La Revolución Francesa (1789-1799)

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“Educando para la vida”
Profesor Frank Aspe Figueroa
GUÍA DE ESTUDIO. HISTORIA Y CIENCIAS SOCIALES. CUARTOS MEDIOS. NM4
UNIDAD: La era de las revoluciones y la conformación del mundo contemporáneo.
CONTENIDO: La Revolución Francesa (1789-1799)
OBJETIVO: Comprende la importancia de la Revolución Francesa para el mundo contemporáneo,
caracterizado por una visión ilustrada, y valorando el reconocimiento de los derechos de las personas.
LA REVOLUCIÓN FRANCESA (1789-1799)
EL CONCEPTO DE REVOLUCIÓN
Cuando los historiadores utilizan el concepto revolución, se refieren a aquellos procesos históricos que
cambian en forma brusca y casi absoluta las estructuras de la sociedad (por ejemplo, la conformación de
nuevos grupos sociales o la recomposición de los mismos y su importancia dentro de un país) y cuyos
efectos son normalmente perdurables. En los períodos revolucionarios, se produce una aceleración en el
ritmo de los cambios que se dan en todo proceso histórico.
FRANCIA ANTES DE LA REVOLUCIÓN
En la Francia pre-revolucionaria se había consolidado el llamado Antiguo Régimen, entendiendo por
tal la organización política y social de Europa hasta fines del siglo XVIII.
1) ORGANIZACIÓN SOCIAL
Bajo el régimen monárquico, los franceses vivían una situación muy desigual entre unos y otros, en
cuanto a sus obligaciones, derechos y condiciones de vida. Claramente se identificaban tres grupos o
estamentos: la nobleza, el clero y el Tercer Estado o Estado Llano.
a) Sociedad Estamental. Grupos Sociales
 La Nobleza: disfrutaba de considerables riquezas, pues además de los derechos feudales que recibía
de los campesinos que vivían de sus tierras, poseía extensas propiedades. Formaba un grupo
privilegiado pues no pagaba impuestos. En este estamento se distinguían dos grupos: la alta nobleza,
que vivía en el Palacio de Versalles y llevaba un a vida frívola y dispendiosa; y la baja nobleza que vivía
en las provincias en mayor contacto con el pueblo.
 El Clero. Al igual que la nobleza era un pequeño grupo de la sociedad que gozaba de privilegios,
prestigio e influencia. Recibía de los fieles el llamado diezmo, impuesto consistente en la décima parte
de los frutos o ingresos económicos. También poseían extensas propiedades, y aunque no pagaba
impuestos hacía donativos.
 El Estado Llano: también llamado Tercer Estado, representaba a la mayoría de la población francesa.
Constituía un grupo heterogéneo conformado por la burguesía, gente rica e ilustrada y por mercaderes,
artesanos, obreros y campesinos. Si bien estos últimos eran en un 40% dueños de sus tierras, tenían
que pagar grandes impuestos, y vivían en absoluta pobreza. Los distintos grupos que formaban el
Estado Llano, en especial la burguesía, comienza a aclamar por reformas, principalmente a lo referente
a los impuestos, a la libertad y a al igualdad ante la ley.
ORGANIZACIÓN POLÍTICA
Hasta 1789, Francia constituía una monarquía absoluta de derecho divino. Los súbditos no tenían
ningún derecho, pero sí el deber de obedecer. La libertad individual estaba constantemente, amenazada por
la policía, que podía detener a cualquiera con una simple orden del rey: “la carta sellada”.
No se indicaba la causa de la detención, sino porque “tal era la voluntad del rey”. Existía la censura
previa y no existía la libertad de conciencia.
ORGANIZACIÓN ECONÓMICA
Se aplicaba el mercantilismo que protegía ante todo a la industria y al comercio. Sin embargo, la
industria se había vuelto poco eficaz debido a los excesivos reglamentos y ordenanzas. En el comercio
se aplicaban derechos de aduanas internos que sólo contribuían anular esta actividad. A ello hay que sumar
los excesivos gastos de la Corte, los gastos militares y el pago de la deuda pública que en su conjunto
consumían las tres cuartas partes del presupuesto nacional. Así, a fines del siglo XVIII el gobierno francés
estaba en bancarrota.
