Instituto de Estudios Fiscales

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CRONICA TRIBUTARIA
NUM. 157/2015 (207-230)
LOS METODOS DE VALORACIÓN DE
OPERACIONES VINCULADAS Y EMPRESAS
MULTINACIONALES
Carlos Suárez Mosquera
Agencia Estatal de Administración Tributaria
RESUMEN
El presente trabajo tiene por objeto realizar un estudio práctico de los métodos de valoración de las operaciones vinculadas establecidos por la Ley del Impuesto sobre Sociedades y en las Directrices de la OCDE de precios de transferencia. Se analizan las bases
de datos utilizadas para obtener la información necesaria para realizar el estudio, los
criterios de selección del método más apropiado según las circunstancias, el proceso de
selección de las empresas comparables y, especialmente, estudiaremos el método de distribución de beneficios. Pondremos de manifiesto las dificultades para conocer las funciones y los riesgos que asumen las empresas que componen la muestra seleccionada.
Palabras clave: métodos de valoración en operaciones vinculadas, Directrices de precios
OCDE, Impuesto sobre Sociedades, empresas multinacionales, método de distribución
del beneficio.
SUMARIO
1. INTRODUCCIÓN. 2. MÉTODOS DE VALORACIÓN: CUESTIONES GENERALES PREVIAS. 2.1. Principios de aplicación. 2.2. Criterios de selección del método aplicable. 3. ESTUDIO DE LOS
DISTINTOS MÉTODOS DE VALORACIÓN. 3.1. Método del precio libre comparable. 3.2. Método
del precio de reventa 3.3. Método del coste incrementado. 3.4. Método del margen neto
operacional. 3.5. Método de distribución del beneficio. 4. FUENTES DE INFORMACIÓN PARA
LA OBTENCIÓN DE DATOS COMPARABLES. 4.1. Bases de datos de acceso público. 4.2. Bases de
datos de las Administraciones Públicas. 4.3. Datos de la WEB. 5. ANÁLISIS DE COMPARABILIDAD Y BASES DE DATOS. 5.1. Criterios generales. 5.2. Selección de empresas comparables. 5.3. Limitaciones de la información. 6. MÉTODO DE DISTRIBUCIÓN DE RESULTADO. 6.1. Reparto global del beneficio según una fórmula establecida. 6.2. Descripción del
método de distribución del resultado. 6.3. Aplicación práctica del método siguiendo el criterio de análisis residual. 6.4. Otros criterios de reparto alternativos. 6.5. Repartos entre
más de dos empresas. 7. OTROS MÉTODOS DE DETERMINACIÓN DE PRECIOS ALTERNATIVOS. 7.1. Otros métodos. 7.2. Método de descuentos de flujos de caja. 7.3. Método de
multiplicadores de beneficios. 8. REFLEXIONES FINALES. 8.1. Inexactitud de resultados. 8.2. Operaciones con países de baja tributación. 8.3. Exención de dividendos de
procedencia extranjera. 8.4. Técnica de analizar aisladamente a una de las empresas
del grupo.
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ESTUDIOS Y NOTAS / CRÓNICA TRIBUTARIA 157-2015
1. INTRODUCCIÓN
La normativa fundamental en esta materia la encontramos en el artículo 18 de la Ley
27/2014, del Impuesto sobre Sociedades (LIS) y en las Directrices de la OCDE aplicables
en materias de precios de transferencia a empresas multinacionales y administraciones
tributarias de julio de 2010. La LIS contiene una escasa normativa, una definición de
los métodos aplicables y poco más, pero su preámbulo remite a las Directrices en donde
sí encontramos un enorme desarrollo de estas normas dedicando más de cien páginas a
su delimitación, siendo prácticamente coincidentes los métodos de las dos normativas.
La búsqueda del precio de mercado resulta sencilla cuando existe un mercado con información suficiente sobre transacciones similares entre partes independientes –mercados de materias primas, de instrumentos financieros o similares–, o bien cuando la empresa analizada realiza operaciones de compraventa del mismo producto, además de con
empresas vinculadas, con otras que sean independientes. Si no se dan estas circunstancias hemos de acudir a la obtención de información de otras empresas que realizan operaciones similares con entidades independientes y tratar de conocer los precios que se
están utilizando. Lo normal, y pensemos que estamos analizando grupos multinacionales, enormes, con presencia en numerosos países, es que las transacciones concretas que
queremos analizar – por ejemplo la venta de diversos de medicamentos, de modelos de
automóviles fabricados bajo una determinada marca, que son vendidos en un país y fabricados en otros–, es que no encontremos un producto idéntico en el mercado y, por lo
tanto, no resulte posible obtener el precio de esos productos directamente de operaciones de mercado. Por otro lado, las operaciones que conforman la cifra de ventas de una
multinacional se refieren a multitud de productos –varios modelos de coches y sus piezas de recambio– o –una lista de numerosos medicamentos–, este podría ser el escenario
habitual. Luego, ¿cómo se determina si esos precios a los que se está operando son de
mercado? Los métodos propuestos nos llevan a utilizar márgenes extraídos de las cuentas de resultados de empresas que han sido consideradas similares a la analizada y seleccionadas tras analizar sus «características o factores de comparabilidad» enunciados
en el Párrafo 1.36 de las Directrices. Encontradas las empresas comparables calcularemos los ratios que exija el método que hayamos elegido a partir de sus cuentas de resultados y de sus balances. Si, por ejemplo, estamos aplicando el método del coste incrementado determinaremos el margen de beneficio sobre costes de las empresas
seleccionadas y luego aplicaremos éste, efectuadas las correcciones necesarias, a los costes de la empresa analizada para determinar su cifra de ventas a precios de libre concurrencia. Dado que el objetivo es determinar el precio de cada uno de los bienes vendidos
habría que dar un paso más y distribuir esta cifra de ventas teórica entre los distintos
productos vendidos y luego determinar el precio, lo que no se suele, en la práctica, realizar limitándose los estudios a fijar las magnitudes beneficios o ventas. En general los
métodos llegan a determinar el beneficio bruto o neto que se debería obtener vendiendo
estos productos para inferir a partir de él la magnitud precio de venta o de compra que
se está buscando aunque normalmente referido a un conjunto de productos. Fundamentalmente la Directrices centran la elección de un método u otro va a depender de si las
partes sometidas al estudio realizan funciones importantes o si solamente una de ellas
las realiza y de la existencia de fuentes de información.
2. MÉTODOS DE VALORACIÓN: CUESTIONES GENERALES PREVIAS
2.1. Principios de aplicación
La LIS 2014 y las Directrices OCDE 2010 contienen los mismos métodos de valoración, definen cinco métodos y dejan abierta la posibilidad de aplicar otros. Ni la LIS ni
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las Directrices establecen expresamente la preferencia por unos u otros, en la LIS se señala que la elección del método tendrá en cuenta, entre otras circunstancias, la naturaleza de la operación vinculada, la disponibilidad de información fiable y el grado de comparabilidad entre las operaciones vinculadas y no vinculadas. En las Directrices OCDE
se parte del mismo principio aunque encontramos numerosos criterios adicionales para
elegir el método o métodos más adecuados, la LIS ,sin embargo, no contiene desarrollo
alguno en esta materia, no obstante, su preámbulo remite a las Directrices afirmando
que la interpretación de las normas que contiene debe de hacerse en concordancia con
las Directrices de Precios de Transferencia de la OCDE y con las recomendaciones del
Foro Conjunto de Precios de Transferencia de la UE, en la medida que no contradigan lo
expresamente señalado en dicho precepto, o en su normativa de desarrollo.
Los métodos expresamente establecidos, definidos de la misma manera por ambas
normativas, son cinco: el precio libre comparable, el coste incrementado, el precio de reventa, el margen neto operacional y el de distribución del resultado. Las Directrices los
clasifican en tradicionales, basados las operaciones, los tres primeros, y los basados en
los resultados de las operaciones los dos últimos. La LIS no recoge esta clasificación que,
por otro lado, carece de trascendencia.
El método del precio libre comparable es el ideal y precisa de la existencia de un mercado amplio donde se negocien los mismos bienes y en idénticas circunstancias que los
bienes que queremos valorar, admitiendo que de no existir una identidad total es suficiente que sean parecidas siempre que se puedan realizar las correcciones oportunas para alcanzar la igualdad. Son precios que se obtienen, fundamentalmente, a partir de cotizaciones de los bienes en los mercados organizados. Puede utilizarse como fuente de
información, caso de existir, los precios de las propias operaciones realizadas con terceros no vinculados, lo que se denomina comparable interno.
