El Análisis Transaccional - Universidad Complutense de Madrid

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EL ANÁLISIS TRANSACCIONAL
Felicísimo Valbuena de la Fuente
Catedrático
Teoría General de la Información
Facultad de Ciencias de la Información
Universidad Complutense
MADRID
El Análisis Transaccional se ha convertido en un auténtico fenómeno mundial.
No se puede decir, a estas alturas, que responde a una moda pasajera.
Diversos campos de la actividad humana están recibiendo una interpretación
desde el Análisis Transaccional que se está mostrando válida para el
autoconocimiento y para resolver los problemas de relación.
Quizá una de las razones fundamentales de este éxito se debe a que el
Análisis Transaccional deja en manos de la persona con nivel cultural medio
unas técnicas fácilmente aplicables al cambio de las acciones propias y ajenas,
sin perder rigor científico.
1. EL CEREBRO HUMANO EN EL ANÁLISIS TRANSACCIONAL.
El Análisis Transaccional parte de los experimentos de un neurocirujano
canadiense, el doctor Wilder Penfield; durante años realizó multitud de
experimentos con personas que padecían epilepsia focal. Los experimentos
consistían en estimular el córtex temporal del cerebro del paciente con una
corriente eléctrica débil transmitida a través de una pequeña sonda galvánica.
El paciente estaba sometido a anestesia local y, por tanto, podía hablar.
Penfield iba registrando las reacciones de los pacientes.
Lo que llamó la atención del doctor canadiense fue que, al estimular
determinadas zonas, el paciente recordaba pronto cosas que tenía
completamente olvidadas. Si estimulaba otras, surgían otros recuerdos. Si
volvía a estimular nuevamente las mismas zonas, el paciente recordaba lo
mismo que en la estimulación anterior. Pero... si Penfield no aplicaba el
electrodo, aunque dijese a los pacientes que sí les estaba estimulando, no
recordaban nada.
Siguiendo con sus experimentos y registros de las impresiones de los
pacientes, Penfield llegó a las mismas conclusiones:
El electrodo hacía que el paciente evocase un recuerdo simple y no
precisamente una mezcla de recuerdos o una generalización. Aquí puede
comprobarse cómo actúa la atención. Por supuesto, la respuesta al estímulo
del electrodo era involuntaria.
Las personas tienen grabadas y almacenadas con todo detalle las experiencias
vividas y los sentimientos que llevaron aparejados. Al recordar, no se pueden
aislar hechos y sentimientos. Podemos grabar, recordar voluntariamente y
revivir involuntariamente.
Las experiencias quedan registradas, independientemente de si el sujeto se
acuerda de ellas o no.
La atención es la que otorga sentido de lo importante a los acontecimientos que
quedan grabados. Por otra parte, las experiencias no están aisladas sino que
guardan cierta continuidad, unas pautas que tienen un camino neuronal
separado. La mente humana, consiguientemente, puede compararse a una
librería con muchos volúmenes.
Estas conclusiones teóricas de Penfield fueron desarrolladas por Eric Berne,
fundador del Análisis Transaccional en varias de sus obras.
2.- EL CEREBRO, COMO MAGNETÓFONO DE ALTA CALIDAD.
El cerebro humano es algo más que una cámara fotográfica. Su actividad
puede compararse a la de un magnetófono estereofónico de alta fidelidad. Una
banda contiene los sucesos y otra las emociones asociadas con tales sucesos.
El magnetófono está continuamente en movimiento, desde nuestro nacimiento.
Y en la lectura (magnetofónica) involuntaria, la banda de los sentimientos
puede apoderarse de la de los hechos. Podemos revivir sin recordar.
Las personas pueden estar en dos Estados al mismo tiempo. Se puede estar
»en» la experiencia y »fuera de» ella, observándola.
La función de la memoria no es sólo psicológica, sino biológica.
3.- EL ANÁLISIS TRANSACCIONAL Y SU CONCEPCIÓN DEL SISTEMA
PERSONAL.
