LA OXIGENOTERAPIA Dr. Mariano José Bueno Cortés. BIOSALUD-INSTITUTO DE MEDICINA BIOLÓGICA Y ANTIENVEJECIMIENTO. INTROCUCCION Uno de los elementos más fundamentales para la vida es el oxígeno. Sin él, no podemos vivir. De hecho, hoy en día sabemos que con el tiempo, nuestras arterias son menos eficientes en su misión de transportar el oxígeno a nuestros tejidos y por tanto a nuestras células, de manera que son una de las causas que producen el envejecimiento celular. Cuando nuestro organismo se va sometiendo a una disminución crónica de oxígeno, aparecen fenómenos como disminución de la capacidad de concentración, cansancio, pérdida de memoria, pérdida de los reflejos, etc. Un factor común a las enfermedades modernas que padecemos en la actualidad es la falta de oxígeno celular. Hay multitud de factores que inciden en este fenómeno de falta de oxígeno en nuestros tejidos. Por un lado el stress, producido por un exceso de actividad del sistema nervioso simpático, de manera que se produce una disminución del calibre de los vasos, lo que llamamos una vasoconstricción. Por otro lado un aumento del metabolismo celular, que aumenta entre otras cosas nuestras necesidades de oxígeno. Después podríamos sumar la contaminación del aire que respiramos, lleno de sustancias nocivas y especialmente del plomo de la gasolina. Nos hemos vuelto muy sibaritas y hoy en día cada vez son más los hogares y oficinas que tienen aire acondicionado, que poluciona más el aire que respiramos y disminuye el oxígeno. Cada vez dormimos menos horas, salimos más de noche, descansamos menos. Hacemos menos ejercicio. Nos hemos habituado a tomar estimulantes, como el tabaco, el café, el alcohol, que minan nuestras células y que disminuyen el oxígeno. Consumimos alimentos industrializados, con multitud de hormonas, aditivos, con poco valor nutritivo. Nos ocupamos de comer, no de nutrirnos. En resumen, que una de las consecuencias de la vida moderna es el deterioro de nuestra propia estructura, sufriendo como una de sus consecuencias una pérdida progresiva de oxígeno. Por todo ello, en Medicina Biológica, una de las técnicas que cada vez está recobrando más preponderancia es la oxigenoterapia. DEFINICION El oxígeno es un gas incoloro, inodoro e insípido. Se representa así O2. Tiene una gran capacidad de combinación con otros elementos. Se considera el tercer elemento más importante de la atmósfera. Constituye el 21 por ciento de sus componentes. Es muy versátil. En el agua se combina fácilmente con otros elementos de manera que los peces y las plantas que viven en ella, puedan utilizarlo. El Dr. Lavoisier fue el primero en reconocerle su gran importancia para la vida. Demostró que se inhalaba con la inspiración pulmonar y de ahí se extraía para llevarlo a los tejidos, y de que en la espiración se eliminaba el anhídrido carbónico (CO2). HISTORIA Los primeros intentos de utilización del oxígeno con fines terapéuticos se remontan a 1800, en Bristol (Inglaterra). En la Primera Guerra Mundial se comenzó a utilizar más frecuentemente, pero es en la Segunda Guerra Mundial donde se asentó como una terapia médica de primer orden. Hoy en día, la oxigenoterapia forma parte del arsenal terapéutico de la Medicina Convencional y está totalmente aceptada por todos los estamentos médicos. La diferencia con la Medicina Biológica es que nosotros además, la utilizamos para mejorar la calidad de vida del paciente senil, por lo que forma parte de las técnicas utilizadas en lo que podríamos llamar Geriatría Biológica. MODO DE USO Por supuesto que sin olvidar que somos médicos, antes de aplicar a un paciente la oxigenoterapia, le hacemos una historia clínica completa, con una exploración física concienzuda e incluso algunos análisis bioquímicos, especialmente la concentración de oxígeno y anhídrido carbónico en sangre, un electrocardiograma y un estudio de la capacidad pulmonar. No se trata de pensar que como el oxígeno es bueno, se administra y punto. Una vez establecida la necesidad de oxígeno por parte del paciente, estudiaremos cual es la forma más adecuada. Existen multitud de formas de administrar oxígeno. La más conocida es mediante una mascarilla o la sonda nasal. Hay una técnica que utilizo hace ya muchos años, puesta a punto por el médico alemán Regelsberger, que consiste en la administración de oxígeno directamente a la vena. Es un tratamiento muy efectivo. Para ello es necesario un aparato que toma el oxígeno medicinal de una botella, lo transforma en oxígeno perlado y de esa manera cuando entra en contacto con los hematíes, inmediatamente es captado por los mismos. Se hacen normalmente ciclos de 20 sesiones, de lunes a viernes. La cantidad del oxígeno administrado va aumentando en las 5 primeras sesiones, para que el paciente se vaya habituando. Para ello, se conecta una sonda estéril al aparato. En su extremo distal colocamos una aguja