El periodismo en Cuba: La Revolución (Cap. 7)

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El periodismo en Cuba: La Revolución (Cap. 7)
Combate, arma de la Revolución
Juan Marrero
De la historia del periódico Combate,
que nació el 15 de marzo de 1959 y
existió hasta finales de 1961, no se ha
escrito aún lo suficiente. Es una
asignatura pendiente.
Salvo unas pinceladas deslizadas en
una tesis del 2007 de dos estudiantes de periodismo de la Universidad de La
Habana –Leyanis Infante y Yessika Zoe Abreu- y un acercamiento al tema de
Ivette Villaescusa, del Instituto de Historia, publicado en el sitio digital
Librínsula, de este medio de prensa revolucionario no se ha hecho aún una
investigación y estudio profundos.
Lo que en esta nota expondremos se basará en esas fuentes citadas y en
algunas experiencias que tuve en ese diario vespertino, en el cual trabajé en
los meses finales de su existencia.
Este periódico se editó en los talleres del periódico Avance, en la calle
Consulado, que eran bastante anticuados. Se imprimía en azul y negro. En su
cabezal se identificaba como “un arma de la Revolución al servicio del
pueblo”.
Era órgano del Directorio Revolucionario
13 de Marzo, y su primer director fue el
comandante Julio García Oliveras. Más
tarde lo dirigió el también comandante
Guillermo Jiménez.
Al salir el primer número de Combate, el
diario Revolución escribió: “Con una tónica
vibrante y combativa, como corresponde a
todo periódico revolucionario, en esta hora
de reivindicaciones trascendentales en
nuestra patria, acaba de aparecer en la palestra pública Combate, un diario
novedoso cuyo mensaje de fe en los destinos de Cuba se sustenta
gallardamente en las ansias transformadoras de la joven generación cubana…”
(16 de marzo, 1959).
Noticias de Hoy, a su vez, escribió: “Una trinchera más junto a Hoy y
Revolución en la defensa del programa revolucionario” (17 de marzo, 1959).
El primer editorial de Combate no dejó ninguna duda de qué defendería en sus
páginas:
“Al combate es el grito y nos lanza a la lucha. Al combate salimos hoy en
defensa de la Revolución Cubana, en defensa del pueblo…” (15 de marzo,
1959).
Gabriel Molina Franchossi, fundador de Combate y su primer jefe de
información y redacción, ha dicho sobre su aparición: “El Directorio gozaba de
prestigio y el cariño popular ganados por José Antonio Echeverría y otros
mártires surgidos en la Universidad de La Habana, era depositario de la mística
de la FEU (Federación Estudiantil Univesitaria), que permitía darle más realce a
las posiciones de Combate. Éramos jóvenes, contábamos con jóvenes
periodistas y con inquietudes políticas, con mucho dinamismo que nos daba la
juventud, y eso significó un factor importante”.
Meses después, Combate hace público que está por la unidad del pueblo y las
fuerzas políticas, aunque reconoce discrepancias ideológicas con el PSP, pero
aclara: “El Directorio sólo combate a los que hoy se enfrentan a nuestro
proceso de reivindicación nacional. Si los comunistas apoyan la revolución,
bienvenido sea el apoyo comunista”. (20 de septiembre, 1959).
El antecedente de Combate fue Al
Combate, una publicación que nació en
Nueva York y Miami el 13 de julio de
1957, dado que después del asalto al
Palacio Presidencial muchos de los
integrantes del Directorio
Revolucionario debieron exiliarse hacia
territorio de Estados Unidos. Se
distribuyó clandestinamente en Cuba.
En su número inicial escribió: “Al
Combate! No hay nombre mejor para
un periódico, más esperanzador y lleno
de fe (…) Así empieza también nuestro
Himno. ¡Al Combate!, órgano oficial del Directorio Revolucionario”.
En los años de revolución apoyo la Operación Verdad y el reclamo de justicia
contra los criminales de guerra de la dictadura, respaldo la ley de reforma
agraria y otras medidas revolucionarias en beneficio de las masas populares,
así como la decisión de nuestro pueblo de mantener su independencia,
soberanía y libertades conquistas. Denunció día tras día las políticas de
agresión de Estados Unidos contra nuestro pueblo, y saludó “la actitud
contrapuesta y de sincera amistad y respeto de parte de los países socialistas”
hacia Cuba. “El restablecimiento de las relaciones con la URSS –escribió—es,
pues, un nuevo factor de importancia para el logro pleno de nuestra
independencia económica” (10 de mayo, 1960).
Durante el desembarco mercenario, apoyado por Estados Unidos, en abril de
1961, Combate tuvo un fotógrafo y reportero como corresponsal de guerra,
Pepín Ortiz, quien años después fuera director de Prensa Latina y subdirector
de Granma. Guillermo Jiménez, director de Combate, integró el panel de
periodistas que interrogó a algunos de los mercenarios capturados y que se
transmitió a todo el país por la televisión.
Junto a Molina el cuerpo de redactores y fotógrafos del periódico estaba
integrado, al menos en sus meses finales, por Ricardo Sáenz, Lázara
Rodríguez Alemán, Mario Rodríguez Alemán, Esther Ayala, Omar Mendoza,
Rafael Pérez Pereira, Armando Entralgo, Ramón Sánchez Parodi, Rodolfo
Casals y Juan Marrero. Faltan otros valiosos compañeros, y por eso dije al
principio que era una asignatura pendiente el hacer necesaria una
investigación más profunda sobre este vespertino. Con Entralgo y Parodi
trabajé en un suplemento semanal del periódico que se llamó Combate
Internacional, y del cual salieron varios números.
En noviembre de 1961, como parte de un proceso de racionalización de los
medios de prensa, Combate se fusiona con los periódicos La Calle y Prensa
Libre. Recuerdo que César Escalante reunió al personal del periódico y
comunicó la decisión de la dirección del país. Está unión dio lugar a La Tarde,
cuyo primer director fue Ernesto Vera. El 25 de noviembre salió el número
inicial de La Tarde. Una buena parte del personal de Combate pasó a trabajar
al periódico Hoy y, posteriormente, en 1965, al fusionarse Hoy y Revolución,
integró el equipo fundador del diario Granma.
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