“Dios va a castigar al mundo”: La entrevista de Sor Lucía con el

Anuncio
“Dios va a castigar al mundo”
La entrevista de Sor Lucía con el Padre Fuentes
por Padre Nicholas Gruner, S.T.L., S.T.D. (Cand.)
Tal vez no sepan que la entrevista con el Padre Fuentes fue, posiblemente, la
última entrevista sin restricciones de Sor Lucía. Si hizo hace más de 50 años, el 26 de
diciembre de 1957. Tal vez Ustedes se pregunten: pero Sor Lucía falleció en 2005;
¿cómo es que ésta puede ser su última entrevista sin restricciones?
Simplemente porque, a partir de 1960, Sor Lucía no estaba autorizada a hablar
sin permiso especial del Papa o del jefe del Santo Oficio (el Cardenal que estaba a la
frente de que después vino a llamarse la Congregación para la Doctrina de la Fe). Por lo
tanto, ni el Obispo de Fátima ni el Obispo de Coimbra podrían autorizarla a hablar. Ella
no podría recibir ninguna persona nueva sin permiso especial, a excepción de parientes
próximos o de quien ya la conocía antes de 1955.
Hasta era difícil para los que la conocían antes de 1955. Por ejemplo, el Padre
Aparicio, un Jesuita que fue su confesor en las décadas de 1930 y 1940, que había
dejado España y fue a Brasil, si no me equivoco, en misión. El Padre Aparicio volvió en
1960 para ver Sor Lucía, pero no fue autorizado. Estuvo varias veces a la espera de una
autorización, pero ella no podría hablar con él sin ser autorizada.
Yo mismo recibí una invitación para hablar con ella en 1992. Como sólo los
Cardenales podrían ver Sor Lucía sin um permiso especial, el Cardenal Padiyara, de
India, tomó medidas para que yo pudiese hablar con él y con ella al mismo tiempo.
Pero la entrevista fue cancelada ese día. Nos dijeron que ella estaba enferma, a
pesar de que ella recibió el Presidente de las Filipinas media hora después.
Por lo tanto, en retrospectiva, esta entrevista es profética. Cuando yo comencé
(antes que hubiésemos traducido las obras de Frère Michel), hicimos una conferencia en
Roma, en el Vaticano, el día de la abertura del Sínodo Extraordinario, el 24 de
noviembre de 1985. Estuvo presente en esta conferencia, además de varios sacerdotes,
el Arzobispo Patriarca de Jerusalén, el Patriarca Latino.
El Patriarca me aconsejó que continuase promoviendo el Mensaje y hablase
públicamente de la Consagración de Rusia, y él utilizaría sus contactos privados. Hasta
ahora, ni él ni yo lo hemos conseguido, pero por lo menos continuamos a hablar en esto.
Entonces en esta entrevista con Sor Lucía, ella dijo cosas extraordinarias. Y
cuando leemos la entrevista y meditamos en ella, tenemos mucho sobre que podemos
reflexionar. Voy a intentar darles una idea.
Aquí debo mencionar además, que esta entrevista fue atacada desde el principio.
Sugirieron que el Padre Fuentes, que la hizo, la había inventado. Pero la verdad es que
el Padre Fuentes, antes de publicarla, tuvo permiso, tuvo el Imprimatur del Obispo de
Fátima, y también de varias autoridades eclesiásticas.
1
http://www.fatima.org/span/peaceconf/brazil_2007/transcripts/fr_5.pdf
A pesar de esto, la Diócesis de Coimbra emitió un comunicado anónimo en
1961. Hasta hoy, nadie asumió la responsabilidad de este comunicado anónimo. Pero a
causa de este comunicado, comenzaron a decir que el Padre Fuentes había inventado
todo. Hasta el Padre Joaquín María Alonso, que fue el gran archivero de Fátima y tenía
credenciales de teología, que pasó los últimos 16 años de su vida documentando las
apariciones a pedido del Obispo de Fátima, al principio, creó en el comunicado de la
Diócesis de Coimbra.
Pero finalmente, en 1975, dijo que lo que el Padre Fuentes había dicho era
auténtico; en verdad, todo lo que constaba en la entrevista estaba de acuerdo con lo que
Sor Lucía había dicho públicamente en otras ocasiones.
Me preguntaron ayer sobre la naturaleza de la documentación de Fátima, y hasta
sobre el proceso de propagar esa información. Cabe señalar que el Padre Alonso fue
nombrado por el Obispo de Leiria (Mons. João Venâncio, el segundo Obispo), para
documentar Fátima, de modo a protegerla contra los ataques modernistas.
Tenía 24 volúmenes preparados y también fue censurado en 1976. El Padre
Alonso, que fue un sacerdote claretiano (creo que tenemos algunos sacerdotes
claretianos entre nosotros hoy; por lo menos estaban presentes en el inicio de la
semana), había escrito 24 volúmenes con 5.793 documentos inéditos sobre Fátima. Pero
hasta ahora, o sea, unos 32 años después, eses 24 volúmenes sobre Fátima todavía están
por publicar. Estaban ya en la tipografía cuando fueron cancelados.
Y aunque nos dicen – por lo menos es lo que el Cardenal Bertone nos ha dicho –
que ya se reveló todo el Secreto, ¿por qué es que estos 24 volúmenes de documentos
sobre Fátima aún están por publicar?
En la década de 1990, los dos primeros volúmenes fueron publicados
parcialmente. Cada volumen tiene cerca de 800 páginas, pero estos dos volúmenes son
apenas la mitad de este tamaño. Y esto fue todo. No publicaron más que estos dos
primeros volúmenes truncados.
