Puntos Sobresalientes Deuteronomio 28 a 31

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Para el repaso oral: de la Escuela del Ministerio Teocrático de Noviembre y Diciembre de 2014
5ª Pregunta.
¿Con qué actitud debían obedecer a Dios los israelitas? ¿Qué debería motivarnos a nosotros a servirle?
(Deut. 28:47.) [24 de nov., w10 15/9 pág. 7 párr. 4.]
w10 15/9 págs. 7-8 párr. 4 Busquemos con empeño la bendición de Jehová
4. ¿Qué implica la verdadera obediencia?
4
¿Con qué actitud debían obedecer a Dios los israelitas? La Ley señalaba que tenían que servirle “con
regocijo y gozo de corazón”, pues si no, incurrirían en su desagrado (léase Deuteronomio 28:45-47).
Ciertamente, Jehová merece algo más que el cumplimiento mecánico de sus mandamientos; en realidad, los
animales e incluso los demonios son capaces de seguir órdenes (Mar. 1:27; Sant. 3:3). Quien obedece de verdad
a Jehová lo hace con un corazón lleno de amor y de gozo, pues confía plenamente en que él nunca pone
mandamientos irrazonables y en que es “remunerador de los que le buscan solícitamente” (Heb. 11:6; 1 Juan
5:3).
6ª Pregunta.¿Qué tres condiciones básicas para recibir la vida se mencionan en Deuteronomio 30:19, 20?
[24 de nov., w10 15/2 pág. 28 párr. 17.]
w10 15/2 pág. 28 párrs. 16-17 ¡Bienvenidos al mejor camino en la vida!
16, 17. a) ¿Qué tres condiciones básicas para recibir la vida encontramos en Deuteronomio 30:19, 20? b)
¿Cómo reafirmaron esas condiciones Jesús, Juan y Pablo?
16
Unos mil quinientos años antes de que el Hijo de Dios viniera a la Tierra, Moisés exhortó al pueblo de Israel
a elegir el mejor camino que había en aquella época. Le dijo: “Tomo los cielos y la tierra como testigos [...] de que
he puesto delante de ti la vida y la muerte, la bendición y la invocación de mal; y tienes que escoger la vida a fin
de que te mantengas vivo, tú y tu prole, amando a Jehová tu Dios, escuchando su voz y adhiriéndote a él” (Deu.
30:19, 20). Es cierto que aquella nación no fue fiel, pero no por ello cambiaron las tres condiciones básicas para
recibir la vida enumeradas por Moisés. De hecho, Jesús y otros siervos de Dios volvieron a mencionarlas.
17
Cumplimos con la primera condición “amando a Jehová”, para lo cual tenemos que poner en práctica sus
justas normas (Mat. 22:37). En segundo lugar, debemos seguir “escuchando su voz”. Esto lo hacemos al estudiar
la Biblia y obedecer sus mandatos (1 Juan 5:3). Por eso es tan importante que vayamos a todas las reuniones,
en donde se explica la Palabra de Dios (Heb. 10:23-25). Y por último, hemos de “adherirnos” o aferrarnos a
Jehová. Venga lo que venga, demostremos fe en él y sigamos a su Hijo (2 Cor. 4:16-18).
CAPITULO 28:
w04 1/9 págs. 17-18 párr. 18 Cuidémonos de “la voz de los extraños”
18. a) ¿Qué hay implicado en conocer la voz de Jehová? b) Según Mateo 17:5, ¿por qué debemos
obedecer la voz de Jesús?
18
¿Qué más hay implicado en conocer la voz de Jehová? Además de oírla, es preciso obedecerla. Fijémonos
de nuevo en Isaías 30:21. La Palabra de Dios declara: “Este es el camino”. En efecto, mediante el estudio de la
Biblia escuchamos las instrucciones de Jehová, quien pasa a decirnos: “Anden en él”. Dios desea que pongamos
por obra lo que oímos. Al aplicar lo que aprendemos, demostramos que no solo hemos oído Su voz, sino que
además la hemos escuchado (Deuteronomio 28:1). Obedecerla también implica obedecer la voz de Jesús, pues
Jehová mismo así lo ha dispuesto (Mateo 17:5). ¿Y qué nos dice Jesús, el Pastor Excelente? Nos enseña a
hacer discípulos y a confiar en “el esclavo fiel y discreto” (Mateo 24:45; 28:18-20). Si obedecemos la voz de
Cristo, obtendremos la vida eterna (Hechos 3:23).
w96 15/6 págs. 14-15 párr. 14 Bendiciones o maldiciones: la elección es nuestra
14. ¿Sobre qué base recibirían bendiciones los israelitas?
14
¿Sobre qué base recibiría el pueblo estas bendiciones? El relato contesta: “Si escuchas sin falta la voz de
Jehová tu Dios, y tienes cuidado de poner por obra todos sus mandamientos que te estoy mandando hoy,
entonces Jehová tu Dios ciertamente te pondrá en alto por encima de todas las otras naciones de la tierra. Y
todas estas bendiciones tienen que venir sobre ti y alcanzarte, porque sigues escuchando la voz de Jehová tu
Dios”. (Deuteronomio 28:1, 2.) En efecto, la clave para gozar de las bendiciones divinas era la obediencia a
Dios. Pues bien, ¿qué haremos nosotros individualmente? ¿Escogeremos las bendiciones y la vida al seguir
‘escuchando la voz de Jehová’? (Deuteronomio 30:19, 20.)
Página 1
w10 15/9 pág. 7 párr. 3 Busquemos con empeño la bendición de Jehová
3. ¿De qué habrían disfrutado los israelitas si hubieran sido obedientes?
3
(Léase Proverbios 10:6, 7.) Justo antes de que los israelitas entraran en la Tierra Prometida, Jehová les
garantizó que disfrutarían de gran prosperidad y seguridad si obedecían su voz (Deu. 28:1, 2). Notemos que
no solo dijo a su pueblo: “estas bendiciones tienen que venir sobre ti”, sino que le aseguró: “tienen que [...]
alcanzarte”, recalcando así que su cumplimiento estaba totalmente garantizado.
w92 1/6 pág. 12 párr. 11 Un pueblo libre, pero con responsabilidad
11. ¿Cuál fue el resultado de que Israel no guardara la parte que le correspondía de su pacto con Jehová?
11
Por más de 1.500 años los israelitas tuvieron esa relación especial con Jehová. Pero vez tras vez no
guardaron el pacto. En muchas ocasiones se dejaron seducir por la adoración falsa y llegaron a estar en
cautiverio a la idolatría y la superstición, de modo que Dios permitió que sus enemigos los esclavizaran
físicamente. (Jueces 2:11-19.) En lugar de disfrutar de las bendiciones que pudieran haberles traído libertad
como resultado de guardar el pacto, sufrieron castigo por quebrantarlo. (Deuteronomio 28:1, 2, 15.) Finalmente,
en 607 a.E.C., Jehová permitió que a la nación se le esclavizara en Babilonia. (2 Crónicas 36:15-21.)
w98 1/2 pág. 16 párrs. 12-13 El nuevo pacto reporta mayores bendiciones
12, 13. a) ¿Sobre qué base perdona Jehová los pecados de los que están en el nuevo pacto? b) ¿Cómo es
superior el nuevo pacto al antiguo en lo que respecta al perdón de pecados?
12
Finalmente, Jehová prometió: “Perdonaré su error, y no me acordaré más de su pecado” (Jeremías 31:34b).
En la Ley de Moisés había centenares de disposiciones escritas que los israelitas debían obedecer
(Deuteronomio 28:1, 2, 15). Todos los que quebrantaban la Ley ofrecían sacrificios para expiar sus pecados
(Levítico 4:1-7; 16:1-31). Muchos judíos llegaron a creer que podían alcanzar la justicia mediante sus propias
obras en conformidad con la Ley. Sin embargo, los cristianos reconocen que nunca podrán ganarse la justicia por
sus propias obras, pues no pueden evadirse del pecado (Romanos 5:12). Bajo el nuevo pacto solo es posible
conseguir la condición de justos ante Dios sobre la base del sacrificio de Jesús. Ahora bien, tal condición es una
dádiva, una bondad inmerecida de Dios (Romanos 3:20, 23, 24). Jehová sigue pidiendo obediencia de sus
siervos. Pablo dice que quienes han sido introducidos en el nuevo pacto están “bajo ley para con Cristo”
(1 Corintios 9:21).
13
De modo que para los cristianos también hay un sacrificio por el pecado, aunque de mucho más valor que
los sacrificios que se ofrecían bajo el pacto de la Ley. Pablo escribió: “Todo sacerdote [bajo el pacto de la Ley]
ocupa su puesto de día en día para rendir servicio público y para ofrecer los mismos sacrificios muchas veces,
puesto que estos no pueden en ningún tiempo quitar los pecados completamente. Pero [Jesús] ofreció un solo
sacrificio por los pecados perpetuamente, y se sentó a la diestra de Dios” (Hebreos 10:11, 12). Puesto que los
cristianos que están en el nuevo pacto tienen fe en el sacrificio de Jesús, Jehová los declara justos, sin pecado, y
por ello en condición de ser ungidos como hijos espirituales suyos (Romanos 5:1; 8:33, 34; Hebreos 10:14-18).
Cuando pecan debido a la imperfección humana, pueden suplicar el perdón divino, y Jehová se lo concede sobre
la base del sacrificio de Jesús (1 Juan 2:1, 2). Sin embargo, si optan por un proceder de pecado deliberado,
pierden la condición de justos y el privilegio de ser partícipes del nuevo pacto (Hebreos 2:2, 3; 6:4-8; 10:26-31).
w13 15/9 págs. 7-8 párrs. 3-4 Los recordatorios de Jehová son fidedignos
3, 4. a) ¿Qué mensajes transmiten los recordatorios de Jehová? b) ¿Cómo se beneficiaban los israelitas
si hacían caso?
3
A veces, los recordatorios de Jehová transmiten mensajes de advertencia. En el caso de los israelitas, los
profetas les avisaban una y otra vez de lo que podía sucederles. Por ejemplo, cuando estaban a punto de entrar
en la Tierra Prometida, Moisés les advirtió: “Cuídense por temor de que su corazón sea atraído seductoramente,
y de veras se desvíen y adoren a otros dioses y se inclinen ante ellos, y la cólera de Jehová ciertamente se
encienda contra ustedes” (Deut. 11:16, 17). En la Biblia encontramos una gran cantidad de recordatorios útiles
que Jehová le dio a su pueblo.
4
En muchas otras ocasiones, Jehová exhortó a los israelitas a que le temieran, escucharan su voz y
santificaran su nombre (Deut. 4:29-31; 5:28, 29). Si hacían caso, él los colmaría de bendiciones (Lev. 26:3-6;
Deut. 28:1-4).
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w99 15/5 pág. 12 párrs. 9-10 Felices de que Jehová nos muestre el camino
9, 10. ¿Qué situación requería que los israelitas confiaran en Jehová y le fueran leales?
9
Como en el caso de Adán y Eva, los israelitas tenían que confiar en Jehová y ser leales a él para
permanecer obedientes. Israel era una nación pequeña rodeada de pueblos enemigos. Al sudoeste se
encontraban Egipto y Etiopía. Al nordeste estaban Siria y Asiria. Como vecinos inmediatos Israel tenía a Filistea,
Ammón, Moab y Edom. En un tiempo u otro, todas estas naciones fueron enemigas de Israel. Además, todas
ellas practicaban la religión falsa, caracterizada por la adoración de dioses ídolos, la astrología y, en algunos
casos, repugnantes ritos sexuales y el cruel sacrificio de niños. Los vecinos de Israel esperaban que sus dioses
les dieran familias grandes, buenas cosechas y victorias militares.
10
Únicamente Israel adoraba a un solo Dios: Jehová. Él les prometió la bendición de tener familias
numerosas, cosechas abundantes y seguridad ante sus enemigos si obedecían sus leyes (Deuteronomio 28:114). Desgraciadamente, muchos israelitas no lo hicieron. De los que sí anduvieron en el camino de Jehová,
muchos sufrieron debido a su lealtad. Algunos hasta fueron torturados, ridiculizados, flagelados, encarcelados,
apedreados y muertos por sus compatriotas israelitas (Hechos 7:51, 52; Hebreos 11:35-38). Esto debió suponer
una dura prueba para los fieles. Pero ¿por qué se desviaron tantos del camino de Jehová? Dos ejemplos de la
historia de Israel nos ayudan a comprender su modo de pensar erróneo.
w96 15/6 pág. 16 párr. 17 Bendiciones o maldiciones: la elección es nuestra
17. ¿De qué depende que nos ‘alcancen’ las bendiciones o las maldiciones?
17
De hecho, las bendiciones buscarían al israelita obediente, pues se prometió: “Todas estas bendiciones
tienen que venir sobre ti y alcanzarte”. (Deuteronomio 28:2.) Lo mismo se dijo de las maldiciones: “Todas estas
invocaciones de mal tienen que venir sobre ti y alcanzarte”. (Deuteronomio 28:15.) Si usted hubiera sido un
israelita de tiempos antiguos, ¿lo habrían ‘alcanzado’ las bendiciones o las maldiciones? Todo hubiera dependido
de su obediencia o desobediencia a Dios.
w01 15/9 pág. 16 párr. 3 La bendición de Jehová nos enriquece
3. ¿Por qué sufren pruebas los siervos de Dios?
3
Por otro lado, a todos los que ‘siguen escuchando la voz de Jehová’ los alcanzan bendiciones que no traen
dolor (Deuteronomio 28:2). Sin embargo, tal vez alguien pregunte: “Si no se añade dolor a la bendición de
Jehová, ¿por qué sufren muchos siervos suyos?”. La Biblia revela que Dios permite las pruebas, pero que los
responsables son en realidad Satanás, su sistema malvado y nuestra propia imperfección (Génesis 6:5;
Deuteronomio 32:4, 5; Juan 15:19; Santiago 1:14, 15). Jehová es la fuente de “toda dádiva buena y todo don
perfecto” (Santiago 1:17). De modo que sus bendiciones nunca causan dolor. Analicemos, por tanto, algunos de
los dones perfectos de Dios.
w06 15/5 pág. 30 párr. 19 El placer de andar en integridad
19. ¿Qué les aguarda a los que sigan andando en la senda de la integridad?
