I DOMINGO DE ADVIENTO (C)

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I DOMINGO DE ADVIENTO (C)
MONICIÓN INICIAL
Iniciamos un nuevo año litúrgico con el Adviento, este tiempo cargado de
esperanza que nos ofrece la Iglesia como preparación para celebrar con gozo la
Navidad, el nacimiento de nuestro Salvador.
En este mundo nuestro, tan marcado por las tensiones, la injusticia o el
sufrimiento, y con tanta gente que ansía la paz para nuestro pueblo y para toda
la tierra Dios sigue renovando sus promesas de justicia y llamándonos a alzar
nuestras cabezas, porque se acerca nuestra liberación.
Así pues, Adviento es tiempo de gozo y esperanza; pero es también tiempo
propicio para cambiar de mentalidad, vivir la conversión y dar frutos de justicia.
Es lo que el Señor espera de nosotros.
Comenzamos la celebración uniéndonos en el canto.
PROCESIÓN Y CANTO
Donde sea factible, convendría hacer una entrada procesional con la que expresar de
manera significativa el comienzo de un nuevo Adviento.
SALUDO DEL PRESIDENTE
El Señor, que viene a salvarnos, esté con todos vosotros.
LA CORONA DE ADVIENTO
Si se utiliza esta simbología…
ORACIÓN AL ENCENDER EL PRIMER CIRIO
Al empezar el Adviento reverdecen nuestras esperanzas. ¡Deseamos que
cambien tantas cosas...! Pero sólo el Señor puede ayudarnos a conseguirlo, sólo
Él puede salvarnos. Por eso seguimos pidiendo y esperando su venida.
Y ahora, encendiendo el primer cirio de la corona de Adviento abramos
nuestros corazones a esa venida
Se enciende el primer cirio, mientras se canta una antífona adecuada.
También puede decirse la siguiente oración mientras se enciende el cirio:
Encendemos, Señor, esta luz en nuestra primera semana de Adviento.
Queremos estar despiertos y vigilantes,
porque Tú nos traes la luz más clara,
la paz más profunda y la alegría más verdadera.
¡Ven, Señor Jesús!
ACTO PENITENCIAL
En silencio, sintiéndonos en la presencia del Señor, le pedimos su gracia,
su amor y su perdón.

Hermano nuestro, que vienes a abrir un camino nuevo en nuestra vida:
SEÑOR, TEN PIEDAD.

Mesías esperado, que vienes a dar la Buena Noticia a los pobres:
CRISTO, TEN PIEDAD.

Hijo de Dios, que vienes para realizar todas las esperanzas de la humanidad:
SEÑOR, TEN PIEDAD.
Hoy no entonamos el Gloria.
ORACIÓN COLECTA
MONICIÓN A LAS LECTURAS
Los anuncios de esperanza que los profetas dirigían al pueblo de Israel,
hundido y disperso, son anuncios de esperanza que hoy se dirigen a nosotros.
Acojamos con gozo la llamada a permanecer vigilantes, en la espera del Señor
que viene.
ORACIÓN UNIVERSAL
Haciendo nuestros los gozos y las esperanzas, las tristezas, las angustias, y
los deseos de toda la humanidad, se los presentamos a Dios en oración confiada.

Por la Iglesia; por cuantos formamos parte de esta comunidad parroquial,
comprometida con el Tercer Plan Diocesano de Evangelización. Para que,
creciendo en fidelidad al Evangelio, sepamos transmitir la fe como auténtica
experiencia liberadora que Dios nos brinda. Roguemos al Señor.

Por la paz en el mundo; por la paz en nuestro pueblo. Para que tanto las
instituciones como cada uno de nosotros aportemos generosamente signos
de diálogo, comprensión y reconciliación, que faciliten la consecución de una
paz justa para todos. Roguemos al Señor.

Cáritas está celebrando sus 50 años de vida y servicio a quienes padecen más
duramente la pobreza, la injusticia o la discriminación. Para que quienes
peor lo pasan no pierdan nunca la esperanza, y les ayudemos a superar el
desencanto. Roguemos al Señor.