Y por eso, Ustedes pueden tener una idea de la fuertísima oposición de que
Fátima ha sido sujetada. ¡Pero no me culpen por esta oposición; no fui yo quien ordenó
al Padre Alonso que escribiese eses libros!
Tuve un breve encuentro con el Padre Alonso en 1981, pocos meses antes de su
muerte. Los libros del Frère Michel, sus 3 volúmenes, se basan mucho en los breves
opúsculos publicados del Padre Alonso, pero hay mucho más material que no fue
publicado. Fue silenciado.
Así, no nos sorprende que Sor Lucía misma hubiese sido silenciada desde 1960.
Y, como se observa, silenciada desde que se dio esta entrevista.
¿Qué dijo ella en aquel entonces? El Padre Fuentes comenzó así su relato.
“Quiero contaros únicamente la última conversación…” ¿A propósito, quién era el
Padre Fuentes? Era vice-postulador de las causas de beatificación de Jacinta y Francisco
(el postulador normalmente está en Roma). Era el postulador en el terreno por decirlo
así. Era sacerdote en la Diócesis de Veracruz, en México, cuando fue nombrado. Y todo
2
http://www.fatima.org/span/peaceconf/brazil_2007/transcripts/fr_5.pdf
lo que hizo ciertamente fue apoyado por su Arzobispo, tanto como, creo, por el
Cardenal Primado de México.
Y todo para nada. ¡Todo a causa de una nota anónima! Y destaco ‘anónima’
porque las sociedades secretas, como la Masonería, por ejemplo, dan órdenes pero nadie
de la cadena de comando sabe quien dio la orden. Porque en una sociedad secreta una
persona no asume la responsabilidad por sus actos de autoridad. Por lo contrario, en una
sociedad abierta, en una sociedad fundada en la ley natural o siguiendo la ley natural,
tanto en la Iglesia como en el Estado, la autoridad que da una orden debe estar dispuesta
a dar su nombre, a asumir la responsabilidad por la orden dada.
Por lo tanto, la implicación de aquella nota anónima, que fue a causar el
despedimiento del Padre Fuentes, tiene un defecto fundamental, para no decir más.
Fue así que el Padre Fuentes comenzó su informe:
Quiero contaros únicamente la última conversación que tuve con
ella, que fue el 26 de diciembre del año pasado: La encontré en su
convento muy triste, pálida y demacrada; y me dijo:
“Padre, la Santísima Virgen está muy triste, porque nadie hace
caso a su Mensaje, ni los buenos ni los malos. Los buenos, porque
prosiguen su camino de bondad; pero sin hacer caso a este mensaje. Los
malos, porque no viendo el castigo de Dios actualmente sobre ellos, a
causa de sus pecados, prosiguen también su camino de maldad, sin hacer
caso a este Mensaje. Pero, créame, Padre, Dios va a castigar al mundo, y
lo va a castigar de una manera tremenda. El castigo del cielo es
inminente”.
Detengámonos aquí por un momento y situémonos en 1957. Doce años antes
hubo la 2ª Guerra Mundial y 50 millones de muertos. Desde 1957 hasta el presente, sin
considerar, por un momento, la guerra contra los niños por nacer, que ya hizo unos 600
millones de muertos, hay guerras terribles y grandes matanzas; aunque, según se cuenta
en los libros de historia, no ha sucedido a la humanidad nada comparable desde 1957
que fuese tan destruidor como la 2ª Guerra Mundial.
¿Y cuál es este castigo del Cielo, que estaba inminente? Bueno, estamos
viviéndolo. Examinemos algunos hechos. La diferencia es que no es tan dramático en
los ojos del mundo, y por eso no llega a las primeras páginas de la mayoría de los
periódicos. En 1960, por ejemplo, había 455.000 sacerdotes católicos; en 1975 había
405.000 sacerdotes católicos; y hoy en el año 2007, según las estadísticas del Annuario
del Vaticano, hay cerca de 406.000 sacerdotes católicos.
La población católica en 1960 era aproximadamente 700.000.000. Estos son
números oficiales, que Ustedes pueden investigar y consultar, si así lo desean. Puedo
estar un poco inexacto, pero en líneas generales estoy dando una idea correcta. Hoy hay
más que mil millones de católicos. Por lo tanto, la población católica aumentó en casi
50%, aunque el número de sacerdotes católicos disminuyó en 11%.
3
http://www.fatima.org/span/peaceconf/brazil_2007/transcripts/fr_5.pdf
Y si vimos las estadísticas sobre la edad media de los sacerdotes católicos de
hoy, por lo menos en mi parte del mundo o en Europa, está aumentando. No voy a hacer
un estudio aquí; deben conocer los números mejor que yo, pero las proyecciones a nivel
mundial indican que, si esta tendencia continúa, habrá luego mucho menos sacerdotes
católicos, porque estamos envejeciendo y algunos de nosotros se aproximan del fin de
vida, por un proceso natural.
La crisis en la Iglesia no se nota sólo en el sacerdocio. Por ejemplo, en
Norteamérica, en 1960, se calculaba que cerca de 70% o 75% de los católicos fueron a
Misa todos los domingos. Hoy, el porcentaje es de cerca de 25%. Por lo tanto,
comparado con lo que se pasaba en 1960, la frecuencia de la Misa dominical bajó en
dos tercios.
Veamos aún otros números: de 1978 a 2004, el número de sacerdotes en el
mundo disminuyó en 3,5%; el número de religiosos en 27%; y el número de religiosas
en 22%. Estos números están en contraste con el aumento de la población católica. No
sé si hubo alguna ordenación sacerdotal en Irlanda en el año pasado; y países como
Irlanda, los Estados Unidos o Canadá ya no consiguen reaprovisionar los sacerdotes que
dejan de ejercer. Están importándolos de otras partes del mundo, incluyendo India,
aunque creo que también aquí haya gran necesidad de sacerdotes.
