VII Congreso SEAE Zaragoza 2006 Nº 69 ESTUDIO DE LOS CONTENIDOS EN PO-210 Y OTROS RADIONÚCLIDOS EN FERTILIZANTES QUIMICOS Y ECOLOGICOS S. Plaza*, A. Moyano**, E. Charro*,***, P. Ciria**,**** y L.M. Nieto* *Laboratorio de Investigación en Baja Radioactividad (LIBRA). Edificio I+D,Campus Miguel Delibes. Universidad de Valladolid. Valladolid, España. e-mail : [email protected] **Departamento de Producción Vegetal y Recursos Forestales. E.U. Ingenierías Agrarias. Universidad de Valladolid. Soria España . e-mail : [email protected]. ***Área de Edafología y Química Agrícola. Departamento de Ciencias Agroforestales Universidad de Valladolid. Palencia, España. e-mail: [email protected] ****CIEMAT-CEDER.Ctra N-111, km 206. 42290 Lubia.Soria.España RESUMEN Los radionúclidos entran en el suelo por deposición de partículas en suspensión que provienen principalmente de la quema de combustibles fósiles, y de la aplicación de fertilizantes fosforados a los cultivos. Los fosfatos, que forman la base habitual de este tipo de abonos químicos minerales, contienen usualmente cantidades apreciables de uranio y de sus descendientes de las series naturales de desintegración, entre los que se encuentra el 210Po. La presencia natural de este radionúclido en suelos viene pues alterada por las prácticas agrícolas. Controlar la alteración de los contenidos naturales de núcleos radiactivos en los suelos es importante a fin de conocer el grado de contaminación que sufren los mismos. Se hace necesario pues encontrar una forma de elucidar de forma fiable si se han utilizado abonos minerales y controlar la incorporación al suelo y a los cultivos de elementos traza indeseables junto con radionúclidos. Por tanto, ambos problemas, determinación y seguimiento de 210Po y elementos traza no deseables, aparecen interrelacionados y ambos deben ser enfocados simultáneamente. De modo que el 210Po puede ser utilizado como indicador, o parámetro de referencia, para determinar el tipo de fertilización recibida por un suelo agrícola. En este estudio presentamos los resultados correspondientes al análisis de 4 fertilizantes comerciales NPK y un compost ecológico de gallinacea, observándose mayores contenidos en Po-210 y otros radionúclidos en los primeros. INTRODUCCIÓN Se sabe que los fosfatos naturales utilizados como componente básico para la preparación de fertilizante, proceden de la fosforita, que contiene cantidades elevadas de radionúclidos. El uso continuado de fosfatos puede incrementar los niveles de radiación en el suelo debido a la presencia de los isótopos del uranio y de sus descendientes de la serie de desintegración (entre los que se encuentra el 210Po) (Ioannides et al., 1997), y por lo tanto, las plantas reciben directamente a través de la deposición atmosférica de partículas e indirectamente por el suelo a través del sistema radicular, la radiación de estos elementos (Ekdal, Karali y Saç, 2006). Los radionúclidos, junto con algunos metales, constituyen el principal agente contaminante de los fertilizantes industriales. Aunque el abonado químico está siendo sustituido de manera gradual por abonos de origen natural, todavía se pueden encontrar radionúclidos en frutas y verduras. Esto constituye un problema grave ya que se estarían ingiriendo determinados radionúclidos a través de la dieta, y justificaría la necesidad de ampliar los estudios, anteriormente mencionados en relación a la transferencia de radionúclidos fertilizante-suelo. VII Congreso SEAE Zaragoza 2006 Nº 69 Los fertilizantes obtenidos de fosfatos contienen radionúclidos, en particular 238U y Th, en proporciones relativamente elevadas y penetran en el terreno durante el laboreo agrícola pudiendo llegar hasta el. Por otra parte, debido al polvo en suspensión que se produce mediante el proceso de laboreo, es normal encontrar niveles altos de radiación tanto en la maquinaria como en el viento, con el consiguiente riesgo para el agricultor. La vía más importante de penetración para el hombre es a través de la inhalación directa del polvo, constituyendo así dosis de radiación recibidas principalmente por agricultores en el campo (Schohlen y Timmermans, 1996). 