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“De nuestra consagración a los Corazones
de Jesús y de María, brotará la Paz y la
Alegría.”
www.misionporelamordediosentodoelmundo.org
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“Conducir a los hombres y las mujeres de nuestro tiempo hacia
Jesús, al encuentro con Él, es una urgencia que aparece en todas las
regiones, tanto las de antigua como las de reciente evangelización”.
(Mensaje final de los obispos al pueblo en el Sínodo de los obispos sobre la
Nueva evangelización para la transmisión de la fe, n.2). Estas palabras
proféticas de los padres sinodales, son el reflejo de la conciencia que como
Iglesia hemos de asumir cada uno de los bautizados, ante el desafío de la
Nueva Evangelización. Los esfuerzos e iniciativas lejos de ser estrategias
metodológicas, son mociones del Espíritu que se suscitan en la Iglesia y ante
los cuales hemos de estar con ojos abiertos y corazón palpitante.
La “Misión por el amor de Dios en todo el mundo” es una iniciativa
que quiere asumir el desafío de ayudar a muchos a experimentar el amor de
Dios en persona y en su vida, buscando que este amor anide en su corazón
para vivir la consagración bautismal de manera plena. El Santo Padre
Benedicto XVI nos ayuda a entender perfectamente en qué sentido se
entiende esta consagración: “Consagrar algo o alguno significa dar en
propiedad a Dios algo o alguien, sacarlo del ámbito de lo que es nuestro e
introducirlo en su ambiente de modo que ya no pertenezca a lo nuestro,
sino enteramente a Dios. Consagración es, pues, un sacar del mundo y un
entregar al Dios vivo. La cosa o la persona ya no nos pertenece, ni
pertenece a sí misma, sino que está inmersa en Dios. Un privarse así de algo
para entregarlo a Dios, lo llamamos también sacrificio: ya no será propiedad
mía, sino suya” (Homilía en la misa crismal, 9/Abril/2009). El bautismo,
mediante la gracia del Espíritu Santo, nos ha consagrado y nos ha destinado
a ser y formar el edificio espiritual para un sacerdocio santo (cf. 1 Pe 2,4-5).
Este folleto que el Equipo de la Misión nos ofrece, es un material
valioso que podemos aprovechar de manera organizada en nuestras
comunidades, a fin de difundir el amor de Dios en todo el mundo y apoyar la
Misión Continental Permanente.
Auguro que mediante estas iniciativas, muchos podamos sumarnos
a la tarea de Cristo y de su Iglesia. Estar inmersos en la Verdad, en Cristo, es
un proceso que forma parte de la oración en la que nos ejercitamos en la
amistad con Él y también aprendemos a conocerlo: en su modo de ser,
pensar, actuar.
El amor de Dios en todo el mundo
Dios es amor (1 Jn 4, 16), esta cualidad fundamenta y consolida la persona
al grado de llevarla a su plenitud.
Ante un mundo cambiante y falto de amor surge una iniciativa, que nos nace
de la preocupación de que todos se renueven en su vida, que renueven su
compromiso de consagración bautismal, que fortalezcan su pertenencia a
Dios, sumergidos en el corazón traspasado de Jesús en el Inmaculado
corazón de María. De este modo nace la “misión por el amor de Dios en
todo el mundo”.
Esta misión tiene como base cuatro piedras angulares que sostienen todo el
proyecto: la consagración, el cambio personal, la oración del corazón y las
buenas obras. Es un soplo del Espíritu sobre su Iglesia que contribuye a la
renovación general e impulsa la misión continental permanente.
Presentamos este material con la esperanza viva que sea una herramienta
en el camino diario de la Iglesia, y que contribuya en la vida de cada
bautizado a volver a la fuente limpia del origen de la vida en Cristo y que
sea un oasis de vida espiritual en este valle de lágrimas tan necesitado del
amor de Dios.
Las catequesis y las celebraciones, van impregnadas de la fuerza de la
consagración, del sello de pertenencia a Dios y lanzada esta experiencia
cotidiana de cenáculo de oración.
Bajo la protección de la Virgen Inmaculada en su advocación de Guadalupe,
encomendemos este proyecto renovador del mundo y de la Iglesia, para
mayor gloria de Dios y la salvación del hombre de hoy.
Pbro. Lic. José Martín Lara Becerril
Vicario General
Diócesis de Querétaro
+Faustino Armendáriz Jiménez
IX Obispo de Querétaro
2
INTRODUCCIÓN
GENERAL
En la Sagrada Escritura encontramos que Dios habla de
muchas maneras y en cada tiempo lo hace y lo sigue haciendo.
Cada inspiración de Dios nos habla de su presencia a lo largo
de estos 2000 años en nuestra Iglesia.
En ocasiones las iniciativas de Dios vienen a través de
los consagrados, otras veces viene del pueblo de Dios, es decir
de los laicos y precisamente es aceptada por los sacerdotes,
unos y otros preocupados por el rumbo que toma nuestra
historia, donde las cosas que no veíamos antes, empezaron a
ser tema de todos los días.–como la violencia generalizada- y
que ahora se nos ha hecho tan cotidiana y que se escucha cada
vez con más frecuencia, como un grito desesperado: “¡que
alguien haga algo!” y es aquí donde surge esta propuesta: “¿y
nosotros que hacemos?” “¿que estamos haciendo por
revertir esta situación? Los Obispos mexicanos en su carta
pastoral “Del encuentro con Jesucristo a la solidaridad con
todos” se preguntan si la Iglesia puede ser marginada en este
momento de la historia y aún más, se preguntan con
admiración ¿la Iglesia se puede automarginar en este momento
de la historia? Nosotros estamos en un momento crucial de
nuestra historia, porque tenemos la mejor arma que un
humano pueda tener: la oración, el poder de la oración. Y la
intervención de Dios en todas nuestras cosas cotidianas, en
todos los actos de nuestra vida y es por ello que vimos en el
horizonte: CONSAGRAR NUESTRA VIDA A LOS SAGRADOS
CORAZONES DE JESÚS Y DE MARIA. Iniciaría por el deseo de
cambio de vida, en segundo lugar por dar lo mejor de nosotros
a Dios y en tercer lugar, el esfuerzo cotidiano por volver
sagrado lo profano, esto nos llevaría a la CONSAGRACION, sin
desconocer tampoco que la misma consagración nos traería a
un cambio de vida, dar lo mejor a Dios y a un ver el valor divino
de lo humano. En cuanto a los sagrados corazones, el Papa
Benedicto XVI tiene unas palabras maravillosas que nos
ayudan a comprender mejor el amor de Dios a nosotros
manifestado en los sagrados corazones. Dice el Papa que en el
lenguaje bíblico, el «corazón» indica el centro de la persona, la
sede de sus sentimientos y de sus intenciones. En el corazón
del Redentor adoramos al amor de Dios por la humanidad, su
voluntad de salvación universal, su infinita misericordia. El
culto al Sagrado Corazón de Cristo significa, por tanto, adorar a
ese Corazón que, después de habernos amado hasta el final, fue
traspasado por una lanza y desde lo alto de la cruz derramó
sangre y agua, manantial inagotable de vida nueva.
El corazón que más se asemeja al de Cristo es, sin duda, el
corazón de María, su Madre Inmaculada, y precisamente por
este motivo la liturgia la presenta a nuestra veneración.
Encomendemos a su Corazón Inmaculado, que contemplamos
de manera particular, el mundo entero para que experimente
el amor misericordioso de Dios y experimente la auténtica paz.
3
CAPÍTULO I
CATEQUESIS PRINCIPAL
SOBRE LA CONSAGRACIÓN
Puntos esenciales para prepararse a la
consagración
Consagración
Catequesis para cada día del mes
CATEQUESIS DE LA CONSAGRACIÓN
1. Recibirán el curso de la Catequesis Breve de la Consagración
todas las personas que están al frente de las pastorales
fundamentales y específicas, movimientos y grupos.
2. Dichas personas a su vez, de acuerdo con el Párroco, se
convertirán en multiplicadores del curso de la catequesis,
llevando la misma a toda la feligresía sin excepción, incluyendo
todas sus capillas, barrios y la población más alejada.
3. Se hace necesario enfatizar, que para que la catequesis de la
consagración a los Sagrados Corazones de Jesús y de María
pueda rendir los frutos esperados, se requiere la plena
conscientización de la conversión personal, familiar, laboral y
de todo el pueblo en general. Sólo así se podrá confiar en que
ésta sea transformante y transformadora de todos los
contextos de nuestra vida. Sólo así se podrá lograr la paz y la
santificación de toda la sociedad. Sólo así se podrá lograr la paz
y una vida digna y libre de violencia.