Por las personas adolescentes y jóvenes. Para que vivan siempre abiertas a
Dios y a la posibilidad de dedicar la vida entera al servicio del Evangelio en la
Iglesia. Roguemos al Señor.
Padre nuestro, escucha la plegaria de tu pueblo y no permitas que nos
desviemos de tu camino, para que vivamos siempre en vela, aguardando la
venida de tu Hijo. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Allí donde sea costumbre o donde se vea necesario motivar el silencio que se ha de
observar después de la comunión, alguien podría leer, muy despacio, el siguiente texto.
Ven, Señor Jesús, te necesitamos,
haznos sentir tu presencia,
refuerza nuestra fe.
Tú conoces mejor que nadie
nuestra debilidad y nuestros miedos.
Ven, Señor Jesús,
y modela nuestros corazones.
Haznos signo vivo de tu presencia,
testigos tuyos
en este mundo que tanto te necesita.
Ven, y ayúdanos a descubrirte vivo.
Sabemos que te haces presente
en el pobre o el transeúnte,
que te dejas reconocer
en las personas que sufren,
en quienes viven sin cariño,
en cada víctima
de cualquier injusticia.
Señor, ¡ábrenos los ojos de la fe!
Danos valor para transmitir la fe,
para anunciar
tu Palabra que consuela;
queremos prestarte
nuestras manos para la justicia,
compartir tu amor que libera.
¡Ven, Señor Jesús,
y siembra tu esperanza
en nuestros corazones!
Conviene recordar, al final de la eucaristía, que el día 8 celebramos
la fiesta de La Inmaculada, el Día del Seminario.
II DOMINGO DE ADVIENTO (C)
MONICIÓN INICIAL
En este segundo domingo de Adviento, se nos invita a centrar nuestra
atención en la figura de Juan el Bautista, que desde el desierto nos llama a
preparar el camino al Señor.
Es una forma de urgirnos a cambiar nuestras actitudes personales y
sociales, de manera que allanando los senderos de la fraternidad se haga
realidad el sueño de Dios: que todas las personas puedan experimentar con gozo
su justicia, como auténtica liberación.
Iniciamos nuestra Eucaristía cantando juntos.
CANTO Y PROCESIÓN DE ENTRADA
SALUDO DEL PRESIDENTE
El Dios de la paz que, que quiere envolvernos en su manto de justicia, esté
con todos vosotros.
LA CORONA DE ADVIENTO
Si se utiliza esta simbología…
ORACIÓN AL ENCENDER LOS DOS PRIMEROS CIRIOS
Hermanas y hermanos: hagamos el gesto que nos introduce en la segunda
semana de Adviento.
Mientras se enciende el primero y el segundo cirio,
se canta, o alguien recita esta oración.
Los profetas mantenían encendida la esperanza de Israel.
Nosotros, como un símbolo, encendemos estas dos velas.
Que abramos nuestra vida, Señor,
para que brote,
y mantengas en nuestro corazón encendida,
la esperanza.
¡Ven pronto, Señor. Ven, Salvador!
ACTO PENITENCIAL
Con sencillez y humildad, acojamos de Dios y de los hermanos el perdón
que cure nuestras heridas.

Jesús, luz del mundo. SEÑOR, TEN PIEDAD.

Jesús, camino que nos conduce al Padre. CRISTO, TEN PIEDAD.

Jesús, vida nuestra. SEÑOR, TEN PIEDAD.
Hoy, no entonamos el Gloria.
MONICIÓN A LAS LECTURAS
El profeta Baruc llama a vivir con gozo y esperanza, tras finalizar Israel su
exilio en Babilonia y volver a su país, a su ciudad, Jerusalén. Pero esa esperanza
crece y se purifica cuando vivimos la conversión y preparamos el camino de
Jesucristo, el Señor, allanando los caminos de la fraternidad.
ORACIÓN UNIVERSAL
Oremos ahora unidos en la fe y en la esperanza, diciendo: ¡Ven, Señor
Jesús!

Por la Iglesia, por todos sus miembros. Para que sepamos mostrar y hacer
creíble el mensaje de Jesucristo en las nuevas realidades humanas y sociales.
Oremos.

Por los excluidos de nuestra sociedad. Para que siempre nos situemos junto
a las personas que sufren y hagamos nuestra la causa de los pobres,
trabajando por una justa distribución de la riqueza entre todas las personas.
Oremos.

Por todos nosotros. Para que vivamos la conversión a la que nos llama el
Adviento, reconociendo y modificando las actitudes que nos separan, o que
dificultan la paz y la fraternidad en nuestro pueblo. Oremos.

