Recerca sobre llengua i defensa oral dels resultats

Anuncio
1
Aprender a investigar para argumentar sobre lengua:
Los registros lingüísticos orales en la ESO
Montserrat Vilà Santasusana y Llorenç Comajoan Colomé
Universitat Autònoma de Barcelona, Universitat de Vic
Resumen
Este artículo presenta una secuencia didáctica basada en el enfoque del proceso de
enseñanza-aprendizaje de la lengua mediante la investigación y la interacción. El objetivo
es proponer una manera de trabajar los contenidos lingüísticos en secundaria a través de
un proceso que implique, por un lado, la creación de situaciones de reflexión compartida
entre los alumnos y, por otro, un cambio de perspectiva en las tareas que habitualmente
realizan los alumnos en el aula. Se trata de que los estudiantes pasen de desempeñar un
papel básicamente receptivo (de las preguntas y las reflexiones del docente) a tener un
papel claramente productivo, ya que para hacer una investigación se tienen que formular
hipótesis, analizar resultados y extraer conclusiones. En concreto, a través de la secuencia
didáctica que se propone se desarrollan las habilidades lingüísticas del alumnado
mediante tres ejes: el concepto de registro lingüístico en relación con el contexto
educativo, la reflexión a través de la argumentación y la investigación.
Palabras clave: enseñar a investigar en lengua, registro lingüístico, lengua oral,
estrategias argumentativas, reflexión metadiscursiva
1. Punto de partida
Proponemos una secuencia didáctica para el aprendizaje de la argumentación y el
fomento de las actitudes reflexivas hacia los registros lingüísticos orales a través de la
investigación. Estos contenidos se enmarcan dentro del ámbito de lenguas de la
Educación Secundaria Obligatoria (ESO), aunque se podría adaptar para otros niveles
educativos.
Situamos la secuencia dentro de la didáctica de la lengua (Camps, 2003) o la lingüística
educativa (Spolsky, 2008; Hult, 2008), disciplinas de las cuales destacamos su interés por
trascender la separación entre la teoría y la práctica mediante la creación de nuevos
campos transdisciplinarios (no solo interdisciplinarios en el sentido de mezcla de
campos) y el énfasis en la acción y la reflexión (reflexionar sobre lengua haciendo cosas
con la lengua). La propuesta parte de tres premisas sobre el aprendizaje en general y el de
lenguas en concreto.
1. El aprendizaje de aspectos formales sobre la lengua requiere una reflexión sistemática
focalizada, pero, al mismo tiempo, es un conocimiento que no se desvincula del
aprendizaje de aspectos funcionales lingüísticos o de contenidos de otras áreas (historia,
2
filosofía, ciencias, etc.). En realidad, la conexión viene motivada por tres razones: en
primer lugar, el aprendizaje de contenidos surge mediante la práctica lingüística y social;
en segundo lugar, la integración de los aprendizajes hace que los alumnos establezcan
conexiones entre diferentes tipos de conocimientos y disciplinas, lo cual repercute en la
activación de nuevas preguntas y la investigación de respuestas; finalmente, los puentes
entre conocimientos pueden aumentar el interés de los alumnos, ya que permiten tratar las
diferentes preguntas que se formulan desde los intereses propios de cada estudiante,
siempre que el trabajo en clase los involucre en las prácticas sociales reales o verosímiles.
2. Las actividades en grupo fomentan el aprendizaje de lenguas. Eso es así por diversas
razones, entre las cuales destacamos tres (Ellis, 2008; Jacobs, 1998). En primer lugar, la
cantidad y calidad de la producción lingüística de los alumnos aumenta en las actividades
en grupo, ya que hablan más y lo hacen con roles y registros más variados que cuando se
realizan actividades individuales. En segundo lugar, las actividades grupales también
reducen la inseguridad a la hora de preparar el material que más tarde tendrán que
presentar en público, lo cual puede ser muy importante para los alumnos que tienen poca
práctica en las habilidades orales. Además, las prácticas orales intermedias constituyen un
espacio imprescindible para mejorar la oralidad formal de los jóvenes (Vilà, 2005).
Finalmente, la interacción entre iguales incide en un mayor aprendizaje (de lengua y de
otros contenidos), ya que el trabajo de andamiaje permite que los alumnos se arriesguen
más y puedan desarrollar mejor sus habilidades.
3. Nuestra propuesta se basa en el desarrollo progresivo de las habilidades lingüísticas
del alumnado de secundaria. Frecuentemente, los alumnos se quejan del contenido de la
asignatura de lengua diciendo que están cansados de repetir lo mismo. De hecho, si se
observan los libros de texto, es verdad que ciertos contenidos son recurrentes en diversos
cursos (por ejemplo, en las explicaciones de los conceptos de lengua, dialecto y registro).
El hecho de que los currículos vigentes sean menos restrictivos con respecto a los
contenidos, ya que se centran en competencias más que contenidos específicos, puede
propiciar que los profesores propongan contenidos más apropiados a cada nivel de
aprendizaje. O al contrario, puede hacer que la flexibilidad del currículum provoque la
desorientación y la vuelta a métodos anticuados centrados sólo en la forma y la
repetición casi indiscriminada de contenidos. Así pues, el marco metodológico que se
presenta aquí pretende defender una manera de trabajar los contenidos lingüísticos en la
clase de lengua centrándose en la interacción entre iguales, la indagación lingüística y el
aprendizaje de la argumentación y la reflexión metadiscursiva, especialmente las
vinculadas a la lengua oral. El objetivo es alejarse de lo que “se hace siempre en la clase
de lengua”, no porque sí (“para pasárnoslo bien”) sino porque pensamos que de esta
manera los alumnos podrán aprender más adecuándose a su nivel de aprendizaje, mejorar
en sus habilidades centradas en el área de lengua pero también en las otras áreas e
incluso, en la medida en que estén más implicados en la investigación, la actividad en sí
misma generará más interés por aprender.
3
2. Enseñar y aprender lengua investigando sobre los registros lingüísticos orales
2.1. Objetivos
Durante la enseñanza secundaria, el alumnado debe desarrollar las capacidades
abstractas de razonamiento centradas en la reflexión (en relación con la lengua y las
actitudes hacia los usos de la lengua). Por eso, la actividad que se propone aquí tiene los
siguientes objetivos generales:
1. Fomentar la reflexión sobre aspectos relacionados con los registros orales
2. Aprender a hacer indagaciones o investigaciones sobre temas del área de lengua
3. Identificar estrategias argumentativas orales y presentarlas en público
Estos objetivos no están desligados, ya que es imposible reflexionar sobre aspectos
lingüísticos complejos sin dominar los géneros discursivos relacionados con la
argumentación. Dicho de otra manera, esta actividad pretende fomentar el pensamiento
crítico mediante la investigación sobre un aspecto fundamental de la sociedad actual: la
oralidad en los contextos formales. La metodología con que se llega a estos objetivos es
la del trabajo a través de secuencias didácticas (Camps y Zayas, 2006). A continuación se
desarrolla cada objetivo y se relaciona con los aspectos curriculares de la etapa de
secundaria.
