En la ciudad de La Plata, a los cuatro días del mes de marzo del año dos mil ocho, reunida la Cámara de Apelación en lo Contencioso Administrativo con asiento en La Plata, en Acuerdo Ordinario, para pronunciar sentencia en la causa “ISACCH JORGE SIMON C/ MINISTERIO DE ECONOMIA-IPS S/ PRETENSION RESTABLECIMIENTO O RECONOC. DE DERECHOS”, en trámite ante el Juzgado de Primera Instancia en lo Contencioso Administrativo nº 2 del Departamento Judicial La Plata (expte. Nº -591-), con arreglo al sorteo de ley, deberá observarse el siguiente orden de votación: Señores Jueces Dres. Gustavo Juan De Santis, Claudia Angélica Milanta, Gustavo Daniel Spacarotel. El Tribunal resolvió plantear la siguiente CUESTIÓN ¿Es fundado el recurso de apelación? VOTACIÓN A la cuestión planteada, el Dr. De Santis dijo: 1. El actor, Jorge Simón Isacch, a fojas 14/23, promueve demanda contencioso administrativa contra el Instituto de Previsión Social de la Provincia de Buenos Aires con arreglo a la pretensión del artículo 12 inciso 2 de la ley 12.008 (t. seg. ley 13.101) y sobre el presupuesto de la denegatoria tácita reglada por el artículo 16 inciso 1 del mismo cuerpo adjetivo. Persigue pronunciamiento de condena que deje sin efecto el aporte obligatorio a la obra social provincial (IOMA) que actualmente se le descuenta de sus haberes de pasividad. Incluye el reclamo la devolución de las sumas retenidas por ese concepto, con más los accesorios que también peticiona. Argumenta ser jubilado del Poder Judicial de la Provincia y haber alcanzado esa condición como Juez de la Cámara de Apelaciones en lo Penal y Garantías del Departamento Judicial de Mar Del Plata. También informa que durante su desempeño en actividad no ejerció el derecho de opción por la obra social del estado provincial, encontrándose afiliado a otros sistemas de cobertura hasta su jubilación ordinaria (01.02.01). Advertido así de las detracciones salariales que cuestiona, relata haber realizado reclamo administrativo por trámite nº 2350-097980/01. La falta de respuesta a esa solicitud es el suceso que lo motiva a promover demanda por retardación (art. 16 inc. 1 CCA). Abastece su acción en los alcances del artículo 16 de la ley 6982, en tanto ve en ellos una extensión que no alcanzaría a aquellos jubilados que no hubiesen reportado afiliación obligatoria estando en actividad; hipótesis ésta que abarcaría su situación. En una exégesis contraria deja planteada la inconstitucionalidad de dicha norma. A renglón seguido ocupa su argumentación el principio de movilidad (art. 41 Dec. ley 9650/80 y art. 7 ley 7918), en cuanto advierte que las detracciones por el aporte obligatorio que objeta no comprenderían a los jueces en actividad. Asimismo, censura la conducta estatal desde el ángulo que le aporta a su entendimiento el derecho a la intangibilidad de la remuneración de los magistrados (art. 110 CN). Con ese propósito provee abundante doctrina judicial. De ella extrae la necesidad de respetar un trato igualitario entre jueces activos y pasivos. Finalmente, luego de pasar revista a la disposición del artículo 15 de la ley 12.727, con el mismo horizonte de equidad, cierra su planteo con los óbices de principio a la razonabilidad de la afiliación compulsiva. 2. A fojas 68/72, corrido el traslado de ley, toma intervención la demandada con su responde. En esa oportunidad, aporta su visión acerca del régimen preceptivo aplicable. Pasa revista así a los artículos 12 inciso a), 13 y 16 de la ley 6982, destacando el supuesto del artículo 17 de ella como la única excepción a la afiliación obligatoria. A su vez, defiende la validez constitucional del sistema de seguridad social que regula dicho cuerpo normativo (ley 6982), y la interpretación restrictiva para toda hipótesis de excepción a la incorporación compulsiva que el mismo establece. Por ese andarivel de concepto, para los jueces, limita la elección que autoriza la última de las disposiciones legales (art. 17 ley 6982) sólo a aquéllos que se encuentren en actividad. Niega toda incidencia significativa en la retribución mensual del actor que sea producto del aporte forzado a la obra social, destacando el porcentaje legal previsto. Para replicar la lógica del demandante, apoyada en el principio de intangibilidad, comienza por desalojar de toda aplicación al caso ventilado la doctrina judicial que aquél acompañara en su demanda, para hallar sitio en la naturaleza diferencial del aporte como contraprestación de la asistencia médica de la que aquél sería beneficiario. Por ese rumbo infiere en la ausencia de toda impronta de detrimento remunerativo para él. De ese modo se traba la litis. 