Cuando hablamos del Corazón de Jesús y de María pensamos
en Jesús y en María bajo el aspecto de la riqueza de la vida
interior de ellos dos, especialmente en su amor hacia el Padre
celestial y hacia nosotros, los hombres.
La humanidad tiene necesidad, hoy más que nunca, de la
bondad divina, del amor y de la piedad.
Es lo que recibimos al consagrarnos a los Sagrados Corazones
de Jesús y de María y al vivir según la consagración.
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Consagraciones a los Sagrados Corazones
1º El Papa León XIII consagró en el año 1899 a toda la Iglesia y
al mundo entero al Sacratísimo Corazón de Jesús.
2º El Papa Pío XII le consagró al Inmaculado Corazón de María
toda la Iglesia y el mundo entero en el año 1942.
3º El Papa Juan Pablo II realizó esta consagración al
Inmaculado Corazón de María en el año 1984 y en el 2000.
Somos conscientes que vivimos días en que la confusión crece
en el corazón de muchos creyentes. Como ovejas dispersas se
mantienen en silencio a pesar de observar como la
inmoralidad, la corrupción y la maldad aumentan cada día más
en los pueblos, ciudades, países y alrededor del mundo.
Muchos han comenzado a sentir la necesidad imperativa de
hacer algo contra el mal que nos rodea, pero no saben qué
hacer o cómo hacerlo. LA CONSAGRACIÓN A LOS SAGRADOS
CORAZONES DE JESUS Y DE MARIA nos ofrece la herramienta
que necesitamos y en la que podemos depender, ya que está
basada en la historia de la Iglesia Católica y en las Sagradas
Escrituras: Es la consagración personal y comunitaria.
La consagración de todo lo que somos y lo que tenemos,
reconociendo el señorío de Jesús en nuestras vidas y nuestra
entrega total a la voluntad de Dios, por medio Corazón
Inmaculado de Jesús y el Corazón Inmaculado de María,
nuestra Madre. Entendiendo que dicha consagración nos debe
llevar a la renuncia de todo aquello en nuestra vida que sea
contrario a Dios.
Cambiando nosotros primero,
transformaremos nuestros contextos de vida y poco a poco, se
logrará la transformación de una realidad social.
¿CUÁLES SON LAS RAZONES PARA HACER UNA
CONSAGRACIÓN, YA SEA DE UN PAÍS, DE UNA CIUDAD O DE
UNA PERSONA?
Me consagro al SEÑOR, para hacer su voluntad dondequiera
que esté, en la escuela, en el hogar, en el trabajo, o en cualquier
parte que me envíe. Dios es quien decide lo que quiere que yo
haga y dónde quiere que le sirva, y lo que El escoja para mí
seguramente será lo mejor. Pero requiere que yo se lo diga,
que yo le manifieste mi deseo de ser suyo y de realizar la
plenitud de mi amor y voluntad por medio de la consagración
que me lleve a un cambio y renuncia de todas aquellas cosas
que no son de Dios o que puedo mejorar para gloria suya y
beneficio de mi familia y la sociedad.
¿POR QUÉ DEBO CONSAGRARME AL SEÑOR?
Porque yo muero a mis propios planes y aspiraciones ante la
sublimidad del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por
quien perdí todas las cosas, y las tengo por basura para ganar a
Cristo (Filip. 3,8). El resultado es mi propia conversión y
luchar mediante el propio testimonio de vida, por la
conversión de todos aquellos que Dios ha puesto bajo mi
cuidado: el esposo, la esposa, la familia, los compañeros de
trabajo, etc. Total conversión: no es otra cosa que el cambio de
nuestra vida anterior para vivir la vida según el Espíritu.
Porque le pertenezco. La Biblia dice: “¿No sabéis que vuestro
cuerpo es templo del Espíritu Santo que mora en vosotros, el
cual tenéis de Dios y que no son vuestros? Pues habréis sido
comprados por precio. Por tanto, glorificad a Dios en vuestro
cuerpo” (1 Cor. 6, 19-20). Y continúa afirmando “Pues si
vivimos, para el Señor vivimos; si morimos, para el Señor
morimos. Así que ya sea que vivamos o que muramos, somos del
Señor” (Rom. 14, 8).
¿Cuál fue el precio que el Señor Jesús pagó por mí? ¡Su propia
sangre preciosa!
Además afirma “Tened presente que habéis sido rescatados de
vuestra vana manera de vivir, la cual heredasteis de vuestros
padres, no con cosas corruptibles como oro o plata, sino con la
sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin
contaminación” (1 Pe. 1, 18-19).
El Señor Jesucristo me ha redimido: El es mi Señor y Amo:
pertenezco a Él. Si le pertenezco al Señor es justo que me
entregue a Él. La pregunta no es si pertenezco al Señor, sino si
“¿he entregado al Señor lo que ya le pertenece?”
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La consagración es sencillamente reconocer que Cristo es mi
dueño y decirle a El Señor, “soy tuyo por derecho, y deseo ser
tuyo porque así lo decido y elijo”.
¿QUÉ SIGNIFICA LA CONSAGRACIÓN?
Es dar mi vida a Dios para que El haga su voluntad en vez de la
mía. Significa que presente mi cuerpo como “un sacrificio vivo”
a Él
En el Antiguo Testamento se ofrecían animales. Desde luego
que Dios no me pide poner mi cuerpo sobre un altar para ser
sacrificado. En vez de eso, El pide que me convierta en
“sacrificio vivo”. Eso quiere decir que El desea que yo viva para
El.
Veamos más acerca del significado de la consagración:
 Los sacrificios en el Antiguo Testamento eran símbolos
del Señor Jesús. Por ejemplo, cuando se ofrecía un
carnero como expiación por el pecado, era símbolo o
figura del Señor Jesús muriendo en la cruz por nuestros
pecados (Cfr. Lv. 5, 14-26).
 Pero había otro sacrificio que no tenía nada que ver con
el pecado. Este sacrificio se llamaba “holocausto” ¿Qué
representaba el holocausto? (Cfr. Lv. 6, 1-6).
Representaba al Señor Jesús ofreciendo su vida al Padre
para hacer su voluntad. Este sacrificio era de gran
valor para Dios y de él podemos aprender muchas cosas
acerca de la consagración.
LA CONSAGRACIÓN ES VOLUNTARIA
Dios dice a Moisés: “Habla a los hijos de Israel y diles que
cuando alguno de vosotros presente una ofrenda a Yahvé, ésta
será del ganado vacuno u ovino. Si su ofrenda es holocausto del
ganado vacuno, ofrecerá un macho sin defecto. Lo ofrecerá
voluntariamente delante de Yahvé, a la entrada del tabernáculo
de la reunión.” Esto nos dice que la consagración es “a Yahvé” y
debe ser voluntaria. Dios no me obliga a que consagre mi vida
a El. (Lev. 1, 2-3).
LA CONSAGRACIÓN “ES AL SEÑOR”
Cuando me consagro al Señor ¿quiere decir que estoy dando mi
vida para convertirme en predicador o en misionero? Me
consagro para ser ni predicador ni misionero. Me consagro al
SEÑOR, para hacer su voluntad dondequiera que esté, en la
escuela, en el hogar, en el trabajo, o en cualquier parte que me
envíe. Dios es quien decide lo que quiere que yo haga y dónde
quiere que le sirva, y lo que El escoja para mí seguramente será
lo mejor.
LA CONSAGRACIÓN ES LA OFRENDA DE UNA VIDA ENTERA
A DIOS
Dios permitía que se usaran cuatro clases de animales como
sacrificios en el holocausto. Los ricos llevaban un animal caro
tal como un buey; los que eran menos ricos, llevaban una oveja
y los que no podían comprar ninguno de éstos, llevaban
palomas o tórtolas (Lv. 5,7; Lv. 12,8). Pero en cada caso,
consistía en ofrecer una vida entera a Dios. Dios no podía
aceptar menos que eso.
¿Qué nos dice esto acerca de la consagración? Nos dice que la
consagración es ofrecer una vida entera a Dios. No puedo dar a
Dios una parte de mi vida y guardar una parte para mí mismo.
Esto no satisfaría a Dios, y tampoco me satisfaría a mí. Todo el
gozo y la bendición en la vida cristiana dependen de que
nosotros no retengamos nada de Dios.
LA CONSAGRACIÓN ES FINAL
Una vez que un animal era colocado en el altar como un
holocausto a Dios, ya no se quitaba. Era santo a Dios. La Biblia
dice: “No se venderá ni se rescatará ninguna cosa que alguien
haya dedicado por completo a Yahvé, de todo lo que posee,
trátese de personas, de animales o de los campos de su
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posesión. Todo lo dedicado por completo será una cosa muy
sagrada a Yahvé (Lv 27, 28).