19
Para disfrutar de prosperidad espiritual es imprescindible que nos acerquemos a Dios. Cuando
desarrollamos una íntima relación con él, atesoramos “con seguridad un fundamento excelente para el futuro”,
para lograr asirnos “firmemente de la vida que realmente lo es”, la vida eterna (1 Timoteo 6:12, 17-19). En el
venidero nuevo mundo de Dios, nuestras riquezas espirituales irán de la mano de las bendiciones físicas. Todo
aquel que siga “escuchando la voz de Jehová” vivirá la vida que lo es de verdad (Deuteronomio 28:2). Con firme
determinación, pues, sigamos andando gozosos en la senda de la integridad.
w10 15/12 págs. 19-20 párrs. 17-18 Las bendiciones que nos ofrece el Rey que Dios guía con su espíritu
17, 18. ¿Qué promesa hizo Jehová en Deuteronomio 28:2, y qué significa para nosotros?
17
Al pueblo de Israel, que descendía del patriarca Abrahán, Dios le hizo esta promesa: “Todas estas
bendiciones [expuestas en el pacto de la Ley] tienen que venir sobre ti y alcanzarte, porque sigues escuchando la
voz de Jehová tu Dios” (Deu. 28:2). Las anteriores palabras también son aplicables al pueblo de Dios de la
actualidad. Por eso, si deseamos recibir las bendiciones divinas, sigamos “escuchando la voz de Jehová”. Solo
así veremos cumplirse la promesa: “Estas bendiciones tienen que venir sobre ti y alcanzarte”. Ahora bien, ¿cómo
demostramos que estamos “escuchando la voz de Jehová”?
18
Sin duda, escuchar a Jehová significa tomar muy en serio su Palabra y el alimento espiritual que él nos
brinda (Mat. 24:45). Además, exige obedecer tanto a Dios como a su Hijo. El propio Jesús advirtió: “No todo el
que me dice: ‘Señor, Señor’, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está
en los cielos” (Mat. 7:21). Escuchar a Dios también implica someterse de buena gana a la organización que él ha
establecido: la congregación cristiana, en la que contamos con “dádivas en [la forma de] hombres”, los ancianos
nombrados (Efe. 4:8).
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w13 15/9 pág. 30 párr. 11 El precursorado fortalece nuestra amistad con Dios
11. ¿Qué bendiciones, entre otras, reciben los precursores?
11
No hay duda de que, muchas veces, los precursores que se gastan en el servicio a Jehová y estrechan su
relación con él notan que los alcanza un torrente de bendiciones que parece inacabable (Deut. 28:2). Aun así, el
precursorado presenta sus desafíos. Ningún siervo de Dios está libre de las consecuencias de la rebelión de
Adán. Pero, si bien es cierto que algunos precursores han tenido que interrumpir su servicio por un tiempo, a
menudo las situaciones difíciles se pueden manejar o hasta evitar. ¿Qué puede ayudar a los precursores a seguir
disfrutando de su privilegiado servicio?
w96 15/6 pág. 15 párr. 15 Bendiciones o maldiciones: la elección es nuestra
15. ¿Qué significado tiene la bendición recogida en Deuteronomio 28:3, y cómo puede beneficiarnos?
15
Reflexionemos sobre algunas de las bendiciones de que disfrutaría un israelita por obedecer a Jehová.
Tomemos como ejemplo las palabras de Deuteronomio 28:3: “Bendito serás en la ciudad, y bendito serás en el
campo”. La bendición de Dios no está supeditada al lugar donde se esté o a la asignación que se tenga. Algunos
quizás se sientan atrapados por la situación en que se encuentran, tal vez porque viven en zonas materialmente
devastadas o en países arrasados por la guerra. Puede ser que otros anhelen servir a Jehová en un lugar
diferente. Algunos cristianos pudieran desanimarse porque no han sido nombrados siervos ministeriales o
ancianos en la congregación. A veces, las cristianas se descorazonan debido a que sus circunstancias no les
permiten participar en el ministerio de tiempo completo como precursoras o misioneras. Sin embargo,
quienquiera que ‘escuche la voz de Jehová y tenga cuidado de hacer todo lo que él requiere’ será bendecido
ahora y por la eternidad.
w96 15/6 pág. 14 párr. 13 Bendiciones o maldiciones: la elección es nuestra
13. Exprese en sus propias palabras algunas de las bendiciones pronunciadas por los levitas.
13
Ahora imaginémonos que escuchamos a los que están frente al monte Guerizim responder verbalmente a
cada una de las bendiciones leídas por los levitas: “Bendito serás en la ciudad, y bendito serás en el campo.
Benditos serán el fruto de tu vientre y el fruto de tu suelo y el fruto de tu bestia doméstica, la cría de tu vacada y
el hijuelo de tu rebaño. Benditas serán tu cesta y tu artesa. Bendito serás cuando entres y bendito serás cuando
salgas”. (Deuteronomio 28:3-6.)
w96 15/6 pág. 16 párr. 18 Bendiciones o maldiciones: la elección es nuestra
18. ¿Cómo podrían los israelitas haberse ahorrado las maldiciones?
18
En Deuteronomio 28:15-68 se formulan en la forma de maldiciones los dolorosos efectos de la
desobediencia. Algunas consisten exactamente en lo opuesto a las bendiciones que resultarían de la obediencia
enumeradas en Deuteronomio 28:3-14. El pueblo de Israel cosechó con frecuencia los devastadores efectos de
las maldiciones porque optó por practicar la adoración falsa. (Esdras 9:7; Jeremías 6:6-8; 44:2-6.) ¡Qué terrible!
Podría haberse ahorrado tales consecuencias si hubiera hecho la elección correcta, es decir, si hubiera preferido
obedecer las leyes y los principios sanos de Jehová, que definen con claridad lo que es bueno y lo que es malo.
Gran número de personas hoy sufren mucho y tienen vidas trágicas porque deciden obrar en oposición a los
principios bíblicos al practicar la religión falsa, participar en la inmoralidad sexual, consumir drogas ilícitas, abusar
de las bebidas alcohólicas, etc. Como les sucedió a Israel y Judá en la antigüedad, al hacer la elección
equivocada se acarrean la desaprobación divina y se causan penas innecesarias. (Isaías 65:12-14.)
w96 15/6 págs. 15-16 párr. 16 Bendiciones o maldiciones: la elección es nuestra
16. ¿De qué manera experimenta la organización de Jehová hoy día el principio contenido en
Deuteronomio 28:4?
16
Deuteronomio 28:4 dice: “Benditos serán el fruto de tu vientre y el fruto de tu suelo y el fruto de tu bestia
doméstica, la cría de tu vacada y el hijuelo de tu rebaño”. El empleo del pronombre singular hebreo, traducido
“tu”, indica que el israelita obediente disfrutaría personalmente de las bendiciones. ¿Qué hay de los siervos
obedientes de Jehová de hoy en día? El crecimiento que experimenta la organización de los testigos de Jehová
por todo el mundo, es el resultado de la bendición de Dios sobre los esfuerzos sinceros de más de cinco millones
de proclamadores de las buenas nuevas del Reino. (Marcos 13:10.) Y las posibilidades de más aumento son
evidentes, pues más de trece millones de personas asistieron en 1995 a la celebración de la Cena del Señor.
¿Disfruta usted de las bendiciones del Reino?
Página 4
w95 1/9 pág. 11 párr. 12 Los testigos contra los dioses falsos
12. ¿De qué modo fue un testimonio la bendición de Jehová sobre Salomón e Israel?
12
Las abundantes bendiciones que Jehová derramó sobre Israel mientras fue fiel sirvieron de testimonio a las
naciones vecinas. Como dijo Moisés después de relatar las bendiciones que Jehová había prometido, “todos los
pueblos de la tierra tendrán que ver que el nombre de Jehová ha sido llamado sobre ti, y de veras tendrán miedo
de ti”. (Deuteronomio 28:10.) Salomón recibió sabiduría y riquezas debido a su fe. La nación prosperó y disfrutó
de un largo período de paz bajo su reinado. Respecto a aquel tiempo, leemos: “De todos los pueblos seguían
viniendo para oír la sabiduría de Salomón, aun de todos los reyes de la tierra que habían oído de su sabiduría”.
(1 Reyes 4:25, 29, 30, 34.) Una de las visitas destacadas que recibió Salomón fue la de la reina de Seba. Cuando
vio por sí misma la bendición de Jehová sobre la nación y su rey, dijo: “Llegue a ser bendito Jehová tu Dios, que
se ha deleitado en ti al ponerte sobre su trono como rey para Jehová tu Dios; porque tu Dios amó a Israel”.
(2 Crónicas 9:8.)
w86 15/6 pág. 8 párrs. 1-2 La bendición de Jehová enriquece
1, 2. ¿Qué contraste se puede establecer entre los diferentes tipos de riquezas?
¿QUÉ hay si alguien le notificara que “usted ha llegado a ser rico”? Muchas personas se emocionarían ante tal
noticia si esta significara que han llegado a ser ricas por haber recibido dinero, propiedades o posesiones
materiales lujosas. Pero considere el asunto de las riquezas desde este punto de vista: “La bendición de
Jehová... eso es lo que enriquece, y él no añade dolor con ella”. (Proverbios 10:22.)
2
Al tratar con los patriarcas de la antigüedad y con la nación de Israel, Dios bendijo la fidelidad de ellos con
prosperidad. (Génesis 13:2; Deuteronomio 28:11, 12; Job 42:10-12.) El rey Salomón fue bendecido de este
modo. Llegó a ser inmensamente rico. Sin embargo, aprendió por experiencia que el centrar la vida en las
riquezas materiales “era vanidad y un esforzarse tras viento”. (Eclesiastés 2:4-11; 1 Reyes 3:11-13; 9:14, 28;
10:10.) De modo que cuando Salomón escribió: “La bendición de Jehová... eso es lo que enriquece”, no estaba
recalcando las riquezas materiales. Estaba declarando la veracidad del hecho de que si uno tiene la bendición de
Dios, la vida es incomparablemente más rica que la de los que no le sirven. ¿En qué sentido?
w08 15/2 págs. 4-5 párrs. 9-10 Tengamos siempre presente a Jehová
9, 10. a) ¿Qué ejemplo dejaron las hijas de Zelofehad? b) ¿Qué pueden aprender los cristianos solteros
de la obediencia de estas israelitas?
9
Si tenemos siempre presente a Jehová, le obedeceremos en todo y como resultado recibiremos abundantes
bendiciones (Deu. 28:13; 1 Sam. 15:22). En efecto, debemos estar prestos a obedecer a Jehová. Pensemos en
la actitud que demostraron las cinco hijas de Zelofehad, que vivieron en el tiempo de Moisés. La costumbre entre
los israelitas era que la herencia familiar pasara a los hijos, y no a las hijas. Pero como Zelofehad murió sin hijos
varones, Jehová ordenó que se entregara la herencia a sus hijas. Sin embargo, había una condición que
respetar: debían casarse exclusivamente con hombres de la tribu de Manasés, de modo que la herencia
no pasara a ninguna otra tribu (Núm. 27:1-8; 36:6-8).
10
Las hijas de Zelofehad estaban seguras de que las cosas saldrían bien si obedecían a Dios. La Biblia
señala: “Tal como Jehová había mandado a Moisés, de esa manera lo hicieron las hijas de Zelofehad. Por
consiguiente, Mahlá, Tirzá y Hoglá y Milcá y Noá, las hijas de Zelofehad, llegaron a ser las esposas de los hijos
de los hermanos de su padre. Llegaron a ser esposas de algunos de las familias de los hijos de Manasés hijo de
José, para que la herencia de ellas continuara junto con la tribu de la familia de su padre” (Núm. 36:10-12). Estas
mujeres obedientes siguieron las órdenes de Jehová (Jos. 17:3, 4). Hoy día los cristianos solteros que son
espirituales hacen lo mismo: confían en Dios y lo obedecen casándose “solo en el Señor” (1 Cor. 7:39).
w02 1/10 pág. 14 párr. 9 Jehová bendice y protege a quienes le obedecen
9. ¿Cómo recalca el final de Jehoás y los príncipes la necedad de desobedecer?
9
¿Qué les sucedió a Jehoás y su camarilla de malvados príncipes tras abandonar a Jehová? Una fuerza
militar de Siria —solo “un número pequeño de hombres”— invadió Judá y “arruin[ó] de entre el pueblo a todos los
príncipes”. Los invasores también obligaron al rey a entregarles tanto sus propios bienes como el oro y la plata
del santuario. Aunque Jehoás sobrevivió, quedó enfermo y debilitado. Poco después, algunos de sus propios
siervos conspiraron contra él y lo asesinaron (2 Crónicas 24:23-25; 2 Reyes 12:17, 18). Se probó así la veracidad
de las palabras de Jehová a Israel: “Si no escuchas la voz de Jehová tu Dios, teniendo cuidado de poner por obra
todos sus mandamientos y sus estatutos [...,] invocaciones de mal tienen que venir sobre ti y alcanzarte”
(Deuteronomio 28:15).
Página 5
w82 15/2 pág. 22 párrs. 3-4 La dedicación y lo que la simboliza
3, 4. En el caso del sumo sacerdote judío, ¿de qué sería un recordatorio el ‘símbolo de dedicación’ de su
turbante?
3
En el antiguo Israel se estableció un sacerdocio. Moisés había cumplido con las instrucciones específicas
que Jehová le había dado acerca de hacer las prendas de vestir distintivas del sumo sacerdote. En cuanto al
turbante, está escrito: “Hicieron una roseta de oro puro como símbolo [señal] de su dedicación santa e
inscribieron en ella como grabado de sello: ‘Santo al Señor’ [‘Consagrado a Yahvéh,’ Biblia de Jerusalén], y le
ataron un galón de color violeta para fijarla al turbante por arriba.”—Éxodo 39:30, 31; 29:6; Levítico 8:9, The New
English Bible; Traducción del Nuevo Mundo.
4
Este ‘símbolo de dedicación’ sería un recordatorio al sumo sacerdote y a todo observador de que Dios había
“consagrado” o dedicado al sumo sacerdote a un servicio sagrado a favor de un pueblo dedicado. Él y sus
colegas sacerdotales tomarían la delantera en instruir a la gente y en ofrecer sacrificios aceptables para la
expiación de pecados, sacrificios que les ayudarían a vivir de acuerdo con su dedicación a Dios. Esto contribuiría
a la condición santa de dedicación de la nación, puesto que ellos habían recibido advertencia de que, si dejaban
a Jehová, él, en cambio, los abandonaría y los dejaría a merced de sus enemigos.—Deuteronomio 28:15,
25, 63.
w01 1/12 pág. 20 párr. 5 Temamos a Jehová y guardemos sus mandamientos
5. a) ¿Cómo fortalecemos el temor piadoso y el odio al mal? b) ¿Qué nos enseña al respecto la historia de
la nación de Israel?
