1.- JOSE MIGUEL GARCIA CRUZ Escucha Es el hierro que respira

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1.‐ JOSE MIGUEL GARCIA CRUZ Escucha Es el hierro que respira su latido crea tu propia vida Y sin embargo es la tierra: Ama Lur quién te nutre y te expande hace todavía que te abismes al vacío, el mismo que te acabó inundando todo. Pero es verdad, aún queda la gravedad el peso de tu obra que no cesa y las siempre fértiles figuras que liberadas de tu imaginación se levantan desde su anclaje a la realidad de los recuerdos 2.‐ ANTONIO SALAZAR Tuve el privilegio de vivir dos años en San Sebastián. No recuerdo haber pasado un solo día sin admirar ‐de cerca o de lejos‐ El Peine del Viento. Recuerdo, en cambio, términos extraños para un hombre del sur como yo: lurras, Zabalaga, Chillida Leku... Ahora vivo en Sevilla. Uno de mis lugares favoritos para pasear es El Muelle de la Sal, quizás porque alberga el 'Monumento a la Tolerancia'. Ya pueden imaginar quien fue su autor. 3.‐ ALFONSO BLANCO MARTIN Tanta vida férrea trajiste hasta la dureza que se desbordó en agua.
La música parece vivir entre tus ramas de otoño preclaro.
Se oye en su interior un análisis de luna que clarea la piedra.
Tanto vacío humano limita la forma y dona espacio al límite que lo natural impone, dulce y
rudamente.
Vienes hasta aquí como si el movimiento fuera estático, como si el camino caminara, como si la
luz no necesitara sol.
La bendición de lo que precede a lo pensado es sensación que abre el límite.
Gracia y renacimiento.
Infinito cerrado.
En el interior se encuentra todo.
4.‐ MARTA AZPARREN "El portero y el vacío". Vídeo sobre Chillida, el espacio y la portería de fútbol http://www.ob‐art.com/es/entries/242‐the‐goalkeeper‐and‐the‐void 5.‐ J. ANCIN SALINAS Mi humilde homenaje. http://www.vavel.com/es/arte/32060‐eduardo‐chillida‐el‐escultor‐de‐la‐real‐sociedad.html 6.‐ MARIA CARMEN GRATAL PEREZ 10. Urtemugarako. "Eskila zaharrak, beti doinu bera". 7.‐ DOLORES SARRATEA Kaixo, Lola Sarratea naiz, eta hona emen nire lau hitzak Chilidaren omenez. Ongi izan eta sarri
arte.
8.‐ MARIA CAMPO ¿Sosiego? ¿Te lo llevaste? ¡No, nos lo han quitado, tú eres incapaz! 9.‐ KERMAN FERNANDEZ Chillida: arte, espíritu libre, viento, aires renovadores, tolerancia, solidaridad, amistad, lealtad, humanidad, poesía tallada en movimiento, compromiso vital, compromiso social, altruismo, amor, vida, base férrea, sueño, tierra, foráneo internacional, de aquí al mundo, genuino, global, auténtico, valor humano, reconocimiento mundial, sí, de aquí al mundo, vasco, más que vasco, comunicación, transmisión, sentimiento, personal, interpersonal, del yo al todos, anticipado a su tiempo, peso, materia, palabra, narración, poesía, simbolismo, corazón, estrella, luna y sol, mar, pasión, fuego, de casa al mundo, sí, de aquí al mundo, ciencia, intuición, razón, transaccional, cuerpo, alma, espíritu, mar y cielo, rocas, grande, humilde, genio, Chillida. 10.‐ DINA RIVERA Irrepetible. Es la primera de mis cien palabras para usted, maestro Chillida. Así doy nombre a la sensación que experimenté al presenciar por primera vez el imponente escenario que ofrece su magnífico Peine del Viento. Privilegiada de haberlo visitado un día de invierno pleno, en medio de un temporal de esos que provocan la inmensa ira de las olas de Donostia, puedo afirmar que no podré reeditar aquel momento. Sí podré relatarlo, pintarlo mil veces, pero siempre será única y extraordinaria aquella primera e inesperada emoción. Eskerrik asko, zure arteagatik! Le escribe una artista argentina, feliz de tener raíces vascas. 