Los métodos del coste incrementado, el del precio de reventa y del margen neto operacional precisan para su aplicación, primeramente, de la selección de empresas independientes que realicen operaciones similares para, en segundo lugar, la obtención de
los márgenes a los que estas empresas operan, que son determinados a partir de las informaciones contenidas en sus cuentas anuales – fundamentalmente cuenta de pérdidas y ganancias y balances– y, por último, la aplicación de estos márgenes a las cifras de
ingresos, costes o activos de la empresa que realizó las operaciones vinculadas para determinar el precio de venta o el precio de coste que se está tratando de determinar. Estos métodos determinan el margen de beneficio que se obtiene en las ventas de productos similares.
El de distribución de resultado es el único método que no requiere para su aplicación
de información externa al grupo de empresas, se aplica utilizando ratios financieros del
propio grupo. En este sentido es mucho más fácil la obtención de la información para poder llevarlo a cabo y trata de realizar un reparto del beneficio total obtenido por las partes implicadas entre ellas, utilizando, para llevarlo a cabo, los parámetros que se consideren mejores indicadores de la aportación de cada una de ellas a la consecución de ese
beneficio y fijándose, cuando sea posible, en la forma de repartir por grupos de empresas
comparables.
La LIS prevé la posibilidad de aplicar otros métodos o técnicas de valoración cuando
no resulte posible aplicar los anteriores, poniendo como única condición que respeten el
principio de libre competencia. Las Directrices se pronuncian en el mismo sentido, aunque no le dan el carácter subsidiario que les da la LIS, estableciendo una libertad de
aplicación total de cualquier método que respete el principio de plena competencia. En
ninguna de las dos normas se describen estos métodos. Encontramos referencias en en
P 2.123 y en P 6-20 del Capítulo VI dedicado a precios de transferencia de en cesión de
intangibles.
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ESTUDIOS Y NOTAS / CRÓNICA TRIBUTARIA 157-2015
2.2. Criterios de selección del método aplicable
La LIS no contiene criterio alguno, en el Capítulo II de las Directrices OCDE encontramos, primeramente, unos criterios generales para seleccionar el método a aplicar
(párrafos 2.1 a 2.11) que parten del principio general de aplicar el más apropiado para
las circunstancias concretas analizadas. Para conseguirlo se debe considerar la existencia de información fiable disponible así cómo la posibilidad de realizar ajustes de comparabilidad para eliminar las diferencias más importantes que existan entre las operaciones. Las Directrices muestran su clara preferencia por el método del precio libre
comparable y en segundo lugar –P 2.3– los métodos que se basan en las operaciones
–margen sobre compras o sobre ventas–, se indica –P 2.4– que hay situaciones en los
que los métodos basados en el resultado de las operaciones – margen neto operacional y
de distribución del beneficio– son preferibles señalando como ejemplo aquellos casos en
los que cada una de las partes realiza aportaciones valiosas y únicas a la operación vinculada, o cuando las partes llevan a cabo actividades muy integradas en donde se aconseja la aplicación del método de distribución del resultado, o no se disponga de información pública suficiente de terceros sobre el margen bruto. Respecto a la posibilidad de
aplicar más de un método –P 2.11– se considera posible hacerlo en casos complicados
aunque, y sin perjuicio de considerar los resultados ofrecidos por más de un método, se
prefiere la utilización de un único método.
Además de este primer conjunto de directrices encontramos dispersas otras que complementan y ayudan a elegir. Las propias definiciones de los métodos nos permiten decidir si aplicar los márgenes al precio de reventa o al de coste según cual sea la parte
vinculada. Es decir, si el comprador es vinculado y los proveedores independientes aplicaremos método del coste incrementado y en caso contrario el margen sobre el precio de
reventa. Otra directriz importante es la –P 2.66– que señala que los métodos del precio
de reventa, del coste incrementado y el del margen neto operacional se aplican únicamente a una de las empresas asociadas, lo que nos lleva a que no podemos aplicar un
método a una y otro a la otra parte, puesto que el resultado sería completamente dispar,
ello obliga a elegir la parte a la que se van a aplicar los márgenes, sin perjuicio del efecto que la corrección tenga en las dos partes implicadas por medio de los ajustes pertinentes. Se elegirá como parte objeto del análisis la menos compleja – P 2.59– criterio
que debe ser complementado con la afirmación –P 3.19– de que como norma general la
parte objeto de análisis es aquella a la que puede aplicarse el método de determinación
de precios de transferencia con más fiabilidad, y para la que existen comparables más
sólidos, es decir, normalmente-se afirma– será aquella cuyo análisis funcional resulte
menos complejo.
Se expresa la preferencia por el método de distribución del resultado en casos en los
que cada una de las partes realicen aportaciones valiosas y únicas –P 2.59– y, por el contrario, no se aplicará –P 2.109-en los casos que una parte ejerce funciones simples y no
realiza ninguna aportación única significativa se menciona, a título de ejemplo, la fabricación por contrato o las actividades prestadas bajo contratos de servicios en las circunstancias adecuadas.
3. ESTUDIO DE LOS DISTINTOS MÉTODOS DE VALORACIÓN
3.1. Precio libre comparable
Aparece definido en la LIS como aquel por el que se compara el precio del bien o servicio en una operación entre personas o entidades vinculadas con el precio de un bien o
servicio idéntico o de características similares en una operación entre personas o entida– 210 –
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des independientes en circunstancias equiparables, efectuando, si fuera preciso, las correcciones necesarias para obtener la equivalencia y considerar las particularidades de
la operación. Para las Directrices –P 2.13-consiste en comparar el precio facturado por
bienes o servicios transmitidos o prestados en una operación vinculada con el precio facturado por bienes o servicios transmitidos o prestados en una operación no vinculada
comparable en circunstancias también comparables. Su aplicación exige la existencia de
productos que se negocien en un mercado amplio y de precios conocidos salvo que la empresa realice operaciones de venta de esos mismos productos con personas independientes. Es el método ideal, para las Directrices el camino más directo para aplicar el principio de plena competencia, los otros métodos buscan una aproximación a lo que sería el
precio de mercado partiendo de su inexistencia y emplean técnicas que parten de datos
contables de empresas similares.
3.2. Método del precio de reventa
Es definido por la LIS como aquel que sustrae del precio de venta de un bien o servicio
el margen que aplica el propio revendedor en operaciones idénticas o similares con personas o entidades independientes o, en su defecto, el margen que personas o entidades independientes aplican a o operaciones equiparables, efectuando, si fuera preciso, las correcciones necesarias para obtener la equivalencia y considerar las peculiaridades de la
operación. Las Directrices lo definen –P 2.21– de una forma más práctica pero en términos similares. Se parte de la existencia de dos partes vinculadas, imaginemos dos empresas Fa y Co que forman grupo siendo Fa la dominante y Co la dependiente. Que Co
es poseedora de una red de comercialización donde se venden, en exclusiva, los productos que fabrica Fa. Suponiendo que determinásemos que la parte que ha de ser objeto de
análisis es Co, procedería la aplicación de este método puesto que la cifra de ventas está
determinada a precios de mercado. Partiendo del precio de venta a terceros por la comercializadora y aplicando el margen que aplican empresas comparables obtendríamos
el importe al que la fábrica le debería vender sus productos a la comercializadora.
Supongamos que se ha evaluado, utilizando la información de empresas similares extraída de bases de datos, que el margen que debería ser aplicado es el 8% sobre el precio
de venta al público. Determinado este margen resulta que Co debe de ganar 20 (8% sobre 250) por lo que el importe al que debieron ser transmitidos esos productos ascendería a 230 . De lo que resulta que el Fa tendría un margen bruto de 30 y Co de 20 del que
se restarían los demás gastos previos al beneficio de explotación dando como resultado
la información que se refleja en el cuadro siguiente.
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Resaltar que la aplicación del método conlleva haber elegido previamente como parte
objeto de estudio a la sociedad Co y haber considerado que es la menos compleja. De haber considerado lo contrario procedería fijarnos en Fa y haber aplicado el método del
coste incrementado que estudiaremos a continuación.
3.3. Método del coste incrementado
Es definido por la LIS como el método por el que se añade al valor de adquisición o
coste de producción del bien o servicio el margen habitual en operaciones idénticas o similares con personas o entidades independientes o, en su defecto, el margen que personas
o entidades independientes aplican a operaciones equiparables, efectuando, su fuera preciso, las correcciones necesarias para obtener la equivalencia y considerar las peculiaridades de la operación. En las Directrices se describe el método de una forma muy similar, señalando que partiendo de los costes de los bienes, en que incurre una de las partes
vinculadas, se añade un margen que le permita obtener un beneficio y la suma de los
dos será el precio de plena competencia.