5
Si meditamos en los daños que acarrea el pecado, reforzaremos nuestro temor saludable y odio al mal. La
Biblia nos asegura que segaremos lo que sembremos, según lo hagamos con miras a la carne, o al espíritu
(Gálatas 6:7, 8). Por ello, Jehová enumeró con toda claridad las consecuencias inevitables de desoír sus
mandamientos y abandonar la adoración verdadera. Sin la protección divina, la pequeña y vulnerable nación de
Israel quedaría a merced de vecinos poderosos y crueles (Deuteronomio 28:15, 45-48). Las Escrituras refieren
con detalle los trágicos frutos de su desobediencia “para amonestación de nosotros”, es decir, para que
aprendamos la lección y cultivemos temor piadoso (1 Corintios 10:11).
w80 1/2 págs. 17-18 párrs. 5-6 “Higos” que causan placer hasta a Dios
5, 6. (a) Valiéndose de una higuera real, ¿cómo indicó Jesús que la higuera simbólica sería cortada?
(b) ¿Cuándo fue cortada aquella higuera simbólica, según lo indica qué desenvolvimiento?
5
En casi la mitad de aquel cuarto año Jesús indicó que la infructífera “higuera” nacional sería cortada. El lunes
10 de Nisán de 33 E.C., de camino a Jerusalén, Jesús se acercó a una higuera. Aunque ésta tenía hojas, no
llevaba fruto. Por esto Jesús la maldijo, diciendo: “Nunca jamás coma ya nadie fruto de ti.” ¿Qué sucedió?
Leemos: “Cuando iban pasando muy de mañana, vieron la higuera ya marchitada, desde las raíces. Entonces
Pedro, acordándose de ello, le dijo: ‘¡Rabí, mira! la higuera que maldijiste se ha marchitado.’”—Mar. 11:12-21.
6
Pues bien, ¿estaba Jesús mostrando inquina a un árbol desprovisto de inteligencia? No, sino que estaba
usando aquella higuera estéril como ilustración. Aquella higuera fue una representación de la nación de Israel, a
la cual Jehová había enviado a su Hijo para que recogiera fruto en la forma de apoyadores del Mesías o Cristo
verdadero. Cuando la nación, bajo la dirección de su sumo sacerdote y otros guías religiosos, rechazó a Jesús
como representante del reino de Dios, los varios cientos de individuos que sí lo aceptaron eran como nada en
comparación. Como un árbol sujeto a impuestos que sirviera de estorbo en el terreno, aquella higuera simbólica
merecía que se le cortara, pues llegó a estar bajo la maldición de Dios. (Compare con Deuteronomio 28:15-68.)
Cincuenta y un día después de dársele muerte a Jesucristo como si hubiera sido un Mesías falso, la “higuera”
israelita fue cortada, pues entonces Dios sacó una nueva nación, el Israel cristiano, el Israel espiritual, a fin de
que produjera fruto del Reino. (Mat. 21:43; 1 Ped. 2:9; Gál. 6:16; Sant. 1:1) La “higuera” cortada fue entregada al
fuego en la destrucción de Jerusalén en 70 E.C.
w01 15/9 pág. 11 párr. 5 ¿Nos alcanzarán las bendiciones de Jehová?
5. ¿Qué les sucedió a los habitantes de Israel y Judá cuando no siguieron escuchando a Jehová?
5
Los israelitas no demostraron gratitud por las bendiciones de Jehová. Como no siguieron escuchándole, los
alcanzaron las maldiciones predichas, lo que se tradujo en que sus enemigos conquistaran los reinos de Israel y
Judá y llevaran a sus habitantes al cautiverio (Deuteronomio 28:36; 2 Reyes 17:22, 23; 2 Crónicas 36:17-20).
¿Le enseñó ese sufrimiento al pueblo de Dios que las bendiciones divinas solo alcanzan a quienes siguen
escuchando a Jehová? El resto judío que regresó a su tierra en 537 a.E.C. tuvo la oportunidad de demostrar si
había adquirido “un corazón de sabiduría” y veía entonces la necesidad de seguir escuchando a Dios (Salmo
90:12).
Página 6
w83 15/3 págs. 13-14 párr. 3 Podemos ‘regocijarnos durante todos nuestros días’
3. Si hemos de ‘regocijarnos durante todos nuestros días’, ¿qué dos factores fundamentales tienen que
observarse?
3
Pero, además de la oración, tienen que tenerse presentes dos factores fundamentales si hemos de
‘regocijarnos durante todos nuestros días’. Estos se sacaron a relucir cuando al pueblo de Dios de la antigüedad
se le dijo que le sobrevendrían invocaciones de mal si no ‘escuchaban la voz de Jehová ni guardaban sus
mandamientos’, y si no ‘servían a Jehová con regocijo y gozo de corazón’ (Deuteronomio 28:45-47). Por eso, si
hemos de mantenernos felices toda la vida, tenemos que 1) obedecer a Jehová y 2) servirle gozosamente.
w10 15/9 págs. 7-8 párr. 4 Busquemos con empeño la bendición de Jehová
4. ¿Qué implica la verdadera obediencia?
4
¿Con qué actitud debían obedecer a Dios los israelitas? La Ley señalaba que tenían que servirle “con
regocijo y gozo de corazón”, pues si no, incurrirían en su desagrado (léase Deuteronomio 28:45-47).
Ciertamente, Jehová merece algo más que el cumplimiento mecánico de sus mandamientos; en realidad, los
animales e incluso los demonios son capaces de seguir órdenes (Mar. 1:27; Sant. 3:3). Quien obedece de verdad
a Jehová lo hace con un corazón lleno de amor y de gozo, pues confía plenamente en que él nunca pone
mandamientos irrazonables y en que es “remunerador de los que le buscan solícitamente” (Heb. 11:6; 1 Juan
5:3).
w95 15/1 págs. 15-16 párr. 2 Sirva a Jehová con gozo de corazón
2. ¿Qué determinaba si los israelitas recibían bendiciones o invocaciones de mal?
2
Los israelitas tenían gozo cuando agradaban a Dios. Pero ¿qué sucedía cuando lo desobedecían? Se les
advirtió: “[Estas invocaciones de mal] tienen que continuar sobre ti y tu prole como señal y portento presagioso
hasta tiempo indefinido, debido al hecho de que no serviste a Jehová tu Dios con regocijo y gozo de corazón por
la abundancia de todo. Y tendrás que servir a tus enemigos que Jehová enviará contra ti, con hambre y sed y
desnudez y la falta de todo; y él ciertamente pondrá un yugo de hierro sobre tu cuello hasta que te haya
aniquilado”. (Deuteronomio 28:45-48.) Las bendiciones y las invocaciones de mal dejaban claro quiénes eran
los siervos de Jehová y quiénes no. Las invocaciones de mal también confirmaron que no se pueden tratar con
falta de respeto ni desdeñar los principios y propósitos de Dios. Dado que los israelitas no prestaron atención a
las advertencias de Jehová sobre la desolación y el exilio, Jerusalén se convirtió en “una invocación de mal para
todas las naciones de la tierra”. (Jeremías 26:6.) Por consiguiente, obedezcamos a Dios y disfrutemos de su
favor. El gozo es una de las muchas bendiciones divinas que reciben los piadosos.
w05 15/11 págs. 28-29 párr. 11 “Los caminos de Jehová son rectos”
11. ¿En qué sentido fue Dios “como los que alzan un yugo”?
11
En sus relaciones con los israelitas, Jehová “lleg[ó] a ser para ellos como los que alzan un yugo de sus
quijadas, y con dulzura llev[ó] alimento a cada uno”. Dios actuó como quien levanta o retira un poco el yugo de un
animal para que este coma con facilidad. Fue al quebrar su yugo de sumisión a Jehová cuando el pueblo de
Israel vino a estar bajo el yugo de sus enemigos (Deuteronomio 28:45, 48; Jeremías 28:14). En cuanto a
nosotros, no caigamos nunca en las garras de nuestro peor enemigo, Satanás, ni suframos los dolores de su
opresivo yugo; más bien, sigamos andando lealmente con nuestro amoroso Dios.
w91 15/12 págs. 8-9 párrs. 3-4 ¡Regocíjense en la esperanza del Reino!
3, 4. a) ¿Qué significa el término “regocijarse”, y cuán a menudo deben regocijarse los cristianos?
b) ¿Qué es el gozo verdadero, y de qué depende?
3
“Regocijarse” significa sentir y expresar gozo; no significa estar en un estado constante de euforia o agitación
jubilosa. Los verbos que corresponden a las palabras hebreas y griegas que se usan en la Biblia para “gozo”,
“júbilo” y “regocijo” expresan tanto la sensación interna como la manifestación externa del gozo. Se anima a los
cristianos a ‘continuar regocijándose’, a ‘regocijarse siempre’. (2 Corintios 13:11; 1 Tesalonicenses 5:16.)
4
Pero ¿cómo puede uno regocijarse siempre? Esto es posible porque el gozo verdadero es una cualidad del
corazón, una profunda cualidad interna, espiritual. (Deuteronomio 28:47; Proverbios 15:13; 17:22.) Es uno de
los frutos del espíritu de Dios, que Pablo menciona precisamente después del amor. (Gálatas 5:22.) Por ser
cualidad interna, no depende de lo externo, ni siquiera de nuestros hermanos. Pero sí depende del espíritu santo
de Dios. Y se deriva de esa profunda satisfacción interior de saber que uno tiene la verdad, la esperanza del
Reino, y que uno hace lo que agrada a Jehová. Por lo tanto, el gozo no es simplemente un rasgo de la
personalidad con el cual nacemos; es parte de “la nueva personalidad”, el conjunto de cualidades que distinguió
a Jesucristo. (Efesios 4:24; Colosenses 3:10.)
Página 7
w06 15/11 pág. 30 párrs. 22-23 Aceptemos siempre la disciplina de Jehová
22, 23. ¿Por qué debemos aceptar siempre la disciplina de Jehová?
22
A fin de contar con la aprobación divina, todo cristiano debe prestar atención a la disciplina de Jehová
(1 Timoteo 5:20). Así pues, dejémonos corregir cuando estudiamos la Biblia y las publicaciones cristianas o
cuando se nos aconseja en las reuniones y asambleas de los testigos de Jehová. Nunca nos descuidemos en
cuanto a hacer la voluntad divina. De esta manera, la disciplina de Dios será para nosotros como un resistente
muro espiritual que nos protegerá del pecado.
23
Aceptar la disciplina que proviene de Jehová nos permitirá mantenernos en el amor de Dios. Es cierto que
algunas personas han sido expulsadas de la congregación cristiana, pero eso no nos pasará a nosotros si
‘salvaguardamos el corazón’ y ‘andamos como sabios’ (Proverbios 4:23; Efesios 5:15). Ahora bien, ¿qué hay de
quienes ya han sido expulsados de la congregación? Si usted se halla en esa situación, ¿por qué no da los pasos
necesarios para ser readmitido? Dios desea que todos los que nos hemos dedicado a él lo adoremos fielmente y
con “gozo de corazón” (Deuteronomio 28:47). Y podremos hacerlo por la eternidad si siempre aceptamos la
disciplina de Jehová (Salmo 100:2).
w95 15/8 págs. 17-18 párr. 3 “Mi yugo es suave y mi carga es ligera”
3. a) ¿Qué clase de yugos se empleaban en tiempos bíblicos? b) ¿En qué sentido figurado se utiliza la
palabra yugo?
3
Jesús y sus oyentes vivían en una sociedad agrícola, por lo que conocían bien lo que era un yugo.
Esencialmente, un yugo es una barra larga de madera con dos gamellas en la parte inferior que se apoyan sobre
el cuello de dos animales de tiro, generalmente bueyes, para que tiren juntos de un arado, un carro u otra carga.
(1 Samuel 6:7.) Los seres humanos también utilizaban yugos. Estos eran barras o palos sencillos que se
colocaban sobre los hombros con carga en ambos lados. Los obreros podían transportar cargas pesadas con
estos yugos. (Jeremías 27:2; 28:10, 13.) Ya que el yugo está relacionado con cargas y trabajo, la Biblia muchas
veces se refiere a él en sentido figurado como símbolo de dominación y control. (Deuteronomio 28:48; 1 Reyes
12:4; Hechos 15:10.)
w81 1/5 págs. 17-18 párrs. 2-3 Lo que pudiera haber sido la condición de salud de la humanidad
2, 3. (a) ¿Qué pregunta hacemos respecto a Jehová como Sanador? (b) ¿Qué envió Jehová sobre el
Egipto antiguo para efectuar la liberación de su pueblo, y qué advertencia dio a los israelitas en caso de
que no escucharan su voz?
2
Retrocediendo con la misma pregunta a un tiempo más remoto aún, preguntamos: ¿Cuál hubiera sido el
resultado de que la gente hubiese aceptado los servicios de Aquel que dijo a su pueblo escogido en los días del
profeta Moisés: “Yo soy Jehová que te está sanando”?—Éxo. 15:26.
3
Teniendo como mira el liberar a su pueblo escogido de la esclavitud en el antiguo Egipto, Jehová afligió a
aquel país con plagas milagrosas. Después quitó las nueve plagas preliminares. Introdujo a su pueblo liberado en
un pacto nacional que habría de funcionar para el bienestar físico, mental y espiritual de ellos. Empleó a Moisés
para advertir a aquellos israelitas lo que sucedería si seguían quebrantando la ley de aquel pacto, pues dijo:
“También, cualquier enfermedad y cualquier plaga que no está escrita en el libro de esta ley, Jehová las hará
venir sobre ti hasta que hayas sido aniquilado. Y verdaderamente quedarán con muy pocas personas en número,
aunque hayan llegado a ser como las estrellas de los cielos por multitud, porque no escuchaste la voz de Jehová
tu Dios.”—Deu. 28:61, 62.
CAPITULO 29:
w87 1/10 pág. 11 párr. 5 ¿Está usted satisfecho con las provisiones espirituales de Jehová?