Por cuantos estamos involucrados en el Tercer Plan Diocesano de
Evangelización. Para que allanemos con generosidad los caminos que nos
puedan conducir a la creación de auténticas Unidades Pastorales para la
evangelización.
Señor Dios, Padre de los pobres y desamparados, escucha nuestra oración,
muéstranos tu bondad y danos un corazón generoso para allanar el camino del
Salvador. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Allí donde sea costumbre o se vea necesario motivar el silencio que se ha de observar
después de la comunión, alguien podría leer, muy despacio, el siguiente texto.
Dios es grande en su misericordia.
Nunca abandona a sus hijas e hijos.
Puedes soñar, porque la misericordia de Dios no termina.
¡Atrévete a soñar con un mundo nuevo,
con un ser humano libre,
con una sociedad fraterna y solidaria!.
¡Sueña con la paz, con la verdad,
con la justicia, con el amor!.
Porque el Señor cambió nuestro sufrimiento,
nuestras lágrimas y nuestras muertes.
Fue Jesús, Dios que vino a salvarnos,
quien se empeñó a fondo por nosotros,
hasta la muerte,
pero una muerte victoriosa, un amor sin fin.
¡Sueña, mientras preparas los caminos al Señor!
III DOMINGO DE ADVIENTO (C)
MONICIÓN INICIAL
Seguimos avanzando en nuestro caminar por el tiempo de Adviento. Si
hasta ahora se nos llamaba a la esperanza, hoy se nos llama a la alegría.
Es la alegría propia de quienes saben que con Jesucristo sus vidas pueden
cambiar, y este mundo puede ser distinto. Es la alegría que dinamiza y que
impulsa a preguntar, como aquellos discípulos de Juan el Bautista: “¿Qué
hemos de hacer?”, de manera que la fe se convierta en práctica de vida.
Puestos de pie, nos unimos en el canto que nos introduce en la celebración.
PROCESIÓN Y CANTO
SALUDO DEL PRESIDENTE
El Señor, que viene a salvarnos, esté con todos vosotros.
LA CORONA DE ADVIENTO
Si se utiliza esta simbología…
ORACIÓN AL ENCENDER LOS TRES CIRIOS
«Estad siempre alegres en el Señor; os lo repito, estad alegres». Con estas
palabras de San Pablo, la Iglesia nos invita a celebrar la eucaristía del III
Domingo de Adviento.
Y la razón para estar alegres es que «el Señor está cerca». ¡Cómo no
alegrarse de lo más grande que le ha ocurrido a la humanidad! Dios viene y nos
trae salvación, esperanza y alegría inmensa.
Encendamos tres cirios de la corona de Adviento. Jesús, con su luz, nos
ilumina.
Mientras se encienden los tres cirios correspondientes,
se canta, o alguien recita esta oración.
En las tinieblas se encendió una luz, en el desierto clamó una voz.
¡Ya llega el mensajero!
Juan Bautista no es la luz, sino el que nos anuncia la luz.
Al encender estas tres velas queremos ser antorcha tuya para que brilles.
¡Ven, Señor, a salvarnos!
ACTO PENITENCIAL
En silencio, en la presencia del Señor, le pedimos que nos renueve.



Tú, que eres ayuda permanente para cuantos confían en ti:
SEÑOR, TEN PIEDAD.
Tú, que nos das tu amor para que crezcamos en entrega y servicio:
CRISTO, TEN PIEDAD.
Tú, que nos ayudas a vivir creando fraternidad:
SEÑOR, TEN PIEDAD.
Hoy, no entonamos el Gloria.
ORACIÓN COLECTA
MONICIÓN A LAS LECTURAS
La palabra de Dios, hoy, nos llama a la alegría. Si el Señor está cerca, no
hay sitio para la pena y el llanto. Sólo hay lugar para cambiar de mentalidad y
poner en práctica la justicia, tal como Dios la entiende.
ORACIÓN UNIVERSAL
Con la alegría propia de quienes saben que el Señor siempre cumple sus
promesas, oremos.

Por la Iglesia; sobre todo por quienes en ella ejercen ministerios, con la
misión de comunicar la Buena Noticia de la misericordia y el amor de Dios.
Roguemos al Señor.

Por las personas a las que Dios más ama: las que sufren, las que tienen el
corazón desgarrado, las personas que están cautivas o prisioneras,
hambrientas o excluidas. Roguemos al Señor.

Por las víctimas de la violencia; por las personas que comparten y
acompañan su dolor generosamente; por quienes, de manera anónima y
generosa, aportan lo mejor que hay en ellos para que desaparezca la
violencia y sea posible la paz entre nosotros. Roguemos al Señor.

