En realidad ¿De qué nos reímos?

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En realidad ¿De qué nos reímos?
Introducción
Tanto en las operaciones fallidas, el olvido de las palabras, los recuerdos encubridores, el
trastocar de las cosas confundido, el trastrabarse y el chiste Freud nos permite visualizar
fenómenos que todo individuo normal alguna vez vivenció.
Ubica aquello que pasaría a ser la tesis fundamental, establecida en la interpretación de los
sueños: la existencia de dos modalidades distintas de funcionamiento psíquico a la que él llamó
proceso primario y proceso secundario, la existencia del inconsciente, preconsciente y consciente
y junto a esto realizar el modelo del aparato psíquico, y su funcionamiento.
A partir del Proyecto de psicología científica (1895), es desarrollada en el capítulo VII de La
interpretación de los sueños (1900) y continuará siendo una referencia inmutable del pensamiento
freudiano.
El estudio de las formaciones del inconsciente, los síntomas, los actos fallidos, chistes y el
análisis de los sueños, conducen a Freud a reconocer un tipo de funcionamiento psíquico que
presenta sus mecanismos propios, regido por ciertas leyes, etc., lo cual le permite ir armando las
piezas de su rompecabezas: el aparato psíquico.
Entendemos que recorrer una parte de ese camino fue el objetivo de este seminario:
a través del chiste, pensar el funcionamiento psíquico.
Ahora vamos a tratar de ver si entendimos algo más…
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ALGUNAS PUNTUALIZACIONES ACERCA DEL CHISTE…
Dice Alcira Alizade en un trabajo presentado: "Considero al chiste como una estructura
verbal vincular de tres personas donde tiene lugar el montaje de una escena en el marco de un
encuadre, cuya función psíquica es de alivio o aligeramiento del aparato psíquico a través de la
liberación brusca y breve de tendencias inconcientes reprimidas y que requiere premisas básicas
intersubjetivas para su constitución (concordancia psíquica y disponobilidad psíquica)".
¿Cómo surge el chiste?
Una ilación de pensamiento preconciente queda librada a la elaboración inconciente, de
donde emerge luego como chiste.
Del mismo modo que en la elaboración onírica, los mecanismos que priman en la formación
del chiste son la condensación y el desplazamiento, produciendo un deslizamiento de sentido que
disfraza los contenidos latentes y permite su acceso a la conciencia, sorteando la censura. En
este sentido es una formación sustitutiva.
Formación sustitutiva que se caracteriza por la ganancia de placer que produce.
Mientras que el sueño es la expresión de la realización de un deseo y de la evitación de un
displacer, y conduce a una regresión al pensamiento en imágenes, el chiste es texto y estructura
verbal y productor de placer.
Ahora bien, ¿de qué depende la satisfacción experimentada al hacer o escuchar un
chiste?
No es despreciable en esto el puro y simple juego con las palabras, por ejemplo con las
sonoridades, en tanto remite a un placer importante de la infancia.
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Pero Freud insiste sobre todo en el hecho de que lo que se dice con ingenio es más
fácilmente aceptado por la censura, aun cuando se trate de ideas ordinariamente rechazadas por
la conciencia.
Cuando hace o escucha un chiste, el sujeto no tiene necesidad de mantener la represión a
la que ordinariamente recurre. Libera así la energía habitualmente utilizada para ello y en este
ahorro encuentra su placer, que se define clásicamente como disminución de la tensión.
«…El que deja escapar así inopinadamente la verdad -dice Freud- está en realidad feliz de
tirar la máscara…».
Pero ¿Que condiciones deben cumplirse para que un chiste sea cómico?
⇒ La actividad.
⇒ la referencia al contenido de nuestro pensar.
⇒ El carácter de juicio que juega.
⇒ El apareamiento de lo desemejante.
⇒ El contraste de representación.
⇒ El sentido en lo sin sentido.
⇒ La sucesión de desconcierto e iluminación.
⇒ La rebusca de lo escondido.
⇒ El particular tipo de brevedad del chiste.
(AEVII-Pag16)
El funcionamiento de nuestro psiquismo está regido por una ley que dice que el psiquismo
busca el placer, busca tener la menor tensión posible, y trata de evitar el displacer, o sea el
aumento de tensión.
Entonces, en el psiquismo la ecuación es: Placer = Disminución de tensión;
Displacer = aumento de tensión.
El chiste encierra una verdad que lo cómico hace más soportable.
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¿Cuál es esa verdad?
La masa que amasa el chiste es una herida narcisista sumamente dolorosa. Y cuando hay
ruptura narcisista, hay castración simbólica.
Nuestros deseos inconcientes, en tanto que incumplidos, están siempre activos, pugnando
por salir. Ahora, estos deseos están insatisfechos por naturaleza. Falta estructural. No somos
seres plenos, completos. Desde el origen nos falta algo, carecemos.
Lo perecedero, la caducidad de todas las cosas, que tarde o temprano se van a hundir en la
nada, como así también nosotros mismos, es uno de los nombres freudianos de la castración. El
carácter efímero e insignificante de las cosas, sumado a lo irremediable e inapelable de ese
mismo carácter, confrontan doblemente al sujeto con una verdad que no quiere saber al mismo
tiempo que no puede evitar saberla.
Sino trágico del conocimiento humano, que enfrenta al hombre a una verdad que no puede
admitir ni ignorar por completo: que es un ser- para-la-muerte, que no hay Otro Completo que lo
proteja del desamparo del que nunca se termina de salir, que el programa que se propone el
principio de placer de evitar todo dolor y experimentar intensas sensaciones placenteras está en
pugna con el universo entero.
Lo importante está en la respuesta subjetiva a tal confrontación con la caducidad de las
cosas y del Yo, en el posicionamiento que cada sujeto adopte frente a lo inevitable.
Aquí es donde aparece el valor del chiste y el humor pensados desde la clínica.
La cura, como la vida humana, constituye un lugar de producción de sentido. Allí se ponen
a trabajar los sujetos del discurso, que procurarán repeticiones de los sentidos viejos y producción
de sentidos nuevos.
Freud dice que el humor, el chiste y lo cómico vuelven a llevar al hombre al estado infantil,
pues "…la euforia que aspiramos a alcanzar por estas vías no es más que el humor de nuestra
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infancia, una edad en la que ignorábamos lo cómico, no teníamos ingenio, ni necesidad del humor
para sentirnos felices en la vida…"
El chiste viste las verdades de fiesta y produce placer allí donde, lo que hay por detrás,
produciría displacer si emergiera a la conciencia sin disfraz. Es en este sentido que opera como
una descarga y una inhibición ahorrada, ya que afloja la represión y dice lo que no se puede decir.
¿Y el humor?
No es, como el chiste, una formación del inconciente. El humor es una posición en la vida y
en este sentido, es aceptar la castración, la afrenta narcisista.
Es poder pensar que el sentido trágico de la vida no significa que la vida tenga que
ser una tragedia.
Bibliografía
⇒ AE VIII El Chiste y su Relación con lo Inconsciente
⇒ El Placer de Leer a Freud (Nasio)
⇒ Revista de Psicoanálisis; Sección monografías; El chiste y su Escena; Alcira Alizade
⇒ Diccionario de Psicoanalisis Laplanche y Pontalis.
⇒ Diccionario de Psicoanalisis Roudinesco.
⇒ Amorrortu Editores; Tomo XXI; El Humor (1927).
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