Utilizando el ejemplo del apartado anterior esté método exige haber decidido que
la parte objeto de análisis va a ser la sociedad fabricante Fa por considerarse que es
la menos compleja. Dado que estamos ante una empresa fabricante utilizaremos como punto de partida la magnitud coste de producción, que recordemos está integrada
por los costes directos e indirectos que dan valor al producto, existiendo otro tipo de
costes –fundamentalmente los calificados como de administración, comercialización y
financieros– que no entran en este computo. A esta magnitud se le añade el margen
de beneficio. Suponiendo que se hubiese determinado que el margen de beneficio sobre costes fuese del 10 %. Determinaría que el importe al que Fa debe vender sus productos es 220 (200+ 0,10*200), determinaría un beneficio bruto de 20 en Fa y en Co
de 30.
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Este método y el anterior son las dos caras de una misma moneda y lo trascendente
es elegir cual de las dos partes va a ser objeto de análisis para a continuación elegir el
método y buscar los márgenes de beneficio que van a ser aplicados. En un caso se aplicará al precio de venta a terceros y en otro al precio de compra o costes de fabricación satisfechos también a terceros. Si analizásemos al mismo tiempo las dos partes nos encontraríamos con resultados dispares y, en su caso, procedería la aplicación del método de
reparto de beneficio, que estudiaremos en el punto 6 de este trabajo, que exigiría analizar las características de las dos partes intervinientes en la operación.
3.4. Método del margen neto operacional
La LIS lo define como aquel por el que se atribuye a las operaciones realizadas con
una persona vinculada el resultado neto, calculado sobre costes, ventas o la magnitud
que resulte más adecuada en función de las características de las operaciones idénticas o
similares realizadas entre partes independientes, efectuando cuando sea preciso las correcciones necesarias para obtener la equivalencia. En esta definición no se alude a comparables internos. Las Directrices lo desarrollan ampliamente fijándose en el concepto
de beneficio neto y las posibles magnitudes con las que se puede comparar. Su aplicación exige previamente la selección de la parte que va a ser objeto de análisis que, al
igual que los dos métodos anteriores, va a ser la menos compleja P 2.59 y se procede de
forma similar.
Se trata de determinar un porcentaje determinado por un numerador, que va a ser la
cifra de beneficio, y un denominador a elegir entre la cifra de ventas, los costes, el valor
de los activos u otra magnitud que se considere más adecuada.
Para el numerador se suele utilizar es el beneficio definido en nuestro modelo de
cuentas de resultados como resultado de explotación, depurado en los resultados de las
enajenaciones de activos no corrientes y gastos excepcionales, equivalente al EBIT (beneficio antes de intereses y de impuestos).
Para el denominador podemos elegir según convenga:
–
La cifra de ventas, que no merece mayor comentario.
–
Los costes que pueden abarcar la totalidad de los que se restan de los ingresos
para determinar el resultado de explotación o simplemente los que reducen el
beneficio bruto –costes operativos– y que no tengan que ver con los costes de fabricación del producto vendido o de adquisición del mismo, si este ha sido adquirido ya fabricado.
–
La cifra de activos. Se tomaran los activos que tienen que ver con la actividad
que genera los beneficios. Las Directrices –P 2.97– mencionan los terrenos, edificios, las fábricas y equipamientos, los activos intangibles de explotación utilizados en la actividad, tales como las patentes y los conocimientos prácticos–
know how–, y los activos de capital circulante como las existencias y las cuentas
por cobrar (descontando las cuentas por pagar) y aclara que las inversiones y el
saldo de caja no suelen considerarse activos de explotación fuera del sector financiero.
–
Otros índices que se consideren mas significativos.
El proceso de selección del coeficiente más adecuado deberá ponderar las circunstancias del caso concreto y la existencia de la información necesaria. A título de ejemplo, en
las Directrices se menciona la utilidad de un ratio conocido como Ratio Berry –P 2.100–
definido como la relación entre el beneficio bruto y los gastos operativos. Se considera
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muy útil cuando en actividades de intermediación en las que el contribuyente adquiere
los bienes a una empresa asociada y los vende en el mismo estado en que los adquirió a
otra empresa asociada, por ejemplo una central de compras que adquiere productos fabricados por empresas del grupo que han de ser remitidas a centros de venta minoristas
pertenecientes al mismo grupo proporcionando una logística para la optimización de la
función de abastecimiento del grupo situándose la empresa objeto de estudio en el medio
entre el fabricante y el minorista. En este caso no se puede aplicar el método del precio
de reventa al venderse a una empresa asociada ni el de coste incrementado por comprarse a otra empresa asociada.
Esté método utiliza la información contenida tanto en las cuentas de pérdidas y ganancias como en los balances de empresas comparables para obtener el valor de los ratios que va a aplicar a la empresa elegida para el análisis.
Volviendo al ejemplo que venimos manejando y suponiendo que la parte objeto de
análisis fuese Co, y se hubiese determinado a partir del estudio de empresas comparables que el beneficio de explotación que debería obtener la empresa Co fuese del 20% sobre gastos de explotación u operativos resultaría, habida cuenta de que los gastos a considerar son 8, un beneficio bruto de 1,6 (20% sobre 8)lo que determinaría, primeramente
un beneficio bruto de 9,6 y que el precio de transferencia debería ser de 240,4 quedando
las demás magnitudes cuantificadas en:
Si la relación a utilizar tuviese en cuenta los activos fijos y suponiendo que se ha estimado que la relación entre los activos considerados y el beneficio de explotación fuese
del 4% y suponiendo que se hubiese considerado que es la empresa fabricante la que ha
de ser objeto de análisis y que ésta tuviese un valor de los activos de 500 el resultado de
explotación que le correspondería sería de 20 (4% sobre 500) lo que determinaría, a su
vez, un precio de venta de 232.
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3.5. Método de distribución del beneficio y otros
Antes de analizar el último de los métodos descritos hemos considerado, para facilitar
su comprensión, introducir un apartado intermedio. Realizaremos el estudio en el apartado 6.
4. FUENTES DE INFORMACIÓN. OBTENCIÓN DE DATOS COMPARABLES
4.1. Bases de datos de acceso público
Si no hay comparables internos para poder aplicar los métodos del precio de reventa,
coste incrementado y margen neto de la operación es preciso realizar una selección de
empresas comparables y a partir de su información contable extraer los márgenes que
vamos a necesitar para realizar el estudio. Habida cuenta de la obligación de hacer públicas las cuentas anuales que tienen la mayoría de las empresas, obligación que existe
en numerosos países, empresas especializadas han construido bases de datos que se presentan en formato electrónico y contienen información contable normalizada a las que
se puede acceder previo pago o suscripción. Las más utilizadas son las bases de datos
elaboradas por el BUREAU VAN DIJK entre las que destacamos AMADEUS, ORBIS y
SABI. La base de datos ORBIS contiene, a fecha 2015, información de 161,7 millones de
empresas ubicadas en distintas partes del mundo.
La información que encontramos en estas bases es obtenida de las cuentas anuales y
tabulada por igual, con independencia de la residencia de la empresa, y es presentada
bajo un mismo formato. Se refiere a:
•
Datos del balance: activos, pasivos y fondos propios.
•
Datos de las cuentas de resultados: ingresos, gastos, beneficios.
•
Ratios obtenidos a partir de la información anterior: ratios de explotación, ratios
estructurales, ratios por empleado.
•
Actividad de la empresa en el idioma local o en inglés y su código NACE o similar.
•
Relaciones de dependencia o dominio sobre otras empresas.
•
Información sobre accionistas principales y personas que ocupan cargos directivos.
Estas bases permiten seleccionar y filtrar la información en función de múltiples parámetros, puede ser la cifra de negocio, la localización, la actividad, el montante del gasto de personal, etc. La selección se realiza utilizando filtros en cascada empezando normalmente por la actividad, las empresas aparecen clasificadas según un sistema de
codificación denominado NACE (Nomenclatura general de actividades económicas para
la Unión Europea) es una clasificación parecida a las utilizadas en España para la clasificación nacional de actividades.
Existen otras bases de datos que contienen información resumida de los contratos de
cesión de intangibles señalando los sujetos participantes el bien o derecho cedido y el
precio o canon satisfecho. Estas bases se nutren de informaciones aportadas voluntariamente por los participes y podemos señalar ROYALTY SOURCE y ROYALTY START.
