Perfil psicomotor de niños de 5 a 12 años diagnosticados

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ORIGINAL
Perfil psicomotor de niños de 5 a 12 años diagnosticados clínicamente
de trastorno por déficit de atención/hiperactividad en Colombia
J.A. Vidarte a, M. Ezquerro b, M.A. Giráldez c
PERFIL PSICOMOTOR DE NIÑOS DE 5 A 12 AÑOS DIAGNOSTICADOS CLÍNICAMENTE
DE TRASTORNO POR DÉFICIT DE ATENCIÓN/HIPERACTIVIDAD EN COLOMBIA
Resumen. Introducción. Una de las alteraciones comórbidas del trastorno por déficit de atención/hiperactividad (TDAH) se
manifiesta en la motricidad, hasta el punto de que la calidad del desempeño motor durante los 5-6 primeros años de vida podría constituir un predictor de la posterior aparición de síntomas del trastorno. Además, la asociación entre torpeza motora
y TDAH supone un peor pronóstico del cuadro. Sin embargo, son pocos los trabajos que estudian la evolución de la motricidad en los niños afectados. Objetivo. Caracterizar el perfil psicomotor de los niños entre 5 y 12 años diagnosticados clínicamente con TDAH en la ciudad de Manizales (Colombia) y compararlo con niños sanos de su misma edad. Sujetos y métodos.
Estudio descriptivo transversal con una muestra de 846 niños (422 diagnosticados de TDAH y 424 sanos). Resultados. Si bien
todos los factores de la motricidad presentaron valores en rangos de normalidad, fueron significativamente peores (p < 0,000)
en los niños diagnosticados en todas las edades. Conclusiones. El perfil psicomotor de los niños diagnosticados con TDAH
fue eupráxico y se clasifica en la misma categoría que los niños sanos, aunque cuantitativamente resultó inferior. [REV NEUROL 2009; 49: 69-75]
Palabras clave. Disfunción motora. Escolares. Motricidad. Perfil psicomotor. Torpeza motora. Trastorno por déficit de atención/hiperactividad.
INTRODUCCIÓN Y OBJETIVOS
Las informaciones de prevalencia del trastorno por déficit de
atención/hiperactividad (TDAH) en niños varían sustancialmente
entre distintos países y ofrecen un intervalo de datos heterogéneos que describen un mismo trastorno clínico. Diversos estudios
epidemiológicos realizados en varios países, utilizando diferentes sistemas de clasificación diagnóstica –Clasificación internacional de enfermedades (CIE), 9.ª revisión, CIE-10, Manual
diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM), 3.ª
edición, texto revisado, DSM-IV, DSM-IV-TR–, han arrojado evaluaciones de prevalencia que varían, dependiendo del lugar [1],
la edad y las condiciones socioeconómicas, entre el 3-7% de la
población general [2] y el 10-15% de la población clínica [3].
En Colombia [4-7] existe una prevalencia generalmente mayor que en otros lugares del mundo (hasta un 16,1% de la población). Varios factores podrían explicar la diferencia: el uso de
criterios menos restrictivos en el establecimiento del diagnóstico; la existencia de factores de riesgo psicosocial en el entorno
poblacional del que se extraen las muestras; o que se produzca
un ‘sobrediagnóstico’, pues sólo el 7,4% de los niños con TDAH
recibe un diagnóstico de confirmación mediante una entrevista
psiquiátrica estructurada [1,7-9].
Una de las alteraciones comórbidas del TDAH se manifiesta
en la motricidad y afecta a muchos sujetos [10,11], hasta el punto de que la calidad del desempeño motor durante los 5-6 primeAceptado tras revisión externa: 08.05.09.
a
Departamento de Movimiento Humano. Facultad de Salud. Universidad
Autónoma de Manizales. Grupo de Investigación Cuerpo Movimiento. Manizales, Caldas, Colombia. b Departamento de Educación Física y Deportiva. Facultad de Ciencias del Deporte y de la Educación Física. c Grupo de
investigación GIPAFS. Universidad de A Coruña. A Coruña, España.
