Recorrido por La Laguna

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Recorrido por La Laguna
La Laguna, declarada Patrimonio de la Humanidad el día 4 de diciembre de 1999, nos permite
acercarnos a su triángulo histórico, situado entre la Iglesia de Santo Domingo, la de la
Concepción y la del Santísimo Cristo. En este triángulo histórico merecen ser visitados sus
monumentos en forma de catedrales, iglesias, conventos y múltiples museos; otros los
contemplamos a simple vista, como las calles salpicadas de casonas, palacios y ermitas que
hacen de su primitivo y casi intacto trazado urbano un recorrido inolvidable.
Comenzando nuestro recorrido por la popular calle del Agua, a nuestra izquierda podemos
contemplar el Convento de Santa Catalina de Siena, fundado en el año 1600. Entre sus
atractivos destacan sus dos ajimeces, que son miradores de celosías, desde donde las monjas
miraban al exterior sin ser vistas. En el interior de la Iglesia, en el coro bajo, se encuentra el
cuerpo incorrupto de Sor María de Jesús desde el siglo XVIII, a la que le han atribuido muchos
milagros y actualmente está en proceso de beatificación. Cada año, el 15 de febrero, es
expuesta a los fieles.
Junto a este convento, podemos admirar la fachada del Palacio de Nava. Su construcción se
inició hacia 1590 y se completó en 1776. Es un ejemplo singular de confluencia de muchos
estilos, manierismo, barroco y neoclásico canario, y es una de las expresiones más
sobresalientes de la arquitectura civil de las Islas Canarias. Aquí tuvieron lugar las famosas
tertulias de Nava, impulsadas por el Marqués de Villanueva del Prado, que marcaron una
importante etapa cultural en la isla.
En la esquina de la calle del Agua con la calle San Agustín, vemos el Palacete Rodríguez de
Azero, el actual Casino. Fue construido en 1908 y es de estilo ecléctico, influenciado por varias
corrientes historicistas. Sus fines son culturales y sociales. Siguiendo el curso de esta calle, a
nuestra izquierda, junto a un callejón empedrado, conocido por los laguneros como el
callejón de Las Claras, se levanta la Iglesia y el Convento de Santa Clara de Asís. La
construcción es del siglo XVI, sede de las monjas clarisas desde el año 1577. Durante el siglo
XVII fue uno de los conventos más ricos de la ciudad gracias a las dotes que ofrecían las
monjas a su entrada. Destaca en una de sus esquinas un bello ajimez.
Nos encontramos ante la popular plaza del Cristo, donde podemos visitar el Santuario del
Santísimo Cristo de La Laguna; en él se encuentra una hermosa y venerada imagen del
crucificado. Es una bellísima talla gótica del siglo XV, montada sobre una cruz y retablo de
plata. Es enorme su valor sentimental por tratarse de la imagen más popular y más visitada de
la ciudad.
A continuación, haciendo esquina con la calle San Agustín, vemos la Casa Lercaro, que hoy
es el Museo de Historia de Tenerife. Comenzó a construirse en 1593. En la fachada principal
destaca la portada de influencia genovesa y gusto manierista, rematada por el escudo de la
familia Lercaro. Entre sus muchos atractivos están sus patios.
En la esquina opuesta nos encontramos con la casa de los Jesuitas, construida en 1733;
actualmente alberga la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife, promovida
por Carlos III. En 1817 acoge a la recién inaugurada Universidad de San Fernando, hasta
mediados del siglo XX.
A mitad de la calle nos encontramos a nuestra derecha con la Casa Salazar. Fue mandada a
construir en el siglo XVII y es uno de los ejemplos insólitos de la arquitectura civil de Canarias.
Su fachada, inspirada en el Palacio de Nava, con elementos manieristas y barrocos y rejas en
los grandes ventanales, es considerada una de las mejor conservadas del archipiélago.
Destaca el escudo de mármol con las 13 estrellas de los Salazar. Tras diversos usos, a partir
del siglo XIX fue sede de la Diócesis Nivariense. El 23 de Enero de 2006 fue devastado por las
llamas de un pavoroso incendio, que redujo a cenizas su incalculable patrimonio artístico
interior.
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A la derecha contemplamos la Iglesia de Nuestra Señora de los Dolores, construcción de
1515 adosada al antiguo Hospital. Junto a la espadaña en cantería azul se encuentra la bella
portada labrada en piedra, obra de Juan González Agala.
A pocos metros se encuentra el Instituto de Canarias “Cabrera Pinto”, antiguo Convento de
San Agustín. Su construcción se inició en 1506; fue sede de la Universidad y desde 1846 el
primer Instituto de Canarias. Su claustro, uno de los más bellos de Canarias, mereció
encendidos elogios de Unamuno. Conserva importantes obras de arte del Museo Romántico de
Madrid.
Ahora llegamos a la plaza de la Junta Suprema. Señala uno de los límites de la antigua laguna
que en 1837 se desecó artificialmente, permitiendo un crecimiento urbano en esta dirección,
sobre todo en el siglo XX debido a un significativo aumento de población.
