Algunas Conceptualizaciones Sobre La Neurosis Obsesiva en

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Algunas Conceptualizaciones Sobre
La Neurosis Obsesiva en relación al Hombre de las Ratas
Introducción
Freud luego de las teorizaciones sobre La interpretración de los sueños (1900-1901),
Tres ensayos de una teroria sexual (1901-1905 y correcciones), Las teorías sexuales infantiles
(1908), Introducción al Narcisimo, Protofantasías y Complejo de Edipo trata de dar cuenta en que
situación se encuentra el entramado psíquico del infantil sujeto y las instancias psicológicas en las
que aparece un interjuego intra e Inter. - subjetivo y que relación tiene entre ellas
A través de la imbricación en los síntomas de la enfermedad adulta y los apetitos infantiles,
de los deseos agresivos y las necesidades sexuales contrariadas, Freud fue descubriendo un
modelo teórico y clínico de elucidación de la neurosis obsesiva.
La idea de este trabajo es un intento de conceptualizar sobre algunos de los mecanismos
de La Neurosis obsesiva partiendo del momento cronológico en que Freud se encontraba
Desarrollo
Laplanche y Pontalis definen Fantasía como un: "guión imaginario en el que se halla
presente el sujeto y que representa, en forma más o menos deformada por los procesos
defensivos, la realización de un deseo, y en último término, de un deseo inconsciente".
A su vez, las Fantasías Originarias "constituyen una formación del inconsciente de un
sujeto único, pero son también, por su frecuencia, su generalidad y su origen, una
pertenencia colectiva”.
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Protopadre ( Carga Moral Cultural – Ley )
Padre
Madre
[ Investidura Narcisitica en + o - ]
[ Investidura Narcisitica en + o - ]
Infantil Sujeto
Factores Constitucionales
Protofantasías
Teorías Sexuales infantiles
Castración
Premisa universal del pene
Escena Originaria
Coito Sádico
Teoría de la Seducción
Teoría Cloacal
“Constelación Psicológica en relación con el mapa libidinal
del niño Plus investiduras narcisiticas de los padres”
Atravesamiento del Complejo de Edipo - Narcisismo
Neurosis infantil
El atravesamiento del Complejo de Edipo implica la presencia e interjuego de distintas
instancias que estructuran la vida imaginaria del sujeto.
En el grafico superior su pueden visualizar las instancias, constituyen El Entramado
Edípico. Ellas soportan las variantes afectivas, entre las relaciones de los diferentes elementos
del Triángulo. Este concentra una serie de deseos amorosos y hostiles en relación a las diferentes
posiciones dentro de las instancias psíquicas que el niño vivencia en relación a sus padres o
sobre quienes lleven a cabo esta función (Relación Paterna y Relación Materna). <Teoría de la
seducción>.
El pene, será la zona erógena por excelencia, a punto tal que no existirá la posibilidad de
representarse a un otro, sin esa parte constitutiva esencial <Narcisimo>.
Este complejo es vivido en la fase fálica en la que un solo órgano cuenta <El Falo>.
A su vez El niño construye así, a través de la Fantasía de “Amenaza Castración”, una
respuesta a la diferencia sexual anatómica. La angustia es la manifestación, ante la amenaza de
castración real o fantaseada, como consecuencia de deseos eróticos incestuosos.
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Recordemos que la angustia de castración se hace efectiva cuando se dan tres
condiciones: * visión de los genitales femeninos, * amenaza de castración, * atravesamiento de la
situación edípica.
El interjuego que se da entre las instancias psíquicas plus <Experiencia de Satisfacción
mediante> construye en su inconciente una representación del origen del sujeto.
Pero le correspondió a Freud el mérito de haberle dado por primera vez un contenido
teórico a la antigua clínica de las obsesiones, no sólo ubicando la enfermedad en el registro de la
neurosis, sino haciendo de ella, frente a la histeria, la segunda gran componente de la estructura
neurótica humana.
Tomando en cuenta lo citado anteriormente e incluyendo en este desarrollo el articulo de
Freud sobre “Acciones obsesivas y practicas religiosas” (1907) podríamos preguntarnos ¿Qué es
una acción obsesiva?, ¿Qué vínculos tienen con los ceremoniales o rituales obsesivos?, ¿Bajo
que mecanismos se producen?, ¿Qué tiene que ver con la función paterna, con la Ley y cómo el
sujeto se relaciona para poder acceder al deseo a través de la cultura?
