MANIFIESTO DE LAS CIUDADES “SEGURIDAD Y DEMOCRACIA”

Anuncio
MANIFIESTO DE LAS CIUDADES
“SEGURIDAD Y DEMOCRACIA”
1. Queremos unas ciudades de calidad, activas, seguras, ciudades que sean propicias a la armonía
del desarrollo. La inseguridad y el sentimiento de inseguridad, el sentimiento de abandono, la
violencia pueden comprometer de manera grave y duradera el desarrollo y la renovación de la
ciudad.
2. El desafío consiste en garantizar una seguridad legitima par uno mismo y para los suyos, para la
familia, el vecindario, la comunidad, la ciudad. La lucha contra la delincuencia no debe conducir a
posturas fanáticas, racistas o a prácticas discriminatorias, a la designación de chivos expiatorios en
aquellos grupos más vulnerables : los jóvenes, los drogodependientes, inmigrantes o minorías
étnicas racistas. Este camino llevaría a la fragmentación de las ciudades ; sería el final de una
Europa de las ciudades.
3. La Unión Europea, después de la creación de un mercado interior y una moneda única y
después de haber sentado las premisas para una Europa social, ha definido de la creación de un
“espacio de libertad” uno de sus objetivos prioritarios. Este espacio no se llevará a cabo sin las
ciudades de Europa.
Ciudades de libertad
4. Nuestras ciudades no son igualitarias. Barrios ricos, capas medias y barrios pobres coexisten.
Esta coexistencia debe ser organizada sobre otra base que impida la creación de fosos físicos o
simbólicos en el urbanismo, el acceso a los servicios o el acceso a las decisiones. Afirmamos la
idea de “ciudad de inclusión”, donde la participación de los ciudadanos en las políticas locales sea
un derecho.
5. Las ciudades son heterogéneas y las diferentes formas de vivir de unos y otros entran en
tensión. Esta diversidad es nuestra riqueza y, los eventuales conflictos deben encontrar su
solución en las políticas de prevención y de inclusión social, así como en la concepción y
organización del propio espacio público. La definición de criterios de calidad de los espacios
físicos puede ayudar a garantizar mejor la seguridad de las personas, sin tener que recurrir a un
urbanismo de fuerte amurallado, que manifiesta temor por la presencia de personas “diferentes”.
Los espacios públicos, residenciales y de comercio deben ser espacios de encuentro.
6. Queremos unas ciudades hospitalarias con los ciudadanos del mundo, con los inmigrantes, con
los nómadas. Los problemas de la inmigración no pueden ser resueltos mediante la
criminalización o el rechazo a la diversidad. La confianza exige que se establezcan reglas claras de
admisión y de residencia para los extranjeros (sobre todo referidas al reagrupamiento familiar);
también exige combatir la inmigración clandestina, enfocando esta lucha contra las redes
criminales que organizan el tráfico de seres humanos; exige la definición jurídica de las
condiciones de llegada masiva de refugiados víctimas de la guerra y de la inseguridad, así como
unas condiciones de acogida dignas para los demandantes de asilo.
7. Nuestras ciudades de libertad son ciudades tolerantes que rechazan cualquier estrategia
extremista para erradicar los conflictos. Quieren desarrollar una educación de la legalidad y
solidaridad que transforme la violencia y el miedo en motivos de desarrollo de uno mismo, en
apertura sobre el mundo, en tolerancia hacia los demás. Educar es ayudar los jóvenes a
transformar su natural agresividad en una energía que pueda mejorar su situación, su vida y la de
los demás.
Ciudades de justicia
8. La inseguridad no es simplemente el temor al robo o a la agresión. Puede nacer también del
peligro provocado por el automóvil, por un entorno nocivo o precario y sobre todo por el temor
a no disponer del apoyo de una ayuda, de un servicio que aporte protección o reparación.
9. Los ciudadanos no tenemos un acceso igual a la seguridad. Según nuestro origen, estatus,
género, edad o condición el miedo puede ser mas o menos fuerte ; la desigualdad frente a los
riesgos en la calle, en los espacios públicos o en el propio domicilio, la desigualdad en el recurso a
la justicia contra la violencia, la desigualdad en el acceso al derecho, la desigualdad en el
reconocimiento de los derechos propios, son desigualdades que requieren el compromiso de
todos los niveles de gobierno.