2.1.1. Fomentar la reflexión sobre los registros lingüísticos orales. Se ha elegido el
concepto del registro oral porque figura en la mayoría de currículos de la ESO de las
distintas comunidades autónomas. Por ejemplo, en el currículum vigente (2007) de
Andalucía se plantea la importancia del registro lingüístico tanto desde un punto de vista
de su aprendizaje como de su uso para la evaluación de otros contenidos (currículos como
los del País Vasco, Cataluña y Madrid contienen información similar):
¿Cómo y de qué hablar?
Las situaciones comunicativas propician la interrelación de las diferentes habilidades
lingüísticas. El uso oral todavía espontáneo y progresivamente planificado que hacen los
jóvenes de esta etapa constituirá para ellos una eficaz herramienta para reconocer las
normas sociocomunitarias que rigen la interacción entre hablantes. Un desarrollo
satisfactorio de los contenidos correspondientes a esta habilidad permitiría la
construcción de su propio aprendizaje, común a todas las destrezas, el desarrollo de la
autonomía e iniciativa personal al producir discursos propios y les mejoraría la
competencia social y ciudadana.
[...]
El alumnado creará y planificará mensajes orales con una intención comunicativa, desde
la perspectiva más próxima a su ámbito de relaciones personales, con el deseo de hacerse
entender después de haber escuchado y aprendido de los mensajes orales recibidos de los
demás.
[...]
Criterios de valoración de los procesos de aprendizaje
4
La valoración sobre el desarrollo de esta habilidad que se realice, teniendo siempre en
cuenta los orígenes (lenguas de la inmigración), las posibilidades y las capacidades de
cada alumno y la evolución de su esfuerzo personal, ha de ir encaminada a determinar la
capacidad para expresarse de forma clara, concisa y ordenada, según la situación
comunicativa, usando el léxico, la entonación, la pronunciación y el registro adecuados.
La manera de hablar y de interpretar los actos de habla por parte de los adolescentes
también está estrechamente relacionada con sus actitudes (lingüísticas) hacia las personas
y las lenguas (de su entorno inmediato, de los recién llegados y de la población mundial).
El valor de las actitudes lingüísticas queda reflejado en otro documento curricular del
ámbito de lenguas. Así, el Marco común europeo de referencia para las lenguas
(Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, 2002: 103), dentro de las competencias
generales del alumno, incluye la “existencial” o del saber ser, en que se destaca lo
siguiente:
La actividad comunicativa de los usuarios o alumnos no solo se ve afectada por sus
conocimientos, su comprensión y sus destrezas, sino también por factores individuales
relacionados con su personalidad y caracterizados por las actitudes, las motivaciones, los
valores, las creencias, los estilos cognitivos y los tipos de personalidad que contribuyen a
su identidad personal […]
Así pues, mediante la secuencia didáctica que se propone se crean lazos entre los
contenidos del currículum y uno de los factores directamente relacionados con el
aprendizaje de lenguas.
2.1.2. Aprender a hacer indagaciones o investigaciones sobre temas académicos.
Investigar sobre un tema ayuda a desarrollar la curiosidad por el conocimiento. Este es
uno de los retos más importantes de la educación. “Indagar” significa aprender a hacer
hipótesis sobre la realidad e intentar predecir qué pasará. Se trata de suscitar el interés de
los alumnos por comprender el porqué de las cosas y el porqué de las actitudes de las
personas. En la educación secundaria es bastante habitual proponer proyectos de
investigación sobre temas de ciencias, de matemáticas o de ciencias sociales (por
ejemplo, los proyectos que se presentan en Exporecerca Jove en Cataluña), pero no lo es
tanto proponer temas de lengua o de literatura. Y, en cambio, pensamos que se pueden
proponer indagaciones sobre cualquier contenido de aprendizaje del área de lengua:
desde la ortografía hasta el léxico, la sintaxis o la sociolingüística (Campos y Zayas,
2006). Es probable que no se fomenten los trabajos desde el área de lengua porque a
menudo se han asociado a cuestiones que a primera vista puede parecer que tienen poco
contenido de reflexión (por ejemplo, se puede pensar que determinadas cuestiones de
ortografía se consideran “arbitrarias” y, por tanto, no hay gran cosa a investigar), pero
con una metodología adecuada también se pueden estudiar como cualquier otro campo.
Pensamos, por ejemplo, en una investigación que indague sobre el origen de las reglas de
ortografía, la evolución ortográfica desde un punto de vista histórico, el proceso de
aprendizaje de la ortografía por parte de los niños y los adultos, la clasificación y la
explicación de los errores o los aciertos más frecuentes, los métodos de corrección
ortográfica o las nuevas ortografías de los nuevos sistemas de escritura como los SMS.
Por ejemplo, en la mayoría de los currículos vigentes de ESO y Bachillerato, aparece la
5
importancia de la investigación como objetivo y metodología (ejemplos del currículum
de Bachillerato de la Comunidad de Madrid, 2008):
Objetivos
Comprender los elementos y procedimientos fundamentales de la investigación y de los
métodos científicos. Conocer y valorar de forma crítica la contribución de la ciencia y la
tecnología en el cambio de las condiciones de vida, así como afianzar la sensibilidad y el
respeto hacia el medio ambiente.
Metodología: La metodología en el Bachillerato favorecerá la capacidad de los alumnos
para aprender por sí mismos trabajar en equipo y aplicar los métodos de investigación
apropiados. De igual modo, se procurará que los alumnos relacionen los aspectos teóricos
de las diferentes materias con sus aplicaciones prácticas.
Por otra parte, si nos fijamos en los contenidos específicos, la palabra “investigación” no
aparece en las asignaturas de lengua (excepto en el caso del latín para relacionarlo con la
investigación sobre la romanización).
La idea central es que se puede hacer investigación sobre todo lo que se enseña en clase.
Ahora bien, como en todas las actividades de clase, hay que aprender a aplicar un método
de trabajo sistemático y seguir las fases. Por ejemplo, el Departamento de Educación del
Gobierno catalán propone los pasos siguientes para llevar a cabo un trabajo de
investigación de Bachillerato:
1. Elección de la cuestión a investigar
2. Planteamiento de preguntas relacionadas con el tema
3. Planificación de la investigación
4. Búsqueda de información
5. Procesamiento de la información
6. Síntesis
7. Evaluación
8. Planificación de la presentación
9. Presentación oral de los resultados
En la tercera parte de este artículo, siguiendo estos pasos, veremos cómo los alumnos
indagan sobre los usos orales de la lengua en el ámbito escolar para poder llegar a un
análisis de los argumentos que se utilizan para defender sus puntos de vista y poder
presentarlos oralmente.
