En la Villa de Madrid, a veintiocho de Enero de dos mil tres. Visto por la Sala Tercera del Tribunal Supremo, constituida por los señores arriba anotados, el recurso de casación en interés de la Ley que con el núm. 3452/2001 ante la misma pende de resolución, interpuesto por el Letrado de la Generalidad de Cataluña, contra la sentencia de fecha 11 de Julio de 2001 dictada por la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (Sección 2ª) en recurso seguido por la vía de protección de los Derechos Fundamentales nº 132/2000, habiendo intervenido la entidad Paco Dorado, S.L., representada por el Procurador D. Isacio Calleja García, y con intervención del Ministerio Fiscal. ANTECEDENTES DE HECHO PRIMERO.- La sentencia recurrida contiene parte dispositiva, que copiada literalmente dice: "FALLO .- LA SALA DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO DEL TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA DE CATALUÑA, SECCION SEGUNDA, HA DECIDIDO. PRIMERO.ESTIMAR EL RECURSO DECLARANDO LA CONCULCACION DEL DERECHO FUNDAMENTAL INVOCADO, LIBERTAD DE CREACION ARTISTICA RECONOCIENDO EL DERECHO DEL ACCIONANTE A LA OBTENCION DE UNA INDEMNIZACION DE CUARENTA MILLONES DE PESETAS. SEGUNDO.- NO SE FORMULA EXPRESA IMPOSICION DE COSTAS". SEGUNDO.- Notificada la anterior sentencia, por el Letrado de la Generalidad de Cataluña se presentó escrito de interposición de recurso de casación en interés de Ley, en el que después de formular sus motivos, terminó suplicando a la Sala que se fijara como doctrina legal "1) Que el derecho fundamental de libertad de creación artística, a que se refiere el artículo 20.1.b) de la Constitución española, se ha de reconocer exclusivamente al autor de la obra no siendo transmisible a terceros, por lo que únicamente será dicho autor quien podrá ejercitar la acción para la protección de aquel derecho por el procedimiento especial, preferente y sumario regulado en los artículos 114 y siguientes de la Ley reguladora de la Jurisdicción Contencioso-Administrativa. 2) Que el derecho de representación de la obra artística o literaria está sujeto en su ejercicio al cumplimiento de las limitaciones impuestas por el bloque normativo de espectáculos públicos y no queda exento de cumplimiento de las medidas de seguridad y demás que dicha normativa imponga, y que en nada afectan al ejercicio del derecho de creación artística. 3) Que la obligación de observar las medidas de seguridad y demás impuestas por el bloque normativo de espectáculos públicos no da lugar a derecho a indemnización alguna al obligado a cumplirlas, el cual tendrá el deber jurídico de soportar las consecuencias de su incumplimiento. 4) Que en el caso de que hubiera lugar a la indemnización de daños y perjuicios, éstos no podrán fijarse atendiendo únicamente a los posibles ingresos brutos máximos, como se hace en la sentencia recurrida, sin tener en cuenta los gastos lo que implicaría equipararlos, indebidamente, al beneficio neto". TERCERO.- La representación de la entidad Paco Dorado, S.L., solicitó la inadmisibilidad del recurso de casación en interés de la Ley o, en su defecto, su desestimación. CUARTO.- El Ministerio Fiscal también se opuso a la estimación de dicho recurso de casación en interés de la Ley. QUINTO.- Conclusas las actuaciones, para votación y fallo se señaló la audiencia del día 21 de Enero de 2003 en cuyo acto tuvo lugar su celebración, habiéndose observado las formalidades legales referentes al procedimiento. Siendo Ponente el Excmo. Sr. D. FERNANDO MARTÍN GONZÁLEZ, Magistrado de la Sala. FUNDAMENTOS DE DERECHO PRIMERO.- Se interpone por el Letrado de la Generalidad de Cataluña recurso de casación en interés de la Ley, a tenor del art. 100 de la Ley Reguladora de esta Jurisdicción, contra la sentencia dictada por la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (Sección 2ª) de 11 de Julio de 2001 en el recurso de apelación 132/2000 interpuesto por la entidad Paco Dorado, S.L., contra la sentencia de 13 de Septiembre de 1.999 del Juzgado de lo Contencioso Administrativo nº 12 de los de Barcelona, en recurso 109/1999, seguido por la vía de la protección de los derechos fundamentales, siendo de destacar que en ésta del Juzgado de lo Contencioso Administrativo se había desestimado el recurso interpuesto por Paco Dorado, S.L., contra resolución de 13 de Septiembre de 1.999 de la Delegada Territorial del Gobierno de la Generalidad de Cataluña en Barcelona, que había denegado su petición y comunicado a aquella entidad que debería darse estricto cumplimiento a lo dispuesto en el art. 4 de la Ley 3/88, de 4 de Marzo (de Cataluña), y que, examinada la documentación aportada