Hoy leemos… De aquí puedo contar muchísimas cosas. Por ejemplo que se acaba de terminar una estación del año que llaman "temporal" y que hace un calor tremendo. Durante la época de temporal la verdad es que hace un frío que yo ni imaginaba; entre otras razones, porque es la primera vez que he estado en esa época. Además de frío, no para de llover. El frío, por supuesto, no es el de Palencia ni mucho menos, pero no esperas esto en un clima tropical. Para que te hagas una idea, fuimos tres personas a una aldea -aquí se llaman comunidades- a pintar un mural en una de las escuelas que construimos hace un año. Nos quedamos a dormir tres noches. Bueno, pues pasé tanto frío por las noches que la primera de ellas me tuve que levantar a ponerme la ropa de vestir porque estaba helado. Y es que las casas no reúnen ninguna condición para aguantar el frío y tampoco la ropa de cama, si es que se puede llamar así. Además yo fui con ropa no muy adecuada y llegué totalmente empapado. Tanto es así que el primer día, nada más llegar, en lugar de ponernos inmediatamente a trabajar, estuvimos dos horas al lado del fuego para secarnos y entrar en calor. Las navidades las pasé con una familia de una comunidad muy lejana y aislada. En la comunidad donde estuve no había ninguna comodidad. Por no haber, no había ni cobertura telefónica ni tan siquiera luz. Me vino muy bien para experimentar más a fondo cómo se vive en el medio rural en una comunidad bastante aislada. Estar toda una semana te enseña muchas cosas, sobre todo cómo viven, cómo aprovechan los recursos naturales, cómo trabajan como bestias todos los miembros de la familia desde muy pequeños... La familia me trató fenomenal y me adapté bastante bien. Quizás lo peor era ducharse con agua fría ¡con aquel frío! Algunos días calentaba agua en una gran olla y me duchaba con agua templadita, y luego inmediatamente al amor de la lumbre. Fíjate cómo estarían los caminos que iba a regresar un cierto día y tuve que regresar dos días más tarde porque no pasaban “busitos”. Ni que decir tiene que desde donde te dejaba el busito hasta esta comunidad hay que caminar una hora montaña arriba. Otro detalle: cuando quería hacer alguna llamada tenía que buscar la señal caminando una hora montaña arriba. Claro que eso no lo pude hacer muchas veces porque muy pronto me quedé sin batería por mucho que la intenté administrar. Es lo que tienen estos móviles modernos. Hablando de móviles, en este viaje se me han estropeado en menos de un mes todos los aparatos electrónicos. Yo creo que ha sido cosa de los duendes, porque cuando digo TODOS, han sido todos. Primero se me estropeó el cargador del móvil y tuve que comprar otro. Luego fue el ratón; y a comprar otro. Luego se arruinó -como dicen por aquí- el ebook. No he comprado otro ni lo voy a comprar; me dedico a leer libros en papel que me gusta más. Los cojo de la pequeña biblioteca que tenemos en la casa de ACOES y solucionado. Ayer empecé a leer un libro y me hizo gracia un detalle que me encantó, era de la Biblioteca de Caja Duero de Palencia, es decir, que lo habíamos mandado hace dos años nosotros mismos. Bueno, sigo. Luego vino lo peor. Se me cayeron las gafas de sol graduadas y se rompió la montura y uno de los cristales. Así han quedado, metidas en la maleta porque encima aquí no hay ninguna óptica. Sí, ya sé que las gafas no son un material electrónico (joooo, cómo eres). Luego vino lo peor, al mismo tiempo se me estropeó el disco duro interno y otro externo que tenía conectado permanentemente al ordenador. Así que perdí muchísima información y muchas horas de trabajo. Fue desesperante. Además de gastarme dinero en un nuevo disco duro y en una nueva batería, eran los trabajos hechos. Y ya, para colmo de los colmos, hace mes y medio se me cayó el móvil y se me rompió la pantalla. Menos mal que sigue funcionando perfectamente. Si estuviera en Galicia, pensaría que ha sido cosa de meigas. Como soy un hombre de ciencia (jajajajaja...) lo electrónico ha sido porque aquí la corriente es de 125 v y tiene unas fluctuaciones de tensión tremendas. Además la luz hubo un mes que se iba varias veces todos los días. En cuanto al trabajo, quitando el mes de noviembre en el que apenas tenía nada que hacer, desde diciembre no paro. Hay que hacer de todo: - Hablar con autoridades y organizaciones mayas para resolver temas de falta de maestros en algunas comunidades. - Preparar la construcción de varias escuelas. Tú no veas el trabajo que lleva: presupuestos, visita a las aldeas, reuniones con los vecinos y su compromiso en la mano de obra no cualificada, estar con las autoridades locales, búsqueda de albañil, transporte... En esto estoy muy contento porque por primera vez en la historia he conseguido que el ayuntamiento de Copán se implique en la construcción de tres escuelas y no solo con apoyo moral sino con algo de dinero, con el transporte y con la reparación de algún camino. ¡¡¡VIVA!!!! - Dar clases de matemáticas e informática a las chicas de la casa. - Preparar a unos 18 jóvenes de aldeas para acceder a la Universidad. - Repartir ayudas por las aldeas - Repartir el material escolar a los niños becados de diferentes aldeas y muy alejadas -Repartir por diferentes escuelas lo que yo mismo ayudé a gestionar desde Palencia y colaboré en el embalado y envío al contenedor de Madrid. Me ha hecho mucha ilusión enviarlo desde Palencia y ser yo mismo el que lo reparta en Copán. Por cierto, una de las obras que vamos a empezar la semana que viene es la de Nueva San Isidro. Esta escuela está patrocinada por el colegio Jorge Manrique, con el mercadillo solidario. Pero un detalle para mí muy importante es que están pasando tres meses con nosotros Sara y Álvaro, una parejita de chicos jóvenes que son muy amigos del hijo del secretario de dicha escuela de Palencia, con lo cual van a ser testigos fenomenales de todo lo que se va a hacer allí. Además, como los dos, tanto él como ella, son licenciados en periodismo, espero que su testimonio sirva para algo. Yo por aquí, con tanto trabajo, estoy bien. No obstante ya llevo más de cuatro meses y tengo ganas de volver a España. Echo de menos mi vida normal en Palencia, incluso echo de menos ir a tomar algo con mis amigos y amigas. Por supuesto echo mucho de menos mis grandes paseos por los alrededores de Palencia, mis paseos por la montaña, mis salidas en bicicleta, mi pádel.... Lo que sí tengo claro es no creo que se me ocurra volver por más de tres meses, por dos razones fundamentales: 1ª. Porque es mucho tiempo. 2ª. Porque tengo que pedir permiso especial de residencia y me siento timado por el gobierno de Honduras. Además de venir a ayudar, me cobran y no se andan con bobadas. Y encima me cobran doble. Bueno, que os echo de menos Besos Elio