Definiremos el Accionar obsesivo como el producto del pensar obsesivo y que los
productos de este pensar podría tener el valor de diferentes actos psíquicos que Freud denomina:
deseos, tentaciones, dudas, impulsos, miedos, reproches, mandamientos y prohibiciones (AEX, P
173¨”A propósito de un caso de neurosis obsesiva” “El Hombre de las Ratas”),
que el enfermo se ocupa de
aplacar despojando a las representaciones obsesivas del afecto correspondiente. (Falso enlace a
la manera de defensa).
En cuanto al falso enlace, éste se produce entre el contenido de la idea (deseo-tentación) y
el afecto (magnitud del reproche) desplazado a representaciones concientes.
En cuanto a Los ceremoniales obsesivos estos se podrían articular con la ambivalencia
afectiva amor / odio donde el odio es mudado a autoreproches, relacionado con la prohibición del
deseo-tentación que pulsiona (Parricidio – Incesto).
Están al servicio de reforzar la represión contra el asalto de la pulsión o deseo
inconciente, infiriendo que el ceremonial se corresponde con un ritual del sujeto, sujeto a una ley
interna intra-subjetiva e inconsciente, que no tiene lógica ni coherencia y esta a servicio de
apaciguar la angustia, acompañado de conciencia de culpa y necesidad de castigo.
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La temporalidad juega un papel importantísimo en la neurosis obsesiva, en donde pasado
y presente se confunden y desfiguran. La regresión que se producirá en el neurótico obsesivo será
atemporal, ya que los actos preparatorios sustituirán a la acción definitiva.
De alguna forma el ceremonial da cuenta la etapa donde se encuentra fijada la libido que
por lo general corresponde al el estadio anal. (AEIX Carácter y Erotismo Anal)
En cuanto al plano tópico se caracteriza por una relación sadomasoquista interiorizada en
forma de tensión entre el yo y el superyo singularmente cruel.
En cuanto al plano teórico-clínico, podríamos decir que la neurosis obsesiva es una
neurosis de transferencia relacionada con la sexualidad en términos freudianos y el Complejo de
Edipo cuyos mecanismos de defensa basados en la represión y racionalización, están
caracterizados por: asilamiento, anulación retroactiva, formaciones reactivas, medidas
protectoras, desplazamientos al detalles, conciencia moral incrementada, ambivalencia afectiva,
pensamiento dualista, control omnipotente.
Se pone de manifiesto por: Ritos conjuratorios de tipo religioso, Síntomas obsesivos
y por la permanente rumiación mental, en la que intervienen la Duda y la Culpa
permanentemente.
Siempre está enredado en la duda y a través de ésta sexualiza su pensamiento y sus
escrúpulos, que dependiendo de su magnitud inhiben el pensamiento y la acción.
El sujeto es asediado por ideas patológicas, por una falta que lo acosa y obsesiona al punto
de hacer de él una persona atormentada ya que por la coacción de las ideas y la compulsión el
sujeto se obliga a actuar y pensar contra su voluntad.
Mientras que la histeria era conocida desde la Antigüedad, la obsesión apareció
tardíamente en la clínica de las enfermedades nerviosas. Sin embargo, las dos entidades
tuvieron que ver con la historia de las religiones en occidente.
Ambas están emparentadas con los antiguos fenómenos de posesión y con la división entre
el alma y el cuerpo (Teoría del Animismo).
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En el caso de la histeria, la posesión es más bien sonambúlica, pasiva, inconsciente y
"femenina": es el diablo quien se apropia de un cuerpo de mujer para torturarlo.
En la obsesión, por el contrario, es activa y "masculina": el propio sujeto es torturado
interiormente por una fuerza diabólica, mientras permanece lúcido acerca de su estado.
Por una parte la mujer, asemejada a una bruja, es culpable a través de un cuerpo diabólico
ofrecido a la lujuria; por la otra, el hombre es invadido por una mancha moral que lo obliga a
convertirse en su propio inquisidor.