FACTORES QUE EXPLICAN LA REVOLUCIÓN
Varios fueron los factores que contribuyeron a desatar la revolución. En primer lugar debemos señalar la
grave crisis financiera en que se encontraba Francia. A los excesivos gastos de la Corona se sumó un
período de sequías y malas cosechas que contribuyó a empobrecer aún más a los campesinos, que sentían
fuertemente el peso de los impuestos que debían pagar al Estado.
Por otra parte, en el año 1774 murió Luis XV, dejando como heredero a su nieto, Luis XVI (de la familia
de los Borbones), de tan sólo 20 años. El nuevo monarca tenía grandes cualidades: generoso, cortés,
sereno, valiente en momentos críticos y piadosos. Sin embargo, carecía de condiciones como gobernante,
pues su carácter era débil, su inteligencia mediana y su ignorancia profunda. Tampoco contó con ministros
de talento ni parientes prudentes.
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Las nuevas ideas de la Ilustración, el liberalismo político y económico, habían calado hondo en Francia,
particularmente en la burguesía que deseaba cambios.
La experiencia de las Trece Colonias en América del Norte había demostrado que los ideales
ilustrados eran aplicables y que era posible liberarse de las injusticias a las que los pueblos son sometidos
Finalmente, los abusos e injusticias del Antiguo régimen contribuyeron a desatar el movimiento
revolucionario. En el año 1787 las arcas del Estado estaban vacías y el rey no pudo aumentar más ya los
pesados impuestos que pagaban los campesinos. Sus ministros buscando una solución, propusieron pagar
impuestos a los privilegiados. Sin embargo, éstos se opusieron a esta medida financiera, desobedeciendo al
monarca e impidiendo que éste obtuviera el dinero necesario para su gobierno. Una vez más, toda la
responsabilidad recaía en los grupos más pobres.
INICIO DE LA REVOLUCIÓN
Para poder salir de la mala situación económica, el ministro Jacques Necker sugirió al rey Luis XVI
convocar a los Estados Generales, que no se habían reunido desde 1614 con Luis XIV en ese tiempo. La
reunión se efectuó con gran pompa, en mayo de 1789 en el Palacio de Versalles; pero inmediatamente
surgieron problemas, pues los representantes del Estado Llano exigieron que el voto fuera individual y no
por grupo. El Tercer Estado apoyado por algunos miembros del clero y la nobleza se encerró en el Salón
del Juego de la Pelota y juró no disolverse hasta dar a Francia una Constitución, tomando el nombre de
Asamblea Nacional Constituyente. Era una situación inconcebible hasta entonces; pensar que el poder
del rey absoluto pudiese ser compartido con otra institución era un claro indicio de profundos cambios
políticos.
Mientras tanto surgía un gran descontento popular debido al alza en el precio del pan, producto de las
malas cosechas, en especial, el descontento se sentía con más fuerza en las ciudades.
Por otra parte, se temía que el rey Luis XVI fuera capaz de disolver la Asamblea Constituyente, ya que
había ordenado que sus tropas se concentren cerca de París. Ante esta situación el pueblo se levantó
espontáneamente el día 14 de julio de 1789, día en que, a partir de entonces, Francia celebra su fiesta
nacional.
¿Por qué la toma de la Bastilla es un hecho de trascendencia para los franceses?
La toma de la Bastilla representó el símbolo de los abusos del monarca absoluto. Más que las armas o
personas liberadas desde allí, su gran significado fue la lucha del pueblo por lograr igualdad y libertad en
Francia.
ETAPAS DE LA REVOLUCIÓN FRANCESA
1. LA ASAMBLEA NACIONAL CONSTITUYENTE
La Asamblea redactó los principios fundamentales de la nueva organización política en la “Declaración
de los Derechos del Hombre y del Ciudadano”. Estos principios eran la libertad, la igualdad y la soberanía
popular. Esta declaración fijó derechos y deberes para los hombres de todos los tiempos y regiones del
mundo, ya que han trascendido hasta nuestros días, encontrándose en nuestra Constitución Política.
Para evitar la bancarrota, la Asamblea Nacional Constituyente confiscó las propiedades del clero,
mayoritariamente tierras, que sirvieron de garantía para los “asignados”, papel moneda que se ordenó
imprimir. También ordenó que la Iglesia Católica quedara bajo el poder del Estado. Sacerdotes y obispos
serían elegidos por votación popular, sin la intervención del Papa, medida que este último rechazó,
produciéndose la ruptura entre la Iglesia y el gobierno revolucionario. Los sacerdotes franceses que
aceptaron la nueva organizaron se llamaron juramentados y los que la rechazaron, refractarios. Muchos
de ellos pagaron con la muerte su oposición.
