Teorı́a de la Capa Lı́mite Laminar por Miguel Hermanns y Francisco Higuera 1. Introducción Muchos movimientos de fluidos alrededor de cuerpos se caracterizan por el hecho de que el número de Reynolds basado en la longitud caracterı́stica del cuerpo L, la velocidad de la corriente incidente U y la viscosidad cinemática del fluido ν es grande frente a la unidad: UL 1. (1) Re = ν Esto indica que en dichos flujos las fuerzas de viscosidad son mucho menos importantes que las fuerzas de presión y las aceleraciones del fluido, con lo que cabrı́a esperar que las ecuaciones de Euler, que se obtienen de despreciar los términos viscosos en las ecuaciones de Navier-Stokes, describan de forma aproximada el flujo en estas condiciones. Aunque existen casos en los que esto es cierto, y las ecuaciones de Euler son capaces de describir con suficiente precisión el campo fluido resultante, existen muchos otros casos en los cuales no es ası́. La disparidad entre las predicciones de las ecuaciones de Euler y lo que se observa en la realidad se debe a los siguientes dos motivos. En primer lugar, las soluciones de las ecuaciones de Euler, que únicamente contienen derivadas primeras de las magnitudes fluidas, no pueden satisfacer la condición de no deslizamiento sobre la superficie sólida de un cuerpo. Considérese por ejemplo el flujo estacionario alrededor de un cuerpo romo. El movimiento del fluido, que por simplicidad se considera de densidad constante en esta lección, viene descrito por las ecuaciones de Euler para fluidos incompresibles: ∇ · v = 0, ρv · ∇v = −∇p, (2) que habrán de ser resueltas conjuntamente con la condición de contorno de impermeabilidad en la superficie Σ del cuerpo y las condiciones de contorno lejos del cuerpo: x ∈ Σ : v · n = 0, |x| → ∞ : v → U , p → p∞ , (3) donde n es el vector normal a la superficie del cuerpo. Una primera consecuencia de haber despreciado los términos viscosos en las ecuaciones del movimiento es que resulta imposible imponer que la velocidad de deslizamiento del fluido sobre la superficie del cuerpo, ue (x) = v · t (donde t es un vector unitario tangente al cuerpo y x es la distancia sobre la superficie), sea nula. Esta velocidad debe determinarse como parte de la solución 1 D=0 D=0 D 6= 0 Figura 1: Diversas soluciones válidas de las ecuaciones de Euler para el flujo alrededor de un cuerpo romo tridimensional, donde las dos primeras predicen una fuerza nula sobre el cuerpo (paradoja de d’Alembert) y la última una fuerza no nula. no viscosa. Por otra parte, la ecuación de Bernouilli, que, como se ha visto en una lección anterior, resulta de integrar la ecuación de conservación de cantidad de movimiento a lo largo de una lı́nea de corriente, proporciona una relación entre la velocidad de deslizamiento ue a lo largo de la superficie del cuerpo y la presión pe sobre el cuerpo: 1 1 pe + ρu2e = p∞ + ρU 2 . 2 2 (4) En segundo lugar, las ecuaciones de Euler (2) admiten infinitas soluciones (débiles) para un conjunto de condiciones de contorno (3) dadas cuando se admite la posibilidad de superficies de discontinuidad tangencial en el seno del fluido, y no es posible saber a priori cuál de estas soluciones es la que se corresponde con la realidad. La Figura 1 muestra varios ejemplos de soluciones válidas para el flujo alrededor de un cuerpo romo tridimensional. Algunas de estas soluciones predicen una fuerza nula del fluido sobre el cuerpo (paradoja de d’Alembert), y otras en cambio no. En definitiva, las ecuaciones de Euler con las correspondientes condiciones de contorno no son capaces de proporcionar de manera automática la solución correspondiente al lı́mite de Re → ∞ de las ecuaciones de Navier-Stokes. Para resolver este dilema es necesario ver, como hizo Prandtl en 1904, que aunque los fenómenos de transporte debidos a la difusión sean despreciables en la mayor parte del campo fluido, cerca del cuerpo no lo son, y por tanto aparece una zona próxima al cuerpo, llamada capa lı́mite, en la cual la viscosidad juega un papel importante. Dicha capa lı́mite es la responsable de seleccionar la solución fı́sicamente correcta entre las infinitas soluciones de las ecuaciones de Euler, y por ello su análisis es esencial para el estudio de los flujos a altos números de Reynolds. 2. Deducción de las ecuaciones de capa lı́mite En lo que queda de lección se va a considerar por simplicidad que el flujo es bidimensional e incompresible. Anticipando que la capa lı́mite es una región delgada en torno a la superficie del cuerpo, conviene introducir para su análisis un sistema de coordenadas curvilı́neas ortogonales, llamadas coordenadas de capa lı́mite, basadas en una familia de curvas paralelas al contorno del cuerpo y sus trayectorias ortogonales. En estas coordenadas, x es la distancia medida sobre la superficie del cuerpo desde su borde de ataque, o desde el punto de remanso anterior, e y es la distancia normal al cuerpo. Las coordenadas (x, y) no son cartesianas excepto si la superficie del cuerpo es plana, pero se comportan 2 como tales a casi todos los efectos (excepto en la ecuación (9) más abajo) si y es pequeña