Señalar los datos que figuran en organismos que tabulan y publican precios de transacciones realizadas en mercados organizados como los de materias primas, acciones, títulos de renta fija, energía y determinados productos terminados que aparecen publicados
en periódicos económicos o revistas especializadas. En el sector inmobiliario los agentes
más importantes publican estadísticas de precios medios por ciudades e incluso barrios.
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4.2. Bases de datos de las Administraciones públicas
Las administraciones públicas poseen apreciables bases de datos pero tienen un uso
restringido para la finalidad por la que han sido creadas, por lo que no son susceptibles
de ser utilizadas para estas finalidades. Bases que tienen, por ejemplo, la AEAT y las
correspondientes de las Comunidades Autónomas que por la Ley de Protección de Datos
Personales (Ley Orgánica 15/1999) no pueden ser objeto de uso para probar operaciones
de terceros. Hay distintos organismos que poseen datos de transacciones de tipo inmobiliario que son publicados nada más que en forma de estadística.
Respecto a la base de datos de las Aduanas a la que se refieren las Directrices en P
1.78 señalar que contiene una información enorme, tabulada y codificada conteniendo
los valores, muy próximos a los precios de mercado, de los numerosos productos que se
importan o exportan del país, que serían de gran utilidad para la aplicación del método
del precio libre comparable, pero su utilización también está limitada por la misma norma Ley de Protección de Datos.
4.3. Datos en la WEB
Es una fuente primordial, en ella es normal encontrar mucha información complementaria relativa a las empresas previamente seleccionadas por las bases de datos señaladas como ORBIS o AMADEUS. Información relativa al tipo de productos que fabrican, descripción de sus instalaciones y, cuando las empresas son suficientemente
grandes, sus cuentas anuales integras. Esta información sirve para depurar la que resulta de la primera selección efectuada mediante la base de datos en cuestión.
En la WEB se encuentran también múltiples informaciones relativas a precios de todo tipo, por ejemplo, sector inmobiliario, bienes muebles, catálogos de productos a la que
casi siempre hay que recurrir sino como fuente principal de información si cómo un punto de control de las informaciones
5. ANÁLISIS DE COMPARABILIDAD Y BASES DE DATOS
5.1. Criterios generales
La selección de las empresas comparables pasa por efectuar el análisis de comparabilidad a que se refiere el apartado D.1 del Capítulo I de las Directrices en el que se delimita el principio de plena competencia. En él se establecen cómo factores más importantes: las características de los bienes o servicios transmitidos, las funciones
desempeñadas por las partes, las clausulas contractuales, las circunstancias económicas
de las partes y las estrategias empresariales que estas persiguen.
Las Directrices P 1.43 aluden a funciones de diseño, fabricación, montaje, investigación y desarrollo, la prestación de servicios, las compras, la distribución, la comercialización, la publicidad, el transporte, la financiación y la gestión añadiendo que se deben
considerar el tipo de activos utilizados tales como instalaciones, equipos, intangibles valiosos, y evaluar su valor de mercado, sus antigüedad, ubicación, etc. Una regla fundamental expresamente señalada P 1.45 es que en un mercado libre, la aceptación de un
riesgo mayor se compensará con un aumento de los beneficios que se espera obtener.
Respecto a las clausulas contractuales se afirma que en las operaciones efectuadas en
condiciones de plena competencia las clausulas contractuales definen generalmente, de
forma expresa o implícita, cómo se reparten las responsabilidades, riesgos y resultados
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entre partes. En este sentido el examen de los términos contractuales debe formar parte del análisis funcional.
El factor circunstancias económicas se desarrolla en el P 1.55 y siguientes aluden a la
importancia del mercado en donde se realicen las operaciones, señalando las diferencias
de precios que se pueden dar en mercados situados en zonas geográficas distintas. En P
1.58 precisa la idea afirmando que «existen también numerosas situaciones en las que
un grupo multinacional ofrece gamas de productos o de servicios significativamente distintos en cada uno de esos países, o desarrolla funciones también significativamente distintas en cada uno de ellos (utilizando activos y sumiendo riesgos significativamente
distintos), o situaciones en las que las estrategias empresariales o las circunstancias
económicas son significativamente distintas».
Por último, el factor estrategias empresariales se refiere a que se deben tener en cuenta aspectos relacionados con la creación de un nuevo mercado que pueden exigir la realización de importantes gastos en comercialización o publicidad, o la fijación de precios
más bajos de forma temporal a los existentes en ese mercado para productos comparables. Se debe valorar si existe una expectativa razonable de obtener unos ingresos suficientes que justifiquen los costes incurridos con dicha estrategia empresarial en un plazo que sería aceptable en una operación en plena competencia.
5.2. Selección de empresas comparables
En la práctica el proceso de selección comienza buscando empresas que realicen la
misma actividad, por ejemplo fabricantes de coches que operen en Europa occidental, fabricantes de productos de aluminio, distribuidores de ropa. A partir de esta primera selección se empiezan a efectuar los descartes en función de otros parámetros como pueden ser volumen de activos, volumen de facturación, gastos de personal, zona
geográfica, etc.
Uno de los criterios de descarte más utilizados es el de eliminar compañías que estén
participadas o participen en otras en más del 25%, ello es así porque se considera que de
producirse esta circunstancia la probabilidad de que estén utilizando precios que no son
de libre concurrencia entre ellas es elevado, no se tiene en cuenta que, teóricamente, según las normas contables generalmente aceptadas los precios entre las empresas del
grupo deben realizarse a valor razonable, criterio coincidente con el valor de mercado en
el supuesto que exista y que de no existir hay que determinarlo con métodos alternativos que lo estimen en forma similar a la que formulan las normas sobre precios de transferencia. El uso de este criterio restringe enormemente la muestra y da lugar a la comparación con empresas que tienen un tamaño en todas sus variables muy reducido.
Normalmente las grandes compañías están rodeadas de filiales y la aplicación de este
criterio lleva a expulsarlas de la comparación.
Tras esta primera selección se deben buscar compañías similares en cuanto a riesgos,
activos y funciones. Los riesgos son casi imposibles de observar a partir de los datos que
ofrecen las bases de datos comentadas, puesto que solamente podrían inferirse de una
atenta lectura de las memorias y la accesibilidad a las mismas no está contemplada en
esas bases de datos donde tampoco se encuentran transcritas. Evaluar si el fabricante
seleccionado es un fabricante independiente, si trabaja bajo contrato o si es un mero maquilador no es posible inferirlo de los datos contables ni de la clasificación de actividad,
el conocimiento de esta cualidad exigiría conocer el contrato que le vincula con su cliente, podríamos obtener un indicio si se observa que trabaja para un único cliente pero eso
no sería de por sí suficiente para calificarlo y esta información no figura en las bases de
datos mencionadas.
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La evaluación del riesgo, por ejemplo, de la tenencia de existencias exige conocer el
importe de los deterioros que han tenido las mismas en los años objeto de análisis. Lo
mismo ocurre con los costes de los riesgos asociados a la garantía del producto vendido o
fabricado que exige la puesta en relación del los gastos ocasionados por los productos defectuosos y el importe de las ventas. Todo ello permite concluir que un análisis de riesgos no es posible hacerlo simplemente con datos resumidos de un balance y de una cuenta de resultados.
Igual problema tenemos con las funciones, en las bases de datos es posible conocer el
sector de la actividad en que se mueven las empresas seleccionadas y poco mas, no hay
información acerca de ninguna función. Conocer el importe del gasto realizado en publicidad, si se encarga o no del transporte, si tiene uno o más proveedores, si tiene un departamento de contabilidad o este servicio se lo presta un tercero, o un departamento informático, si se financia a través de empresas del grupo, si asume el riesgo del impago
de los clientes o no, si realiza actividad de investigación y desarrollo directa o indirectamente etc. Esta información no figura en las bases de datos, es posible llegar a conocerla de la empresa que está siendo objeto de estudio dadas las obligaciones que tiene de colaborar con la Administración tributaria o el interés que tiene en colaborar con las
personas a las que se le haya encargado el estudio de precios de transferencia, pero no
ocurre lo mismo con las empresas seleccionadas para comparar que no tienen ninguna
obligación, ni por supuesto interés, en proporcionar esta información a terceros y aún
siendo este tercero una Administración tributaria. En el caso español la posible información que se obtuviese no podría ser mostrada al contribuyente por mor de la Ley de
Protección de Datos por lo que de utilizarse esta información sin identificar la procedencia produciría una situación de indefensión que, más tarde o más temprano, anularía la
valoración efectuada.