En el año 1791 la Asamblea Nacional Constituyente promulgó la Constitución que transformó a Francia
en una monarquía constitucional, estableciendo claramente los poderes del rey y la separación de los tres
poderes del Estado: justicia, gobierno y legislación. Se evidencian claramente la influencia de los ilustrados.
Frente a los acontecimientos, el rey Luis XVI decidió huir de Francia para buscar apoyo en otras
naciones (Prusia, gobernado por Guillermo II y Austria, gobernado por Leopoldo II, de la familia de los
Habsburgos, hermano de María Antonieta, esposa de Luis XVI) e iniciar una contrarrevolución, pero fue
reconocido en el pueblo de Varennes y se vio obligado a regresar a París.
Mediante la “Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano” y la Constitución de 1791,
la Asamblea Nacional Constituyente había destruido los cimientos del Antiguo Régimen. Entonces se
disolvió para dar paso a la Asamblea Legislativa.
2. LA ASAMBLEA LEGISLATIVA
Pese al nuevo orden constitucional, los problemas continuaban y se agravaban. El propio rey buscó
ayuda extranjera para acabar con la revolución lo que provocó el estallido de la guerra entre Francia y las
monarquías europeas. Estas últimas se unieron en coaliciones para frenar el avance de la revolución. El
rey, acusado de traición fue suspendido de su cargo y puesto en prisión junto a su familia.
Por otra parte, los mismos revolucionarios estaban divididos, distinguiéndose claramente dos grupos:
los jacobinos y los girondinos.
Frente a las circunstancias, la Asamblea Legislativa fue abolida en 1792 y mediante sufragio se eligió la
Convención Nacional.
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3. LA CONVENCIÓN NACIONAL (1792-1793)
El mismo día de su instalación, el 21 de septiembre de 1792, la Convención abolió la monarquía,
proclamó la República y condenó al rey a morir en la guillotina. También la Convención reemplazó el
calendario cristiano por uno nuevo, decretando que el año 1792, era el año I de la era republicana.
Se vivía una enorme anarquía: mientras los ejércitos enemigos acosaban a Francia los franceses
enfrentaban una gran escasez de alimentos, al mismo tiempo que se producían violentas disputas entre los
girondinos y jacobinos. Éstos últimos dominaban en la Convención a tal punto que se hablaba de la
Convención jacobina.
Los jacobinos eran un grupo político revolucionario y constituían el grupo más exaltado. Se llamaban
así, pues se reunían en el convento de San Jacobo. Sus líderes fueron Robespierre, Danton y Marat.
Los girondinos eran un grupo político más moderado. Se denominaban así porque muchos de sus
miembros provenían de la Gironde, provincia francesa.
4. EL RÉGIMEN DEL TERROR (1793-1795)
Para superara la grave crisis, la Convención otorgó el poder ejecutivo al Comité de Salud Pública, que
tendría a su cargo la dirección de la guerra, la diplomacia y la economía.
Este Comité estuvo presidido por Maximiliano Robespierre, jacobino fanático, quién estableció el
terror, que consistía en la persecución sistemática de todos los enemigos de l revolución. Entre 1793 y
1794, 40.000 personas murieron fusiladas o guillotinadas, entre ellas, María Antonieta, esposa del rey Luis
XVI el 16 de octubre de 1793. Entre los condenados por los tribunales revolucionarios, aproximadamente el
8% eran nobles, el 6% eran miembros del clero, el 14% pertenecía a la clase media y el 70% eran
trabajadores o campesinos acusados de eludir el reclutamiento, de deserción, acaparamiento, rebelión u
otros delitos. Fue el clero católico el que sufrió proporcionalmente las mayores pérdidas entre todos estos
grupos sociales.
El gobierno de Robespierre se destacó por ser muy duro y centralizado. La misma energía que aplicó
contra los enemigos del exterior la mantuvo frente a los enemigos de Francia. Para hacer frente a los
enemigos externos, implementó el servicio obligatorio y nacionalizó las fábricas de armamentos y
municiones, además de obligar a las fábricas textiles y de calzado a trabajar para el ejército.