¿Entonces cuál es este gran castigo que Lucía dice que era inminente? Debemos
consultar a San Juan Eudes para explicarlo. San Juan Eudes cita a Jeremías (3:14-15) en
que Dios dice “Convertíos a mí, ¡oh hijos rebeldes”! …Y os daré pastores según mi
corazón”. Es un pasaje famoso, y ciertamente lo conocen.
San Juan Eudes, a propósito, era un santo que no sólo promovió la devoción al
Inmaculado Corazón de María y al Sagrado Corazón de Jesús – fue el primer santo a
hacerlo – como también fue un gran educador de seminaristas y de sacerdotes. Y él
comentó que, si Su pueblo no volviese a Dios, entonces Dios castigaría Su pueblo,
enviándole malos sacerdotes, que serían sacerdotes más en nombre que en realidad, que
se asemejarían a lobos devoradores. Esto, dice San Juan Eudes, es lo peor de los
castigos que Dios nos puede enviar: lobos voraces como pastores de almas. Y parece
que esto es lo esencial del castigo inminente a que Lucía se refirió.
Volvemos a lo que escribió el Padre Fuentes. Lucía continua:
“Padre, el demonio está librando una batalla decisiva con la
Virgen; y como sabe qué es lo que más ofende a Dios y lo que, en menos
tiempo, le hará ganar mayor número de almas, está tratando de ganar a las
almas consagradas a Dios, ya que de esta manera también deja el campo
de las almas desamparado, y más fácilmente se apodera de ellas”.
Aquí Lucía esboza el plan del demonio. Es, antes de más, atacar las almas
consagradas. Y al conseguir que abandonen sus vocaciones, o llevándolos a subvertir
sus vocaciones, el demonio conseguirá llevar muchas almas al infierno.
Y Lucía continuó así:
4
http://www.fatima.org/span/peaceconf/brazil_2007/transcripts/fr_5.pdf
“Lo que aflige el Inmaculado Corazón de María y el Sagrado
Corazón de Jesús es la caída de las almas de los Religiosos y de los
Sacerdotes. El demonio sabe que los religiosos y los sacerdotes que caen
de su bella vocación arrastran numerosas almas al infierno. El demonio
quiere tomar posesión de las almas consagradas. Intenta corromperlas
para adormecer las almas de los laicos y llevarlas de este modo a la
impenitencia final.
“Utiliza todos los trucos, llegando al punto de sugerir un atraso en
la entrada de la vida religiosa. Lo que resulta de esto es la esterilidad de la
vida interior, y entre los laicos una frialdad (falta de entusiasmo) cuanto a
la renuncia de los placeres y dedicación total a Dios”.
Fíjense que ella dijo esto en 1957, y, como ya mencioné, entre 1965 y 1970
cincuenta mil sacerdotes dejaron su ministerio. Es, sin duda, una crisis como nunca se
había visto en la historia de la Iglesia.
¿Entonces qué nos dio ella como soluciones? En primer lugar, nos dijo:
“Padre, no esperemos que venga de Roma una llamada a la
penitencia, de parte del Santo Padre, para todo el mundo; ni esperemos
tampoco que venga de parte de los señores Obispos para cada una de sus
diócesis; ni siquiera tampoco de parte de las Congregaciones Religiosas.
No; ya Nuestro Señor usó muchas veces estos medios, y el mundo no le
ha hecho caso. Por eso, ahora, que cada uno de nosotros comience por sí
mismo su reforma espiritual; que tiene que salvar no sólo su alma, sino
salvar a todas las almas que Dios ha puesto en su camino ...
“El demonio hace todo lo que está en su poder para distraernos y
retirarnos el amor a la oración; seremos todos salvados o seremos todos
condenados.
“Padre, la Santísima Virgen no me dijo que nos encontramos en
los últimos tiempos del mundo, pero me lo dio a demostrar por tres
motivos:
“El primero, porque me dijo que el demonio está librando una
batalla decisiva con la Virgen, y una batalla decisiva es una batalla final,
en donde se va a saber de qué partido es la victoria, de qué partido es la
derrota. Así que ahora, o somos de Dios, o somos del demonio; no hay
término medio.
“Lo segundo, porque me dijo, tanto a mis primos como a mí, que
dos eran los últimos remedios que Dios daba al mundo; el Santo Rosario
y la devoción al Inmaculado Corazón de María; y, al ser los últimos
remedios, quiere decir que son los últimos, que ya no va a haber otros.
“Y tercero, porque siempre en los planes de la Divina Providencia,
cuando Dios va a castigar al mundo, agota antes todos los demás medios;
y cuando ha visto que el mundo no le ha hecho caso a ninguno de ellos,
5
http://www.fatima.org/span/peaceconf/brazil_2007/transcripts/fr_5.pdf
entonces, como si dijéramos a nuestro modo imperfecto de hablar, nos
presenta con cierto ‘temor’ el último medio de salvación, su Santísima
Madre.
“Porque si despreciamos y rechazamos este último medio, ya no
tendremos perdón del cielo; porque hemos cometido un pecado, que en el
Evangelio suele llamarse pecado contra el Espíritu Santo; que consiste en
rechazar abiertamente, con todo conocimiento y voluntad, la salvación
que se presenta en las manos;
“Y también porque Nuestro Señor es muy buen hijo; y no permite
que ofendamos y despreciemos a su Santísima Madre, teniendo como
testimonio patente la historia de varios siglos de la Iglesia que con
ejemplos terribles nos indica cómo Nuestro Señor siempre ha salido en
defensa del honor de su Santísima Madre.
“Dos son los medios para salvar al mundo, me decía Sor Lucía de
Jesús: la oración y el sacrificio”.