Una vez que yo haya consagrado mi vida a Dios ya no podré
tomarla de nuevo. Dios espera que mi consagración a El sea
una sola vez y para siempre.
¿Qué pasa si caigo en pecado? Quiere decir si pequé debo
confesar mis pecados a Dios mediante el Sacramento de la
Reconciliación, para que pueda gozarme después de la
reconciliación, en la comunión.
LA CONSAGRACIÓN ES CONTINUA
El holocausto era ofrecido a Dios cada mañana y cada tarde, día
a día, continuamente. ¿Qué nos dice esto en cuanto a la
consagración?
Esto nos dice que nuestra consagración debe ser continua. Mi
consagración se inicia con el hecho de entregarme al Señor,
pero no termina ahí. Debo vivir continuamente mi
consagración. Día a día me ofrezco al Señor para hacer su
voluntad en lugar de la mía. Esto es lo que el Señor Jesús quiso
decir cuando dijo:
“Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo y tome
su cruz cada día y sígame” (Lc. 9, 23).
EL MOTIVO DE LA CONSAGRACIÓN
Yo se que debo entregarme al Señor, pero ¿qué es lo que me
hace desear hacerlo? El amor de Cristo. “El amor de Cristo nos
apremia” (2 Cor. 5, 14). Cuando el amor de Cristo toca mi
corazón, no puedo hacer más que postrarme ante El y ofrecerle
toda mi vida.
¿CUAL ES EL PROPÓSITO DE LA CONSAGRACIÓN?
El propósito de la consagración es que se haga la voluntad de
Dios en mi vida. En realidad es el Señor Jesús quien hace la
voluntad de Dios en mí.
Los Evangelios nos dicen cómo el Señor Jesús hizo la voluntad
de su Padre cuando El vivió aquí en la tierra. El Libro de los
Hechos nos cuenta cómo continuaba haciendo la voluntad de
su Padre por medio de los Apóstoles y discípulos de esa época.
Ahora el Señor Jesús quiere obrar mediante nosotros para
hacer la voluntad de Dios. Para hacer eso, El necesita que le
ofrezcamos nuestros cuerpos como sacrificio vivo.
El Señor Jesús no tiene manos para hacer la obra de Dios aquí
en la tierra, a excepción de nuestras manos. El no tiene pies
para llevar el mensaje de Dios a los perdidos, excepto nuestros
pies. No tiene labios para hablar a los hombres de la salvación
de Dios excepto nuestros labios. Esa es la razón por la que la
Biblia dice: “Así hermanos, os ruego, por las misericordias de
Dios que presentéis vuestros cuerpos como sacrificio vivo,
santo y agradable a Dios” (Rom. 12,1).
¿CÓMO ME CONSAGRO A DIOS?
Dios no puede usar nada de la vida vieja o anterior. Sólo los
que son “vivos de los muertos” pueden servirle. Es sólo cuando
veo que he sido crucificado juntamente con Cristo, sepultado
con El y resucitado con El, que puedo verdaderamente
consagrar mi vida a Dios. (Rom. 6, 6).
Puedo también consagrar mi vida a Dios cuando en un
momento de conocimiento interior, elijo libre y
voluntariamente consagrarme a Dios.
Al realizar esta
consagración estoy eligiendo vivir la vida de la gracia, estoy
eligiendo vivir los caminos de Dios y renunciando a todo
pecado, vicio y acción que me aleje vivir la vida según el
Evangelio y de acuerdo con los lineamientos que nos marca el
Magisterio de la Iglesia.
¿CUÁL ES EL RESULTADO DE LA CONSAGRACIÓN?
Que yo muero a mis propios planes y aspiraciones para
someterlas y vivir haciendo sólo aquello que es voluntad de
Dios. . El resultado es mi propia conversión y luchar, mediante
el propio testimonio de vida, por la conversión de todos
aquellos que Dios ha puesto bajo mi cuidado: el esposo, la
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esposa, la familia. Total conversión: es decir, cambio de
nuestra vida anterior para vivir la vida según el Espíritu.
EL SEÑOR JESUS ES NUESTRO EJEMPLO
El no vino al mundo para hacer su propia voluntad o para ser
grande ante los ojos de los hombres. El vino para hacer la
voluntad de su Padre. Aunque era Dios, se humilló a sí mismo
y tomó la forma de siervo. Fue obediente a la voluntad de Dios,
hasta en la propia muerte de cruz. Ahora Dios nos dice a
nosotros: “Haya en ustedes esta manera de pensar que hubo
también en Cristo Jesús” (Cfr. Filip 2,5).
¿QUÉ BENDICIONES PODEMOS ESPERAR DESPUÉS DE LA
CONSAGRACIÓN?
La bendición mayor está en encontrar la voluntad perfecta de
Dios para mi vida. Dios tiene un trabajo y un proyecto para
cada uno de sus hijos. Nos dice: “Porque somos hechura de Dios,
creados en Cristo Jesús para hacer las buenas obras que Dios
preparó de antemano para que anduviésemos en ellas” (Ef. 2,
10).
Cuando yo consagro mi vida a Dios El me puede mostrar el
trabajo que tiene para mí. Mi mayor satisfacción llega cuando
encuentro la voluntad de Dios para mi vida y la hago. Te
recuerdo la parábola de los talentos, piensa en el gozo de
encontrar al Señor en la gloria y oírle decir: “Bien, siervo bueno
y fiel. En lo poco has sido fiel, al frente de lo mucho te pondré.
Entra en el reino de tu Señor” (Mt. 25, 21).
¿QUÉ ES LA CONSAGRACIÓN Y ENTREGA A LOS SAGRADOS
CORAZONES DE JESUS Y DE MARÍA?
Lo fundamental de la consagración es, conforme a la oración
consagratoria, la renuncia al pecado, a la tentación del mal y a
Satanás y la entrega incondicional al Sagrado Corazón de Jesús
y al Inmaculado Corazón de María como respuesta al amor a
nosotros a ellos dos. Con esta consagración se renueva y
profundiza de manera consciente la consagración bautismal.
¿Por qué hablamos del “corazón” de Jesús y de María?
En primer lugar, porque el Corazón de Jesús y el de María
hacen referencia los decretos del Magisterio de la Iglesia y la
liturgia (festividad del Sagrado Corazón de Jesús y memoria del
Inmaculado Corazón de María).
También Jesús y María se presentaron de esta manera en
revelaciones especiales, por ejemplo a santa Margarita María
de Alacoque, a santa Catalina Labouré, a los pastorcitos de
Fátima, a santa Faustina Kowalska.
En la Biblia y en el habla corriente de la gente, "el corazón"
significa el centro de la persona y es el símbolo de su amor.
Cuando hablamos del Corazón de Jesús y de María pensamos
en Jesús y en María bajo el aspecto de la riqueza de la vida
interior de ellos dos, especialmente en su amor hacia el Padre
celestial y hacia nosotros, los hombres.
La humanidad tiene necesidad, hoy más que nunca, de la
bondad divina, del amor y de la piedad. Es lo que recibimos al
consagrarnos a los Sagrados Corazones de Jesús y de María y al
vivir según la consagración.
La imagen de los Sagrados Corazones nos habla del
inconmensurable amor de ellos dos hacia la humanidad, hacia
cada parroquia, hacia cada familia, hacia cada individuo.
El amor de ellos hacia la humanidad pecadora se revela
permanentemente, desde el nacimiento de Jesús en el establo
de Belén hasta su muerte en la cruz en el Gólgota. El amor de
ellos dos es tan extraordinario justamente porque Él fue
crucificado y al pie de la cruz estuvo su madre María.
Jesús y María, al demostrarnos su amor, quieren conducirnos
hasta el amor desinteresado a Dios y al prójimo, lo cual es la
base de la santidad a la que todos estamos llamados. Porque
nos aman quieren salvar a la humanidad, que equivocó el
camino. De esto nos hablan también los mensajes de Fátima. Es
necesario creer en el amor de ellos dos, confiarles y
entregárseles por completo. Cambiarán nuestros corazones
para que empecemos a pensar, a obrar y a amar como ellos.
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Jesús le aseguró a Santa Margarita María de Alacoque que los
cristianos que titubean, si adoran al Sagrado Corazón de Jesús,
se tornarán fervientes y así podrán alcanzar rápidamente una
gran perfección.
¿Por qué la consagración simultánea a los dos Sagrados
Corazones?
Hasta ahora era usual consagrarse por separado al Corazón de
Jesús y al de María. Cada una de estas consagraciones alcanzó
su cima en la consagración que realizó el Papa de la Iglesia
Universal y del mundo entero.
¿POR QUÉ CONSAGRARSE
POR MARÍA?
Conferencia del P. Morinay, smm del 25/IVl2003. Cir. 259
-Publicado con permiso de la Fundación Montfort, Barcelona.