2.1.3. Identificar estrategias argumentativas y presentarlas oralmente. Argumentar es
una acción fundamental del desarrollo de la capacidad cognitiva del alumnado. La
actividad que se propone en este artículo fomenta las habilidades de los alumnos para
poder identificar las estrategias argumentativas más frecuentes para defender
determinadas maneras de hablar. Eso quiere decir que tienen que aprender a formular e
identificar hipótesis, argumentos efectivos, argumentos falaces (o falsos razonamientos) e
inferencias. Además, la presentación pública de una investigación es un tipo de discurso
6
que se compone, básicamente, de secuencias argumentativas que justifican los resultados
obtenidos y que se produce en una situación oral formal. Las dos cuestiones −oralidad
formal y argumentación− tienen unas características lo bastante complejas como para
justificar un tratamiento profundizado y sistemático de la argumentación en el aula de
secundaria.
Como apuntan Cros y Vilà (2005), en la enseñanza en general hay una tradición muy
arraigada del trabajo sistemático de determinados géneros discursivos: sobre la
narración, por ejemplo, se realizan propuestas didácticas sobre relatos y cuentos en las
aulas de primaria, mientras que las propuestas sistemáticas equivalentes sobre la
argumentación son escasas. Así, los alumnos cuando llegan a secundaria han participado
en pocas prácticas escolares sistematizadas sobre la defensa de posiciones
argumentativas, ya sea oralmente o por escrito. Por otra parte, los libros de texto de
lengua no suelen presentar conocimientos teóricos sobre la argumentación. De hecho,
hoy día todavía son vigentes las palabras de Camps y Dolz (1995: 6):
La enseñanza metódica de la argumentación apenas se contempla en los
programas o se introduce tarde y con resultados poco satisfactorios por los
profesores de Bachillerato, por los profesores universitarios y por la sociedad en
general. No solo no se enseña a los estudiantes a expresar sus opiniones
oralmente o por escrito, a discutir y a debatir temas controvertidos, sino que muy
pocos manuales de lectura presentan textos argumentativos.
Por esta razón, consideramos que no solo hay que proponer esporádicamente actividades
sobre argumentación en las aulas de secundaria, sino que se tendría que hacer una
enseñanza sistemática. Los estudiantes tienen que aprender que argumentar no consiste
únicamente en afirmar una opinión, sino en influir en el otro a través de una serie de
estrategias argumentativas orales (y escritas) organizadas en una estructura que justifican
y dan credibilidad o verosimilitud a cada una de las razones que se aducen y,
evidentemente, a la tesis que se defiende.
Además, hay que añadir que en la etapa de la adolescencia es difícil analizar un
problema desde un punto de vista diferente del propio (sobre todo con respecto a las
prácticas orales y de alta implicación socioemotiva como las cuestiones relacionadas con
la oralidad), lo que puede provocar actitudes radicales y poco permeables a aceptar otras
maneras de pensar. Precisamente, el paso de la subjetividad a la admisión de diferentes
perspectivas sobre un mismo tema es esencial para poder introducir la concesión o la
contraargumentación y aprender a mantener actitudes de tolerancia. En definitiva,
pensamos que aprender a discutir con tolerancia y saber defender un punto de vista
favorece el proceso de socialización y facilita el desarrollo de las habilidades necesarias
para la integración social de los jóvenes.
En resumidas cuentas, los estudiantes de secundaria deben ser capaces de argumentar
teniendo en cuenta los aspectos siguientes:
7
a) Reconocer la complejidad de ciertos temas y ser conscientes de los diversos puntos
de vista que hay sobre un mismo tema
b) Formular y reconocer una tesis, es decir, la posición argumentativa propia y la de los
otros
c) Formular y reconocer una estructura argumentativa
d) Formular buenas preguntas u objeciones a argumentaciones contrarias
e) Ser conscientes del grado de validez de los argumentos y de los tipos de argumentos
(distinguir entre argumentos y falacias)
f) Discutir sin agredir: hacer uso de la modalización lingüística
3. Propuesta de secuencia didáctica para investigar sobre los registros lingüísticos
en el ámbito escolar y defender oralmente los resultados obtenidos
La propuesta que se presenta a continuación integra los objetivos y los contenidos del
currículum para el ámbito de lenguas de educación secundaria obligatoria y
posobligatoria con los aspectos didácticos que se han mencionado en la introducción
(reflexión sobre los registros, investigación, argumentación, oralidad y presentación en
público). Cabe decir que en las clases anteriores a la secuencia que se plantea aquí se
tienen que haber trabajado aspectos básicos de argumentación y de exposición oral
(véase el anexo).
La secuencia se estructura en cinco fases, cada una subdividida en diversos pasos
relacionados con cada uno de los objetivos de la secuencia didáctica. La Tabla 1 presenta
de manera esquemática las fases de la indagación junto con los seis objetivos y las diez
actividades o pasos. La duración es de unas diez horas dependiendo del grupo.
Tabla 1. Secuencia didáctica de argumentación sobre los registros orales
Fases de la
Objetivos de la secuencia
Actividades
investigación
didáctica
¿Qué se hace?
1. Preparación y
generación de
hipótesis sobre la
adecuación a la
situación
comunicativa
mediante el registro
lingüístico oral
¿Qué se aprende?
Objetivo 1: Conocer la
estructura básica de una
investigación
Objetivo 2: Conocer la
noción de registro
lingüístico y aplicarla a
una situación concreta
¿Cómo se hace?
Paso 1. Presentación de la secuencia
didáctica
Paso 2. Presentación de una lista de
afirmaciones sobre situaciones en que
interviene la noción de registro
Paso 3. Selección de una afirmación,
contextualización y preparación de
preguntas
Tiempo: 1-2 horas
8
2. El discurso
argumentativo
3. Investigación
Objetivo 3: Saber
reconocer diferentes
tipos de argumentos y los
falsos razonamientos
aducidos por los
informantes
Paso 4. Anticipación de la
argumentación: identificación de
argumentos y falacias básicas
Objetivo 4: Saber
recoger datos y formular
buenas preguntas
Paso 5. Recogida de datos: entrevistas
a informantes
Tiempo: 1 hora
Tiempo: 1 hora en el aula (1-2 horas
fuera del aula)
4. Análisis
Objetivo 5: Saber
organizar y analizar los
argumentos obtenidos
Paso 6. Procesamiento de la
información (I): identificación de los
argumentos y falsos razonamientos
Paso 7. Discusión del análisis
Paso 8. Procesamiento de la
información (II): cuantificación de los
resultados
Tiempo: 1-2 horas
5. Presentación oral
y reflexión final
Objetivo 6: Saber
planificar y presentar los
resultados de la
investigación de forma
ordenada, argumentada e
interesante para los
compañeros de clase
Paso 9. Planificación y ensayo de la
presentación
Paso 10. Presentación oral de los
resultados y reflexión final
Tiempo: 1-2 horas
Fase 1. Preparación y generación de hipótesis sobre la adecuación a la situación
comunicativa mediante el registro lingüístico oral
El objetivo didáctico de esta primera fase es doble. Por una parte, se presenta la
actividad y se explica la estructura básica de una investigación y, por la otra, se genera
una lista de situaciones que sean lo suficientemente ricas y sugerentes para indagar sobre
el uso de la lengua oral de los propios alumnos. Consta de tres actividades o pasos y
dura entre una y dos horas.
