Catequesis parroquial familiar 3º Para nosotros los padres Tema 1º Seguimos a Jesús como Iglesia Muchas personas relacionan Iglesia con un edificio, con el templo y también con la jerarquía eclesiástica. Esto solo no es Iglesia. La palabra iglesia significa “asamblea, “reunión”, “convocatoria”. La Iglesia somos la comunidad que se reúne para conocer, celebrar y vivir al estilo de Jesús. La Iglesia está formada por todos los que tenemos una relación personal con Jesucristo, por todos aquellos que hemos depositado nuestra confianza en él y le seguimos. Podemos decir que la Iglesia es un cuerpo cuya cabeza es Cristo y nosotros somos los miembros igualmente necesarios para que ese cuerpo tenga vida. 1.- Objetivos • Identificar a la Iglesia como la comunidad de los seguidores de Jesús. • Descubrir que en la Iglesia todos somos responsables. 2.- Al hilo de la vida En los medios de comunicación vemos entrevistas en las que se pregunta a las personas sobre sus creencias religiosas. Las respuestas son muchas y distintas: creo en Jesús, creo en algo, creo en alguien, creo en alguien superior…, soy creyente pero no practicante, soy ateo, soy agnóstico… Los motivos con los que identifican su ser cristiano suelen ser el hecho de estar bautizados, las prácticas religiosas ocasionales, unas creencias, etc. Ser cristiano, ya lo decíamos en el curso pasado es ser seguidor de Jesús, esto es: conocer y acoger su mensaje, vivir cada día al estilo de Jesús. Todo ello nos lleva a reunirnos con todos los seguidores de Jesús en comunidad, en Iglesia para poder continuar mejor y con más fuerza la obra de Jesús, anunciar y construir el Reino de Dios. La Iglesia es como nuestra “casa solariega”. En ella están nuestras raíces y es referencia para todos los que nos consideramos cristianos, hermanos en la fe. En ella hemos conocido a Jesús; en ella hemos aprendido a seguirle; en ella nos hemos hecho cristianos; en ella vivimos la “buena noticia” de Jesús; en ella recibimos la palabra de Dios y celebramos los sacramentos; en ella experimentamos la acogida, el cariño y la compañía de tantos hermanos y hermanas que caminan con nosotros y que, a veces, nos han sostenido, alentado y llenado la vida; en ella celebramos la vida con sus éxitos y fracasos, con sus gozos y tristezas, con sus penas y alegrías… También es cierto que en ella, a veces, nos sentimos incómodos porque, como toda casa solariega, tiene un cierto aire de otra época y necesita muchos arreglos que rompen nuestras expectativas e interrogan nuestras opciones; porque no se abre ni responde a los signos de los tiempos; porque es humana y pecadora, y fracasa a la hora de acoger el evangelio y ser buena noticia… Pero, a pesar de todo, sigue siendo nuestra casa solariega. Y como tal, nos pertenece, nos acoge y nos recuerda nuestra tarea y responsabilidad en su cuidado y crecimiento, y nos pide que le ayudemos a ser buena noticia para todos. Todos somos Iglesia, todos debemos sentir la Iglesia como nuestro hogar y nuestra familia grande. Durante siglos la Iglesia ha caminado con sus aciertos y desaciertos, pues no olvidemos que está compuesta por hombres y mujeres, ella se ha esforzado por dar a conocer el evangelio de Jesús a todo el mundo y vivirlo. Ahora somos nosotros quienes debemos asumir y continuar la misión de Jesús. Y si creemos que esto solo compete a los religiosos, sacerdotes, monjas…, estamos muy equivocados. Es importante que nos demos cuenta que todos los cristianos tenemos la misma misión. 3.