frente al radio de curvatura R de la superficie, que se supondrá del orden de la longitud caracterı́stica del cuerpo: R ∼ L. En lo que sigue, u y v son las componentes x e y de la velocidad del fluido, L es la longitud caracterı́stica del cuerpo, y δ, vc y ∆y p denotan valores caracterı́sticos del espesor de la capa lı́mite, la velocidad transversal y las variaciones transversales de presión, que deben determinarse a partir de los balances entre los órdenes de magnitud de los términos dominantes de las ecuaciones del movimiento. La velocidad longitudinal debe variar a través de la capa lı́mite desde cero en la superficie del cuerpo a la velocidad de deslizamiento ue (x) proporcionada por la solución exterior no viscosa. La velocidad de deslizamiento es del orden de la velocidad U de la corriente libre, y se admite por tanto que u ∼ U en la capa lı́mite. Las variaciones longitudinales de presión son ∆x p ∼ ρU 2 , impuestas por la solución exterior. 2.1. Análisis de los órdenes de magnitud Se comienza el análisis de los órdenes de magnitud del problema de la capa lı́mite mediante la ecuación de conservación de la masa. Esta ecuación proporciona una estimación de la velocidad transversal caracterı́stica, vc , que resulta ser mucho menor que la velocidad exterior U : ∂v ∂u + =0 ∂x ∂y U vc ∼ L δ (5) ⇒ vc ∼ U δ U. L (6) El siguiente paso consiste en analizar la importancia relativa de los distintos términos de la ecuación de conservación de la cantidad de movimiento según x, que permitirá obtener una estimación del espesor δ de la capa lı́mite: 2 ∂u ∂u 1 ∂p ∂2u ∂ u u +v =− +ν + (7) ∂x ∂y ρ ∂x ∂x2 ∂y 2 U2 U vc ∆x p U U ∼ ν 2 ν 2. L δ ρL L δ A partir de la recién estimada velocidad caracterı́stica transversal vc se concluye que ambos términos convectivos en el miembro izquierdo de la ecuación son del mismo orden. Por otro lado, la difusión de cantidad de movimiento por efecto de la viscosidad a lo largo de la capa lı́mite resulta ser despreciable frente a la difusión transversal a la misma. Dado que en la capa lı́mite los efectos viscosos no deben ser despreciados, el orden de magnitud del espesor de la capa lı́mite δ debe ser tal que el término de difusión transversal a la capa lı́mite sea importante y del mismo orden que los demás términos de la ecuación. Igualando su estimación a la de los términos convectivos se obtiene finalmente el espesor caracterı́stico de la capa lı́mite, r δ∼ νL L = L, U Re1/2 3 (8) que teniendo que cuenta que el número de Reynolds de la corriente es grande, resulta ser muy pequeño frente al tamaño caracterı́stico L del cuerpo. Otro resultado que pone de manifiesto la ecuación de la cantidad de movimiento según x es que las variaciones longitudinales de la presión ∆x p ∼ ρU 2 impuestas sobre la capa ∂p sea tan importante lı́mite por la solución exterior no viscosa hacen que el término − ρ1 ∂x como los términos convectivos. Por tanto, las fuerzas de presión juegan un papel importante en el movimiento del fluido tanto en la capa lı́mite como fuera de ella. Para determinar el orden de magnitud de las variaciones de presión transversales a la capa lı́mite se analiza la ecuación de conservación de la cantidad de movimiento según y. Dado que los efectos métricos debidos a la curvatura de la superficie del cuerpo pueden llegar a ser importantes en esta ecuación, incluso en el caso de curvaturas moderadas R ∼ L, se incluyen estos en la estimación de los órdenes de magnitud: 2 2 u 1 ∂p ∂v ∂ v ∂2v ∂v +O =− +v +ν + (9) u ∂x ∂y R ρ ∂y ∂x2 ∂y 2 ∆y p U vc vc2 U2 vc vc ∼ ν 2 ν 2. L δ L ρδ L δ Nuevamente los dos primeros términos del miembro izquierdo de la ecuación son del mismo orden y la difusión longitudinal de cantidad de movimiento es despreciable frente a la difusión transversal. Pero ahora además la difusión transversal a la capa lı́mite resulta ser despreciable frente al término de curvatura de orden U 2 /L, con lo que finalmente la comparación del término de presiones con el término de curvatura proporciona el orden de magnitud de las variaciones transversales de la presión: δ ρU 2 ∼ ∆x p. (10) L Este resultado indica que en primera aproximación la presión en la capa lı́mite no varı́a a través de la misma y es por tanto igual a la presión impuesta por la corriente exterior: ∆y p ∼ ρU 2 p(x, y) = pe (x). (11) Este hecho simplifica considerablemente el problema a resolver, pues la presión deja de ser una incógnita para convertirse en un dato en el estudio de la evolución de la capa lı́mite. Resumiendo el análisis de los órdenes de magnitud se ha visto que el espesor caracterı́stico de la capa lı́mite y la velocidad caracterı́stica transversal resultan ser mucho menores que las correspondientes magnitudes a lo largo de la capa lı́mite, y que la presión, que ahora resulta ser dato del problema, varı́a únicamente a lo largo de la capa lı́mite, y no a través de ella. 2.2. Ecuaciones de capa lı́mite Atendiendo a las estimaciones de los órdenes de magnitud realizadas en el apartado anterior se está en disposición de simplificar las ecuaciones de Navier-Stokes para obtener el sistema de ecuaciones que describe el