE
NOSOTROS! Gritan por ahí.
Todos comenzamos a acostarnos en el pavimento de la calle, ante la mirada sigilosa de
la Guardia Nacional.
5 minutos después.
La Guardia Nacional comenzó a disparar bombas lacrimógenas a las personas
acostadas en el pavimento.
Joz: ¡voy al frente!
Yo: ¡Voy contigo!
Tina: ¡También voy con ustedes! ¡Espérenme!
…
Los teléfonos prácticamente no funcionan aquí, los militares traen un camión con una
antena que interrumpe la señal telefónica, o CONATEL hace un blockout del internet en
zonas estratégicas para el gobierno. Deberíamos usar radios con frecuencias O alguna
aplicación de teléfono que nos permita estar comunicados sin necesidad de usar alguna
red inalámbrica, como Firechat.
Las bombas de hoy no dan ganas de llorar, sino de vomitar.
Correr hacia adelante…
Lanzar piedra...
Correr hacia atrás…
Respirar…
Coger piedra…
Lanzarse al piso…
Respirar…
Repetir…
Esta vez, en el frente se ubican los que lanzan las piedras, detrás de ellos los que las
amontonamos y traemos desde el fondo, detrás de nosotros los que reciben las bombas
lacrimógenas y las regresan a la Guardia Nacional, ya al final se encuentran los que
gritan consignas, prestan apoyo refuerzan las barricadas.
Un espontaneo ha traído botellas llenas de pintura. El objetivo es debilitar al enemigo al
obstaculizar su visión.
Cada segundo llegan más personas a la protesta, también más motos y tanquetas
militares.
A más masa, más mazamorra.
Traen más botellas. Esta vez con gasolina, luego le colocan un trapo en la tapa, lo
encienden con fuego y la lanzan. La famosa “molotov”.
Tina y yo recogemos piedras. Joz las lanza.
Mary y Luismi están gritando instrucciones a las personas que corren como locos.
Hay un comando de motorizados nuestros, rondando la zona. Nos hace sentir más
seguros.
Los estudiantes de medicina prestan auxilio a los heridos.
Los más gorditos, reparten agua.
Cinco chicos tocan instrumentos musicales. Marchas triunfales. Como los músicos del
Titanic antes de hundirse.
Algunos vecinos lanzan la pintura desde sus ventanas en lo alto de los edificios.
Otros rocían aceite y jabón líquido en el pavimento de la calle para dificultar el paso de
los vehículos militares.
Otros animan.
Otros no hacen absolutamente nada.
Joz: ¿En qué piensas?
Yo: Maduro quiere meter preso a Leopoldo López. Me parece injusto. Todo el país sabe
el que es inocente.
Joz: Puede que no se entregue, que huya.
Yo: El solo dijo con un micrófono lo que el resto del país piensa.
Joz: Resulta difícil imaginar que este Gobierno vaya a entregar el poder. Son una
Dictadura Moderna, así de sencillo.
Yo: Hemos estado desmoralizados por mucho tiempo. Hasta ahora.
Joz: pronto lo sabremos.
08:00pm.
Ganamos
CAPITULO 6
12 de Marzo de 2014
9:00am
En el trabajo amenazan con despedirnos. Otra vez.
Dicen que está prohibido asistir a las protestas opositoras.
Si claro.
Y lo peor de todo: quieren volver a obligarnos a marchar a favor del Gobierno.
Si claro.
…
Si todos los funcionarios públicos dejáramos de ser unos sinvergüenzas podríamos dejar
de ser humillados.
Yo: Lo siento mucho Sra. Carmen pero yo no voy a ir.
Sra. Carmen: No te busques problemas mijito, ve a la marcha, firmas y luego te escapas,
como siempre.
Yo: No, ya fue suficiente. No me importa ser despedido. Han muerto más de 30
estudiantes. No le pienso lavar las manos al Gobierno con mi presencia.
Sra. Carmen: Ya falta poco. Escuche rumores de reuniones de emergencia entre los
militares, pues están asustados. No esperaban que las protestas fueran tan grandes, ni
que hayan durado tanto.