Durante este período se hicieron importantes reformas, que eran a la vez, el profundo odio contra el
clero, entre ellas un nuevo calendario, al remplazar el calendario juliano por un calendario republicano en
1793 y la creación de una nueva religión en reemplazo del cristianismo. Esto último se evidencia porque el
Comité de Salvación Pública, presidido por Robespierre, intentó reformar Francia basándose de forma
fanática en sus propios conceptos de humanitarismo, idealismo social y patriotismo. El Comité, movido por
el deseo de establecer una República de la Virtud, alentó la devoción por la república y la victoria y adoptó
medidas contra la corrupción y el acaparamiento. Asimismo, el 23 de noviembre de 1793, la Comuna de
París ordenó cerrar todas las iglesias de la ciudad —esta decisión fue seguida posteriormente por las
autoridades locales de toda Francia— y comenzó a promover la religión revolucionaria, conocida como el
Culto a la Razón.
Durante este tiempo, el signo de la guerra se había vuelto favorable para Francia. El general Jean
Baptiste Jourdan derrotó a los austriacos el 16 de octubre de 1793, iniciándose así una serie de importantes
victorias francesas.
El Régimen del Terror implementado por Robespierre limitaba las libertades que tanto anhelaba el
pueblo francés. Por eso su gobierno se hizo odioso y finalmente se produjo una reacción general contra él.
Sus enemigos se unieron, decretaron destitución y Robespierre fue condenado a morir en la guillotina,
poniéndose fin a la República de la Virtud.
Tras su muerte en 1795, se aprobó una nueva constitución que disolvía la Convención y en su
reemplazo establecía el Directorio.
Pese a los excesos cometidos durante el período del terror, la Convención terminó sus actividades en
1795 dejando para Francia un gran legado:
 Demostró que un país grande y poderoso podía gobernarse sin rey. La República no era una forma de
gobierno extraña a la realidad de Europa.
 Creó varios establecimientos de enseñanza superior
 Fundó el Museo del Louvre, uno de los más completos del mundo
5. EL DIRECTORIO (1795-1799)
El Directorio estuvo integrado por cinco personas y constituía una especie de consejo en la que todas
las resoluciones debían ser aprobadas en conjunto. Sin embargo, el nuevo gobierno no logró detener la
guerra, superar la crisis económica, ni tampoco acabar con el descontento popular.
El Directorio heredó una grave crisis financiera, que se vio agravada por la depreciación de los asignados (casi
en un 99% de su valor). Aunque la mayoría de los líderes jacobinos habían fallecido, se encontraban en el extranjero u
ocultos, su espíritu pervivía aún entre las clases bajas. En los círculos de la alta sociedad, muchos de sus miembros
hacían campaña abiertamente en favor de la restauración monárquica. Las agrupaciones políticas burguesas, decididas
a conservar su situación de predominio en Francia, por la que tanto habían luchado, no tardaron en apreciar las ventajas
que representaba reconducir la energía desatada por la población durante la Revolución hacia fines militares. Existían
aún asuntos pendientes que resolver con el Sacro Imperio Romano. Además, el absolutismo, que por naturaleza
representaba una amenaza para la Revolución, continuaba dominando la mayor parte de Europa.
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La revolución llevaba diez años de desarrollo. La nación francesa deseaba la paz y el orden para
consolidar las transformaciones que se habían alcanzado. Desde las filas del ejército surgió el general
Napoleón Bonaparte, quien, apoyado por la burguesía y el ejército, dio en 1799 un golpe de Estado
poniendo fin al Directorio.
El golpe de Estado que tuvo lugar el 9 y 10 de noviembre (18 y 19 de brumario) derrocó al Directorio. El
general Napoleón Bonaparte, en aquellos momentos héroe de las últimas campañas, fue la figura central
del golpe y de los acontecimientos que se produjeron posteriormente y que desembocaron en la
Constitución del 24 de diciembre de 1799 que estableció el Consulado. Bonaparte, investido con poderes
dictatoriales, utilizó el entusiasmo y el idealismo revolucionario de Francia para satisfacer sus propios
intereses. Sin embargo, la involución parcial de la transformación del país se vio compensada por el hecho
de que la Revolución se extendió a casi todos los rincones de Europa durante el periodo de las
conquistas napoleónicas.
Napoleón Bonaparte será llamado “el hijo de la revolución”, porque a través de sus conquistas
propagará las ideas fundamentales de la Revolución. Esta situación la podemos comprobar con el famoso
“Código Civil”, en la que se reunieron una serie de leyes que serían fundamentales para el derecho desde
esa fecha en adelante.