La gran pregunta que se plantea es de saber, de comprender
¿Por qué por María? Todo el mundo está de acuerdo -todos los
teólogos- en decir que se trata de unirnos con Jesús. Montfort
es el primero que no vacila en decir: "Si establecemos la sólida
devoción a la Santísima Virgen, es sólo para establecer más
perfectamente la de Jesucristo y ofrecer un medio fácil y seguro
para encontrar al Señor. Si la devoción a la Santísima Virgen
apartase de Jesucristo, habría que rechazarla como una ilusión
diabólica. Pero... sucede lo contrario. Esta devoción nos es
necesaria: para hallar perfectamente a Jesucristo, para amarle
con ternura, para recibirle con fidelidad. (VD 62).
Acuérdense del testimonio personal del Papa Juan Pablo II,
cuando dice que antes de descubrir el "Tratado de la Verdadera
Devoción a la Santísima Virgen" yo había procurado
mantenerme a distancia por temor a que la devoción mariana
ocultara a Cristo en vez de abrirle paso. A la luz del Tratado de
Montfort comprendí que sucede lo contrario. Nuestra relación
íntima con la Madre de Dios surge naturalmente a partir de
nuestra relación con el misterio de Cristo". (André Frossard,
"Diálogo con Juan Pablo II” págs. 184 -185.)
Entonces, nos planteamos la pregunta, ¿Por qué cuando nos
volvemos hacia Jesús, es Él que nos dirige hacia María? Porque
María es un medio para hallar perfectamente a Jesucristo,
amarle con ternura, servirle con fidelidad. Porque finalmente
María es un camino fácil, corto, perfecto y seguro para
encontrar a Jesús y unirnos con Él.
Montfort en su Tratado da ocho motivos para
consagrarnos a Jesús por María dice:
-un medio para darlo todo,
-el ejemplo de la Trinidad,
-por los servicios que nos presta María,
-la gloria de Dios,
-un camino fácil, corto, perfecto y seguro,
-plena libertad,
-amor, caridad al prójimo,
-perseverancia.
Pero además de estos motivos hay otros para
consagrarnos por María que encontramos en otras partes
del Tratado. Si nos consagramos especialmente por María
es por una cuestión de:
Fidelidad, acogida, imitación, maternidad, humildad,
sabiduría, humanidad, libertad.
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1.- Fidelidad
-
Si queremos renovar los votos y las promesas de nuestro
bautismo es porque no fuimos fieles, como decimos en el texto
de la Consagración:
-
"Mas, ¡ay! ingrato e infiel como soy, no he cumplido contigo los
votos y promesas que tan solemnemente te hice en el
bautismo, no he cumplido mis obligaciones" (SM).
Entonces nos volvemos hacia la que fue fiel: "Oh, Virgen fiel"
para que nos ayude a ser fieles de hoy en adelante.
El Papa, Juan Pablo II, en la homilía que pronunció en la
Basílica de San Luis María de Montfort en Saint Laurent el 19
de septiembre de 1996, nos recuerda que en esta renovación
de las promesas del bautismo hay “una renuncia a Satanás, a
sus pompas y a sus obras y una opción por Cristo, una opción
de vivir en la gracia del Espíritu Santo". Pero esta opción de
vivir en la gracia del Espíritu Santo, es una vuelta al principio,
al tiempo anterior al pecado original, al tiempo de la inocencia.
Precisamente María representa este mundo de la inocencia, del
mundo antes del pecado. María es inmaculada.
"Es más joven que el pecado" (Bernanos).
Entonces no podemos optar por la gracia, por el mundo
anterior al pecado, sin la Inmaculada.
2.- Imitación
Para Montfort, cuando dependernos de María, imitamos a Dios,
a la Trinidad, porque las tres Personas dependen de María.
(VD 139-140 + 14 a 39).
-
El Padre no dio a su Hijo sino por medio de María. - El
Padre no nos hizo hijos adoptivos sino por ella.
Ni comunica sus gracias sino por ella. - Dios Hijo se hizo
hombre para todos por ella.
Se forma y nace cada día en las almas por ella. Comunica sus méritos y virtudes por ella.
El Espíritu Santo no formó a Jesucristo sino por María. No forma a los miembros de su Cuerpo místico sino por
María.
No reparte sus dones y virtudes sino por María.
“Como hijos amadísimos de Dios, esforzaos por imitarlo. Seguid
el camino del amor a ejemplo de Cristo". (Cfr. Ef 5, 1-2)
Entre estas dependencias está claro que imitamos, sobre todo,
la dependencia del Hijo porque se trata para nosotros de llegar
a ser Hijos del Padre y de María como Jesús.
Todo el mundo conoce el libro de "la Imitación de Cristo", pero
antes de imitar a Jesús en su vida pública, tenemos que imitarle
al principio de su vida encarnada cuando se anonadó en el seno
de María. Debemos también imitar este anonadamiento, esta
dependencia.
No olvidemos que San Luis María se atreve a decir que la
dependencia de María que Jesús aceptó vivir, continúa hoy.
"La gracia perfecciona la naturaleza y la gloria perfecciona a la
gracia" (VD 27). Es cierto, por tanto, que nuestro Señor es
todavía en el cielo Hijo de María como lo fue en la tierra, y por
consiguiente, conserva para con Ella la sumisión y obediencia
del mejor de todos los hijos para la mejor de todas las madres.
Está claro que dependemos sólo de Dios a nivel de la creación,
pero a nivel del amor y a nivel de la Encarnación dependemos
con Dios de María porque continúa la experiencia de Jesús que
ha aceptado ser hijo de María en su humanidad. “Se ha
sometido en todo a la Santísima Virgen" (VD 139)
A nivel del Amor, Dios acepta depender de nosotros, en este
sentido, porque Dios es Amor, es sensible a la fe, a la confianza
de los hombres. Fue atraído por la fe de María (ASE 107). Es
también atraído a nuestro mundo por nuestra fe. Pero en este
caso no dependemos con Dios de María, sino que es Dios el que
depende de nosotros como ha aceptado depender de María.
10
3.-Humildad
En un sentido podemos distinguir dos humildades: la humildad
de Dios y la humildad del hombre. Por nuestra Consagración,
practicamos las dos.
La humildad de Dios. San Luis María, nunca utiliza la
expresión "Humildad de Dios" porque la gente de su tiempo no
lo hubiera entendido, pero se refiere a esa realidad:
“Este buen Maestro no se desdeñó en encarnarse en el seno de la
Santísima Virgen como prisionero y esclavo de amor, ni de vivir
sometido y obediente a Ella durante treinta años" (VD 139).
Ante esto se pierde la razón humana si reflexiona
seriamente en la conducta de la Sabiduría encarnada.
Podemos hablar de la humildad de Dios siguiendo a San Pablo
que invita a los Filipenses, a vivir en humildad, considerando
cada cual a los demás como superiores a sí mismo. Y para que
lleguemos a ser humildes nos da el ejemplo de Cristo (Cfr. Filp
2,3).
"El cual, siendo de condición divina no retuvo ávidamente el
ser igual a Dios, si no que se despojó de sí mismo (anonadó)
tomando la condición de siervo, haciéndose semejante a los
hombres y apareciendo en su porte como hombre
se humilló a sí mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte
de cruz” (Fil 2, 6-8).
Como vemos, la humildad no comienza con la cruz sino con la
concepción de Jesús con la dependencia total de María.
En el libro del Padre Varillon, "La humildad de Dios", se nos
invita a contemplar esta humildad de Dios, sobre todo en la
experiencia de la cruz que comienza con la aceptación de la
condición humana.
Nuestra humildad. En la cuarta verdad fundamental sobre la
que se establece la Consagración a Jesús por María, San Luis
María nos dice que necesitamos un mediador cerca del
Mediador.
Claro que lo sabemos muy bien que Jesucristo es el único
mediador entre Dios y los hombres: "Único es Dios, único es
también el mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús” (1
Tim 2,5). Pero como dice el Vaticano II: "La única mediación
del Redentor, no excluye sino que suscita en las criaturas
diversa cooperación participada de la única fuente" (LG 62).
Si hablamos de María como mediadora, entendemos esta
mediación de tal manera que no añade nada a la única
mediación que es Jesucristo" (LG 62). Lo que podemos decir
también es que no se trata de la misma mediación.
La mediación de Cristo es una mediación al Padre, mediación
de Redención. La mediación de María es una mediación hacia
el Hijo encarnado, mediación de intercesión.