5.3. Limitaciones de la información
Las Directrices nos remiten constantemente al análisis de los activos, los riesgos y las
funciones, la medición de estos elementos con la información contable resumida que figura en las bases de datos e incluso en las cuentas anuales resulta muy limitada por lo
siguiente:
•
Las cuentas de resultados de cualquier empresa se recogen los ingresos por multitud de operaciones y por diversos tipos de productos y no informan, en general,
de los resultados (ingresos menos costes) de cada línea de producto ni de cada
mercado o área geográfica donde opera la empresa y puede ocurrir que se junten
dos o más actividades como la fabricación y la distribución.
•
Los activos inmovilizados (material o intangible) están en los balances valorados,
en general, a precios históricos, por lo que una comparación basada en el valor de
activos realizada utilizando valores contables sin tener en cuenta el valor real del
activo referido al momento en que se realiza la comparación puede dar resultados
equivocados. La alternativa de valorar al precio de mercado los activos exigiría la
colaboración de las empresas seleccionadas en el estudio para identificar los activos a valorar y luego proceder a su valoración, proceso, por otro lado, costosísimo
y también lleno de dudas por la dificultad que rodea a toda valoración.
•
Uno de los elementos a los que más importancia dan las Directrices es a los intangibles –marcas, patentes, conocimientos, clientela–. Resulta que las normas
contables obligan, cuando estamos ante investigaciones realizadas por la propia
empresa, por considerar como gastos del ejercicio los que tengan que ver con la investigación y, bajo determinadas circunstancias restrictivas y siempre volunta– 218 –
CARLOS SUÁREZ MOSQUERA / «Los métodos de valoración de operaciones vinculadas y empresas multinacionales»
riamente, activarlos con la obligación de amortizarlos en un corto espacio de tiempo. Respecto a los gastos de desarrollo activados deben ser amortizados en su vida útil que se presume, salvo prueba en contrario, que será de cinco años. Si finalmente estas actividades culminan en la obtención de una patente, el valor de
coste de la misma, valor por el que se activa, no tiene casi nunca nada que ver con
el valor de mercado, imaginemos un principio activo para elaborar una medicina.
En general estos activos no están, ni mucho menos, valorados a valor de mercado
y muchas veces su existencia no aparece ni tan siquiera reflejada en el balance
por expresa prohibición de la norma contable.
Por ejemplo, los activos como marcas, que según estimaciones publicadas por expertos pueden llegar a tener valores archimillonarios, no pueden, en la medida
que hayan sido creadas internamente, que es el caso más habitual, valorarse y figurar en el activo. La NRV 5ª Inmovilizado intangible del PGC 2007 dice «En ningún caso se contabilizarán como intangibles los gastos ocasionados con motivo del
establecimiento, las marcas, cabeceras de periódicos o revistas, los sellos o denominaciones editoriales, las listas de clientes u otras partidas similares, que se hayan generado internamente». Respecto al fondo de comercio –NRV 6ª PGC 2007–
que es una especie de cajón de sastre donde van a parar activos intangibles no individualizados no se permite tampoco que figure en el activo si no se pone de manifiesto en virtud de una transmisión onerosa. La conclusión es que es prácticamente imposible encontrar en los balances de las empresas información acerca de
sus activos intangibles y mucho menos de los valores de mercado referidos al momento de realizar la comparación.
•
Respecto a los riesgos tampoco encontramos información sobre los riesgos de cada
empresa en una base de datos. Para inferirlos es preciso partir de una información
contable muy desarrollada y no de un simple balance y cuenta de resultados. Una
cosa es identificar el riesgo y otra valorarlo. Por ejemplo, una empresa puede soportar el riesgo de impago de sus clientes, pero traducirlo a costes para poder considerar su trascendencia exige conocer cuáles han sido las ventas a plazo y los impagos que han producido, estas informaciones son muy difíciles de obtener sin la
colaboración de las empresas seleccionadas para efectuar el estudio. La misma dificultad encontramos para la medición de los otros riesgos como garantías, depreciación de existencias, obsolescencia de activos. Aun soportando los mismos riesgos
estos pueden ser poco costosos y, por lo tanto, poco significativos. Una mera enunciación de los riesgos que planean sobre una empresa sin cuantificarlos no nos lleva a ninguna parte.
•
Respecto a las funciones ya hemos señalado la dificultad de extraerlas de la información de la bases de datos contables manejadas. Es posible analizarlas en la
empresa o empresas que han realizado la operación vinculada pero muy difícil,
por no decir imposible, analizarlas con detalle en las empresas comparables seleccionadas.
6. EL METODO DE DISTRIBUCIÓN DEL RESULTADO
6.1. Reparto del beneficio global según una fórmula establecida
Las Directrices 2010 desarrollan este método en el apartado C del Capítulo I, relativo al principio de plena competencia, donde lo describen y señalan los defectos que lo invalidan, especialmente, por considerar que no se apoya o cumple ese principio. En esencia, consiste en distribuir el resultado global obtenido por las empresas pertenecientes a
un mismo grupo, podríamos considerar el resultado consolidado, entre todas ellas aten– 219 –
ESTUDIOS Y NOTAS / CRÓNICA TRIBUTARIA 157-2015
diendo a sus costes, activos, salarios, ventas y otros parámetros similares. El P 1.18 señala que no debe confundirse con los métodos basados en el resultado de las operaciones
descritos en la Parte III del Capítulo II, que desarrolla la metodología para la determinación de los precios de transferencia, puesto que éstos se basan en analizar alguna de
las empresas del grupo, no todas, y tratan de utilizar ratios que se obtienen de empresas
comparables.
Los partidarios de este método consideran una mayor comodidad administrativa y seguridad para el contribuyente, evitando la doble imposición además de otras bondades
que aparecen descritas en el Capitulo mencionado. El método es, sin embargo, rechazado por las Directrices en base a argumentos, en general difíciles de compartir, como:
–
La necesidad de utilizar en todo el grupo un sistema contable común, P 1.22, que
fuese admitido por las distintas jurisdicciones en que opera el grupo analizado.
–
Que la formula de reparto en base a costes, activos, salarios y ventas, P 1.25, está
repartiendo el beneficio entre todos los miembros del grupo y en todas las jurisdicciones tributarias, independientemente de las diferencias entre funciones, activos, riesgos y eficiencias entre los miembros del grupo multinacional. Potencialmente este método, se afirma, podría asignar beneficios a una entidad que, en
caso de ser una empresa independiente, incurriría en pérdidas.
–
Otras objeciones tienen que ver con la dificultad de coordinar a las distintas administraciones donde opere el grupo, a la posibilidad de movilizar activos y operaciones a países de baja tributación, a su elevado coste de aplicación, a la dificultad de valorar los activos, especialmente intangibles, etc.
Muchas de estas objeciones son también trasladables a los otros métodos que sí han
sido aceptados, pero lo importante es señalar su rechazo como claramente vemos en el P
1.21 donde se afirma que «Los países miembros de la OCDE no aceptan estas alegaciones (se refiere a las de los defensores del método) y tampoco consideran por las razones
que siguen, que el reparto del beneficio global según una fórmula preestablecida sea
una alternativa realista al principio de plena competencia».
6.2. Descripción del método de distribución del resultado
En la LIS aparece definido como el método por el que se asigna a cada persona o entidad vinculada que realice de forma conjunta una o varias operaciones la parte del resultado común derivado de dicha operación u operaciones, en función de un criterio que refleje
adecuadamente las condiciones que habrían suscrito personas o entidades independientes
en circunstancias similares, pero no contiene ningún desarrollo adicional.
Las Directrices 2010 lo desarrollan en los párrafos 2.108 a 2.145 contenidos en el apartado C de la Parte III, métodos basados en el resultado de las operaciones, del Capítulo II.
No hay una definición del mismo pero de la lectura de las normas se deduce que lo que se
pretende es distribuir un beneficio, bruto o de explotación, entre las dos o más partes vinculadas que han contribuido a su consecución en la forma en la que lo hubiesen distribuido empresas independientes. Este método no se aplicará en aquellos casos en los que una
parte ejerce funciones simples y no realiza ninguna aportación única significativa, pero es
el más apropiado cuando ambas partes realizan aportaciones únicas y valiosas, se pone
como ejemplo que ambas partes posean intangibles únicos y valiosos.