10. No podemos depender únicamente de las leyes del mercado para compensar las
desigualdades. Si el interés comercial llega a dominar la capacidad de los grupos y de los
individuos para mantener el orden y dominar la criminalidad, la seguridad dependerá de la
riqueza, de la capacidad de acceso a las nuevas tecnologías y a los espacios preservados.
11. El gobierno democrático de la seguridad sólo podrá reforzar el sentimiento de justicia si
construimos, con la participación de todos aquellos que habitan nuestras ciudades, las
modalidades y las formas de gestión colectivas de las inseguridades reales, de las inquietudes y de
los problemas sociales. Parte de la respuesta se encuentra en como se organiza la sociedad civil :
familias, adultos, habitantes y comunidades. El recurso a la conciliación, a la mediación, al
arbitraje apacigua las relaciones sobre la base de unas reglas y normas cercanas a nuestras
tradiciones y a nuestros usos. Este recurso refuerza los lazos de proximidad, de convivencia y de
comunidad y produce el sentimiento de pertenecer a una ciudad comunitaria.
12. La ciudad ha de contribuir a la garantía a cada uno de sus habitantes de las condiciones de
vida conformes a los derechos fundamentales de las personas : acceso a la vivienda, al empleo, a
la educación y a la justicia debe ser igual para todos. Una ciudad de la ciudadanía abre el acceso a
deberes y derechos.
13. La armonización de los derechos y deberes cívicos, locales, nacionales u europeos, estimulará
la confianza entre los ciudadanos. Ella contribuirá a que las luchas contra todas las formas de
discriminación sexual y racial sean más eficientes.
Ciudades en seguridad
14. La seguridad es un bien común esencial para el desarrollo sostenible. Es a la vez signo y
condición de la inclusión social, del acceso justo a otros bienes comunes como son la educación,
la justicia, la salud, la calidad del medio ambiente. Promover la seguridad es desarrollar un bien
común y no consiste ante todo en “hacer policía” o en recurrir al sistema penal.
15. Nuestras políticas de seguridad son primero y ante todo políticas de prevención, de
multiplicación de los servicios y de reducción de los riesgos.
16. Estas políticas necesitan y renuevan la participación entre los actores económicos y sociales
de las ciudades; vuelven a otorgar un papel a la familia y a la escuela, a la calle y a los espacios
públicos, a la solidaridad y a la sociedad civil.
17. Estas políticas se apoyan en un sistema de justicia criminal que ayude a introducir
responsabilidad allí donde se ejerce violencia destructora en la familia, en la empresa o en la calle,
y que contribuya a la prevención de la inseguridad y a la reducción de los riesgos.
18. Políticas que se apoyan en unos servicios públicos de proximidad que funcionen con
transparencia y respeto a los derechos de los usuarios.
19. La ciudad tiene la obligación de velar por las víctimas, debe acogerlas, ayudarlas y
acompañarlas en el proceso de reparación de los daños producidos.
20. Estas políticas requieren una fuerte implicación de los diferentes niveles de gobierno, así
como el desarrollo de políticas de refuerzo de las ciudades.
Europa y las ciudades
21. Las ciudades del Forum europeo suscriben el proyecto de declaración de Naciones Unidas
sobre las normas de buen gobierno urbano que invitan a las autoridades locales a implicarse en la
preparación de estrategias de prevención de la inseguridad, con la participación de los actores
sociales, tomando en cuenta el derecho de los ciudadanos pobres y marginados en la definición
de estas estrategias.
22. Las ciudades de la Unión deben implicarse en la definición de la seguridad como parte del
gobierno de la ciudad. Respetando el principio de subsidiariedad, la Unión Europea debe integrar
las políticas de prevención y seguridad en los programas de desarrollo urbano.
23. Europa debe promover los intercambios entre ciudades, animar la formación de los actores
locales, desarrollar políticas comunes en torno a los fenómenos transnacionales, como la
violencia en el deporte, el racismo, las drogas, la explotación de personas y las relaciones entre la
pequeña delincuencia y las organizaciones delictivas.
24. Esta voluntad de Europa debe encontrar su expresión en la creación de un Órgano europeo
que reúna a todos los actores de las políticas de seguridad en Europa, y en particular a los
representantes de la sociedad civil. Este órgano debe tener como vocación elaborar los
instrumentos necesarios para la comparación entre ciudades con el apoyo de un Observatorio,
debe facilitar la formación, así como promover las mejores prácticas en materia de seguridad
urbana.