La histeria es un arte “femenino" de seducción y conversión; la obsesión, un rito
"masculino" comparable a una religión. El rito del obsesivo se asemeja al ritual religioso en
cuanto a su ambivalencia entre lo deseado y lo prohibido y las acciones obsesivas se asemejan al
rito religioso salvo que por el carácter publico de las practicas religiosas tiene una correspondencia
simbólica en cuanto a su sentido e interpretación mientras que en los neuróticos aparecen como
necias y carentes de sentido (AEIX “Acciones obsesivas y practicas religiosas”)
Constatando la analogía entre la religión (cuyos rituales tienen un sentido) y el ceremonial
de la obsesión (en el que esos mismos rituales sólo responden a una significación neurótica),
“…Freud caracteriza la neurosis como una religión individual, y la religión como una obsesión
universal...” (AEIX “Acciones obsesivas y practicas religiosas”)
Esta diferencia entre lo femenino y lo masculino, entre lo activo y lo pasivo, entre el cuerpo
convulsivo y la conciencia culpable, se vuelve a encontrar en el modo en que Freud opuso, en una
carta a Wilhelm Fliess de 1895, la neurosis obsesiva a la histeria: “…Imagínate, yo olfateo, entre
otros, el condicionamiento estrecho siguiente: para la histeria, que se haya producido una
experiencia sexual primaria (antes de la pubertad) con pánico; para la neurosis obsesiva, que se
haya producido con placer “…La histeria es la consecuencia de un pánico sexual presexual.
La neurosis obsesiva es la consecuencia de un placer sexual presexual que se transforma
más tarde en reproche...".
De modo que, hasta 1897, en el marco de la teoría freudiana de la seducción (trauma
sexual infantil) la sexualidad de las niñas se desplegaba bajo el signo de la pasividad y el pánico, y
la de los varones, bajo el signo de un placer activo vivido como pecado.
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Después del abandono parcial de la teoría de la seducción, Freud no volvió sobre la
cuestión de la neurosis obsesiva hasta 1907 con el Hombre de las Ratas. Esa exposición iba a
servir de modelo a todos los comentarios ulteriores dedicados a la idea de la obsesión.
Con la publicación en 1905 de los Tres ensayos de una teoría sexual, Freud puso de
manifiesto la sexualidad infantil, la perversión polimorfa y el erotismo anal.
Entre 1907 y 1926, Freud transforma su concepción de la neurosis obsesiva. En el historial
del Hombre de las Ratas lo que aparece dominando la organización sexual del obsesivo es el
erotismo anal, y esa analidad está también presente -observa Freud- en los "ejercicios religiosos".
En 1913 retomó esta temática con la publicación de un libro, Tótem y tabú, y un artículo,
donde da cuenta de que “…Las neurosis, por una parte, presentan concordancias sorprendentes y
profundas con las grandes producciones sociales del arte, la religión y la filosofía-, por otro lado,
aparecen como distorsiones de estas últimas”. ("AEXII La predisposición a la neurosis obsesiva")
No obstante, también habría que relacionar la obsesión con una regresión de la vida sexual
a un estadio anal, y su corolario: un sentimiento de odio propio de la constitución misma del sujeto
humano. Pues, según Freud, era el odio, antes que el amor, lo que estructuraba el conjunto de las
relaciones entre los hombres, obligándolos a defenderse contra él mediante la elaboración de una
moral.
Ejemplificando con el texto del hombre de las ratas
Tiene un pensamiento elíptico, donde la desfiguración se realiza por omisión. Cuando
decimos omisión, nos referimos a que falta algo en el texto y esto que falta es una pieza, un
núcleo que el paciente obsesivo tiene guardado para sí y lo mantiene aislado.
Como ejemplo de la dificultad (resistencias) de metaforizar o de realizar asociaciones
citaré el caso del Hombre de las Ratas, en el acontecido “mal entendido” en el que incurrió el
paciente:
Podríamos suponer que el H de las Ratas quedó preso entre aquellas dos opciones que le
prestó su padre, ser un gran hombre o un criminal. Por la ira que sintió contra su padre,
podría haberlo matado, convirtiéndose así en “el criminal”, o intentaría a través de todas las
formaciones de sus síntomas mostrar que en realidad era un buen hombre.
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No sólo por amor a su padre, sino también para cumplir y saldar una deuda dejada por éste
cuando era joven. Así observamos como la temporalidad juega un papel importantísimo en la
neurosis obsesiva, en donde pasado y presente se confunden y desfiguran. La regresión que se
producirá en el neurótico obsesivo será temporal, ya que los actos preparatorios sustituirán a
la acción definitiva.
