CONCURSO DE CUENTOS INFANTILES REME CICLA EN

Anuncio
CONCURSO DE CUENTOS INFANTILES
REME CICLA EN SUCIELANDIA
Érase una vez una niña que vivía en una ciudad muy muy sucia llamada Sucielandia.
Sucielandia era una ciudad muy triste, contaminada, con un rio negro y maloliente,
una ciudad de la que huían los animales y en la que muchas personas enfermaban.
La niña se llamaba Reme Cicla y estaba triste de vivir en una ciudad tan sucia y
maloliente.
Hasta que por fin un día decidió cambiar las cosas e intentar que su ciudad fuera un
sitio agradable donde vivir.
Como limpiar toda la ciudad se le antojaba muy difícil, comenzó a cambiar el mundo
desde su propia casa.
-¡Lo mejor será que comience desde mi habitación!- Pensó Reme.
Ese día se dio cuenta de que su habitación también era un desastre. Cuidaba muy
mal sus juguetes y…¡Algunos hasta estaban rotos!
Tenía mucha ropa por el suelo y cosas que ya no servían para nada colgadas y
tiradas por todas partes. Además tenía libros, papeles, cartulinas y botellas de agua
hasta en los sitios más insospechados.
Reme pensó que, entre tantas cosas, algunas aún se podrían utilizar y que a otras les
podría encontrar nuevos usos y utilidades, y por eso las separó en montones para
pensar después que hacer con ellos. Colocó los papeles con los papeles, la ropa con
la ropa, los plásticos con los plásticos y así fue separando todo lo que se encontraba.
Su madre se sorprendió mucho al ver que Reme estaba recogiendo y limpiando y le
preguntó:
-¿Por qué has recogido tu habitación?
-Porque estoy harta de tener todo tan desordenado. Además hay muchas cosas que
ya no uso y me gustaría darles más utilidad: venderlas, arreglarlas o transformarlas- le
respondió Reme.
A la madre de Reme le pareció extraño porque a nadie se le había ocurrido algo así
hasta ahora, pero decidió ayudar a su hija.
Empezaron por el montón de la ropa. Seleccionaron la que aún podía usar y el resto
la arreglaron o modificaron.
La ropa que ya no le valía la regalaron a niños y niñas que la necesitaban. Y la que
estaba muy estropeada la trocearon y la usaron para hacer mantas, para limpiar y
para mil cosas más.
Cuando terminaron, Reme llamó a sus amigos y les explicó todo lo que había hecho
en su habitación y los invitó a su casa para que se divirtieran con ella.
En cuanto llegaron y vieron el montón de los papeles, comenzaron a hacer aviones de
papel, barcos, sombreros, pajaritas y abanicos. ¡Se lo pasaron genial!
Al día siguiente toda la clase se fue a casa de Reme para inventar nuevos juguetes
con el plástico y el cartón que quedaba. Hicieron coches, muñecos, robots y todo lo
que se pueda imaginar.
Ese mismo día su habitación se quedó muy limpia y sus amigos estaban felices pero,
como ya no quedaba nada que reciclar en casa de Reme, decidieron comenzar con
otras partes de la ciudad.
Así, día a día, la ciudad fue cambiando. Comenzaron a llegar ardillas, aves y muchos
más animales, nacieron nuevos árboles y por el rio se veían todo tipo de peces, ranas
y hasta patos. ¡Era maravilloso! Todo el mundo estaba más contento y la gente no
enfermaba tanto.
Hasta que, por fin, un día todos los ciudadanos supieron lo que significaba reciclar.
Entre todos tomaron muchas decisiones sobre dónde colocar los diferentes montones
de cosas y sobre los colores de los contenedores en los que meterlas para que nadie
se equivocara.
El Alcalde de la ciudad, a propuesta de todos los ciudadanos, decidió cambiar el
nombre de la ciudad por Reciclalandia en agradecimiento a esa pequeña niña llamada
Reme cicla que cambió su ciudad, el mundo e inventó el Reciclaje como hoy lo
conocemos.
Y colorín colorado este cuento se ha reciclado. Perdón ha terminado.
Y colorín colorete… recicla tú también amiguete.
FIN
Descargar