¿Cuándo Predicó Jesús a los Espíritus Encarcelados?

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¿Cuándo Predicó Jesús a los Espíritus Encarcelados?
Algunos han tomado el pasaje de 1 Pedro 3:18-20 como una supuesta prueba
de que Jesús le predicó a éstos espíritus, durante el tiempo de los tres días y tres
noches en que Su cuerpo estuvo en el sepulcro y Su alma en el Hades (Seol).
Observemos lo que realmente dicen éstos versículos en la carta de Pedro.
V.19 - «En el cual también fue y predicó a los espíritus encarcelados.»
«En el cual» (en hoi), eso es, en cuyo espíritu—el espíritu referido en el versículo
anterior—el principio de la vida interior no sujeta a la muerte. En este espíritu él
predicó. «Predicó» (ekeruxen, indicativo aorista de kerusso, publicar fuera de
casa, proclamar), es un término general indicando una proclamación o anuncio
público. Qué fue predicado no está declarado. Esta predicación fue hecha a los
«espíritus encarcelados.» Son llamados «espíritus» porque estaban en un estado
separado del cuerpo cuando Pedro escribió; y estaban «encarcelados», eso es,
bajo restricción como seres malvados. «Encarcelado» es de uso frecuente para
indicar el estado o condición de aquellos espíritus que a causa de la desobediencia
esperan condenación en el último día (2 Ped. 2:4; Judas 6; Ap. 20:7). Debiera ser
notado que Pedro no declara que estos que fueron los objetos de esta predicación
estaban en un estado separado del cuerpo y encarcelados cuando la predicación
fue hecha; sino que tal era la condición de ellos cuando él escribió. El período
en el que se vivió en la carne, y el tiempo cuando esta predicación fue hecha está
claramente declarado en el versículo que sigue.
V.20 - «Los que en otro tiempo desobedecieron, cuando una vez esperaba
la paciencia de Dios en los días de Noé, mientras se preparaba el arca...»
Estos «espíritus» una vez estuvieron en la carne; fueron una vez (en otro tiempo)
desobedientes; el período de su desobediencia fue «mientras se preparaba el arca;»
y durante este período Cristo les predicó. Lo que uno hace a través de un agente
autorizado. es dicho que lo hace el mismo (1 Juan 4:1), por tanto, Cristo, en la
persona de Noé, predicó a los antediluvianos durante el período en el que el arca
estaba siendo construida; y estos habiendo rechazado esta predicación, murieron
en desobediencia, y estaban bajo restricción en el reino espiritual cuando Pedro
escribió.
¿Que cómo predicó Jesús en los días de Noé? Ya hemos dicho que lo hizo en la
persona de Noé, pero para tener una evidencia más clara leamos 1 Pedro 1:10-12:
«Los profetas que profetizaron...inquirieron y diligentemente indagaron
acerca de esta salvación, escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba
el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual anunciaba...»
Cristo predicó en el espíritu a los antediluvianos a través de Noé, un pregonero
de Justicia (2 Ped. 2:5; 1:21; 1 Cor. 2:7-13; 2 Sam. 23:2; etc.). En otras palabras,
cuando los antediluvianos eran desobedientes, Cristo les predicó a través de Noé
en el espíritu.
Pedro no está enseñando que Cristo fue a predicarle a los muertos en el Hades,
como algunos lo afirman. Pedro ni está mencionando el Hades. Nada dice de Su
predicación después de la muerte.
Demostrado en los eventos asociados con el arca y el diluvio estaba la «paciencia
de Dios.» Ciento veinte años fueron especialmente designados como el período
probatorio ofrecido al hombre (Gén. 6:3). Durante este período deben haber habido
muchas oportunidades ofrecidas al mundo antediluviano para volverse arrepentidos
al Señor. Estos fueron, por la mayor parte, rechazados.
Anotaciones
El Hades, El Lugar Intermedio de la Muerte
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Anotaciones
Una Nota Adicional
Muchos materiales mencionados y de otra manera aludidos en este extraordinario pasaje ha sido una extensa fuente de mucha controversia y desacuerdo entre
muchos escolares. Muchos distinguidos comentaristas han defendido la visión
de que Cristo en su propia persona (y no a través de la agencia de Noé) durante el
intervalo de los tres días entre su muerte y resurrección y mientras estuvo en el
reino espiritual (Hades), verdadera y literalmente predicó a los espíritus separados del cuerpo que vivieron mientras el arca estaba siendo construida pero que
estaban muertos y encarcelados en la casa prisión del Hades en el tiempo en que
la predicación ocurrió.
Las objeciones a esta visión son, en la opinión de este escritor, numerosas e
insuperables: (1) Aquellos que se subscriben a esta visión son incapaces de explicar por qué la predicación fue limitada a los espíritus de aquellos que vivieron
exactamente antes del diluvio. En vista de que Dios no hace acepción de personas,
¿por qué a estos espíritus les fueron ofrecidas oportunidades no concedidas a otros?