5. ¿Con qué bendijo Jehová a los israelitas, y cómo reaccionaron ellos?
5
Los israelitas imitaron su mal ejemplo. Dios los libró de la esclavitud en Egipto, los constituyó en nación, les
dio una Ley perfecta, los guió en sus viajes por el desierto, les proveyó ropa que nunca se gastó, y los sostuvo
milagrosamente con maná que caía del cielo y agua que brotaba de una roca. Pero ellos no quedaron satisfechos
con las provisiones de Jehová. (1 Corintios 10:1-5.) Vez tras vez se quejaron mientras viajaban por el desierto.
(Éxodo 13:21, 22; Números 11:1-6; Deuteronomio 29:5.)
w13 15/3 págs. 25-26 párrs. 6-7 Honremos el gran nombre de Jehová
6, 7. ¿Cómo fue Jehová completamente fiel a su gran nombre?
6
Poco después de dar su comisión a Moisés, Jehová fue completamente fiel a su gran nombre “resultando
ser” el Libertador de Israel. Humilló a Egipto con 10 terribles plagas, con las que puso al descubierto la
Página 8
impotencia de los dioses egipcios, incluido el faraón (Éx. 12:12). Entonces dividió el mar Rojo, condujo a Israel a
través de él y ahogó en sus aguas al faraón y su ejército (Sal. 136:13-15). En “el desierto grande e inspirador de
temor”, “resultó ser” el gran Conservador de la vida: le dio alimento y agua a su pueblo, que se componía de dos
o tres millones de personas o hasta más. Y no solo eso. Durante todo ese tiempo, las prendas de vestir y las
sandalias no se les gastaron (Deut. 1:19; 29:5). Como vemos, nada puede impedirle a Jehová ser fiel a su
incomparable nombre. Más adelante le declaró a Isaías: “Yo... yo soy Jehová, y fuera de mí no hay salvador” (Is.
43:11).
7
Josué, el sucesor de Moisés, también presenció los impresionantes actos de Jehová en Egipto y en el
desierto. Por eso, hacia el fin de su vida, pudo decir con plena convicción a sus hermanos israelitas: “Ustedes
bien saben con todo su corazón y con toda su alma que ni una sola palabra de todas las buenas palabras que
Jehová su Dios les ha hablado ha fallado. Todas se han realizado para ustedes. Ni una sola palabra de ellas ha
fallado” (Jos. 23:14). En efecto, de manera muy clara, Jehová cumplió su palabra, “resultó ser” lo que había
prometido.
w96 1/6 pág. 15 párr. 6 Huya para ponerse a salvo antes de la “gran tribulación”
6. ¿Cómo sucedió que una “cosa repugnante” capaz de causar desolación vino a estar “de pie en un
lugar santo”?
6
Era costumbre que las legiones romanas portaran estandartes, o insignias, que para ellas revestían carácter
sagrado, pero para los judíos eran símbolos idolátricos. Llama la atención que el vocablo hebreo traducido por
“cosa repugnante” en el libro de Daniel, se emplea principalmente con referencia a los ídolos y la idolatría.
(Deuteronomio 29:17.) Pese a la resistencia que opusieron los judíos, las fuerzas romanas penetraron en
Jerusalén en noviembre del año 66 llevando consigo sus insignias idolátricas, y después atacaron el muro del
templo por el lado norte. No cabía duda: una “cosa repugnante” capaz de desolar por completo a Jerusalén se
hallaba “de pie en un lugar santo”. Ahora bien, ¿cómo podría alguien huir?
w08 15/6 pág. 9 párr. 12 ¿De qué cosas debemos huir los cristianos?
12. ¿Cómo ve Dios la veneración de imágenes?
12
Otra práctica repugnante de Babilonia la Grande es la veneración de imágenes. Dios llama a estas
imágenes “cosas repugnantes”, “ídolos estercolizos” (Deu. 29:17). Todo aquel que desee agradar a Dios debe
evitar la idolatría, pues él mismo dice: “Yo soy Jehová. Ese es mi nombre; y a ningún otro daré yo mi propia
gloria, ni mi alabanza a imágenes esculpidas” (Isa. 42:8).
w86 15/5 pág. 15 párr. 1 Halle deleite en la Palabra de Jehová
1. ¿Quiénes han sido asignados a enseñar “las cosas reveladas” por Jehová?
PUESTO que “las cosas reveladas” son tan vitales para nuestra salvación, a menudo Jehová ha asignado a
personas responsables para que sean maestros de tales verdades reveladas. (Deuteronomio 29:29.) En Israel,
los sacerdotes y los levitas desempeñaron este papel. (Levítico 10:8-11; 2 Crónicas 35:3.) También, los padres
israelitas enseñaban a sus propios hijos. (Deuteronomio 11:19; Proverbios 6:20.) En el primer siglo E.C., los
ancianos, debidamente nombrados, servían de maestros en la congregación de cristianos ungidos, y a los padres
cristianos se les instaba a instruir a sus hijos. (Efesios 6:4; 1 Timoteo 3:2; 2 Timoteo 2:2.) Además, cada cristiano
era individualmente responsable de dar a conocer las cosas reveladas por Jehová a los que todavía no
pertenecían a la congregación cristiana. (Hechos 1:8.)
CAPITULO 30:
w92 15/3 págs. 16-17 párr. 17 ¡Firmes por la libertad que Dios nos da!
17. ¿Qué significa la conversión, y qué requiere esta de la persona que piensa bautizarse?
17
También tiene que haber conversión antes de que la persona pueda bautizarse como testigo de Jehová. La
conversión del que se arrepiente se efectúa después que esa persona rechaza su derrotero incorrecto y se
resuelve a hacer lo que es correcto. Los verbos hebreo y griego relacionados con la conversión significan “volver;
volverse; retroceder”. Cuando se usa con buen sentido espiritual, eso se refiere a volverse a Dios desde un
camino incorrecto. (1 Reyes 8:33, 34.) La conversión requiere “obras propias del arrepentimiento”, hacer lo que
Dios manda, abandonar la religión falsa y con tenacidad inclinar nuestro corazón hacia Jehová para servirle solo
a él. (Hechos 26:20; Deuteronomio 30:2, 8, 10; 1 Samuel 7:3.) Esto exige “un corazón nuevo y un espíritu
nuevo”, que la persona cambie de modo de pensar, disposición y objetivo en la vida. (Ezequiel 18:31.) La nueva
personalidad resultante reemplaza con cualidades piadosas los rasgos impíos. (Colosenses 3:5-14.) Sí, el
verdadero arrepentimiento de veras impulsa a la persona a ‘volverse’. (Hechos 3:19.)
Página 9
w02 1/4 pág. 12 párr. 13 ¿Por qué bautizarse?
13. En relación con el bautismo, ¿qué implica la conversión?
13
Antes de bautizarse como testigo de Jehová, es necesaria la conversión de la persona. Se trata de un acto
libre y voluntario de parte de quien ha resuelto de todo corazón seguir a Cristo Jesús. Implica el rechazo de su
mal proceder anterior y la decisión de hacer lo que es bueno a los ojos de Dios. En las Escrituras, los verbos
hebreos y griegos relacionados con la conversión tienen el sentido de volver atrás, darse la vuelta, es decir, una
acción que denota dejar el mal camino y acudir a Dios (1 Reyes 8:33, 34). Para que haya conversión, deben
existir “obras propias del arrepentimiento” (Hechos 26:20). Es preciso abandonar la religión falsa, actuar en
armonía con los mandamientos de Dios y dar devoción exclusiva a Jehová (Deuteronomio 30:2, 8-10; 1 Samuel
7:3). La conversión cambia nuestra manera de pensar, objetivos y modo de ser (Ezequiel 18:31). Nos “damos la
vuelta” cuando sustituimos las características impías por la nueva personalidad (Hechos 3:19; Efesios 4:20-24;
Colosenses 3:5-14).
w95 15/8 pág. 19 párr. 5 “Mi yugo es suave y mi carga es ligera”
5. ¿Por qué no sería una experiencia severa tomar el yugo de Jesús?
5
¿No es contradictorio decir que hay que tomar un yugo para hallar refrigerio? En realidad, no lo es, pues
Jesús dijo que su yugo es “suave”. Esta palabra significa bueno, placentero, grato. (Mateo 11:30; Lucas 5:39;
Romanos 2:4; 1 Pedro 2:3.) Como había sido carpintero, es muy probable que Jesús hubiera hecho arados y
yugos, de modo que supiera qué forma dar al yugo para que el animal pudiera realizar el máximo trabajo de la
manera más cómoda posible. Tal vez los forrara con tela o cuero. Muchos se fabricaban de esa manera para que
no rozaran el cuello excesivamente. De igual modo, el yugo figurativo que Jesús nos ofrece es “suave”. Aunque
ser su discípulo implica ciertas obligaciones y responsabilidades, no es una experiencia severa ni opresiva, sino
refrescante. Los mandamientos de su Padre Celestial, Jehová, tampoco son gravosos. (Deuteronomio 30:11;
1 Juan 5:3.)
w99 1/9 pág. 24 párr. 18 Ten éxito en la vida
18. ¿Qué puede asegurar el éxito del joven en el servicio a Jehová?
18
A veces, servir a Jehová puede parecer difícil. Pero nunca pienses que es demasiado difícil (Deuteronomio
30:11). La Biblia te promete que ‘todo lo que hagas tendrá éxito’ a largo plazo, siempre que tu objetivo principal
sea agradar a Jehová y regocijar su corazón (Proverbios 27:11). Y recuerda, no estás solo. Tienes el apoyo de
Jehová y de Jesucristo (Mateo 28:20; Hebreos 13:5). Ellos saben a qué presiones te enfrentas y nunca te
abandonarán (Salmo 55:22). También tienes el respaldo de “toda la asociación de hermanos” y de tus padres, si
son temerosos de Dios (1 Pedro 2:17). Con este respaldo y con tu determinación y esfuerzo podrás tener éxito en
la vida no solo ahora, sino por toda la eternidad.
w10 15/11 pág. 32 párrs. 22-23 Decididos a andar en integridad
22, 23. Compare nuestras actividades con las de los siervos leales de Dios de la antigüedad.
22
A lo largo de los milenios, Jehová les ha dado muy diversas comisiones a sus siervos. A Noé le mandó
construir un arca y ser “predicador de justicia” (2 Ped. 2:5). A Josué le encargó que introdujera a los israelitas en
la Tierra Prometida, y este lo logró gracias a que leía el “libro de la ley [...] día y noche” y obedecía sus preceptos
(Jos. 1:7, 8). Y los cristianos del siglo primero debían hacer discípulos y reunirse regularmente para estudiar las
Escrituras (Mat. 28:19, 20).
23
¿De qué manera defendemos hoy día la soberanía de Jehová y le mostramos nuestra lealtad? Al ser
predicadores de justicia, al hacer discípulos, al poner en práctica los consejos bíblicos y al reunirnos con nuestros
hermanos en las reuniones y asambleas. Todas estas actividades nos infunden valor y fortaleza espiritual y nos
ayudan a efectuar la voluntad de Dios. En realidad, no es tan difícil lograrlo, pues contamos con el apoyo de
nuestro Padre celestial y el de su Hijo (Deu. 30:11-14; 1 Rey. 8:57). Además, tenemos el respaldo de “toda la
asociación de hermanos”, quienes también se esfuerzan por andar en integridad y honrar al Señor Soberano
Jehová (1 Ped. 2:17).
w97 15/12 pág. 19 párr. 9 Haga declaración pública para salvación
9. a) ¿Qué clase de fe anima a tener Romanos 10:8, 9? b) ¿Cuándo y cómo debemos hacer confesión de
nuestra fe?
9
Para la salvación se requiere una fe perdurable. Pablo dijo, citando de Deuteronomio 30:14: “‘La palabra
está cerca de ti, en tu propia boca y en tu propio corazón’; es decir, la ‘palabra’ de fe, que predicamos”.
(Romanos 10:8.) A medida que predicamos la “‘palabra’ de fe”, esta se graba más profundamente en nuestro
Página 10
corazón. Así le sucedió a Pablo, y lo que dijo a continuación puede fortalecer nuestra resolución de predicar esta
fe como él lo hizo: “Si declaras públicamente aquella ‘palabra en tu propia boca’, que Jesús es Señor, y en tu
corazón ejerces fe en que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo”. (Romanos 10:9.) Esa confesión de
fe no debe hacerse ante otras personas solo al tiempo del bautismo, sino continuamente; es un celoso testimonio
público acerca de todas las grandiosas facetas de la verdad. Esta verdad se centra en el precioso nombre del
Señor Soberano Jehová; en nuestro Rey mesiánico y Redentor, el Señor Jesucristo; y en las magníficas
promesas del Reino.
w99 15/7 págs. 11-12 párr. 10 Ayudemos a la gente a acercarse a Jehová
10. ¿Por qué el hecho de que Jehová atraiga a unos y no a otros no es ninguna forma de predestinación?
10
¿Supone alguna forma de predestinación el que Jehová atraiga a unos y no a otros? De ninguna manera.
Dios atrae a las personas en función de sus propias aspiraciones. Él respeta su libre albedrío. Coloca ante los
habitantes de la Tierra hoy la misma disyuntiva que colocó ante los israelitas hace más de tres mil años, cuando
Moisés dijo: “Pongo delante de ti hoy la vida y lo bueno, y la muerte y lo malo. [...] De veras tomo los cielos y la
tierra como testigos contra ustedes hoy, de que he puesto delante de ti la vida y la muerte, la bendición y la
invocación de mal; y tienes que escoger la vida a fin de que te mantengas vivo, tú y tu prole, amando a Jehová tu
Dios, escuchando su voz y adhiriéndote a él; porque él es tu vida y la longitud de tus días” (Deuteronomio
30:15-20).
w99 15/7 pág. 12 párr. 11 Ayudemos a la gente a acercarse a Jehová
11. ¿Cómo podían escoger la vida los israelitas?