11.‐ MONTSE GOMEZ Conocí a Eduardo Chillida mucho antes de ponerle cara y nombre porque he tenido su obra presente cuando aun no era consciente de ella y mucho antes de conocer el nombre de su dueño. Estilo inconfundible, el hierro, la forja, los juegos con el volumen, el tamaño de sus esculturas. Una obra que sin hablar te decía que pertenecía en su conjunto al mismo dueño. Una manera de trabajar que reconocías aunque fueras solo una niña. Luego creces y le pones nombre. Es la obra de Eduardo Chillida. Pero únicamente le pones nombre porque a Chillida ya le conocías. 12.‐ MIREN BILBAO Sin oportunidad de conocer a la persona, al escultor, sus obras nos descubren su figura, al artista… a la persona. Eduardo Chillida. Retrospectiva de obsesiones. Espacios mágicos, como el Peine de los Vientos; lugares únicos, inimitables, que forman parte inseparable de una única obra en un contexto único: Chillida Leku. La lucha del hombre contra el espacio, esculpiendo el vacio a través del hierro. Fusión de tierra y aire en su espacio vital –Chillida Leku‐ contemplado con deleite por el ser humano. Un privilegio. 13.‐ IRATXE VIGIL El Elogio al Horizonte de Eduardo Chillida se ha convertido en el auténtico emblema de la ciudad de Gijón, ¿qué sería de Gijón sin el Elogio al Horizonte? Indudablemente, no sería lo que es. Le faltaría identidad y personalidad. Los gijoneses estamos muy orgullosos de esta espectacular escultura del gran artista vasco que permite a lugareños y visitantes acercarse a una de las más bellas zonas de nuestra ciudad para disfrutar del arte unido al mar cantábrico y deleitarse con un espectáculo impresionante visual y sonoro. ¡Gracias Chillida!
14.‐ MIREN OJEDA Son muchos los espacios que Eduardo Chillida llenó a lo largo de su vida con sus obras, pero para mí uno es especialmente significativo: Chillida‐Leku. Me gustaría aprovechar estas líneas para mostrar mi más profunda admiración por este entorno que es, por sí mismo, todo un monumento. Más allá de las impresionantes esculturas de Chillida, el entorno, los espacios abiertos, la luz… Todo ello genera un lugar emblemático y único. Un lugar que sólo alguien con la capacidad creativa y la inteligencia de Eduardo Chillida podía crear. Un lugar que sólo un genio podía crear. Un regalo. Eskerrik asko! 15.‐ LAURENTINO GARRIDO CIEN PALABRAS PARA CHILLIDA Horcajado en el Peine de los Vientos, Despeinado… Trasmontado, día amoroso, En el Chillida Leku… Somnoleando inmensidades bajo el ala inefable del Elogio del Horizonte, cercano en lejanía… Extasiado, ronroneando suspiros ante la densísima levedad de la Sirena Varada susurrante… Paladeando palabras en libritos, estelas, gravitaciones lunáticas del Norte; pliegues visibles en los ángulos, espirales abiertas, comisuras de alma del artista (en oquedades limpias…) Madrugadas silentes, un ojo abierto, percibiendo el perfume de una idea loca, de un verbo naciente… Paseos por el Casco Viejo donostiarra… ¡la mar! ¡brava mar modeladora!: ¡¡¡Muchas gracias caminante Eduardo Chillida, maestro!!! 16.