Yo: No pueden despedirnos a todos.
Las protestas estudiantiles continúan creciendo así que no tendré más miedo.
Hoy nos desalojaron al medio día. Nos sacaron prácticamente corriendo del edificio.
Como en un simulacro de emergencia. Esto es algo muy inusual. ¿Que estará pasando?
Jefa: ¡Escuchen todos! Recojan sus cosas y váyanse. Esto es un simulacro de
seguridad. Órdenes de la General. En 5 minutos no quiero ver a nadie aquí.
¿Simulacro de seguridad? Que extraño.
El estacionamiento del edifico está lleno de militares, pero no parecen ser venezolanos,
sino bolivianos.
Que extraño.
Hay personas llevándose cajas, computadoras, equipos.
Que extraño.
Voy a verme con Tina en la Plaza Altamira. Estaremos allí, en lo mismo de siempre. Ya
esto es parte de mi rutina.
5:00pm
Tina: ¡Rafa! ¡Voltea! ¡El edificio donde tú trabajas está prendiendo fuego!
Hay muchas motos alrededor de la Torre Británica, hay motorizados y antisociales
rompiendo las ventanas y robándose más cajas y papeles. No son de los nuestros. Por
supuesto que no.
Se escuchan ráfagas de disparos.
Todos gritan. Es mejor correr.
Yo: ¿qué pasa?
Tina: no lo sé, no entiendo nada.
Siguen sonando los disparos. Los gritos.
Todos a esconderse.
Tres muchachos de los nuestros comenzaron a armar una barricada para que los
antisociales no suban en sus motos hasta acá. Hay que resguardarnos rápido.
Los vecinos comienzan a bajar objetos.
Tina: Vamos a tu casa.
Yo: De acuerdo.
Subimos corriendo, creo que Tina quiere ir al baño.
Tina: Vamos a sacar tu gavetero.
Yo: ¿Para qué?
Tina: Pues para armar las barricadas.
Yo: Es muy pesado para nosotros.
Tina: ¿Me vas a ayudar o lo tengo que hacerlo sola?
Como pudimos, lo bajamos.
Tina: ¡Apúrate! Hay que acercarlo más hacia la esquina, junto con los objetos que los
otros chicos han logrado amontonar.
Yo: ¡Esta muy pesado!
Tina: ¡Rafa!
Yo: ¡Deja de gritarme! ¡Estoy intentando lo más que puedo!
Tina: ¡Corre!
Al voltearme, 20 motos de la Guardia Nacional vienen hacia nosotros. No va a dar tiempo
de juntar el mueble al resto de los objetos de la barricada.
¡Maldición!
Escucho los gritos de las personas gritándome que corra, que me aleje rápido. Pero nos
van a agarrar a todos. ¡Hay que sacar todas las gavetas!
Unos encapuchados se acercaron rápidamente a ayudarme, y en una cuestión de
segundos, sacamos las gavetas, rociaron gasolina y todo comenzó a arder en fuego.
¡A correr! eso no los detendrá por mucho tiempo me grita uno de ellos.
Corrimos a escondernos, mientras las motos intentan atravesar las gavetas en fuego. No
veo a nadie. Todos están escondidos ¿Tina?
Mi teléfono suena. Es Joz.
Joz: ¿Dónde están? Voy a la Plaza
Yo: Regrésate
Joz: ¿Qué pasa?
Yo: No puedo hablar, estoy escondido
Joz: ¿Estas con Tina?
Yo: La estoy buscando.
Joz: ¡BUSCA A TINA! ¡YA!
Psss.
Una señora me está haciendo señales desde la parte baja de una Santa María de un
restaurante italiano. Esta casi cerrada. Corrimos hacia allá y nos deslizamos rápidamente
por el pequeño espacio disponible.
Al entrar, no veo nada, pues todo está cerrado. Hay personas en el suelo, en silencio.
Esto es un escondite.
Casi me revienta el pecho. Es Tina. Con un abrazo.
¡Shhhhhhhhhhhhhhhhh!
Si los militares descubren que estamos aquí, tumban esa puerta y nos llevan presos a
todos.