11
Observemos que los israelitas tenían que escoger la vida ‘amando a Jehová, escuchando su voz y
adhiriéndose a él’. Cuando se pronunciaron estas palabras, el pueblo de Israel aún no había tomado posesión de
la Tierra Prometida. Se hallaba en las llanuras de Moab preparándose para cruzar el río Jordán y entrar en
Canaán. Aunque era natural que los israelitas pensaran en la tierra “buena y espaciosa” que ‘manaba leche y
miel’, la cual pronto iban a recibir, el cumplimiento de sus sueños dependía de amar a Jehová, escuchar su voz y
adherirse a él (Éxodo 3:8). Moisés lo explicó con claridad cuando dijo: “Si escuchas los mandamientos de Jehová
tu Dios, que te estoy mandando hoy, para amar a Jehová tu Dios, andar en sus caminos y guardar sus
mandamientos y sus estatutos y sus decisiones judiciales, entonces de seguro te mantendrás vivo y te
multiplicarás, y Jehová tu Dios tendrá que bendecirte en la tierra a la cual vas para tomar posesión de ella”
(Deuteronomio 30:16).
w96 15/10 pág. 21 párr. 7 Padre y anciano. Cómo cumplir con ambos papeles
7. a) ¿Por qué es evidente que Proverbios 22:6 no expresa una regla rígida? b) Si el hijo de un anciano
no escoge servir a Jehová, ¿por qué este no pierde automáticamente sus privilegios?
7
Es obvio que el proverbio antes citado no expresa una regla rígida ni anula el principio del libre albedrío.
(Deuteronomio 30:15, 16, 19.) Cuando los hijos alcanzan la edad responsable, tienen que tomar su propia
decisión en cuanto a la dedicación y el bautismo. Si está claro que el anciano ha suministrado la ayuda, guía y
disciplina necesarias en sentido espiritual, pero el hijo no opta por servir a Jehová, el padre no queda
automáticamente descalificado para ser anciano. Por otro lado, si tiene varios hijos menores en casa y uno tras
otro enferman espiritualmente y se meten en problemas, puede ser que ya no se le considere un ‘hombre que
preside su propia casa excelentemente’. (1 Timoteo 3:4.) En esencia, debe ser manifiesto que el anciano se está
esforzando al máximo por tener ‘hijos creyentes que no están acusados de disolución ni son ingobernables’.
w98 1/11 pág. 17 párr. 15 Sigamos obrando nuestra propia salvación
15. a) ¿Qué consuelo tienen aquellos que han sido maltratados deliberadamente? b) ¿Con qué
responsabilidad nos dignifica Jehová a todos?
15
Por otra parte, Jehová no nos ve como víctimas indefensas de las circunstancias. Si tuvimos malas
experiencias en el pasado, puede consolarnos la certeza de que Jehová odia toda la conducta deliberadamente
dañina de que fuimos objeto (Salmo 11:5; Romanos 12:19). Pero ¿nos eximirá de las consecuencias si
abandonamos el camino y tomamos malas decisiones a sabiendas? Por supuesto que no. Su Palabra dice:
“Cada uno llevará su propia carga de responsabilidad” (Gálatas 6:5). Jehová dignifica a cada una de sus criaturas
inteligentes con la responsabilidad de hacer el bien y servirle. Es como Moisés dijo a la nación de Israel: “De
veras tomo los cielos y la tierra como testigos contra ustedes hoy, de que he puesto delante de ti la vida y la
muerte, la bendición y la invocación de mal; y tienes que escoger la vida a fin de que te mantengas vivo, tú y tu
prole” (Deuteronomio 30:19). Jehová confía en que nosotros también podemos tomar la decisión correcta.
¿Cómo lo sabemos?
Página 11
w05 15/6 pág. 23 párr. 20 Padres, provean a las necesidades de su familia
20. ¿Cómo pueden los padres dar a sus hijos una excelente oportunidad de “escoger la vida”?
20
Los padres reciben grandes recompensas cuando cumplen la importante misión que Jehová les ha
encomendado de satisfacer las necesidades materiales, espirituales y emocionales de sus hijos. De este modo
les dan a ellos una excelente oportunidad de seguir esta exhortación: “Tienes que escoger la vida a fin de que te
mantengas vivo” (Deuteronomio 30:19). Además, tienen motivo para regocijarse cuando sus hijos optan por
servir a Jehová y, a medida que van madurando, permanecen en el camino que lleva a la vida (Salmo 127:3-5).
Ese gozo será eterno. Ahora bien, ¿cómo pueden los jóvenes alabar a Jehová en nuestros días? El siguiente
artículo se ocupará de este tema.
w07 15/5 págs. 22-23 párr. 8 Pronto acabará todo el sufrimiento
8. ¿Qué doctrinas han confundido a muchas personas y las han llevado a creer que Dios es el
responsable del sufrimiento? ¿Cómo podemos ayudarlas?
8
En tercer lugar, quizás tengamos que hacer ver a la persona que Dios no es el responsable de la maldad que
aflige al hombre. A muchas personas se les enseña que Dios gobierna este mundo, que él determinó desde
tiempos remotos lo que nos sucedería y que tiene misteriosas e indescifrables razones para hacernos sufrir. ¡Qué
falsedades! Estas doctrinas deshonran a Dios y lo convierten en el responsable de la maldad y el sufrimiento.
De modo que es posible que tengamos que usar la Palabra de Dios para aclarar estos conceptos (2 Timoteo
3:16). Jehová no es el gobernante de este corrupto sistema de cosas; es el Diablo quien lo controla (1 Juan
5:19). Jehová no predestina a sus criaturas inteligentes, sino que las dota de libertad para elegir entre el bien y el
mal (Deuteronomio 30:19). Además, Jehová no es el origen del mal; al contrario, detesta la maldad y se
preocupa por los que sufren injustamente (Job 34:10; Proverbios 6:16-19; 1 Pedro 5:7).
w82 1/3 págs. 16-17 párr. 3 ¡Tenga firmemente asidas las “buenas nuevas”!
3. ¿Cómo choca la enseñanza de la resurrección con la enseñanza de la inmortalidad del alma?
3
¿Qué, pues, es esta esperanza de la resurrección? No es una esperanza basada en la supuesta
inmortalidad del alma, como la enseña el imperio mundial de la religión falsa, tanto dentro de la cristiandad como
fuera de ella. ¡No; es una esperanza para almas mortales! La palabra “resurrección” (griego: anástasis) aparece
unas 40 veces en las Escrituras Griegas Cristianas. Significa un levantarse de nuevo a la vida. Para que una
persona se levante de nuevo a la vida, primero tiene que estar muerta, porque la vida es lo contrario de la
muerte.—Deuteronomio 30:19, 20; Isaías 38:17-19.
w85 1/8 págs. 15-16 párr. 2 Enseñe con habilidad y celo
2. a) Para desarrollar habilidad en cualquier profesión, ¿qué se necesita? b) ¿Por qué es tan importante la
eficiencia de un ministro cristiano como maestro?
2
El conocimiento y la habilidad son necesarios en cualquier profesión. Un hombre quizás estudie carpintería, y
puede que también aprenda mucho al observar a los hábiles en ese oficio. Pero para que él mismo desarrolle
habilidad, tiene que poner en práctica en el empleo el conocimiento que ha adquirido. Un cirujano tiene que
recibir instrucción. Pero para llegar a ser apto, tiene que hacer uso de su conocimiento en la sala de operaciones.
Y en esa profesión la habilidad es vital, pues la aptitud puede frecuentemente hacer la distinción entre la vida y la
muerte para el paciente. Sin embargo, de mucha mayor importancia es la destreza como ministro. ¿Por qué?
Porque la eficiencia del ministro como maestro bien puede afectar el modo como la gente responda a las buenas
nuevas. A su vez, la reacción de las personas puede hacer la distinción entre vida eterna y muerte eterna para
ellas. (Deuteronomio 30:19, 20; Juan 17:3.)
w91 15/6 pág. 9 párr. 5 Salvación de la vida mediante sangre... ¿cómo?
5. ¿Qué razón primordial tenían los israelitas para no ingerir sangre?
5
Dios mencionó de nuevo la sangre cuando dio a Israel el código de la Ley. Levítico 17:10, 11, según la
versión judía de Editorial Sigal, dice: “Cualquier hombre de la casa de Isra-e-l, o de los extranjeros que moran
entre ellos, que comiere cualquier clase de sangre, Yo Me volveré contra el que come la sangre, y le exterminaré
de entre su pueblo; porque la vida de la carne está en la sangre”. Esa ley podía beneficiar la salud, pero había
mucho más que eso implicado. Por tratar como cosa especial la sangre, los israelitas habían de mostrar que
dependían de Dios para la vida. (Deuteronomio 30:19, 20.) Sí, la razón dominante por la cual no habían de
ingerir sangre no era que hacer aquello podía perjudicarles la salud, sino que la sangre tenía significado especial
para Dios.
Página 12
w92 1/1 pág. 9 párrs. 4-5 El amor a Jehová, estímulo a la adoración verdadera
4, 5. ¿A quiénes debe considerárseles fieles, y cómo puede manifestarse fidelidad?
4
Un miembro del personal de la sede mundial de los testigos de Jehová le hizo recientemente esta
observación a un hombre que ha dedicado más de 70 años al servicio de tiempo completo, F. W. Franz, de 98
años de edad, presidente de la Sociedad Watch Tower: “Usted ha sido un excelente ejemplo de fidelidad,
hermano Franz”. Y el hermano Franz contestó: “¡Sí! Uno tiene que ser fiel”. Eso resume el asunto. Prescindiendo
de en qué aspecto de la actividad del Reino sirvamos, podemos ser fieles. (1 Corintios 4:2; Gálatas 3:9.)
5
Es verdad que muchos quisieran lograr mucho más en el servicio que dan a Jehová, pero puede que sus
responsabilidades bíblicas o problemas de salud los limiten hasta cierto grado. Sin embargo, no se debe
considerar menos fieles a los que no pueden ser precursores. Algunos han permanecido leales en medio de las
circunstancias más angustiosas, y con frecuencia por muchísimos años. Sí, ¡han sido fieles! Han manifestado
amor a Jehová y con diligencia han servido de todo corazón en apoyo de Sus arreglos teocráticos. Se han
interesado profundamente en la actividad de los precursores y han estimulado a quienes pudieran ser
precursores —a menudo a sus propios hijos— a esforzarse por tener el servicio de precursor como carrera en la
vida, una carrera que supera a todas las demás. (Compárese con Deuteronomio 30:19, 20.)
w96 15/7 pág. 19 párr. 15 Conservemos la unidad en estos últimos días
15. ¿Qué ayuda a los siervos de Jehová a mantener la unidad al tomar decisiones personales?
15
Dios nos dotó de libre albedrío, lo que conlleva el privilegio y la responsabilidad de tomar decisiones
personales. (Deuteronomio 30:19, 20; Gálatas 6:5.) Aun así, mantenemos la unidad porque observamos las
leyes y principios bíblicos y los tenemos en cuenta al tomar tales decisiones. (Hechos 5:29; 1 Juan 5:3.) Por
ejemplo, si surge una pregunta relacionada con la neutralidad, decidiremos con conocimiento de causa
recordando que ‘no somos parte del mundo’ y que hemos ‘batido nuestras espadas en rejas de arado’. (Juan
17:16; Isaías 2:2-4.) Así mismo, si nos toca tomar una decisión concerniente a nuestra relación con el Estado,
examinaremos lo que la Biblia dice sobre pagar “a Dios las cosas de Dios”, a la vez que nos someteremos a “las
autoridades superiores” en asuntos seculares. (Lucas 20:25; Romanos 13:1-7; Tito 3:1, 2.) Sí, el tener en cuenta
las leyes y principios bíblicos a la hora de tomar decisiones personales preserva la unidad cristiana.
w03 1/8 págs. 10-11 párr. 7 Jehová, el Dios de la verdad
7. ¿Qué reconoció David sobre el conocimiento de Jehová, y qué debemos reconocer nosotros también?
7
Como Jehová nos creó, es lógico concluir que nos conoce bien. El rey David reconoció este hecho cuando
escribió: “Oh Jehová, tú me has escudriñado completamente, y me conoces. Tú mismo has llegado a conocer mi
sentarme y mi levantarme. Has considerado mi pensamiento desde lejos. Mi viajar y mi yacer tendido has
medido, y te has familiarizado hasta con todos mis caminos. Pues no hay una sola palabra en mi lengua, cuando,
¡mira!, oh Jehová, tú ya lo sabes todo” (Salmo 139:1-4). David entendía, por supuesto, que los seres humanos
tenemos libre albedrío, es decir, que Dios nos ha creado con la capacidad de decidir si le obedeceremos o
no (Deuteronomio 30:19, 20; Josué 24:15). Sin embargo, Jehová nos conoce mucho mejor que nosotros
mismos. Él desea lo mejor para nosotros y puede dirigir nuestros pasos (Jeremías 10:23). De hecho, no hay
ningún maestro, entendido ni consejero más capacitado que él para enseñarnos la verdad y hacernos sabios y
felices.
w06 1/7 pág. 22 párr. 6 Nacieron dentro del pueblo escogido por Dios
6. ¿Qué elección tenía que hacer cada israelita?
6
Aunque los israelitas nacían en el seno de una nación dedicada a Dios, cada uno debía decidir si le serviría.
Antes de que entraran en la Tierra Prometida, Moisés les dijo: “De veras tomo los cielos y la tierra como testigos
contra ustedes hoy, de que he puesto delante de ti la vida y la muerte, la bendición y la invocación de mal; y
tienes que escoger la vida a fin de que te mantengas vivo, tú y tu prole, amando a Jehová tu Dios, escuchando su
voz y adhiriéndote a él; porque él es tu vida y la longitud de tus días, para que mores sobre el suelo que Jehová
juró a tus antepasados Abrahán, Isaac y Jacob que les daría” (Deuteronomio 30:19, 20). Por lo tanto, en cuanto
a amar a Jehová, escuchar su voz y adherirse a él, cada israelita debía hacer su propia elección. Y puesto que
todos tenían libre albedrío, habrían de cargar con las consecuencias de su decisión (Deuteronomio 30:16-18).
w10 15/1 pág. 11 párr. 18 Pertenecemos a Jehová gracias a su bondad inmerecida
18. ¿Qué ganarán quienes pertenezcan a Jehová?
18
Jehová nos concede a todos libertad de elección. Por eso, en su Palabra nos dice a cada uno de nosotros:
“Tienes que escoger la vida a fin de que te mantengas vivo, tú y tu prole, amando a Jehová tu Dios” (Deu.