Paso 1. Presentación de la secuencia didáctica. Antes de empezar a trabajar sobre una
situación concreta (que propondrán los alumnos), hay que tener una visión de conjunto
9
de la investigación. Se trata, pues, de que los alumnos se hagan una representación de la
tarea final que tendrán que realizar al terminar la secuencia didáctica. En este primer
momento, es necesario que los alumnos tengan claro un guión general de la secuencia
didáctica y de la indagación que llevarán a cabo. Por eso, sugerimos utilizar la Tabla 1 y
explicar de manera general los pasos que incluye la secuencia.
Paso 2. Presentación de una lista de afirmaciones. Se presenta una lista de afirmaciones
sobre cuestiones relacionadas con los registros orales (véase el Cuadro 1). Se leen las
situaciones y se valora si les resultan familiares o no. Si es conveniente, se pueden
añadir más.
Cuadro 1. Afirmaciones sobre usos de la lengua oral para generar indagaciones.
1. Los profesores deberían hablar siempre en un lenguaje coloquial e incluso informal o
vulgar (tacos) porque el aula es una plasmación de la realidad. Me gustan los
profesores que hablan como yo porque me siento identificado con ellos y así se crea
más complicidad en el aula.
2. La gente cada vez es más informal. Antes se usaba mucho el usted, pero ahora cada
vez se usa más el tú. Las lenguas están vivas y no hay que entorpecerlas. No es
necesario hablar de usted a nadie, ni al director del centro. Está pasado de moda. En
democracia, todos somos iguales.
3. Lo importante es entender las cosas aunque no se sepan explicar. Cuando el profesor
se da cuenta de que hemos entendido, debería poner buena nota, aunque no lo
sepamos expresar del todo bien con la terminología adecuada y un buen redactado.
4. Los debates que se organizan en clase sobre temas sociales no conviene prepararlos
porque tienen que ser espontáneos y directos. El lenguaje es secundario con respecto
al contenido.
5. Los programas televisivos en los que se grita y se insulta son muy divertidos. Creo
que la televisión debe ser un reflejo de la manera de hablar en la vida cotidiana.
6. Dar las gracias o pedir las cosas por favor entre compañeros no hace falta. Hay
confianza. La cortesía lingüística no sirve para nada, hay que ser directos y decir
siempre lo que pensamos.
7. Cada uno tiene que hablar como quiera en cualquier situación porque cada uno es
como es y hay que comunicarse con sinceridad y espontaneidad.
Paso 3. Elección de una afirmación, contextualización y generación de hipótesis. Se
agrupan los alumnos por parejas y cada pareja escoge una de las afirmaciones del Cuadro
1 o de otras que pueden sugerir los propios estudiantes. Se pide a los estudiantes que
realicen dos tareas en este paso:
1. Transformar cada frase en una situación concreta contextualizada (redacción de un
caso) que incite a la reflexión cuando se presente al resto de compañeros. Al final de la
situación tiene que aparecer la afirmación sobre la cual harán la indagación y una
hipótesis preliminar sobre el resultado que creen que obtendrán en su investigación.
10
Dependiendo del nivel de los alumnos, se pueden seleccionar conceptos sobre registro
lingüístico concretos relacionados con cada situación. Por ejemplo, para la situación 3 se
pueden introducir los conceptos de “lenguaje específico” y “lengua” como elementos de
construcción del conocimiento científico o para las situaciones 1 y 2, términos como
“cortesía lingüística”, “poder”, “estatus”, “autoridad” o “identificación”.
En una experiencia piloto en que se llevó a cabo parte de la secuencia que se propone, se
contextualizó la situación 1 del cuadro 1 de la manera siguiente:
Miguel García (“Miki” para los alumnos) está en sus primeros años como profesor de
lengua en el instituto y tiene un trato muy próximo con los alumnos. A continuación
presentamos un ejemplo de la manera cómo habla:
“Bueno, muchachos, que hoy es lunes y estoy hecho polvo del finde. Vamos a continuar
con la clase del otro día: lo de los pronombres estos, los de complemento directo e
indirecto. Ya sé que pensáis que es un coñazo, pero es lo que hay.
- Juan, ¡cállate, por favoooooor…! ¡Cuántas veces te tengo que decir que no le des el
coñazo a Marta!”.
Afirmación que se investigará: Miguel García no usa el registro apropiado.
Hipótesis: El 80% de la clase estará de acuerdo con la afirmación, el 15% estará en
desacuerdo y el 5% no contestará o no sabrá qué contestar.
La situación 2 se contextualizó como se describe a continuación:
Vanesa estudia tercero de ESO. Tiene 15 años y es una chica muy espontánea. En una
ocasión entró en el instituto una señora mayor de unos 65 años y le dijo: −Por favor,
señorita, quisiera que me dijera dónde puedo encontrar a mi nieta, Ana Pérez. ¿La
conoce? Vanesa le respondió: −Sí, estudia tercero. Mira, sube por las escaleras esas de
ahí y por ahí podrás encontrarla en la clase 3 B. La señora respondió con un Muchas
gracias, mientras que Vanesa continuó caminando por el pasillo sin decir nada. En la
conversación Vanesa trató de tú a la señora mayor, mientras que la señora la trataba de
usted.
Afirmación que se investigará: Vanesa no usó el registro apropiado.
Hipótesis: El 50% de la clase estará de acuerdo con la afirmación, el 40% estará en
desacuerdo y el 10% no sabrá que contestar o no contestará.
2. A continuación, hay que preparar buenas preguntas para poder sacar partido de las
respuestas de los informantes. Los informantes serán los compañeros de clase, es decir
los estudiantes harán de investigadores y al mismo tiempo de informantes de cada grupo.
Para formular buenas preguntas, por una parte, los alumnos tienen que disponer de
información sobre registros lingüísticos y, por otra, tienen que saber hacer preguntas
11
efectivas (claras, concisas, respetuosas y que permitan llegar al porqué de las
justificaciones que dan a los informantes). Es recomendable que se formulen preguntas
abiertas en lugar de preguntas cerradas que se puedan contestar con un simple sí o no.
Otra posibilidad es usar preguntas que se contestan con sí o no y añadir ¿Por qué? a
continuación. Por ejemplo, para la situación 1 se pueden formular las siguientes
preguntas:
¿Crees que este profesor habla de manera adecuada a sus alumnos? ¿Por qué?
¿Por qué crees que este profesor habla así?
¿Qué ventajas puede tener hablar de esta manera? ¿Crees que tiene alguna
desventaja? ¿Cuáles?