A respecto del Santo Rosario, Sor Lucía dijo: “Mire, Padre, la
Santísima Virgen, en estos últimos tiempos en que estamos viviendo, ha
dado una nueva eficacia al rezo del Santo Rosario. De tal manera que
ahora no hay problema, por más difícil que sea, sea temporal o sobre todo
espiritual, que se refiera a la vida personal de cada uno de nosotros; o a la
vida de nuestras familias sean familias del mundo o Comunidades
Religiosas; o la vida de los pueblos y naciones.
“No hay problema, repito, por más difícil que sea, que no
podamos resolver ahora con el rezo del Santo Rosario. Con el Santo
Rosario nos salvaremos, nos santificaremos, consolaremos a Nuestro
Señor y obtendremos la salvación de muchas almas.
“Y luego, la devoción al Corazón Inmaculado de María, nuestra
Santísima Madre, poniéndonosla como sede de la clemencia, de la bondad
y el perdón; y como puerta segura para entrar al cielo.
“Dígales también, Padre, que mis primos Francisco y Jacinta se
sacrificaron porque vieron siempre a la Santísima Virgen muy triste en
todas sus apariciones. Nunca se sonrió con nosotros, y esa tristeza y
angustia que notábamos en la Santísima Virgen, a causa de las ofensas a
Dios y de los castigos que amenazaban a los pecadores, nos llegaban al
alma; y no sabíamos qué idear para encontrar en nuestra imaginación
infantil medios para hacer oración y sacrificio .
“Lo segundo que santificó a los niños fue la visión del infierno”.
Una vez Francisco estaba conversando con un peregrino en la presencia de
Lucía, y el peregrino preguntó: ¿“Nuestra Señora les pidió que rezasen por los
pecadores”? Y Lucía le dio una respuesta muy sorprendente. Ella dijo, “no”. Y
Francisco, una vez que estuvieron solos, intentó corregirla diciendo, “pero en verdad
6
http://www.fatima.org/span/peaceconf/brazil_2007/transcripts/fr_5.pdf
Ella nos pidió rezar por los pecadores”. Lucía respondió, “No, nos pidió que rezásemos
y nos sacrificásemos por los pecadores”. Nuestra Señora dijo a los pastorcitos el 19 de
agosto: “Van muchas almas al infierno por no tener quien se sacrifique y pide por ellas”.
¡Muchas almas!
Se puede preguntar: ¿cómo es que el alma de una persona puede ir al infierno,
sólo porque yo no rezo por ella? ¿Porque yo no me sacrifico por ella? Y la respuesta
ciertamente es que esa persona va al infierno a causa de sus propios pecados. Pero para
obtener la gracia de arrepentimiento, la gracia de conversión y la gracia de una buena
confesión, es necesario ganarla. Claro que la gracia principal fue obtenida por Nuestro
Señor, pero, como San Pablo dijo, “yo compenso en mí por lo que falta a los
sufrimientos de Cristo”.
Como dijo el Papa Pio XII, en Mistici Corporis (Sobre el Cuerpo Místico de
Cristo), su encíclica de 1943, “Es un gran misterio, pero verdadero, que el número de
almas salvadas depende de la manera como los católicos cooperan con la gracia de
Dios”. Nuestra Señora dijo la misma cosa: “Van muchas almas al infierno, por no tener
quien se sacrifique y pida por ellas”.
Y por lo tanto cuando Nuestra Señora les dijo esto, poco después los pastorcitos
encontraron una cuerda áspera y gruesa; la cortaron en tres partes y la ataron alrededor
de su cintura. Cuando Jacinta la ató a la cintura, lloró. Y Lucía le dijo: ¡“Si te hace tanto
dolor, no la uses”! Y Jacinta respondió: ¡“No! Quiero ofrecer este sacrificio por los
pecadores”. Cuando Nuestra Señora apareció el 13 de septiembre, dijo a los pastorcitos:
“Dios está contento con vuestros sacrificios. No quiere que duerman con la cuerda a la
cintura, antes sólo que la usen durante el día”. Porque hasta entonces, los pastorcitos
estaban usándola aun acostados de noche. Pero como no podrían dormir así, Nuestra
Señora les dijo no hacer esa penitencia durante la noche. Pero continuaron a usarla
durante el día. Y, como Lucía nos cuenta, esto santificó a Jacinta y a Francisco.
Pero Lucía nos habla de su misión. Algunas personas se preguntan por qué es
que ella no avisó al mundo a respecto de las guerras:
“Padre, no es mi misión indicarle al mundo los castigos materiales
que ciertamente vendrán sobre la tierra si el mundo antes no hace oración
y penitencia. No. Mi misión es indicarles a todos el inminente peligro en
que estamos de perder para siempre nuestra alma si seguimos aferrados al
pecado”.
También habló sobre Rusia en esta entrevista:
“Dígales, Padre, que la Santísima Virgen, repetidas veces, tanto a
mis primos Francisco y Jacinta, como a mí, nos dijo; Que muchas
naciones de la tierra desaparecerán sobre la faz de la misma, que Rusia
sería el instrumento del castigo del Cielo para todo el mundo, si antes no
alcanzábamos la conversión de esa pobrecita Nación”.
Ahora la única manera de alcanzar la conversión de esta pobrecita nación, como
ya mencioné, es usar el medio por el cual Nuestra Señora dijo que Dios prometió salvar
7
http://www.fatima.org/span/peaceconf/brazil_2007/transcripts/fr_5.pdf
a Rusia. Ella afirmó: “Por este medio”, o sea, por medio de la Consagración. Nada más
dará resultado.