Página 13
30:19, 20). Él desea que decidamos libremente servirle y así le demostremos nuestro amor. De modo que al
pertenecer a nuestro querido Dios no solo no perdemos libertad, sino que ganamos una satisfacción que nunca
tendrá fin.
w11 15/2 págs. 14-15 párrs. 9-10 La aprobación de Dios nos conduce a la vida eterna
9, 10. a) ¿Con qué actitud debemos servir a Jehová? b) ¿Por qué es la mejor decisión servir a Dios con
toda el alma?
9
Cada uno de nosotros es libre de rendir culto a Dios o de negarse a hacerlo. Jehová quiere que lo adoremos
por voluntad propia (léase Josué 24:15). Nunca aprobará nuestro servicio si lo realizamos de mala gana o
simplemente para complacer a otras personas (Col. 3:22). Tampoco lo aceptará si se lo ofrecemos “con titubeo”,
es decir, si actuamos con indecisión al dejar que algunas actividades cristianas sufran por culpa de los intereses
mundanos (Éxo. 22:29). Él sabe que cuando le servimos con toda el alma, los primeros beneficiados somos
nosotros. Esta es la razón por la que Moisés exhortó a los israelitas a elegir la vida. ¿De qué modo harían esa
elección? “Amando a Jehová [...], escuchando su voz y adhiriéndo[se] a él.” (Deu. 30:19, 20.)
10
En la antigüedad, el rey David cantó a Jehová: “Tu pueblo se ofrecerá de buena gana en el día de tu fuerza
militar. En los esplendores de la santidad, desde la matriz del alba, tienes tu compañía de hombres jóvenes
justamente como gotas de rocío” (Sal. 110:3). Hoy, mucha gente solo se preocupa por el dinero y las diversiones.
Sin embargo, quienes aman a Jehová comprenden que el servicio sagrado siempre viene primero. Y el celo con
el que predican las buenas nuevas deja claro cuáles son sus prioridades. Confían plenamente en que Jehová
cubrirá sus necesidades cotidianas (Mat. 6:33, 34).
w12 15/3 pág. 9 ¿Cómo aconseja a otros?
No tome decisiones por otros.
“Cada uno llevará su propia carga de responsabilidad.” (GÁL. 6:5)
En última instancia, cada persona tiene que decidir por sí misma qué consejos seguirá. Jehová nos ha dado a
todos la libertad de decidir si obedeceremos sus principios o no (Deu. 30:19, 20). En algunas situaciones hay
varios principios bíblicos implicados y, en realidad, es la propia persona la que debe tomar la decisión.
Dependiendo del asunto en cuestión o de la edad de quien le pida el consejo, también convendrá que usted se
pregunte: “¿De verdad tengo yo autoridad para tratar este tema?”. Hay asuntos que es mejor dejar en manos de
los ancianos de la congregación, o si quien pregunta es joven, en manos de sus padres.
w13 15/1 pág. 16 párrs. 21-22 No permita que nada lo aleje de Jehová
21, 22. ¿Cómo usará usted su libertad de elección?
21
Nuestro Creador Jehová nos ha dado libertad de elección (lea Deuteronomio 30:19, 20). Pero esa libertad
conlleva una seria responsabilidad. Todos los cristianos deberíamos preguntarnos: “¿Por qué camino voy? ¿He
dejado que el empleo, las diversiones o los lazos familiares me alejen de Jehová?”.
22
El amor que nuestro Padre celestial nos tiene nunca pierde su fuerza. Si nos distanciamos de él es porque
nosotros hemos escogido ir por un mal camino (Rom. 8:38, 39). Pero eso no tiene por qué ocurrirnos. No permita
que nada lo aleje de Jehová. En el siguiente artículo veremos cuatro aspectos más en los que podemos
demostrar nuestro deseo de permanecer cerca de él.
CAPITULO 31:
w85 1/6 págs. 15-16 párr. 2 Ande con confianza en el acaudillamiento de Jehová
2. ¿Por qué podía Moisés instar a los israelitas a ‘ser animosos y fuertes’?
2
El Maestro Divino, al administrar disciplina con bondad paternal, enseñó a los israelitas lo que significaba ser
justo y recto. Todo cuanto hizo fue para el mayor bienestar de ellos. Incluso cuando ellos murmuraron y se
rebelaron, él tuvo gran paciencia y no los abandonó. Particularmente cuando abrumadores ejércitos enemigos se
enfrentaron a ellos, Jehová demostró ser un caudillo diestro e hizo estragos en las filas de los atacantes. Moisés
dijo la verdad cuando animó a los israelitas con estas palabras: “Sean animosos y fuertes. No tengan miedo ni
sufran un sobresalto delante de ellos, porque Jehová tu Dios es el que marcha contigo. Ni te desamparará ni
enteramente te dejará” (Deuteronomio 31:1, 6). Dios ‘marcharía’ con ellos si ellos ejercían fe. ¡Qué aliciente
para que andemos con confianza en el acaudillamiento de Jehová!
Página 14
w80 1/4 pág. 23 párrs. 15-16 ¡Ánimo! el milenio se ha acercado
15, 16. (a) ¿En qué situación anterior en que se halló Israel, el pueblo de Daniel, se requirió ánimo? (b) Al
igual que en Israel, ¿cómo puede fortalecerse el ánimo del pueblo de Dios hoy día?
15
Hoy día, el pueblo de Dios se encuentra en los mismos portales del milenio. La situación se asemeja a la de
Israel, el pueblo de Daniel, en un período muy anterior de su historia. Eso fue cuando estaban acampados a las
orillas del río Jordán, listos para cruzarlo y entrar en la Tierra Prometida. La meta estaba a la vista. Pero por
delante todavía había pruebas y dificultades. Se necesitaba ánimo. Por lo tanto, otro famoso profeta de Jehová,
el envejecido Moisés, le dijo a Israel las siguientes palabras: “Sean animosos y fuertes. No tengan miedo ni
sufran un sobresalto delante de [sus enemigos], porque Jehová tu Dios es el que marcha contigo. Ni te
desamparará ni enteramente te dejará.” Y a Josué, su propio sucesor nombrado, Moisés dio una amonestación
similar: “Sé animoso y fuerte.”—Deu. 31:1-8.
16
Ciertamente todo el pueblo tendría que ser muy animoso; y, por lo tanto, Moisés instruyó a los sacerdotes,
los levitas y los hombres de más edad de Israel en relación con lo que iba a suceder cada siete años en la fiesta
de las cabañas que todos tendrían que guardar: “Congrega al pueblo, los hombres y las mujeres y los
pequeñuelos y tu residente forastero que está dentro de tus puertas, a fin de que escuchen y a fin de que
aprendan, puesto que tienen que temer a Jehová el Dios de ustedes y cuidar de poner por obra todas las
palabras de esta ley.” (Deu. 31:9-12) El escuchar, aprender y obedecer la ley de Jehová era esencial a fin de que
la nación tuviera buen éxito, y eso también es necesario hoy día a fin de que el pueblo de Dios reciba el ánimo
que le permitirá sobrevivir el fin del mundo.
w86 1/3 pág. 17 párr. 7 ¿Quién puede imitar la integridad de Job?
7. ¿Por qué podemos sentirnos confiados ante los ataques de Satanás?
7
Induce a la reflexión el darse cuenta de que tal como Satanás centró su viciosa atención en Job, así también
la centra en nosotros los que estamos intentando mantener integridad a Dios. Sin embargo, esto no debe
turbarnos. ¿Por qué? Porque “Jehová es muy tierno en cariño, y misericordioso” y “no te desamparará ni te
dejará enteramente”. (Santiago 5:11; Deuteronomio 31:6.) Sí, Jehová nos sostendrá. “Para los que andan en
integridad él es un escudo”, dice la Biblia. (Proverbios 2:7.) Esto no significa que Jehová no permitirá que seamos
probados. Él lo va a permitir, tal como lo hizo en el caso de Job. “Pero Dios es fiel —escribió el apóstol Pablo— y
no dejará que sean tentados más allá de lo que pueden soportar, sino que junto con la tentación también
dispondrá la salida para que puedan aguantarla.” (1 Corintios 10:13.)
w05 1/8 pág. 28 párr. 10 Jehová es “remunerador de los que le buscan solícitamente”
10. ¿Cómo protege Jehová a sus siervos?
10
Piense en alguna posesión valiosa que sea especial para usted. ¿Acaso no toma medidas para protegerla?
Lo mismo hace Jehová con su “propiedad especial”. Es verdad que él no escuda a sus siervos de todos los
problemas y desgracias de la vida (Eclesiastés 9:11). Pero sí los protege —y los protegerá en el futuro— en
sentido espiritual. Él les da las fuerzas necesarias para resistir cualquier prueba (1 Corintios 10:13). De ahí que
Moisés dijera lo siguiente al antiguo pueblo de Dios, los israelitas: “Sean animosos y fuertes. [...] Jehová tu Dios
es el que marcha contigo. No te desamparará ni te dejará enteramente” (Deuteronomio 31:6). Jehová
recompensa a sus siervos, pues para él son “una propiedad especial”.
w05 15/2 págs. 13-14 párrs. 8-9 Orgullosos de ser cristianos
8
¿Deben los cristianos que a veces pasan por momentos de inseguridad sentir que han fallado? ¡Claro que
no! Es más, puede resultarles consolador saber que no son los primeros en sentirse así, sino que fieles testigos
de Dios de la antigüedad también experimentaron la misma sensación. Tomemos por ejemplo a Moisés, quien
manifestó fe, lealtad y devoción extraordinarias. Cuando se le encargó una misión a su juicio muy difícil,
preguntó titubeante: “¿Quién soy yo [...]?” (Éxodo 3:11). Es posible que Moisés estuviera pensando: “Yo soy un
don nadie” o “Soy un inepto”. Quizás le hicieron pensar de ese modo algunos aspectos de su pasado, como
pertenecer a una nación de esclavos o haber sido rechazado por los israelitas; por otra parte, no se expresaba
con soltura (Éxodo 1:13, 14; 2:11-14; 4:10). Además, era pastor, una labor que detestaban los egipcios (Génesis
46:34). No es de extrañar que se sintiera incapaz de liberar de la esclavitud al pueblo de Dios.
9
Jehová tranquilizó a Moisés formulando dos grandes promesas: “Yo resultaré estar contigo, y esta es la
señal para ti de que soy yo quien te ha enviado: Después que hayas sacado de Egipto al pueblo, ustedes
servirán al Dios verdadero sobre esta montaña” (Éxodo 3:12). Dios le aseguró a su vacilante siervo que siempre
lo respaldaría y que sin falta libertaría a Su pueblo. A lo largo de los siglos, Dios ha hecho promesas de apoyo
similares. Por ejemplo, justo antes de que los israelitas entraran en la Tierra Prometida, se valió de Moisés para
Página 15
decirles: “Sean animosos y fuertes. [...] Jehová tu Dios es el que marcha contigo. No te desamparará ni te dejará
enteramente” (Deuteronomio 31:6). Jehová también le aseguró a Josué: “Nadie se plantará con firmeza delante
de ti en todos los días de tu vida [...;] resultaré estar contigo. No te desampararé ni te dejaré enteramente” (Josué
1:5). Y a los cristianos promete: “De ningún modo te dejaré y de ningún modo te desampararé” (Hebreos 13:5).
Contar con tal respaldo debe hacernos sentir orgullosos de ser cristianos.
w11 15/10 pág. 24 párr. 9 Confiemos en Jehová, “el Dios de todo consuelo”
9. ¿Cómo podemos enfrentarnos a las emociones negativas?
9
Cuando nos sentimos muy desanimados, corremos el peligro de dejarnos dominar por las emociones
negativas. Quizás pensemos que no podemos cumplir con algún mandato bíblico o con determinada
responsabilidad en la congregación. En tales casos, Jehová también nos socorre y consuela. Notemos que,
cuando Josué recibió el encargo de dirigir a los israelitas en la lucha contra naciones poderosas, Moisés hizo
esta exhortación al pueblo: “Sean animosos y fuertes. No tengan miedo ni sufran un sobresalto delante de ellos,
porque Jehová tu Dios es el que marcha contigo. No te desamparará ni te dejará enteramente” (Deu. 31:6).
Gracias al apoyo de Jehová, Josué logró introducir en la Tierra Prometida al pueblo elegido y obtener la victoria
sobre sus enemigos. Años antes, Moisés había visto el mismo respaldo divino en el mar Rojo (Éxo. 14:13, 14, 2931).
w13 15/1 pág. 8 párr. 5 Sea valiente, Jehová está con usted
5. ¿Qué necesitaba Josué para cumplir con su misión?
5
Viajemos al pasado unos treinta y cinco siglos. Ya hace cuarenta años que la poderosa mano de Jehová
liberó a millones de israelitas de la esclavitud en Egipto. El profeta Moisés, que ha sido el líder de Israel durante
todo ese tiempo, muere a los 120 años de edad en la cima del monte Nebo tras ver de lejos la Tierra Prometida.
Su sucesor es Josué, un hombre “lleno del espíritu de sabiduría” (Deut. 34:1-9). Los israelitas están a punto de
ocupar Canaán, y Josué necesitará la sabiduría divina para dirigirlos bien. Además, tendrá que demostrar fe en
Jehová y ser valiente y decidido (Deut. 31:22, 23).
w03 1/3 pág. 8 párr. 1 ‘Seamos animosos y fuertes’
1. ¿Qué estímulo recibieron los israelitas en vista de lo que les esperaba en Canaán?
POCO antes de que los israelitas cruzaran el río Jordán y entraran en la Tierra Prometida, Moisés les dijo:
“Sean animosos y fuertes. No tengan miedo ni sufran un sobresalto delante de ellos, porque Jehová tu Dios es el
que marcha contigo”. Luego, el profeta llamó a Josué, quien introduciría al pueblo en Canaán, y personalmente le
infundió ánimos (Deuteronomio 31:6, 7). Más adelante, Jehová mismo alentó a Josué con las palabras: “Sé
animoso y fuerte [...]. Sólo sé animoso y muy fuerte” (Josué 1:6, 7, 9). ¡Qué consejos tan oportunos! Los israelitas
iban a necesitar valor para enfrentarse a los poderosos enemigos que los esperaban al otro lado del Jordán
w89 15/12 pág. 20 párr. 19 Jehová es mi Ayudante
19. ¿Qué le prometió Dios a Josué, y qué efecto debe tener esa promesa en nosotros?