¿Si tú fueras profesor, hablarías así? ¿Por qué?
Fase 2. El discurso argumentativo
Con el fin de poder analizar la argumentación que utilizan los informantes (los
compañeros de clase que han escogido cada una de las otras afirmaciones) para defender
su comportamiento en la situación presentada, es necesario que los alumnos conozcan la
estructura de un discurso argumentativo y sepan qué tipos de argumentos pueden
considerar válidos y cuáles son falsos razonamientos (falacias). En este paso el objetivo
que se persigue es que los alumnos −a partir de las explicaciones que ya se habrán hecho
en clase sobre el discurso argumentativo− puedan reconocer la distinción entre
argumento y falacia y los diferentes tipos (véanse el anexo y las fuentes bibliográficas).
Paso 4. Anticipación de la argumentación. Después de haber explicado los diferentes
tipos de argumentos y falacias (véase el anexo), los alumnos tienen que anticipar la
argumentación que creen que utilizarán sus informantes. Pueden hacer la anticipación
completando un cuadro como el que se presenta en la Tabla 2:
Tabla 2. Análisis de las argumentaciones sobre registros
Situación sobre registro:
Razones y justificaciones que creemos
que darán nuestros informantes:
1.
2.
...
¿Crees que se trata de un
argumento o una falacia?
¿Por qué?
Cajón de sastre (dudas,
preguntas, etc.)
12
Este paso es importante a fin de que los alumnos puedan detectar los argumentos y las
falacias de sus informantes. Según nuestra experiencia, si no se lleva a cabo este paso y
se analizan los argumentos y las falacias prematuramente, los alumnos pueden acabar
confundiendo los argumentos y los falsos razonamientos. También es importante incluir
una columna, que hemos denominado “cajón de sastre”, para que los alumnos puedan
anotar sus dudas sobre la clasificación de los argumentos y las falacias, ya que es posible
que los que anticipen o utilicen sus informantes (paso siguiente) sean tipos de
argumentos que no se han explicado en clase. Por eso, en estos casos, habrá que plantear
preguntas para formular al profesor o nuevos tipos de argumentos.
Fase 3. Investigación
El objetivo de esta fase es doble. Por una parte, los alumnos tendrán que saber solicitar y
recoger información y, por la otra, tendrán que saber reconocer los diferentes tipos de
argumentos y falacias aducidos por los informantes
Paso 5. Recogida de datos: entrevistas a informantes. En esta fase, los alumnos utilizan
la situación y las preguntas preparadas en el paso 3 para investigar qué piensan sus
compañeros y si su hipótesis es válida. Por eso, tienen que presentar la situación
escogida y formular tres o cuatro preguntas a un mínimo de entre cinco y diez
compañeros y hacer que cada uno dé tres argumentos a favor o en contra de la afirmación
que se presenta. Cada pareja deberá utilizar una tabla de recogida de datos parecida a la
que han utilizado para la anticipación de la argumentación.
Fase 4. Análisis
Esta fase tiene como objetivo hacer que los alumnos sepan identificar los tipos de
argumentos y falacias trabajados en el aula a partir de los datos obtenidos. Vista la
complejidad del tipo de argumentación, se pide a los alumnos que identifiquen un
número concreto de argumentos y falacias (cuatro, cinco, etc. dependiendo del nivel y de
la cantidad de informantes). Por ejemplo, en el caso de alumnos de ESO se pueden pedir
ejemplos concretos de argumentos de autoridad, de beneficio y de falsos argumento
circulares y para alumnos de Bachillerato se puede pedir que den ejemplos de una
variedad mayor de argumentaciones o falacias (basadas en el ejemplo, el argumento
incompleto o la generalización abusiva).
Paso 6. Procesamiento de la información (I): identificación de los argumentos y los
falsos razonamientos (falacias). A partir de las respuestas de los informantes, cada pareja
identifica los argumentos y los falsos razonamientos proporcionados por sus informantes.
Esta fase es probablemente la más compleja de toda la secuencia didáctica, ya que los
alumnos tendrán que identificar los patrones discursivos de sus compañeros y decidir
hasta qué punto son argumentaciones efectivas o no. En una prueba piloto de la
secuencia hecha con alumnos de tercero de ESO, cuando se les preguntó si pensaban que
13
el profesor usaba un registro adecuado, todos contestaron que no y cuándo se les
preguntó por qué pensaban eso (que lo argumentaran) usaron las estrategias
argumentativas siguientes:
Preguntas sobre
la situación
¿Crees que es
adecuada la
manera de
hablar del
profesor? ¿Por
qué?
Argumentaciones de los alumnos
Adrián:
“No mucho. Porque la figura del profesor
es esencial para la educación de los
chavales y si habla así los alumnos se
fijan en que habla de una manera
„grosera‟”.
Fran:
“Depende. Tiene que ser un profesor muy
bueno. Si habla así, pero después ejerce
muy bien, pero que muy bien su profesión
–explica superbién, hace buenos
exámenes, los corrige con justicia, trata
bien a los alumnos y todo–, pues no pasa
nada. Pero si no es muy bueno, más vale
que hable bien”.
¿Crees que
tiene alguna
ventaja hablar
así?
Estrategias argumentativas
Argumento de autoridad:
considera el profesor como la
“figura esencial”.
Argumento del modelo: su
actuación es un referente para los
alumnos.
Concesión: el alumno acepta la
manera de hablar del docente con
la condición de que sea muy
competente en lo demás.
Ejemplo: ilustra lo que significa la
competencia docente.
Carla:
“Es que el profe es el profe y por eso
que… que el profe es el profe y es eso…”.
Falacia: argumento circular: no
aporta ninguna razón.
Ignacio:
“El profesor habla así para integrase con
los alumnos. Pero además quiero decir
una cosa: si es profesor de lengua no
tendría que hablar así en clase. Porque él
tendría que ser un buen modelo en su
manera de hablar”.
Argumento del beneficio: el
alumno destaca el beneficio de
que el profesor pueda relacionarse
mejor con los alumnos.
Argumento del modelo: la
actuación del docente debería ser
un referente para los alumnos.
Roberto:
“La ventaja es que puede crear un
ambiente de más confianza pero el
inconveniente es que le tomen el pelo o
los alumnos hagan bromas en clase, que
no se deberían hacer porque se pierde
mucho tiempo”.
Argumento del beneficio: permite
crear un ambiente de confianza.
Incompatibilidad: puede que sea
difícil trabajar en clase.
14
Jenny:
“Hay profes que se creen que somos
tontos y ellos lo son más. Se hacen los
amigos, pero no, no…”.
¿Crees que
presenta algún
inconveniente?
¿Por qué y por
qué no?
Adrián:
“Puntualmente sí, porque demuestra
demasiada confianza y a la larga te acabas
acostumbrando a utilizar ese vocabulario
y, entonces, en situaciones serias de la
vida te saldrá. No será la manera
apropiada de hablar, pero el chico no se
dará cuenta”.