232 La concentración habitual de uranio en los fosfatos es de 30 a 260 ppm (Altschuler, 1980) que es mucho mayor que la media de uranio, aproximadamente 4 ppm (Hursh y Spoor, 1973). Varios estudios (Bowler MeKlveen y McDowell, 1978; Spalding y Sackett, 1972) han encontrado una proporción entre las concentraciones de uranio y de P2O5. La serie del 232Th tiene una menor presencia en los fosfatos en comparación con la serie de Uranio (Hussein 1994; Lalit et al. 1982). También los suelos y los fertilizantes de fosfatos contienen 40K. Además, el fosfoyeso conocido como “yeso agrícola” también se suele emplear como enmienda previa a la desalinización de los suelos. A modo de ejemplo, es interesante mencionar que la radioactividad natural contenida en los depósitos de fosfatos de Uro y Kurun (Sudán Occidental) ha sido medida por espectrometría gamma, obteniéndose un valor máximo de 2600 Bq/kg de 238 U (Sam y Holm, 1995). Este dato indica que el contenido en 238U y su degradación son la principal causa de la alta radioactividad natural en los minerales de fósforo. Por otro lado, los resultados de esta investigación (Sam y Holm, 1995) demuestran que los radionúclidos naturales contenidos en la roca madre de fosfato de Uro y Kurun contribuyen muy poco al promedio de la exposición a la radiación terrestre que presenta la población. Es decir, que la radiación es por contaminación secundaria. Otros estudios, como los de Makweba y Holm (1993), sobre los contenidos de 238U y sus derivados en superfosfatos, triple superfosfato y fosfoyeso de Arusha (Tanzania) arrojaron valores más elevados (4000 Bq/kg), pero la radiación extra aportada al suelo agrícola cuando eran empleados esos fertilizantes no superaba el 2% en relación al medido en el entorno, que era de 50 nGy/h . El polonio es un elemento químico de número atómico 84. Todos sus isótopos son radioactivos y con una vida media corta, a excepción de los tres emisores alfa: 208Po (2,9 años) y 209Po (100 años) ambos de origen artificial, y el natural 210Po (138,4 días). Este último isótopo, que fue descubierto por Marie Curie en la pecblenda (uranita), es el penúltimo miembro de las series de decaimiento del radio y el radionúclido objeto de este estudio. La importancia que tiene estudiar este radioisótopo (210Po) radica en la facilidad que presenta para entrar en el agua, la comida, las células vivas y los tejidos. El aumento de 210Po en la naturaleza se debe al auge de la actividad minera (que empezó después de la Segunda Guerra Mundial), las pruebas nucleares y a las centrales nucleares. Hasta el momento se conocen los coeficientes de transferencia a la leche y carne de vacuno estimado por Watson (1983), el principal problema que surge actualmente es la falta de experimentación. El 210Pb es uno de los núcleos radioactivos más importantes ingeridos con los alimentos aparte del 226Ra y el 210Pb. También se ha observado que la carne de reno que se consume en las regiones árticas del hemisferio norte, contiene una concentración anormalmente elevada de 210Po. Esto es debido a que estos animales se alimentan de musgos y líquenes que tienden a acumular este elemento (Ugur et al., 2003). Medidas realizadas en sangre, huesos y placenta de la VII Congreso SEAE Zaragoza 2006 Nº 69 población, revelan niveles de dosis radioactiva 10 veces superior a los niveles encontrados en habitantes de zonas más templadas. También existen estudios en zonas de Irán (Samavat et al. 2005), donde se pone de manifiesto una alta presencia de 210Po en la dieta debido a la alta concentración de este radionúclido en la roca madre de los suelos. El 210Po puede ingresar en el organismo por las vías respiratorias, junto con otros radionúclidos como el uranio, el torio y el 210Pb. Todos estos elementos son sólidos que se adhieren a las partículas de polvo presentes en el aire que respiramos. Se ha observado que la concentración de estos dos núcleos radiactivos 210Pb y 210Po en los pulmones de los fumadores, es un 30% superior que en los de los no fumadores. Sin embargo, la principal causa de radioactividad debida al 210Po en los pulmones se debe a la inhalación de gas radón, que se produce