25. Un presupuesto europeo que movilice las políticas locales de seguridad debería ser aprobado.
26. Las ciudades europeas desean que esta colaboración entre las ciudades se desarrolle con las
ciudades del mundo y que la Unión tome en cuenta esta necesaria universalización de las políticas
de seguridad.
1. Seguridad, urbanismo y desarrollo sostenible
La seguridad urbana no puede reducirse únicamente a los problemas de criminalidad. La
inseguridad es una problemática compleja :
- está ligada a los problemas de sanidad, de medio ambiente, de urbanismo, de formación;
- es el resultado de desigualdades crecientes en el acceso a los recursos;
- pone en juego conflictos de intereses, sobretodo por lo que se refiere a la división y al uso
del espacio y de los ritmos de la ciudad (tiempo libre por la noche, deporte, prostitución)
La inseguridad constituye un riesgo urbano al que hay que darle respuestas civiles.
En consecuencia, las ciudades están de acuerdo sobre los principios de acción
siguientes:
1.1. La seguridad exige el establecimiento de una política global de gestión de los riesgos:
- enfoque global de los problemas
- reducción de los riesgos ligados a la inseguridad
- respuesta interdisciplinaria
- pilotaje político de esta complejidad que impone la organización del diálogo entre delegaciones
municipales a menudo desunidas, particularmente entre la delegación "Urbanismo" y la
delegación "Seguridad urbana"
1.2. Cualquier proyecto de nueva urbanización y de rehabilitación urbana tiene que integrar la
dimensión seguridad, en la fase de la programación y de la gestión.
- Un estudio del impacto social debe ser insertado en cada proyecto urbano
- Cada proyecto urbano debe ser acompañado por una gestión social (política y técnica)
- Desde el principio del proyecto hay que pensar en la gestión postproyecto
1.3. El trámite de calidad tiene que privilegiar a la negociación más bien que al trámite normativo
y prescriptivo. La autoridad local tiene que asegurarse de que:
- Se establezca una negociación entre la sociedad civil y las instancias políticas y administrativas
locales
- Que todos lo grupos pertenecientes a la sociedad civil así cómo todos los barrios de la ciudad
puedan gozar de condiciones iguales para participar a la preparación, la estimación y a la
ejecución de los proyectos
- Que todos tengan acceso a la información y a los servicios urbanos, lo que constituye una
condición imprescindible para la participación de los ciudadanos.
1.4. La seguridad urbana exige el desarrollo de los servicios urbanos de calidad y accesibles para
todos. Exige particularmente la calidad de los espacios públicos y su gestión.
2. Las opciones en materia de seguridad
La seguridad colectiva e individual son fundamentales para la vida humana. La criminalidad
amenaza la calidad de vida de los habitantes, traumatiza a las víctimas y pone en peligro la
vitalidad cívica.
Demasiado a menudo se ha recurrido a los servicios policiales, a la justicia penal y al
encarcelamiento para reducir la delincuencia, la violencia y la inseguridad. Es inaceptable el
incremento registrado en el número de personas encarceladas en Europa desde hace veinte años
(por ejemplo: un 43% en Inglaterra y un 39% en Francia). Es fundamental respetar tanto los
intereses de las víctimas, como los de las colectividades e infractores.
Es preciso restablecer el equilibrio entre el control, las sanciones y la prevención, de modo que se
pueda otorgar mayor importancia a la prevención social y coyuntural, no sólo desde un punto de
vista organizativo sino también financiero. Según los análisis realizados, los enfoques preventivos
que apoyan la integración de los jóvenes en nuestras colectividades, con la consiguiente
atenuación de las causas profundas de la criminalidad, reducen la violencia y el número de
víctimas. Se ha demostrado que es más rentable que la mera aplicación de la ley y el
encarcelamiento (unos 5 euros por cada euro invertido).
En consecuencia, las ciudades acuerdan las siguientes líneas de actuación:
2.1. Programa de prevención y tolerancia “O” para la marginación
Los gobiernos nacionales deben centrarse en situaciones como las que se derivan del abismo cada
vez mayor entre ricos y pobres, la marginación juvenil, la desigualdad por razón de sexo, la
discriminación racial, la rápida urbanización, la concepción de los bienes de consumo, así como el
acceso a las armas de fuego, a las drogas ilegales y al alcohol.
