Del 22 de octubre al 19 de marzo de 2017 puede visitarse en la Sala Daura del Museo del Monasterio la muestra Ábside, comisariada por Àlex Mitrani La pintura para la contemplación, para la mirada lenta, profunda y reflexiva de Jaume Ribas, en el Museo de Montserrat A través de esta exposición, convertida en una elección muy cuidadosa de piezas de su trayectoria y que incorpora las obras más recientes, se puede descubrir la faceta más constructiva del artista Montserrat, octubre de 2016. La Sala Daura del Museo de Montserrat acoge, del 22 de octubre al 19 de marzo de 2017, la exposición Ábside, de Jaume Ribas (Palou, Granollers, 1944), una pintura para la contemplación, para la mirada lenta, profunda y reflexiva. "Nos lleva a mirar hacia dentro de un espacio insondable, pero es a la vez paradójicamente superficial, un plano ciego que nos devuelve nuestra imagen y nos fuerza a pensar sobre nosotros mismos", afirma el crítico de arte Àlex Mitrani, comisario de la muestra. Esta exposición es la ocasión para descubrir al Jaume Ribas más constructivo. Sus grandes artefactos cromáticos ofrecen la posibilidad de una sensualidad gozosa y solemne a la vez. En una selección cuidadosa de piezas, que remarca su sentido arquitectónico del color, se añaden a la muestra las últimas obras del pintor. Y aquí Jaume Ribas sorprende: de la herencia de Matisse y Rothko pasa a dialogar con Motherwell o Soulages. El negro es el protagonista, un negro que no es negativo sino lleno de delicados matices. Con él, el pintor se concentra en la lógica compositiva de unas piezas de poética monumental. Una juventud muy cercana a la experiencia espiritual emerge para dialogar con el espíritu montserratino. La exposición Ábside es especial porque se convierte en una elección muy cuidadosa de piezas de su trayectoria y, todavía más, porque en ella se presentan las obras más recientes, entre las que se encuentra una serie que plantea un giro o una derivación interesante en Ribas: una serie basada en el negro y su contraste sobre el blanco. Son piezas muy potentes que introducen cambios pero que, a la vez, dialogan con sus trabajos más conocidos, de dominante claramente sensual y colorista. “Es una ventana y un espejo a la vez. En función de nuestro estado, de nuestras necesidades vitales, una pintura como esta nos libera de nosotros ofreciéndonos un paisaje infinito y abierto o bien nos conduce a una presencia, a una concentración, a centrarnos en nuestro yo verdadero, despojado de inmediateces y falsas necesidades”, asegura Alex Mitrani. Por su peculiar técnica con el pigmento y las cualidades voluptuosas de la pintura, Ribas podría parecer un pintor esencialmente sensual. Una juventud muy cercana a la experiencia espiritual emerge, ahora, para dialogar con el espíritu montserratino. En Ábside se confirma el sentido arquitectónico, monumental y meditativo de su pintura. A alguien le puede sorprender la última producción del artista, basada en el negro. No le da un valor moral ni anímico. No hay ningún drama tópico en esta negrura. Es más bien una sombra constructiva, una noche que permite destacar aún mejor la luz. No es duro, opaco. Encontramos aquí unos negros atmosféricos, matizados, incluso levemente coloreados. En Ribas predomina el sentido arquitectónico del color. Sus composiciones manifiestan una tensión entre espacio y geometría. Es muy peculiar su manera de dibujar con un trazo irregular y seguro a la vez que modifica el límite del cuadro. Siguiendo el bastidor, anula el carácter de frontera con un espacio otro, fuera la pintura. Así, el color se manifiesta como un territorio definido por sí mismo y no limitado por el soporte. La línea de Ribas es siempre cromática. Corta, define, multiplica grandes o pequeñas áreas de pigmentación. Rombos, cuadrados y trapecios se conjugan de manera articulada, con una extraña sensación de lógica y de arbitrariedad. Ribas es un apasionado del tangram. Tal vez algo de este juego oriental se desplaza hasta su pintura. Hay una concordancia, recientemente estudiada, entre los juegos educativos y la vanguardia. Sólo hay una variación en la libertad y la profundidad, pero ambos se orientan a la imaginación y la inteligencia, al placer y al conocimiento. La concentración del juego está emparentada con la reflexión de la mirada estética: son gemelas. Los grandes artefactos cromáticos de Jaume Ribas nos ofrecen la posibilidad de una sensualidad gozosa y solemne a la vez. Se nos regala un instante para huir de la inmediatez contingente. Un momento de pintura, un tiempo de meditación. La muestra Ábside, de Jaume Ribas, puede verse de lunes a domingo, de 10 a 18h, en la Sala Daura del Museo de Montserrat del 22 de octubre al 19 de marzo de 2017. Departamento de Prensa y Comunicación de Montserrat 93 877 77 75 / 606 942 948 / [email protected]