Láser: principios de funcionamiento y aplicaciones LÁSER L a palabra LÁSER es el acrónimo de Light Amplification by Stimulated Emission of Radiation, es decir, amplificación de la luz mediante el fenómeno de la emisión estimulada de radiación. Para entender el funcionamiento de un láser es necesario, por lo tanto, estudiar la interacción entre radiación y materia, del cual se origina el efecto de amplificación. Luz La luz visible, tal como la conocemos, es sólo una pequeña rebanada del espectro de la radiación electromagnética. Como es posible observar a partir de las ecuaciones de Maxwell, una onda electromagnética es un sistema de campos eléctricos y magnéticos oscilantes en planos ortogonales entre sí y ortogonales en la dirección de propagación de la onda misma. 2 La onda electromagnética se caracteriza por una frecuencia n de oscilación de dichos campos, a las cuales se le asocia una longitud de onda λ=v/ν, donde v=c/n es la velocidad de propagación de la onda, igual en el vacío (n=1) a la velocidad de la luz c. La luz visible es esa parte del espectro de las ondas electromagnéticas en los que la longitud de onda λ está comprendida entre 400 y 750 nm. Estadística de Boltzmann La emisión de luz es un proceso que involucra un intercambio entre el campo de radiación y la materia. Para describir adecuadamente cómo se produce este intercambio de energía entre radiación y materia es necesario introducir la estadística de Boltzmann: se hipotetiza que la materia está compuesta por una serie de átomos, que por simplicidad podemos considerar que pueden asumir dos niveles energéticos, uno más bajo (estado fundamental) y energía E1 y uno más alto (estado excitado) y energía E2 > E1. En condiciones de Figura 2.1. Campo electromagnético. Intensidad de E Intensidad de B Dirección de propagación Láser en odontología Figura 2.2. Espectro de las ondas electromagnéticas: IR (infrarrojo), VIS (visible), UV (ultravioleta). equilibrio termodinámico a la temperatura T, es posible determinar cuántos átomos se encuentran en el estado fundamental y cuántos en el estado excitado, indicando respectivamente el número con N1 y N2. un sistema físico tiende a alcanzar un estado en el que la energía es mínima. (1) Consideremos ahora cómo se produce el intercambio de energía entre la radiación electromagnética y los átomos: el proceso puede ser visto como un intercambio de energía entre osciladores microscópicos oscilantes en la misma frecuencia. De acuerdo con la mecánica cuántica, un «fotón», es decir, la «partícula» (cuanto) que describe el campo electromagnético, posee energía hν, donde h es la constante de plank y ν es la frecuencia del campo electromagnético. Cuando esta «partícula» interactúa con un sistema atómico donde se posee exactamente E2 – E1= hν, pueden producirse dos procesos distintos: Donde N1 y N2 representan el número de átomos en los estados de energía E1 y E2, respectivamente, T es la temperatura absoluta y k la denominada «constante de Boltzmann», igual a 1,28*10-23 JK-1. Si la distancia en energía entre los dos niveles E2 – E1 > kT, la relación tiene tendencia a cero y en condiciones de equilibrio sólo muy pocos átomos se encontrarán en el estado de energía mayor. A partir de la forma de la ecuación (1) es evidente que para E2 > E1 se logrará siempre N1 > N2, por lo que, en el equilibrio térmico, el estado de energía más baja será siempre más poblado que el de energía mayor. Es interesante hacer notar que esto refleja una ley física fundamental, que establece que en el equilibrio Absorción y emisión ♦ El fotón cede su propia energía al átomo que se encuentra en el estado de energía E1, excitándolo en el estado de energía mayor E2 (absorción). Láser: principios de funcionamiento y aplicaciones ♦ El fotón estimula la «desexcitación» del átomo del estado de energía E2 al de energía E1; en este proceso se genera un segundo fotón idéntico al primero (emisión estimulada). Debido a que el proceso es simétrico, la prevalencia de un proceso sobre el otro