Si el gobierno local pretende combatir las causas de la delincuencia y la inseguridad, debe
consolidar las estrategias que movilizan al mismo tiempo sectores como las escuelas, la vivienda,
los servicios sociales, la policía, la justicia y los ciudadanos. El objetivo es aislar las causas de los
problemas locales mediante el desarrollo de coaliciones operativas que generen cambios
organizativos, la elaboración de diagnósticos de la inseguridad y evaluaciones sobre la
rentabilidad.
Los esfuerzos desplegados por los gobiernos locales deberían contar con el apoyo financiero y
técnico de otras esferas gubernamentales.
2.2. Unas respuestas y sanciones eficaces que favorecen la integración
Los gobiernos locales tienen que aplicar programas de prevención de la reincidencia basados
sobre todo en el desarrollo social, la resolución de conflictos por mediación y la reparación de los
daños por parte de los infractores.
2.3. Los límites del encarcelamiento
El encarcelamiento debe ser una excepción y no una norma y debe estar justificado por unos
imperativos concretos, objeto de consenso social. Los detenidos no deben ser apartados de la
comunidad sino encarcelados cerca de sus familias y de los servicios que puedan apoyar su futura
reinserción en la colectividad. Se trata de facilitar el acceso a las cárceles de los servicios sociales,
formativos, educativos y de ayuda al empleo.
Las colectividades locales deben implicarse en el desarrollo de trabajos que sean de interés general
y sanciones que puedan limitar el recurso al encarcelamiento.
2.4. Una mejor comunicación y consolidación de la implicación ciudadana
Los ciudadanos no sólo deben participar en la elaboración de estrategias de reducción de la
delincuencia y la inseguridad sino que merecen ser informados sobre lo que es eficaz y
beneficioso. La policía y la justicia tienen que ser más conscientes del conjunto de las
preocupaciones de los ciudadanos.
2.5. La clave de nuestras estrategias: el intercambio de conocimientos
Todas las decisiones en materia de seguridad urbana deben basarse en los conocimientos. Estos
deben apoyarse en un análisis preciso de los costos y beneficios de cada programa a corto, medio
y largo plazo, sobre todo comparado con los resultados del encarcelamiento y del reparto de los
efectivos policiales.
Existen varios ejemplos en materia de seguridad urbana que ponen de manifiesto la posibilidad
de causar un impacto en la reducción de la delincuencia y la inseguridad. Es importante facilitar la
organización de debates y ofrecer oportunidades de formación para el conjunto de los actores
locales de modo que estas soluciones prácticas estén al alcance de las colectividades. Proponemos
la creación de un observatorio europeo de prevención de la criminalidad y de seguridad orientado
hacia la Europa ampliada.
3. Los jóvenes, la ciudad y la ley
Hay que trabajar para los jóvenes pero también con ellos. No todos los jóvenes son delincuentes
potenciales. La sociedad tiene que confiar en ellos evitando las generalizaciones y las condenas a
esta parte de la población.
Deseamos una seguridad que sea respetuosa con los jóvenes:
- Debe ser proporcional a los problemas existentes.
- Los jóvenes deben implicarse en los dispositivos de seguridad y de prevención para convertirse
así en verdaderos actores.
3.1. La confirmación del papel de las familias como primeras encargadas de la prevención
En general los delincuentes son cada vez más jóvenes. Parece ser que a partir de cierta edad, los
dispositivos preventivos orientados hacia los jóvenes son menos eficaces. Es preciso actuar junto
a los más jóvenes mediante un enfoque individualizado.
De acuerdo con este objetivo, es fundamental el papel de los padres en la educación y la
transmisión de las reglas y valores. Sin embargo, algunos padres piden ayuda para entender a sus
hijos, no alejarse de ellos y poder asumir su papel plenamente. Tenemos la responsabilidad de
apoyar y ayudar a estas familias, sin acusarlas de ser malos padres.
La transmisión de las reglas y valores de nuestra sociedad no podrá llevarse a cabo sin la escuela.