Fran:
“En parte, para acercarse a los alumnos, a
su jerga, pero los está perjudicando sin
darse cuenta”.
Ignacio:
“Sí, tiene inconvenientes. Tiene pocas
ventajas pero hay alumnos que se sienten
identificados con lo que ven en la calle y
eso les puede proporcionar una mayor
confianza porque en la clase hay el mismo
ambiente que en la calle”.
Sergio:
“No quiero hablar de los profes, porque
no, no… pero ese profe que habla asín
[sic] es más divertido”.
Falacia: ataque a la persona.
Argumento del modelo: la
manera de hablar del docente
se contagia.
Incompatibilidad: el uso de la
jerga en clase es incompatible
con la buena docencia.
Argumento no justificado.
Argumento del beneficio:
coincidencia entre la manera de
hablar en clase y en la calle.
Falacia (preterición): el alumno
dice que no va a hablar pero lo
hace.
Hacer un análisis de este tipo de argumentaciones es difícil porque requiere en realidad
dos procesos. Por un lado, puede ser difícil entender el razonamiento que hay detrás de lo
que dicen los alumnos y, por otro, puede ser difícil identificar qué tipo de argumentación
o de falacia están usando. Para paliar estos problemas se propone hacer alguna actividad
de práctica sobre la comprensión de los mensajes de los alumnos para hacerles ver lo
difícil que es a menudo entender sus razonamientos y aún más en un registro oral. Esta
actividad, al mismo tiempo, puede servir para concienciar a los alumnos de la
importancia de expresarse bien oralmente para que su posición quede clara. Para
identificar los patrones argumentativos es necesario también hacer alguna práctica con
casos preparados como los que se presentan en las tablas del anexo.
15
Lo destacable de esta fase es que los alumnos se involucran en la experiencia porque es
un tema que han vivido y que reconocen que es controvertido, lo cual produce un grado
de emotividad alto, que a menudo se traduce en argumentaciones más o menos efectivas.
Este aspecto se puede utilizar para hacerles reflexionar sobre el proceso de análisis y sus
propios sesgos a la hora de formular la situación y la hipótesis y de analizar los datos.
Estos aspectos se tienen que considerar como parte del proceso de reflexión sobre la
argumentación y el proceso de investigación y, en realidad, se pueden convertir en una
buena herramienta para hacer que los alumnos se den cuenta de la efectividad o no de sus
argumentaciones y la de sus informantes. Además, la complejidad del tema y de la
argumentación hace que surjan contradicciones en las argumentaciones y, lo que es más
importante, que los alumnos se den cuenta de ello (véase Vilà y Comajoan, 2011).
Así pues, es en este paso donde hay que medir mejor el nivel de complejidad que se
quiere dar a la actividad. Para alumnos de cursos más bajos (segundo ciclo de ESO),
antes de analizar los argumentos proporcionados por los informantes, habría que hacer
prácticas de análisis de argumentos inventados a fin de que adquirieran práctica. Para
alumnos de cursos más altos (último año de ESO y Bachillerato) haría falta hacer
prácticas de análisis de fragmentos argumentativos más largos a fin de que pudieran
distinguir los diferentes hilos argumentativos y reflexionar sobre sus propias
argumentaciones.
Paso 7. Discusión del análisis. En la medida en que los alumnos tienen que aplicar
conocimientos teóricos complejos surgen las dudas y es el momento de aclararlas. Por
eso, en este paso se retoman las explicaciones de la fase 2 (el discurso argumentativo) y
se da de nuevo una clase teórica. La diferencia es que los alumnos ahora están más
motivados porque se trata de hacer un análisis de las argumentaciones que han hecho sus
compañeros. Éste es, pues, un momento clave del aprendizaje. En este paso, los alumnos
presentan sus ejemplos de argumentaciones y los justifican (por qué creen que es un
argumento o una falacia y de qué tipo es). Para hacer eso, es recomendable pedir a los
estudiantes que den ejemplos de argumentos y que entre ellos mismos decidan si son
buenos ejemplos o no y por qué.
Paso 8. Procesamiento de la información (II): cuantificación de los resultados. A partir
de la discusión del análisis de los argumentos, se pide a los estudiantes que hagan una
segunda ronda de análisis para ver cuáles son los tipos de argumentos y falacias más
frecuentes en las respuestas de los informantes. A partir de los resultados pueden hacer
un recuento y ver qué argumentos son los más utilizados y dar ejemplos de su análisis.
Finalmente, tienen que comprobar si su hipótesis inicial se ha confirmado o no.
Fase 5. Presentación oral y reflexión final
Esta fase consiste en planificar y presentar oralmente los resultados de la indagación de
forma ordenada, argumentada e interesante para los compañeros de clase. Por último, se
16
propone hacer una reflexión final sobre los resultados obtenidos.
Paso 9. Planificación y ensayo de la presentación. Cada pareja prepara una presentación
oral de los resultados obtenidos. Antes de la presentación, es útil que cada una haga un
esquema de la presentación y que la ensaye delante de otra pareja (véase Vilà, 2005 para
sugerencias sobre la preparación y la ejecución de presentaciones orales parecidas a las
que se proponen aquí).
Paso 10. Presentación oral de los resultados y reflexión final. La presentación oral de los
resultados se hace simultáneamente. Cada pareja prepara una presentación y la expone en
el aula (se puede hacer con ordenadores portátiles, con la presentación impresa o con
murales). Para hacer las presentaciones, se puede dividir la clase en dos grupos. Mientras
una mitad de los alumnos se distribuye por los diferentes rincones de la clase donde se
presentan las exposiciones, la otra mitad hace de visitadores y va pasando por los
rincones. Para acabar, se escogen dos o tres presentaciones y se hacen ante toda la clase.
Al terminar las presentaciones se puede hacer una reflexión final sobre el tipo de
argumentación que han documentado. Algunas de las preguntas para la reflexión final
pueden ser:
1. En general, ¿en qué medida han confirmado vuestras hipótesis?
2. ¿Habéis encontrado que los informantes usan más argumentos o más falacias?
¿Cuáles son los más frecuentes? ¿Por qué creéis que habéis encontrado más
argumentos (o más falacias)?
3. ¿Creéis que vuestros resultados son extrapolables a otros grupos de personas
(mayores, más jóvenes, de otras zonas geográficas, etc.)?
4. ¿Os habéis dado cuenta de si mientras presentabais los resultados de vuestra
indagación utilizabais argumentos y falacias vosotros mismos? ¿Podríais poner un
ejemplo de ello?
4. Conclusión
El funcionamiento de la lengua puede llegar a interesar a los alumnos si se les dan las
herramientas suficientes para que ellos mismos realicen las indagaciones (Camps, 2003).