Cuando el Capitán “cruel” relató la tortura de las ratas, al H. de las ratas lo conmovió
la situación cruel. Esto no podía ser conectado con la escena infantil en la que él había
mordido, y así el Capitán tendría la categoría de subrogado o sustituto del padre, que en
aquel momento lo había castigado.
Luego el H. de las ratas le contesta al Capitán que “Si”, le devolverá el dinero a A,
pero vemos que lo hace desde el complejo paterno y con el recuerdo de la escena infantil:
“Sí, se lo devolveré, si mi amada y mi padre tienen hijos”.
Para el paciente el crimen se había cometido y esto exigía castigo. Entonces se
impuso un juramento imposible de cumplir. Pero así reprimió su mejor saber, que el
Capitán fundaba su reclamo en una premisa falsa. Así, él mismo construyó su padecer
sobre la misma premisa.
En cuanto a la sanción : “De lo contrario le ocurrirá a ambos el castigo de las ratas”,
podemos interpretarlo en relación a las teorías sexuales infantiles: los hijos nacen por el
ano, y no existe diferencia anatómica entre los sexos y también en relación a la fijación de
la etapa sádico-anal que caracteriza a estos neuróticos.
Sabemos que cuando un bebé nace, lo primero que aparece es la madre. Hay una unidad
madre-hijo (narcisísmo- madre fálica). La madre se perfila como ese otro de quien depende la vida
del bebé. La ley opera sobre esa dupla y lo que siempre acecha es volver a la madre. Los
movimientos de la madre van a tener una importancia vital.
Cualquier otro objeto que atraiga la atención de la madre va a constituirse en un rival o en
un modelo de identificación. Ese objeto que atrae la atención de la madre por fuera del bebé es el
falo.
Es decir el falo es el objeto (lugar o posición) hacia la que el chico se orienta si el deseo de
la madre lo invistió primero a él. Se produce la primera pérdida de objeto a la que le seguirá, en el
curso del devenir, el complejo de castración-complejo paterno para resignificar la primera pérdida.
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Así se dice que, “cuando nace un bebé tendrá que nacer un padre”. Este padre al comienzo
idealizado, porque todo lo puede, es él mismo la ley. Seguirá otro tiempo donde el padre
represente la ley. Para que esto ocurra él también tendrá que estar castrado, es decir sometido a
la ley. Pero la ley no es sin falla. Hay algo que retorna, ese es el Superyo que da cuenta de la
falla.
Si volvemos al ejemplo del H. del las Ratas vemos que el padre no operó en esa dupla
como antes describimos. En verdad la falla del padre es no haberle donado un deseo, el
hijo en cambio hereda esa deuda impagable (como saldo del complejo paterno –Edipo- en
mandato superyoico).
Como sabemos, la importancia de la ley es que algo prohíbe y algo a la vez habilita,
por lo tanto surge una actitud ambivalente frente a la prohibición. “En lo inconsciente nada
les gustaría más que violarlas y al mismo tiempo temen hacerlo...pero el miedo es más
intenso que el placer”, (Tótem y tabú p.39). Este mismo sentimiento ambivalente caracteriza
el complejo paterno (Edipo) de nuestros niños.
Las dos leyes fundamentales a las que nos estamos refiriendo son las dos
prohibiciones tabú más antiguas e importantes en la historia de las sociedades: el incesto y
el parricidio.
Podemos deducir así que el neurótico obsesivo se defiende contra el asalto de la pulsión
(tentación) que amenaza o acecha: el peligro de caer en esa tentación que conllevaría a la muerte
de todo lazo social. Es así como en “Acciones obsesivas y prácticas religiosas”, Freud dice que “la
cultura se construye sobre la base de parricidio”.
En otras palabras, si nos remitimos a Tótem y tabú (AE XIII, 1913), donde Freud analiza la
génesis de la organización social del ser humano, podemos articular que:
La ley se instaura por la culpa que sintieron en común, al cometer el parricidio, aquellos
hermanos de la horda primordial darwiniana. Así el padre muerto es el que dispara la ley y surge el
padre simbólico. Podríamos decir que de lo que se trata es de apaciguar la angustia y es desde
allí donde nace la idealización del padre por la añoranza.
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Pero para que funcione la ley tiene que haber un asesinato del protopadre que no
prohibía, sino que él se arrogaba el poder sin ejercer la prohibición. La ley surge por efecto
retardado y así adquiere una significación fálica (entendiendo como falo todo aquello que
convoque el deseo del otro).