‐ PACO LORENTE Tuve la suerte de poder visitar Chillida Leku en julio del 2010, y con una entregada monitora en la visita guiada admirar la paz y tranquilidad que se trasmitía allí. Me he acordado de las palabras de Leonard Bernstein al intentar explicar a los jóvenes cual era el significado de la música: "No es necesario que sepamos nada de sostenidos o bemoles, ni de acordes para entender la música. Si ésta nos transmite algo, no una historia ni una imagen, sino un sentimiento, si nos hace cambiar interiormente, entonces la habremos entendido. De eso se trata." Del libro "El maestro invita a un concierto" por Leonard Bernstein Ya leí la noticia del cierre, y ahora la del homenaje, y mi pequeña contribución es rescatar y montar una foto de aquella visita http://www.panorama360.es/europa/euskadi/ChillidaLekuKrpano/ChillidaLeku.html espero sea de vuestro agrado. 17.‐ CORNELIA BECKER Un pesado cuerpo rectangular, acero oxidado, brazos retorciéndose en todas direcciones. Tentáculos en contorsión que deseaban apresarlo todo Gudari, dijo su padre, que significa guerrero en vasco. Philip giró en torno al guerrero, los muñones de los brazos sobresalían por detrás del cuerpo convirtiéndose en cuernos taurinos. La figura era casi el doble que él. Su padre lo elevó y lo puso sobre un brazo que sobresalía del cuerpo y que desde el centro, tras diversos giros, alzaba el vuelo en un amplio arco. Philip de la mano de su padre anduvo sobre su redondez, escaló a otro brazo y su mirada, más allá del zócalo, se fue deslizando por la fachada vítrea del museo hasta un gran edificio extraño. Se puso de pié sobre el zócalo, ahora era tan alto como los árboles que cerca surgían del suelo pétreo. Despacio extendió los brazos en alto, pero el cielo sobre los árboles aún se le quedaba lejano... Cuando al descender se encontró de nuevo en el suelo se metió entre el cuerpo y los brazos del Gudari, cabía bien justo. El acero estaba frío y sobre la redondez del brazo arqueado podía apoyar la barbilla. Ahora sentía la tensión y concentración que salían del Gudari. En ese momento él mismo se encontró listo para el combate, se volvió duro, impenetrable, como la fuerza férrea a su espalda, el mismo era ahora una parte del cuerpo de acero. Y gritó a sus enemigos: vamos, salid de vuestros escondrijos! 18.‐ JOSE Conocí a Eduardo Chillida cuando yo, un niño de seis años, participaba en un concurso
de castillos en la arena, en Ondarreta, y él, escultor de creciente éxito, actuaba como
miembro del jurado. Nunca me he considerado un artista ni nada que se le parezca, y me
impresionó la forma en que estudiaba cada detalle de mi “obra”, a la que finalmente
dieron un tercer premio, consistente en unas entradas de cine del SACE. Desde entonces
he seguido su trayectoria artística y humana con creciente admiración. Sus éxitos
artísticos y sus intervenciones en ayuda de los necesitados. Su desgarrador grito
reclamando la libertad de Aldaya me ponía los pelos de punta cada vez que, día tras día,
lo escuchaba en la radio.
Reconocido como el mejor escultor de la segunda mitad del siglo XX, valoro aún más
su actuación como hombre de bien, y su tolerancia infinita. Gracias, admirado Eduardo
19.‐ MINERVA MIQUÉLEZ Desde Ilarik hasta Elogio del Aire. Desde Abesti Gogora hasta Elogio de La Luz. Desde Música Callada, Rumor de Límites y El Peine del Viento hasta el Elogio del Agua y Elogio del Horizonte. La Casa de Goethe como Lugar de Encuentros, Monumento a La Tolerancia. Desde el Monumento a Los Fueros, Helsinki, Jaula de La Libertad, Diálogo‐ Tolerancia hasta el Homenaje a Jorge Guillén o el Homenaje a Rodríguez Sahagún. Desde Donostia, París, Sevilla, Fuerteventura, Berlín, Nueva York hasta... sus obras quedan, al tiempo que el genio dona al estudio su conceptualidad, visión existencial, volúmenes y espacios de Eterna Creatividad.