depende de cuántos átomos se encuentran en el estado fundamental y cuántos en el estado excitado. Suponiendo que el sistema atómico esté investido por radiación con cierta densidad de energía ρ(ν), el número Za de absorciones por unidad de tiempo (número de fotones absorbidos) será proporcional al número N1 de átomos que ocupan el estado de energía menor E1 y a la densidad de la radiación ρ(ν):Za = B12N1ρ(ν). La constante de proporcionalidad B12 es tal que el producto B12ρ(ν) representa la probabilidad de que un átomo en el estado 1 es llevado al estado 2 en la unidad de tiempo. La expresión para el número de emisiones por unidades de tiempo resulta ligeramente diferente: además de una contribución del todo similar al tomado en cuenta para la emisión, debido a la interacción entre el campo de radiación y el sistema atómico, el átomo puede desexcitarse emitiendo un fotón aun en forma «espontánea». Experimentalmente lo que se observa ante la ausencia de un campo de radiación es una serie de decadencias, con relativa emisión de luz que sigue una ley exponencial. La ley de decadencia puede ser escrita como N2=N20e-t/τ y se caracteriza por el parámetro τ que toma el nombre de «vida promedio del nivel excitado». Esta vida promedio es el tiempo en el que la población del estado excitado N2 se reduce a 1/e veces (aproximadamente un tercio) de su valor inicial N20. Esto puede ser calculado simplemente colocando t=τ en la ley de decadencia. En analogía con lo realizado por la absorción es posible definir una probabilidad por unidad de tiempo para el proceso de emisión espontánea, que resulta ser A21=1/τ. Por lo que el número de emisiones estará compuesto por la suma de dos términos Ze = [A21 + B12 ρ(ν)]N2. Resulta oportuno destacar que el primer término, denominado de emisión espontánea, no depende del campo de radiación, mientras que el segundo, denominado de misión estimulada, representa el proceso simétrico de la absorción (y podrá observarse que B12 = B21). Figura 2.3. Sistemas en dos niveles: absorción por emisión. Los coeficientes B12, B21 y A21 son indicados con el nombre de coeficientes de Einstein. La expresión explícita de los coeficientes de Einstein puede ser obtenida por medio de un cálculo de mecánica cuántica. Aquí sólo nos interesa observar que de este cálculo resulta que el coeficiente A21 es proporcional al cubo de la frecuencia y que la relación entre la probabilidad de emisión espontánea y la de emisión estimulada es igual a Esta fórmula nos muestra que si la energía del fotón hν >> kT, la emisión espontánea predomina sobre la estimulada. Esto se produce, por ejemplo, en el caso de la emisión de luz visible por parte del filamento de una bombilla, en el que la emisión prevalente es la espontánea, de carácter causal. Si se toman en cuenta frecuencias más bajas, por ejemplo las de las microondas, es posible obtener hν << kT a temperatura ambiente y, por lo tanto, la emisión estimulada prevalece sobre la espontánea. Es por este motivo que los primeros experimentos de amplificación de la radiación mediante la emisión estimulada fueron efectuados en la región de las microondas con el desarrollo del Maser. Es posible observar con facilidad que a temperatura ambiente (T~ 300 K) si colocamos hν = κT se obtienen valores para ν iguales a aproximadamente 6 . 1012 Hz, que se corresponden con longitudes de onda λ = c/ν ~ 50 µm, en la región del lejano infrarrojo. Láser en odontología Para energías superiores, es decir, al cercano infrarrojo, visible y ultravioleta, se obtendrá hν >> kT, por lo que a temperatura ambiente N2/N1 << 1. Láser Hemos visto cómo la estadística de Boltzmann impone que, en un sistema de átomos, en el equilibrio los estados de energía mayor están menos ocupados que aquellos de energía menor. Esto hace que en la interacción radiación materia, las absorciones prevalezcan sobre las emisiones y el efecto total es una absorción de parte de la radiación a partir del sistema de átomos. Viceversa, si lográramos «invertir» la