Por el voluntariado social, como el de Cáritas y otros organismos similares,
que en medio de la dureza de la vida sabe transmitir a su alrededor
esperanza, alegría y solidaridad. Roguemos al Señor.
Señor Dios, Padre de los pobres y desamparados, escucha nuestra oración,
muéstranos tu bondad y danos un corazón generoso para allanar el camino del
Salvador. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Allí donde sea costumbre o donde se vea necesario motivar el silencio que se ha de
observar después de la comunión, alguien podría leer, muy despacio, el siguiente texto, o
similar.
¡Alegraos!, porque Dios os tiene en sus manos.
¡Alegraos!, porque os lava con su gracia y os reviste de justicia.
¡Alegraos!, porque Dios os ama,
y no hay mayor alegría
que el sentirse incondicionalmente amado.
¡Alegraos!, porque os marcará con su sello
para que seáis sus testigos.
Y ¡alegraos!, por la luz y la palabra,
por el agua y por el fuego,
por el óleo y por la cruz.
Trabajad incansablemente por la paz.
Levantad banderas de justicia y libertad.
Defended la vida.
Acompañad a los más pequeños y pobres.
Acoged y promocionad a los excluidos.
Defended la naturaleza y promoved la belleza.
Devolved la esperanza a quienes la han perdido.
Y encontraréis a Cristo que viene cada día a vuestro encuentro.
Necesitamos, sí, tu salvación.
Sólo tú puedes salvarnos
de la tristeza, del desencanto,
del desamor.
Sólo tú puedes salvar al mundo
de sus cegueras y sus crueldades,
de sus cadenas y sus miserias.
¡Ven, Señor, a salvarnos!
Salva a los oprimidos
que esperan justicia,
a los hambrientos
que sueñan con el pan,
a los cautivos
que no ven el día de su libertad.
Ven, Señor,
a abrir los ojos de los ciegos,
a enderezar a quienes se doblan,
a guardar a los emigrantes,
a sostener a quienes desfallecen.
Ven, Señor,
y haz de nosotros
pequeños salvadores,
hijos e hijas tuyos
que en cada miseria
ven la oportunidad
de un compromiso de liberación.
Es importante anunciar la Jornada navideña de Cáritas,
y la Colecta correspondiente, que se celebra el próximo domingo.
IV DOMINGO DE ADVIENTO (C)
JORNADA NAVIDEÑA DE CÁRITAS:
«50 años dando la cara" / "50 urte jo eta ke»

Recordamos la necesidad de adaptar estos materiales a las condiciones de cada
asamblea celebrante. La mención de la campaña de Cáritas se hace en la monición de
entrada y en la oración universal. Conviene hacer una referencia en la homilía, aunque
ésta se refiera especialmente a las lecturas proclamadas.

Es conveniente leer los demás materiales que se envían desde Cáritas. Ayudan
a entender el sentido del lema que se propone y dan pistas para poder hacer una oración
específica en torno a este domingo en los grupos parroquiales o con toda la comunidad.
MONICIÓN DE ENTRADA
Un domingo más acudimos al encuentro con los hermanos para celebrar
la vida, alentar la esperanza, alabar a Dios y madurar en la fe.
En este marco, Cáritas se hace presente en nuestra celebración con su
campaña navideña. Estamos celebrando los cincuenta años de vida de nuestra
Cáritas diocesana. Como dice el lema de esta Jornada son "50 años dando la
cara" / "50 urte jo eta ke". Son años de mucho compromiso, la mayoría de
las veces anónimo y callado, de ese que le gustaba a Jesús cuando la mano
izquierda no sabe lo que hace la derecha.
¿Cómo es el Belén de nuestra Navidad? Hoy se nos invita a poner en él a
unos personajes atípicos, pero reales: a quienes han venido de África y tienen
frío, a quienes un día tienen trabajo y otros muchos nadie les llama, a mujeres
solas que son mayores o tienen hijos y han de ocuparse de todo, a quien tiene
problemas con las drogas, a la persona extranjera que no tiene derechos, a quien
esta noche va a tener como manta unos cartones...
Todos ellos son el nuevo rostro del nacimiento de Jesús y la visita de los
pastores. Cáritas ha ido haciendo y sigue haciendo posible que miles de personas
en estas situaciones hayan visto una estrella en su vida, una nueva Epifanía.
A unas horas de la Navidad, unámonos a la fe y la alegría de los profetas y
de la Virgen para celebrar esta eucaristía.
CANTO DE ENTRADA Y PROCESIÓN
SALUDO DEL PRESIDENTE
El Señor, que viene a salvarnos, esté con todos vosotros.
LA CORONA DE ADVIENTO
Si se utiliza esta simbología…
ORACIÓN AL ENCENDER LOS CUATRO CIRIOS
Dispongamos nuestro espíritu para la Navidad encendiendo los cuatro
cirios de la corona de Adviento.
Mientras se encienden los cuatro cirios,
se canta, o alguien recita esta oración.
Al encender estas cuatro velas, en el último domingo de Adviento,
pensamos en la Virgen, tu madre y nuestra madre.
Nadie te esperó con más ansia, con más ternura, con más amor.
Nadie te recibió con más alegría.
En sus brazos encontraste la cuna más hermosa.
También nosotros queremos prepararnos así:
en la fe, en el amor y en el trabajo de cada día.
¡Ven pronto, Señor. Ven a salvarnos!
ACTO PENITENCIAL
Dios, al nacer, escogió el último lugar. Nosotros seguimos soñando con
gloria y con riquezas. Necesitaríamos volver a nacer.
Se dejan unos instantes de silencio