con la solicitud de autorización para celebrar el espectáculo de Opera "Carmen" en la Plaza de Toros Monumental de Barcelona, se había observado la falta de determinados documentos (contrato con empresa privada de seguridad y certificado de asistencia de ambulancia que acredite que se dispone de U.C.I. y de personal capacitado), mientras que en la sentencia de la Sala de lo Contencioso Administrativo, al resolverse el recurso de apelación interpuesto contra aquélla por Paco Dorado, S.L., se estimó este recurso declarando la conculcación del derecho fundamental de libertad de creación artística y se reconoció al accionante el derecho a la obtención de una indemnización de 40.000.000 ptas, sin imposición de costas. SEGUNDO.- Frente a esta última sentencia la Generalidad de Cataluña, en su escrito de interposición del recurso de casación en interés de la Ley solicitó que se fijara como doctrina legal "1) Que el derecho fundamental de libertad de creación artística, a que se refiere el artículo 20.1.b) de la Constitución española, se ha de reconocer exclusivamente al autor de la obra no siendo transmisible a terceros, por lo que únicamente será dicho autor quien podrá ejercitar la acción para la protección de aquel derecho por el procedimiento especial, preferente y sumario regulado en los artículos 114 y siguientes de la Ley reguladora de la Jurisdicción Contencioso--Administrativa. 2) Que el derecho de representación de la obra artística o literaria está sujeto en su ejercicio al cumplimiento de las limitaciones impuestas por el bloque normativo de espectáculos públicos y no queda exento de cumplimiento de las medidas de seguridad y demás que dicha normativa imponga, y que en nada afectan al ejercicio del derecho de creación artística. 3) Que la obligación de observar las medidas de seguridad y demás impuestas por el bloque normativo de espectáculos públicos no da lugar a derecho a indemnización alguna al obligado a cumplirlas, el cual tendrá el deber jurídico de soportar las consecuencias de su incumplimiento. 4) Que en el caso de que hubiera lugar a la indemnización de daños y perjuicios, éstos no podrán fijarse atendiendo únicamente a los posibles ingresos brutos máximos, como se hace en la sentencia recurrida, sin tener en cuenta los gastos lo que implicaría equipararlos, indebidamente, al beneficio neto", a cuyo fin vino a invocar, en síntesis: a) que la sentencia recurrida se estima gravemente dañosa para el interés general, y errónea, y que en este recurso habrá de enjuiciarse la correcta interpretación de determinados preceptos de la Constitución Española (art. 20,1,b) y 20,4) y del art. 141 de la Ley 30/92; b) que la doctrina es dañosa porque lleva a cabo una interpretación y aplicación del derecho fundamental de creación artística no admisible, estableciendo una doctrina errónea tanto en este punto, como al interpretar el alcance de las posibles limitaciones de los derechos fundamentales al considerar acreditado el quantum de la indemnización sin disponer de parámetros acreditados al efecto; c) que, tras el análisis de la sentencia en los extremos de interés, llega la Generalidad recurrente en casación en interés de la Ley, a la consideración de que la titularidad del derecho fundamental a la creación artística (art. 20,1,b) de la Constitución) corresponde únicamente al autor, con mención al Texto Refundido de la Ley de Propiedad Intelectual, y algunos de sus preceptos (1, 2, 43, 1 y 74), de lo que deduce también la falta de legitimación activa de Paco Dorado, S.L., para accionar por vía de la protección de los derechos fundamentales de la persona, d) que no se ha conculcado por la Generalidad el mencionado derecho fundamental por el hecho de que se denegara a Paco Dorado, S.L., la autorización que solicitó para celebrar la ópera Carmen, y que la actividad de la Administración no consistió en una censura de la obra que atentara al mencionado derecho fundamental, sino que se limitó a exigir el cumplimiento de unas normas de policía de espectáculos, como puede ser la previa autorización administrativa, que se precisaba para la representación de la ópera que presentaba la singularidad de que formaba parte integrante de ella el rejoneo de un toro; y e) que la sentencia lleva a cabo una interpretación errónea del art. 141 de la Ley 30/92, en cuanto a indemnización de daños y perjuicios, que han de ser efectivos, y que en el caso no concurren los presupuestos determinantes de la indemnización, citando el art. 71,1,d) de la Ley de esta Jurisdicción. TERCERO.