Correspondencia: Dr. José Armando Vidarte Claros. Departamento de Movimiento Humano. Facultad de Salud. Universidad Autónoma de Manizales. Antigua Estación de Ferrocarril. Manizales, Caldas, Colombia. E-mail:
[email protected]
© 2009, REVISTA DE NEUROLOGÍA
REV NEUROL 2009; 49 (2): 69-75
ros años podría constituir un predictor de la posterior aparición
de síntomas del TDAH. Clements [12], en la década de los sesenta, ya apuntaba a la existencia de una relación entre inmadurez motora y trastornos del aprendizaje cuando describía a los
niños que presentaban déficit de atención, trastornos de coordinación y de control motor, déficit de percepción visuoespacial y
otros signos muy próximos a la sintomatología del TDAH. Al
no encontrar una correlación estructural neurológica bien definida, sugirió que la causa estaba en una disfunción evolutiva.
La presencia de diadococinesias y sincinesias en la población infantil general es inferior a la hallada en la población hiperactiva, y hasta el 50% de los niños diagnosticados bajo la etiqueta de ‘torpeza motora’ presentaba un TDAH, clínico o subclínico [13-15]. Desde esta perspectiva, la torpeza motora podría
constituir un predictor neurocognitivo interesante y útil, pues su
presencia supone un peor pronóstico para el TDAH [16]. Esto
implica que la exploración neurológica y motora debe ser minuciosa y prestar atención específica a la identificación de los denominados signos neurológicos menores, auténticos marcadores
semiológicos de la torpeza motora infantil y, de forma especial,
en lo que concierne a la sincinesia y diadococinesia.
La práctica clínica muestra que el TDAH y la torpeza motora tienen una relación muy estrecha, cuyo vínculo parece ser un
sólido enlace neuroevolutivo, que afecta a un 50% de los niños
con TDAH [17]. Diversas investigaciones con procedimientos
de evaluación diferentes han puesto de manifiesto variaciones
en los resultados en función de la edad [14]. En concreto, las alteraciones motoras en la coordinación disminuyen significativamente en el niño mayor, lo que sugiere el papel de la impronta madurativa sobre las habilidades coordinativas. Los déficit de integración perceptivomotora –CIE-10 (F82) y DSM-IV
(315.4)– son trastornos del aprendizaje no verbal y corresponden a una disfunción del hemisferio cerebral derecho. Se caracterizan por un déficit atencional, trastorno en la percepción visuoespacial, retraso en la maduración de la coordinación y dispraxia constructiva.
69
J.A. VIDARTE, ET AL
En el estudio de las alteraciones en el desarrollo psicomotor
en el TDAH se excluyen los síntomas neurológicos lesionales, y
se reserva el concepto de dificultad motora para las deficiencias
motoras cuya etiología es de otra naturaleza. Tales deficiencias se
traducen tanto en la torpeza para estar con su cuerpo como para
ocupar el espacio y moverse en él de manera intencional, simbolizada y suficientemente fluida [18].
El interés por estudiar el funcionamiento motor en el TDAH
[19], así como en diferenciar a los niños con TDAH de los que
presentan trastornos neurológicos, no es nuevo [20]. Se ha revitalizado, en parte, por las investigaciones realizadas en Suecia
sobre el déficit de atención, del control motor y de la percepción
[21,22] y por otras aportaciones (estudios de neuroimagen relacionados con trastornos motores) que indican que tanto la experiencia clínica como las evidencias experimentales sugieren el
papel que desempeñan los factores motores en el TDAH [23].
Algunos estudios [24,25] compararon la habilidad motora
fina de sujetos con TDAH con un grupo control, y encontraron
que los primeros mostraban menor habilidad que los segundos,
y que el tipo de dificultades observadas difería según los subtipos del trastorno: los niños afectados por déficit atencional y los
que correspondían al tipo combinado (déficit atencional e hiperactividad) exhibían menor destreza que los adscritos al tipo impulsividad-hiperactividad y que los del grupo control.
