TLC, incertidumbre y esperanza / Santo Domingo

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TLC, incertidumbre y esperanza / Santo Domingo
http://www.lahora.com.ec/opinioncompleta.asp?seid=3&opid=16482
por Iván Pozo Vargas
Ecuador, Colombia y Perú, luego de 18 meses de negociaciones, están en su
Décimo Cuarta Ronda de Conversaciones, previo a la firma del Tratado de
Libre Comercio con EE.UU., (fecha fijada para finales del 2005) y que parece
no se firmará; en primer lugar, dado el sinnúmero de desacuerdos arancelarios
en varios productos sensibles, especialmente el agrícola y el atún, así como de
varios capítulos, como el de propiedad intelectual; y, en segundo lugar, por la
oposición de varios sectores sociales.
Los detractores se oponen radicalmente con el argumento de que el mercado
norteamericano nos invadirá de productos mejor elaborados y muy baratos (por
los subsidios que ampara a la producción, especialmente agrícola) y que esto
liquidará a los productores nacionales, los cuales, en cambio, deben producir a
un costo muy elevado. Estos sectores piden que la firma del Tratado lo decida
una Consulta Popular.
Los que están a favor, en cambio, argumentan que el Tratado permitirá el
acceso de productos ecuatorianos al mercado norteamericano que tiene más
de 280 millones de consumidores, algunos productos incluso ingresarán con
cero aranceles, dicen; así mismo, argumentan que captará capitales externos
para los sectores productivos; aumentará la producción de bienes y servicios;
aumentarán las plazas de trabajo. Existe otro sector que dice no tener claro el
tema.
Para que los ecuatorianos compitamos de igual a igual con cualquier país del
mundo, es necesario que el Estado abandone su papel de consumista,
fiscalista, controlador y concentrador de todo, especialmente de capitales y los
traslade a la sociedad civil.
Solo cuando ésta maneje las políticas de producción y controle los capitales,
bajarán los costos del dinero; se controlará la inflación; se crearán estímulos
para el ahorro y la inversión; invertirá en educación y capacitación y, vivirá
cómodamente de los ingresos de la producción inteligente.
Hoy no producimos casi nada, porque tenemos un Estado con presupuestos
faraónicos, despilfarrador del poco dinero proveniente de la venta de petróleo,
de préstamos externos, de los migrantes, de la producción de flores, banano,
camarón, etc.
Solo cuando el Estado traslade el protagonismo a la sociedad, existirá
producción, competitividad, progreso y, habrá terminado con el despilfarro y la
corrupción.
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