20.- J.R.VALERA
CHILLIDA LEKU El tiempo está vacío. Llueve y el viento que arrecia sacude las gotas y resbalan por el hierro oxidado. Este invierno es más gélido y mucho más largo y pesado que otros inviernos que ya emigraron. El espacio está vacío. Los campos donde yacen las obras siguen verdes, de un verde incierto que no alberga ninguna esperanza. La roña, que se desprende del metal forjado, tiñe de orín las telarañas. El vacío se adueña del espacio y clama con un mudo grito: ¡Silencio! Por favor silencio. El museo de Chillida Leku está cerrado. 21.‐ ANGEL BORDA Las 100 palabras con las que quiero expresar mi esperanza de que se vuelva a abrir para siempre CHILLIDA LEKU CHILLIDA ‐ CHILLIDOS Esparcidas por las verdes praderas sus huellas de hierro, de piedra, de perfiles serenos, CHILLIDOS irrepetibles de la naturaleza que se le entregaba virgen y él la eternizaba con el beso del martillo y la caricia de la forma CHILLIDA. Llevamos meses gritando: "No nos moverán. Su VOLUNTAD es nuestro DESTINO. Con él nos quedamos esperando al mundo entero para celebrar día a día la silenciosa y gratificante orgía del encuentro de la BELLEZA y el ASOMBRO. Nos quedamos aquí con la PRIMAVERA, insaciable despertar, el VERANO, disfrute voluptuoso, el OTOÑO, pausada retirada y el INVIERNO, arropándonos con frío abrigo." 22.‐ FRANCISCO CUADRADO PRATS Eduardo, familia y amigos: Les escribo desde mi portable sentado en un parque de la ciudad de Santiago de Chile. Acabo de saber de este merecido homenaje. Trabajo en los talleres de la Sociedad de Escultores de Chile, justamente en el Taller de Metales. Producto de este recuerdo por tu partida me he propuesto fijar la mirada en tu obra, aprender de ella y promoverla, porque no hay mejor escuela que la de un hombre de consagra su vida por el camino incierto del arte y logra, por este medio, trascender fronteras, océanos y el tiempo. Un gran abrazo. Francisco Cuadrado Prats. Escultor. Chile. 23.‐ IÑAKI OLANO ARRESE Chillida oroitzen dut 1.995.ean Gasteizko Ur‐Biltegi zaharrean erakusketa zabaltzen. Harekin pittin batean hitz egitea pribilegio hutsa zen. Ez artista unibertsala zelako, ez pertsonaia inportante batek hain modu xaloan hartu niduelako... inolako prentsa‐bulego edo harreman publiko profesionalen hesirik pasa behar gabe. Autograforik ez nion eskatu behar, ezta berarekin argazkia aterako ere. Ur‐biltegi hura bere artelanentzat oso espazio egokia zela esan zidan. Ados nengoen. Eguneroko gauzarik xumeena bezala oroitzen dut. Garrantzirik gabeko berriketaldi labur hartan ordea, bake handian, orekan, mundu honetan ezin ziur eta naturalago bizi zen gizon handi bat miresteko modua izan nuen.
24.‐ ALFONSO MUJICA Cuando llegué al Colegio Mayor Cisneros me contaron las hazañas de Eduardo Chillida y su hermano que estudiaban Arquitectura. En la azotea del Colegio había un pretil de unos cuarenta centímetros de anchura y por ahí iban en bicicleta los dos hermanos. Se tiraban tambien por el hueco de la escalera y llegaban al piso inferior agarrándose a los barrotes del piso inferior. Eduardo Chillida era capaz de ascender por la fachada del Colegio agarrándose al pequeño resalte de los ladrillos de la fachada. Así cuando se estudiaba por la noche resultaba que aparecía Chillida por la ventana agarrándose con los dedos a ese pequeño resalte. De pequeño en el colegio de los jesuitas solíamos ir al pequeño parque junto a la gasolinera de Jai‐Alai. Allí estaba la obra de Chillida en homenaje al Dr. Fleming. Pero un día desapareció. Al cabo de los años alguien le llamó por teléfono a Chillida diciéndole que su obra estaba en una escombrera. Chillida fue con una furgoneta y la rescató. Hoy una réplica está en una balconada del Paseo de Miraconcha. Y al extremo del Paseo del Tenis ha colocado unas grapas, como las de un guardameta, que lo fue de la Real Sociedad, peinadas eternamente por el viento del Noroeste. Hoy queda en nosotros su proyecto póstumo en Tindaya, el monte sagrado de los bereberes canarios 25.