Si necesitarnos a María para ser nuestra medianera es:
A causa de Dios: que él mismo quiso que tuviéramos
mediadores ante Él (VD 16, 142). "Viendo Dios que somos
indignos de recibir sus gracias inmediatamente de su mano -dice
San Bernardo- se las da a María, para que por ella recibamos
cuanto nos quiera dar. Añadamos que Dios cifra su gloria en
recibir de manos de María, el tributo de gratitud, respeto y amor
que le debemos por sus beneficios" (VD 142)
A causa de nosotros. Esta práctica contribuye además, a
hacer un ejercicio de profunda humildad, visto que Dios la
prefiere a todas las otras. Quien se ensalza, rebaja a
Dios. Quien se humilla lo glorifica. Dios se enfrenta a los
arrogantes, pero concede su gracia a los humildes.
En el Evangelio podemos notar que cada vez que alguien no
se sintió digno de acercarse a Jesús, Jesús lo aprobó, lo
felicitó. Pedro, al final de la pesca milagrosa dice a Jesús:
"Apártate de mí, Señor, porque soy un pecador"(Lc, 5.8). El
Centurión no se sintió digno de ir a Jesús por sí mismo, ni de
que Jesús viniera a su casa (Cfr. Lc, 7,6).
11
La humildad en nuestro mundo moderno. "Si te humillas
creyéndote indigno de presentarte y acercarte a Él, Dios se abaja
y desciende para venir a ti" (VD 143). La humildad es la virtud
con la que María ha atraído a Dios hacia Ella. "Mi espíritu se
alegra en Dios, mi Salvador, porque ha puesto los ojos en la
humildad de su esclava"(Lc, 1,47-48).
En nuestra consagración a Jesús por María, se puede decir que
hay dos renuncias: renunciamos a vivir por nosotros, para vivir
por Jesús. Renunciamos a unimos a Jesús por nosotros
mismos.
4.- Acogida
San Luis María tenía dos lemas: "Dios solo" y "A Jesús por
María". Los dos parecen oponerse el uno al otro porque si se
trata de "Dios solo", no se puede tratar de María. Pero sabemos
muy bien que María está totalmente vacía de sí misma y llena
de Dios, y por lo tanto, no impide a Dios estar "Dios solo" en
ella. (SM 20).
La segunda divisa es siempre verdadera pero, a medida que
profundizamos el mensaje espiritual de San Luis María, nos
damos cuenta de que no se trata tanto de ir a Jesús por María
como de acoger a Jesús que viene a nosotros por María. Para
entender este aspecto de la Consagración tenemos que
acordarnos de dos cosas:
No somos nosotros los que hemos amado a Dios, sino que Él
nos amó primero, es decir que cuando amamos a Dios e incluso
cuando amamos a nuestro prójimo, nuestro amor no es más
que una respuesta a un amor que nos ha precedido. No se trata
tanto de amar como de responder a un amor, de acoger un
amor.
Por lo que se refiere a la Encarnación es lo mismo. No somos
nosotros los que hemos ido a Dios, sino que es Dios el que ha
venido a nosotros. Pero ¿Cómo ha venido a nosotros? “–Por
medio de la Santísima Virgen María vino Jesucristo al mundo y
por medio de ella deberá también reinar en el mundo” (VD 1).
San Luis María expresa esta verdad de tres maneras :
1ª) Tenemos que acoger a Jesús que viene a nosotros por María
(VD 1, 15, 13, 22, 49, 50). No tenemos que movernos del lugar
donde estamos: un poco como Santa Teresita del Niño Jesús,
sino que nos quedaremos debajo de la escalera, sobre el suelo,
y es el amor de una madre que desciende a tomarnos en brazos
para subir la escalera.
2ª) El camino de vuelta tiene que ser el mismo que el camino
de ida. La Virgen Santísima es el medio del cual se sirvió el
Señor para venir a nosotros y para ir a Dios. Es también el
medio del cual debemos servimos para ir a Él (VD 75, 85, 152,
155, 157, 161, SM 23).
3ª) La Santísima Virgen es el medio perfecto escogido por
Jesucristo para unirse a nosotros y a nosotros con Él. Es decir,
que desde el momento en que el Señor se ha unido a nosotros,
nosotros también estamos unidos a Jesús. Nuestra
consagración consiste en decir "Sí" a la unión de Jesús con
nosotros en el seno de María.
Pero volvamos a la primera manera con la que el Santo
expresa, esta verdad. La vida cristiana consiste en acoger a
Jesús, Sabiduría que viene a nosotros. Pero, ¿cómo acoger a
Jesús que viene? “Si llegamos a recibir un don tan sublime como
el de la Sabiduría ¿Dónde lo colocaremos?” (ASE 209 – 211).
Quizá se nos responda que la Sabiduría sólo busca nuestro
corazón y que basta ofrecérselo y colocarlo en Él ¿Ignoras,
quizás, que nuestro corazón está manchado e impuro, es carnal
y está lleno de múltiples pasiones y por tanto es indigno de
hospedar a tan santo y noble huésped?
¿Qué hacer pues para que nuestro corazón sea digno de la
Sabiduría? Aquí está el gran consejo, el secreto admirable.
Introduzcamos -por decirlo de alguna manera- a María en
nuestra casa, consagrándonos a Ella como servidores y
esclavos suyos. Desprendámonos en sus manos y en honor
12
suyo, de todo cuanto más amamos, sin reservarnos nada. “Y
esta bondadosa Señora, que jamás se dejó vencer en generosidad,
se dará a nosotros de manera incomprensible, pero real.
Entonces, la Sabiduría eterna vendrá a morar en Ella como en su
trono más glorioso" (ASE 209-211).
sueño de encontrar a Dios en una criatura humana. Todos
nosotros, especialmente en la experiencia del corazón humano,
pero también en toda experiencia de relación humana,
soñamos no tener que dejar a las criaturas para encontrar a
Dios. De unirnos a Dios uniéndonos a una criatura humana.
Esta acogida de la Sabiduría por María es parte de un conjunto
(al final del libro ASE) en el que San Luis María establece que
María es necesaria para obtener, acoger, conservar (ella atrae a
la divina Sabiduría por su fe: es el imán sagrado que atrae tan
fuertemente a la Sabiduría que ésta no se puede resistir).
Este sueño parece oponerse a la necesidad que expresa San
Juan de la Cruz de dejar a toda criatura para encontrar a Dios,
pero en María se realiza de manera excepcional el
cumplimiento de ese deseo.
El Padre Molinié, es un autor espiritual que piensa que San
Juan de la Cruz -por decirlo de algún modo- necesita ser
corregido por Santa Teresita de Lisieux y San Luis María,
santos que descubrieron un camino nuevo, una vía fácil, corta,
perfecta y segura para unirnos con Jesús.
El ascensor divino de Santa Teresita, corresponde al modelo
del que habla San Luis María en el Tratado (VD 219-220 y en
SM 16-18). El ascensor (que son los brazos de Jesús) se opone
a la escalera, como el molde se opone a una estatua. No se trata
de hacer muchos esfuerzos, de trabajar mucho. No se trata de
esforzarse sino de dejarse en sus brazos.
Lo curioso es que San Luis María tiene la reputación de
complacerse en la cruz, especialmente en "la Carta a los Amigos
de la Cruz". Pero es él mismo que insiste sobre la necesidad de
encontrar un camino fácil, dulce, corto y seguro para unimos a
Cristo.
Porque es un camino que nos permite encontrar a Dios en
una criatura humana, al nivel de nuestra naturaleza.
Es un viejo sueño. Los psicólogos, los psiquiatras, los mitólogos
y también todos los artistas y los poetas nos dicen que hay un
viejo sueño que duerme en el corazón de la humanidad: el
5. Maternidad
Abandonarse para renacer:
Si San Luís Mª nos pide pasar por María para unirnos a Jesús,
es que en realidad, no se trata solamente de unirnos a Él, sino
también de compartir su misma vida hasta “ser otros Cristos”,
como decía San Agustín (Juan Pablo II: “El esplendor de la
Verdad” nº 8b, 19c). Más Cristo es Hijo del Padre y de María en
su humanidad. Se trata pues, para nosotros los bautizados, de
tener el mismo Padre y la misma Madre que Jesús.
Es Ella la que, fecundada por el Espíritu, nos engendra a la
nueva vida que hemos recibido en el bautismo. Y así se
comprende el sentido de nuestra consagración: entregándonos
totalmente a María, y queriendo vivir “por Ella, con Ella, en Ella
y para Ella”, nosotros vivimos ese “abandono” del niño que le
permite estar, en inmediato y estrecho contacto con su madre
para que ella pueda comunicarle la vida. Y “la Vida” que Ella
nos comunica, es Jesús (cfr. Jn 14,6).
