DEJANDO PASO AL AMOR EN EL AULA Hace unos días mi marido

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DEJANDO PASO AL AMOR EN EL AULA
Hace unos días mi marido tuvo un accidente de moto. Entró en la cocina, y me dijo: “tienes que
llevarme al médico”. Yo lo abracé, dándome cuenta de que DE PRONTO ESTÁS, Y DE PRONTO
NO ESTÁS... Entonces en mi mente se hizo el vacio; no había pasado, ni futuro, solo el ahora. Lo
llevé a urgencias y durante la espera tomé conciencia de que la enfermedad, los accidentes tienen
como fin la limpieza del ego: de pronto estás , de pronto no estás... Afortunadamente, todo quedó en
una contractura y heridas leves. Pero, para mí fue una gran lección porque al limpiar mi mirada y
situarme totalmente en el presente, comprendí profundamente a Benjamín Zander -director de
orquesta, profesor de conservatorio, especialista en liderazgo positivo y motivación- cuando habla
de dar paso a los demás, de darle espacio a l@s alumn@s, de permitirles ser.
Es cierto, que tal y como está la escuela, son muchos los sinsabores que tienen que vivir l@s
maestr@s. Entre otros, los retos que les plantea el alumnado, que generan frustración y amargura
cuando las cosas no son como queremos que sean. Sin embargo, y ya finalizando el curso, mi
propuesta es que dejemos paso al amor en el aula. Se me ocurre que le digamos a los niños y a las
niñas: “hoy, tengo una gran sorpresa para vosotros. Os tengo que transmitir un secreto maravilloso,
que las palabras además de ser sustantivos, adjetivos y verbos, tienen magia, tienen música... Las
palabras abrazan, las palabras curan, las palabras saben amar. Y os lo voy a demostrar con hechos”.
Después de esta introducción, les proponemos hacerle un regalo muy especial a un maestro o una
maestra del colegio; preferiblemente, a quien ell@s elijan. Les indicamos que para este fin vamos a
utilizar la mayor herramienta de un poeta: la comparación; y que todos tienen que participar con su
voz en la experiencia. Entonces, vamos haciendo en la pizarra una lista de palabras (a mí me gusta
llamarla catarata de palabras) con el resultado de comparar a dicha persona con los siguientes
elementos:
-Si fuera un árbol, sería... Por poner un ejemplo: un naranjo.
-Un color..., el celeste.
-Una estación del año..., el otoño.
-Un instrumento musical..., la flauta.
-Un sentimiento..., la alegría.
-Un pájaro..., el ruiseñor.
-Un elemento de la naturaleza..., el manantial.
Y, como colofón, le decimos a l@s niñ@s que la última palabra es un regalo. Ese regalo va a ser
extraordinario porque los escritores pueden regalar: el mar , las estrellas, la felicidad... Y no les
cuesta nada. Tras terminar la catarata, invitamos a la clase a jugar con las palabras; y vamos
combinándolas hasta que surjan los versos más hermosos. Así, iremos conformando el poema,
abriendo totalmente las puertas de la imaginación y del corazón. Para dar este paso en la creación,
hay que tener en cuenta lo siguiente:
-Podemos quitar y añadir nuevas palabras.
-podemos alterar el orden de las palabras para construir el verso.
-El pie del verso o sea, el primer verso puede ser: “maestro o maestra, tú eres para nosotros”.
De esta manera, l@s niñ@s irán sugiriéndonos combinaciones de palabras, y nosotr@s seremos sus
“escribas”. Si jugamos con las palabras que nos han servido de ejemplo, puede resultar el siguiente
poema:
Maestro, tú eres para nosotros
un naranjo donde se posa
el ruiseñor de la alegría,
un manantial celeste,
una flauta que canta
al nuevo día...
Te regalamos, entre todos,
un sol de amor
para que alumbres nuestras vidas.
Como podréis comprobar la palabra “otoño” no se ha empleado; y, en cambio, hemos añadido los
verbos posarse, cantar y alumbrar, conjugados.
Tras realizar el poema, se puede hacer un mural y regalárselo al maestro o la maestra que nos ha
servido de inspiración. También se puede hacer un pergamino. Incluso se puede dividir a la clase
por grupos, en los cursos más avanzados, y que cada uno se encargue de elaborar una poesía a un
profesor o profesora, para luego escribirla en el soporte que deseen.
Con la creación de esta POESÍA COLECTIVA se puede experimentar que cuando se unen todas las
inteligencias de una clase “para hacer el bien a otro”... Se despierta una inteligencia mayor. Se
produce una sinergia que se puede manifestar en la magia de las palabras que van surgiendo con
“una espontaneidad divina” y que van configurando una poesía que nos puede dejar a todos con la
boca abierta. Sentir como esa energía, que nos convierte en una sola voz, va envolviendo la clase...
Es una de las experiencias más hermosas que se puede tener en la enseñanza.
Esta sencilla actividad compensa y equilibra el análisis metódico de las palabras, tanto morfológico
como sintáctico, que se hace en la escuelas durante todo el año. Nos brinda la posibilidad de
mostrarle a los niños y a las niñas la fuerza maravillosa que esconden las palabras. Y los profesores
podemos experimentar como una humilde propuesta de creatividad, en este caso jugar con las
palabras, puede generar un movimiento de unión que integre a toda una clase y transforme el aula
en un espacio donde se pueda expresar la grandeza humana.
ROSA MARÍA BADILLO BAENA
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