LA FIGURA DE JOSE La Sagrada Familia de Jesús, María y José CICLO A -2, 13 Después de la partida de los magos, el Ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: “Levántate, toma al niño y a su madre, huye a Egipto y permanece allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo”. -v.14 José se levantó, tomo de noche al niño y a su madre y se fue a Egipto. -v.15 Allí permaneció hasta la muerte de Herodes, para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por medio del Profeta: “Desde Egipto llamé a mi hijo”. -v.19 Cuando murió Herodes, el Ángel del Señor se apareció en sueños a José, que estaba en Egipto. -v.20 y le dijo: “Levántate, toma al niño y a su madre y regresa a la tierra de Israel, porque han muerto los que atentaban contra la vida del niño”, -v.21 José se levantó, tomó al niño y a su madre y entro en la tierra de Israel. -v.22 Pero al saber que Arquelao, reinaba en Judea, en lugar de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allí y advertido en sueños, se retiró a la región de Galilea. -v.23 donde se estableció en una ciudad llamada Nazaret. Así se cumplió lo que había sido anunciado por los profetas: “Será llamado Nazareno”. Mt 2, 13-15.19-23 Introducción: La Iglesia celebra la fiesta de la Sagrada Familia en el domingo siguiente a la Navidad. La familia compuesta por Jesús, María y José queda así presentada como ejemplo de toda familia cristiana. María y José, dejando de lado toda conveniencia personal asumen con responsabilidad el papel de padres, que Dios les otorga. Con el riesgo de su propia vida, protegen y defienden la vida de este hijo que es el Hijo de Dios. En el texto de este domingo el personaje central es José, el padre, el jefe de familia. A él se le dan las indicaciones, él toma las decisiones. El pasaje presenta la disposición de José, su sensibilidad atenta a la voz de Dios, su prontitud para seguir las indicaciones divinas. El autor del Evangelio relaciona los comienzos de la vida de Jesús, con los comienzos del pueblo de Israel. Igual que los israelitas, Jesús inicia desde Egipto el nuevo y definitivo éxodo, comenzando la formación del “Nuevo Pueblo de Dios”. El relato presenta dos partes: 1) La huída de José con el niño y su madre a Egipto; 2) El regreso de la Familia, no a Belén de Judea, sino a Nazaret de Galilea, lugar desde donde Jesús saldrá para cumplir su misión salvadora. Aportes para la Lectura: -v.13 El rey Herodes había pedido, a los magos llegados de Oriente para adorar al recién nacido, que regresaran a Jerusalén a informarle donde se encontraba. Pero como en sueños fueron advertidos de que no debían pasar por la residencia del rey, tomaron otro camino. Herodes, al verse burlado, envió a parte de su ejército a rodear a Belén con la orden de asesinar a todo niño menor de dos años. Pensaba de esta manera, eliminar al nuevo “Rey” que acababa de nacer. Después que los magos emprendieron el regreso, el ángel del Señor se le apareció en sueños a José. Aparecerse en sueños, era en el Antiguo Testamento, un medio normal de revelación divina a los patriarcas y profetas (Gn 20, 3; 31,10-11; Nm 12, 6). El ángel ordena a José que tome al niño y a su madre y huya a Egipto, porque Herodes intentará matar al niño. Herodes había sido nombrado rey de Judea por los romanos en el año 37 a.C. Durante su reinado se destacó por un vasto programa de construcciones, pero sobre todo por su astucia y por su extrema crueldad. Todo el que se oponía a su política, se exponía a tener una muerte violenta. Una de sus victimas fue Marianne, una de sus mujeres. También estuvo implicado en el asesinato de dos de sus hijos, Alejandro y Aristóbulo. Solo cinco días antes de morir, ordenó la ejecución de otro de sus hijos, Antípatro, que se esperaba fuera su sucesor. Ante esta muestra de crueldad y despotismo, no es extraño que al enterarse por los magos que había nacido el “rey de los judíos”, también decidiera eliminarlo para que su trono no peligrara. Este pasaje tiene su paralelo con la historia de Moisés, que huyó al país de Madián, porque el faraón lo buscaba para matarlo (Ex 2, 15), también recuerda la orden del faraón de matar a los hijos varones de los israelitas (Ex 1, 15). -v.14 José, fiel y obediente al mensaje divino, tomó al niño y a María y de noche emprendió el camino hacia Egipto. El viaje debió ser angustioso por el temor de que en cualquier momento pudieran ser alcanzados por los soldados de Herodes y además por la severidad