Un Padre y una Madre:
Cualquier cristiano que se dirige a Dios llamándole “Padre
nuestro” sabe muy bien que somos hijos de Dios, pero no todos
conocen la maternidad de María. Piensan que Dios es a la vez
Padre y Madre. Es verdad que, como dice San Pablo, Él es el
13
origen de toda paternidad y de toda maternidad (cfr Ef 3,15),
más nuestra vida divina es a imagen de nuestra vida humana. Y
“como en la generación natural y corporal, hay un padre y una
madre, asimismo, en la generación sobrenatural y espiritual, hay
un Padre que es Dios y una Madre que es María….y el que no
tiene a María por Madre tampoco tiene a Dios por Padre” (V.D.
30). Si para nuestra vida sobrenatural, tuviéramos solo un
Padre y no Madre, se llegaría a esa sorprendente paradoja de
que nuestra vida divina no sería suficientemente humana.
Un nacimiento que dura toda la vida
San Luis no duda en presentar toda nuestra vida de hijos de
Dios, como un largo nacimiento que dura toda nuestra
existencia, durante la cual somos “llevados” en el seno de la
Santísima Virgen: “Escondidos, guardados, alimentados,
sostenidos, educados por esa buena Madre hasta que Ella nos da
a luz después de la muerte, que es precisamente el día de
nuestro nacimiento...” (V.D.33). El don total que hacemos de
nosotros mismos a María por nuestra consagración, no tiene
otro sentido, en este caso, que el de dejarnos “conformar” por
Ella a imagen del Hijo de Dios.
6.- Humanidad
Otra razón para que pasemos por María para consagrarnos a
Jesús, es que Ella es, podríamos decir, un “camino humano”,
por tres razones:
Dios solo, sin criatura, en una criatura:
María es una pura criatura que nos puede dar a Dios. María
es ya un camino de humanidad por su maternidad
bienaventurada que permite al Espíritu Santo “cubrirla con su
sombra” para darle el poder de engendrar los hermanos y
hermanas de Jesús. Más Ella lo es también, puede decirse, por
su misma persona. ¿No está María, en efecto, por su
inmaculada Concepción, completamente vacía de Ella misma y
llena de Dios, transformada de tal manera en Dios por la gracia
que, Ella ya no vive, ya no existe? Es Jesús solo, que vive y reina
en Ella (cf V.D. 63). “Encontraréis a solo Dios, sin criatura
alguna, en esa amable criatura” (S.M. 20), nos dice el Padre
Montfort. Siendo posible encontrar a Dios solo en esta persona
humana, ¿por qué asombrarnos de que Ella sea un camino
humano?
“Humanizar” la Cruz: María “humaniza” la Cruz
En la vida cristiana, no dejamos jamás el sendero de la
cruz. Ya en nuestro bautismo, siendo sumergidos en la muerte
y la resurrección de Cristo nosotros hemos empezado a
compartir su vida, y desde entonces está ella en el centro de
toda nuestra existencia. “Si alguien quiere seguirme”, dice Jesús,
“que renuncie a sí mismo, que tome su cruz y me siga”. (Mt
16,24). Pero María está ahí para humanizar la cruz, porque Ella
es mujer y madre, porque es inmaculada, “toda llena de gracia y
de unción del Espíritu Santo”, su sola presencia trae una dulzura
y una ternura que permiten atravesar las más grandes pruebas.
La cuestión no es saber si vivimos con grandes o de
pequeñas “cruces”. Uno puede, efectivamente, dejarse aplastar
por pequeñísimas contradicciones (que incluso a veces se
cargan sobre toda la familia), pero también pueden llevarse
con alegría, pesados sufrimientos, cuando nos es dada una
cierta dulzura (cf V.D. 152-154; S.M. 22): la de María al pie de
nuestra cruz (Jn 19, 25s).
Un camino que Jesús recorrió para venir a nosotros:
Si pasamos por María para ir a Jesús, tomamos el mismo
camino, que Él tomó, para venir a nosotros. Luego este camino
es doblemente humano:
- Porque María es humana: Ella es una pura criatura, “tan
humana, podría Ella decir, como el que más…”
- Porque Ella es Inmaculada. Sabemos bien que el pecado nos
“deshumaniza”. Cuanto más santo se es, tanto más humano.
Habiendo Ella sido preservada de la culpa original, María es
perfectamente humana. El P. Montfort nos dice que es un
14
camino que Jesús ha recorrido viniendo a nosotros, quitando
todos los obstáculos que podían impedirnos de llegar a Él.
Los otros caminos nos hacen pasar por “muertes extrañas”,
“noches oscuras”, “agonías extrañas”, “montañas escarpadas”,
“espinas punzantes” y “desiertos horribles”. Cuando se suman
todos estos “obstáculos” que Jesús ha apartado, barrido del
“camino” que le conducía hacia nosotros, se llega a algo de
“inhumano”, pues nosotros hemos sido felizmente liberados
por ese mismo camino que ahora lleva a Él.
7. Verdad
Si dices “yo me entrego a Dios….” No basta amar, hay que amar
“en verdad”. Si alguien dijera: “Amo a Dios y odia a su hermano,
es un mentiroso”, nos dice San Juan. “Aquél que no ama a su
hermano a quien ve no sabría amar a Dios a quien no ve” (cfr. 1
Jn 4,20). El verdadero amor a Dios es pues, el amor a nuestro
prójimo. En consecuencia, no podemos también decir, de
manera similar, que nuestra verdadera consagración a Dios, es
nuestra entrega total a una persona humana (con tal que ésta
esté vacía de Ella misma y “colmada de gracia”). ¡Tú que quieres
consagrarte a Dios, comienza pues por entregarte totalmente a
la Madre de Cristo que te llevará al Creador!
Capítulo II
Catequesis previa a la
Consagración Solemne.
1. La catequesis dará inicio un mes antes de la
Consagración.
2. Se iniciarán la catequesis leyendo la Carta del Señor
Obispo donde manifiesta su anuencia para la
Consagración de la Diócesis a los Sagrados Corazones de
Jesús y de María.
3. La catequesis, una por día, se dirán antes de empezar
cada una de las Misas diarias en todos los templos, hasta
culminar con la Consagración.
4. La catequesis dada a conocer por los monitores, antes
de comenzar las Misas de cada Domingo, (resumirán las
cápsulas diarias de toda la semana); son un medio para
informar al pueblo en general acerca de la consagración,
lo que significa y su propósito, a todas aquellas
personas que no asisten a Misa entre semana.
Día 1 Estamos a punto de consagrarnos o renovar la
Consagración (según el caso). Valdría la pena hacer una
pequeña reflexión ¿Cómo defines tu vida? Hay quien dice que
la vida es una montaña rusa, un rompecabezas, un viaje, una
sinfonía. ¿Cuál es tu visión de la vida? Es muy posible que
bases tu vida en una imagen errónea. Para poder cumplir los
propósitos que Dios tiene para ti y cada uno de nosotros,
tendremos que cuestionar la sabiduría común y sustituirla con
enfoques bíblicos de la vida. La Escritura dice: “No se amolden
al mundo actual, sino sean transformados mediante la
renovación (cambio) de su mente. Así podrán comprobar cuál
15
es la voluntad de Dios” (Rom 12,2). Cambio, significa, cambiar
el rumbo, corregir lo que no está bien, lo que es susceptible de
mejorar. Si lo hacemos en los asuntos del mundo, con más
razón lo podemos hacer en nuestra vida espiritual.
Día 2 ¿Qué significa “cambiar el rumbo” hoy en día? En esto
cada quien debe reflexionar y hacer lo que necesite hacer para
lograr el cambio del que hablamos, pero hay cinco propósitos
que podemos lograr y empezar a testificar ese cambio de
rumbo:
 Cambiamos cuando le rendimos adoración a Dios, con
nuestro amor, con nuestro agradecimiento, con nuestra
alabanza y con una vida más santa.
 Cambiamos cuando amamos a nuestro prójimo y se lo
demostramos con cuantas maneras podemos.
 Cambiamos cuando nos asemejamos a Cristo.
 Cambiamos cuando hacemos del servicio una forma de vida
y nuestros dones los ponemos al servicio de los demás.
 Cambiamos cuando les testificamos a los demás.
Día 3 ¿Pero qué es consagrarse? ¿Qué significa en realidad?
El corazón de la adoración es rendirse, entregarse. La palabra
“rendición” es poco popular porque generalmente evoca
imágenes desagradables. Es decir que se utiliza en un contexto
negativo. Sin embargo la cultura actual de la competitividad
nos enseña que nunca debemos darnos por vencidos y que no
debemos rendirnos. En todas partes escuchamos que debemos
superar todas las dificultades. Pero en el contexto en el que en
este momento nos encontramos, en su sentido más puro y más
elevado, consagrarse es la respuesta natural al asombroso
amor y misericordia de Dios. Nos entregamos a él, no por
temor u obligación, sino por amor “porque El nos amó
primero” (1 Jn 4,10). Pablo en su carta a los Romanos dice:
“Entréguense a Dios, preséntenle todo su ser para propósitos
justos” (Rom 6,13).