Veamos ahora la respuesta, no sólo al mensaje de Sor Lucía al Padre Fuentes,
sino también al Mensaje de Fátima en general. Hubo una respuesta que decía:
“Hagamos lo que se nos pide”, que es la respuesta cierta; y también “Seamos tan
generosos que podamos”, y “Contaremos esto a los otros”.
Pero analicemos, por unos momentos, algunas de las otras respuestas. Hubo un
sacerdote jesuita que fue constantemente alabado, el Padre Edouard Dhanis, que era
belga, y todos los argumentos teológicos contra Fátima, dentro de la Iglesia católica, se
reducen a los del Padre Dhanis. No hay otras objeciones; hasta el Padre Martindale, o el
Cardenal Journet, acaban por referirse a los argumentos esenciales del Padre Dhanis.
El Padre Dhanis falleció en 1978. Se esperaría que sus argumentos ya hubiesen
sido agotados hoy. Hubo una controversia dentro de la Compañía de Jesús; el Padre
Dhanis escribió en 1944 su primera objeción a Fátima de una manera, como diré,
aparentemente moderada (escribió sobre este asunto de 1944 a 1953), y fue censurado
por los Jesuitas mismos. También había un sacerdote monfortino, el Padre Jedin, que lo
censuró, pero la mejor refutación del Padre Dhanis fue hecha por los Jesuitas mismos de
la Provincia de Portugal, en especial por uno que era profesor en el Instituto Bíblico, el
Biblicum, en Roma que también es dirigido por los Jesuitas.
Pero, desafortunadamente, el Superior General de los Jesuitas en ese entonces se
inmiscuyó en el caso, y en efecto silenció los argumentos de los opositores del Padre
Dhanis. Y en la opinión de la mayoría de los teólogos, Dhanis ganó, porque aquellos
teólogos nunca tuvieron conocimiento de los argumentos contrarios, que fueron
publicados en periódicos que no tenían una grande circulación.
Pero el Frère Michel, en el primer volumen de su trilogía The Whole Truth
About Fatima, Science and the Facts, que hoy es agotado (ya es una obra muy rara,
aunque aún tenemos algunos), dedicó las últimas 150 páginas a tratar del Padre Dhanis,
y de cómo él fue refutado.
Tal vez la manera más simple de explicar el caso – necesitaría más tiempo para
darles todos los detalles – sea decirles que los confesores de Sor Lucía que también eran
Jesuitas, invitaron al Padre Dhanis a ir a Portugal para estudiar la documentación
primaria y, para hablar personalmente con Sor Lucía. El Padre Dhanis se negó a ver la
documentación; antes prefería mantener sus teorías sin verificar los hechos.
La posición del Padre Dhanis es más o menos ésta: Hubo realmente un Milagro
del Sol, y por lo tanto no podemos decir que Nuestra Señora no apareció en Fátima. Por
lo tanto, no hay nada de oponer a lo que Lucía y los pastorcitos dijeron en 1917, y él
acepta más o menos literalmente lo que fue dicho. Llamó a esto Fátima I.
Pero después continúa, diciendo que hay una Fátima II, que consiste en las
apariciones de 1925 y 1929, y así en adelante, y, también, incluye las apariciones del
Ángel en 1916 en la ‘Fátima II’. Probablemente porque estas cosas no le agradaban.
8
http://www.fatima.org/span/peaceconf/brazil_2007/transcripts/fr_5.pdf
Esto es lo que sucede con un Mensaje profético. Dios, como dije, envía un
profeta porque quiere corregir una idea errada o deformada. El profeta es necesario para
hacer una corrección. Como dice San Tomás, esto es el papel de un profeta. El profeta
debe recordar los fieles de lo que deben hacer, hoy, para salvar sus almas.
El Cielo envió a la Iglesia una amonestación, a través del Mensaje de Fátima,
porque hay ciertos preconceptos que han aparecido en la teología, o ciertas escuelas de
teología, o porque incluye personas con otros tipos de preconcepto, como los de origen
político.
Por ejemplo, hay quien que piensa que podamos salvar el mundo en el orden
natural por medio del gobierno manejando todo. Hay muchos nombres para esto, pero
hay una doctrina social católica que dice que esto no es verdad. Se llama esto, entre
otras cosas, el principio de la subsidiariedad y dice que Dios tiene muchos niveles de
autoridad en el mundo y en la Iglesia, y esa autoridad debe extenderse al nivel más bajo
posible.
Por ejemplo, en una sociedad civil el jefe de familia no depende del Presidente
del Ayuntamiento para decidir dónde va a poner la cama en su cuarto. Es un asunto que
es decidido por el jefe de la familia, sin duda después de consultar con su esposa; así
como con otros asuntos domésticos y cómo deben hacerse las cosas en su hogar. Y
básicamente llega aquí y se detiene. Los ingleses tienen una expresión: “El hombre es
rey en su casa”, o sea, es rey de su propio castillo. Así, cada nivel de autoridad tiene el
principio de subsidiariedad (que es el término usado en la teología de Pio XI).
Hay quien piensa que la idea de un Gobierno central, que trata de todo y manda
todos y les dice exactamente lo que deben hacer en todas las situaciones, es una
solución para los problemas. Sin discutir los pros y las contras de todas las teorías
sociales, la verdad es que algunas de estas teorías influencian la manera cómo los
teólogos ven las cosas restantes, incluyendo el Mensaje de Fátima. Y prefieren imponer
al Mensaje de Fátima sus prejuicios; no puede ser Rusia; Rusia no puede ser la fuente
de todos eses errores; Rusia no está esparciendo sus errores por el mundo; Rusia no
causó la 2ª Guerra Mundial; y así en adelante.