movimiento del fluido en la capa lı́mite: ∂u ∂v + = 0, ∂x ∂y ∂u ∂u 1 dpe ∂2u u +v =− +ν 2. ∂x ∂y ρ dx ∂y 4 (12) (13) Este sistema de ecuaciones es parabólico. Contiene derivadas segundas de u respecto a la coordenada transversal y, lo que permite imponer tanto la condición de no deslizamiento u = 0 sobre la pared como la condición de acoplamiento con la solución exterior no viscosa. En cambio las ecuaciones de capa lı́mite únicamente presentan derivadas primeras de la velocidad transversal v, por lo que únicamente se puede imponer sobre ella la condición de contorno de impermeabilidad v = 0 sobre la pared. Por tanto es de esperar que lejos de la pared, ya en la región exterior a la capa lı́mite, la velocidad transversal v no tienda al valor de la corriente exterior: v(x, y δ) 6= 0. En resumen, se tiene que y = 0 : u = v = 0, y → ∞ : u = ue (x). (14) Además de las condiciones de contorno anteriores es necesario imponer una condición inicial en el origen de la capa lı́mite, que proporcione el perfil inicial de velocidades: x = 0 : u = u0 (y). (15) Por último, la presión exterior pe (x) que actúa sobre la capa lı́mite, está relacionada, como ya se ha visto antes, con la velocidad de deslizamiento ue (x) de la solución exterior a través de la ecuación de Bernouilli (o de la ecuación de conservación de la cantidad de movimiento según la pared): 1 1 pe + ρu2e = p∞ + ρU 2 2 2 ⇔ ue due 1 dpe = . dx ρ dx (16) En el caso bidimensional que se analiza aquı́ es posible reducir el problema planteado a una única ecuación empleando la función de corriente ψ(x, y) como incógnita del problema, con lo que la ecuación de continuidad se satisface automáticamente. Sustituyendo las expresiones que vinculan las componentes de la velocidad con la función de corriente u= ∂ψ , ∂y v=− ∂ψ ∂x (17) en la ecuación de conservación de la cantidad de movimiento según x se obtiene la siguiente ecuación diferencial de tercer orden para la función de corriente: ∂ψ ∂ 2 ψ 1 dpe ∂3ψ ∂ψ ∂ 2 ψ − = − + ν , ∂y ∂x∂y ∂x ∂y 2 ρ dx ∂y 3 (18) que deberá resolverse conjuntamente con las siguientes condiciones de contorno: y = 0 : ψ = ψy = 0, y → ∞ : ψy = ue (x), (19) x = 0 : ψy = u0 (y). 2.3. Propiedades de las ecuaciones de capa lı́mite El problema compuesto por las ecuaciones en derivadas parciales (12) y (13) y las condiciones de contorno (14) y (15) es parabólico, como ya se ha dicho, a diferencia de las ecuaciones de Navier-Stokes originales, que son elı́pticas. Este cambio se debe a que la 5 presión ha dejado de ser una incógnita y la difusión de cantidad de movimiento a lo largo de la capa lı́mite ha sido despreciada, con lo que ahora la coordenada longitudinal x juega el papel de un pseudotiempo según el cual la información únicamente se puede propagar hacia valores crecientes de x. Desde el punto de vista de su resolución numérica, el hecho de que las ecuaciones de capa lı́mite sean parabólicas presenta una enorme ventaja, pues el problema puede ser resuelto como si de un problema unidimensional de evolución se tratara. Por otro lado conviene indicar aquı́, que existen situaciones de interés en las que la evolución de la capa lı́mite da lugar a perturbaciones de presión que se transmiten a través de la corriente no viscosa exterior y vuelven a influir sobre el flujo en la capa lı́mite aguas arriba del punto donde tales pertrubaciones se originaron. Dichos casos no pueden ser estudiados mediante las ecuaciones de capa lı́mite presentadas en la sección anterior, y se hace necesario emplear teorı́as más avanzadas tales como la teorı́a de capa lı́mite interactiva. Una propiedad de gran interés de las ecuaciones de capa lı́mite es que sus soluciones no dependen del número de Reynolds del problema. Para ver esto es necesario adimensionalizar las ecuaciones empleando las siguientes magnitudes de referencia: ũ = u , U v̄ = v , vc x̃ = x , L ȳ = y , δ p̃ = p , ρU 2 (20) donde recuérdese que U vc = √ , Re L δ=√ . Re (21) Las ecuaciones (12) y (13) adimensionalizadas son por tanto ∂ ũ ∂v̄ + = 0, ∂ x̃ ∂ ȳ ∂ ũ dp̃e ∂ 2 ū ∂ ũ ũ + v̄ =− + 2, ∂ x̃ ∂ ȳ dx̃ ∂ ȳ (22) (23) con las condiciones de contorno siguientes: ȳ = 0 : ũ = v̄ = 0, ȳ → ∞ : ũ = ũe (x̃), (24) x̃ = 0 : ũ = ũ0 (ȳ). Se puede ver que este problema no depende de la viscosidad del fluido, sino únicamente de la forma del cuerpo en torno al cual se forma la capa lı́mite, que se manifiesta indirectamente a través de la velocidad de deslizamiento ũe (x̃). 3. Resultados de interés de las ecuaciones de capa lı́mite Además de para conocer la distribución de velocidades en el interior de la capa lı́mite, las soluciones a las ecuaciones de capa lı́mite permiten determinar tres caracterı́sticas de la capa lı́mite de suma importancia, que son el punto de separación de la capa lı́mite, el esfuerzo de fricción que genera sobre la pared y su espesor a lo largo de la superficie del cuerpo. 6 (a) (b) Figura 2: Visualización experimental del fenómeno de separación de la capa lı́mite debido a la presencia de gradientes de presión adversos. (a) Flujo alrededor de un cilindro circular a Re = 2000. (b) Flujo alrededor de un perfil NACA64A015 con un ángulo de ataque de 5◦ . 