Los déficit en la motricidad fina se manifiestan en tareas
que implican agarrar objetos, abotonarse la ropa, jugar con una
bola, colorear dentro de los límites de la figura, escribir sobre líneas o en un tamaño uniforme, o ejecutar la escritura con una
caligrafía aceptable y para terminar el trabajo escrito en el salón
de clase [18,26-29].
También existe una proporción elevada de niños con TDAH
que presenta dificultades en el desarrollo motor grueso: dificultad para correr y saltar [30] o problemas en el desarrollo de la
lateralidad [31]. A todo esto habría que añadir el hecho de que
estos niños no se sienten cómodos durante la práctica deportiva,
tanto en modalidades individuales como colectivas [11].
En cualquier caso, el diagnóstico y seguimiento clínico de
la dimensión motora de los pacientes de TDAH es, en su mayor
parte, muy superficial y contradictorio [11,12,26]. Tanto los
médicos como los psicólogos, que son quienes generalmente
asumen la función diagnóstica y el tratamiento, tienden a centrarse en los aspectos más vinculados con su formación profesional y que, en ambos casos, no suelen incluir la cualificación
necesaria para realizar una correcta evaluación motora del paciente ni, menos todavía, para diseñar un programa de ejercicio
adecuado.
Así pues, se ha realizado este trabajo porque se consideraba
necesario comprobar si existen o no y cuáles son las alteraciones en el desarrollo motor de los niños con TDAH, tanto para
contribuir a la caracterización y diagnóstico de la enfermedad,
como para plantear estrategias de intervención ulteriores.
SUJETOS Y MÉTODOS
Se realizó un estudio descriptivo de tipo transversal, en la ciudad de Manizales (Colombia), entre agosto de 2004 y junio de 2006, con una la muestra
de 846 niños (422 diagnosticados con TDAH y 424 sanos), que superaba el
tamaño muestral representativo de 397 sujetos, calculado utilizando el programa EpiInfo, v. 6.04, diseñado por el Centro de Control de Enfermedades
de Atlanta, en su versión española, y considerando una población total de
46.387 niños, con un 95% de confianza y un margen de error de un 5%. Su
distribución según la edad y el género se presenta en la tabla I.
70
Tabla I. Distribución de la muestra según la edad y el género.
Diagnosticados con TDAH
Sanos
Masculino
306 (72,5%)
317 (74,8%)
Femenino
116 (27,5%)
107 (25,2%)
5 años
24 (5,7%)
19 (4,5%)
6 años
37 (8,8%)
45 (10,6%)
7 años
82 (19,4%)
46 (10,8%)
8 años
66 (15,6%)
79 (18,6%)
9 años
62 (14,7%)
67 (15,8%)
10 años
75 (17,8%)
73 (17,2%)
11 años
43 (10,2%)
49 (11,6%)
12 años
33 (7,8%)
46 (10,8%)
Género
Edad
TDAH: trastorno por déficit de atención/hiperactividad.
Se eligió un rango de edad entre los 5 y los 12 años, porque a los 5 años
es cuando se suele establecer por primera vez el diagnóstico de TDAH y
porque en estudios previos [5,6] se había trabajado con esas edades y en
ellas se habían demostrado niveles elevados de prevalencia del trastorno.
Los criterios de inclusión para los niños sanos fueron: tener una edad entre 5 y 12 años, pertenecer a cualquier género, estar apto físicamente para
desarrollar las respectivas evaluaciones y contar con el correspondiente
consentimiento informado. Para los niños diagnosticados con el trastorno,
además de los requisitos anteriores, se exigía tener diagnóstico de TDAH
certificado por un médico.
Fueron excluidos de la muestra los niños que tuviesen alguna otra patología, como parálisis cerebral, trastornos mentales, trastornos del lenguaje y
trastornos de la ansiedad, entre otros, o que hubiesen tenido procesos traumáticos que alterasen la movilidad durante el último mes.
Una vez obtenidas todas las autorizaciones administrativas, para conocer
en qué centros escolares se encontraban los niños con TDAH se recurrió a la
unidad de atención integral (unidad interdisciplinar que depende de la secretaría de educación de la ciudad, que está formada por médicos, psicólogos, fonoaudiólogos y terapeutas ocupacionales, y que se encarga de la intervención terapéutica en niños con diferentes problemas y de prestar apoyo
pedagógico a los docentes y a los padres).
