A propósito del aumento del los precios de la gasolina.

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A PROPOSITO DEL AUMENTO DE LOS
PRECIOS DE LA GASOLINA*
La incidencia del aumento de los derivados del petróleo y concretamente de la gasolina,
introduce objetivamente un elemento inflacionario directo en el transporte colectivo y de carga,
dadas las características de ese sector en el país, que es casi exclusivamente la única
alternativa, tanto para pasajeros como para el transporte de industrias, comercios y servicios.
Econ. Yvonne León Uzcátegui
Investigadora de INFACES
El Consejo de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, en virtud de la
inminente aplicación de la medida del Gobierno Nacional, de aumentar los precios de la
gasolina.
Considera que:
1.- La decisión del Gobierno Nacional está basada en el compromiso contenido en
la Carta de Intención con el Fondo Monetario Internacional (FMI), en el cual el Estado
se compromete a aumentar los precios de los combustibles, hasta aproximarlos a los
niveles prevalecientes en el mercado internacional, lo que no se ha cumplido por
presiones sociales, económicas y políticas.
2.- La estrategia del FMI en su conjunto, está dirigida a eliminar -a su manera- el
déficit del sector público consolidado y alcanzar el superávit fiscal a mediano plazo.
En materia energética, se proponen los aumentos referidos en los combustibles y
en general, en los derivados de la industria de los hidrocarburos, condicionando
implícitamente los nuevos préstamos, tanto del Fondo Monetario Internacional, como
del Banco Mundial y del Banco Interamericano de Desarrollo, a la realización de tales
ajustes, como elemento que garantice el pago de los mismos y de la deuda externa
anteriormente contraída.
3.- El interés del gobierno venezolano, además de cumplir con el FMI, reside en
que al aumentar los beneficios de la industria petrolera, vía aumentos de los precios de
los combustibles, obviamente aumentarían sus ingresos fiscales derivados de los
impuestos de la industria petrolera, que representan su mayor fuente de ingresos.
4.- La industria petrolera nacional -PDVSA- en el ámbito interno e internacional,
se ha encargado de demostrar las supuestas pérdidas en que incurre la misma, al vender
los combustibles en el mercado interno a un nivel de precios por debajo de los costos de
producción.
5.- La incidencia del aumento de los derivados del petróleo y concretamente de la
gasolina, introduce objetivamente un elemento inflacionario directo en el transporte
colectivo y de carga, dadas las características de este sector en el país, que es casi
exclusivamente la única alternativa, tanto para pasajeros como para el transporte de
industrias, comercios y servicios.
*Resolución del Consejo de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, ante el
aumento del precio de la gasolina.
6.- La implementación de la política de liberación de precios, permite y auspicia
que el efecto directo y multiplicador del aumento de la gasolina sea utilizado como un
elemento especulativo, al permitir un aumento de precios de los bienes y servicios
desproporcionado con relación a la variación de los precios de los derivados, lo cual
amplifica los efectos inflacionarios de esa medida, profundizando el deterioro del
salario real de los trabajadores y las condiciones de precariedad de los desempleados y
subempleados.
7.-El argumento del FMI de equiparar los precios de la gasolina a los niveles
prevalecientes en el mercado internacional, es completamente absurdo, debido a que los
precios de los combustibles de los países a que se hace referencia son en su casi
totalidad importadores de petróleo, por tanto el costo de transporte en que incurren, bien
para obtener la materia prima -barril de petróleo- o los derivados, no procede en el caso
de Venezuela, no solo poseedora, sino propietaria de tales recursos.
- Los precios finales al consumidor de gasolina en el caso de los países
industrializados tienen por lo menos un componente del 50% de impuestos
directos al consumo, los cuales perciben los Estados de los referidos países y no
las empresas petroleras que suministran el producto.
8.- El argumento de PDVSA sobre las pérdidas en la venta de gasolina, está
basado sobre supuestos deliberadamente erróneos, al imputar a los costos de producción
los impuestos que paga esta industria al Estado. En el caso de que esta parte deba
transferírsela al consumidor, lo que supone es un impuesto directo al consumo.