‐ EDUARDO RICO EL ESCRITOR DE VACÍOS Dijo Dios: Júntense las aguas que están debajo de los cielos en un lugar, y descúbrase lo seco. Y así fue. Y llamó Dios a lo seco, Tierra. Luego, modeló las montañas, los cerros, los oteros y las lomas, y produjeron hierba sobre la piedra… Y vio Dios que era bueno. Entonces Dios formó al hombre del polvo de la tierra y le sopló aliento de vida. Tomó después, Dios al hombre, y le puso en la ladera para que la horadase y sacase su simiente pétrea, y creó al minero… Y vio Dios que era bueno. Más tarde, le dio al hombre una maza y un cincel, y creó al cantero… Y vio Dios que era bueno. Al tiempo; mandó Dios a una yunta de bueyes que arrastrara un bloque de roca hasta el lugar llamado Oiasso y allí dejó el mogote, y lo llamó Urgull. Esperó Dios a que pasaran los años y, cuando de entre los vascos nació un hombre desprendido que amó su hacienda y deseó dar vida a la piedra con sus propias manos, Dios le dio el arte… y le llamó escultor. Con su pluma de hierro, Eduardo Chillida jamás dejó de escribir vacíos en su interior. 26.‐ TATO ANTUNEZ Tengo la suerte de poseer un grabado de una tirada corta (50), que hace muchos años compre en "Arco", cada maña al despertar lo contemplo y me transmite una energía que no sabría explicar. Gracias E. Chillida y como Canario lamento que por disputas políticas y lamentables ausencias de "MIRAS", EL GRAN PROYECTO DE TINDAYA no culminara en esa gran obra antes de morir.. de su libro CHILLIDA Aromas ‐pensamientos....Los ojos para mirar. Los ojos para reír. Los ojos para llorar. ¿Valdrán también para ver?....Con afecto Tato Antúnez 27.‐ VICTOR RUIZ Un cincel para el corazón un buril para el espíritu y un formón para el recuerdo Víctor Ruiz‐ puerto rico 28.‐ SANTIAGO PALET EL COLOR NEGRO DE CHILLIDA EN EL ESPACIO. Hay algo que quisiera decir a propósito de un recuerdo homenaje para Eduardo Chillida. Citar una de sus principales aportaciones a la investigación artística, y uno de sus grandes descubrimientos. La visión de un color: el negro. El color negro español, un color sólo existente sobre la piel de España. El negro de la seriedad absoluta, del todo o nada, un negro de vida o muerte. El negro de Chillida. Un color en el espacio y en el vacío. Lo digo desde mi punto de visión, un punto de vista italiano, donde esta seriedad, entendida de esta manera, no ha existido nunca. En Italia los colores absolutos no existen. La luz cambia, los colores se transforman, y las sensaciones varían. La percepción estética visual, este aire transparente que entra en los ojos y en el cerebro, es diferente. Una visión desde Milano, y otra desde Cittá di Castello. En Milano descubrí el negro a través de los "Achrome " de Piero Manzoni. Un color uniforme blanco, o sea, sin color. El blanco de Piero Manzoni. He visto cientos de cuadros blancos de Manzoni, de algodón, de pequeñas piedrecitas blancas pegadas, en su casa, con su madre, la condesa Valerie Manzoni, que nunca los entendió, y en los sótanos del Banco di Bérgamo, donde se encuentran custodiados, bajo llave, con su hermana Helena. He contemplado durante horas, las obras sin color, Achrome, cottone a rettangoli, caolino, tela grinzata, cientos de creaciones, casi idénticas, las ideas en color blanco que Piero dejó, al morir, joven, a sus 30 años. Viendo estos cuadros blancos, en la luz de la extraña neblina de Milano, se entiende el color negro de otra manera. La otra visión es desde un punto más luminoso, en Piazza de Plinio il Giovane, de Cittá di Castello, la casa paterna de Alberto Burri. Allí, en la planta baja, detrás de una puerta siempre cerrada, estaba el museo secreto de Burri. Nadie, excepto su mujer, Minsa, lo sabía. Muy pocas personas lo han pisado. Allí estaban, ordenados en estanterías, sus célebres "Sacco", sus "legno", y sus extraños "Nero" junto a sus plásticos quemados," Combustione", y muchos otros. Casi toda su obra, porque él casi nunca quiso venderlos. Aparte de los pocos que estaban en el museo Palazzo Albizzini, su fundación. El negro era el color preferido de Burri, "il colore più bello del mondo". Burri me los mostró lentamente, uno tras otro, con mucho misterio. Con su respiración ansiosa de enfisema pulmonar, a poca distancia de la muerte. Las obras estaban pintadas con un negro opaco acrílico, otro negro brillante barnizado con vinavil, y otro negro en relieve agrietado,"cretto". Muchos cuadros casi idénticos, con formas diversas y el mismo color, el color