3. Con los autos en estado, sobreviene la sentencia que clausura la controversia en primera instancia. Por ella, la juez de la causa rechaza la demanda interpuesta (fs. 89/102). Distribuye las costas en el orden causado en sujeción a lo dispuesto por el artículo 51 del Código Procesal Administrativo. Para decidir en esa dirección se inicia valorando la exclusión que regula el artículo 17 de la ley 6982 a la afiliación compulsiva general del artículo 16 de la ley 6982. Así, afirma que ella no puede alcanzar más que a los jueces en actividad, sin comprender a los jubilados. Sentado ese primer aspecto aborda las dos cuestiones que estima esenciales para dirimir el pleito, a saber, si el descuento por aportes al IOMA implica violación a la “movilidad previsional”, y si además, en la conjetura de traslado a los pasivos de la regla de intangibilidad, esa detracción supone afectación a su respecto. En ambas llega a inferencias negativas pues, para una advierte que las diferencias entre las remuneraciones de los activos con la del actor terminarían arrojando un saldo favorable para él, con lo cual, en los hechos no ve afectada la primera de las garantías enumeradas. También es abundante su cita jurisprudencial para avalar el razonamiento que encuentra lugar decisivo en el perfil del aporte obligatorio, y concluir a partir de él en la inexistencia de todo impacto perjudicial en la regla de movilidad. Observa igualmente, en relación al segundo principio, que el artículo 110 de la Constitución Nacional, en su extensión a los pasivos, no sufre mella en el caso del actor, en tanto no advierte demostración en su planteo relativa a la efectiva disminución de sus emolumentos, conforme así lo dejara expuesto al tratar el tópico anterior. Por fin, dedica párrafo especial a considerar el marco general en el cual inscribe al sistema provincial de obra social, para arribar a los postulados inherentes a la justicia distributiva como sostén último de su legitimidad. 4. A fojas 105/108 obran los agravios con los que la parte actora articula el recurso de apelación contra la sentencia dictada en la causa. Hallándose los autos en estado, corresponde acceder a sus fundamentos para dar respuesta a la cuestión planteada por el tribunal. En esa labor anticipo que la queja no ha de prosperar. El planteo del recurrente, que se renueva en la afectación de los principios de movilidad e intangibilidad con los cuales sostuviera su demanda, ahora desde el embate singular a los fundamentos del fallo pronunciado, fuerzan un andarivel de entendimiento que se sitúe en el contornos de ambos. Con ese horizonte he de señalar que veo en la regla de intangibilidad salarial una garantía de independencia para la función judicial (art. 110 CN), y como tal un obstáculo a cualquier mecanismo cuya aplicación implique disminuir las remuneraciones de los jueces que ejerzan ese cometido constitucional. Su origen indudable en el principio republicano de división de poderes explica suficientemente unos alcances que constituyen el vallado a toda interferencia directa, indirecta, refleja o encubierta, que pudiere condicionar la intervención imparcial de los magistrados en los casos que se ventilen ante sus estrados. Así, la aprecio como reaseguro y resguardo para los justiciables. Esa misma imparcialidad de juicio no sólo resulta esencial para deslindar la función judicial de las demás (vgr. legislativa y ejecutiva), sino, a la vez, se erige en garantía republicana para la preservación de los derechos individuales de todos quienes deban acudir al espacio que ha sido reservado, en la distribución de competencias estatales, a la justicia. Pues, sabido es que sin esa condición ésta perdería toda presencia como tal. De ese modo se explica suficientemente la doctrina judicial que ha sido elaborada en torno a esa singular condición, para impedir que por conducto de gravámenes o imposiciones dirigidas a la remuneración de los jueces pueda influirse en su ánimo perturbando el juicio independiente y sin presiones que connota la actividad que les es inherente. Con ese marco de apreciación considero a los términos de la regla constitucional del artículo 110 de la Constitución Nacional, y la copiosa jurisprudencia que, consignada por las partes y la juez de la causa, doy por reproducida en sus citas y tengo gravitante para precisarla. Ahora bien, con ese cuadro de exégesis debo destacar que es la pauta de “movilidad”, extensamente sostenida a lo largo del proceso, la que me lleva a inferir la intangibilidad de las retribuciones de los jueces en estado de pasividad. Pues, si no es posible reducir las retribuciones de los activos, la conclusión es simple, a saber, el porcentaje que conlleva la “proporcionalidad”, con los haberes de éstos, impide detracciones por encima de ese mismo guarismo porcentual. Dicho de otro modo, si se aplicara un gravamen a los jueces jubilados que disminuyera esa relación porcentual, se alteraría la