Las aspiraciones de rentabilidad de la industria están basadas en la necesidad de
implementar en los próximos años gigantescos planes de inversión, que a nuestro juicio
no se corresponden con las expectativas de evolución del mercado petrolero,
petroquímico y carbonífero, que esa industria maneja y en última instancia no deben ser
pagados por el consumidor.
Es práctica común que las empresas de las dimensiones de PDVSA,
eventualmente puedan tener niveles mínimos de rentabilidad en la producción y venta
de algunos productos, los cuales son compensados por altos beneficios en otros rubros.
Esa era la política incluso de las multinacionales petroleras cuando manejan la casi
totalidad del negocio en el ámbito mundial.
9.- Los efectos inflacionarios producidos por un aumento de la gasolina, además
de los factores económicos, deben considerar la explosividad política y social que este
tipo de medidas genera al desestabilizar el conjunto de la economía, lo que elimina las
posibles ganancias obtenidas en términos de globalidad y predispone a la comunidad a
un estado permanente de inseguridad.
10.- El caso de Venezuela, en materia de hidrocarburos es muy particular, estos
recursos son propiedad de la nación y la nacionalización añadió un elemento importante
de control y participación directa en el negocio, situación que no se escapa de las
consideraciones que hace el ciudadano venezolano, al exigir precios preferenciales -que
no subsidios- para los derivados de los hidrocarburos.
EN VIRTUD DE LAS CONSIDERACIONES ANTES EXPUESTAS, SE
PROPONE:
1. Rechazar el aumento de la gasolina propuesto para este año y el año siguiente.
2. Rechazar las proposiciones del F.M.I. de equiparar los precios de la gasolina a
los niveles internacionales, por emitir consideraciones económicas obviamente erróneas,
en cuanto a la comparación de los precios referidos con relación a los costos y precios
de Venezuela, como país productor, exportador y propietario de los hidrocarburos en
comparación con los países importadores.
3. Recomendar al gobierno la modificación de las exigencias del FMI con relación
a los precios de los combustibles, por considerarlos económico, política y socialmente
improcedentes.
4. Recomendar al Gobierno Nacional la obtención de los recursos adicionales para
cumplir con el necesario equilibrio macroeconómico, una severa racionalidad del gasto
público, exigencia de eficiencia y rentabilidad en otras empresas del Estado y del propio
sector privado, erradicación de los continuos casos de corrupción millonaria en el
manejo y manipulación de los fondos nacionales e implementar una política que obligue
a los acusados de aprovechamiento ilícito del patrimonio de la nación, a reintegrar al
Estado las cuantiosas sumas que indebidamente se apropiaron.
5. Recomendar a PDVSA la sinceración de sus estimaciones de costos y precios
propuestos para los combustibles, en virtud de la manipulación de los mismos, a fin de
dar argumentos a los objetivos del FMI y del Gobierno Nacional y procurar
financiamiento por esta vía de sus programas de inversiones presentes y futuras, las
cuales no se corresponden con la realidad.
6. Recomendar a PDVSA la racionalización de sus gastos, sobre todo a altos
niveles gerenciales y la reorganización de la industria en los términos más modernos
que comporta la reconversión industrial al menos en términos organizativos-gerenciales
y de flexibilización de la producción y el consumo de energía, lo cual sin duda
comportará un ahorro sustancial para la industria, compensando la supuesta baja
rentabilidad en la venta de los derivados.
7. Recomendar al Gobierno Nacional, al Ministerio de Energía y Minas y a
PDVSA, la implementación de un plan global de cumplimiento obligatorio sobre la
conservación, ahorro y eficiencia energética, para todos los sectores de la economía, lo
cual liberaría enormes flujos de derivados para ser colocados en el mercado
internacional, con el consiguiente ahorro interno de los productos y obtención de divisas
adicionales.
8. Alertar al Gobierno Nacional de la explosividad política y social de la
implementación de esta medida, en momentos en que los consumidores sufren de un
bombardeo incesante de aumentos de precios en materia de alimentación, vivienda,
vestidos, salud, etc., por las características del producto que se trata en su condición de
principal recurso del país y la conciencia de la colectividad de la propiedad del mismo,
todo lo cual requiere de un tratamiento especial que sobrepasa la simplicidad de
estimaciones economicistas muy vulnerables.
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