del clima de aquella zona, que por sus fuertes calores durante el día y los intensos fríos por la noche, no era nada apropiado para un niño recién nacido y para una madre que hacía poco había dado a luz. Además, debían superar las dificultades propias del camino, que más que camino eran sendas marcadas por las pisadas de los hombres y de los animales. El trayecto entre Judea y Egipto, les debió haber llevado no menos de diez días en recorrerlo. La huida de José con el niño y con su esposa, está en paralelo con el traslado de toda la familia de Jacob que emigró a Egipto por designio de Dios (Gn 46, 1-7). -v.15 El evangelio no dice en que localidad egipcia de radicaron, pero es muy posible que lo hayan hecho en algunas de las colonias judías próximas a la frontera. Tampoco menciona cuanto tiempo permanecieron allí, pero se sabe que el destierro fue relativamente breve porque entre el nacimiento de Jesús y la muerte de Herodes, trascurrieron dos años aproximadamente. En el texto se cita al profeta Oseas: “Cuando Israel era niño, yo lo amé y de Egipto llamé a mi Hijo” (Os 11, 1), que hace referencia al llamado que Dios dirige al pueblo de Israel para hacerlo salir de Egipto. Como Israel es figura del Mesías, Mateo aplica este pasaje al regreso de Jesús desde Egipto. -v.19-20 Estando todavía en Egipto, el Ángel del Señor se le apareció nuevamente en sueños a José y le comunica que Herodes había muerto y por lo tanto debía regresar a la tierra de Israel. Herodes murió en Jericó en el año 4 a.C., como consecuencia de un fulminante cáncer en los testículos. La expresión “cuando murió Herodes” está en paralelo con el anuncio de la muerte del rey de Egipto en la historia del Éxodo (Ex 2, 23) y la afirmación “han muerto los que atentaban contra la vida del niño” tiene correspondencia con el anuncio hecho a Moisés en Ex 4, 19, para que regrese a Egipto a liberar a su pueblo. Mateo relaciona así, la primera etapa de la vida de Jesús, con los comienzos del pueblo de Israel, para mostrar que con Jesús comienza el “nuevo Pueblo de Dios”. -v.21-22 María, José y el pequeño volvieron al país de Israel y se encontraron que ante la muerte de Herodes, su hijo Arquelao gobernaba como etnarca los territorios de Judea, Samaria e Idumea. Arquelao se había hecho rápidamente famoso al igual que su padre, por su tiránico proceder. Advertido de esto en otro sueño, José llevó su familia directamente a Galilea, región de población mixta, compuesta en buena medida por judíos, griegos y romanos. Galilea era gobernada por otro hijo de Herodes, Antípas quien fue el que hizo ejecutar a Juan el Bautista y el que estuvo implicado en el proceso contra Jesús. -v.23 José se estableció con su familia en Nazaret, una pequeña aldea ubicada en la zona montañosa de Galilea. Si bien la expresión “será llamado Nazareno” no se encuentra en ningún texto profético del Antiguo Testamento, en la tradición más antigua se usaba ese calificativo para referirse a Jesús. Según algunos autores el nombre Nazaret puede proceder de la palabra hebrea nêzer que se traduce como “retoño” en el texto de Is 11, 1. Aportes para la Meditación: José atento a la voz de Dios, se levanta, confía plenamente y se pone en camino ¿Nosotros respondemos de la misma manera al llamado del Señor? ¿Qué lugar ocupa Jesús en nuestras familias? ¿Qué importancia le damos? ¿En qué la Sagrada Familia puede ser ejemplo para nosotros? ¿Rezamos por las familias desunidas, por las familias que sufren, para que reciban ayuda y consuelo? Modelo de Oración: Señor: Concédeles a las familias cristianas un espíritu solidario para compartir la vida y las angustias de las demás familias Danos la gracia de poder imitar fielmente los ejemplos de la Sagrada Familia para vivir en profundidad nuestra vida familiar para que en ella pueda reinar la fe, la paz y el amor. Si realizamos alguna celebración o signo comunitario sería bueno invitar a trabajar con una imagen de la Sagrada Familia y meditar con el simbolismo que expresa el concepto de familia. Contemplación/Compromiso: En el último paso de la Lectura Orante nos parece bueno recomendar que dejemos unos cuantos minutos para contemplar todo lo que el Señor nos ha dicho con su Palabra, lo que le hemos dicho a través de la oración, y sobre todo descubrir a qué nos comprometemos, qué acción para transformar nuestro pequeño mundo realizaremos. Siempre debe ser algo muy concreto y en coherencia con lo que el Señor nos pide en su Palabra.