La Ermita de San Benito Abad fue fundada en 1532 bajo el cuidado del gremio de labradores,
el cual desaparece en el siglo XIX. La ermita quedó en un estado de total abandono y se
restauró a mediados del siglo XX. Es de destacar la romería que todos los años parte de la
misma, llenando de alegría y colorido las calles de la ciudad.
La Iglesia de Ntra. Señora de la Concepción es la Iglesia Matriz de la isla. Su creación
comenzó a principios del verano de 1496 a raíz de la terminación de la conquista, pero fue en
1515 cuando se traslada al emplazamiento actual debido a la escasa capacidad del antiguo
templo. Su construcción progresa lentamente, pues el Adelantado decide crear la Parroquia de
Los Remedios, actual catedral, en la Villa de Abajo, provocando una rivalidad durante los dos
siglos siguientes, en un afán de superarse la una a la otra. La Torre, símbolo indiscutible de La
Laguna, sufrió muchos cambios, quedando con una altura de 33 metros y elaborada de piedra
molinera. En su interior destaca la Pila bautismal de cerámica sevillana, de la que se dice que
fue traída por el Adelantado y en la que fueron bautizados algunos guanches. También se
encuentra la tabla de San Juan Evangelista, por las que el pueblo lagunero siente especial
devoción desde el día 6 de mayo de 1648, cuando comenzó a sudar durante 40 días y 40
noches, sin encontrarse explicación alguna. Su púlpito es una pieza barroca tallada en madera
del siglo XVIII, de autor anónimo.
Entramos en la calle Herradores, conocida en otros tiempos como “de los Mesoneros” o
también como el “camino que va a Santa Cruz”. Ha sido una calle con una importante vida
comercial a lo largo de la historia. El Antiguo Juzgado de Indias alberga actualmente una sede
bancaria. También es conocida como casa Casabuena, nombre tomado de Bartolomé
Casabuena, quien había comprado el título de Juez de Indias en 1708. El Juzgado de Indias
tuvo sede en La Laguna desde 1566 y fue creado en el siglo XVI para controlar el comercio
directo entre Canarias y América.
A continuación, a la derecha, nos encontramos con la bella fachada de la Casa Franco de
Castilla. Construida en el siglo XVIII, nos presenta una hermosa portada en cantería del tipo
barroco lagunero, sobre la cual hay un relieve de la Inmaculada. Un poco más adelante vemos
la fachada de la Casa Mustelier, otro ejemplo de portada lagunera de corte barroco del siglo
XVIII. Justo enfrente tenemos la Casa Bigot, construida en el siglo XVII. Presenta una fachada
con balcón en la tercera planta, que servía de granero y de esta forma se aireaban las
cosechas. Posiblemente sea una de las primeras casas de estas características en La Laguna.
Las diversas casas de diferentes épocas, estilos y usos le dan a esta calle un peculiar aspecto.
Al final de la calle nos encontramos con la Capilla de la Cruz Verde, adosada a la casa Salazar
Oraá del siglo XVIII. Fue levantada con carácter expiatorio por un crimen que se había
cometido en aquel lugar. Su construcción se debe a los Hermanos Quintana, uno de los cuales
sería un famoso pintor durante el siglo XVIII en Canarias.
Al final de la plaza de San Cristóbal, casi escondida entre dos edificios contemporáneos,
aparece la fachada de la ermita que da nombre a la plaza, la Ermita de San Cristóbal, fundada
a principios del siglo XVI. La fábrica actual posiblemente sea del XVIII. La tradición dice que los
restos de Fernando Guanarteme, que colaboró en la conquista de Tenerife, yacen en su
interior.
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Subiendo a la derecha nos encontramos con la Iglesia y Exconvento de Santo Domingo de
Guzmán. El convento fue fundado en 1522 por la orden dominica y acogió al antiguo seminario
hasta hace poco tiempo. Actualmente alberga dependencias municipales. En el exterior hay
que destacar la espadaña en ángulo con la iglesia, y en su interior los llamativos murales
pintados en el siglo XX por Mariano Cossío y Antonio González Suárez, además de
importantes obras en orfebrería. En la parte trasera del conjunto se encuentra uno de los
dragos más antiguos y populares de la isla, “el viejo drago del seminario”.
Volvemos a la plaza del Adelantado y mirando hacia la calle Carrera y a nuestra izquierda
podemos ver el resto de las casas consistoriales. La primera edificación es la Casa del
Corregidor, con portada en cantería roja, donde se pueden apreciar los escudos de Carlos I y
a ambos lados el de Tenerife y el del Corregidor Sotomayor. Esta casa constituye el más
antiguo ejemplo de influencia plateresca en Canarias.
Junto a ésta, la Casa de la Alhóndiga, construida en el siglo XVIII, servía para albergar las
dependencias administrativas y de control de las actividades económicas de la isla hasta el
siglo XIX. La Casa de los Capitanes, haciendo esquina con la anterior, fue mandada construir
por Diego Alvarado Bracamonte en el siglo XVII. Fue residencia de los capitanes generales de
Canarias hasta su traslado definitivo a Santa Cruz en 1723. Actualmente alberga las
dependencias de Alcaldía, además de la sede del Centro Internacional para la Conservación
del Patrimonio (CICOP).
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