Hay un libro que nosotros no tenemos aquí, pero les recomiendo mucho. Fue
escrito por Cornelia Ferreira y se llama The New World Order (El nuevo orden
mundial). Es un libro muy pequeño, pero la mitad de él consiste en un sólo capítulo
intitulado “Rakovsky”. Rakovsky era un hombre bien peligroso; y el capítulo es la
descripción de su interrogatorio en una prisión de Estalín, donde estaba luchando por su
propia vida. Y efectivamente, describió como la 2ª Guerra Mundial fue comenzada
exclusivamente por Rusia; él les dijo cómo empezar la guerra. Es interesante, por decir
lo menos, que la entrevista hubiese sido hecha la noche del 25 a 26 de enero de 1938, al
mismo tiempo de la Gran Señal en el cielo predicha en Fátima para marcar que la 2ª
Guerra Mundial estaba lista de estallar.
Debo avisarles de una cosa, antes de leer este capítulo Ustedes van a revivir una
conversación entre dos hombres muy peligrosos. Hasta yo dejé llevarme de una cierta
manera por la lógica de tal punto que tuve que rechazarla y decir a mí mismo: ¡“Pero
esto es malo”! Pero no hay mejor manera para comprender como ellos piensan y
9
http://www.fatima.org/span/peaceconf/brazil_2007/transcripts/fr_5.pdf
actuaron: está todo allí. Esta entrevista es muy esclarecedora para comprender el modo
de pensar del enemigo.
Y así, en vez de sobreponernos nuestros preconceptos al Mensaje de Fátima e
imponer lo que Frère Michel apunta como una “solución modernista” a los problemas,
dejando intactos nuestros prejuicios; debemos abordar a Fátima por medio de la misma
interpretación – como San Agustín nos dice es el modo de interpretar la Biblia. San
Agustín nos dice que el modo para interpretar la Biblia es tomar la primera
interpretación obvia, la interpretación literal. Dice que debemos interpretar la Biblia
literalmente, a no ser que se oponga la recta razón o contraríe la fe.
Y si abordamos el Mensaje de Fátima con esa regla en mente, podemos
comprenderla. Por otro lado, si abordamos el Mensaje de Fátima con los prejuicios del
hombre moderno, sean ellos prejuicios teológicos o políticos, el Mensaje de Fátima
queda deformado. Desafortunadamente es esto lo que parece haber sucedido; en primer
lugar, definiendo Fátima como una revelación privada, en vez de una revelación pública
y profética. Esto lleva a una idea que se implanta en la cabeza: “Bueno, podemos poner
esto a un lado, porque, después de todo, no es más de que una revelación ‘privada’”.
Sin embargo no es una revelación privada. Fue autenticada por la Iglesia; fue
confirmada por un milagro público, observado por 70.000 personas; y el Mensaje es
dirigido a toda la raza humana, como el Papa Juan Pablo II dijo. Por lo tanto, el Mensaje
no es, de ningún modo, privado – es público.
Pero si quieren empezar a partir del prejuicio – “Bueno, a mi no me gusta
aquella parte del Mensaje de Fátima, y por lo tanto no voy a aceptarla” – déjenme
llamarles la atención al hecho de que, cuando vamos a este Mensaje, creo que debemos
llevarle la gracia de nuestro Rosario diario.
Si tomamos el ejemplo de los discípulos a camino de Emaús, el día de la
Resurrección, Nuestro Señor apareció a estos dos discípulos, pero ellos no Lo
reconocieron. Como dicen las Sagradas Escrituras, “sus ojos estaba como
deslumbrados” (Lucas 24:16). Y así, lo vieron, en cierto modo, de la manera que su fe
era. Su fe era incompleta.
Él les preguntó: ¿“Por qué estáis tristes? Le respondieron: ¿“No oíste hablar del
gran profeta que los sacerdotes mandaron matar? ¿Serías tu el único peregrino en
Jerusalén que no oyó hablar de esto”? Y por eso Él comenzó a hablarles de las Sagradas
Escrituras, explicándolas y cómo profetizaban que Cristo debería sufrir y morir por
nuestros pecados. Y ellos comenzaron a comprender. Tenían fe en Nuestro Señor, pero
no tenían mucha comprensión de ella, y por eso Él se la explicó. Pero sus ojos aún no
estaban bien abiertos, y aún no reconocieron a Nuestro Señor. Llegaron a Emaús, que
era su punto de destino.
Nuestro Señor fingió que quería continuar, pero ellos insistieron en que quedase,
diciéndole: “Queda con nosotros, ya está a atardecer”. Al insistir que quedase,
mostraron su amistad. Y entonces partieron el pan. Y en ese entonces en que partieron
el pan con Nuestro Señor, sus ojos se abrieron (cf. Lucas 24:13-31)
10
http://www.fatima.org/span/peaceconf/brazil_2007/transcripts/fr_5.pdf
¿Cuál era la diferencia? La diferencia fue que mostraron la caridad, que
practicaban la caridad, y al practicar lo que habían aprendido, sus ojos se abrieron. Y me
parece que lo mismo se aplica a la comprensión del Mensaje de Fátima; por eso es que
Nuestra Señora insistió que rezásemos el Rosario. Si rezamos el Rosario mientras
estudiamos el Mensaje de Fátima, nuestros ojos se abrirán más.
Yo conozco mis prejuicios y contraponiéndolos una y otra vez al Mensaje de
Fátima, empiezo a ver cosas que antes no había visto. Y así, creo que ésta es la
respuesta que debemos adoptar, en especial porque hay tanta gente queriendo
presentarnos otra solución.