(2) ¿Cuál fue la naturaleza del mensaje proclamado a los espíritus que murieron en
desobediencia? (a) Si la oferta fue una de salvación, ¿qué de los muchos pasajes
en las escrituras que claramente enseñan que a la muerte de uno el destino está
sellado; que el juicio estará basado sobre la manera de vivir aquí; y que entre la
morada de los justos y los impíos una sima impasable se extiende? (b) Si la oferta
no fue de salvación, ¿por qué la predicación fue hecha? ¿Para informarle a los
fieles que la redención a través de Su muerte había sido llevada a cabo? La predicación no fue para los fieles, sino para aquellos que murieron en desobediencia.
El significado simple y obvio de las palabras del texto es ese de la explicación
ofrecida en los comentarios, por tanto: (1) Una interpretación razonable de los pasajes lleva a esta conclusión. (2) La conclusión armoniza con la enseñanza general
de las Escrituras con respecto al estado de los muertos. (3) La interpretación está
en congruencia con la temprana enseñanza de la epístola en la que es declarado
que el Espíritu Santo predicó a través de los profetas (1 Ped. 1:11; 2 Ped. 1:21).
(4) Noé era «un pregonero de justicia» (2 Ped. 2:5), y fue dirigido por el Espíritu
en su predicación (Gén. 6:3). ¿qué incongruencia hay entonces en afirmar que en
tal predicación él (Noé) fue el agente o instrumento de Cristo?
Es alegado que desde que es dicho que Cristo fue y predicó, por tanto, él debe
verdadera y literalmente haber ido en su propia persona. La objeción es inválida
porque ningún significado especial debe ser anexado a la repetición de la idea
envuelta. Es una simple redundancia de términos para «fue y predicó» de lo cual
muchos ejemplos podrían ser producidos. Es, por ejemplo, dicho de Cristo que
«Vino y anunció las buenas nuevas de paz a vosotros que estabais lejos (los Gentiles), y a los que estaban cerca (los Judíos)» (Efe. 2:17). Ciertamente nuestro Señor
nunca, en algún momento siguiendo a Su resurrección, predicó a los Gentiles en Su
propia persona. Tal predicación como está aquí aludida fue hecha a través de los
apóstoles, principalmente por Pablo. ¿Si Cristo pudo predicar a Gentiles a través
de Pablo, por qué no a las personas de antes del diluvio a través de Noé? Como
un asunto de hecho histórico de lo que El hizo, y como estos pasajes lo afirman,
Pablo y Noé son los agentes o instrumentos a través de los cuales la predicación
fue llevada a cabo.
La interpretación expuesta en los comentarios sobre el pasaje elude las dificultades en la forma de las visiones consideradas arriba, y acorde con el obvio y
simple significado de las palabras usadas. Correctamente interpretado este pasaje
no hay campo de sustentación para la doctrina Católica Romana del purgatorio.
Este dogma, ya sea defendido por los así llamados escolares Protestantes o teólogos
Católicos, es completa y palpablemente falsa.
Tratando de defender la segunda oportunidad después de la muerte, los Universalistas (cfr. Capítulo 5, Pág. 70) usan otro pasaje que va acompañado de este
que acabamos de discutir y es 1 Pedro 4:6, el cual dice -
El Hades, El Lugar Intermedio de la Muerte
«Porque por esto también ha sido predicado el evangelio a los muertos;
para que sean juzgados en carne según los hombres, pero vivan en espíritu
según Dios.»
La explicación de este pasaje es obviamente la misma del otro: «El evangelio fue predicado a los que ahora están muertos.» La Versión Dios Habla Hoy
vierte este pasaje así - «Pues a los que están muertos se les predicó el mensaje...»
Nótese que Pedro no dice: «Porque por esto también es predicado el evangelio
a los muertos,» sino que dice «Porque por esto ha sido predicado el evangelio a
los muertos...» Si tan importante doctrina como la de una segunda oportunidad
después de la muerte fuese cierta encontraríamos la afirmación de ella por toda la
Palabra, pero es todo lo contrario. El apóstol Pablo escribe - «...He aquí AHORA
el tiempo aceptable; he aquí AHORA el tiempo de salvación» (2 Cor. 6:2). La
palabra guarda silencio en cuanto a cualquier cambio remedial efectuado por el
castigo después de esta vida. Dios no tiene otro Evangelio que el que las Escrituras proclaman. El corazón del hombre no será alterado por cambio alguno de
circunstancias. Los que ahora aborrecen el Evangelio lo aborrecerán entonces. Si
durante su vida aquí los hombres no quieren tener nada que ver con el Evangelio,
¿tenemos la seguridad de que la eternidad bastará para hacerlos cambiar de mente?
No hay evidencia de ello en las Escrituras.
Los demonios hablaron con Cristo y le rogaron que no los atormentara antes de
tiempo, pero ¿se escapó jamás de sus labios un clamor de misericordia? (Mateo
8:28-34). Un pasaje de la Biblia nos da una clara noción de esto - «...y mordían
de dolor sus lenguas, y blasfemaron contra el Dios del cielo y por sus dolores
y por sus úlceras, y no se arrepintieron de sus obras» (Ap. 16:10-11). El dolor
no conduce al arrepentimiento en este pasaje. «La benignidad de Dios...guía al
arrepentimiento» (Rom. 2:4) es el testimonio de las Escrituras. Despreciada ésta,
sólo queda «...atesorada...ira para el día de la ira y de la revelación del justo
juicio de Dios» (Rom. 2:5).
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