Los datos de las variables sociodemográficas se obtuvieron por medio de
un cuestionario de preguntas abiertas y cerradas, y los correspondientes a
las variables psicomotoras usando la batería de observación psicomotora
(BPM) propuesta por Da Fonseca [27]. Se trata de un sistema de observación de los diversos componentes del sistema motor, y los datos obtenidos
permiten reflejar el grado de organización neurológica del niño, lo que posibilita la identificación de alteraciones. La base teórica sobre la que la
BPM fundamenta su propuesta está constituida por aportaciones de Luria
[28], reformuladas y readaptadas por Da Fonseca para dotar de justificación
neuropsicológica los datos obtenidos.
La evaluación se realizó individualmente con cada uno de los niños, en su
propia institución educativa y en su horario de estudio. Para el caso del único centro hospitalario, el procedimiento fue similar y se evaluó a los niños
durante el tiempo en el que acudían a recibir sus tratamientos. Salvo en este
último caso, y para evitar el sesgo de información por conveniencia, se realizó un proceso ciego de medición: los evaluadores no sabían cuáles eran los
niños diagnosticados con TDAH. Por último, el médico de la unidad de
atención integral informaba sobre cuáles de los niños evaluados estaban
diagnosticados del trastorno y cuáles estaban sanos, permitiendo la revisión
de las historias clínicas para comprobar el diagnóstico de TDAH y confirmar los criterios de inclusión y exclusión de los niños.
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PERFIL PSICOMOTOR EN NIÑOS CON TDAH
Tabla II. Resultados obtenidos en los factores de los perfiles psicomotores de los grupos de niños con y sin trastorno por déficit de atención/hiperactividad (TDAH) y su comparación intergrupos (prueba U de Mann-Whitney).
Diagnosticados con TDAH
Sanos
Comparación intergrupos
Nivel de
realización
U
Significación
bilateral
0,360
Controlada
66.936,0
0,000
3,20
0,542
Controlada
60.056,0
0,000
Imperfecta
1,18
0,275
Imperfecta
87.475,0
0,421
0,617
Con dificultad
3,11
0,570
Controlada
56.292,0
0,000
1,98
0,689
Imperfecta
2,64
0,815
Con dificultad
51.975,5
0,000
Praxia global
1,68
0,569
Imperfecta
2,13
0,721
Con dificultad
53.453,5
0,000
Praxia fina
2,54
0,626
Con dificultad
2,76
0,608
Con dificultad
73.967,5
0,000
Normal
18,43
Media
Desviación
estándar
Nivel de
realización
Tonicidad
3,16
0,407
Controlada
3,41
Equilibrio
2,68
0,528
Con dificultad
Lateralidad
1,19
0,327
Noción de cuerpo
2,65
Estructuración espaciotemporal
Perfil psicomotor
15,88
Tabla III. Perfiles psicomotores de los grupos de niños con y sin trastorno
por déficit de atención/hiperactividad (TDAH)para las diferentes edades.
Edad
Con TDAH
Sanos
5 años
12,98 (dispráxico)
14,48 (normal)
6 años
12,05 (dispráxico)
15,75 (normal)
7 años
14,80 (normal)
17,16 (normal)
8 años
15,61 (normal)
17,09 (normal)
9 años
16,53 (normal)
18,32 (normal)
10 años
16,78 (normal)
19,44 (normal)
11 años
15,14 (normal)
17,43 (normal)
12 años
17,53 (normal)
21,06 (normal)
La base de datos se elaboró en el paquete estadístico SPSS v. 12.0 para
Windows. El análisis comparativo intergrupos se realizó mediante la prueba
U de Mann-Whitney.
RESULTADOS
Los resultados obtenidos en el perfil psicomotor de los niños, tanto sanos como con TDAH, así como los correspondientes a cada uno de los factores
que integran dicho perfil, se presentan en la tabla II y demuestran que:
– El perfil psicomotor de los niños diagnosticados con TDAH fue menor
que el de los niños sanos (15,88 puntos frente a 18,43), pero, con todo,
correspondió a un rango ‘normal’, a una ejecución ‘controlada’ o a un
perfil ‘eupráxico’.