3.2. Las ciudades como motor de una colaboración imprescindible
El enfoque a favor de la colaboración se ha convertido en un elemento clave para el éxito y la
eficacia de las acciones de prevención y seguridad. Esta colaboración debe incluir a todos los
actores locales de una misma ciudad y debe ser asimismo interurbana para permitir:
- el intercambio de experiencias entre ciudades,
- la aplicación del principio de “pedagogía de la ruptura”, que ofrece a los jóvenes la
posibilidad de salir de su entorno cotidiano.
3.3. La protección de los jóvenes
No debemos olvidar que los jóvenes son también las primeras víctimas de la violencia.
La prevención de la delincuencia no puede escatimar recursos en la creación de un mejor sistema
de ayuda a las víctimas, que sepa identificar mejor a los jóvenes que sufren. Por consiguiente,
parece ser necesario sensibilizar e incluso formar a los actores locales para que sean capaces de
detectar dicho sufrimiento y de ayudar a las víctimas a expresarse.
La importancia de esta medida se ve corroborada por numerosos estudios que demuestran la
existencia de un vínculo innegable entre la violencia que se padece y la que se inflinge.
3.4. La evaluación: garantía de una mayor eficacia
Aun cuando tengamos grandes conocimientos sobre la delincuencia juvenil, no son suficientes
para llevar a cabo acciones concretas y eficaces. Es necesario explotar mejor nuestros
conocimientos.
Sólo con un buen diagnóstico previo y con una evaluación nuestras acciones serán más eficaces.
Esta evaluación debe plantear la cuestión de la rentabilidad pero también la del valor añadido de
nuestros dispositivos.
Debemos armonizar nuestros sistemas de evaluación para permitir el desarrollo de una cultura
común de la evaluación y favorecer los intercambios.
4. Movilidad, seguridad: una ciudad acogedora
Existe un estereotipo recurrente que aúna el tema de la inmigración y el de la seguridad y, en este
sentido, suscita críticas y oposición.
Para salir airosos de la batalla contra este prejuicio no deben pasarse por alto ni menos preciarse
los casos en los que existe una superposición entre la ilegalidad y algunos aspectos relativos a la
inmigración. Un buen conocimiento de la realidad es necesario para mejorar la situación y poder
utilizar todos los instrumentos que puedan acabar con el prejuicio de la identificación: por
ejemplo, deben progresar al unísono las medidas destinadas a afirmar la identidad de las personas
o a conferir verdadera eficacia a las penas y aquellas destinadas a diversificar las propias sanciones
o a prevenir la reincidencia o incluso aquellas intervenciones cuyo objetivo es combatir la
explotación de los inmigrantes.
Por consiguiente, las medidas de carácter social por sí solas no pueden dar respuesta a los
problemas derivados de la ilegalidad generalizada pero sin las cuales no se puede aspirar a obtener
resultados positivos y duraderos.
En consecuencia, las ciudades se ponen de acuerdo sobre los siguientes campos de
acción:
4.1. Una nueva política común de inmigración en Europa
De conformidad con las nuevas competencias atribuidas por el Tratado de Amsterdam en
materia de inmigración pedimos a la Unión Europea la adopción rápida de una política de
inmigración común de los quince Estados miembros. Es alentador que la Comisión Europea
haya presentado hace dos días al Consejo y al Parlamento unas comunicaciones relativas a sus
estrategias en materia de inmigración. Manifestamos nuestra disposición en participar
activamente en el debate sobre estos documentos, celebramos el planteamiento innovador
propuesto hasta ahora, mediante un enfoque exhaustivo que tiene en cuenta todos los temas
(económicos, sociales, políticos y humanitarios). Éstos son los ejes de este nuevo enfoque:
- las nuevas vías para la inmigración legal y el consiguiente abandono de la opción de fronteras
cerradas,
- la lucha contra la inmigración ilegal,
- las políticas de integración en sentido amplio,
- la colaboración con los países de origen,
- la admisión por razones humanitarias.
4.2. La lucha contra el tráfico de inmigrantes
Solicitamos un esfuerzo extraordinario en todos los ámbitos de la lucha contra el tráfico de seres
humanos que, junto con el contrabando de inmigrantes, se ha convertido en uno de los mercados
ilegales más rentables del crimen organizado. Señalamos la importancia de la firma de la primera
Convención de Naciones Unidas contra el crimen organizado que tendrá lugar la próxima semana
en Palermo. Más de cien países firmarán no sólo la Convención sino también los Protocolos
sobre el tráfico y contrabando de inmigrantes, sentando las bases de la cooperación judicial y
policial que permita luchar contra la criminalidad que desde hace tiempo ya no conoce fronteras.