El mencionado doctor Berne invitaba a observar cómo en las actividades
sociales espontáneas nos podemos dar cuenta de que la gente cambia verbal y
no verbalmente en el curso de una misma actividad. A veces, estos cambios
son rapidísimos. Llevan aparejados, también cambios en los sentimientos. Pero
tales cambios no son azarosos sino que mantienen regularidades, muestran un
conjunto de pautas observables. Este conjunto de pautas observables llevaron
a Berne a formular su concepción sobre
4.- LOS ESTADOS DEL EGO.
Un Estado del Ego es un sistema de sentimientos acompañado por un conjunto
relacionado de pautas de conducta. Cada individuo parece tener disponible un
repertorio limitado de tales Estados del Ego, que no son roles sino realidades
psicológicas. Este repertorio puede clasificarse en las siguientes categorías:
Estados del Ego que recuerdan las figuras paternas.
Estados del Ego que son autónomamente dirigidos hacia la evaluación objetiva
de la realidad.
Los que representan reliquias arcaicas, Estados del Ego, todavía activos, que
fueron fijados en la temprana niñez.
Técnicamente son llamados, respectivamente, Estados del Ego
exteropsíquicos, neopsíquicos y arqueopsíquicos. Coloquialmente, sus
exhibiciones se llaman Padre, Adulto y Niño, y estos términos simples sirven
para todas las discusiones excepto para las muy formales.
Lo que Berne ha mostrado es que, en cualquier momento, cada individuo
muestra un determinado Estado del Ego, ya sea éste, Padre, Adulto y Niño.
Además, cada individuo tendrá unas características particulares que influirán
en la rapidez o lentitud del cambio. Es decir, una persona pasará de sentir,
hablar y actuar como Niño a mostrar, en cuestión de segundos, pautas de
Padre o Adulto. Y viceversa.
Otros, sin embargo, se mantendrán mucho más tiempo en un determinado
Estado.
Harris, siguiendo con el símil del cerebro como un magnetófono de alta
fidelidad, dice:
«El Estado es producido por la lectura de datos de sucesos registrados en el
pasado, que envuelven a personas reales, tiempos reales, sitios reales,
decisiones reales y sentimientos reales».
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5.- DIAGRAMA ESTRUCTURAL DE LA PERSONALIDAD.
Berne ofrece las siguientes visualizaciones de las realidades fenomenológicas:
ESTADO
PATERNO PADRE
DEL EGO
ESTADO
ADULTO
ADULTO
DEL EGO
ESTADO
NFANTIL
NIÑO
DEL EGO
La razón que aporta Berne para separar tan claramente dichos Estados es
«porque son tan diferentes y tan inconsistentes entre sí».
6.- EL PADRE
«El Padre está constituido por una enorme colección de grabaciones en el
cerebro de sucesos externos indiscutidos o impuestos, percibidos por una
persona en los primeros años de su vida, período que podemos fijar
aproximadamente en los cinco primeros años de la vida. Este es el período
anterior al nacimiento social del individuo, antes de que abandone el hogar e
ingrese en la escuela, en respuesta a las exigencias de la sociedad.»
Para comprender adecuadamente el Estado del Ego al que se designa como
Padre, conviene tener presentes los siguientes puntos:
Padre significa el padre o la madre reales o los que hicieron sus veces. Y este
«hacer sus veces» puede ampliarse mucho, hasta abarcar entre otros, a la
televisión... Porque lo que importa son las «cintas» que quedaron grabadas en
el cerebro, con lo que se vio, oyó, entendió, etc., en forma de órdenes,
ejemplos, consejos, prohibiciones, etcétera.
Las grabaciones no son fieles; la razón está en que el niño no sabía codificar
lingüísticamente sus experiencias.
El Padre Crítico. El contenido de las grabaciones consiste en reglas sobre lo
que debe hacerse y no debe hacerse, sobre lo permitido y prohibido, sobre lo
aconsejable y lo que ha de evitarse. De la misma manera, las explicaciones
causales de los acontecimientos. Finalmente, el Padre tiene grabadas las
experiencias agradables del padre y de la madre con él.