3.1. Punto de separación de la capa lı́mite La solución del problema (12)-(15) determina la distribución de velocidad en la capa lı́mite. Como se verá más adelante, esta solución puede desarrollar una singularidad y dejar de existir aguas abajo de un cierto punto, cuando el gradiente de presión que actúa sobre la capa lı́mite es adverso (dpe /dx > 0). Esta singularidad se puede identificar con la separación de la capa lı́mite y, cuando ocurre, es esencial determinar su posición, pues de ella depende la estructura del flujo exterior y la distribución de presión sobre el cuerpo. La Figura 2 muestra dos casos en los que la capa lı́mite, incapaz de afrontar el gradiente de presiones adverso impuesto por la corriente exterior, se separa de la superficie del cuerpo y modifica sustancialmente la solución exterior no viscosa. El resultado, a primera vista paradójico, es que el cálculo del fallo de la aproximación de capa lı́mite es el elemento más importante de la solución del problema obtenido con esta aproximación. Conviene resaltar que la posición del punto de separación es independiente del número de Reynolds (en tanto en cuanto la capa lı́mite se mantenga laminar), y únicamente depende de la forma del cuerpo. Esto es consecuencia de la propiedad de las ecuaciones de capa lı́mite demostrada al final de la sección anterior. 7 3.2. Esfuerzo de fricción en la pared Como se ha visto en el apartado anterior, la determinación del punto de separación, resultado de tener en cuenta los efectos viscosos en la proximidad del cuerpo, resulta ser esencial para poder conocer la distribución de presiones sobre el cuerpo y con ello la fuerza de presión que el fluido ejerce sobre el mismo (la llamada resistencia de forma). Pero los efectos viscosos también tienen su contribución directa a la fuerza que experimenta el cuerpo. Puesto que en la capa lı́mite los esfuerzos viscosos son importantes, estos ejercerán un esfuerzo de fricción sobre la pared y por tanto proporcionan también una contribución a la fuerza que ejerce el fluido sobre el cuerpo. A partir de las estimaciones obtenidas para la velocidad u y para el espesor de la capa lı́mite δ, es inmediato estimar el orden de magnitud de estos esfuerzos viscosos: U ρU 2 ∂u ∼ µ ∼ . τw = µ ∂y y=0 δ Re1/2 (25) Esta estimación muestra que la contribución directa de la viscosidad a la fuerza ejercida por el fluido sobre un cuerpo romo es mucho menor que la proveniente de la presión, que es de orden ρU 2 . A pesar de ello, y como ya se ha recalcado anteriormente, la viscosidad juega un papel esencial en la determinación de las fuerzas aerodinámicas debido al fenómeno de separación de la capa lı́mite y su influencia sobre la distribución de presiones. En el caso particular importante de un cuerpo aerodinámico alineado con la corriente, la capa lı́mite puede permanecer adherida hasta muy cerca del borde de salida. En este caso las variaciones de presión son mucho menores que ρU 2 sobre la mayor parte del cuerpo, y las contribuciones de la presión y de los esfuerzos viscosos a la fuerza sobre el cuerpo pueden ser del mismo orden. 3.3. Espesor de la capa lı́mite Otro resultado importante del estudio de la capa lı́mite es su espesor y cómo éste varı́a a lo largo de la pared. El conocimiento del espesor de la capa lı́mite permite calcular la corrección que la presencia de la capa lı́mite adherida introduce en la corriente exterior. Hasta ahora sólo se ha obtenido una estimación del orden de magnitud del espesor, que indica que éste es muy pequeño comparado con la longitud caracterı́stica L del cuerpo: δ∼ L Re1/2 . (26) Pero serı́a conveniente disponer de una defición más precisa del mismo. Una posible definición consiste en tomar como espesor δ de la capa lı́mite aquella distancia de la pared para la cual el perfil de velocidades u(x) alcanza el 99 % de la velocidad ue (x) de la corriente exterior: u(x, y = δ(x)) = 0.99ue (x). (27) Esta definición no deja de ser un tanto arbitraria, puesto que el porcentaje elegido podrı́a ser también cualquier otro, por ejemplo el 95 %, el 98 % o el 99.99 %. Por ese motivo conviene buscar una definición con un trasfondo más fı́sico. La definición más conocida y 8 y = Y + δ∗ y=H y=Y ue (x) U x Figura 3: Esquema de la evolución de una lı́nea de corriente en ausencia (lı́nea a trazos) y presencia (lı́nea continua) de la capa lı́mite (lı́nea a puntos). útil de las existentes es la del llamado espesor de desplazamiento δ ∗ que tiene la siguiente expresión: Z ∞ u ∗ δ = 1− dy. (28) ue 0 El espesor de desplazamiento mide el desplazamiento que sufre una lı́nea de corriente próxima al cuerpo, pero fuera de la capa lı́mite, debido a la presencia de la capa lı́mite. Para comprobarlo basta considerar la evolución con x de una lı́nea de corriente que inicialmente (en x = 0) pase a una distancia H de la superficie, con δ H L. En ausencia de capa lı́mite (para un fluido estrictamente ideal), la velocidad entre esta lı́nea de corriente y la superficie del cuerpo será ue (x), y la evolución con x de la lı́nea de corriente serı́a la indicada por la curva a