Es mejor esperar un poco, al menos hasta ver la calle despejada.
Un grupo de estudiantes comenzó a reforzar las barricadas, otros gritan, otros corren.
Hasta de las piedras está saliendo gente. Escondida.
Por supuesto que la Guardia Nacional volvió.
Más de 50 motos vienen por nosotros. Todos contra todos. Parecemos hormigas cuando
pisan su hormiguero.
Tina: ¡Corre! Entra en ese restaurante.
Hay que saltar un muro de un metro de alto para poder llegar a la puerta. Hay muchas
personas intentándolo.
Yo: Ven y te hago la famosa pata gallina.
Tina: ¡Rafael! ¡Hay un militar detrás de ti!
Yo: ¡Entra rápido!
Comienzan a cerrar las puertas, pero muchas personas continúan intentando entrar.
Guardia Nacional: ¡Quédate quieto maldito!
El militar me toma por la espalda. Quiere llevarme con él. Hasta que un padre de familia
lo golpea en la cara, haciéndolo caer.
Una brisa rápida y un empujón. La puerta fue cerrada. El militar quedo afuera.
Todos gritan del pánico.
Continúan rondando la zona, llevándose estudiantes detenidos. A las mujeres las toman
por el pelo, como cavernícolas, y se las llevan arrastradas por los pelos.
¿Que pasara con ellas? ¿Qué les van a hacer?
Corrimos a mi casa cuando sentimos que ya era seguro salir. Qué día tan intenso. Que
show se ha montado el Gobierno con ese atentado de la Torre Británica.
Ya en mi cuarto, Tina comenzó a elaborar pancartas de protestas. Yo estoy cansado y
un poco aburrido. Estamos un poco deprimidos. Joz sabe que estuvimos en peligro, y no
ha escrito o preguntado por nosotros.
Revisare mi Grindr.
¡Mierda!
Yo: No me lo vas a creer. Adivina quién está conectado en Grindr también.
Tina: ¿Estás seguro que es él?
Yo: 100% seguro.
Tina se fue.
Vaya… Si está buscando conocer a alguien en internet ha de ser porque yo no le atraigo.
¿Qué tengo de malo? ¿Ni siquiera valgo la pena como para al menos intentarlo? Él sabe
que a mí me gusta. Tiene que saberlo. ¿Tan feo soy?
Quiero llorar.
Desde mi ventana noto la mirada de alguien desde el edificio de al frente.
Es un hombre maduro, de unos 40 años de edad. ¿Qué quiere? No deja de mirarme.
Yo estoy en ropa interior.
Mejor cierro la ventana.
¿O no?
11:00pm
Suena mi teléfono.
Es Joz.
WhatsApp:
Joz: ¿Quieres subir el Ávila este sábado?
Yo: No.
5 minutos más tarde.
Yo: Bueno, sí.
Antes de dormir me gusta asomarme por mi ventana. Logro ver las estrellas. Escuchar
el sonido de la ciudad. Caracas suena como una licuadora donde metes muchos autos,
una montaña hermosa y un cd de amigos invisibles. Hoy parece un pueblo fantasma, las
calles están completamente solas.
Al fondo, escucho un himno que no es de Venezuela. Al parecer, el sonido viene desde
la Plaza Altamira. Es el himno de Cuba.
Capítulo 7
INSTINTO ANIMAL – THE CRANBERRIES
El Ávila es el único lugar en toda Caracas donde puedes sentir verdadera paz.
Vamos a distraernos un poco. Resulta necesario en medio de tanto estrés.
Me puse unos zapatos de goma viejos, unos chores muy cortos y una franelilla. Tengo
buenas piernas así que pienso lucirlas.
Allá viene, con la camiseta de la vino tinto puesta. Qué casualidad, yo soy el fan número
1 de la vino tinto. ¡En serio!
Joz: Buenos días.
Yo: Está lloviendo.
Joz: Lo sé, ¡qué genial!
Yo: Podemos enfermarnos.
Joz: No somos de azúcar.
Comienza la subida. Un kilómetro para arriba. El suelo es de tierra, piedras y matas. El
sol arde. Llevo solo 10 minutos y ya estoy cansado.