Día 4 Después de escribir once capítulos de la carta a los
Romanos, explicando la increíble gracia de Dios con nosotros,
Pablo nos exhorta a entregar nuestra vida a Dios: “Ofrézcanse a
Dios como sacrificio vivo, dedicados a su servicio y agradables
a Él” (Cfr. Rom 12,1). Esta es la verdadera consagración que
deben ofrecer. Entonces, la verdadera manera de agradar a
Dios se da cuando nos entregamos completamente a Dios.
Ofrecernos a Dios mediante la consagración es la esencia de
nuestra adoración.
Día 5 Al acto de la consagración, de la entrega personal se le
llama de diversas maneras: consagración, es decir que Jesús
sea el Señor de nuestra vida, tomar la cruz, morir al yo, ponerse
en manos del Espíritu. Lo que verdaderamente importa es lo
que se haga, no cómo se le llame. Dios quiere nuestra vida:
TODA NUESTRA VIDA. El noventa y cinco por ciento no es
suficiente. Hay tres obstáculos que bloquean nuestra entrega
total a Dios: el temor, el orgullo y la confusión. No nos damos
cuenta de cuánto nos ama Dios, queremos controlar nuestra
propia vida y mal interpretamos lo que significa la entrega, la
consagración.
Día 6 La consagración personal, la de nuestra familia, la de
nuestra ciudad, presupone la confianza. Entonces valdría la
pena preguntar ¿Puedo confiar en Dios? La confianza es el
ingrediente principal de nuestra entrega a Dios. No puedes
entregarte a El si no confías, pero tampoco puedes confiar en El
hasta que lo conozcas mejor. El temor impide entregarnos,
pero el “amor echa fuera el temor”. Cuanto más nos demos
cuenta de lo mucho que Dios nos ama, más fácil nos resultará la
entrega. ¿Cómo sabes que Dios te ama? El te demuestra su
amor de muchas maneras: te dice que te ama, que nunca te
pierde de vista, que cuida de ti, que te perdona, que siempre
está contigo, que aunque tú lo olvides El no se olvidará de ti…
Día 7 Ayer decíamos que el que se entrega es porque confía,
porque ama. Dios nos ha amado tanto que por no perdernos
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nos entregó a su HIJO JESUS. El amor de Dios por nosotros es
infinito porque aún sabiendo que somos pecadores su Hijo
Jesús llegó a la muerte en la cruz por nosotros.
obedecen a su Señor, obedecen la Palabra de Dios, obedecen a
la Iglesia y a su representante el Papa. Incluso aunque piensen
que no tiene sentido.
Día 8 Otro obstáculo para que realicemos la consagración y la
entrega total de nuestras personas y nuestras vidas a Dios es
nuestro orgullo. No queremos admitir que somos meras
criaturas y que no podemos controlar todo. Mucho del estrés
del que se habla en todas partes se debe al deseo de control
total. La vida es una lucha, pero lo que muchas personas
ignoran es que la nuestra, como la de Jacob, es en realidad una
¡lucha con Dios! Queremos leerle la plana a Dios y decirle que
no se meta en nuestras decisiones “Light” que El no aprueba
(aborto, inseguridad, pornografía, sexualidad desenfrenada,
droga, violencia, bodas entre homosexuales, eutanasia,
deterioro del planeta). Seguimos confundidos aún hoy a 2000
años de distancia de la presencia de Jesús en el mundo.
Día 11 Otro Aspecto de una vida completamente consagrada
es la confianza. Abraham siguió la guía de Dios sin saber a
dónde lo llevaría (Cfr. Gn 12, 1ss). María la madre de Jesús
esperaba la venida del Mesías sin saber cuándo iba a suceder
(Cfr. Lc 2,34). José confió en el propósito de Dios sin saber por
qué las circunstancias se dieron como se dieron (Cfr. Mt 1, 2025). Todos ellos se entregaron a Dios por completo. Pero
entonces, ¿cómo saber que te entregas verdaderamente?
¿Totalmente? Cuando dependes de Él para que las cosas
resulten bien, en lugar de manipular a los demás, imponer tus
ideas y controlar la situación. Uno suelta las riendas y deja que
Dios actúe. En lugar de esforzarnos más, confíar más. También
sabes que te has rendido cuando no reaccionas a la crítica ni te
apresuras a defenderte. Un corazón rendido se destaca en las
relaciones personales. Una vez que nos entregamos a Dios, ya
no descalificamos a los demás, no exigimos nuestros derechos
y no buscamos nuestro propio bien.
Día 9 De nuevo retomemos la pregunta ¿Qué significa
rendirse? ¿Consagrarse? La rendición a Dios no es algo pasivo,
no es fatalismo, no es una excusa. No es aceptar el estado actual
de las cosas. Todo lo contrario: es sacrificar nuestra vida y
sufrir para cambiar lo que se debe modificar. Dios suele llamar
a las personas consagradas a luchar por El. La entrega no es
para que reprimas tu personalidad. La entrega, la consagración
de tu ser potencia tu personalidad. C.S. Lewis señaló: “Cuanto
más dejamos que Dios tome nuestra vida, más verdaderamente
nos convertimos en lo que somos, porque El nos creó. El
inventó todas las distintas personas que hemos sido destinados
a ser… Cuando me vuelvo a Cristo, cuando me rindo a su
personalidad, recién entonces comienzo a tener mi verdadera
personalidad”.
Día 10 La auténtica consagración y entrega se demuestra con
la obediencia y la confianza. Diciéndole “Sí Señor”. Decirle no,
sería una contradicción. No podemos llamar Señor a Jesús si
nos negamos a obedecerle.
Las personas consagradas
Día 12 La consagración de nuestras personas significa
entregar todo lo que somos, lo que tenemos, lo que nos
gustaría hacer, nuestros dones, nuestros bienes en todos los
aspectos: espirituales, corporales, materiales. Para muchas
personas, el elemento más difícil de entregar es el dinero.
Muchos han dicho: “Quiero vivir para Dios, pero que El no se
meta con mi familia, con mi salud, con mi bienestar, con mi
cuenta en el banco”. La consagración bien entendida es
entregarle TODO. Que El disponga de nosotros según su
voluntad.
Día 13 En la consagración, en la entrega auténtica a Dios, el
consagrado dice: Dios y Padre mío, si este problema, dolor,
enfermedad y circunstancia son necesarios para cumplir tu
propósito y para tu gloria en mi vida o en la de otro, no me
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libres de este trance. Creo en Ti Confío en Ti Dame la fuerza
para enfrentar todo lo que venga y no me desampares. Este
grado de madurez no se logra fácilmente. En el caso de Jesús, la
agonía en el Huerto de los Olivos fue tanta que sudó gotas de
sangre (Lc 22, 44). La entrega implica trabajo duro. En nuestro
caso, es un combate intenso contra nuestra naturaleza
egocéntrica y contra los embates del mundo.
completamente consagrada a Él. Cuando el ángel le explicó el
inverosímil plan de Dios, ella con calma le respondió que era la
sierva del Señor y que estaba dispuesta a aceptar lo que El
quisiera (Cfr. Lc 1,38). No hay nada más poderoso que una
vida consagrada puesta en las manos de Dios. Así que los
consagrados,
sin excepción, debemos someternos
completamente a Él.
Día 14 ¿Qué bondades o beneficios se deben esperar de una
consagración? La Biblia no podría ser más clara con respecto a
los beneficios que trae una vida completamente entregada a
Dios. En primer lugar, experimentamos paz. Deja de discutir
con Dios. Ponte de acuerdo con El y por fin tendrás paz y las
cosas te irán bien. En segundo lugar, experimentamos la
libertad: Sométanse a los caminos de Dios y serán libres para
siempre (Cfr. Jn 8,32). En tercer lugar, experimentamos el
poder de Dios en nuestra vida. Cristo puede derrotar las
tentaciones más difíciles y los problemas más terribles si se los
entregamos a Él.
Día 17 En nuestra vida todos acabamos rindiéndonos a algo o
a alguien. Si no nos entregamos a Dios, nos entregaremos a las
opiniones o expectativas de otros, al dinero, al resentimiento,
al temor o a nuestro propio orgullo, a nuestro deseo o a
nuestro ego. Dios nos diseñó para adorarlo; si no lo hacemos,
crearemos otras cosas que se convertirán en ídolos, para
entregarles nuestra vida y así el tener, el poder y el placer, se
convierten en verdaderos ídolos a quienes servimos. Somos
libres de elegir a quién nos rendiremos, pero no podremos
librarnos de las consecuencias de esa elección. La verdad es
que si la persona no se entrega a Cristo, se entrega al caos.