La Iglesia enfrenta enemigos mortales, sean ellos los protestantes, los masones,
los comunistas, o cualesquier otros adversarios de los cientos que existen. Como San
Agustín nos dijo, sólo hay, en realidad, dos ciudades; o como decía San Ignacio, dos
estandartes: el estandarte de Cristo (San Agustín le llamaba la Ciudad de Dios) y el
estandarte del demonio (la Ciudad del Hombre, como San Agustín le llamó), como se
lee en los ejercicios espirituales de San Ignacio. Y estas dos ciudades o civilizaciones
fueron construidas con el fin de servir a Dios, o de servir los intereses personales y, en
última análisis, al demonio.
Y así se reducen toda la enemistad del mundo, como leemos en las Sagradas
Escrituras, en el 3º capítulo de Génesis: “Yo pondré enemistades entre ti y la mujer, y
entre tu raza y la descendencia suya; ella quebrantará tu cabeza, y andarás acechando a
su calcañar. (Génesis 3:15) Y como dijo el Cardenal Manning de Inglaterra en el Siglo
XIX, todos los conflictos son basados en esta única enemistad. Y así, como Lucía dijo,
tenemos que elegir uno de los dos lados, sea él – o por el demonio, o por Dios. No hay
término medio.
Y una de las maneras de distinguir del cuál lado una persona está, estamos
contados en las Sagradas Escrituras y en el 4º Misterio Gozoso cuando Simeón dice a
Nuestra Señora: “una espada traspasará tu alma; a fin de que sean descubiertos los
pensamientos en los corazones de muchos”. (Lucas 2:35). Mucha gente dice que ama a
Dios, que ama a Nuestro Señor, pero no ama a Nuestra Señora. Y ésta es una manera de
determinar si una persona es, o no, por Dios. El alma de Nuestra Señora fue traspasada
y Ella sufre porque las personas no La aman. Ellos La niegan y rechazan Su Mensaje. Y
esto revela los pensamientos ocultos de muchos.
Esto no es para juzgar nadie, pero debemos ser inocentes como las palomas y
sabios como las serpientes. Nuestro Señor nos dijo que iría a enviarnos como ovejas
entre lobos. (Mt. 10:16). Por eso, debemos mantenernos alerta. El Mensaje de Fátima es
el plan de Nuestra Señora para Su victoria, y Ella vencerá. Ella dijo “por fin Mi
Inmaculado Corazón triunfará”. Esta expresión, “por fin”, significa que habrá primero
una gran batalla.
La mayor parte de nosotros, incluyendo yo, no comprendíamos que había, en
verdad, un conflicto. Porque parte del problema fue que el conflicto estaba oculto y las
personas estaban dormidas. Por eso no tenían consciencia de que sus almas, y las de las
personas a su cargo estaban siendo atacadas.
11
http://www.fatima.org/span/peaceconf/brazil_2007/transcripts/fr_5.pdf
La primera tentativa para silenciar Fátima fue, en efecto, la detención de los
pastorcitos. Sólo les pidieron una de dos cosas; o contar el Secreto, o negar habiendo
visto Nuestra Señora. Si hubiesen contado el Secreto que ya habían declarado no estar
autorizados a revelar, se los desacreditaría como testigos, y lo mismo sucedería con la
alternativa, al decir que no habían visto Nuestra Señora. Parece muy simple, pero, en
realidad, fue una tentativa de minar la credibilidad del Mensaje. Era apenas esto, lo que
el Administrador masónico pedía.
Hay varias maneras de combatir. Claro que hay un combate físico, entre dos
lados, uno de los cuales será más fuerte. Me recuerdo de una vez que descubrí que un
hombre abiertamente estaba robando cosas de mi oficina. Tuve que llamar la Policía. Y
uno de los policías era grande, un hombre que tenía unos dos metros de altura, y dijo:
“Si esto sucede otra vez, llámenos y lo detendremos por la fuerza”. En este caso, se
usaría fuerza física contra fuerza física.
Otra manera de combatir es el uso del raciocinio falso. Y si alguien está usando
la razón erróneamente, necesitamos alguien capaz de pensar bien y expresarse bien. Es
esto lo que los abogados hacen en tribunal: denuncian el raciocinio erróneo y muestran
la razón cierta. Y si se encuentran falsos testigos, los denuncian como tales.
El combate contra Fátima ha sido en estas áreas: la intimidación física de los
pastorcitos y el empleo del raciocinio falso. Pero hay un tercer método de combatir
Fátima, que es silenciarla. Hasta 1960, por lo menos en mi parte del mundo, hablaban
de Fátima a los niños en la 2ª o 3ª clase. Y toda la gente sabía de Fátima.
El Dr. David Allen White es profesor de Literatura; fue protestante antes, pero
se convirtió. Y en 1960, a pesar de ser protestante, estaba esperando la revelación del
Tercer Secreto. Y él se recuerda de cómo quedó decepcionado, cómo las personas se
sintieron defraudadas y el Secreto perdió credibilidad a sus ojos. Y así, la tercera
manera de silenciar Fátima es, en efecto, simplemente no hablar de ella. No contar toda
la historia. No darla a conocer y no defenderla.
Y como el Padre Kramer señala, en esta feroz persecución que está viniendo
(que espero que no suceda en nuestro tiempo, pero parece que está inminente), quieren
exterminar el nombre mismo de Cristo, y por lo tanto exterminar quienquiera que cree
en Él, para que sea apagado Su nombre de las generaciones futuras.
Cuando nos quieren silenciar, la primera defensa es hablar aún más alto. Un día,
cuando Nuestro Señor estaba caminando, dos ciegos oyeron el ruido de la
muchedumbre que pasaba y preguntaron: ¿“Qué pasa? ¿Qué es ese ruido”? Y alguien
les dijo que era Jesús de Nazaret que pasaba. Y ellos comenzaron a gritar: ¡“Jesús, hijo
de David, ten compasión de nosotros”! Sin duda los presentes no querían oír los gritos
porque estaban interrumpiéndoles las conversaciones, y algunos de ellos les dijeron:
¡“Callaos”! Pero ellos gritaban aún más alto: ¡“Jesús, hijo de David, ten compasión de
nosotros”!
