Natalia Liliana Soledad Acosta desapareció el 29 de mayo de 2009

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“Justicia para la Familia de Natalia Acosta”.
Natalia Liliana Soledad Acosta desapareció el 29 de mayo de 2009 por la madrugada. Se
la vio por última vez en la esquina de 25 de Mayo y Suipacha, en la ciudad de Santa Fe.
Natalia tenía 21 años al momento de su desaparición. Durante tres años, la causa estuvo
en la justicia federal y se investigó el hecho como Trata de personas. En la actualidad, y
pese a las diversas pruebas aportadas por la familia de Natalia, el expediente se
encuentra en la justicia provincial, caratulado como Pedido de paradero. La denuncia
sobre la desaparición de Natalia fue realizada el mismo 29 en la Comisaría Primera de la
capital santafesina.
Los hechos
Natalia Acosta ejercía la prostitución bajo el control e influencia de quien era, por
entonces, su pareja, Eduardo Daniel Ruiz. Ambos vivían en la vecina localidad de Santo
Tomé.
La noche previa a su desaparición, un hombre habría llevado a Natalia a Místico, local de
stripers ubicado sobre calle San Martín al 2700 para que conozca el lugar. Esta persona –
identificada por la justicia- se habría hecho pasar por el dueño del club nocturno. En su
declaración testimonial, dicho individuo afirma no recordar a Natalia. Es importante
señalar otros dos datos relacionados con esta persona. La noche en que Natalia
desapareció, no se encontraba en Santa Fe. Había viajado a Angelica –departamento
Castellanos- a visitar a su madre. Por su parte, en su declaración dijo no recordar el
dominio (patente) de su auto. Esta persona no siguió siendo investigada.
Soledad Ruiz, hermana de Eduardo –pareja de Natalia–, ejercía la prostitución en la
misma esquina de 25 de Mayo y Suipacha. La noche en que Natalia desapareció ella no
estaba en el lugar. Soledad dijo, en relación al individuo que habría llevado a Natalia a
Místicoi, que siempre se presentaba a bordo de un auto color bordó. Lo cual da por
sentado que era conocido de Natalia y Soledad y las frecuentaba.
La noche de su desaparición, a las 3 de la mañana, Eduardo Ruiz le solicitó a Natalia que
regresara a su casa. A las 4.30 se envió mensajes de texto con Natalia y entre las 5 y las
7 de la mañana intentó comunicarse con ella llamando en reiteradas oportunidades a su
teléfono celular. Luego fue, junto a su madre, a los hoteles que Natalia frecuentaba.
Cuando eran las 9 de la mañana, Eduardo Daniel Ruiz se hizo presente en la casa de
María Cristina Balán y Ariel Acosta –padres de Natalia– para preguntar por ella. Media
hora antes, quien se había acercado al domicilio de barrio Centenario fue Soledad Ruiz,
cuñada de Natalia y hermana de Eduardo.
Eduardo Daniel Ruiz declaró como testigo. Pese a que afirmó, sobre la desaparición,
tener informaciones “muchas y no confiables”, además de descartar que Natalia “se haya
ido por propia voluntad”, no fue investigado ni se solicitó que amplíe su declaración.
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Tampoco se lo investigó por los hechos de violencia de género que surgen del expediente.
Según declaraciones de familiares, Ruiz habría llegado incluso a amenazar a Natalia en la
vía pública con un arma de fuego.
Las investigaciones
La información que a continuación se enumera integra el expediente de la causa por
averiguación de paradero. Estas pruebas se generaron gracias al aporte de los padres de
Natalia, María Cristina y Ariel, con la colaboración del Programa de Género, Sociedad y
Universidad de la Universidad Nacional del Litoral, las Organizaciones Sociales que
acompañaron desde un principio y de la Oficina de Rescate y Acompañamiento a las
Personas Damnificadas por el Delito de Trata de la Nación. Pese a este aporte, el
Juzgado Provincial de Instrucción Quinta Nominación no avanzó en la búsqueda de
Natalia.
Rodolfo Acosta es uno de los hermanos de Natalia. Estando preso en la cárcel de
Coronda, recibió la información de que su hermana había sido llevada a una casa en el
barrio Barranquitas, de Santa Fe. Las posibles direcciones donde podría estar eran
Cochabamba al 4100 en el citado barrio y Gobernador Vera al 4000, en barrio Roma. Dos
nombres, además de las direcciones, fueron aportados a la justicia. Ariel Acosta realizó la
denuncia el 4 de junio, seis días después de la desaparición de Natalia. El allanamiento
realizado no dio resultados positivos, ya que no se halló a Natalia ni se pudo dar con las
dos personas antes mencionadas. No hubo más investigaciones en este sentido.