por desintegración del uranio y del torio, dado que es inestable, se transforma en 210Po. Si el radón es respirado y no decae, puede volver a salir junto con el aire expirado, pero si decae mientras se encuentra en los pulmones, el 210Po generado se puede quedar adherido al tejido pulmonar y desde ahí continuar emitiendo radiación, pues él también es radiactivo. Además, el 210Po es soluble y puede circular por todo el cuerpo llegando a todos los tejidos y células, es decir, penetrando hasta niveles más profundos que el radón. Por otro lado, parece que existe una relación entre el nivel del 210Po y el aumento del uso de fertilizantes fosfatados en los cultivos de la planta de tabaco (Khater, 2004). El fosfato cálcico contiene uranio y libera gas radón lentamente. A la vez que el radón se desintegra, sus productos secundarios cargados eléctricamente se unen a partículas de polvo que se adhieren a los pelos pegajosos (tricomas) del envés de las hojas del tabaco, dejando un depósito de 210Po radioactivo y 210Pb. Después, en la combustión de un cigarrillo, el intenso calor volatiliza los metales radioactivos. En el aire, la radioactividad natural también es una herramienta útil para estudiar la evolución atmosférica en base a los procesos que involucran a los aerosoles (Gaffney et al. 2004). La presencia de un exceso de 210Po y su tiempo de residencia en la atmósfera, es un buen indicador de la adecuada calidad del aire, y mediante su medida, permitirá controlar los niveles de partículas en suspensión en la atmósfera. Queda patente pues, el interés que presentan los radionúclidos 210Pb y 210Po, y por lo tanto es preciso encontrar métodos fiables para su determinación en aguas, suelos, sedimentos y cualquier tipo de muestras orgánicas;(Jia et al., 2000) incluso en muestras marinas (García-Orellana y García-León, 2002). En este estudio se analizará el 210Po entre otros radionúclidos, por el interés que representa su utilización como trazador para la investigación medioambiental, dada la solubilidad tan alta y la gran capacidad de fijación en los tejidos vegetales que presenta. En los suelos agrícolas existe un contenido natural de 210Po debido a la roca madre de la que proceden, pero estos contenidos se pueden ver incrementados por la aplicación de abonos químicos comerciales a los cultivos. De este modo cuando un suelo (en el que se realizaba cultivo tradicional) se va a destinar a cultivo ecológico, ha de cumplir el requisito de estar en barbecho unos ocho años, según la legislación. Durante ese tiempo se espera que disminuya el nivel de 210Po (entre otros elementos). Este estudio quiere demostrar que los abonos químicos incorporan 210Po en los suelos de cultivo tradicional y que un suelo para cultivo ecológico realmente ha perdido 210Po al cabo de esos años. MATERIAL Y MÉTODOS Los análisis se han realizado sobre fertilizantes y un compost ecológico. Las muestras se tamizan y su radiactividad se mide por espectrometría Gamma siendo las VII Congreso SEAE Zaragoza 2006 Nº 69 medidas de una duración aproximada de 300.000 s; y la determinación de Po-210 por espectrometría alpha requiriéndose un tratamiento químico previo para depositar el polonio. RESULTADOS Y DISCUSIÓN Los resultados de la medida de radionúclidos analizados en los cinco abonos estudiados se recogen en el Cuadro 1: Cuadro 1. Actividad (Bq/kg de abono) de diferentes radionúclidos NPK 8-15-15 NPK 20-10-10 NPK 12-12-17 NPK 8-24-8 Ecológico 238 535,9 ±15,5 100,2 ±4,8 33,2 ±3,8 1026,7 ±27,9 6,7 ±4,8 226 268,7 ±1,5 34,4 ±0,6 19,9±0,5 346,9±44,8 13,4 ±0,6 214 288,1 ±2,1 36,4±0,8 22,1±0,7 402,1 ±42,1 14,4±0,9 214 249,5 ±2,2 32,3±0,8 17,7±0,7 346,1±2,4 12,4±0,9 210 297,9 ±8,9 60,7 ±3,7 14,8 ±3,3 483,5± 12,9 6,2 ±4,9 232 3,8 ±1,1 14,8±1,2 14,6±1,2 9,3± 0,9 7,1 ±1,4 224 24,5 ±2,7 20,8 ±5,7 23,3±4,3 < L.D.