Joz está justo delante de mí. Bueno, su trasero.
No me puedo quedar atrás.
Se me rompió el zapato.
Joz: deja y te ayudo.
Con los mismos cordones lo intento reparar. Que romántico.
La cinta adhesiva se llenó de tierra otra vez y los zapatos se me volvieron a abrir. Qué
vergüenza.
Joz: ¿Porque no subes descalzo?
Yo: ¿estás loco?, ¡son muchas piedras, me puedo cortar!
Joz: Los indígenas lo hacen todo el tiempo.
Yo: Voy a parecer un loco.
Joz: Lo hare contigo, así seremos dos locos.
Siento el calor de la arena mientras se atraviesa por mis dedos, la exfoliación en mi piel
y la acupuntura que le hace la montaña a la planta de mi pie.
Decidimos sentarnos en las raíces de un árbol en plena colina para descansar.
Joz: ¿En qué piensas?
Yo: En la comida. Tengo hambre. Extraño comer tajadas. Siempre hago las colas pero
nunca consigo aceite.
Joz: Comer tajadas debería ser considerado un Derecho Humano. Yo tengo un aceite
de sobra en mi casa, cuando quieras te lo regalo. Quería hablar algo importante contigo.
Seguro se me va a declarar.
Joz: Me da mucha vergüenza decirlo pero... quiero irme del país.
Yo: ¿ah?
Joz: Me duele siquiera pensarlo. No quiero abandonar Venezuela, no quiero rendirme.
Pero pasan los días, las semanas, los meses, y nada se soluciona. No existió nunca
ningún plan.
Muchos muertos, muchos desaparecidos, heridos y presos. Y el Gobierno sigue divino.
Nos humillan, y nada cambio. En la UCV desnudaron a unos muchachos a punta de
pistola, y no pasó nada. Esto es una dictadura moderna y ya me estoy cansando de vivir
“historia”. Quiero tener una vida normal, sin miedo, en algún lugar donde si haces las
cosas bien, te va a ir bien, que puedas caminar de noche en la calle, tener un buen
trabajo con un sueldo que me alcance para comprar un carro algún día o una casa. No
quiero estar esperando a que el Gobierno me la regale.
Vaya.
No me imagino fuera de Venezuela. Me gusta esto aquí. Pero entiendo su preocupación.
¿Y si hubieses sido yo el desnudado? ¿Y si hubieses sido tú el muerto? ¿El encarcelado?
¿El torturado?
¿Por qué a nadie le importa?
Ellos pagaron el riesgo que todos asumimos cuando decidimos alzar nuestra voz en
contra de esta dictadura. Ellos son nuestros héroes.
24 horas hacen falta para que todo se nos olvide en este país.
¿Ya me canse? ¿Ya me aburrí?
¿Qué paso con nosotros? ¿En qué momento nos convertimos en esto? Dejamos de tener
buena Fe en nosotros mismos y Fe entre nosotros mismos.
Hacemos las cosas mal porque los otros también lo hacen así y no les pasa nada. ¿Qué
diferencia tiene el que roba 1 dólar del que roba 50000?
Esto no es ningún juego. Estamos viviendo un genocidio por la delincuencia, una
hambruna por los escases, una crisis humanitaria en la salud, una recesión económica.
¿Y no te importa?
A ellos sí.
Tenemos que salir adelante como país. Juntos.
Si hubieses nacido en otro lugar, serias una persona totalmente diferente, creerías
distinto sobre todo, te gustaría otra comida, tendrías otras costumbres, pensarías y
actuarías diferente.
A mí me gusta como soy. Como somos los venezolanos.
CAPITULO 11
LINGER – The Cranberries
Yo: Quiero invitarlo a salir.
Tina: ¿Estás seguro?
Yo: Si, en una salida normal.
Tina: A ver, ¿a dónde lo llevarías?
Yo: Pensé en invitarlo a desayunar en un mercado peruano y ya de ahí ver que nos
provoca hacer. Deséame suerte.
Tina: La surte es para los perdedores.