Independientemente del calificativo ético que puedan merecernos estas
grabaciones en forma de consejos o reglas, lo que interesa resaltar es que el
contenido de las «cintas» es «verdad» para el niño. Y además, no puede borrar
dicho contenido, sino que el magnetófono puede «leer» en cualquier momento
de la vida posterior cualquier experiencia. Otra cosa es qué puede hacer la
persona activamente con dichos contenidos. Pero eso ya lo veremos más
adelante al tratar el Adulto. De momento, y uniendo con lo dicho en el punto
anterior, es fácil reconocer los inconvenientes de esta función del Padre que se
ejerce a través de prejuicios y nociones sin crítica. Si el niño está repleto de
tales «cintas», su vida posterior tendrá una carga tal que le puede llevar a la
pérdida del sentido de la realidad. Este es el fenómeno de la reificación: Tienen
más realidad las palabras que las cosas a que se refieren.
El Padre también educa en forma de cuidados y protecciones para que el niño
no se dan. Este tipo de grabaciones son muy útiles para la supervivencia física
y social del individuo. Sin los consejos del Padre, el niño moriría. En el Padre
quedan grabadas todas las instrucciones, es decir, el «cómo hay que hacer»
las cosas. También es fácil reconocer los inconvenientes de esta función del
Padre si éste se vuelve excesivamente protector o asfixiante.
El Padre se exhibe de dos maneras: directa e indirecta; como un Estado activo
del Ego y como una influencia.
Estado activo: la persona responde como su padre y su madre reales hubieran
respondido realmente. Se convierte en uno de ellos.
Influencia indirecta: responde de la forma en que a ellos les hubiera gustado
que respondiese. Se adapta a sus requerimientos.
En el Padre quedan también grabadas las inconsistencias entre lo que se
piensa, se dice y se hace. El niño puede llegar a registrar el «quien no vive
como piensa, acaba pensando como vive», que diría Paul Bourget. El niño
observa que sus padres hablan una cosa en casa, dicen otra distinta fuera, y
hacen otra diferente. Incluso, le aconsejan algo diverso. Por otra parte, en el
Padre quedan también grabadas las transacciones entre el padre y la madre.
Harris compara lo que venimos diciendo en este punto a:
- Los sonidos concordantes o discordantes de los altavoces por los que nos
llega la grabación de una cinta estereofónica. O hay armonía y belleza o
discordancia y distorsión. El resultado es que el sonido pierde calidad, es decir,
el Padre pierde fuerza.
- La educación algebraica en la que «más por menos es menos». ¿Que el
menos es pequeño?. ¿Que el menos es grande?. No importa. Las
consecuencias en la vida posterior serán ambivalencia, discordia y
desesperación.
Claves no verbales del Padre.
Véase la tabla 1.
Claves verbales del Padre.
Véase la tabla 1.
En resumen, el Padre es un concepto «enseñado» de la vida, que puede
activarse bajo ciertas circunstancias (funcionamiento exteropsíquico).
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7.- EL NIÑO.
Al mismo tiempo que el Padre -Harris se atreve a fijar en los cinco primeros
años de la vida la formación del Padre y del Niño- se van registrando también
en el cerebro de la persona una serie de datos que tienen estas características:
Son sucesos internos;
Son respuestas a los acontecimientos externos;
Son sentimientos.
Vamos a comprender al Niño, distinguiendo diferentes apartados, como hemos
hecho con el Padre. De nuevo nos encontramos con que la persona tiene
dificultad para codificar oralmente todo lo que lleva dentro. Entonces, se
expresará por medio de sentimientos.
Ahora bien, parece que predominan los sentimientos de frustración y terror en
la «situación de niñez» ¿Debido a qué?. A la gran diferencia que había entre
las personas mayores, que superaban al niño en estatura, en saber hacer las
cosas bien, en fuerza física y económica para llevarlas a cabo... y la pequeñez,
la dependencia que el niño sentía y tenía para cubrir sus necesidades físicas,
psicológicas y sociales. Aparte de la situación de inferioridad, el niño sentía que
sus padres no eran siempre predecibles, sino que le creaban gran
incertidumbre cuando de pronto le acariciaban y, momenos después, le
pegaban o abandonaban, sin ninguna explicación (aunque el Adulto puede
darse cuenta de que el padre y la madre proyectan sobre el niño sus propios
Estados psicológicos de alegría o depresión).