Nosotros añadiríamos que aspectos lingüísticos y discursivos también pueden llegar a
interesar enormemente a los alumnos si la interacción entre iguales y la implicación de
los estudiantes son centrales. Pensamos que la secuencia que se ha presentado aquí
consigue este objetivo por tres razones. En primer lugar, los alumnos están interesados
en investigar aspectos lingüísticos si se los hacen suyos (a partir de situaciones próximas
como las que se formulan en esta secuencia) y se les guía en el proceso de reflexión y
análisis (como los diferentes pasos y contenidos teóricos de la secuencia). En segundo
lugar, los alumnos son conscientes de la importancia de saber argumentar tanto en el
contexto escolar como en el extraescolar. La actividad que se ha presentado aquí pone
énfasis en la argumentación “real”, tal como los informantes de verdad la formulan
sobre temas lingüísticos y rehúye las recetas para debates centrados únicamente en el
tema, sin planificar el procedimiento didáctico. En tercer lugar, el proceso metodológico
17
que se sigue en la secuencia didáctica implica que todos los alumnos tengan que
participar activamente, sabiendo qué se les pide y por qué.
Para acabar, veamos, a modo de síntesis, los aspectos de reflexión que surgen en una
práctica social como la que se ha propuesto aquí:
1. Se consigue que un tema controvertido (el uso de distintos registros), y a veces
percibido con indiferencia o aparentemente alejado de los intereses de los jóvenes,
haga reflexionar sobre el proceso de argumentación propio y ajeno.
2. La secuencia didáctica permite que los alumnos se den cuenta de la complejidad de la
argumentación y tomen conciencia de la diversidad de puntos de vista que puede
haber sobre un tema y de la diversidad de estrategias argumentativas para defenderlo.
3. Las actividades hacen necesario tener que consultar información para formular
buenas preguntas y tener que hacer un tipo de lectura más intencional, atenta y
focalizada que en una actividad expositiva tradicional sobre un tema del que se tienen
que examinar. En nuestra propuesta, el estudiante está haciendo una práctica situada:
lee y reflexiona de manera argumentada porque necesita disponer de la información.
4. Se consigue una primera visión de conjunto de lo que es hacer una investigación e
indagar sobre un tema porque aborda diferentes vertientes y las ejemplariza al mismo
tiempo que da una perspectiva teórica (a través de las lecturas).
5. La interacción entre iguales ayuda a que las respuestas de los alumnos sean más
verídicas, en el sentido de que mientras trabajan en grupos los alumnos se sienten
menos predispuestos a contestar aquello que espera el otro.
6. La organización de la actividad implica un trabajo cooperativo, ya que requiere la
creación de una dinámica en el aula que pide la participación activa de todos los
alumnos durante el proceso de la secuencia didáctica.
18
Referencias bibliográficas
CAMPS, A. (2006). Seqüències didàctiques per aprendre gramàtica. A. Camps y F. Zayas
(coord.) Seqüències didàctiques per aprendre gramàtica (pp. 31-37). Barcelona:
Graó.
CAMPS, A. (coord.) (2003). Seqüències didàctiques per aprendre a escriure. Barcelona.
Graó.
CAMPS, A. y COLOMER, T. (coord.) (1996). L’ensenyament i aprenentatge de la llengua i
literatura a l’educació secundària. Barcelona: Horsori.
CAMPS, A. y DOLZ, J. (1995). Enseñar a argumentar: un desafío para la escuela actual.
Comunicación, Lenguaje y Educación, 25, 5-8.
CAMPS, A., y VILÀ, M. (2003). Projectes per aprendre llengua. A. Camps (coord.)
Seqüències didàctiques per aprendre a escriure (pp. 47-50). Barcelona: Graó.
CAMPS, A. y ZAYAS, F. (coord.) (2006). Seqüències didàctiques per aprendre gramàtica.
Barcelona: Graó.
CROS, A. (2005). L‟argumentació oral. M. Vilà (coord.). El discurso oral formal.
Contenidos de aprendizaje y secuencias didácticas (pp. 57-76). Barcelona: Graó.
CROS, A. y VILÀ, M. (1996). La lengua oral en la enseñanza secundaria. Propuestas
didácticas. D. Cassany et al. (coord.) Aspectos didácticos de lengua y literatura
(pp. 173-201). Zaragoza: Universidad de Zaragoza.
CROS, A. y VILÀ, M. (1997). La discussió oral: arguments i fal·làcies. Articles de
didàctica de la llengua i de la literatura, 12, 19-33.
CROS, A. y VILÀ M. (2005). Exemples de seqüències didàctiques: La defensa d‟un punt
de vista. M. Vilà (coord.) El discurso oral formal. Contenidos de aprendizaje y
secuencias didácticas (pp. 131-178). Barcelona: Graó.
DEPARTAMENT D‟EDUCACIÓ (2007). Currículum d’Educació Secundària Obligatòria.
Consultado el 12/04/2010 en
http://phobos.xtec.cat/edubib/intranet/file.php?file=docs/ESO/llengues_eso.pdf.
DEPARTAMENT D‟EDUCACIÓ. Treball de recerca. Consultado el 13/04/2010 en
http://www.edu365.cat/batxillerat/comfer/recerca/.
DEPARTAMENT DE CULTURA (2003). Marc europeu comú de referència per a les llengües:
aprendre, ensenyar, avaluar. Barcelona: Generalitat de Catalunya, Departament
de Cultura.
ELLIS, R. (2008). The study of second language acquisition. 2a edició. Oxford: Oxford
University Press.
GELA (2003). La carpeta de la diversitat lingüística: educació primària, 1r cicle, 2n
cicle, 3r cicle. Barcelona: Octaedro.
GUASCH, O., MILIAN, M. y RIBAS, T. (2005). Interacció i aprenentatge en la formació de
mestres per al plurilingüisme. Articles de didàctica de la llengua i de la literatura,
38, 108-118.
HULT, F. (2008). The history and development of educational linguistics. A B. Spolsky y
F. Hult (ed.) The handbook of educational linguistics (pp. 10-24). Oxford:
Blackwell.
IES CRISTÒFOL FERRER. Bloc Llegir molt i escriure bé. Consultado el 10/2/2010 en
http://blocs.xtec.cat/catalacferrer/llengues-a-premia.
19
JACOBS, G. (1998). Cooperative learning or just grouping students: the difference makes a
difference. W. Renandya y G. Jacobs (ed.) Learners and language learning (pp.
172-193). Singapur: SEAMEO Regional Language Centre.
MAYANS, P. y V. SANZ (sf). Sociolingüística a secundària 1. Consultado el 20/03/2010 en
http://www.xtec.cat/sedec/sociolinguistica/socioling2.doc.
Moreno, F. (2005). Principios de sociolingüística y sociología del lenguaje. Barcelona:
Ariel.
PERELMAN, C. y OLBRECHTS-TYTECA, L. (1988). Traité de l’argumentation. La nouvelle
rhétorique. París/Brussel·les: PUF, Éditions de l‟Université de Bruxelles.