Volvamos al “Hombre de las Ratas”, sabemos que el padre se había casado por
conveniencia con la madre, pero nosotros podríamos preguntarnos si la madre deseaba al padre.
Por la novela familiar sabemos que el padre estaba enamorado de otra mujer, y era
la madre la que había aportado “el patrimonio”a la familia. El padre del H. de las ratas no prohibía
a la madre sino a la amada. Por lo tanto esta prohibición está fuera de la articulación edípica.
Entonces ese padre en lugar de habilitar algo de lo posible, le impide o le obstaculiza construir el
sistema de sus identificaciones. Por lo tanto, una de las salidas de este embrollo es a través de su
identificación con los emblemas del padre, y como consecuencia no puede pensarse como
progenitor.
Conclusiones
Del ejemplo elegido como para ilustrar estos complejos mecanismos que se llevan a cabo
en la neurosis obsesiva podemos referir a modo de síntesis, la siguiente ecuación simbólica del
caso del H de las ratas:
Ratas -->Gusanos (erotismo anal estimulado por parásitos en su infancia)--> Dinero:
ratas-cuotas-->Juego (rata de juego, palabra puente hacia la deuda de juego de su padre)->Angustia (frente a la sífilis. Ratas portadoras de infecciones. Duda de la fidelidad del padre
hacia la madre en su época militar) -->-->Pene -->[1- Portador de infecciones = gusano=
erotismo anal. El capitán cuenta que las ratas cavaban en el ano del torturado, como lo
hacían los gusanos en su infancia. 2- Rata (comercio sexual per anum)]--> Hijos (la dama
era estéril, dudaba en casarse con ella. El encontraba en la rata la imagen de sí mismo:
alguien asqueroso, roñoso, que podía morder a los demás.
Esta ecuación extraída de las conclusiones que Freud hace al final del historial del H.
de las ratas, la podemos generalizar de la siguiente manera:
Pene = Dinero = Heces = Regalo = Hijos=Falo
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El neurótico obsesivo funciona con estas equivalencias, como el niño en la etapa de
desarrollo correspondiente, la defecación es un ‘perder algo valioso”. El otro se lo pide, es una
manera de pagar. Tiene valor fálico ya que es valioso (es del orden del narcisísmo).
El niño diría: “Me quiere, si le doy eso que me pide” (si le pago). El pagar es una
equivalencia de someterse (erotismo anal), donde se juega un malestar del orden “Se lo tengo
que dar a él. El goza cuando le doy”. El neurótico obsesivo está preocupado por su imagen
narcisística, está preocupado por su desempeño.
Podríamos decir que es yoico. Y como tal, ¿Cómo se vincula con su deseo? Se vincula a
través del castigo por el deseo. En el ejemplo del H. de las ratas vemos un pensamiento a modo
de tormento mental, es puro control pulsional, lo que nos da la idea de un goce autoerótico
El pensamiento de tan rumiante y sexualizado, está fijado (pegoteado) a la palabra, al
objeto. Algo de lo que debía perderse (erotismo anal), no se perdió.
El obsesivo es altamente deseante, pero instrumenta mecanismos reactivos para no
enfrentarse con la pulsión. Surgen varias preguntas con respecto a, ¿Qué hizo con su deseo?;
¿Por qué no está donde el deseo se juega? No está precisamente porque el deseo es donde se
juega su castración que no operó. Así lo vemos ocupando el papel “del que cumple”. Por eso
también duda porque en ese “equilibrio” no pierde nada. Y por querer todo no quiere nada....de
donde se vislumbra la obsesión fálica: “Todo es posible”; “No puedo nada”, cuando en realidad es:
“Lo quiero todo”. Y así troca deseo por temor.
Bibliografía
⇒ Freud, S. (1907). “Acciones obsesivas y prácticas religiosas”. AE IX
⇒ Freud, S. (1908). “Carácter y erotismo anal”. AE IX
⇒ Freud, S. (1909). “A propósito de un caso de neurosis obsesiva” (el “Hombre de las
Ratas”). AE X.
⇒ Freud, S. (1913). “La predisposición a la Neurosis obsesiva”. AEXII.
⇒ Freud, S. (1913) “Tótem y tabú”. AE XIII
⇒ Diccionario de Laplanche y Pontalis.
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