intravenosa para formar un circuito totalmente estanco entre el paciente y el equipo. Durante la sesión, que dura una media hora, el paciente permanece tumbado. Una vez introducida la cantidad de oxígeno que hemos determinado, el paciente permanece acostado durante al menos 15 minutos, pues si lo hace de golpe, se produce una irritación de la faringe que provoca el reflejo de la tos. Esta técnica se denomina Terapia de oxivenación. En el caso de aplicar el oxígeno mediante mascarilla, se realiza normalmente de forma ambulatoria, bajo control médico. Hay una técnica descrita en 1979 por el profesor Von Ardenne, que consiste en la aplicación de oxígeno inhalado junto a la administración de vitaminas, sales de magnesio, mucolíticos, o broncodilatadores, combinado con un programa de ejercicios muy específico, mejorando enormemente el estado biológico del paciente. Precisamente esta técnica se aolica habitualmente en todas las clínicas y balnearios actuales, sobre todo en Alemania. Es lo que denominan Cura intensiva de regeneración de oxígeno. Este tipo de cura se combina con ejercicios, sesiones de sauna, masajes, dietas desintoxicantes, sesiones de hidroterapia, etc., específicos para cada paciente y siempre con control médico. En este caso, la cura dura unas 30 horas, a razón de 2 horas diarias, durante 15 días. Media hora antes de cada sesión, se le administran al paciente vitamina B1, vitamina C, sales de magnesio y, a veces, algún mucolítico y/o broncodilatador. Una de las variantes que se utiliza en Medicina Biológica a partir del oxígeno es la Ozonoterapia, a la cual le hemos dedicado un tema en exclusiva. Uno de los médicos defensores de la oxigenoterapia fuera de las indicaciones convencionales en el médico húngaro L. Fodor, anestesista especializado en Alemania en Medicina Natural. Propone el uso de la oxigenoterapia no solamente para los casos de urgencia sino también como preventivo en los casos de una disminución crónica de oxígeno en los tejidos. CONSECUENCIAS DE LA FALTA DE OXIGENO Una de las facetas más conocida seguramente por usted en cuanto a la falta aguda de oxígeno en un tejido determinado es el infarto de miocardio. Como usted sabe, trae como consecuencia la muerte celular, lo que llamamos necrosis. Son más frecuentes las carencias crónicas de oxígeno, aunque desgraciadamente pasan más desapercibidas. En estos casos, las células se van adaptando poco a poco a la falta de oxígeno pero no sin consecuencias. Reducirán también progresivamente su actividad, produciéndose lo que podemos llamar una degeneración celular prematura. Cuando estamos sometidos a una falta de oxígeno, se produce: • una degeneración de los vasos sanguíneos, de manera que se endurecen por el depósito de placas de ateroma (lípidos) y calcio (como en las tuberías). Se produce un estrechamiento de las mismas, que aumenta la falta de oxígeno. • Pérdida de elasticidad en el tejido conectivo. • Pérdida de la elasticidad en los huesos, facilitándose las fracturas. • Osteoporosis. • Déficit de funcionamiento del hígado y de los riñones, de manera que disminuyen en su misión de eliminación de toxinas, favoreciendo una autointoxicación metabólica que agravará la situación. • Disminución de la efectividad y actividad defensiva del sistema inmunitario. • Alteraciones de las funciones cerebrales: dificultad para concentrarse, pérdida de memoria, somnolencia, pérdida de reflejos, trastornos del sueño, cambios de humos, cansancio general, irritabilidad, etc. INDICACIONES • • • • • • • • Síndrome de apnea durante el sueño. Enfermedades pulmonares obstructivas crónicas. Insuficiencia respiratoria aguda. Crisis de asma. Trastornos neuropsíquicos asociados con la disminución crónica de oxígeno. Complemento en los tratamientos post-angina de pecho o infarto. Preparación del paciente quirúrgico. Tercera edad, como estímulo general. CONCLUSIONES Como hemos podido ver, la oxigenoterapia constituye una de las formas más sencillas de mejorar el estado de nuestro organismo. De todos modos, mi deformación profesional me hace aconsejarle que por supuesto, lo ideal es huir de las causas evitables que nos producen esta disminución progresiva de oxígeno a la que nos encontramos sometidos. Caminar a diario por el campo, no fumar, llevar una alimentación sana, hacer ejercicio con cierta asiduidad, son factores que contribuirán sin duda a tener una mejor calidad de vida en el futuro. No haga que tenga que arrepentirse el día de mañana. Además, hasta ahora habrá tenido la excusa del desconocimiento de muchas cosas, pero a medida que vaya avanzando en la lectura de esta obra, será más consciente de las cosas que hace mal cada día, de los malos hábitos. Aproveche la ocasión para cambiar su vida, para hacer las cosas mejor de cómo las hace. Una vez que empiece se dará cuenta de que tampoco es tan difícil, y que los beneficios son múltiples.