PONS, E., y SOROLLA, N. (2009). Informe sobre la situació de la llengua catalana (20052007). Consultado el 20/03/2010 en
http://www.demolinguistica.cat/web/DOCS.../anuari_2005-07.pdf.
RAMOS, J. M. Y AMBRÒS, A. (2009). La programació en competències bàsiques a
l‟educació secundària. Consultado el 28/04/2010 en
http://blocs.xtec.cat/jmrs/files/2009/02/programacio-sequencia-didacticasociolinguistica.pdf.
SPOLSKY, B. (2008). Introduction: What is educational linguistics? A B. Spolsky y F. Hult
(ed.) The handbook of educational linguistics (pp. 1-9). Oxford: Blackwell.
VILÀ, M. (2004). Els alumnes investiguen sobre la llengua: un treball de camp organitzat
com un seqüència didàctica. Articles de didàctica de la llengua i de la literatura,
34, 40-56.
VILÀ, M. (2005). El discurso oral formal. Contenidos de aprendizaje y secuencias
didácticas. Barcelona: Graó.
VILÀ, R. (2007). Comunicación intercultural: materiales para secundaria. Madrid:
Narcea.
WESTON, A. (2005). Las claves de la argumentación. Barcelona: Ariel.
Llorenç Comajoan y Montserrat Vilà son miembros del Grupo de Investigación de
Educación, Lenguaje y Literatura (GRELL) de la Universidad de Vic. Información de
contacto: [email protected], [email protected].
20
Anexo. Esquema argumentativo y tipos de argumentos y falacias
(Basado en Perelman y Olbrechts-Tyteca (1953), citado en Cros y Vilà (1997, 2005),
Weston (2005) y Argumenta: http://wuster.uab.es/web_argumenta_obert/#)
Con el fin de reconocer los patrones de argumentación que utilizarán los informantes, es
necesario que los alumnos tengan en mente un esquema básico de la argumentación.
Acto seguido proponemos uno de los posibles esquemas argumentativos:
1. Tesis (enunciado escogido por los alumnos)
2. Razones que sustentan el enunciado (primer motivo de la tesis escogida). Las razones
pueden ser justificadas (argumentos) o no (falacias)
3. Previsión de la contraargumentación o las objeciones a los argumentos expuestos
4. Conclusiones
De manera sucinta, comentamos algunos tipos de argumentos y falacias que suelen
aparecer en las argumentaciones cotidianas (Tablas 1 y 2).
Tabla 1. Tipos de argumentos y ejemplos
Argumento
Autoridad
Beneficio
Ejemplo
Se justifica la tesis a partir de la aportación de evidencia (citación de
un autor, de normativas, instituciones o personas reconocidas).
“Según un estudio del gobierno andaluz…”.
¡Atención! El argumento de autoridad se puede convertir fácilmente
en una falacia si la evidencia aportada no es fiable. Por ejemplo, un
argumento de autoridad es poco efectivo si la autoridad es una sola
persona y no tiene conocimiento del tema (por ejemplo, un alumno
inexperto que habla sobre el uso del euskera en el País Vasco). No
obstante, si la autoridad aporta evidencia argumentativa fiable puede
ser un argumento efectivo (por ejemplo, la directora de un centro de
investigación sobre lenguas del País Vasco que habla sobre el mismo
tema).
Se justifica la tesis a partir del beneficio que proporciona una acción
determinada.
“Quien sabe hablar en un registro formal tiene muchas más
posibilidades de comunicarse y de encontrar un trabajo mejor en el
mercado laboral actual, que es muy competitivo”.
¡Atención! El argumento del beneficio se puede convertir en
demagogia si el beneficio solo lo es para algunas personas. Ejemplo:
“Los profesores deberían hablar de manera informal porque así todos
hablaríamos igual, no habría diferencias sociales y obtendríamos
trabajo”.
21
Modelo
Se muestra una actuación que sirve de referente para actuar de la
misma manera.
“Si el profesor habla en un registro formal, hay más posibilidades de
que los alumnos aprendan a hablar como él”.
Incompatibilidad
Se justifica la tesis a partir de la incoherencia entre dos hechos
mediante una relación de causa-efecto.
“Si no hablas bien, mucha gente no te entenderá y no te podrás
comunicar fácilmente”.
Analogía
Se justifica la tesis a partir de un hecho concreto que es extrapolable o
análogo.
“Mis padres me hablan de manera muy informal. Entonces no sé por
qué mis profesores me tienen que hablar de otra manera”.
¡Atención! El argumento de analogía solo es efectivo si se comparan
dos situaciones que comparten características similares. En el ejemplo
anterior, se puede argumentar que la educación de los padres y la de
los docentes no es análoga, por lo tanto, no es una buena
argumentación.
Ejemplo
Se justifica la tesis mediante un ejemplo relevante.
“Cuando fui a Alemania, fuimos a visitar unos diez institutos y en casi
todos los alumnos trataban de usted al profesor”.
¡Atención! Para que el argumento por ejemplo sea eficaz no se debe
basar en puras anécdotas personales: “Un colega mío fue a Alemania
y me dijo que en el instituto todos los alumnos trataban de usted al
profesor”.
Tabla 2. Tipos de falacias y ejemplos.
Falacia o falso
razonamiento
Argumento
circular
Ejemplo
Se reformula la tesis sin aducir ningún argumento.
“Yo siempre digo tacos porque me salen y porque yo hablo así”.
Ataque a la
persona
Se ataca a la persona en lugar de hacer referencia al argumento o
a las actitudes del otro.
“Esto no es verdad, tú no tienes ni idea sobre este tema”.
Falsa verdad o
Se hace referencia a una autoridad o a una evidencia no
22
pista falsa
pertinente para avalar un punto de vista.
“Un estudio hecho por Medicus Mundi dice que tenemos que
hablar de maneras distintas según el contexto”.
Preterición
(figura retórica)
Se niega aquello que se está discutiendo para posteriormente
aportar la opinión propia.
“A mí tanto se me da la lengua y la manera de hablar, porque
sobre este tema no opinaré, no diré nada. Pero yo pienso que todo
el mundo puede hablar como le dé la gana”.
Ignorancia
Se llega a una conclusión a partir de la ignorancia que se tiene
sobre algo.
“En realidad, no sabemos si las personas que hablan mejor son las
que obtienen mejores trabajos. Así que yo no creo que tengamos
que hablar tan formalmente”.
Abuso de
lenguaje
emotivo
Se usa un lenguaje excesivamente emotivo para influir en la
argumentación del interlocutor.
“Queridos compañeros, si el profe usa un lenguaje más formal
todos nos sentiremos mejor y habrá más respeto”.
Pregunta
trampa
Se usa una pregunta cuya respuesta implica que el interlocutor
acepte algo que siguiendo su argumentación no aceptaría:
“¿Estás diciendo que todos los profesores se pueden dirigir a un
alumno llamándolo „gilipollas‟?”.
Descargar