– Aun siendo valores normales, los niños con TDAH alcanzaron niveles de
ejecución significativamente menores que los niños sanos en casi todos
los factores (tonicidad, equilibrio, noción de cuerpo, estructuración espaciotemporal, praxia global y praxia fina). La lateralidad fue deficiente en
ambos grupos.
En la tabla III y enla figura 1 puede verse cómo varió el valor del perfil psicomotor con la edad en ambos grupos. El comportamiento evolutivo fue
muy similar en todos los niños (paralelismo de las líneas). Al igual que en
los niños sanos, el perfil mejoró con la edad en los diagnosticados, aunque
sus puntuaciones fueron menores en todas las edades.
En la tabla IV y en las figuras 2 a 8 se presentan los resultados de cada
factor psicomotor para cada edad, su comparación entre ambos grupos y su
REV NEUROL 2009; 49 (2): 69-75
Media Desviación
estándar
Normal
evolución. Salvo en la lateralidad, cuyos niveles de ejecución fueron bajos
en ambos grupos y para todas las edades, los valores de los demás factores
fueron significativamente menores en los niños que padecían el TDAH.
DISCUSIÓN
El propósito principal de esta investigación fue establecer si los
niños de la ciudad de Manizales (Colombia) diagnosticados con
TDAH presentaban deficiencias motoras cuando se les comparaba con los niños sanos de su misma edad (entre 5 y 12 años).
En nuestro estudio, los niños diagnosticados con TDAH
presentaron un perfil psicomotor con una puntuación de 15,88,
menor que la de los niños sanos (18,43), aunque ambas corresponden a un rango ‘normal’, a una ejecución ‘controlada’ o a un
perfil ‘eupráxico’ (Tablas II y III, Fig. 1).
Se puede afirmar que, de modo genérico, los resultados
coinciden con lo establecido en la literatura. Sin embargo, cuando se analizan los factores pormenorizadamente, se observa una
cierta inmadurez en algunos aspectos del perfil psicomotor.
La puntuación de la tonicidad (Tabla IV, Fig. 2) en los niños
diagnosticados es menor que en los sanos y, excepto a los 5
años, la diferencia resulta estadísticamente significativa en todas las edades. En ambos grupos, con y sin diagnóstico, se observa una tendencia a mejorar la ejecución con el transcurso de
los años, aunque ésta es más evidente en los niños sanos.
El equilibrio (Tabla IV, Fig. 3) de los niños con TDAH también es significativamente peor que el de los niños sanos. Al
igual que en el factor anterior, la diferencia no existe a los 5 años
de edad, pero sí en los siguientes. Aunque va mejorando en ambos grupos con la edad, lo que puede deberse a la madurez de los
centros nerviosos que lo regulan [32], se manifiesta un desajuste
evolutivo, de modo que los niños con TDAH presentan un equilibrio equiparable al de los niños sanos con menor edad.
Estas deficiencias coinciden con las observadas por Raberger y Wimmer [33], que combinaron tareas de equilibrio en dos
situaciones (con y sin nombramiento verbal rápido) y mostraron
que el equilibrio, pero no el nombramiento rápido, estaba afectado en los niños con TDAH, en contraste con un grupo de disléxicos y un grupo mixto (TDAH + dislexia).
Dentro de los subfactores, el ‘equilibrio estático’ fue el que
presentó los peores resultados, pero no podemos explicar con
71
J.A. VIDARTE, ET AL
Figura 1. Evolución del perfil psicomotor en los
niños sanos y con trastorno por déficit de atención/hiperactividad.
Figura 2. Evolución del factor tonicidad en los
niños sanos y con trastorno por déficit de atención/hiperactividad.
Figura 3. Evolución del factor equilibrio en los
niños sanos y con trastorno por déficit de atención/hiperactividad.
Figura 4. Evolución del factor lateralidad en los
niños sanos y con trastorno por déficit de atención/hiperactividad.