Las grabaciones de frustración pueden ser revividas por la persona en
cualquier momento de su vida mediante la atención dirigida al pasado. Sobre
todo, cuando la persona se encuentra en una situación problemática,
laberíntica o incluso trágica cuando está «entre el suelo y el estribo». Su actitud
puede ser la de Niño, dejándose deprimir. Cuando el Niño tiene muchas
«cintas» de sentimientos negativos, puede sufrir las consecuencias en su vida
posterior, estando dominado por los deberes, las prohibiciones, el terror, la
angustia, la agonía y el sentimiento de fracaso. Además, si a eso añadimos la
ausencia de «cintas» con contenidos agradables, la persona no se sabrá
divertir. Ni que decir tiene que esta continua tensión produce efectos
destructivos para el sujeto.
Porque, en el Niño, quedan grabadas también experiencias agradables teñidas
de alegría, sorpresa, admiración, autodescubrimiento, descubrimiento de los
demás y del mundo, espontaneidad, creatividad, deseo de conocer, de tocar,
de experimentar, el encanto, el candor, la apertura, la disponibilidad, etc. El
Niño sabe cómo pasarlo bien. Es la parte más recompensante de nuestra
personalidad. Lo que ocurre muchas veces es que esos deseos se escalan y el
Niño quiere lo mejor y «ahora». El orgullo, la vanidad y el rencor pueden surgir
cuando el mundo no se ajusta a los deseos.
El Niño se exhibe de dos maneras. El Niño natural y el Niño adaptado. En
aquel, pueden encontrarse las grabaciones genéticas de todos nuestros
estímulos biológicos primarios. También podemos hallar la creatividad, la
intuición, la curiosidad y el estímulo para explorar, sentir, tocar, amar. Si
queremos conocer dónde reside la rebeldía, también hemos de acudir al Niño
natural.
El Niño adaptado es, de acuerdo con Berne, «el que modifica su conducta bajo
la influencia del Padre. Se porta como su padre (o madre) quisieran que se
comportase: obedeciendo o mostrando precocidad. O se adapta apartándose o
quejándose. A veces, puede existir perversidad, espíritu de venganza. Más que
comunicar las ideas claramente, calcula cómo provocar una reacción».
Claves no verbales del Niño.
Véase la tabla 1.
Claves verbales del Niño.
Véase la tabla 1.
El Niño como concepto sentido de la vida, consiste en reliquias fijadas desde el
nacimiento hasta los cinco años y puede activarse en cualquier momento de la
vida posterior bajo ciertas circunstancias (funcionamiento arqueopsíquico).
8.- EL ADULTO.
Harris estima que, alrededor del décimo mes de vida, el niño puede moverse,
manipular los objetos, los juguetes; los explora y explota. Se da cuenta de que
él puede ser fuente de movimientos. Tiene diferentes alternativas y, por eso,
está en posición de elegir la respuesta más adecuada. No está ya únicamente
a merced del ambiente que le rodea, sino que puede empezar a controlarlo.
La mejor imagen del Adulto es la de un computador, que procesa datos y
decide si son aplicables al día de hoy las afirmaciones del Padre, o si son
apropiados los sentimientos del Niño.
Igual que hemos hecho con el Padre y el Niño, vamos a distinguir algunos
puntos que nos ayudarán a tener un cuatro bastante completo del Adulto. No
es que prescinda del Padre y del Niño. Más bien, comprueba si son aplicables.
Y esto, sin introducir categorías éticas. Lleva a cabo la comprobación de dos
maneras:
Pone al día los datos. Hay muchos consejos o sentimientos que están
grabados, pero que pueden cambiarse de banda, o dejarlos a un lado porque
son inadecuados para el momento presente. Hay otros que son reconocidos
como válidos.
Estima probabilidades. Al principio, ejecuta esta función lentamente, pero luego
puede adquirir la maestría que da el continuo ejercicio. En la estimación de
probabilidades, llega a conocer la conveniencia de las afirmaciones
automatizadas del Padre, porque de ellas depende su supervivencia. El tiempo
libre que deja esta automatización, lo dedica a la creatividad, a «cómo hay que
hacer las cosas».