trazos en la Figura 3. Cuando la viscosidad del fluido no es nula, la presencia de la capa lı́mite modifica esta velocidad y con ello la posición de la lı́nea de corriente, que pasa a ser la curva continua de la figura. Como el flujo que pasa entre la lı́nea de corriente y la pared es el mismo en ambos casos, se tiene que Z Y Z Y +δ∗ (x) UH = ue (x) dy = u dy, (29) 0 0 donde δ ∗ (x) es el desplazamiento sufrido por la lı́nea de corriente (distancia vertical entre la curva de trazos y la continua en la figura). Como Y es muy grande en comparación con el espesor de la capa lı́mite, el último término de esta ecuación puede escribirse como Z Y +δ∗ (x) Z Y Z Y +δ∗ (x) Z Y u dy = u dy + u dy = u dy + ue (x)δ ∗ (x), (30) 0 0 Y 0 y por tanto ue (x)δ ∗ (x) = Z Y Z (ue − u) dy = 0 ∞ (ue − u) dy, (31) 0 donde la última igualdad refleja que el resultado es independiente del valor de Y porque u tiende exponencialmente a ue antes de alcanzar el lı́mite superior de la integral. Otra definición más del espesor de la capa lı́mite que es de interés en ciertas aplicaciones, es el espesor de cantidad de movimiento δ ∗∗ dado por δ ∗∗ Z = 0 ∞ u ue 9 u 1− ue dy. (32) y x ≈ U p∞ Figura 4: Esquema del flujo incompresible alrededor de una placa plana, infinitamente delgada y de longitud semiinfinita, que se encuentra a ángulo de ataque nulo en el seno de una corriente uniforme. Puede demostrarse siguiendo pasos similares a los empleados para el espesor de desplazamiento, que δ ∗ + δ ∗∗ es la cantidad que hay que desplazar la superficie del cuerpo hacia el interior del fluido para que, suponiendo que todo el fluido se mueve a la velocidad exterior ue , pase el mismo flujo de cantidad de movimiento que pasa por la capa lı́mite real. 4. Capa lı́mite sobre una placa plana Conviene, desde el punto de vista didáctico, comenzar viendo y analizando el caso más sencillo posible de capa lı́mite laminar, que resulta ser la que se forma sobre una placa plana semiinfinita de espesor nulo alineada con una corriente uniforme. La Figura 4 muestra el esquema del problema a estudiar. Al igual que se ha venido haciendo en todos los apartados anteriores, se va a suponer que la densidad y la viscosidad del fluido son constantes. Dado que la viscosidad del fluido es pequeña, sus efectos pueden despreciarse en la mayor parte del campo fluido, con lo que el flujo alrededor de la placa plana viene descrito en primera aproximación por las ecuaciones de Euler incompresibles ∇ · v = 0, ρv · ∇v = −∇p, (33) que deben ser completadas con las siguientes condiciones de contorno en el infinito y sobre la placa plana: y → ∞ : u = U, v = 0, p = p∞ , x > 0, y = 0 : v = 0. (34) Puesto que la placa plana se encuentra alineada con la corriente incidente y sobre ésta sólo se puede imponer que la velocidad normal a ella sea nula, la solución al problema es inmediata de obtener: u = U, v = 0, p = p∞ . (35) En definitiva esta solución muestra que la corriente incidente no es afectada por la presencia de la placa plana en ausencia de efectos viscosos. Este resultado concuerda bastante bien con lo que se observa en la realidad. La Figura 5 muestra el flujo alrededor de una placa plana de longitud finita y a un número de Reynolds elevado. Las lı́neas de corriente, visibles gracias a diminutas burbujas de aire, casi no se deflectan a su paso por la placa plana. Tan sólo muy cerca de la placa plana aparece una zona afectada que resulta ser muy delgada 10 Figura 5: Visualización experimental del flujo incompresible alrededor de una placa plana a ángulo de ataque nulo y a un número de Reynolds de 104 . en comparación con la longitud de la placa plana: son las capas lı́mite que se forman sobre ambas caras de la placa. El movimiento dentro de estas capas lı́mite viene descrito por las ecuaciones de capa lı́mite deducidas anteriormente. Puesto que la corriente exterior a la capa lı́mite presenta una presión constante, pe = p∞ , el término de presiones es idénticamente nulo, con lo que las ecuaciones a resolver se reducen a ∂u ∂v + = 0, ∂x ∂y ∂u ∂2u ∂u +v = ν 2, u ∂x ∂y ∂y (36) (37) con las siguientes condiciones de contorno sobre la placa plana y lejos de ella: x = 0 : u = U, x > 0, y = 0 : u = v = 0, (38) y → ∞ : u = U. Análogamente, si se prefiere utilizar la función de corriente ψ(x, y) como incógnita del problema, la ecuación diferencial correspondiente también se simplifica en el caso particular del flujo alrededor de una placa plana, quedando finalmente de la manera siguiente: ∂ψ ∂ 2 ψ ∂ψ ∂ 2 ψ ∂3ψ − = ν , ∂y ∂x∂y ∂x ∂y 2 ∂y 3 (39) que deberá resolverse conjuntamente con las siguientes condiciones de contorno: x = 0 : ψy = U, x > 0, y = 0 : ψ = ψy = 0, (40) y → ∞ : ψy = U. 4.1. Solución de Blasius El problema planteado en el apartado anterior no admite solución analı́tica y por ello debe ser resuelto de forma numérica. A pesar de ello es posible simplificar considerablemente el problema viendo que las ecuaciones de capa lı́mite a resolver admiten una solución 11 de semejanza (Blasius 1908). La naturaleza parabólica de las ecuaciones combinada con la ausencia de una dimensión espacial caracterı́stica (debida a la infinita delgadez de la placa y a su semiinfinita longitud) hacen que la posición x sobre la placa plana juegue el papel de longitud caracterı́stica del problema. La condición de que los términos convectivos y viscosos sean del mismo orden dentro de la capa lı́mite propociona el orden de magnitud del espesor δ(x) de la capa lı́mite y cómo éste evoluciona a lo largo de la placa plana: u ∂u ∂2u ∂u +v =ν 2 ∂x ∂y ∂y 2 U U vc U ∼ ∼ ν 2 x δ δ r ⇒ δ∼ νx . U (41) Es interesante ver que la capa lı́mite va creciendo a medida que avanza sobre la placa plana, y que lo hace a un ritmo proporcional a la raı́z cuadrada de x. Por tanto para cada sección x se tendrá un espesor caracterı́stico δ distinto. Análogamente, la función de corriente, que va a ser la incógnita del problema, también tendrá un valor caracterı́stico distinto en cada sección: √ (42) ψc ∼ U δ ∼ νU x. Atendiendo a estas estimaciones de los órdenes de magnitud para δ y ψ se van a buscar soluciones de semejanza al problema de la capa lı́mite sobre una placa plana de la forma r √ U η=y , ψ = 2νU xf (η). (43) 2νx donde los factores 2 se introducen por conveniencia. Sustituyendo estas expresiones para la coordenada y y la función de corriente ψ en la ecuación (39) y en las correspondientes condiciones de contorno (40) se obtiene la siguiente ecuación diferencial ordinaria, llamada ecuación de Blasius, con las correspondientes condiciones de contorno: f 000 + f f 00 = 0, f (0) = f 0 (0) = 0, f 0 (∞) = 1. (44) La solución a este problema diferencial no-lineal, que forzosamente ha de obtenerse numéricamente, resulta ser universal dado que ni en la ecuación ni en las condiciones de contorno aparece parámetro alguno. La Figura 6(a) muestra dicha solución y sus derivadas primera y segunda en función de la variable de semejanza η. Dado que las componentes de la velocidad vienen dadas en función de f (η) por las expresiones siguientes r νU 0 u = U f (η), v = ηf 0 − f , (45) 2x la Figura 6(a) muestra, entre otras cosas, el perfil de velocidades longitudinales u. Resulta conveniente comparar dicho perfil de velocidades con mediciones obtenidas experimentalmente con el fin de evaluar cómo de bien aproximan las ecuaciones de capa lı́mite la realidad y como de buena es la solución de semejanza obtenida por Blasius. La Figura 6(b) muestra dicha comparación, en la cual queda de manifiesto la validez de las ecuaciones de capa lı́mite. A partir del perfil de velocidades longitudinales u es posible calcular diversas magnitudes adicionales relacionadas con la capa lı́mite, su evolución a lo largo de la placa 12 (a) (b) Figura 6: (a) Solución de semejanza de Blasius para la capa lı́mite que se forma sobre una placa plana semiinfinita alineada con una corriente uniforme. (b) Comparación de la solución de semejanza de Blasius con medidas experimentales. 13 plana y su impacto sobre la corriente exterior. Primeramente interesa obtener el espesor de desplazamiento δ ∗ , para lo cual se sustituyen las expresiones (45) en su definición (28), obteniéndose finalmente: r Z Z ∞ u 2νx ∞ ∗ dy = 1 − f 0 dη δ (x) = 1− U U 0 r0 r 2νx νx x (46) [η − f (η)]η→∞ = 1.721 = 1.721 1/2 , = U U Rex donde por conveniencia se ha introducido el número de Reynolds basado en la distancia x de desarrollo de la capa lı́mite sobre la placa plana: Rex = Ux . ν (47) Además del espesor de desplazamiento interesa conocer el esfuerzo de fricción local que ejerce el fluido sobre la placa plana, que en este caso es el único responsable de la fuerza sobre el cuerpo. Nuevamente, sustitutiendo las expresiones (45) en la expresión para el esfuerzo de pared se obtiene: r r ρU 2 U 00 U ∂u = µU f (0) = 0.332µU = 0.332 1/2 . (48) τw = µ ∂y y=0 2νx νx Rex Una manera conveniente de expresar este esfuerzo de fricción es adimensionalizándolo con la presión dinámica de la corriente 21 ρU 2 , obteniéndose entonces el llamado coeficiente de fricción local : 0.664 τw cf = 1 2 = . (49) 1/2 Rex 2 ρU En el caso de que la placa plana sea de longitud finita L, los resultados aquı́ obtenidos siguen siendo válidos siempre que la coordenada x < L. 5. Efecto del gradiente de presiones En la sección anterior se ha estudiado el caso particular de capa lı́mite en el cual la corriente exterior no impone gradiente de presiones alguno sobre ella. Pero en general la forma del cuerpo da lugar a distribuciones de presiones exteriores pe (x) que no son constantes a lo largo de su superficie. En ese caso es necesario resolver las ecuaciones de capa lı́mite completas, tal como aparecen en (12) y (13): ∂u ∂v + = 0, ∂x ∂y ∂u ∂u 1 dpe ∂2u u +v =− +ν 2. ∂x ∂y ρ dx ∂y (50) (51) El flujo en la capa lı́mite ve el gradiente de presiones como una fuerza uniforme que, o bien acelera la corriente (gradiente de presiones favorable: dpe /dx < 0), o bien la frena (gradiente de presiones adverso: dpe /dx > 0). La Figura 7 muestra los diferentes escenarios 14 Figura 7: Efecto del gradiente de presiones sobre la evolución de la capa lı́mite. que se pueden dar. Para entender mejor esta figura conviene particularizar la ecuación de conservación de la cantidad de movimiento