negro. Pasaban las horas, la luz cambiaba, en el silencio, mientras veíamos aquellos cuadros casi monocromos, negros. Burri ha pintado el negro hasta el final de su vida, en Beaulieu Sur Mer, escondido del mundo, mientras moría, delante del azul mar de la costa francesa. Su última serie de trabajos fue el "Nero e Oro”. Obras sólo con dos colores, el color oro y el color negro, algunos con sus relieves de grietasen Beaulieu me dijo que sólo el negro de Picasso le había impresionado por encima de cualquier otra visión. Y me habló también con afecto de Chillida, y de Juan Gris, también vecino de aquella pequeña localidad, en otros tiempos. Pero el negro de Chillida es otro. Sus dibujos en tinta china negra, son de un negro diferente. Sus grabados negros son de otro tono de negro diverso. Sus esculturas de hierro negro, son de otro negro, un negro mental, y en el espacio, otra visión, sobre todo un negro español. El color negro de Chillida no es decorativo, como sucede con los negros de Burri. Es casi el negro de Picasso. Es un negro que representa todo lo contrario, un rigor que se ha hecho sin respirar, con una intensidad dramática. Chillida nos ha enseñado a mirar el negro absoluto en el espacio. 29.‐ FELIPE UGARTE ¿Tiene esqueleto el aire? ¿Se puede escribir con fuego? ¿Vuela la piedra? ¿Arde la lluvia? ¿Y si en un paisaje plantásemos criaturas de hierro, piedra, hormigón, que pareciesen emanaciones que dialogan con la luz, la distancia, la proximidad, y una ondulación invisible les diese vuelo sonoro? ¿Y si tuvieran una concentración que permitiese las más arriesgadas acrobacias? ¿Atrevimientos que solo se aceptarían si contuviesen tanta mesura como riesgo, tanta aventura como certidumbre? ¿Y si pactasen con el espacio‐tiempo una alianza, con licencia para inventar? ¿Y si tuviesen un flujo contenido, preciso, que aumentase su fuerza? ¿Y si se llamase Eduardo Chillida? 30.‐ JOSE MANUEL VILLA LOBO Conocí tarde la obra de Eduardo Chillida, pero sé que ahora está en mí, está en todos nosotros para siempre. Está tan próxima porque es pura emoción. Nos inspira reflexión y serenidad, y nos abre caminos del pensamiento que antes no conocíamos, por eso es tan entrañable. Fruto del acercamiento a su obra han sido mis "Sueños de un fuera de la ley". Reconocimiento para el buen hombre y el gran artista que fue Eduardo Chillida.
31.‐ FERNANDO MARTINEZ JORRÍN Ni cien, ni cien mil palabras son capaces de explicar la grandeza del maestro. Sólo con esa grandeza que él tenía se puede insuflar la nobleza que adquirían hierro, piedra y otros materiales en sus manos. Para mí, nombrar a Chillida es oír como hablan sus hierros, es notar el aire que su obra produce, es ver la luz que desprende. Impulsemos su memoria y publicitemos su magna obra.
32.‐ MARGARITA IGLESIAS No tuve nunca la oportunidad de escribir o comentar su obra; ojalá. Este escultor es y será una gran referencia por su obra serena pero rotunda, y no descubro nada. Pero deseo manifestar mi respeto y mi cariño por la obra de alguien así. Y el orgullo de contar en nuestro país con artistas así, como él. Siquiera vía internet espero poder visionar y disfrutar de las exposiciones y montajes que estos días recibe como homenaje. Y, bueno, a ver qué pasa con ese fantástico CHILLIDA‐LEKU. GRACIAS DE ANTEMANO por vuestra atención. Un abrazo, 33.‐ ADRIANA VEYRAT En cada golpe de yunque recordó al trueno, en cada chispa al rayo. Su corazón, emocionado, se acompasó con el ritmo de la mar hostigada por los relámpagos, que iluminaban el camino hacia la libertad. Aquél había sido su primer encuentro con lo extraordinario y dedicó el resto de su vida a recrearlo partiendo del espacio íntimo en perpetua, impetuosa expansión hacia la inmensidad, hasta que llegó el silencio y se fundió en un sinfín con las mareas. 34.‐ TERESA CASILLAS Mirar cualquiera de tus obras Es encontrar mi alma Es visitar el centro de mi espíritu Es reposar en los brazos fuertes de la ama Es afirmar el origen de mis hombres Es latir fuertemente con el hierro de mis grúas de Bilbao Es dejarme bañar por la sangre impetuosa de mi mar Es sentirme en casa aunque este lejos Es reconocerme Es encontrarme Es entenderme 
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