Tanto la puesta al día como la estimación de probabilidades le llevan a tomar
decisiones. Y lo importante no es tanto la decisión misma, sino el proceso por
el que se llega a la misma. El Adulto que sabe estimar probabilidades, sabe
que al mismo fin se pueden llegar muchas veces por diversos caminos y que es
muy simplista pensar que sólo hay «una» o «la» solución. En lugar de aceptar
el dictado del Padre y la prisa del Niño, sabe crear diferentes respuestas, y
media entre Padre y Niño. También sabe cómo estructurar la decisión elegida
para llevarla a la práctica.
Mientras las grabaciones del Padre y del Niño están sin refinar, las del Adulto
tienen una fidelidad mucho mayor. El Adulto adquiere el sentido de lo
importante. Las órdenes del Padre, útiles para la supervivencia, adquieren una
nueva dimensión, porque las decisiones se toman sobre una gran variedad de
probabilidades; por lo tanto, hay una labor de planificación, no sólo una
resolución de problemas concretos. Mayor fidelidad de las grabaciones.
El Adulto necesita «tiempo para pensar». No responde de manera inmediata a
muchos estímulos del ambiente, sino que sabe tomar distancias entre los
acontecimientos y su propia actitud y conducta. El Adulto es estoico, en el
sentido de saber esperar y enfriar las reacciones inmediatas para recrear su
propio ambiente. Necesita tiempo para pensar.
Claves no verbales del Adulto.
Véase la tabla 1.
Claves verbales del Adulto.
Véase la tabla 1.
Aunque un Adulto cabal, no helado por las posiciones paternas, ni paralizado
por los terrores del Niño, es muy apreciado por la sociedad, que a veces le
considera un espécimen raro de supervivencia psicológica, las cosas pueden
cambiar. Lo cual quiere decir que el Adulto no está dado de una vez por todas.
Más adelante nos ocuparemos de las vulnerabilidades del Adulto.
El Adulto, concepto pensado de la vida, procesa datos que le entrega al Padre,
el Niño y la realidad. Esta misión mediadora, comparadora, verificadora puede
activarse en cualquier momento de la vida. Es una función neopsíquica,
voluntaria. La persona que consigue activar adecuadamente su Adulto se
decide por una determinada posición en la vida, que examinaremos con más
detenimiento en una posterior Unidad de Instrucción.
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9.- EL ANÁLISIS TRANSACCIONAL COMO MÉTODO.
Ya hemos visto la concepción que tiene el Análisis Transaccional de la persona
humana: Estados del Ego y posiciones vitales. Pero el Análisis Transaccional
es, además, un método de observar, comprender y explicar las relaciones entre
las personas.
La unidad básica de observación, para el A.T., no es el individuo humano, sino
la Transacción. Es decir, un concepto sintético, pues para Eric Berne, fundador
del A.T., «cuando dos personas entran en contacto, existe un estímulo
transaccional y una respuesta transaccional». Podemos decir que las
transacciones son las cosas que las personas hacen y se dicen entre ellas, y
que en toda transacción hay un estímulo y una respuesta.
En una transacción, cada persona gana algo en el intercambio. Lo que den y lo
que reciban las personas dependerá de cual sea el Estado del Ego más activo
en cada persona, en ese momento, y de las clases de transacciones que
tengan lugar entre ellas.
El A.T. como método estriba en:
- Sistematizar toda la información que provenga de analizar esa unidad de
intercambio social.
- Hacerlo de tal forma que las palabras tengan el mismo significado para las
personas que empleen este método.
- Facilitar el que las personas se pongan de acuerdo también en los aspectos a
considerar.
10.- PROCEDIMIENTOS PARA ANALIZAR LA TRANSACCIÓN.
Más en concreto, hay que dar los siguientes pasos:
1º Averiguar quién -Padre, Adulto, Niño- está dirigiendo el estímulo
transaccional.
2º Averiguar qué Estado del Ego -Padre, Adulto, Niño- está activado en la
respuesta transaccional.
3º Visualizar en diagramas, por medio de flechas, las relaciones que se
establecen entre los dos sistemas actuantes.
4º Concretar en reglas el carácter de tales relaciones.
En el siguiente diagrama podemos apreciar la representación gráfica que Eric
Berne ideó para mostrar los nuevos vectores posibles que pueden darse entre
dos sistemas.