según x justo en la pared: ∂ 2 u 1 dpe = . (52) 2 ∂y y=0 µ dx Si el gradiente de presiones es nulo, como sucede en el caso de la placa plana estudiado en la sección anterior, entonces el perfil de velocidades presenta un punto de inflexión situado justo en la pared: Figura 7(b). Dicho punto de inflexión desaparece si el gradiente de presiones es favorable, como se muestra en la Figura 7(a). Si en cambio la capa lı́mite se 2 encuentra con gradientes de presiones adversos, entonces el signo de ∂∂yu2 debe cambiar entre la pared y el exterior de la capa lı́mite, por lo que habrá al menos un punto de inflexión en el interior del fluido. Esto hace a la capa lı́mite más susceptible de volverse inestable, porque un punto de inflexión de la velocidad dentro del fluido equivale a un extremo de la vorticidad (ω ∼ − ∂u ∂y en la aproximación de capa lı́mite) a una cierta distancia de la pared. Si el gradiente de presiones adverso actúa durante suficiente tiempo, entonces se alcanza un punto en el cual el esfuerzo de fricción en la pared se anula, tal como muestra la Figura 7(d): ∂u = 0. (53) τw = µ ∂y y=0 El punto sobre la superficie del cuerpo en el cual se alcanza esta condición recibe el nombre de punto de separación de la capa lı́mite, y es de gran relevancia para el estudio de flujos a altos números de Reynolds, como ya se ha mencionado anteriormente. Pasado el punto de separación de la capa lı́mite aparece un flujo inverso, mostrado en la Figura 7(e), que no puede ser descrito mediante las ecuaciones de capa lı́mite, puesto que éstas son parabólicas y no admiten que información viaje aguas arriba de la capa 15 πβ U Figura 8: Flujo potencial alrededor de una cuña de ángulo πβ. lı́mite. Por tanto las ecuaciones de capa lı́mite describen correctamente la evolución de la capa lı́mite hasta que ésta llega al punto de separación, a partir del cual dejan de ser válidas. El estudio de la singularidad de la solución de las ecuaciones (50) y (51) en el punto de separación se debe a Goldstein (1948). Un estudio más reciente de la capa lı́mite en torno al punto de separación, incluyendo el comienzo de la región de flujo inverso, ha sido llevado a cabo por Smith (1977) usando la teorı́a de la capa lı́mite interactiva mencionada anteriormente. 5.1. Soluciones de Falkner-Skan Para determinadas distribuciones de velocidades de deslizamiento ue (x), y por tanto de presiones exteriores pe (x), es posible seguir encontrando soluciones de semejanza de las ecuaciones de capa lı́mite. Estas soluciones, descubiertas por Falkner y Skan en 1931, y posteriormente calculadas numéricamente por Hartree en 1937, representan, entre otras, las capas lı́mite que se forman sobre cuñas tales como la representada en la Figura 8. El flujo potencial alrededor de una cuña de ángulo πβ da lugar a una distribución de velocidades de deslizamiento ue (x) a lo largo de la pared de la forma ue (x) = Axm , (54) donde el exponente m y el ángulo πβ de la cuña están relacionados entre sı́ a través de la expresión siguiente: 2m . (55) β= m+1 Mediante el análisis dimensional es posible ver que el problema de la capa lı́mite sobre una cuña admite una solución de semejanza en términos de las variables r r m + 1 ue (x) 2 η=y , ψ= νxue (x)f (η). (56) 2 νx m+1 Sustituyendo estas variables en la ecuación (18) para la función de corriente se obtiene el siguiente problema para la función f (η): f 000 + f f 00 + β(1 − f 02 ) = 0, f (0) = f 0 (0) = 0, f 0 (∞) = 1. (57) Este problema es muy similar al obtenido por Blasius para el caso de la capa lı́mite sobre una placa plana, y de hecho se reduce a él en el caso particular de β = 0. Al igual que sucede con la ecuación de Blasius, la solución a la ecuación (57) ha de obtenerse numéricamente, 16 Figura 9: Soluciones de semejanza de Falkner-Skan para la capa lı́mite que se forma sobre una cuña de ángulo πβ para diferentes valores del parámetro β. aunque en este caso habrá que calcular toda una familia de soluciones en función del parámetro β. La Figura 9 recoge varias de dichas soluciones para diferentes valores de β. Tal como se anticipaba en la discusión general del efecto del gradiente de presiones sobre el comportamiento de la capa lı́mite, valores positivos de β, que se corresponden con gradientes de presión favorables, hacen que la capa lı́mite se vuelva más delgada y dan lugar a perfiles de velocidades carentes de punto de inflexión. En cambio, valores negativos de β, que se corresponden con gradientes de presión adversos, hacen que el perfil de velocidades longitudinales u presente un punto de inflexión, lo cual hace a la capa lı́mite más susceptible a volverse inestable, como ya se ha comentado en la sección anterior. Finalmente, para el valor especial de β = −0.199 el esfuerzo de fricción es nulo en cualquier punto de la pared. 