relación entre la poblaciones relativas de los dos niveles sería posible tornar predominante el proceso de emisión estimulada sobre el de la absorción. Este efecto sería una verdadera amplificación, ya que el proceso de absorción es un proceso «coherente», en el sentido que su efecto es sólo el de reducir la amplitud de un tren de ondas sinusoidales, sin alterar la fase; observada la simetría del proceso, también la emisión estimulada debe poseer esta característica. Esta coherencia puede ser fácilmente comprendida si se regresa a imaginar la interacción radiación materia como el intercambio de energía entre dos osciladores armónicos resonantes. La coherencia de una fuente muestra tener importancia si se analizan las características de una fuente que carece de coherencia. Para una fuente que se basa en procesos de emisión espontánea, como una simple bombilla de filamentos, la radiación emitida es producida por la desexcitación casual, en momentos diferentes de los átomos que componen el medio. Esto produce un gran número de ondas independientes y sin una relación precisa de fase y el frente de onda que resulta varía de punto en punto y de instante en instante. Si posteriormente se desea tener a disposición una fuente monocromática en un pequeño intervalo de frecuencia, se descubre que las fuentes incoherentes suministran un rendimiento bastante bajo. Para aclarar este punto es posible hacer un ejemplo: la superficie solar es asi- milable a un cuerpo negro con una temperatura T= 6000 K. De un 1 cm2 de esta superficie son emitidos aproximadamente 7000 joule/s, que es un valor bastante elevado. Pero si se tuviera que filtrar una parte de esta radiación, obteniendo una banda con un ancho de 1 MHz alrededor del pico de radiación solar (480 nm, luz verde), la potencia proveniente de 1 cm2 de superficie solar sería sólo de 10-5 joule/s. Esta enorme pérdida de eficiencia no se verifica en sistemas como el láser, en el que se usa un mecanismo de emisión estimulada, ya que los fotones producidos por medio de este mecanismo, al ser generados en condiciones de «resonancia» entre campo electromagnético y distancia en energía entre noveles atómicos, serán automáticamente monocromáticos. Por lo tanto, para realizar un amplificador de radiación que utilice un proceso de emisión estimulada, es decir, un láser, es necesario obtener la denominada «inversión de población», es decir, hacer que N2 > N1. Otro obstáculo para la realización del láser consiste en el hecho que, en la frecuencias ópticas, la emisión espontánea es predominante sobre la estimulada, debido a que hν >> kT. Sin embargo, es necesario tomar en cuenta el hecho que la coherencia de fase1 existe sólo en el mecanismo de emisión estimulada y que esto produce un enorme efecto sobre la intensidad. Para entender este mecanismo tenemos que recordar que la intensidad de una fuente luminosa es igual al cuadrado de la amplitud de la onda que la representa: Ii = A2 donde I es la intensidad y A la amplitud de la onda monocromática oscilante a la frecuencia ν. Cuando se suman fuentes «incoherentes» las fases no resultan «sincronizadas»: si considero N de esas fuentes incoherentes, la intensidad resultante será Itot= N .A2= n Ii, igual en cualquier dirección. Si, por otra parte, las fuentes N son coherentes, es posible sumar en fase las amplitudes y poseeremos una amplitud total de la onda que es igual a NA, ya que la intensidad total será su cuadrado Itot = (NA)2 = N2Ii; por lo tanto, N veces mayor que en el caso incoherente. En un sistema atómico N es siempre muy grande (por ejemplo, en un __________ Coherencia espacial: para cada instante t, se toman dos puntos P1 y P2 en el espacio se denomina φ(P) a la fase de la onda electromagnética en el punto P, se dice que existe coherencia espacial si: (1) φ(P2) - φ(P1) = constante. Coherencia temporal: dado un intervalo de tiempo t = t2 – t1 y un punto cualquiera del espacio P, se dice que existe coherencia temporal si: φ(t + τ) - φ(t) = constante para cada t y P.