Cuando queramos analizar una determinada transacción entre dos sistemas
humanos, hemos de tener presentes las claves no verbales y las expresiones
verbales, y visualizar con diagramas y flechas el carácter de la transacción. Al
fin y al cabo, lo que conocemos positivamente es el lenguaje que se emplea y
las expresiones no verbales concomitantes. Con tales datos podemos empezar
a trabajar.
P
Muy importante:
El tono de voz y los
gestos pueden hacer
que las mismas
palabras signifiquen
transacciones
diferentes
1
2
3
4
A
6
7
N
9
1
2
3
5
8
P
4
5
6
7
8
9
A
N
Las reglas en las que se concreta el carácter de tales relaciones son dos, y
como puede comprobarse, muy fáciles de entender.
«La primera regla de comunicación es que la comunicación procederá
suavemente en tanto en cuanto las transacciones sean complementarias; y su
corolario es que en tanto las transacciones sean complementarias, la
comunicación puede, en principio, proceder indefinidamente».
Un aspecto muy importante señalado por Berne es que la primera regla se
refiere esencialmente a la dirección de los vectores, prescindiendo de la
naturaleza y contenido de la relación.
12.- CLASES DE TRANSACCIONES
12.1.- Transacciones complementarias
Volviendo a la visualización que Berne ha hecho de los nueve vectores, él
especifica así el carácter de estas posibilidades:
Existen transacciones complementarias entre «iguales psicológicos»: (1-1)2;
(5-5)2; (9-9)2.
También hay otras tres transacciones complementarias entre Estados del Ego
diferentes: (2-4) (4-2); (3-7) (7-3) y (6-8) (8-6).
Todas las demás transacciones son cruzadas, es decir, 72. Afortunadamente,
sólo cuatro de ellas ocurren tan a menudo como para ser objeto importante de
preocupación en el trabajo clínico o en la vida cotidiana.
P
A
N
P
A
N
A pesar de la importancia de la dirección de los vectores, Berne también hace
un diagnóstico aproximado sobre la naturaleza y el contenido, que viene a
concretar de la siguiente forma:
Las transacciones Padre-Padre suelen consistir en charla crítica.
Las transacciones Adulto-Adulto están dirigidas a resolver problemas.
Las transacciones Niño-Niño; Padre-Niño; Niño-Adulto y Adulto-Padre implican
un carácter de juego.
11.2. Transacciones cruzadas
Si una persona pide a otra información (A-A), y recibe una respuesta de Niño a
Padre (NP), con lo cual las flechas se cruzan, nos encontramos ante una
transacción quejumbrosa (o de transferencia). Es el tipo de transacción que
provoca la mayoría de los problemas del mundo.
Marido: «¿Dónde están mis gemelos?»
Mujer: «¿Por qué siempre me echas la culpa de todo?»
Si una persona pide a otra información (A-A) y ésta le responde de Padre a
Niño, de forma protectora y pomposa, es una transacción arrogante (o de
contratransferencia), y es la segunda de las causas de los problemas de este
mundo.
La transacción exasperante es cuando alguien quiere comprensión y, en vez de
eso, recibe hechos: NP-AA.
La transacción insolente o punzante se da cuando alguien que espera docilidad
recibe en vez de eso una respuesta que consiste en una afirmación de hechos:
PN-AA.
11.3. Transacciones Ulteriores
Además, Berne ha distinguido otros tipos de transacciones, según el número
de Estados del Ego que se activen. Se llaman transacciones ulteriores las que
implican la actividad de más de dos Estados del Ego simultáneamente. Son la
base para los juegos. Puede describirse un juego como «un conjunto de
transacciones, frecuentemente repetitivas, superficialmente plausibles, con una
motivación oculta. Cada juego es básicamente deshonesto y el resultado tiene
una cualidad dramática, en cuanto distinta de la meramente excitante». (Berne)
(Ver Valbuena de la Fuente, Felicísimo: Juegos y maniobras en el periodismo.
En Cuadernos de Información y de Comunicación, 1, 1996: 13-40.