Asimismo, expresamos nuestro máximo interés en que se presione a los parlamentos para que
ratifiquen lo antes posible las disposiciones contempladas en la Convención.
4.3. Medidas a favor de la integración y contra la discriminación
Se vuelve a plantear con mucha fuerza a escala comunitaria y en los Estados miembro la iniciativa
que pretende garantizar a los inmigrantes unas condiciones de vida y de trabajo comparables a las
de los ciudadanos comunitarios. Se insiste en la lucha contra la marginación social que atañe
sobremanera a los inmigrantes, incluido un número excesivo de encarcelamientos. Se adoptan
normas claras en materia de reagrupación familiar (en relación con la directiva europea) y se
precisan unas normas relativas a la admisión y permanencia tanto de inmigrantes como de
refugiados. Se llevan a cabo todas las acciones necesarias para luchar contra la discriminación y la
xenofobia, previstas en el plan de acción y en las dos directivas de la Comisión Europea. Dichas
acciones se complementan con programas específicos a escala nacional, regional y local. Se
concede una atención particular al tema de los desplazados y a su calidad como pueblo existente y
dotado de identidad propia, compuesto en Europa por aproximadamente diez millones de
personas, así como a la promoción de una sociedad intercultural resulte de un proceso de
adaptación no sólo por parte de los inmigrantes sino también de la sociedad de acogida. Se
concede una atención especial al tema de los niños, sobre todo en relación con los derechos
recogidos en la Convención internacional de derechos del niño. Es preciso fomentar todas las
formas de representación y participación de los inmigrantes en la vida política local, partiendo del
reconocimiento del derecho de voto en las elecciones administrativas para los residentes legales.
A pesar de no tener fuerza vinculante, la Carta de derechos fundamentales aprobada ayer en la
Cumbre de Niza puede convertirse en una ocasión para construir una nueva noción de
ciudadanía civil ampliada a los inmigrantes, con un conjunto común de obligaciones y derechos
fundamentales.
4.4. Un nuevo modelo de referencia
Las políticas de integración y de lucha contra la marginación precisan de la proposición de un
modelo de cooperación y participación que se centre sobre todo en la implicación activa de los
inmigrantes y de sus representantes junto con todos los sujetos institucionales y asociativos que
trabajan en ese ámbito. Desde este punto de vista, se destaca la experiencia obtenida por el Reino
Unido en el ámbito de la lucha contra la discriminación gracias a la acción de la Comisión para la
igualdad racial (Commission for racial equality).
5. ¿Con quien asociarse para una ciudad mas segura?
La referencia correcta que permite identificar los miembros y redefinir las acciones por unas
ciudades mas seguras es la descentralización. Es gracias a la descentralización que las ciudades
pueden ejercer su papel de liderazgo de la seguridad, asimismo hay que destacar como otras
realidades institucionales pueden concurrir en la construcción de una política unitaria, en el marco
de las competencias de cada nivel administrativo.
Esta ubicación central de las ciudades permite y exige la construcción de “políticas desde la base”,
una gestión del territorio en la que la participación activa de sus habitantes, bajo múltiples formas,
individuales y colectivas, es necesaria.
Constatamos que las ciudades se han convertido en laboratorios de democracia y de
experimentación de las nuevas políticas que, de modo concreto y eficaz, han aportado soluciones
a algunos problemas de seguridad que los poderes centrales no son capaces solucionar. La
prevención y la seguridad son dos capítulos fundamentales para el gobierno, para la reducción de
la marginación urbana y social y para la protección efectiva de los derechos individuales y
colectivos. La participación de los habitantes constituye una parte indisociable de este nuevo
enfoque de las autoridades locales. Otras experiencias como la “tolerancia cero”, no han supuesto
resultados satisfactorios que a menudo han sido contraproductivos para la vida social y política de
las ciudades.
Las políticas de participación deben implicar a todos los ciudadanos, independientemente de su
nivel de su renta y independientemente que sean o no destinatarios de políticas de integración y
de protección.