regla, quebrándose la movilidad previsional que es de rigor y ha sido pregonada. Por reflejo, la intangibilidad de los salarios de los activos se transfiere a los pasivos a través de la mentada movilidad. Ello así es suficiente como prédica de la inalterabilidad de los haberes de estos últimos pues, podrá comprenderse que la garantía de independencia no puede tener en ellos la misma impronta. De esa forma se explican sucesos como los que aporta el actor en el inicio, mencionando el artículo 15 de la ley 12.727, en cuanto, la imposibilidad de reducir los haberes de los activos traslada sus efectos a los pasivos merced a la pauta de movilidad y proporcionalidad jubilatoria. Sentado ello he de decir que el aporte obligatorio a la obra social escapa a los caracteres de un mecanismo directo ni indirecto de disminución remunerativa pues, los estándares tutelares examinados no impiden diferencias de bolsillo provenientes de contribuciones singulares retributivas de servicios o asistencia, siempre que, como ocurre en autos, sean impuestas en sujeción a un sistema que integre, como beneficiario, a quien se haga acreedor a sus prestaciones. El aporte a la obra social de la provincia se revela así como retribución de un servicio asistencial ideado sobre la base de los principios de solidaridad y distribución, que bien señalara la juez de la causa en el apartado final de su pronunciamiento, y que comparto para abundar y fortalecer mi convicción concerniente al rechazo del reproche de constitucionalidad formulado en el inicio en dirección a los artículos 16 y 17 de la ley 6982. Aquél, no constituye un mecanismo prohibido de disminución salarial con impacto en las remuneraciones del actor, sino una contraprestación divisible y mensurable económicamente con destino en el financiamiento de un sistema que lo comprende. Así, nada cabe observarle, siempre que esa retención no desborde los límites de lo razonable, no resulte desproporcionada con relación al servicio que sufraga, ni implique un detrimento encubierto con rumbo en la disminución prohibida por las pautas de intangibilidad y movilidad. Estas últimas, conforme resulta de la armonización que he dejado expuesta para ellas más arriba. Tal el orden de fundamentos que me lleva a decidirme por la confirmación del fallo apelado, en cuanto no advierto que la solución que trae exhiba el error de juzgamiento que infructuosamente procura demostrar el apelante. Por ello, con arreglo a las consideraciones precedentes, expreso mi voto por la negativa a la cuestión planteada por el tribunal. Propongo: Rechazar el recurso de apelación deducido por la parte actora y confirmar la sentencia atacada, en todo cuanto ha sido motivo de sus agravios (conf. arts. 166 CPBA, 12 inc. 2, 16, 49, 56, 58, 59 y concs. CCA). Distribuir las costas de la instancia por su orden (art. 51 CCA). Así lo voto. A la cuestión planteada, la Dra. Milanta dijo: Adhiero a la solución propuesta por el Dr. De Santis, en todo cuanto refiere a la movilidad del haber previsional del ex magistrado que deduce la pretensión, principio que no se halla alterado por la deducción que implica la obligatoria afiliación al I.O.M.A. en su carácter de juez jubilado. También acuerdo en relación a los fundamentos que nutren el pronunciamiento y que desarrolla el colega de primer voto, en torno a la regla constitucional de intangibilidad de las remuneraciones de los jueces (doctr. art. 110 C.N.). Empero, ello con la salvedad de ceñir estrictamente el análisis al puntual rubro sometido a juzgamiento consecuencia del impacto en la prestación previsional de los jueces por imperio del aporte a dicha obra social, sin abrir juicio ninguno -ni siquiera a título ejemplificativo- acerca de otros supuestos que, por su incidencia en dichos haberes, pudieran o no comprometer el citado principio. Sin perjuicio de tal aclaración, doy mi voto en igual sentido que el magistrado que me precede en el orden. A la cuestión planteada, el Dr. Spacarotel dijo: Adhiero al voto del Dr. De Santis, con la salvedad consignada por la Dra. Milanta. De conformidad a los votos precedentes, la Cámara de Apelación en lo Contencioso Administrativo con asiento en La Plata, dicta la siguiente SENTENCIA Por los fundamentos expuestos en el Acuerdo que antecede, se rechaza el recurso de apelación deducido por la parte actora y se confirma la sentencia apelada, en todo cuanto ha sido motivo de agravios (conf. arts. 166 CPBA, 12 inc. 2, 16, 49, 56, 58, 59 y concs. CCA). Costas de la instancia por su orden (art. 51 CCA). Regístrese, notifíquese y devuélvanse las actuaciones al juzgado de origen oficiándose por Secretaría Firmado: . Gustavo Juan De Santis. Juez. Claudia A.M. Milanta. Juez. Gustavo Daniel Spacarotel. Juez. Griselda S. Picone. Secretaria. Registrado bajo el nº 72 (S)