- La representación de Paco Dorado, S. L., que se opuso a la estimación de este recurso de casación en interés de la Ley tras pedir la inadmisibilidad de éste, vino a argüir, también en síntesis, que el debate procesal se refirió estrictamente a la aplicación de normas de Derecho Catalán, con cita del art. 100,2 de la Ley de esta Jurisdicción, sin que se hayan aplicado normas estatales, sino normas de la Generalidad de Cataluña, utilizando otros argumentos en contra de los de la Generalidad, mientras que el Fiscal también se opuso a la estimación de la casación en interés de la Ley por haberse aplicado normativa catalana y por no existir grave daño. CUARTO.- Con intención se han reseñado pormenorizadamente las alegaciones de la parte recurrente a fin de determinar si procede o no la estimación de su recurso de casación en interés de la Ley diseñado en el art. 100 de la Ley Reguladora de esta Jurisdicción, cuyo antecedente mediato se halla en el anterior recurso extraordinario de apelación también en interés de la Ley, y que tiene como única y exclusiva finalidad fijar la doctrina legal procedente, dejando intacta la situación jurídica particular derivada del fallo recurrido, habida cuenta de que es un recurso excepcional que no tiene como objetivo la resolución de un conflicto, ni la tutela de un derecho o interés legítimo, ni el reconocimiento de una situación jurídica individualizada, ni la estimación de una pretensión deducida en relación con actos de la Administración Pública sujetos al Derecho Administrativo y con disposiciones de categoría inferior a la Ley, sino, muy precisamente, velar por la correcta interpretación y aplicación del Ordenamiento Jurídico, complementando, en su caso, la labor del titular del poder normativo aunque con ocasión de un conflicto jurídico ya resuelto y cuya solución se mantiene, sea cual sea la resolución que recaiga en el recurso de casación en interés de la Ley, tal como se deduce de dicho precepto, a base de fijar la doctrina legal que corresponda frente a sentencias que, además de erróneas, son gravemente dañosas para el interés general, cuya gestión está encomendada a la Administración recurrente, en el sentido de que pueda entrañar un perjuicio para los intereses públicos con efectos de futuro, que trascienda al caso definitivamente decidido, consistiendo el grave daño para el interés general, a cuya defensa y a la del Ordenamiento Jurídico se orienta dicho recurso, en que a raíz de la sentencia recurrida, se consolide la doctrina errónea de ésta con un efecto multiplicador grave que afecte a un importante número de situaciones o se proyecte sobre un ámbito de suficiente generalidad o de dicho interés presente o futuro constatable, al crearse un precedente judicial que pudiera ocasionar esos graves daños, tanto de índole patrimonial como de cualquier otro género, que incidiera, con tal dimensión, en la esfera de tales intereses, lo que pretende evitarse con el recurso de referencia a través de la fijación de una doctrina legal "pro futuro", si bien, requiérese, además, según resulta del art. 100 de la Ley Reguladora de esta Jurisdicción, que la interposición se verifique dentro de plazo, que concurra legitimación de la parte recurrente, y que la sentencia recurrida no sea susceptible de recurso de casación ordinario --presupuestos de viabilidad éstos que aquí sí existen--, así como que el Tribunal Supremo no haya fijado la doctrina legal que se postula, puesto que no se trata de reiterar una doctrina ya establecida, sino de fijarla, naturalmente cuando no exista, y que, además, la sentencia recurrida guarde la necesaria correlación con la doctrina que se pretende fijar, todo conforme a una reiteradísima doctrina jurisprudencial, reflejada, por ejemplo, en sentencias de esta Sala como las de 1 de Diciembre de 1.992, 3 de Mayo de 1.994, 13 de Julio de 1.996, 24 de Marzo de 1.998 y 10 y 23 de Marzo de 1.999 entre otras. QUINTO.- A la vista de las características, naturaleza y finalidad precisa de este recurso de casación en interés de la Ley que promueve la Generalidad de Cataluña, y que, acabamos de reseñar, obvio, resulta, en primer lugar, que en el debate procesal resuelto por la sentencia del Tribunal de Instancia lo que se cuestiona, muy en concreto, puesto que el recurso se apoyaba en pretendida infracción de los Derechos Fundamentales de la Persona (arts. 114 y siguientes de la Ley de esta Jurisdicción), es si, en definitiva, se conculcaba o no en las resoluciones objeto de los recursos, el derecho fundamental a la producción y creación literaria, artística, científica y técnica --en concreto a la creación artística que proclama el art. 20, 1, b) de la Constitución--, que en la sentencia sí se recoge como conculcado, a través de extensos