Figura 5. Evolución del factor noción de cuerpo
en los niños sanos y con trastorno por déficit de
atención/hiperactividad.
Figura 6. Evolución del factor estructuración espaciotemporal en los niños sanos y con trastorno por déficit de atención/hiperactividad.
precisión la causa. No obstante, podría influir en los resultados el hecho de que las
pruebas se realizan con los ojos cerrados
y manteniendo contracciones isométricas
de la musculatura (aunque cierto es que
estas condiciones son las mismas para
cualquier niño evaluado con esta batería
en otros estudios). Debido a la primera
circunstancia, se pierde una importante
fuente de retroalimentación sobre la pos- Figura 7. Evolución del factor praxia global en los Figura 8. Evolución del factor praxia fina en los
tura corporal en relación con el entorno: niños sanos y con trastorno por déficit de aten- niños sanos y con trastorno por déficit de atención/hiperactividad.
la visión. La segunda condición, el man- ción/hiperactividad.
tenimiento de contracciones isométricas,
suele producir mayor fatiga muscular. A
todo ello, habría que añadir la dificultad que tienen los niños
El hallazgo parece digno de ser destacado, porque, aunque
para estarse quietos sin moverse, pues generalmente son bas- la afirmación de la lateralidad se va logrando con el crecimientante inquietos y se aburren, y colaboran mejor en las pruebas to, en gran medida ya está determinada en el momento de nacer,
en las que están más entretenidos. En cualquier caso, parece pertenece al ámbito del predominio hemisférico funcional, se
aconsejable un estudio más profundo sobre el comportamiento afirma hacia los 4 años y ya está bastante bien establecida a los
del equilibrio estático con y sin control de visión a lo largo del 8-9 años [34,35].
crecimiento.
En nuestra muestra, todos los niños (sanos y con TDAH)
La lateralidad (Tabla IV, Fig. 4) presenta malos resultados presentan una mala adquisición de la lateralidad: a los 5 años no
en ambos grupos y, aunque existen pequeñas variaciones numé- la habían afirmado, y esta situación no mejoró en los niños maricas, no se encuentran diferencias significativas entre ellos en yores. Al no haber diferencias entre grupos, no se puede conninguna edad. Pero, quizá, lo más llamativo es que los valores cluir que esta deficiencia sea una característica del TDAH, pero
apenas se modifican con el paso de los años. Esto viene a signi- es obvio que se precisan más estudios para aclarar este comporficar que, al menos en la muestra estudiada, los niños no alcan- tamiento.
zan un predominio claro en la afirmación de la lateralidad, inLa noción de cuerpo (Tabla IV, Fig. 5) es significativamente
cluyendo la ocular, auditiva, manual y pedal.
peor en los niños con TDAH y, aunque va mejorando con el
72
REV NEUROL 2009; 49 (2): 69-75
PERFIL PSICOMOTOR EN NIÑOS CON TDAH
Tabla IV. Resultados obtenidos en los factores de los perfiles psicomotores de los grupos de niños con y sin trastorno por déficit de atención/hiperactividad para cada edad y su comparación intergrupos (se presenta la significación bilateral de la prueba U de Mann-Whitney).
Edad
Tonicidad
Equilibrio
Lateralidad
Noción de cuerpo
Media
TDAH
Media
sanos
Sig.
bilat.
Media
TDAH
Media
sanos
Sig.
bilat.
Media
TDAH
Media
sanos
Sig.
bilat.
Media
TDAH
Media
sanos
Sig.
bilat.