- Dios nos habla a través de su Palabra “Pues lo mismo que el cuerpo es uno, aunque tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, a pesar de ser muchos, son un solo cuerpo, así es también Cristo. Pues todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu. Pues el cuerpo no lo forma un solo miembro, sino muchos. Si dijera el pie: «Puesto que no soy mano, no formo parte del cuerpo» ¿dejaría por eso de ser parte del cuerpo? Y si el oído dijera: «Puesto que no soy ojo, no formo parte del cuerpo» ¿dejaría por eso de ser parte del cuerpo? Si el cuerpo entero fuera ojo ¿dónde estaría el oído? Si fuera todo oído ¿dónde estaría el olfato? Pues bien, Dios distribuyó cada uno de los miembros en el cuerpo como quiso. Si todos fueran un solo miembro ¿dónde estaría el cuerpo? Sin embargo, aunque es cierto que los miembros son muchos, el cuerpo es uno solo”. (1Cor 12, 12-21) Esta comparación con el cuerpo nos da a entender lo que es la Iglesia, al tiempo que nos muestra cómo debemos complementarnos y respetarnos unos a otros. No hay comunidad si cada uno no participa en ella poniendo su talento al servicio de todos. Hasta el cristiano más humilde o más pobre puede tener riquezas con las que puede servir a los demás. 4.- Para el diálogo entre la pareja: • ¿Qué relación ves entre la familia y la Iglesia? • ¿Te sientes Iglesia? • ¿Qué cosas cambiarías en la Iglesia? • ¿Qué haces para que ésta mejore? 5.- Oración Soy ojo pero no puedo caminar, soy mano pero no puedo ver, soy corazón pero no puedo cantar, soy cabeza pero no puedo sostener, soy oído pero no puedo palpar, soy boca pero no puedo abrazar, soy pie pero no puedo hablar, soy columna pero no puedo respirar, soy pulmón pero no puedo pensar, soy hueso pero no puedo sentir, soy piel pero no puedo oír, soy pelo pero no puedo saborear... Todos los miembros se necesitan, pues son débiles. Juntos, sin embargo, lo pueden todo. Así nos pasa a nosotros, juntos y contigo lo podemos todo. Catequesis parroquial familiar 3º Para acompañar a nuestro hijo Tema 1º Seguimos a Jesús como Iglesia 1.- Objetivos • Recordar lo que el curso pasado conocimos de Jesús. • Ayudarles a identificar la Iglesia como la comunidad de los seguidores de Jesús. 2.- Al hilo de la vida Los niños y niñas entre los 8 y los 9 años, se relacionan con personas de su entorno (familia, escuela, amigos). En general les gusta y tienen actitudes positivas hacia la escuela y la catequesis. Tienen interés en aprender y son bastante receptivos. Si viven en un ambiente religioso, creen sin problemas en la existencia de Dios aunque la imagen que tienen de él, generalmente a ésta edad, es la de un Dios todopoderoso que gobierna directamente todo lo que sucede. Respecto a la idea que tienen de Jesús, aceptan sin dificultad que sea Hijo de Dios. Les impacta el amor, la cercanía a los enfermos, su capacidad de hacer el bien, los milagros, su muerte y resurrección. Los niños se integran con facilidad en el grupo de la catequesis y así van descubriendo que la fe no es algo que se vive en solitario sino que existe el grupo de creyentes, de la Iglesia. Como padres podéis hacer que ésta tendencia del niño a hacer grupo sea también hacia la comunidad parroquial y hacia la catequesis. A esta edad los niños quieren parecerse a vosotros. Tenéis sobre ellos una influencia muy grande porque vuestros hijos confían en vosotros porque se sienten amados por vosotros. Si en vuestra familia vivís, de forma natural, como creyentes, si habláis con Dios, si oráis con vuestros hijos, si los acompañáis a la parroquia y les lleváis algún día a participar de la Eucaristía, si vivís con algún compromiso hacia los demás…, es fácil que vuestros hijos hagan suya esta forma de vivir en cristiano que ven en vosotros, les será más sencillo sentirse partícipes de la comunidad cristiana que van conociendo. Si vuestra postura es de lejanía o indiferencia es difícil que vuestros hijos sientan como suyo algo en lo que vosotros no participáis. Aprovechad estos años con ellos, vuestros hijos se fijan continuamente en vosotros, en vuestra forma de actuar ante las diferentes situaciones de la vida. Ellos están aprendiendo, vosotros sois sus mejores maestros. • Recordad con él los diferentes grupos a que pertenece y qué compromisos tiene con cada uno: ir a los entrenamientos; ir a los ensayos (del coro, baile etc.); ir a las clases; ir a las catequesis de la parroquia; etc. • Acompañadle a la Eucaristía alguna vez antes de la primera comunión y después de hacerla los domingos. Explicarle que todos los que nos reunimos en ella somos y pertenecemos a la familia de los que seguimos a Jesús y le queremos recordar. • Acostumbraros a rezar con él por las noches, al bendecir la mesa, etc. • Leed con él cómo vivían las primeras comunidades cristianas en Hechos 2, 42-47 y comentarlo. • Podéis jugar a las cartas “Jesús, vida y parábolas” editado por Idatz, de forma que el niño cuando hace una familia nos cuenta su historia. ¿Qué les une? • Ayudadle a descubrir las tareas y compromisos que todos tenemos al vivir en una familia. Todos colaboramos y ayudamos y esto nos hace responsables. 