Para distinguir bien las transacciones ulteriores, es importante tener en cuenta
que el significado ostensible social o manifiesto es transmitido verbalmente,
pero el significado psicológico se mueve en el plano no verbal o extraverbal. O
dicho de otro modo, las predicciones a nivel social se hacen con palabras; las
predicciones a nivel psicológico pueden transmitirse mediante gestos,
entonación, etc. Dependerá mucho la adecuada captación de estas
transacciones de la destreza que el individuo tenga para discernir y discriminar
los estímulos. Puede, pues, darse el caso de que una persona crea haber
captado el significado total de una situación porque ha atendido a lo obvio; sin
embargo, habrá dejado una sobra de significado sin la cual no cabe una
comprensión de lo que ocurre.
11.3.1. Transacciones angulares
Las transacciones ulteriores son angulares cuando implican tres Estados del
Ego, desarrollándose transacciones ostensibles en el nivel social y
transacciones ulteriores en el nivel psicológico.
Nivel social.
«Este coche sería el más P P
indicado para usted pero
no puede comprarlo».
Nivel psicológico
«Claro, que su vecino no A A
vacilaría en comprarlo».
Nivel social
«Tiene razón. No puedo
comprarlo». N N
Nivel psicológico
«Me lo compro»
Este ejemplo es el que Berne considera típico de las transacciones de los
vendedores con los clientes.
11.3.2. Transacciones dobles
Las transacciones ulteriores son dobles cuando se activan cuatro Estados del
Ego.
«La joven casada no quiere engañar a su marido; por otra parte, se siente
halagada por las atenciones de que la rodea su amigo; le ve con agrado; no
quiere pensar con demasiada claridad en las intenciones de éste. Un buen día,
él le coge la mano lo que, evidentemente, manifiesta que él desea una entrega
total, o, cuando menos, que quiere probar suerte. La mujer, que no quiere
faltar, debería retirar su mano; pero no lo hace; trata de olvidar que tiene su
mano entre las de su amigo; su conversación se hace bruscamente más
«espiritual, más intelectual»; olvida que su mano está prisionera, o, al menos,
prefiere no parar en ese «detalle»; contempla su propia mano como si no le
perteneciese, como si fuera «una cosa», la «mano de otro».
(Moeller, Charles, resumiendo un caso explicado por Sartre).
Nivel social
«¿Te gustaría que
fuésemos al museo?.
Nivel psicológico P P
«Estoy loco por tí».
Nivel social
«Muy bien. Hace mucho nivel
tiempo que no iba a un A ----------------> A
museo y conviene culti- <--------------var la sensibilidad. social
Nivel psicológico
«Si no estuviese casada, nivel
hoy mismo empezábamos N -----------------> N
una nueva vida». <---------------psicológico
El estudio de los diagramas muestra que hay 81 al cuadrado, o sea, 6.561 tipos
de transacciones dobles posibles. Si restamos las simples y cruzadas, tenemos
6.480 tipos de conciliaciones dobles. Afortunadamente, sólo seis de éstas
suelen tener importancia en la práctica clínica o en la vida cotidiana.
AA.AA + NN.NN
AA.AA + PP.PP
AA.AA + PN.NP
PP.PP + NN.NN
AA.AA + NA.NA
AA.AA + PA.PA
Para verlas más claras, es mejor dibujar los diagramas transaccionales y luego
traducirlos a situaciones de hecho.
La aplicación del Análisis Transaccional a las relaciones interpersonales es uno
de los avances más considerables que ha experimentado la Comunicación a
partir de los años sesenta. Hay quien ha llegado a considerarlo como una
panacea, pero el peligro mayor no consiste en elevar demasiado las
expectativas sino el poder utilizarlo como procedimiento manipulador. Es decir,
que una persona esté tan diestra en el Análisis Transaccional que llegue a
sentir una omnipotencia de tipo mágico. En ese momento habrá roto uno de los
componentes esenciales del Análisis Transaccional: la elaboración de un
mundo de valores consistentes. Utilizar a las otras personas para los propios
fines es una constante en cuantos buscan dominar bajo cualquiera de sus
formas. Para impedir esto, lo mejor es divulgar las técnicas de este Análisis al
mayor número de personas posibles. Así se impedirá el despotismo ilustrado
de quienes poseen una información de la que carecen los demás. Ya hemos
señalado que el Análisis Transaccional es un método mucho más accesible
que otros para el hombre medio.
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