Días después, un vecino de los padres de Natalia afirmó haberla visto en Rincón,
localidad costera ubicada a unos 10 kilómetros de Santa Fe, sobre la Ruta 1. El testigo
dijo reconocer a Natalia dentro de una camioneta negra, semidesmayada. El 17 de junio
de 2009 se realizó un nuevo allanamiento en la zona cercana a calle Los Caracoles y el
terraplén de defensa. No hubo resultados positivos y se abandonó esta pista.
En 2011, María Cristina y Ariel se enteraron de que en 2009 había aparecido, a través de
un operativo de Gendarmería Nacional, el teléfono celular de Natalia. El aparato fue
hallado en manos de Miguel Espinoza en una verdulería sobre la Ruta 2, que comunica a
Santa Fe con Monte Vera. Junto a este local hay una whiskeria. Espinoza, en su
explicación, aportó tres versiones diferentes. En primer lugar dijo que se había encontrado
el teléfono. Posteriormente afirmó haberlo comprado en una feria. Su versión final
establece que adquirió el celular en el Mercado de Productores y Abastecedores de
Frutas, Verduras y Hortalizas de Santa Fe, ubicado en Teniente Loza en el noroeste de la
ciudad. Este hecho fue investigado en una causa separada. La justicia provincial, según
consta en el expediente, nunca requirió información sobre los resultados obtenidos en
dicha investigación.
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El tercer allanamiento realizado para dar con el paradero de Natalia aconteció recién en
2012, casi tres años después de su desaparición. Una vez más, fueron Maria Cristina y
Ariel quienes aportaron los datos y realizaron los primeros recorridos por la zona en
cuestión. El juez de instrucción Darío Sánchez, sin investigación preliminar, ordenó que se
allane la casa de tolerancia “El Gitano” y otra cercana, ubicadas en la localidad de
Recreo, sobre la Ruta 70. El martes 26 de febrero los resultados de la pesquisa, como en
las anteriores, fueron negativos. Los padres de Natalia habían denunciado que su hija era
llevada a este local los fines de semana.
El Programa de Género de la Universidad Nacional del Litoral detectó, por su parte, que
figuraba un certificado de justificación de no emisión del voto de Natalia en las elecciones
primarias de la provincia de Santa Fe, que se llevaron a cabo el domingo 11 de agosto de
2013. La Ley N° 12.367 establece, en su artículo 16, que aquellos que no deseen o
puedan participar de una elección provincial justificarán su ausencia presentándose ante
la autoridad pertinente con su documento de identidad.
Ante esta situación y en conjunto con la Oficina de Rescate y Acompañamiento a las
Personas Damnificadas por el Delito de Trata, se solicitó el certificado a la Secretaria
Electoral de Santa Fe. La Secretaría envió el certificado pero anexó, además, un
comprobante de emisión de voto de Natalia en las elecciones primarias de 2013. Es decir,
para la justicia electoral Natalia a la vez que votó, se excusó de hacerlo. Esta
contradicción llevó al Programa de Género de la UNL a solicitar explicaciones. La
Secretaría Electoral de Santa Fe se limitó a responder que las actas de las mesas
electorales fueron destruidas por disposición 10/14.
El 23 de mayo de 2014 la doctora Zulema Rivera, abogada de la oficina de victimas del
Centro de Asistencia Judicial dependiente de la dirección provincial de acceso a la justicia,
solicitó a la Dirección Nacional de Migraciones constancias de salidas u entradas del país
de Natalia. El pedido exigía se informe los movimientos, en caso de existir, desde el 29 de
mayo de 2009. Hasta la fecha, no hubo respuestas a dicha solicitud. La justicia provincial
tampoco se encargó de reiterar el pedido.
Por último, hubo dos llamados telefónicos anónimos, dos posibles pistas a investigar. En
mayo de 2015, un familiar de Natalia recibió un llamado de una persona que no se
identificó. Ésta dijo tener información sobre el paradero de Natalia y de lo que “habían
hecho”. Manifestó que Natalia había sido vendida y dijo que personas poderosas y
pesadas estaban involucradas. El segundo llamado se produjo en junio de 2015. Los
padres de Natalia asistieron al programa “Los unos y los otros”, que conducía Oscar
González Oro en el canal América para darle visibilidad al caso de su hija. Un anónimo se
comunicó con la producción del programa y afirmó que Natalia fue vendida a España. No
existió accionar judicial dirigido a investigar estos datos aportados.
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La actuación de la justicia provincial