Para su aplicación se parte del resultado conjunto que debe ser objeto de distribución
por lo general el resultado de explotación conjunto (EBIT concepto similar al beneficio
de explotación descontados los resultados extraordinarios), pero a veces – P 2.131– lo
apropiado puede ser llevar a cabo una distribución de los beneficios brutos (ventas me– 220 –
CARLOS SUÁREZ MOSQUERA / «Los métodos de valoración de operaciones vinculadas y empresas multinacionales»
nos costes de ventas o de fabricación) y proceder después a la deducción de los gastos en
los que se haya incurrido o que sean atribuibles a cada empresa en cuestión (excluyendo
los gastos considerados al calcular los beneficios brutos).
Definido el beneficio a distribuir en el P 2.118 se indica que existen distintos criterios
de distribución. Las Directrices describen dos, denominados análisis de aportaciones y
análisis residual, de los que dice que no son necesariamente exhaustivos y excluyentes.
1º El criterio análisis de aportaciones consiste en realizar un reparto basándose en el
valor relativo de las aportaciones realizadas por cada una de las partes teniendo en
cuenta los activos utilizados y los riesgos asumidos. Estas aportaciones podrían medirse
comparando la naturaleza e intensidad de la aportación realizada por cada parte, se señala, a título de ejemplo, el capital invertido, los gastos de desarrollo, las prestaciones
de servicios de cada parte. De existir un reparto conocido realizado por empresas independientes similares se atendería al reparto efectuado por ellas.
2º El análisis residual consiste en dividir el resultado común en dos fases. En una primera se asigna una parte del resultado a cada participante aplicando alguno de los métodos
tradicionales basados en las operaciones o en el margen neto operacional tomando como referencia la contraprestación que percibirían empresas independientes que realizasen operaciones comparables. En una segunda fase, el beneficio restante se distribuirá atendiendo
a un análisis de los hechos y circunstancias que concurran, siguiendo las pautas contenidas
en los párrafos 2.132 a 2.145 sobre el reparto de los resultados conjuntos. En estos párrafos
se dan criterios sobre cómo distribuir el resultado conjunto aludiendo a criterios de empresas independientes que se pueden observar en acuerdos de participación que celebran en
virtud de los cuales comparten beneficios (joints-ventures), como en los proyectos de desarrollo en las industrias petroleras y gasísticas, las colaboraciones farmacéuticas, acuerdos
de comercialización y promoción conjuntas, acuerdos entres discográficas independientes y
artistas, etc. En la práctica lo difícil, sino imposible, va a ser obtener esos acuerdos y valorar la intensidad de los elementos que se dan en las empresas contratantes y en las que se
quiere comparar. En ausencia de esa posibilidad se deben utilizar claves de atribución basadas en los activos o en los costes que se den en los propios contribuyentes objeto de estudio. Dentro de los activos se menciona el inmovilizado material, los intangibles y el capital
empleado; entre los costes los gastos o inversiones relativas a las áreas claves como investigación y desarrollo, ingeniería o comercialización o las retribuciones salariales cuando las
funciones humanas son el factor principal para la generación de resultados conjuntos. Se
mencionan otras claves como superficie de puntos de venta, número de servidores informáticos, tiempo dedicado por un grupo de trabajadores a la actividad.
6.3. Aplicación práctica del método siguiendo el criterio del análisis residual
Reproducimos el ejemplo de aplicación contenido en Anexo II al Capítulo II de las Directrices. El supuesto contempla un caso de fabricación en el que participan dos empresas – A y B–. A fabrica y diseña un componente que luego es vendido a B para perfeccionarlo y finalmente vendérselo a terceros independientes. A no vende a terceros y B
solamente vende los productos comprados a A una vez perfeccionados. Las compras se
realizan a proveedores externos.
La problemática reside en determinar el precio al que A le debería vender a B. Se trata de fijar cual debería ser el precio de mercado del componente fabricado por A utilizando como criterio el análisis residual y considerando, primeramente, que la función de
fabricación debe remunerarse, según un hipotético estudio realizado al efecto en empresas comparables dedicadas a la fabricación, en el 10% sobre los costes de fabricación. El
beneficio bruto se determina por diferencia entre la cifra de ventas y los costes directos
– 221 –
ESTUDIOS Y NOTAS / CRÓNICA TRIBUTARIA 157-2015
e indirectos de fabricación y los costes de materiales. Además, las dos empresas incurren en gastos de investigación y desarrollo que no han sido activados ni incluidos dentro de los de fabricación, teniendo el carácter de gastos de ejercicio y que son, por lo tanto, descontados para determinar el beneficio neto de explotación. Asimismo, incurren en
gastos diversos que no forman parte del valor del producto fabricado y que hay que descontar del beneficio bruto para obtener el neto o de explotación.
(Las magnitides son las que figuran en el ejemplo)
El ejemplo pretende fijar cuales serían los precios de transferencia al que debería
vender A a B partiendo de la existencia de un beneficio conjunto de 10, surgido de la diferencia entre los ingresos y los gastos de las operaciones realizadas con terceros.
Para determinar los precios de mercado se procede, primeramente, a asignar un beneficio equivalente 10% a los costes de fabricación que son 15 en A y 20 en B, ello determina que habría que asignar a A un beneficio en este primer reparto de 1,5 (10% sobre
15) y a B de 2 (10% sobre 20), quedando para el reparto secundario un total de 6,5 (103,5) que se repartirán, siguiendo el ejemplo, según la clave de atribución de gastos de investigación y desarrollo incurridos por cada uno de los dos agentes. Ello da como resultado que se imputan a A 3,9 (6,5*(15/25)) y a B 2,6 (6,5*(10/25)) . De lo que resulta que
A debió haber ganado 5,4 (1,5+3,9) y, por lo tanto, debió haber vendido sus productos en
55,4 y, consecuentemente, B debió haber comprado en ese importe los productos fabricados por A, precio al que obtendría un beneficio de explotación de 4,6 (2+2,6).
Los precios de libre concurrencia así determinados determinarían las siguientes
cuentas de resultados:
– 222 –
CARLOS SUÁREZ MOSQUERA / «Los métodos de valoración de operaciones vinculadas y empresas multinacionales»
6.4. Otros criterios de reparto alternativos
La distribución del beneficio residual de 6,5 utilizando como criterio el gasto que cada
empresa realiza en gastos de investigación y desarrollo utilizado en este ejemplo no debería llevarnos a la conclusión de que este criterio es el ideal, en una empresa puede haber muchos más tipos de activos intangibles además de los asociados a las patentes o
marcas como pueden ser la organización, la penetración en los mercados, la fidelidad de
la clientela, la organización y, también existirán activos tangibles que tienen un valor y
función importantísimo de distintos tipos como: terrenos, maquinaria, instalaciones, capital circulante. Un reparto debe aspirar a considerar todos los activos.
Un criterio alternativo podría considerar el conjunto de gastos incurridos por cada sociedad integrados por la suma de los de fabricación, de los gastos de explotación y de los
de I+D, sin incluir los de los materiales comprados a terceros, criterio próximo al del valor añadido. En este supuesto la empresa A incurre en 40 (15+15+10) y la B en 40
(20+10+10). Este reparto determinaría que las 6,5 unidades de beneficio residual se
asignasen a A por importe de 3,25 y a B por 3,25.
Si se realizase la distribución fijándose en el valor de los activos fijos utilizados por
cada sujeto y suponiendo que A tuviese activos fijos por valor de1.000 y B por 3.000, la
forma en la que se financien esos activos no va a ser tenida en cuenta, se asignarían
1,625 a A y 4,875 a B.
Cabría también la posibilidad de ponderar, sin duda la fórmula ideal, cada uno de estos criterios. Supongamos que considerásemos un 30% el de valor añadido y en un 70%
el del valor de los activos fijos, de lo que resultaría 2,11 para A y 4,39 para B.
El precio de transferencia lo hemos determinado añadiéndole a los costes totales de A
el beneficio que hemos estimado por el criterio correspondiente.
Partiendo de que los costes en que incurre A son 40 en total se añade el margen surgido de aplicar el 10% a los costes de fabricación –1,5– al que añadimos el margen obtenido al repartir el resultado residual según, por ejemplo, el criterio segundo de 3,25. Ello
determina el precio de transferencia de 54,75 (50+1,5+3,25) al que A debería vender a B
y la cuenta de explotación siguiente:
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ESTUDIOS Y NOTAS / CRÓNICA TRIBUTARIA 157-2015
6.5. Repartos entre más de dos empresas
En los grupos se plantea la problemática de tener que fijar precios entre más de dos
entidades que participan en una operación. La mejor forma de determinar los precios es
aplicar el método de distribución del beneficio conjunto generado por las empresas analizadas para determinar el beneficio que le corresponde a cada una de ellas y después inferir los ingresos que debería haber obtenido con su actividad y el precio al que debería
vender sus bienes o servicios.