19
Como seguidores de Jesús que procuramos ‘rendir servicio sagrado con temor piadoso y reverencia’, no
debemos poner nuestra confianza en el dinero, sino en nuestro Padre celestial, cuya ayuda es vital.
Prescindiendo de los problemas que afrontemos, debemos recordar Su promesa: “De ningún modo te dejaré y de
ningún modo te desampararé”. (Hebreos 13:5.) Esa es una alusión de Pablo a las palabras de Dios a Josué: “No
te desampararé ni te dejaré enteramente”. (Josué 1:5; compárese con Deuteronomio 31:6, 8.) Jehová nunca
dejó a Josué, y nunca nos desamparará a nosotros si confiamos en Él.
w08 15/2 pág. 9 párrs. 11-12 Andemos en los caminos de Jehová
11, 12. ¿Cómo prueba el caso de Enoc que Jehová da valor y fuerzas a sus siervos?
11
Si somos humildes al andar en los caminos de Jehová, él nos dará las fuerzas y el valor que necesitamos
(Deu. 31:6-8, 23). Enoc, el séptimo en la línea genealógica de Adán, anduvo valientemente con Dios y se
comportó con rectitud en medio de sus malvados contemporáneos (Gén. 5:21-24). Jehová le dio fuerzas para
declarar un enérgico mensaje de juicio que condenaba sus perversas palabras y acciones (léase Judas 14, 15).
¿Tenemos nosotros el mismo valor para proclamar los juicios de Dios?
12
Aquella sentencia divina contra la gente malvada se cumplió cuando llegó el Diluvio. De ahí que el mensaje
profético de Enoc nos aliente hoy día, pues la sociedad malvada que nos rodea también será destruida en breve
por miríadas de santos ángeles (Rev. 16:14-16; 19:11-16). En respuesta a nuestras oraciones, Jehová nos dará
valor para proclamar sus mensajes, tanto los de condena como los de esperanza en el Reino y sus bendiciones.
Página 16
w02 15/3 pág. 18 párrs. 20-21 Cristo dirige a su congregación
20
Es fundamental que todos permanezcamos bajo el acaudillamiento de Cristo. Al acercarse el fin del sistema
de cosas, nuestra situación se parece a la de los israelitas que, en 1473 a.E.C., se hallaban en las llanuras de
Moab, al umbral de la Tierra Prometida. Mediante el profeta Moisés, Dios declaró: “Tú [Josué] introducirás a este
pueblo en la tierra que Jehová juró a sus antepasados que les daría” (Deuteronomio 31:7, 8). Josué era el
caudillo nombrado, y los israelitas tenían que someterse a su jefatura para entrar en la Tierra de Promisión.
21
La Biblia nos dice: “Su Caudillo es uno, el Cristo”. Solo él nos conducirá al prometido nuevo mundo, en el
que morará la justicia (2 Pedro 3:13). Por tanto, resolvámonos a someternos a su acaudillamiento en todo campo
de la vida.
w93 15/11 pág. 22 párr. 19 ¡Tenga buen ánimo!
19. ¿Cómo nos ayudan a permanecer animosos las Escrituras y las publicaciones cristianas?
19
Para permanecer animosos, tenemos que estudiar la Palabra de Dios con regularidad y aplicar su consejo.
(Deuteronomio 31:9-12; Josué 1:8.) Nuestro estudio regular debe incluir publicaciones cristianas basadas en las
Escrituras, pues el buen consejo que recibimos de este modo nos ayudará a afrontar las pruebas de nuestra fe
con el ánimo que Dios nos da. Los relatos bíblicos que hemos analizado nos han mostrado cómo fueron
animosos los siervos de Jehová en diferentes situaciones. Puede ser que ahora mismo no sepamos de qué
manera puede ayudarnos esta información, pero la Palabra de Dios es poderosa, y lo que aprendemos de ella
siempre nos beneficia. (Hebreos 4:12.) Por ejemplo, si el temor al hombre empezara a afectar nuestro ministerio,
recordemos el ánimo que tuvo Enoc para comunicar el mensaje de Dios a los impíos. (Judas 14, 15.)
w96 15/5 pág. 11 párr. 4 Dediquémonos a la lectura
4. a) ¿Por qué producen felicidad la lectura, el estudio y la aplicación de la Palabra de Dios? b) ¿Qué dijo
Pablo a Timoteo con referencia a la lectura?
4
La felicidad se deriva de la lectura, el estudio y la aplicación de la Palabra de Dios, pues de ese modo
complacemos y honramos a Dios, recibimos su bendición y nos sentimos gozosos. Jehová desea que sus siervos
sean felices; de ahí que ordenara a los sacerdotes que leyeran su Ley al pueblo del antiguo Israel.
(Deuteronomio 31:9-12.) Cuando el copista Esdras y otros personajes leyeron la Ley al pueblo congregado en
Jerusalén y explicaron su sentido, se produjo como resultado “un gran regocijo”. (Nehemías 8:6-8, 12.)
Posteriormente, el apóstol Pablo escribió a su colaborador Timoteo: “Mientras llego, continúa aplicándote a la
lectura pública, a la exhortación, a la enseñanza”. (1 Timoteo 4:13.) Otra versión dice: “Dedícate a la lectura
pública de las Escrituras”. (Nueva Versión Internacional.)
w95 15/12 pág. 13 párrs. 10-11 Hicieron “precisamente así”
10, 11. a) ¿Qué preparó a Josué para tener éxito? b) ¿Cómo podemos fortalecernos para hacer frente a
las pruebas que se presentan en nuestros días?
10
Cuando Moisés comisionó a Josué para que introdujera a Israel en la Tierra Prometida, la Palabra inspirada
y escrita de Jehová probablemente consistía en los cinco libros de Moisés, uno o dos salmos y el libro de Job.
Moisés había mandado a Josué que congregara al pueblo una vez que llegaran a la Tierra Prometida y que
“[leyera] esta ley enfrente de todo Israel a oídos de ellos”. (Deuteronomio 31:10-12.) Además, Jehová mismo
mandó a Josué: “Este libro de la ley no debe apartarse de tu boca, y día y noche tienes que leer en él en voz
baja, a fin de que cuides de hacer conforme a todo lo que está escrito en él; porque entonces tendrás éxito en tu
camino y entonces actuarás sabiamente”. (Josué 1:8.)
11
La lectura diaria del “libro” de Jehová preparó a Josué para hacer frente a las pruebas que se presentarían,
tal como la lectura diaria de la Palabra de Jehová, la Biblia, fortalece a sus Testigos de la actualidad para afrontar
las pruebas que se presentan en estos críticos “últimos días”. (2 Timoteo 3:1.) En este mundo violento en el que
vivimos, debemos tomar a pecho la exhortación que Dios dio a Josué: “Sé animoso y fuerte. No sufras sobresalto
ni te aterrorices, porque Jehová tu Dios está contigo adondequiera que vayas”. (Josué 1:9.) Cuando conquistaron
Canaán, las tribus de Israel fueron recompensadas con creces al recibir su herencia. “Tal como Jehová había
mandado a Moisés, así lo hicieron los hijos de Israel.” (Josué 14:5.) Recibiremos un galardón parecido hoy en día
si leemos la Palabra de Dios, regimos nuestra vida por ella y somos obedientes haciendo “precisamente así”.
w95 1/5 pág. 10 párr. 8 Acepte la Biblia como lo que verdaderamente es
8. ¿Por qué era provechosa la lectura periódica de la Palabra de Dios durante ciertas asambleas
nacionales de Israel?
8
Además de leer la Ley en aquellas ocasiones históricas, en Deuteronomio 31:10-12 se explica la provisión
que se hizo para la lectura regular de la Palabra de Dios. Cada séptimo año, toda la nación tenía que
congregarse para oír la lectura de la Palabra de Dios y de este modo alimentarse espiritualmente. Esto mantenía
Página 17
vivas en la mente y el corazón las promesas respecto a la Descendencia y así dirigía a los fieles al Mesías. Las
medidas que se tomaron para alimentar espiritualmente a Israel cuando estaba en el desierto no cesaron una vez
que la nación entró en la Tierra Prometida. (1 Corintios 10:3, 4.) Al contrario, la Palabra de Dios se enriqueció con
la inclusión de las revelaciones que recibieron posteriormente los profetas.
w13 15/4 pág. 28 párr. 4 “No nos cansemos”
4. ¿Qué demuestra que las reuniones son parte fundamental de la adoración verdadera?
4
Las reuniones siempre han sido una actividad sobresaliente de los siervos de Jehová. En el cielo se invita a
los seres espirituales a presentarse delante de Dios en ciertas ocasiones (1 Rey. 22:19; Job 1:6; 2:1; Dan. 7:10).
En el antiguo Israel, la nación debía reunirse a fin de escuchar y aprender (Deut. 31:10-12). Los judíos del siglo
primero tenían la costumbre de ir a las sinagogas a leer las Escrituras (Luc. 4:16; Hech. 15:21). Y cuando se
formó la congregación cristiana, se siguió dando mucha importancia a las reuniones. Hoy también son parte
fundamental de nuestra adoración a Jehová. Los cristianos verdaderos nos reunimos “para incitarnos al amor y a
las obras excelentes”. Necesitamos continuar “animándonos unos a otros, y tanto más al contemplar [...] que el
día [de Jehová] se acerca” (Heb. 10:24, 25).
w83 15/4 págs. 26-27 párrs. 7-8 Críe a sus hijos de modo que amen a Jehová
7, 8. a) ¿Por qué es tan importante el conocimiento de la verdad? b) ¿Cómo pueden los padres ayudar a
sus hijos a apreciar las reuniones cristianas?
7
La verdad de Dios es una fuerza potente. Puede cambiar el modo de pensar y la personalidad de hombres
adultos. La Biblia dice que “desechen la vieja personalidad que se conforma a su manera de proceder anterior y
[...] sean hechos nuevos en la fuerza que impulsa su mente” (Efesios 4:22-24; Colosenses 3:9, 10). Puesto que
es tan poderosa, la verdad cristiana puede servir de gran protección a sus hijos. Vez tras vez los jóvenes
expresan agradecimiento por los esfuerzos que sus padres hicieron con regularidad por llevarlos a las reuniones
en las que se consideraba la Palabra de Dios, sea que al principio hayan querido ir con ellos o no. Cierto
adolescente dijo: “Al principio, yo realmente no tenía ganas de ir. Había mucho que no comprendía. Entonces me
animé muchísimo porque descubrí: ¡Qué bueno, estoy aprendiendo de la Biblia!”.
8
Muchos padres preparan el material por adelantado con sus hijos, a fin de que éstos lo comprendan. Otros
instan a sus hijos a que retengan unos cuantos puntos de la reunión, y hablan de ellos en camino a casa.
Podemos imaginarnos las conversaciones estimulantes que tuvieron las familias israelitas al regresar de su
adoración en Jerusalén. (Deuteronomio 31:10-13; Lucas 2:41, 42.)
w83 15/4 págs. 26-27 párrs. 7-8 Críe a sus hijos de modo que amen a Jehová
7, 8. a) ¿Por qué es tan importante el conocimiento de la verdad? b) ¿Cómo pueden los padres ayudar a
sus hijos a apreciar las reuniones cristianas?
7
La verdad de Dios es una fuerza potente. Puede cambiar el modo de pensar y la personalidad de hombres
adultos. La Biblia dice que “desechen la vieja personalidad que se conforma a su manera de proceder anterior y
[...] sean hechos nuevos en la fuerza que impulsa su mente” (Efesios 4:22-24; Colosenses 3:9, 10). Puesto que
es tan poderosa, la verdad cristiana puede servir de gran protección a sus hijos. Vez tras vez los jóvenes
expresan agradecimiento por los esfuerzos que sus padres hicieron con regularidad por llevarlos a las reuniones
en las que se consideraba la Palabra de Dios, sea que al principio hayan querido ir con ellos o no. Cierto
adolescente dijo: “Al principio, yo realmente no tenía ganas de ir. Había mucho que no comprendía. Entonces me
animé muchísimo porque descubrí: ¡Qué bueno, estoy aprendiendo de la Biblia!”.
8
Muchos padres preparan el material por adelantado con sus hijos, a fin de que éstos lo comprendan. Otros
instan a sus hijos a que retengan unos cuantos puntos de la reunión, y hablan de ellos en camino a casa.
Podemos imaginarnos las conversaciones estimulantes que tuvieron las familias israelitas al regresar de su
adoración en Jerusalén. (Deuteronomio 31:10-13; Lucas 2:41, 42.)
w99 15/11 pág. 20 párr. 7 ¿Estamos cumpliendo con todo nuestro deber para con Dios?
7. ¿Por qué debemos reunirnos regularmente para adorar a Dios?
7
El antiguo Israel era una nación dedicada a Dios, y el pacto de la Ley estipulaba sus obligaciones para con
Jehová. Por ejemplo, todos los varones debían reunirse en tres fiestas anuales, y el que deliberadamente
no guardaba la Pascua era ‘cortado’, es decir, ejecutado (Números 9:13; Levítico 23:1-43; Deuteronomio 16:16).
A fin de cumplir con su deber para con Dios como pueblo dedicado a él, los israelitas tenían que reunirse para
adorarlo (Deuteronomio 31:10-13). Ningún lugar de la Ley decía: “Haz esto si puedes incluirlo en tu vida”. Para
los que hoy están dedicados a Jehová, este mandato de reunirse añade peso a las palabras de Pablo:
“Considerémonos unos a otros para incitarnos al amor y a las obras excelentes, sin abandonar el reunirnos,
Página 18
como algunos tienen por costumbre, sino animándonos unos a otros, y tanto más al contemplar ustedes que el
día se acerca” (Hebreos 10:24, 25). En efecto, reunirse regularmente con los hermanos en la fe es parte de
nuestro deber para con Dios como cristianos dedicados.
w00 1/10 págs. 9-10 párrs. 7-8 La lectura de la Biblia, provechosa y placentera
7, 8. a) ¿Quiénes son hoy como “los residentes forasteros”, y por qué tienen que leer la Biblia
diariamente? b) ¿De qué maneras pueden “los pequeñuelos” del pueblo de Jehová seguir el ejemplo de
Jesús?
7
Millones de siervos de Jehová son hoy como aquellos “residentes forasteros” en sentido espiritual. En un
tiempo vivieron según las normas del mundo, pero transformaron su vida (Efesios 4:22-24; Colosenses 3:7, 8).
