Mateo 20,20-28 Jesús dijo a sus discípulos: el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por muchos. Jesús, el hombre del servicio, el que ofrece lo que nadie puede ofrecer al hombre: la vida Jesús, el Dios encarnado en la realidad del servicio por vocación, servicio al hombre Jesús, el Dios eterno creador y servidor hasta el extremo, el de dar la vida en rescate. Servir, esa tarea a veces tan desgarradora, que lo pide todo y no reconoce nada, solo da Servir, ese trabajo que ha ido cayendo en descrédito, solo algunos mal pagados lo hacen Servir, esa responsabilidad que descargamos pagando a otros para que lo hagan en mi lugar. Dar la vida, eso que saben hacer las madres y Dios que es Padre y Madre de todos los hombres Dar la vida, esa locura que engendra vida verdadera y genera un gozo indecible en el servidor Dar la vida, como sólo Dios podía hacerlo, hasta el extremo, dando todo cuanto poseía, a sí mismo. Rescatar a muchos y lograr que ninguno se pierda de los que el Padre le había dado a su custodia Rescatar a muchos para devolverle al Padre el reino rescatado de la muerte y del pecado, liberado Rescatar a muchos y devolver la creación y al hombre a su estado original en la eternidad de Dios. Señor, hoy quiero ser servidor, aunque solo sea en las pequeñas cosas de la vida que viviré Señor, hoy quiero ver a los otros como dignos de mi servicio y gozar el privilegio de servirles Señor, hoy al final del día me sentaré a la mesa y tú habrás servido el pan y el vino de la eternidad.