* 4,7±6,5 212 3,2 ±0,5 16,5 ±0,5 22,1± 0,5 6,5± 0,3 7,6±0,6 212 4,4 ±4,1 10,3 ±3,6 18,5± 3,7 9,3± 2,8 0,9±5,3 208 4,7 ±0,9 13,9±0,8 318,2±0,9 6,7± 0,6 6,5 ±1,2 40 3478,2 ±46,5 2335,7±33,6 4046,8±54,2 1887,1±26,1 572,2±16,2 U Ra Pb Bi Pb Th Ra Pb Bi Tl K * L.D.: por debajo de los límites de detección Los valores de radionúclidos en abonos son mayores que los obtenidos para los suelos, excepto en el caso del 232Th, que muestra valores de actividad menores. Se observan diferencias dado que cada abono tiene una composición diferente, destacando el abono ecológico que muestra valores menores en la actividad en distintos radionúclidos. En la figura 1 se representa los contenidos en 238U, 226Ra, 214Pb, 214Bi y 210Pb en los diferentes abonos analizados. En la figura V.9, sin embargo se analizan 232Th, 212Pb, 212 Bi y 208Tl. VII Congreso SEAE Zaragoza 2006 Nº 69 1200 a Actividad (Bq/kg) 1000 800 600 a e 400 b c d c b d e 200 a b cd e a b c d e a b c d e 0 8-24-8 8-15-15 20-10-10 12-12-17 Ecologico Abonos Figura 1.- Gráfico de actividad de la serie del 210 Pb(e) en los abonos estudiados. 238 U (a),226Ra (b), 214 Pb(c), 214 Bi(d) y 25 212Pb 20 212Bi 208Tl Actividad (Bq/kg) 212Pb 208Tl 212Bi 232Th 15 10 232Th 212Bi 232Th 212Pb 212Pb 232Th 208Tl 5 232Th 208Tl 212Bi 212Bi 208Tl 212Pb 0 8-24-8 8-15-15 20-10-10 12-12-17 Ecologico Abonos Figura 2.- Gráfico de actividad de los radionúclidos de la serie del estudiados. 232 Th en los abonos VII Congreso SEAE Zaragoza 2006 Nº 69 En las figuras 1 y 2 se observa que existe diferente concentración de uranio según el abono analizado. A la vista de estas figuras destaca que los descendientes del 226Ra no guardan equilibrio con el 238U, lo que puede ser debido a que en el proceso de fabricación se esté eliminando parte del 226Ra.Se ha comparado la actividad de 226Ra, el 232Th y el 40K con los valores encontrados en abonos analizados por otros autores, como se recoge en el cuadro 2: Cuadro 2.- Comparación actividades de radionúclidos en abonos Referencia Hussein (1994) Ahmed et al.(2005) Este trabajo Este trabajo Este trabajo Este trabajo Este trabajo Abono Superfosfatos-Egipto Fosfatos-Egipto 8-15-15 20-10-10 12-12-17 8-24-8 Ecológico 226 Ra 301 366 268,7 34,4 19,9 346,9 13,5 232 Th 24 66,7 3,8 14,8 14,7 9,3 7,1 40 K 3 4 3478,3 2335,7 4046,7 1887,1 572,3 A diferencia de las muestras de suelos, Para el 40K, se determinaron valores mayores en los abonos utilizados que en los fertilizantes estudiados en otras investigaciones. Este hecho puede ser explicado en base al diferente origen de los abonos químicos de nuestro estudio y los de otros autores. Para el 232Th, los abonos de este estudio presentan concentraciones inferiores, y para el caso del 226Ra, el abono NPK 8-24-8 presenta un valor parecido al de los fosfatos empleados por Ahmed y El-Arabi, 2005. En el Cuadro 3, se exponen los resultados correspondientes a la medida de 210Po en los abonos de estudio. Se detectan mayores concentraciones de la actividad de 210 Po en abonos que en suelos, a excepción del abono ecológico que presenta un valor inferior. Los valores obtenidos de 210Po son mayores que en el caso de las muestras de suelos, por lo que parece que los abonos químicos sí podrían aportar una actividad extra de radionúclidos a los suelos, a excepción del abono ecológico. En la figura 3 se refleja la baja actividad del 210Po en el abono ecológico en comparación con el resto de los abonos de origen químico y con un mayor contenido en fósforo. Cuadro 3. Medida de 210Po en Bq/kg de abono Muestra NPK 8-24-8 NPK 8-15-15 NPK 20-10-10 NPK 12-12-17 Ecológico 210 Po (Bq/kg) 260,2±32,4 295,1±57,4 109,1±20,7 35,1±6,9 9,1±1,8 VII Congreso SEAE Zaragoza 2006 Nº 69 350 210Po 300 210Po Bq/kg 250 200 150 210Po 100 50 210Po 210Po 0 Ecologico 12-12-17 8-24-8 8-15-15 20-10-10 Abonos Figura 3.-Gráfico de actividad de 210Po para los abonos de este estudio. En la bibliografía consultada (Ahmed y El-Arabi, 2005), se relacionan los contenidos de fosfatos y el contenido de 210Po en abonos, como la causa más probable de aporte extra de radionúclidos a los suelos CONCLUSIONES Por el momento, se puede anticipar que los resultados previos indican que los fertilizantes químicos comerciales aportan radionúclidos al suelo agrícola y por lo tanto, a los cultivos. Y por otro lado, se verifica la idoneidad del uso de los compost ecológicos dada la ausencia de elementos traza tóxicos, como son los radionúclidos analizados. 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