el espejo - AXS Bolivia SA

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EL ESPEJO
Estaba parada frente al espejo, mirando la imagen reflejada; no parecía
ser yo era algo extraño, después de tantos años de observarme. Me fijé
nuevamente preguntaba: ¿acaso seré yo a quien observo? Pero ella me miraba
tan paciente y hasta una sonrisa simulaba. Volví a preguntar tan confundida, no
estando yo conforme con el gesto, pero tampoco esta vez hubo palabras,
esperando quien sabe alguna pista; ¿quien era aquella imagen?, ¿que quería?
¿Acaso le faltaba compañía?
Al fin después de una larga espera, podía observar como cambiaba de
una imagen vaga y transparente todo su ser entero transformaba, su pelo
reflejaba como luces, los pies asemejaban unas ramas al suelo parecían ya
pegados y aunque por caminar se esforzaba la lucha vana resultaba. El rostro le
cambiaba como luna apenas ya podía divisarlo, de dulce se torno pálida y triste,
sus ojos tan hermosos marchitados, las manos confundidas entre flecos en
medio un poncho oscuro y despintado, no había una sonrisa ni un gesto pues
solo indiferencia se mostraba.
Apenas escuchaba unos gemidos en lo profundo ella se quejaba, los
labios no movía para nada, ¿sellados estarían sin palabras? Extraña era yo,
extraña ella, éramos como dos desconocidas, quería conocerla yo pensaba,
pero ella se ponía mas esquiva. Se habrá perdido en medio de la noche, o
simplemente no encuentra su casa; será que aún me reconoce,
que tanto
sabrá ella que no habla.
Ahora, ella era quien me observaba trataba con afán de no mirarla
constante en su mirada reflejaba deseos de arrancarme mil palabras; quería
que le hablara o no era nada, ¡pregunta de una vez! solo pensaba, a prisa ya
no aguanto esa mirada, tan fría como si me traspasara, pese a toda mi gana
era imposible, ¿como ella iba a hablar si yo no hablaba?
Empecé entonces pronto a relatarle, espacios de mi vida transcurridos,
momentos de difícil cercanía, recuerdos de una incalculable alegría, parecía
ponerse mas tranquila cuando le señalaba con palabras, que aunque tragedias
grandes transcurrían mas llena y fuerte el alma se sentía, por la fuerza interior
que en mi vivía. A poco le conté cuando sufría, los mil y un rechazos de la vida,
aquellas tardes llenas de apatía, cansancio, soledad triste agonía, momentos
que avivaron mas la llama, sublime era el pesar que ella sentía; porque no
habré callado aquel entonces, sentía desgarrarse mis entrañas y hasta en vano
ya le repetía que los dolores pasan y se olvidan.
Pero fue tarde para entonces, no pude evitar lo que venía, sentirse otra
vez sola e incomprendida… lo siento le gritaba, no quería; pero se transformaba
nuevamente. Dolor sentí de pronto y tan profundo, nunca había sentido tal
herida sus ojos se clavaban como dagas y sus manos, me atravesaban el alma,
agujas afiladas por la espalda, punzones de emociones ¿que buscaban?
retornaban vacías y sin nada.
Gran desesperación la que sentía, encontrarme así tan abatida ¿sería esa
mi imagen mas posible? O es que era solo lo que parecía, tenía el cuerpo
escuálido y sin ánimo ahora la mirada es tan vacía, parece que se hubiera
derramado lo poco que por dentro aun guardaba, vacía se quedo casi mirando
que si recuperarlo acaso ya podría, los pies cual ramas viejas y marchitas, caían
hacia el suelo despojados, sin ánimo, sin fuerza, están cansados de haber
andado tan largos caminos, pero al volver en si ya no podía ni dar un paso
mas, menos pararse y caminar segura nuevamente, las manos quietas pobres
avecillas a donde volarán cual es su ritmo, se encuentra el corazón tan
oprimido, latía ya sin son, porque latía? si eterno padecer le parecía.
Ayuda me pedía dando gritos silenciosos murmullos sin palabras,
sostiéneme un instante no me olvides, estoy aquí esperando que decidas aprisa
que ya va quedando nada, ayuda por favor que estoy cansada; ¿porque ahora
no devuelves la mirada? Tan mal tan asustada me sentía, como perderme así
como si nada mas me habría valido ser mas lista que guardar tanto tiempo esta
apatía quitando al corazón esos latidos, restándole espacios mas al alma, sería
acaso tímida tan frágil, vacía como un cántaro sin agua, pero no por favor que
me respondes? ¿Es que hace tanto en mi no guardo nada? Pero como saber, si
no lo entiendo, como penetro dentro de mi alma, si Dios es en quien guardo
mis palabras, ¿que hace un hombre sin una esperanza? vacía me siento y sin
nada, no corre mas la sangre agitada, mis manos no sostienen casi nada que
débiles están, más que mi alma. Que poco ya de mi, poco ha quedado,
pregunto ¿Cómo habré de alimentarla? Si me encuentro tan sola como el agua,
quiero recuperar tiempo pasado, el tiempo ya perdido sin palabras.
Al fin, yo desperté estaba dormida, pero mi corazón aun sentía aquel
dolor constante y mis heridas, las siento mas algunas que otras veces, pero
cada mañana aun despierto y el sol se pone nuevamente al cielo.
Espejo, guarda bien este secreto, no le muestres a nadie lo que has
visto; que aquí entre tu y yo, empiezo de nuevo, empezaré a llenarme por
completo.
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TITULO: “EL ESPEJO”
NOMBRE Y SEUDÓNIMO DEL AUTOR: “DE ÁVILA”
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