6. LAS TRANSFORMACIONES PROVOCADAS POR LA REVOLUCIÓN
Una consecuencia directa de la Revolución fue la abolición de la monarquía absoluta en Francia. Asimismo, este
proceso puso fin a los privilegios de la aristocracia y el clero. La servidumbre, los derechos feudales y los diezmos
fueron eliminados; las propiedades se disgregaron y se introdujo el principio de distribución equitativa en el pago de
impuestos. Gracias a la redistribución de la riqueza y de la propiedad de la tierra, Francia pasó a ser el país europeo
con mayor proporción de pequeños propietarios independientes. Otras de las transformaciones sociales y económicas
iniciadas durante este periodo fueron la supresión de la pena de prisión por deudas, la introducción del sistema
métrico y la abolición del carácter prevaleciente de la primogenitura en la herencia de la propiedad territorial.
La Revolución Francesa transformó las estructuras políticas, demostrando que la República era un gobierno que
podía funcionar, donde la democracia no solo es un sistema de gobierno, sino que además, un estilo de vida, ya que se
basa en el respeto, la igualdad y la dignidad de todas las personas. La monarquía absoluta perdió su vigencia y en
caso de restablecerse esta forma de gobierno, debía ser una monarquía constitucional. La promulgación de una
Constitución Política basada en la soberanía popular va a influir en todo el desarrollo político y social del siglo XIX en
Europa.
Por otra parte, la Revolución reconoció la igualdad de todos los franceses (sin considerar eso sí a las mujeres) al
suprimir los privilegios. Así, la organización social experimentó una profunda transformación: la sociedad del Antiguo
Régimen, que se basaba en las diferencias de los privilegios heredados por una sociedad de clases fundada en la
posesión de las riquezas. La burguesía sería la gran beneficiaria de la Revolución.
Napoleón instituyó durante el Consulado una serie de reformas que ya habían comenzado a aplicarse
en el periodo revolucionario. Fundó el Banco de Francia, que en la actualidad continúa desempeñando
prácticamente la misma función: banco nacional casi independiente y representante del Estado francés en
lo referente a la política monetaria, empréstitos y depósitos de fondos públicos. La implantación del sistema
educativo —secular y muy centralizado—, que se halla en vigor en Francia en estos momentos, comenzó
durante el Reinado del Terror y concluyó durante el gobierno de Napoleón; la Universidad de Francia y el
Institut de France fueron creados también en este periodo. Todos los ciudadanos, independientemente de
su origen o fortuna, podían acceder a un puesto en la enseñanza, cuya consecución dependía de exámenes
de concurso. La reforma y codificación de las diversas legislaciones provinciales y locales, que quedó
plasmada en el Código Napoleónico, ponía de manifiesto muchos de los principios y cambios propugnados
por la Revolución: la igualdad ante la ley, el derecho de habeas corpus y disposiciones para la celebración
de juicios justos. El procedimiento judicial establecía la existencia de un tribunal de jueces y un jurado en las
causas penales, se respetaba la presunción de inocencia del acusado y éste recibía asistencia letrada.
La Revolución también desempeñó un importante papel en el campo de la religión. Los principios de la
libertad de culto y la libertad de expresión tal y como fueron enunciados en la Declaración de Derechos
del hombre y del ciudadano, pese a no aplicarse en todo momento en el periodo revolucionario, condujeron
a la concesión de la libertad de conciencia y de derechos civiles para los protestantes y los judíos. La
Revolución inició el camino hacia la separación de la Iglesia y el Estado.
La Revolución tuvo importantes consecuencias de ordene económico, pues contribuyó a difundir el liberalismo
político y económico con la supresión de los gremios y de todos los reglamentos que hasta entonces regulaban la
actividad económica.
A los ideales de soberanía popular, se unió el respeto por los derechos inalienables de las personas,
considerando el de la vida como el básico en todo el mundo. Las leyes que se dictan hoy en día, tienen cuenta este
derecho del cual emanan los demás. Hay que considerar además, el reconocimiento del derecho a la propiedad privada
y el de la libertad sin considerar ni raza, credo religioso ni condición social.
Los ideales revolucionarios pasaron a integrar la plataforma de las reformas liberales de Francia y Europa en el
siglo XIX, así como sirvieron de motor ideológico a las naciones latinoamericanas independizadas en ese mismo
siglo, y continúan siendo hoy las claves de la democracia. No obstante, los historiadores revisionistas atribuyen a la
Revolución unos resultados menos encomiables, tales como la aparición del Estado centralizado (en ocasiones
totalitario) y los conflictos violentos que desencadenó.
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