5 años
3,09
3,09
0,590
2,35
2,57
0,101
1,19
1,08
0,466
1,96
2,52
0,008
6 años
3,03
3,32
0,001
2,40
2,93
0,000
1,17
1,19
0,935
2,22
2,49
0,007
7 años
3,13
3,34
0,003
2,64
3,01
0,000
1,18
1,18
0,899
2,44
2,94
0,000
8 años
3,07
3,42
0,000
2,64
3,16
0,000
1,26
1,20
0,167
2,59
3,10
0,000
9 años
3,27
3,37
0,103
2,80
3,20
0,000
1,2
1,19
0,556
2,78
3,15
0,002
10 años
3,18
3,43
0,000
2,67
3,36
0,000
1,17
1,19
0,931
2,88
3,28
0,000
11 años
3,29
3,53
0,004
3,03
3,38
0,002
1,19
1,13
0,405
3,06
3,46
0,000
12 años
3,21
3,58
0,000
2,80
3,58
0,000
1,16
1,16
0,904
2,99
3,47
0,000
Tabla IV. Resultados obtenidos en los factores de los perfiles psicomotores de los grupos de niños con y sin trastorno por déficit de atención/hiperactividad para cada edad y su comparación intergrupos (se presenta la significación bilateral de la prueba U de Mann-Whitney) (cont).
Si nos atuviéramos a los
criterios interpretativos BPM
Edad
Estructuración espaciotemporal
Praxia global
Praxia fina
[27], las puntuaciones obtenidas deberían redondearse al
Media
Media
Sig.
Media Media
Sig.
Media Media
Sig.
TDAH
sanos
bilat.
TDAH
sanos
bilat.
TDAH
sanos
bilat.
número entero más cercano y,
de este modo, en varias prue5 años
1,33
1,75
0,007
1,3
1,71
0,001
1,76
1,76
0,933
bas se acercarían al 3, con lo
6 años
1,51
2,01
0,000
1,43
1,61
0,008
2,09
2,20
0,318
que se clasificarían como de
ejecución ‘controlada’.
7 años
1,65
2,33
0,000
1,52
1,83
0,000
2,27
2,53
0,046
Por otro lado, las desvia8 años
1,91
2,54
0,000
1,64
2,07
0,000
2,50
2,68
0,016
ciones estándares demuestran una dispersión impor9 años
2,15
2,57
0,007
1,65
2,02
0,001
2,68
2,82
0,275
tante. Si se consideran los re10 años
2,25
2,85
0,000
1,81
2,35
0,000
2,82
2,98
0,178
sultados en relación con las
diferentes edades de los ni11 años
2,37
3,13
0,000
2,01
2,44
0,000
2,89
3,16
0,024
ños, se puede comprobar que
12 años
2,42
3,32
0,000
1,99
2,72
0,001
2,96
3,23
0,022
la estructuración espaciotemporal va adquiriendo unos
Sig. bilat.: significación bilateral; TDAH: trastorno por déficit de atención/hiperactividad.
valores mucho mejores conforme pasan los años. Esto
significa que en la obtención
transcurso de los años, a los 12 años no alcanzó los valores de de las medias se han considerado valores ‘malos’, correspondienlos niños sanos.
tes a los niños pequeños, y valores ‘mejores’, correspondientes
Las tareas para evaluar la noción del cuerpo parecen impli- a los niños de más edad. Como conclusión, se podría afirmar
car diversas funciones ejecutivas, controladas por las estructu- que aunque los valores medios demuestran una realización ‘con
ras neurológicas que están afectadas por el TDAH, lo que po- dificultad’, el desempeño evolutivo de los niños es el correcto, y
dría explicar la ejecución imperfecta. En la teoría del aprendiza- alcanza valores normales cuando crecen.
je por observación, se propone que la noción del cuerpo es más
En la praxia global (Tabla IV, Fig. 7) volvemos a encontrar
una tarea de carácter cognitivo que motor, aunque ambas di- valores significativamente peores en los niños diagnosticados
mensiones estén implicadas; de forma específica, la imitación y en todas las edades. Estos hallazgos concuerdan con los de
de gestos requiere procesos de atención selectiva, memoria, pro- otros autores, que encontraron movimientos más desiguales y
ducción y ejecución [36,37]. Se trata, por tanto, de una tarea de más lentos en los niños con TDAH [39]; o con las curvas de los
aprendizaje específico con implicaciones neuronales complejas, tiempos de reacción establecidas [40]; o con el empeoramiencomo ha mostrado el hallazgo de las neuronas espejo [38]. Es- to de las alteraciones al aumentar el tiempo de duración de la
tas neuronas forman parte de un sistema perceptivo-ejecutivo tarea [41].
que parece involucrado en las tareas de imitación, en las que faTal vez estos resultados se deban a la complejidad de las
llan los niños con TDAH.
pruebas, porque implican varios aspectos de la motricidad gloLos niños con TDAH presentan una estructuración espacio- bal: postura, locomoción, recepción y lanzamiento de objetos.
temporal (Tabla IV, Fig. 6) significativamente peor que los niños Es decir, requieren la integración sistemática de los movimiensanos en todas las edades, aunque en éstos tampoco es óptima.
tos del cuerpo con los movimientos del propio medio [42].