Continuaron intentando callarlos, pero la reacción de ellos era gritar más alto
aún, hasta que el Señor les preguntó: ¿“Qué queréis que os haga”? (Cf. Mt. 20:29-32)
12
http://www.fatima.org/span/peaceconf/brazil_2007/transcripts/fr_5.pdf
Y por eso, esto tiene que ser nuestra respuesta. Tenemos que hablar más alto,
propagar el Mensaje de Fátima, propagar la historia de Fátima.
Nuestra Señora está triste porque ni los buenos le prestan la debida atención. No
es que no quieren rezar el Rosario, pero no Le dan la atención que merece. Los buenos
continúan su camino sin dar importancia a Su Mensaje.
Creo que es una cuestión de prioridades. Hay muchas cosas que exigen nuestro
tiempo. Ciertamente tenemos deberes cotidianos y oraciones a rezar, tanto por nuestras
almas como por las de los otros. Nuestra Señora de Fátima nos insta rezar todos los días
el Rosario, y por lo tanto debemos hacerlo. Y la próxima cosa que debemos hacer es
aplicar el Mensaje a nuestras vidas.
Pero también hay muchos enfoques pastorales diferentes. Y estoy cierto de que
muchos, si no todos, son buenos. Pero deberíamos enfocarnos en Fátima como nuestra
prioridad. Como dijo el Papa León XIII, todas las gracias vienen a nosotros de Dios
Padre, pasando por la Humanidad Sagrada de Jesucristo, a través de la Santísima Virgen
María. Hasta las gracias de los Sacramentos nos vienen por las manos de la Santísima
Virgen María.
Si todas las gracias vienen a través de Ella, entonces Ella debe ser importante
tanto en nuestra vida espiritual como en las vidas espirituales de las personas que nos
han sido confiadas. Así es necesario para nosotros, al nivel práctico de cada día, darle la
debida importancia.
Pero nótense que hasta en los mayores planes para la paz seculares, en nuestros
países, en nuestras comunidades, en nuestras diócesis, y sin duda en todo el mundo, no
debemos intentar resolver estos problemas sólo por medios naturales. Ciertamente Dios
espera que usemos los medios naturales indicados, con prudencia, pero esto no basta. Si
el Señor no es el que edifica la casa, en vano se fatigan los que la fabrican. Si el Señor
no guarda la ciudad, inútilmente se desvela el que la guarda. (Salmo 126:1)
Recientemente se conmemoró aquí, en India, su Día Nacional, y yo vi en los
periódicos las fotografías de los misiles y del poder del Estado Indiano. Pero para
utilizar los términos del Salmista en las Sagradas Escrituras, a no ser que el Señor
guarde la ciudad, todas estas cosas serán inútiles. Si queremos que el Señor guarde
nuestro país, debemos ser fieles a Él. Debemos estar de Su lado. Y la manera de ser así
es, sobre todo, vivir y promover el Mensaje de Fátima siempre que podamos.
Como Lucía nos dijo: “no esperemos que venga de Roma una llamada a la
penitencia, de parte del Santo Padre, para todo el mundo; ni esperemos tampoco que
venga de parte de los señores Obispos para cada una de sus diócesis; ni siquiera
tampoco de parte de las Congregaciones Religiosas”. No debamos quedar esperando.
¿Será esto un incitamiento a la rebelión contra el Papa, contra los Obispos o
contra sus colegas religiosos? ¡De ningún modo! No estamos prohibidos de aceptar,
vivir y difundir el Mensaje de Fátima. Como dijo San Pablo, no hay leyes contra estas
cosas, tal como no hay leyes contra la caridad, la alegría, la paz, la continencia, la fe y la
castidad. No hay leyes contra estas cosas, y no hay ley o autoridad de la Iglesia que nos
13
http://www.fatima.org/span/peaceconf/brazil_2007/transcripts/fr_5.pdf
prohíbe hablar en Nuestra Señora de Fátima y en su Mensaje, porque, al final, la Iglesia
misma los aprobó.
Toda la autoridad en la Iglesia fue dada para que el Evangelio sea esparcido, y
no para que sea suprimido. Y no hay ninguna ley que nos impide suplicar a nuestra
gente por el rezo del Rosario. No hay ninguna ley que nos impide pedir a nuestra gente
que ayune. No hay ninguna ley que nos impide animarles a hacer Horas Santas.
Podemos y debemos hacer todo esto.
Y Lucía nos dijo que, en el tiempo actual, no debemos esperar hasta que alguien
nos diga a hacerlo.
Si Dios les hizo comprender el Mensaje de Fátima de Nuestra Señora hasta este
punto, usen las gracias que Ustedes tienen. “No malogres la gracia que tienes”, como
San Pablo dijo a Timoteo (1 Timoteo 4:14). Usen esas gracias para promover Su
Mensaje y para disminuir la tristeza de Nuestra Señora. Y no seamos uno de aquellos
quedando aparte, por considerar que Su Mensaje no tiene importancia. Es de la mayor
importancia. Debería ser nuestra mayor prioridad, después de los deberes de nuestro
estado de vida que nos son definidos, porque el Mensaje de Fátima no se opone a
ningún de ellos.
Voy a hablar más sobre este tema cuando voy a mencionar el Movimiento de
Sacerdotes por Fátima. Quien quiere comprender mejor aquello que he dicho sobre este
asunto, lo encontrará esbozado en ese opúsculo.
14
http://www.fatima.org/span/peaceconf/brazil_2007/transcripts/fr_5.pdf
Descargar