Por consiguiente, las ciudades se comprometen a trabajar para:
5.1. Desarrollar e impulsar un conjunto de políticas nuevas encaminadas a la promoción de la
seguridad de las personas y a la prevención de la criminalidad y de los comportamientos
violentos. Algunas de estas iniciativas ya se aplican en las ciudades europeas.
5.2. Impulsar la creación de coaliciones permanentes, en las comunas y entre éstas, para la
seguridad urbana, bajo responsabilidad de las autoridades políticas y en las que participen:
- el sector público y sobre todo las autoridades judiciales, la policía, los responsables de las
políticas para la vivienda, el urbanismo, la acción social, la sanidad, la educación,
- el voluntariado,
- el sector privado: las empresas de transporte, las cámaras de comercio y de industria, etc.
5.3. Alentar a los profesionales de la seguridad urbana y de las múltiples profesiones de este
ámbito, con la implicación de todos en el campo de la prevención y de la seguridad, según un
enfoque basado en la comunidad y no un enfoque policial.
5.4. Desarrollo de nuevas modalidades de calificación y profesionalización de los actores que
contribuyen a la seguridad urbana en sus diferentes niveles. En particular la creación de un nuevo
marco legislativo y un título universitario destinado a apoyar las nuevas profesiones surgidas de la
propia comunidad con el objetivo de resolver con métodos más adecuados los problemas
vinculados a la seguridad.
5.5. Mejorar la organización de las relaciones con el mercado privado de la seguridad.
5.6. Las ciudades ponen de relieve la necesidad de que el Estado trabaje a favor de las políticas de
prevención y apoye:
- las políticas locales de seguridad,
- la creación de estructuras de prevención a todos los niveles,
- la elaboración de instrumentos de conocimiento: diagnóstico local de seguridad, observatorios
sociales, evaluaciones de las intervenciones y de los procesos,
- la transformación de los servicios centrales en servicios de proximidad.
6. Violencia y ciudad de las mujeres
En todas partes debe reconocerse el carácter sancionable de los malos tratos sufridos por las
mujeres a manos de los hombres. Es preciso seguir actuando desde los gobiernos locales,
nacionales e instancias internacionales para que las autoridades políticas asuman sus
responsabilidades en cuanto a la aplicación de la legislación correspondiente.
Los malos tratos de que son víctimas las mujeres por parte de los hombres, ya sea en público o
privado, son interdependientes. Reflejan la desigualdad en las relaciones entre hombres y mujeres.
De ahí que, por una parte, todos los programas de acción destinados a reducir la inseguridad
deban tener en cuenta el enfoque por sexos y, por otra parte, deban desarrollar programas de
promoción de la igualdad entre hombres y mujeres.
Los actores de la seguridad urbana incluyen el enfoque por sexos en su plan de acción, que debe
tener unos objetivos precisos y unos indicadores de evaluación.
Las ciudades hacen un llamamiento a favor de los siguientes campos de acción
prioritarios:
6.1. Reconocer las violencias de género
Los malos tratos por razón de sexo son poco conocidos o incluso desconocidos. Es necesario
que las estadísticas sobre todos los tipos de seguridad se construyan adoptando un enfoque por
sexos.
Dado que las mujeres padecen actos violentos y también malos tratos “simbólicos”, las
informaciones suministradas deben proceder de las propias mujeres: conversaciones cualitativas,
relatos sobre sus vidas, rutas de exploración, datos dispersos, etc.
También hay que fomentar la puesta en común de las experiencias a escala internacional.
6.2. La evolución de las culturas, de las representaciones y de las mentalidades para luchar contra
la inseguridad de las mujeres
La educación de los niños y de los adultos es una prioridad:
- educación en la escuela (niños y niñas)
- educación continua
- formación de profesionales para promover las referencias comunes
6.3. Con la contribución de cada uno y cada una a la seguridad urbana, es importante que
hombres y mujeres inicien juntos el establecimiento de las políticas correspondientes y que
participen juntos y en condiciones de igualdad.
Para alcanzar este objetivo, hay que garantizar el acceso de las mujeres a los poderes políticos y la
participación de los ciudadanos y los colectivos de mujeres en la toma de decisiones relativas a las
políticas urbanas.