WhatsApp
Yo: Joz, ¿cómo estás? te quería preguntar…
Joz: ¿sí?
Yo: ¿recuerdas el pote de aceite que me ofreciste?
Joz: oh si, aquí te lo tengo guardado. Si quieres te lo doy mañana.
Yo: ¿no podrías dármelo hoy? Tengo muchas ganas de comer tajadas.
Joz: claro, comer tajadas es un Derecho Humano, me escribes cuando estés abajo.
Es hoy o nunca. Voy con todo. No me importa nada.
Las calles están muy solas. Todos en sus casas.
Barricadas en cada esquina.
Tengo un buen presentimiento. Me va a decir que sí. Últimamente ha mostrado más
interés en mí. Así que debo apurarme, se me va a terminar el olor de la colonia.
Faltan solo unas tres cuadras, así que respira hondo y camina.
Huele a basura.
Huele a gas lacrimógeno.
Tengo frio.
Falta solo una cuadra. Ya casi llego.
Maldición.
Hay un comando de militares en mi camino. No me quiero regresar, ya estoy aquí.
Debería arriesgarme. Tengo el camuflaje de un peatón común y corriente. No creo que
me lleven detenido.
Del otro lado, veo que hay algunos estudiantes. Han sacado las alcantarillas de la calle,
así que los militares no pueden acercarse a ellos en las motos.
Todo esto me indica que en pocos segundos se va a armar una trifulca, así que apúrate.
Allí está.
Joz: Espero que disfrutes tus tajadas.
Me entrego una bolsa blanca con un litro de aceite. Oro puro.
Estoy en pánico, llego la hora.
Yo: Joz, sabes que…
En ese momento suenan los motores de muchas motocicletas, cientos de ellas. Se
dirigen hacia nosotros.
Joz: Es la Guardia Nacional. Escóndete.
Yo: Son refuerzos. Hay un conato de guarimba a unas calles de aquí.
Joz: ¿Por qué tantas motos?
No solo son motos. Después comenzaron a llegar las tanquetas, camiones, camionetas.
Vienen por todos.
Tuvimos que entrar al pasillo del edificio para que las motos no nos vieran. Estaba muy
oscuro. Pude haberlo besado.
Joz: Esto es una emboscada. Se los quieren llevar prestos a todos.
Yo: si, sabes que quería hablar contigo.
Joz: ¡Corre!
Yo: ¿A dónde vamos?
Joz: ¡A advertirles! Hay que ayudarlos, son demasiados militares.
Conocemos bien la zona, así que llegar hasta donde están los protestantes sin que la
Guardia Nacional nos descubra es pan comido.
Una ballena viene en esa dirección, así que debemos subir un poco más. Unas dos
cuadras más.
Joz: Mira, allí hay un grupo de estudiantes. A uno de ellos lo he visto antes. Vamos hacia
allá.
Yo: ¡Espera! Quiero hablar contigo.
No pudimos llegar más cerca, pues otra ballena ya está aquí, rondando la zona,
disparando chorros de agua a diestra y siniestra.
Aparentemente, su objetivo es dañar los carros y propiedades de los vecinos. Así nos
demuestran su odio. Están destrozando todo.
Al mismo tiempo, desde el cielo comienza a llover salsa de tomate.
Joz: ¿ves lo mismo que yo?
Potes de Mayonesa, ropa, matas, mesas, pintura. De todo.
Los vecinos comienzan a lanzar desde sus ventanas todo lo que pueda obstaculizar el
paso de las ballenas.
Del otro lado de la calle, se acerca otra tanqueta.
Hay que correr, ir a un lugar más seguro.
Joz fue a hablar con los muchachos encapuchados.
Joz: Hermano, en la avenida Francisco de Miranda hay un comando de militares
impresionante, más de 300 efectivos. Tienen que resguardarse, sino se los van a llevar
presos a todos.
Muchacho: Ya lo sabemos y no nos vamos a ir. No seas miedoso.
Joz: Hoy es inútil guarimbear. Son demasiados militares.