Desde febrero de 2012 hasta marzo de 2013, la justicia provincial no determinó ninguna
medida investigativa para dar con Natalia. Sus acciones en ese período se limitan a un
oficio dirigido a la Unidad Especial de Trata de Personas de la Unidad Regional 1 para
que se continúe con la investigación tendiente a establecer el paradero de Natalia. El
oficio es de fecha 25 de marzo de 2013.
El accionar de los abogados del Centro de Asistencia Judicial (CAJ), dependiente del
Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la provincia, se limitó manifestar la
voluntad de que la causa no se archive. El pedido se hizo el 8 de agosto de 2014. Desde
dicha presentación no se incorporaron hipótesis de investigación ni se solicitaron nuevas
diligencias.
Finalmente, el 29 de mayo de 2014 la Justicia Federal remitió la totalidad de efectos
pertenecientes a la causa junto a las fotocopias certificadas de las mismas al Juzgado de
Instrucción Quinta Nominación, a cargo del Juez Darío Sánchez. El expediente incluía 51
cassetes de escuchas telefónicas, legajo de transcripción de las escuchas telefónicas, un
cd con archivos pertenecientes al celular, entre otros.
En junio de 2015, más de un año después de haber recibido toda la documentación, no se
había hecho análisis alguno. Si se realizó, no consta en el expediente provincial de
búsqueda de paradero. El Juez Sánchez negó tener dichas pruebas a su disposición.
A esta desidia e inacción se le suman las situaciones de violencia institucional que
sufrieron María Cristina y Ariel, padres de Natalia, por parte del Juez Sánchez y sus
dependientes. Estos últimos le negaron a la familia el acceso a las copias de la causa por
encontrarse el juez de vacaciones y expresaron, entre otras cosas: “Yo no voy a hacer
más nada total está investigando la gente de Buenos Aires” y “Vos estas cada día más
loca”.
La negación al acceso a la justicia es otro de los derechos vulnerados en esta causa ya
que, entre otras irregularidades, no se brindó un patrocinio jurídico especializado y no
hubo una respuesta oportuna y efectiva a las denuncias y pedidos realizados.
El año pasado la familia de Natalia presentó un escrito en carácter de víctimas y otra vez
el silencio fue la respuesta recibida. Por ello, en el mes de abril de 2016 solicitaron al
Ministerio Público de la Defensa Penal de la Provincia de Santa Fe les brinde patrocinio
para poder participar como querellantes. Hasta el día de la fecha la justicia no se ha
expedido al respecto.
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Los pedidos, las exigencias
Consideramos que los nuevos datos incorporados a la causa son suficientes para abrir
nuevas hipótesis de investigación vinculadas a la trata de personas con fines de
explotación sexual. Además, muestran el incumplimiento de la Justicia Provincial del
estándar de debida diligencia ante la violencia y desaparición de mujeres.
Por ello, la familia de Natalia y las organizaciones hoy aquí reunidas pedimos que sin
dilaciones:
1) Se le permita a María Cristina Balán y Ariel Acosta –padres de Natalia- actuar como
querellantes y no se les niegue el patrocinio otorgado por el Dr. Ganón por motivos
procedimentales. Consideramos que estamos ante un caso manifiesto de violencia
institucional por la la falta de acceso a la verdad y a la justicia y es urgente empezar a
investigar sin dilaciones. Además, en los siete años que lleva la búsqueda de Natalia,
ninguna otra institución con idoneidad se presentó para constituirnos como querellantes.
2) Se lleven a cabo todas las pruebas solicitadas en el escrito de constitución de
querellantes.
3) Se investigue y eventualmente se responsabilice a los funcionarios de la justicia
provincial y federal por las situaciones de violencias institucional y la denegación
sistemática de justicia, sufrida especialmente en los últimos 3 años.
4) El Estado Nacional, Provincial y Municipal aúnen esfuerzos y actúen con la debida
diligencia en la búsqueda de Natalia. Los instamos a que desarrollen acciones tales como
campañas de difusión, pedido de recompensas, entre otras.
5) Se repare a la familia por el daño ocasionado hasta la fecha como consecuencia de la
inacción judicial

Familiares de la desaparecida Natalia Acosta

Foro Santa Fe Contra la Trata

Programa de Género, Sociedad y Universidad (Universidad Nacional del
Litoral)

Campaña Abolicionista “Ni una mujer más víctima de las redes de
prostitución”

Generar Santa Fe

Mujeres en Actividad
5
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