6.4. Para garantizar la coherencia y el éxito de dichas acciones, se considera que puede ser eficaz y
quizás imprescindible la creación de partenariados entre los colectivos de mujeres, los organismos
técnicos, la justicia penal y los poderes públicos.
6.5. La existencia de unos recursos financieros precisos y con una finalidad concreta es la única
garantía de aplicación de dichos consejos.
Ante la urgencia, la complejidad y el desconocimiento de los malos tratos que sufren las mujeres,
es necesario que los poderes públicos concedan recursos financieros:
- para responder a las situaciones de urgencia, para ofrecer amparo y estructuras de acogida,
- para desarrollar programas de prevención que deben ser una de las principales preocupaciones
de la comunidad.
6.6. Las ciudades promocionaran una aproximación de género en las políticas de seguridad
urbana suscritas en este Manifiesto. Y pondrán especial atención en la trata de blancas, en el tema
de las mujeres inmigrantes y de los solicitantes de asilo, víctimas de la violencia doméstica.
Referencias
- Consejo de Europa. Declaración final. Conferencia sobre la reducción de la inseguridad urbana, 1720 de Noviembre, 1987, Barcelona, España.
- Foro Europeo para la Seguridad Urbana, Federación Canadiense de Municipalidades, The United States
Conference of Mayors. Agenda for Safer Cities, Final Declaration. Conferencia europea y norte-americana
sobre la seguridad urbana y la prevención de la criminalidad, 10-13 de Octubre 1989, Montreal,
Canadá.
- Foro Europeo para la Seguridad Urbana, Federación Canadiense de Municipalidades, The United States
Conference of Mayors. Declaración Final.
Segunda conferencia internacional sobre la Seguridad Urbana, las drogas y la prevención de la
delincuencia. 18-20 de Noviembre 1991, Paris, Francia.
- Foro Europeo para la Seguridad Urbana, Programa de Gestión Urbana (PNUD, CNUEH-Habitat, Banco
Mundial), Ayuntamiento de Saint-Denis de la Réunion.
Conferencia internacional Justicias, Ciudades, Pobrezas. 4-8 de Diciembre,1995, Saint-Denis de la
Réunion , Francia.
- Foro Europeo para la Seguridad Urbana, Declaración de Dakar. Creación del Foro Europeo Africano
para la Seguridad Urbana, 7 de Fevrero 1998, Dakar, Senegal.
- Naciones Unidas, PNUD/UNCHS/Habitat, Conferencia " Safer Cities " Johannesburg, 1997.
- Naciones Unidas, Centro para los Establecimientos Humanos (UNCHS). Texto " The Global Campaign
for Good Urban Governance " (Proyecto, situación al 1° de Maio 2000).
Seminarios preparatorios de la Conferencia de Napoles
Jóvenes y violencia, 1) de Octubre del 1999, Bruxelas, Bélgica.
Mujeres, violencia y inseguridad urbana, 9-10 de Marzo del 2000, Sintra, Portugal.
Participación de la sociedad civil (I), 2-3 de Diciembre del 1999, Brent (London Borough),
Reino-Unido.
Participación de la sociedad civil (II), 4 y 5 de Maio del 2000, Torino, Italia.
Medias y seguridad urbana, 11-12 de Maio del 2000, Mulhouse, Francia.
Urbanismo y Seguridad (I), 6-7 de Abril del 2000, Roubaix, Francia.
Urbanismo y Seguridad (II), 15-16 de Junio del 2000, Roma, Italia.
Urbanismo y Seguridad (III), 23-24 de Octubre del 2000, Alcobendas, España.
Relaciones entre oferta pública y oferta mercantil de seguridad, 12-13 de Octubre del 2000,
Cascais, Portugal.
Colegio de Expertos , 28-29 de Octubre del 2000, Universidad Autónoma de Barcelona,
España.
Nuevas profesiones de la seguridad, un tema que, desde hacen 4 años, es objeto de un trabajo
muy importante de parte del FESU sobre las nuevas profesiones de proximidad y sobre los
managers de la seguridad : los SeguCiudades Manager.
FORUM EUROPÉEN POUR LA SÉCURITÉ URBAINE
38, rue Liancourt 75014 - PARIS - FRANCE - tel : +33-(0)140 64 49 00 - fax : +33-(0)1 40 64 49 10
Internet : http://www.urbansecurity.org - E-mail : [email protected]
Descargar