6. Efecto de la succión/soplado Se ha visto en las secciones anteriores que cuando el gradiente de presiones es adverso, la capa lı́mite se puede separar de la superficie del cuerpo, alterando significantivamente la solución exterior y con ello la distribución de presiones sobre el cuerpo. Una manera muy eficaz de evitar, o al menos retrasar, el fenómeno de separación de la capa lı́mite consiste en succionar a través de la pared la parte de la capa lı́mite más próxima a ella, en la cual las velocidades son bajas y por tanto es más sensible a los gradiente de presión adversos. La Figura 10 muestra una foto experimental tomada por Ludwig Prandtl en 1904 del efecto que tiene la succión sobre el flujo alrededor de un cilindro. En la parte inferior del cilindro, donde no se aplica succión alguna, se observa que la capa lı́mite se separa poco después de pasar por el punto extremo del cilindro, dando lugar a una elevada resistencia de forma. En cambio la capa lı́mite sobre la parte superior del cilindro permanece adherida hasta bien pasado el punto extremo gracias a la succión que se realiza a través de una delgada rendija visible en la foto experimental. Este resultado tan espectacular hizo que ya durante la Segunda Guerra Mundial se investigara la posibilidad de emplear la succión con el fin de controlar la separación de la capa lı́mite en las alas de los aviones militares. Por ejemplo, la Figura 11 muestra experi17 Figura 10: Foto experimental del flujo alrededor de un cilindro circular con succión de la capa lı́mite a través de una delgada rendija situada en la parte superior del cilindro. (a) (b) Figura 11: Efecto de la succión en el desprendimiento de la capa lı́mite sobre el ala de un avión en configuración de aterrizaje (con los dispositivos hipersustentadores desplegados). (a) La capa lı́mite se deprende masivamente justo delante del flap. (b) La capa lı́mite permanece adherida al ala gracias a la succión realizada justo antes del dispositivo hipersustentador. mentos realizados en vuelo por los ingenieros alemanes en el año 1940. Mediante el pegado de hilos o cintas a la superficie del ala puede visualizarse el estado adherido/separado de la capa lı́mite. En ausencia de succión la Figura 11(a) muestra cómo la capa lı́mite se desprende del ala al no ser capaz de seguir a los dispositivos hipersustentadores que se encuentran desplegados. Por otro lado la succión justo antes de dichos dispositivos hace que la capa lı́mite no se desprenda, tal como se ve en la Figura 11(b). En general el estudio del efecto que tiene la succión o el soplado sobre la evolución de la capa lı́mite requiere resolver numéricamente las ecuaciones (12) y (13) con las siguientes condiciones de contorno: y = 0 : u = 0, v = vw (x), x = 0 : u = u0 (y), (58) y → ∞ : u = ue (x), en las cuales la condición de impermeabilidad de la pared ha sido sustituida por una distribución de soplado vw (x) (succión si vw (x) < 0). La influencia del soplado o la succión se manifiesta pues a través de la condición de contorno en y = 0. Para distribuciones generales de succión/soplado será necesario resolver el sistema de ecuaciones en derivadas parciales correspondiente, pero si se considera el caso particular de una placa plana a ángulo de ataque nulo con una distribución de succión/soplado vw (x) 18 de la forma ∗ vw (x) = vw U 1/2 , (59) Rex ∗ es una constante arbitraria, entonces es posible volver a encontrar soluciones en la cual vw de semejanza de las ecuaciones de la capa lı́mite, y por tanto reducir el problema a una ecuación diferencial ordinaria, cuya resolución numérica resulta ser mucho más sencilla que la del problema general. Empleando las mismas variables de semejanza que para la solución de Blasius de la sección 4, r √ U , ψ = 2νU xf (η) (60) η=y 2νx se obtiene el siguiente problema diferencial, que salvo por el cambio de una de las condiciones de contorno sobre la placa, es idéntico al planteado por Blasius: f 000 + f f 00 = 0, √ ∗ f (0) = − 2vw , f 0 (0) = 0, f 0 (∞) = 1. ∗ ha de calcularse Nuevamente la familia de soluciones función del parámetro libre vw numéricamente. La Figura 12 muestra varias soluciones obtenidas para diferentes valo∗ . Para valores negativos de v ∗ , que corresponden a succión, se puede ver que la res de vw w capa lı́mite se vuelve más delgada. Aparte de hacer que ésta se vuelva más robusta frente al fenómeno de separación, el estrechamiento también tiene el efecto, a veces no deseado, de aumentar los esfuerzos de fricción en la pared, dado que el gradiente de velocidad ∂u ∗ , que (τw = µ ∂y ) será mayor. En el extremo opuesto, para valores positivos de vw y=0 corresponden a soplado, se puede ver en la Figura 12 que la capa lı́mite se vuelve más gruesa y aparece un punto de inflexión en el perfil de velocidades longitudinales u, lo cual hace que la capa lı́mite laminar sea menos robusta frente a la transición a la turbulencia. Por otro lado, al reducirse los gradientes de velocidades, los esfuerzos de fricción en la pared disminuyen. Si se sopla lo suficientemente fuerte, es incluso posible llegar a anular el valor de τw , lo que provoca la separación de la capa lı́mite. Esto sucede para el valor ∗ = 0.619. crı́tico vw 19 Figura 12: Soluciones de semejanza de las ecuaciones que describen la capa lı́mite que se forma sobre una placa plana a través de la cual se aplica una succión/soplado de la forma vw (x) = ∗ vw (U/Rex1/2 ). 20