razonamientos que van desde la perspectiva de tal derecho fundamental, con interesantes alegaciones y precisiones, desde la de la legitimación activa del accionante, y desde la afirmación de la vulneración, hasta la de la indemnización de los perjuicios y daños, que también proclama la sentencia, mas ocurre aquí, de un lado, que ese debate se concreta y circunscribe a un caso específico y particularísimo de un "espectáculo", en el que "en el intermedio se realizará la corrida de un solo toro mediante arte de rejoneo", en los términos en que viene diseñado, lo que, ya de entrada, supone la innecesariedad de una doctrina legal que impida en el futuro actuaciones similares, por no haber temor racional de que se reitere y aplique en casos de fácil repetición, con efecto multiplicador grave y con un extenso ámbito de generalidad, que es justamente a lo que se orienta tal clase de recurso de casación en interés de la Ley, según quedó explicado, de modo que esa peculiarísima naturaleza del espectáculo impediría a esta Sala, por vía de tal recurso, sentar una doctrina legal que modifique para el futuro la de la sentencia recurrida, para eludir esa supuesta generalidad aplicable a un importante número de situaciones previsibles, en caso de que, además, la doctrina fuera errónea. SEXTO.- La consecuencia de tal circunstancia -ausencia de un pernicioso efecto multiplicador--, constituye, sin duda, la no concurrencia de ese presupuesto indispensable de viabilidad de esta clase de recurso extraordinario, pero es que, además, en el cauce de éste no podría verificarse ni un examen de la sentencia recurrida a efectos de sentar una pretendida doctrina legal, ni podría llegarse, porque lo impide el art. 100,7 de la Ley de esta Jurisdicción, a alterar la situación jurídica particular derivada de la sentencia recurrida, que, en todo caso, habría de respetarse, toda vez que aquella sentencia no fija una doctrina que esté en conexión inmediata con los términos propios del debate en relación con la que ahora se postula, sino que, simplemente, se limita a razonar sobre dichos extremos combatidos, con acierto o con desacierto --que sobre esto no puede pronunciarse esta Sala en dicha clase de recurso--, pero sin establecer de modo genérico una determinada doctrina que haya de ser sustituida por esta Sala en esta vía procesal, lo que significa que, en definitiva, lo que solicita la recurrente en interés de la Ley es que se acojan unos determinados y precisos pedimentos, rechazados en la sentencia de instancia, (no vulneración del derecho fundamental y no procedencia de la indemnización) como si de otra clase de recurso se tratara, desnaturalizando así la propia esencia del de interés de Ley, en el que no puede cuestionarse el acierto o desacierto de la sentencia recurrida. SEPTIMO.- Sucede, además, que, si bien se observa, resulta que la sentencia recurrida, al margen de referencia al derecho fundamental de que se trata, viene a solucionar cuestiones que, en principio, se habían planteado con apoyo en la normativa autonómica (Ley Catalana 3/88, de 4 de Marzo y Ley Catalana de Policía de Espectáculos 10/90, de 15 de Junio), que citan las partes y la sentencia, lo que supone que a esta Sala le está también vedado, en el ámbito de este recurso, un enjuiciamiento sobre su interpretación y aplicación, por no ser normas emanadas del Estado las determinantes del fallo recurrido, porque lo prohibe el art. 100,2 de la Ley Reguladora de esta Jurisdicción, sin que quepa tampoco aquí, un análisis o una interpretación de tales normas desde una perspectiva constitucional, todo lo cual, sin necesidad de otros esfuerzos interpretativos, ha de determinar la desestimación del recurso. OCTAVO.- En vista de la peculiar estructura de este recurso no procede efectuar especial pronunciamiento sobre costas. Por todo lo expuesto, en nombre de su Majestad el Rey, por la autoridad que nos confiere la Constitución; FALLO Que debemos desestimar y desestimamos el recurso de casación en interés de la Ley promovido por la Generalidad de Cataluña contra la sentencia de 11 de Julio de 2001, dictada por la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (Sección 2ª) en recurso 132/2000, sin fijación de la doctrina legal postulada, y sin especial pronunciamiento sobre las costas de este recurso. Así por esta nuestra sentencia, definitivamente juzgando lo pronunciamos, mandamos y firmamos PUBLICACION: Leída y publicada fue la anterior sentencia, por el Magistrado Ponente de la misma, Excmo. Sr. D. Fernando Martín González, estando la Sala celebrando audiencia pública, en el día de la fecha, de lo que como Secretario de la misma. Certifico.