Supongamos que el objeto de análisis son tres sociedades independientes pertenecientes a un mismo grupo de empresas en donde la empresa A es la fabricante que realiza su actividad productiva en un país de la Europa del este, la empresa B es la dueña
de los intangibles tanto de la marca como de las patentes de fabricación residenciada en
un país europeo de baja tributación y C, matriz del grupo, es la empresa que comercializa los productos en el país europeo H. Consideremos que las tres sociedades realizan
funciones y tienen activos relevantes y que tratan de fijar los precios a los que deberían
realizar sus operaciones entre ellas. B le debe cobrar a A por el uso de las patentes y la
marca y A le debe facturar a C por la venta de los productos que fabrica y esta comercializa.
La información de costes e ingresos de operaciones con terceros es la siguiente
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CARLOS SUÁREZ MOSQUERA / «Los métodos de valoración de operaciones vinculadas y empresas multinacionales»
Si tuviésemos en cuenta para realizar el reparto el volumen de activos fijos, los gastos, y los costes de fabricación y que ello determinase un reparto, por ejemplo, según el
cual le corresponde un beneficio del 40% del beneficio total a la empresa A, del 10% a B
y del 50% a B. Los precios de venta que se determinarían serían:
Una vez determinados los precios reharíamos las cuentas de resultados teniendo en
cuenta que los ingresos de A son coste el coste de compras para C y los de B mayores costes de fabricación para A aumentando sus gastos.
Observemos que los costes de compras de C son coincidentes con los ingresos que obtiene B. Y los ingresos de C son los cánones pagados por A.
7. OTROS MÉTODOS DE DETERMINACIÓN DE PRECIOS ALTERNATIVOS
7.1. Otros métodos
La LIS prevé que cuando no resulte posible aplicar los métodos anteriores, se podrán
utilizar otros métodos y técnicas de valoración generalmente aceptados que respeten el
principio de libre competencia. Las Directrices, P 2.9, establecen que los grupos multinacionales conservan la libertad de aplicar métodos no descritos en ellas, siempre que estos satisfagan el principio de plena competencia en los términos descritos. Sin embargo,
estos otros métodos no deben usarse como sustitutivos de los métodos reconocidos por la
OCDE cuando estos últimos resultes más apropiados en función de los hechos y circunstancias del caso.
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ESTUDIOS Y NOTAS / CRÓNICA TRIBUTARIA 157-2015
7.2. Método de descuentos de flujos de caja
Este es el más utilizado cuando se trata de valorar transmisiones de activos fijos sobre los que no exista un mercado, se aplica especialmente para valorar intangibles en
sus distintas variantes. Al no existir, en general, comparables la única manera de valorarlos es fijarse en sus posibles rendimientos futuros y descontarlos a una tasa de descuento apropiada que tenga en cuenta los riesgos e incertidumbres que la obtención de
esos flujos. Las Directrices, P 2.123, lo mencionan también expresamente aunque sin
desarrollarlo. Hoy día existe información de las tasas de descuento utilizadas por las
distintas empresas que tienen varias unidades generadoras de efectivo a las que han de
aplicar el test de deterioro. Esta información la encontramos en las cuentas anuales de
los grandes grupos y puede dar una pauta de cuales son los valores de estas tasas en cada año. Los intangibles – marcas, patentes– dan derecho a la sociedad tenedora al cobro
de unos cánones muy importantes determinados, la mayor parte de las veces, en función
de la cifra de ventas, es la manera más fácil de trasladar los beneficios a los territorios
de baja tributación pues no suponen traslados físicos de activos – máquinas, instalaciones– sino sencillos contratos de compra-venta a favor de alguna de las empresas del grupo residentes en esos territorios, son fáciles de administrar, no requieren una estructura significativa de personal. Su valoración resulta siempre elástica dada la subjetividad
implícita en la evaluación de los flujos de caja futuros y en la tasa de descuento a utilizar en cuya determinación entra en juego el riesgo de obtención de esos ingresos.
No se suele, por el contrario, utilizar este método para realizar valoraciones de terrenos, construcciones e instalaciones en general para los que se suele aplicar la información directa de precios de bienes similares en el mercado.
7.3. Método de multiplicadores de beneficios
En casos de transmisiones de acciones, ramas de actividad, de negocios y similares se
puede recurrir a determinar su valor mediante la técnica de multiplicar la estimación
de beneficios de explotación por un coeficiente. Este coeficiente puede ser extraído de los
mercados de valores donde se puede apreciar la relación entre el beneficio de la sociedad
(en general beneficio por acción) y cotización de la misma, conocido como PER (price earning ratio). Esta relación fluctuante, en el tiempo, está influida por múltiples variables
siendo significativa la del interés de mercado señalado por las autoridades monetarias
del país o zona económica junto con el riesgo. Una vez determinado el valor se descuentan las deudas que esa rama o negocio tenga asociadas. También, se valoran estas operaciones utilizando el método descrito en el apartado anterior.
8. REFLEXIONES FINALES
8.1. Inexactitud de resultados
Los métodos estudiados, salvo el de distribución de beneficio, se fundamentan en estudios sobre datos contables de empresas que realizan la misma actividad. Están basados en bases de datos donde no se informa de las funciones y que contienen un resumen
de la información contable dando lugar a amplios rangos de comparación, por ejemplo,
entre el 2% y el 10% de margen bruto sobre ventas o EBIT/Ventas. Estos márgenes trasladados a la empresa en cuestión pueden determinar beneficios o pérdidas dependiendo
de la magnitud de gastos operativos que soportan efectivamente. Afinar el resultado con
la información que se maneja es prácticamente imposible. Lo cual nos lleva a que el sujeto analizado se sitúe en esa horquilla, a su conveniencia, con independencia de que sea
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CARLOS SUÁREZ MOSQUERA / «Los métodos de valoración de operaciones vinculadas y empresas multinacionales»
una empresa fenomenal o una mediocre, un buen negocio o uno malo. Si por ejemplo estuviésemos determinando el resultado de un restaurante y hacemos un estudio comparativo con otros restaurantes similares (seleccionados por volumen de ventas, gastos
personal, zona geográfica) a partir de las bases de datos, nos podemos encontrar una
horquilla de márgenes que permite asignar un beneficio muy alto a un restaurante mediocre o mal gestionado y viceversa. Poder discernir las razones de los buenos o malos
resultados de unos y otros, pasan por conocer detalles que no es posible extraer de ninguna contabilidad y que solamente entrando en la intimidad de cada uno de ellos es posible conocer. En este caso habría que medir la eficiencia y simpatía del servicio de camareros, el éxito del tipo de platos que cocinan, el tipo y calidad de los alimentos que
preparan, su emplazamiento, distribución interior, etc. Pero estos datos no pueden extraerse de las bases de datos y requerirían de auditorías realizadas por expertos conocedores del sector que puedan medir esos aspectos. Si extrapolamos estas dificultades a
grandes grupos de producción, pretender medir de verdad las diferencias entre unos y
otros exigiría un enorme esfuerzo por parte de equipos expertos y contando con de la
aquiescencia y colaboración de los sujetos elegidos para su estudio, discernir cual son las
razones por las que un grupo de empresas dedicadas a la elaboración de medicamentos,
por ejemplo, es más eficiente que otro no es tarea fácil y aunque estemos analizando una
pequeña parte de ese conjunto no por ello es más fácil. Quedarnos en que una empresa
se mueve en el umbral de beneficios de lo que podemos considerar la media significa que
a la que está por encima se le aplique un resultado inferior al que le corresponde, lo que
asumirá encantada, y al que esté por debajo le obligará a recurrir o tener que aceptar un
beneficio a sabiendas que es superior al que en realidad obtiene.
8.2. Operaciones con países de baja tributación
Recordemos que la determinación de precios de mercado en operaciones vinculadas se
hace especialmente necesaria cuando se observa la existencia de beneficios significativos en filiales del grupo residenciadas en países de baja tributación. Esta baja tributación genera un efecto llamada que desplaza la actividad hacía esos países mediante la
creación de filiales. El problema es evaluar si el beneficio residenciado está justificado,
hacerlo a partir de las informaciones de empresas comparables puede no dar los resultados apetecidos por lo que hemos visto, el análisis debería centrarse en considerar si
esa parte del beneficio asignado por la fijación de precios a esa filial es razonable y puede estar justificado por las funciones, riesgos, activos y demás elementos que tiene esa
filial y que deben ser enfrentados con los mismos elementos que se observan en otras filiales del grupo. En definitiva, se ha de analizar el grupo y no a empresas comparables.