Tienen que recordarse a sí mismos constantemente las normas de Jehová sobre el bien y el mal (Amós
5:14, 15). La lectura diaria de la Palabra de Dios los ayuda a hacerlo (Hebreos 4:12; Santiago 1:25).
8
También hay muchos “pequeñuelos” en el pueblo de Jehová a quienes sus padres han enseñado las normas
divinas, pero que tienen que convencerse personalmente de la justicia de Su voluntad (Romanos 12:1, 2).
¿Cómo pueden lograrlo? A los sacerdotes y a los ancianos de Israel se les dijo: “Leerás esta ley enfrente de todo
Israel a oídos de ellos. Congrega al pueblo, los hombres y las mujeres y los pequeñuelos y tu residente forastero
que está dentro de tus puertas, a fin de que escuchen y a fin de que aprendan, puesto que tienen que temer a
Jehová el Dios de ustedes y cuidar de poner por obra todas las palabras de esta ley. Y los hijos de ellos, que
no han sabido, deben escuchar, y tienen que aprender a temer a Jehová el Dios de ustedes” (Deuteronomio
31:11-13). A los 12 años de edad, Jesús ya demostró mucho interés por entender las leyes de su Padre (Lucas
2:41-49). Posteriormente, tuvo por costumbre escuchar la lectura de las Escrituras en la sinagoga y participar en
ella (Lucas 4:16; Hechos 15:21). Hoy en día, los jóvenes hacen bien en seguir el ejemplo de Jesús leyendo la
Palabra de Dios diariamente y asistiendo con regularidad a las reuniones donde se lee y se estudia la Biblia.
w84 1/7 pág. 15 párr. 7 “La batalla no es de ustedes, sino de Dios”
7. ¿Qué instrucciones de Moisés estaban obedeciendo aquellos habitantes de Judá?
7
Si puede, imagínese la escena allí en la amplia zona del templo de Jerusalén: “Todo este tiempo todos los de
Judá estaban de pie delante de Jehová, aun sus pequeñuelos, sus esposas y sus hijos” (2 Crónicas 20:13). Sin
duda recordaban las instrucciones explícitas de Moisés respecto al propósito de dichas reuniones, conforme se
hallan registradas en Deuteronomio 31:12. Solo había suficiente espacio como para estar de pie en aquella
enorme asamblea mientras las familias esperaban respetuosamente las instrucciones de Jehová, alertas y listas
para hacer lo que él les mandara.
w96 15/12 págs. 17-18 párr. 12 Se nos enseña a hacer la voluntad de Jehová
12. ¿Qué deben hacer los padres con paciencia y firmeza para enseñar a los hijos la voluntad de Jehová?
12
Ahora bien, las reuniones de la congregación y las asambleas no son los únicos medios por los que se nos
enseña a hacer la voluntad divina. A los padres piadosos se les manda que eduquen, disciplinen y críen a sus
hijos para que alaben a Jehová y hagan Su voluntad. (Salmo 148:12, 13; Proverbios 22:6, 15.) Esto implica llevar
a nuestros “pequeñuelos” a las reuniones, donde pueden ‘escuchar y aprender’. Pero ¿qué puede decirse de
enseñarles los santos escritos en el hogar? (Deuteronomio 31:12; 2 Timoteo 3:15.) Muchas familias inician
concienzudamente programas regulares de estudio bíblico familiar, pero al poco tiempo los descuidan o
abandonan por completo. ¿Le ha sucedido a usted? ¿Ha llegado a la conclusión de que la recomendación de
tener tal estudio regular es improcedente, o que su familia es tan distinta que no tendrá éxito en su caso? Padres,
sin importar cuál sea su situación, repasen los oportunos artículos “Recibimos un gran legado espiritual” y “Las
recompensas de la persistencia”, de La Atalaya del 1 de agosto de 1995.
w99 1/7 pág. 18 párr. 1 Familias, alaben a Dios con Su congregación
1. Además de estudiar y orar a Dios en casa, ¿qué aspecto de la adoración verdadera tiene mucha
importancia?
LA ADORACIÓN a Jehová no consiste solo en orarle y estudiar la Biblia en casa, sino en tomar parte en las
actividades de la congregación de Dios. A fin de que aprendiera la ley de Dios para andar en su camino, el
antiguo Israel recibió este mandato: “Congrega al pueblo, los hombres y las mujeres y los pequeñuelos”
(Deuteronomio 31:12; Josué 8:35). Tanto a los mayores como a ‘los jóvenes y las vírgenes’ se les animaba a
participar en la alabanza del nombre de Jehová (Salmo 148:12, 13). La congregación cristiana sigue el mismo
patrón. Por toda la Tierra, hombres, mujeres y niños que asisten a los Salones del Reino intervienen con toda
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libertad en sesiones que cuentan con la participación del auditorio, y a muchos de ellos les encanta hacerlo
(Hebreos 10:23-25).
w00 15/3 pág. 17 párr. 7 Cómo nos guía Jehová
7. ¿Por qué es tan importante que los niños presten atención en las reuniones?
7
No es suficiente con solo asistir a las reuniones. Debemos escuchar atentamente lo que se dice (Proverbios
7:24). Y nuestros hijos también deben hacerlo. En la escuela se espera que los niños presten atención al maestro
aunque el tema no les guste o les parezca demasiado difícil. El maestro sabe que si se esfuerzan por atender, al
menos obtendrán algún beneficio de la lección. ¿No es razonable, por lo tanto, que los niños de edad escolar
presten atención a la instrucción que se imparte en las reuniones de la congregación, en vez de permitirles que
se duerman tan pronto como estas empiecen? Es cierto que entre las preciosas verdades de las Escrituras “hay
algunas cosas difíciles de entender” (2 Pedro 3:16). Pero no debemos subestimar la capacidad de aprendizaje
del niño. Dios no lo hace. En tiempos bíblicos mandó a sus siervos jóvenes que ‘escucharan y aprendieran y
temieran a Jehová y cumplieran todas las palabras de la Ley’, algunas de las cuales serían difíciles de entender
para los niños (Deuteronomio 31:12; compárese con Levítico 18:1-30). ¿Espera hoy Jehová menos de los
pequeños?
w01 15/5 págs. 23-24 párr. 12 Cómo formar una familia fuerte espiritualmente
12. ¿Cómo pueden los niños beneficiarse al máximo de las reuniones cristianas?
12
La asistencia asidua a las reuniones es también necesaria para gozar de una salud espiritual fuerte. El
apóstol Pablo aconsejó a sus hermanos en la fe que ‘no abandonaran el reunirse, como algunos tenían por
costumbre’. No adoptemos esa costumbre, pues tanto los jóvenes como los adultos nos beneficiamos muchísimo
de estar siempre presentes en las reuniones cristianas (Hebreos 10:24, 25; Deuteronomio 31:12). Ha de
enseñarse a los niños a escuchar con atención. Es asimismo fundamental la preparación para las reuniones,
pues el mayor beneficio de ellas se obtiene cuando se participa activamente dando comentarios. Aunque un niño
pequeño tal vez empiece diciendo un par de palabras o leyendo un poco del párrafo, será más beneficioso que
se le enseñe a buscar las respuestas y expresarlas en sus propios términos. ¿Sirven de ejemplo ustedes, los
padres, al participar con frecuencia, dando comentarios bien pensados? También es conveniente que cada
miembro de la familia tenga una Biblia, un cancionero y un ejemplar de la publicación que se esté analizando.
w04 15/9 pág. 27 Puntos sobresalientes del libro de Deuteronomio
Lecciones para nosotros:
Deuteronomio 31:12. Los jóvenes deben sentarse con los adultos en las reuniones de congregación y
esforzarse por escuchar y aprender.
w12 1/9 pág. 6 ¿Valora Dios a la mujer?
Derecho a la educación. Al ser una de las partes implicadas en el pacto de la Ley, las mujeres podían estar
presentes durante la lectura de las leyes, lo que les daba muchas oportunidades de aprender
(Deuteronomio 31:12; Nehemías 8:2, 8). Asimismo podían recibir preparación para ciertas facetas de la
adoración pública. Algunas probablemente desempeñaban “servicio organizado” en el tabernáculo, y otras
cantaban en un coro mixto (Éxodo 38:8; 1 Crónicas 25:5, 6).
Muchas israelitas sabían cómo llevar un negocio próspero (Proverbios 31:24). Y las madres contribuían a la
formación de los hijos varones hasta que se hacían adultos (Proverbios 31:1). ¡Qué diferente de otras naciones
en las que solo el padre los educaba! Sin duda alguna, la mujer del antiguo Israel no carecía de educación.
w82 15/5 pág. 14 párr. 6 Criando hijos felices en un mundo turbulento
6. (a) ¿De qué experiencia emocionante disfrutaban los hijos israelitas? (b) ¿Han disfrutado sus hijos de
experiencias similares, y, si tal es el caso, de qué provecho les ha sido?
6
Dios sabe que los niños responden a experiencias nuevas y que éstas pueden servir de ayuda en impartir
instrucción. Por eso, a los “pequeñuelos” se les llevaba en emocionantes viajes a Jerusalén para que oyeran la
lectura de la ley de Dios. (Deuteronomio 31:12, 13) Sus hijos pueden disfrutar de bendiciones parecidas al
asistir a las asambleas de circuito y distrito que los testigos de Jehová celebran con regularidad, y donde podrán
beneficiarse de la instrucción, prestarse como voluntarios para trabajar, y entablar excelentes nuevas amistades.
Usted puede hacer de estos sucesos ocasiones sobresalientes en la vida de sus hijos, así como los viajes a
Jerusalén fueron acontecimientos especiales para los hijos israelitas.
Página 20
w06 1/11 pág. 30 párrs. 11-12 Respetemos nuestras reuniones sagradas
11, 12. a) ¿Qué debemos grabar en la mente de los niños que van a las reuniones? b) ¿Cómo pueden
expresar los niños su fe durante las reuniones?
11
Los niños, en particular, tienen que aprender a portarse bien en las reuniones. Los padres deben enseñarles
que el Salón del Reino y los lugares donde se celebra el Estudio de Libro de Congregación no son para jugar,
sino para adorar a Jehová y estudiar su Palabra. El sabio rey Salomón escribió: “Guarda tus pies siempre que
vayas a la casa del Dios verdadero; y que haya un acercarse para oír” (Eclesiastés 5:1). Moisés inculcó en los
israelitas —grandes y “pequeñuelos”— la necesidad de reunirse, pues les mandó: “Congrega al pueblo [...] a fin
de que escuchen y a fin de que aprendan, puesto que tienen que temer a Jehová el Dios de ustedes y cuidar de
poner por obra todas las palabras de esta ley. Y los hijos de ellos, que no han sabido, deben escuchar, y tienen
que aprender a temer a Jehová” (Deuteronomio 31:12, 13).
12
Así mismo, el objetivo principal de que nuestros hijos nos acompañen a las reuniones es que escuchen y
aprendan. Tan pronto como sean capaces de seguir el programa y comprender al menos las verdades bíblicas
fundamentales, podrán hacer “declaración pública” de su fe con comentarios breves (Romanos 10:10). Quizás
empiecen dando una respuesta corta a una pregunta que entiendan. Aunque al principio tengan que leer la
contestación, con el tiempo procurarán expresarse con sus propias palabras. Sus manifestaciones espontáneas
de fe no solo los beneficiarán y alegrarán a ellos, sino también a los adultos. Desde luego, los padres deben ser
los primeros en dar el ejemplo. Además, siempre que sea posible es conveniente que los niños tengan su propia
Biblia, su cancionero y la publicación que se analice, y que aprendan a cuidarlos como es debido. Todas estas
medidas grabarán en su mente que nuestras reuniones son sagradas.
w11 1/6 pág. 22 ¿Cuándo se escribió la Biblia?
¿Existía la escritura en el Oriente Medio hace tres mil quinientos años, cuando, como dice la Biblia,
vivieron Moisés y Josué? Tanto en Mesopotamia como en Egipto se escribían textos históricos, religiosos,
legales y literarios. ¿Qué puede decirse de los escritos de Moisés y otros israelitas? Un diccionario bíblico
(Dictionary of the Old Testament: Pentateuch) responde: “No tenemos razón para dudar de la existencia de la
literatura en el Canaán de la Edad del Bronce tardía [entre 1550 y 1200 antes de Cristo]”. Y añade: “Desde el
punto de vista de la escritura antigua, no hay razón para negar que Moisés haya sido el autor de los textos que
se le atribuyen ni para dudar de la antigüedad del resto de la Biblia” (Éxodo 17:14; 24:4; 34:27, 28; Números
33:2; Deuteronomio 31:24).
w91 1/9 págs. 26-27 párrs. 7-8 Comunicación en el ministerio cristiano
7, 8. ¿Cómo puede sernos útil el razonar al comunicarnos con un judío ortodoxo?
7
Suponga que mientras va de casa en casa alguien le dice: “Soy judío. No me interesa”. ¿Qué podría decir
usted? Un hermano informa que tuvo éxito al decir: ‘Estoy seguro de que usted concordará conmigo en que
Moisés fue uno de los más grandes profetas de Dios. ¿Y sabe usted que, según Deuteronomio 31:29, él dijo lo
siguiente: “Porque bien sé yo que después de mi muerte ustedes [...] se desviarán del camino acerca del cual les
he mandado; y la calamidad de seguro les sobrevendrá”? Moisés fue profeta verdadero, de modo que sus
palabras tenían que cumplirse. ¿Pudiera ser que se estuvieran cumpliendo cuando Dios envió el Mesías a los
judíos, y por eso ellos no lo aceptaron? Puede que haya sido así. Ahora bien, si eso fue así y ellos cometieron un
error, ¿tenemos que cometer usted y yo el mismo error?’.
8
Recuerde, también, que los judíos han sufrido mucho a manos de la cristiandad, particularmente durante
este siglo. Por lo tanto, usted quizás quiera decir al amo de casa que nosotros no tuvimos nada que ver con eso.
Por ejemplo, pudiera decir: ‘¿Sabe usted que cuando Hitler estaba en el poder los testigos de Jehová desafiaron
su boicoteo de los judíos? También rehusaron dar el saludo de “Heil Hitler” y se negaron a servir en su ejército’.
Toda la información ha sido sacada de la Watchtower Library 201
2013
3
Este archivo, es simplemente una ayuda para nuestra preparación, el propósito principal
principal de esto,
es que investiguemos más nosotros. (km 99--2006)
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