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Por: Dr. Andrés Morilla Guzmán
La palabra jeringuilla proviene de la planta del mismo
nombre conocida también como celinda, la cual es un
arbusto que alcanza hasta dos metros de altura y da
racimos de flores blancas. En la antigüedad tomaban
sus tallos a los que se les quitaba la médula y se
utilizaban para inyectar soluciones. La palabra jeringa
viene del latín”syringa”, vocablo adaptado del griego
“surigga”, de “surix” o “suringos” que significa caña o
flauta.
Desde la antigüedad se trató de introducir en el organismo sustancias para
evitar o curar el dolor, por eso el origen de la jeringuilla esta muy ligada al de la
anestesia. En este afán los griegos inventaron un instrumento que consistía en
una vejiga con una caña que utilizaban para introducir sustancias por debajo de
la piel que a finales del siglo XV se transformó en una forma de tratamiento
conocida como lavativas. En el siglo XVII, se empleó un instrumento similar a
las jeringuillas para inocular medicamentos analgésicos en los lugares
afectados. Se recoge en la historia de la anestesia que Sir Christopher Wren,
en 1657 inyectó por vía intravenosa, opio a un humano, aunque la técnica que
utilizó no fue descrita y se conoce poco de ella. En 1844, el médico irlandés
Frances Rynd introdujo el uso de una aguja metálica para calmar el dolor de
una paciente con neuralgia del trigémino.
A quien se le atribuye el invento de la jeringuilla fue a
Alexander Wood quien diseñó este instrumento en
1853, Wood era secretario del Real Colegio de
Médicos de Edimburgo, en el Reino Unido y había
estado experimentando con una aguja hueca para la
administración de drogas en el torrente sanguíneo.
Durante algún tiempo el Dr. Wood se la pasó
obsesivamente experimentando la administración de
drogas terapéuticas mediante el uso de una aguja de
coser modificada. Luego de infructuosos intentos
iniciales, tuvo éxito y se animó a publicar en la aclamada gaceta local un
artículo que sugería el uso de su sistema para administrar diferentes drogas.
Su invento le permitió inyectarle morfina a su esposa, que padecía de un
cáncer incurable y aunque por su descubrimiento obtuvo el aplauso del mundo
entero su esposa murió por una sobredosis de morfina.
Hay quienes afirman que por la misma época, el cirujano Charles Gabriel
Pravaz de Lyon, Francia, diseñó una jeringa hipodérmica similar y han tratado
de adjudicarle el invento, otros plantean que Pravaz solo la modificó al
diseñarla con un émbolo que conseguía la dosificación al darle vueltas sobre su
eje, pero lo cierto es que fue Alexander Wood quien se coronó con la fama de
este invento tan utilizado en la práctica médica actual.
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