Las empresas multinacionales se organizan en cadenas de sociedades sumamente
complejas dependientes de una misma matriz. Por ejemplo, varios centros de producción, una filial que posee las patentes de fabricación, una central de compras que abastece a las fábricas y que vende lo fabricado a las sociedades comercializadoras que se relacionan con el cliente final, un centro financiero donde se centraliza la tesorería del
grupo y donde todas ellas están comprándose o vendiéndose a través de unos precios que
no se fijan en el mercado.
Es habitual asignar una parte significativa del beneficio total del grupo a las filiales
residenciadas en territorios de baja tributación donde se suelen residenciar a los centros
financieros, centrales de compras u otras similares que se caracterizan por no tener, en
términos relativos, significativos activos materiales fijos, ni gran número de personas
trabajando.
Si, por ejemplo, está siendo objeto de estudio una comercializadora en un país determinado, un proceder habitual, es asignarle un beneficio a ésta en base a un estudio de
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ESTUDIOS Y NOTAS / CRÓNICA TRIBUTARIA 157-2015
empresas que realizan la misma actividad en general pero sin tener en cuenta el beneficio total del grupo, ni el residenciado en territorios de baja tributación, ni circunstancias
como que la otra parte que no va a ser objeto de análisis –la fábrica o la central de compras– esté obteniendo elevados beneficios, o que no los esté obteniendo por soportar excesivos gastos que le son repercutidos desde las filiales de los países de baja tributación.
Concluir desconociendo en especial el beneficio del grupo consolidado, y que a la filial
se le debe aplicar, por su teórica escasa importancia relativa dentro del grupo, el método del margen sobre precio de venta, eligiendo un parámetro de una horquilla, puede
dar un resultado muy poco coherente. Para obtener un resultado coherente habría que
tener en cuenta el beneficio del grupo y los esfuerzos que hace cada una de sus partes o
filiales para su consecución, lo que nos lleva a la aplicación del denostado, por la OCDE,
método del reparto del beneficio global. Los estados que integran la Unión Europea están avanzando en esta línea pero no parece cercano todavía el momento en el que se
pueda aprobar un acuerdo en este sentido.
8.3. Exención de beneficios
Una de las normas en la que se apoya la traslación artificial de beneficios es la que
declara exentos los dividendos que proceden de países con los que exista acuerdo de intercambio de información con independencia de cual haya sido la tributación efectiva.
En nuestro país las sucesivas reformas del Impuesto sobre Sociedades han sido cada vez
menos exigente con la exención. Ha habido un desplazamiento de la norma, hasta el año
2000 se deducía, a efectos de evitar la doble imposición internacional, la cantidad efectivamente pagada en el extranjero por la entidad que reparte los dividendos y en proporción a estos, lo que determinaba que si se percibían dividendos procedentes de una filial
situada en un país que no habían sido gravados estos resultaban gravados en España.
En el año 2000 se introdujo en la normativa del Impuesto sobre Sociedades , en aquellos
momentos regulado por la Ley 43/1995, una nueva una exención para los dividendos y
las plusvalías por venta de participaciones condicionada a que la entidad que repartiese
los dividendos hubiese estado gravada por un impuesto extranjero de naturaleza idéntica al de sociedades español considerado cumplido este requisito por el mero hecho de que
se tenga suscrito un acuerdo con el país de residencia de la filial un convenio para evitar
la doble imposición que contenga clausula de intercambio de información, no siendo
aplicable a los países que estuviesen calificados reglamentariamente como paraísos fiscales. La exposición de motivos del Real Decreto-ley 3/2000, de medidas fiscales urgentes de estimulo al ahorro familiar y a la pequeña y mediana empresa, que introdujo la
reforma, justificaba este cambio de la siguiente manera:
«Con el objetivo de apoyar las iniciativas de internacionalización de nuestras empresas, se modifica el régimen para evitar la doble imposición económica internacional
por las actividades empresariales desarrolladas en el extranjero a través de entidades filiales o por medio de establecimientos permanentes allí situados. La aplicación
del método de exención para estas rentas favorece la internacionalización de las empresas españolas al mejorar su posición competitiva en el ámbito internacional. No
obstante, la modificación del régimen para evitar la doble imposición se acompaña
de medidas antiabuso que tratan de evitar la deslocalización de actividades empresariales.»
Esta norma que ha permanecido vigente desde entonces ha propiciado numerosos
abusos. Uno de los más recientes, y que ha dado lugar a numerosos conflictos en aplicación de la norma, tiene que ver con los gastos financieros devengados por préstamos
efectuados desde filiales residenciadas en países que consideran que esos ingresos no
son gravables, que ocasionando gastos financieros que reducían la base imponible en
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España. Estos gastos generaban ingresos que en el país en cuestión no fueron gravados
y son susceptibles de ser repatriados vía dividendos que percibe la matriz española declarados exentos en nuestro país. Es evidente que si existiese una norma que limitase la
exención en función del pago efectivo de impuestos asociados a esos dividendos, esas
prácticas se reducirían y también que la participación en el mercado mundial no permite jugar con desventajas, pero el que sale mal parado es el principio de justicia tributaria. La normativa actual contenida en el artículo 21 de la nueva Ley 27/2014, del Impuesto sobre Sociedades, contiene el mismo condicionante de existencia de un convenio
con intercambio de información y ha ampliado aun más la exención permitiendo su aplicación aun no existiendo convenio, si la entidad participada ha estado sujeta a un impuesto extranjero de naturaleza idéntica o análoga a este impuesto a un tipo nominal
de, al menos, el 10 por ciento. Fijémonos que la norma exige un tipo nominal, no efectivo, pero no limita las posibles exenciones o bonificaciones que pueden establecerse fácilmente por los países interesados y conseguir que en la práctica no se tribute aun teniendo un tipo impositivo teórico.
8.4. Técnica de analizar aisladamente una de las empresas del grupo
La aplicación de los métodos tradicionales se sustenta en analizar a una de las dos
empresas del grupo que interviene en la operación, a la parte que se considere menos
compleja, a la que realice funciones más simples, asignándole un margen de beneficio
bruto o neto a sus operaciones y sin considerar los efectos que esa asignación determina
en la otra parte. Tomada la decisión de la parte que debe ser objeto de estudio la fijación
de los precios de venta o de compra se determinará a partir de los márgenes de las empresas que hayamos seleccionado con las grandes limitaciones a la hora de medir las
funciones que desempeñan éstas que ya hemos comentado anteriormente. Esta decisión
es fundamental en todo el proceso y es frecuente considerar que la parte objeto de análisis se elija por tener una cifra de ventas muy reducida en relación con la otra parte, por
tener menos personal o menos activos, dando como resultado que se le asigna un beneficio pequeño si se le compara con el residual que queda para la otra parte. Este problema
tiene los mismos orígenes, la dificultad de medir las funciones y, sobre todo, evaluar las
diferencias entre la empresa analizada y las muestras comparables que se han elegido.
Si, por ejemplo, enfrentamos a una central de compras que abastece a las filiales del
grupo ubicadas en distintos territorios se podría considerar que aquella, dada su cifra de
ventas, la elección que hace de los productos y que se van a vender bajo la marca correspondiente de la que es dueña, es la clave del éxito del grupo y no entrar en el análisis de
ésta sino de la comercializadora situada en el país en cuestión donde se está analizando
el precio de compra de ésta a la central que fue determinado a partir de los márgenes, no
de precios, extraídos de las empresas comparables correspondientes. Supongamos que
el subgrupo presenta la siguiente situación
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ESTUDIOS Y NOTAS / CRÓNICA TRIBUTARIA 157-2015
Al país de la distribuidora número 1 se le asignó un beneficio de 50 que podría justificarse en base a que obtiene un margen bruto sobre ventas del 38% que está contenido
dentro de la horquilla que ha sido construida para aplicar el método del margen sobre
ventas pero sin fijarse en que el margen que obtiene la central de compras con esta asignación es del 45% y que, además los otros gastos suponen el 5,4 % de las ventas mientras que en la comercializadora suponen el 30% dando resultado una asignación del 75%
del beneficio del grupo a la central de compras.
Con este ejemplo se pretende demostrar que no tomar en consideración como el grupo
está asignando la totalidad del beneficio a cada filial puede dar lugar a asignaciones que
difícilmente podríamos considerar de plena concurrencia y que están, por otro lado, aparentemente sustentados en uno de los métodos.
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