3.- Con el cuaderno Conviene que utilicéis el cuaderno en diferentes ocasiones a lo largo del mes aprovechando los momentos más favorables. Sin duda a vuestro hijo le gustará que repaséis con él las páginas de su cuaderno de catequesis. Os proponemos ir paso a paso. • En la página 4 escribimos las intenciones que vamos a tener a lo largo del curso y que son: conocer mejor a Jesús y aprender a ser seguidor y buen amigo. También sentirme miembro de la familia parroquial y de la Iglesia. Este curso queremos aprender a celebrar dos sacramentos nuevos: La Penitencia y la Eucaristía. • En las vacaciones, ¿nos hemos acordado de Dios Padre y de Jesús? ¿Hemos aprendido cosas nuevas sobre él? En la página 5 contesta a estas preguntas. • A modo de juego en las páginas 6 y 7 con los dibujos que aparecen, vamos recordando y comentando datos y pasajes de la vida de Jesús que aprendimos el año pasado. - En Emaús Jesús resucitado cena con dos de sus seguidores (que desanimados se marchaban a sus casas) y se da a conocer al partir el pan, recordando la última cena. - Vemos también un pasaje de Jesús adolescente que se queda en Jerusalén sin permiso de sus padres y éstos lo buscan angustiados y lo encuentran en el templo. - Zaqueo, que quiere ver a Jesús, se sube a una higuera; Jesús irá a su casa a comer y se harán buenos amigos. - Pasión y crucifixión de Jesús - Curación del ciego Bartimeo. - Jesús bautizado por Juan en el río Jordán y afirmado por Dios Padre. - Jesús rodeado de niños, eran sus predilectos, los acariciaba y bendecía. - Pedro uno de los amigos íntimos de Jesús. - La pesca milagrosa. - Jesús en la última cena con sus amigos y su petición: “Haced esto en memoria mía”. - En el recuadro el niño, después de haber recordado todo esto, escribe o dibuja el pasaje que más le gusta. • Le contamos ahora al niño el pasaje de la página 8 y se lo explicamos un poco. • Después de explicarle el texto, el niño escribe en la página 9 lo que él le contestaría a Jesús si le hiciera esta pregunta. • En la página 10 y en la página 11 vemos como la Iglesia responde a esta pregunta con estas afirmaciones de fe. • En la página 13 decimos al niño que vaya diciendo qué tipos de gente ve en el dibujo. La Iglesia está abierta para todos, gentes de diversas razas, edades, pueblos, lenguas etc. Todos estamos llamados a formar parte de la Iglesia. • Todos formamos parte de grupos y comunidades: la familia, el colegio, el equipo, la academia, la parroquia, etc. Que el niño escriba en la página 14 a qué grupos pertenece y en la página 15 que dibuje uno de esos grupos. • Nosotros somos hoy la Iglesia de Jesús cuando: - Nos reunimos para rezar - Trabajamos bien la catequesis - Ayudamos a cualquiera que tiene necesidad - Somos testigos de Jesús en la calle Que escriba en las páginas 16 y 17 debajo de cada viñeta lo que hemos comentado. • En nuestra parroquia también hay grupos, son los seguidores de Jesús y prestan sus servicios a los demás en diferentes áreas. Que escriba en la página 18 que es lo que hacen esos grupos. • En la página 19 pinta la frase y responde con vuestra ayuda a las preguntas. • La página 20 sirve de repaso y de diccionario de las palabras que han podido surgir. 4.- Expresión religiosa – Oración Padre, ayúdame a conocer cada día más a Jesús y así, seguirle y pertenecer a su grupo. Haz que junto a los demás cristianos de mi parroquia, yo también, ayude a los demás.