Luz del mundo, que vienes a iluminar a quienes viven en tinieblas:
SEÑOR, TEN PIEDAD.

Guía de la humanidad, que vienes a conducir a tu pueblo por las sendas de la
verdad y de la justicia: CRISTO, TEN PIEDAD.

Fuente de vida, que vienes a curar las heridas de nuestra debilidad:
SEÑOR, TEN PIEDAD.
Hoy, no entonamos el Gloria.
MONICIÓN A LAS LECTURAS
Belén es más que un simple espacio geográfico; es también espacio
simbólico que evoca sencillez y cumplimiento de las promesas de Dios, como
ocurrió con María y con Jesús.
ORACIÓN UNIVERSAL

En la espera de la venida del Señor, oremos.
Para que todos los cristianos y cristianas demos siempre testimonio de amor
y de esperanza. Roguemos al Señor.

Para que las fiestas de Navidad ayuden a nuestro pueblo y a todos los
pueblos de la tierra a crecer en la justicia y en la paz. Roguemos al Señor.

Para que, como Cáritas, dando la cara cada día, reconozcamos la presencia
de Dios en los últimos y en quienes vivirán estas fiestas navideñas en el dolor
y la tristeza, y les demos toda nuestra ayuda. Roguemos al Señor.

Para que vivamos con toda intensidad cristiana la fiesta de Navidad.
Roguemos al Señor.
Oh Dios, que agradeciendo la fe de la Virgen, la has bendecido entre todas las
mujeres como la Madre del Señor; por su intercesión, acoge nuestras súplicas y
haz que reconozcamos los signos de tu visita. Por Jesucristo, nuestro Señor.
MONICIÓN A LA COLECTA DEL DINERO
Seguir a Jesús es comprometerse contra las injusticias; es juntar
pequeños compromisos que hacen posible un mundo mejor lleno de vida y de
Dios. Nosotros/as también podemos hacer algo y comprometernos con las
personas que están en la pobreza y exclusión.
La colecta de hoy será destinada a Cáritas Diocesana. Gracias a todos por
vuestra colaboración.
DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Allí donde sea costumbre o donde se vea necesario motivar el silencio que se ha de
observar después de la comunión, alguien podría leer, muy despacio, el siguiente texto.
“María se puso en camino”. María, excelente peregrina
Partir es, ante todo, salir de uno mismo.
Romper la coraza de egoísmo
que intenta aprisionarnos
en nuestro propio “Yo”.
Partir es dejar de dar vueltas
alrededor de uno mismo,
como si ese fuera
el centro del mundo y de la vida.
Partir es no dejarse encerrar
en el círculo de los problemas
del pequeño mundo
al que pertenecemos,
cualquiera que sea su importancia.
La humanidad es más grande.
Y es a ella a quien debemos servir.
Partir no es devorar kilómetros,
atravesar los mares
o alcanzar velocidades supersónicas.
Es ante todo abrirse a los otros,
descubrirlos, ir a su encuentro.
Abrirse a otras ideas, incluso
a las que se oponen a las nuestras.
Es tener el aire de un buen
caminante.
(Helder Cámara)
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