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J.A. VIDARTE, ET AL
La praxia fina (Tabla IV, Fig. 8) también presenta valores
significativamente peores en los niños con TDAH, si bien es necesario advertir que la significación en las diferencias aparece
en la edades más altas, mientras que otros estudios ya encontraron diferencias a los 6 años de edad [43].
La praxia fina implica una capacidad constructiva manual y
de destreza bimanual, con un componente psicomotor relevante
para los procesos mentales [44]. Como adquisición superior, requiere la conjugación de los programas de acción, la atención
voluntaria, el nivel de engramas y somatogramas aprendidos, la
capacidad de programación y de reprogramación, funciones inherentes a un órgano especializado en la exploración, manipulación y prensión de objetos. Evidencia, además, la velocidad y la
precisión de los movimientos finos y la facilidad de reprogramación de acciones en la medida en que las informaciones tactiloperceptivas se ajustan a las informaciones visuales [27].
Las habilidades motoras finas mejoran en los niños entre
los 4 y 6 años de edad en las acciones simples, como rasgar,
abrocharse el botón y atar el cordón del zapato [45], por lo que
las dificultades observadas en esta investigación indican una ligera disfunción.
En conclusión, el perfil psicomotor de los niños diagnosticados
con TDAH es eupráxico y se clasifica en la misma categoría que
el de los niños sanos, aunque su puntuación es menor y los niveles de ejecución de cada factor son peores. De modo excepcional, no se encuentran diferencias en la lateralidad, pero en este
caso es igualmente deficitaria en los niños sanos.
Al comparar los factores psicomotores de los niños con
TDAH y sanos en las diferentes edades, se aprecia que en ambos grupos mejoran con los años, aunque los niños con TDAH
siempre muestran un retraso respecto a los sanos. Por ello, sería
conveniente plantear un estudio longitudinal para comprobar si
esta evolución se mantiene o varía, y saber si en algún momento los niños con TDAH alcanzan valores similares a los de los
niños sanos.
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PSYCHOMOTOR PROFILE OF CHILDREN BETWEEN 5 AND 12 YEARS OF AGE,
CLINICALLY DIAGNOSED WITH ATTENTION DEFICIT HYPERACTIVITY DISORDER IN COLOMBIA
Summary. Introduction. One of the comorbid alterations of attention deficit hyperactivity disorder (ADHD) affects motricity,
to the point where the quality of motor performance during the first 5-6 years of life could constitute a predictor of the later
appearance of symptoms of the disorder. Moreover, the association between motor clumsiness and ADHD results in a poorer
prognosis of the condition. Nevertheless, few studies have examined the evolution of motricity in children affected with this
pathology. Aim. To characterise the psychomotor profile of children between 5 and 12 years of age who were clinically
diagnosed with ADHD in the town of Manizales (Colombia) and to compare it with healthy children of the same age. Subjects
and methods. A cross-sectional descriptive study was conducted with a sample of 846 children (422 diagnosed with ADHD
and 424 healthy controls). Results. Although the values for all the motricity factors were within ranges that are considered to
be normal, they were significantly poorer (p < 0.000) in diagnosed children at all ages. Conclusions. The psychomotor profile
of children diagnosed with ADHD was eupraxic and is classified within the same category as the healthy children, although
quantitatively it was lower. [REV NEUROL 2009; 49: 69-75]
Key words. Attention deficit hyperactivity disorder. Motor clumsiness. Motor dysfunction. Motricity. Psychomotor profile.
Schoolchildren.
REV NEUROL 2009; 49 (2): 69-75
75
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