MANIFIESTO DE MANZANARES El manifiesto

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MANIFIESTO DE MANZANARES
El manifiesto de Manzanares es una fuente escrita primaria, el documento es de naturaleza
pública y tiene carácter político. Contiene el programa de reformas políticas deseadas por las
fuerzas que apoyaron el pronunciamiento liberal: moderados, demócratas y progresistas.
El texto fue redactado por el joven político moderado A. Cánovas del Castillo y firmado por el
general conservador L. O´Donnell, que se puso al frente del alzamiento. El acontecimiento se
inscribe en el reinado de Isabel II, fechado el 7 de Julio de 1854, tras la crisis parlamentaria
provocada por la suspensión de las Cortes, a la que sucede la sublevación de Dulce en Junio,
los sucesos de Vicálvaro de 30 de Junio y el levantamiento de Manzanares que supuso el
cambio de rumbo del proceso.
El respaldo popular (descontento por la subida de los precios del grano) estuvo representado
en las Juntas de Salvación, que consiguen que Espartero vuelva al poder devolviéndolo a la
alternativa progresista, poniendo fin a la Década Moderada (1844-1854) y abriéndose paso el
Bienio Progresista (1854-1856).
Las ideas fundamentales del Manifiesto son:
a. Devolver los beneficios del régimen representativo a la Nación, que se concretan en las
respectivas ampliaciones de la libertad de imprenta y de la ley electoral, como se
contemplará en la Constitución “non nata” de 1856 y en la convocatoria de Cortes
generales.
b. Reformas económicas que permitan la reducción de impuestos. La ley Madoz de
desamortización eclesiástica fue el intento más significativo en este sentido, que
posibilitó la modernización de la economía española (Ley de Ferrocarriles, Ley
bancaria, entre otras)
c. Descentralización administrativa, otorgando mayor peso a los poderes locales, a los
Municipios.
d. Garantías para la carrera militar, deseos de las fuerzas del Ejército que apoyan el
levantamiento y nuevo papel del Ejército, contemplado en la reorganización de la
Milicia Nacional, cuerpo de defensa creado en la constitución de 1812.
e. Además de lo comentado anteriormente, podemos observar otra serie de peticiones,
como la conservación del Trono “pero sin la camarilla que le deshonra”. Debemos
recordar que el reinado de Isabel II estuvo mediatizado en los inicios por la influencia
de su madre, desde París, y varios personajes de la Corte que ejercieron influencia
política sobre ella: entre ellos, el padre Claret y Sor Patrocinio ‘’la monja de las llagas’’.
En definitiva, contiene los postulados del programa liberal, la doctrina clásica del progresismo,
recogiendo las aspiraciones de políticos conservadores, grupos del ejército y grupos
progresistas.
En el Bienio Progresista se aplicaron principios progresistas, que se reflejaron en la
Constitución non nata 1856, mucho más progresista que la de1845 y que no llegó a ver la luz.
Sin embargo, estas medidas no mejoraron las condiciones de vida de las clases populares, lo
que generó un clima de conflictividad social que llevó al Gobierno a dimitir, dando comienzo al
gobierno de los moderados y la Unión Liberal (1856-1868).
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