Muchacho: Hoy se llevaron más de nuestros amigos presos. ¡No podemos rendirnos
hasta que no sean liberados todos y cada uno de ellos! ¡No ahora!
Los vecinos comenzaron a gritar.
Señora: ¡Váyanse a sus casas mejor! ¡A esta hora no van a lograr nada!
Otra señora: Cállate floja, ya basta de tanta “Violación de Derechos Humanos”.
Señora: Yo estoy cansada de que toda la ciudad huela a basura, esta no es forma de
vivir. Hay una de vecina que todos sabemos quién es pero no diré su nombre... ¡si eres
tu Yolanda! ¡Estas lanzando bolsas llenas de excremento a los militares cuando pasan
por debajo del edificio! ¡Eso es asqueroso!
Yolanda: ¡Es excremento de perro!
Señora: ¡Tienes un puddle! ¡No puede ser de tu perro! ¡Cochina!
Yolanda: ¡Que se joda la guardia! ¡Si les lanzo mi mierda! ¡Esos traidores vende patria!
¡Que se jodan ustedes también! ¡Se trata de apoyar esta causa!
Una señora mayor, de unos 60 años de edad pide el derecho de palabra: Queridos
vecinos, yo estoy viviendo en el municipio Chacao desde antes que las calles que
estamos pisando existieran ¡Y nunca había estado TAN ORGULLOSA de mis
muchachos venezolanos como lo estoy ahora! ¡Son unos héroes! ¡Valientes! ¡Nosotros
hemos sido los miedosos! Esta es una generación donde los padres están enterrando a
sus hijos ¡Por el amor a DIOS! ¡Y nosotros no hacemos nada!
Si a la vecina le molesta la basura, pues no quemen basura, yo estoy segura que todos
tenemos cosas viejas, como muebles o sillas que botar, cajas o aparatos dañados, algo
seguro encontraran. Y no lo quemen por favor, puesto que así se consume. Hay que
hacer barricadas más fuertes si queremos proteger a nuestros muchachos.
Que bellas son las abuelas…
En el derecho internacional también existen las “abuelas”.
La madre patria es Venezuela y la abuela seria la ONU.
La OEA sería una tía, y así sucesivamente. A Venezuela su familia no la quiere.
Otra abuelita de unos 60 años con un marcado acento italiano abre la puerta del edificio,
no deja de gritar. Esta vieja está gozando un puyero. Es la primera que grita cuando
vienen los miliares para escondernos, y la primera que se alborota cuando ya se fueron
para volver a salir.
Cuando entramos, habían muchas más personas allí. Más estudiantes, más vecinos.
Desde las ventanas siguen lloviendo objetos. Veo botellas, cajas, zapatos, basura, ropa,
huevos y muchos vecinos gritando.
Ya se fue, dice uno de los encapuchados.
Todos salimos a la calle de nuevo. Celebrando.
Vienen las motos.
Nos resguardamos.
Se vuelven a ir.
Salimos otra vez.
Nos reímos.
¿Debería invitarlo ya?
Lanzan piedras.
Agarraron a uno.
Se lo llevaron arrastrado.
11:59am
Corremos hacia la casa de Joz, yo aun con mi bolsa de aceite en la mano. Es ahora o
nunca.
Yo: La verdad es que yo no vine a buscar este litro de aceite.
Joz: ¿eh?
Yo: No quiero llevármelo, si me agarran pensaran que lo usare para prender en fuego
las barricadas.
Joz: No entiendo, ¿para qué me lo pediste entonces?
Yo: Quería una excusa para verte, para invitarte a salir.
JOZ: Sigo sin entender.
Yo: ¿Quieres salir conmigo?
Joz No.
Capitulo 9
10 DE JUNIO DE 2014
4:20pm.
Estoy saliendo de mi trabajo. Odio mi franela roja.
Vaya. La Plaza Altamira…
43 fueron los muertos, cientos los heridos, miles los detenidos.
Nada cambio.
Ya nadie protesta.
De vez en cuando, uno que otro loco se alza y se pone a gritar en plena calle. Rebeldes.
Allá esta una... vaya.
¡TINA!
« El que se cansa pierde »
Descargar