Entregarse, consagrarse, no es la mejor manera de vivir, es la
UNICA manera de vivir.
Día 15 La consagración en el contexto que hemos venido
explicando significa triunfo, victoria.
Cuando Josué el
personaje bíblico estaba próximo a la batalla más grande de su
vida, se encontró con Dios, se postró en adoración y se puso a
sus órdenes, entregándole sus planes (Cfr. Jos 5,13-15). Esa
entrega le permitió una victoria imponente. Así que la
consagración puede resultar para muchos una contradicción.
La realidad más clara y contundente nos dice que la victoria
viene de rendirse. La entrega no nos debilita, por el contrario,
nos fortalece. Cuando nos entregamos a Dios, no tenemos por
qué temer o rendirnos a nada más. Existe una frase que dice:
“Nunca es más grande el hombre que cuando está de rodillas”.
Sí, se hace grande en su humildad ante Dios.
Día 16 Dios usa a las personas consagradas. Dios eligió a
María para ser la madre de Jesús, no porque fuera talentosa o
rica o hermosa, sino porque era una persona total y
Día 18 Decíamos que consagrar nuestras vidas, nuestras
familias, nuestras situaciones, es la única manera de vivir.
Cualquier otra decisión conduce a la frustración, decepción y la
propia destrucción. Entregando nuestras vidas a Dios, es la
manera más sensata de servir a Dios y de que vivamos en paz,
(Cfr. Job, 22-21) confiando que El nos lleva de la mano.
Entregar nuestra vida a Dios no debe ser un impulso emocional
e insensato, sino una acción inteligente y racional, el acto más
responsable y sensato que podemos hacer con nuestra vida.
Tus momentos más sabios serán aquellos cuando le digas a
Dios: Sí.
Puede que te consuma los años, pero al fin
descubrirás que el mayor estorbo a la bendición de Dios en tu
vida no son los demás, sino tú mismo: tu propia voluntad, tu
orgullo obstinado y tu ambición personal. No podrás cumplir
18
los propósitos que Dios tiene para tu vida mientras vivas
concentrado en tus propios planes.
Día 19 Debes tomar en cuenta que la consagración y tu
rendición ante Dios significan también que Dios va a trabajar a
fondo contigo, comenzará con esto. Entrégale todo a Dios: lo
que lamentas de tu pasado, tus problemas del presente, tus
ambiciones para el futuro; tus temores, tus sueños, tus
debilidades, tus costumbres, tus penas y tus complejos. Pon a
Cristo en el asiento del conductor de tu vida y suelta las
riendas. No tengas miedo; nada que El tenga bajo su control
puede quedar a la deriva. Si Cristo tiene el dominio podrás
enfrentarlo todo. Serás como Pablo que dijo “estar listo para
cualquier cosa y para enfrentarme a cualquier circunstancia,
gracias a aquel que me infunde la fuerza interior”. (Fil 4, 13)
San Pablo se rindió en el camino a Damasco, después de que
una luz deslumbrante lo hiciera caer al suelo (Cfr. Hech 9, 3-5).
A otras personas Dios les llama la atención de otras maneras
menos drásticas. De cualquier forma, la consagración nunca es
un acontecimiento transitorio. Pablo dijo “cada día muero”. (1
Cor. 15, 31). Nos debe quedar claro que hay un instante para la
consagración y una práctica de la consagración que es a cada
momento y por toda la vida.
Día 20 El problema de los sacrificios vivos que se hacen es
que se pueden escapar del altar, por lo que se hace necesario
“consagrar y re-consagrar” nuestra vida varias veces al día. La
consagración debe hacerse constantemente hasta que se
convierta en un hábito diario. Jesús afirmó: “Si alguno quiere
seguirme, debe renunciar a las cosas que quiere. Debe estar
dispuesto a renunciar a su vida cada día y seguirme”. (Lc 9,
23). Es bueno que comprendas que tener una vida enteramente
consagrada, significa que será puesta a prueba. A veces
implicará realizar tareas inconvenientes, nada gratas, costosas
o aparentemente imposibles. Muchas veces también significará
ir en contra de lo que deseamos hacer, de lo que nos gusta, de
lo que nos atrae. Entonces es cuando tendrás que “optar” por
Jesús, por sus enseñanzas, por sus preceptos.
Día 21 Realizar la consagración significa firmar un contrato
con Dios. Un contrato. En nuestra sociedad se acostumbra
firmar los contratos. En ellos se expresa lo que acuerdan las
partes que van a firmar y a qué se comprometen. La
consagración es lo mismo. Es acordar con Dios vivir a su
manera, haciendo su voluntad y aceptando su amor, su
fidelidad, su ternura. Con la consagración ha llegado el tiempo,
el momento para que te rindas a Dios, a su gracia, a su amor y
sabiduría. Aprendamos a convertirnos en amigos de Dios. Lo
podemos ser mediante la conversación constante. No será
posible desarrollar una relación estrecha con Dios si sólo
asistimos a la Iglesia una vez a la semana. La amistad con Dios
se cultiva cuando compartimos con El todas nuestras vivencias.
Dios quiere ser incluido en todas nuestras actividades y en
cada uno de nuestros pensamientos. Es posible tener una
conversación con El y a la espera de respuesta a lo largo de
todo el día, comentándole lo que estamos haciendo, nuestros
planes, proyectos, conduciendo el automóvil, caminando,
trabajando, etc.
Día 22 Decíamos que Dios quiere que seamos sus amigos y
existe la idea equivocada de que pasar tiempo con Dios
significa estar a solas con El. Claro que sí necesitamos pasar
tiempo a solas con El, pero eso representa apenas una fracción
del tiempo que estamos despiertos. Todo lo que hacemos,
todas y cada una de nuestras actividades, pueden ser tiempo
que pasamos con Dios, si lo invitamos a acompañarnos y somos
conscientes de su presencia. Así las cosas, las tareas más
simples como cocinar, atender a la familia, realizar las tareas
más comunes, se convierten en actos de alabanza y de
comunión con Dios. Así que dicho esto habremos de entender
que “la amistad con Dios” no es cambiar lo que uno hace sino
cambiar la actitud de uno al hacerlo. Lo que normalmente
haces para ti, comienzas a hacerlo para Dios; ya se trate de
comer, bañarse, trabajar, descansar o tirar la basura.
19
Día 23 Hoy en día pensamos que tenemos que distanciarnos
de nuestra rutina diaria para adorar a Dios, pero eso se debe a
que no hemos aprendido a practicar su presencia todo el
tiempo. Ese es el ideal de Dios para con nosotros. En el Edén,
en el paraíso terrenal, la adoración y consagración a Dios no
era un acontecimiento al que había que asistir, sino que era
una actitud ininterrumpida: Adán y Eva estaban en comunión
constante con Dios (Gen 2, 18-25) Como Dios está con
nosotros todo el tiempo, no hay un lugar donde puedas estar
más cerca de Dios que donde te encuentras ahora mismo. La
Biblia dice que El gobierna sobre todos: “Está sobre todos y por
medio de todos y en todos” (Ef. 4, 6).
Día 24 Al principio de esta nueva manera de relacionarte con
Dios como amigo vas a necesitar crear pensamientos
especiales que te recuerden y traigan a la memoria la
conciencia de que Dios está contigo y va a tu lado en ese
instante. Ahí podrás repetir oraciones muy breves, por
ejemplo: Dios está conmigo. Dios me ama. Yo creo en Dios.
Dios es mi amigo. Jesús me entrego a Ti, me doy a Ti, etc.
Otra manera de afirmar nuestra amistad con Dios es pensar en
su Palabra durante el día. Eso se le llama meditación, y la
Biblia repetidas veces nos exhorta a meditar en quién es Dios,
lo que ha hecho y lo que ha dicho. Es imposible ser amigos de
Dios si no lo conocemos, y no podemos conocerlo si no
conocemos su Palabra. Ciertamente no podemos pasarnos 24
horas estudiando la Biblia, podemos pensar en ella durante el
día, recordando versículos que hemos leído o memorizado y
reflexionando en ellos.
Día 25 Muchos de nosotros pensamos que la meditación es un
ritual difícil y misterioso, practicado por los monjes, o los
santos. Sin embargo, meditar es simplemente pensar con
concentración. Es algo que cualquiera puede aprender y usar
en cualquier lado. Cuando traemos un problema en la cabeza
no dejamos de pensar en él. Entonces en lugar de pensar en los
problemas necesitas vincular lo que te preocupa con versículos
bíblicos. Cuanto más medites en la Palabra de Dios, tendrás
menos de qué preocuparte. Job, el santo Job, admitió: “Del
mandamiento de sus labios no me he apartado, he atesorado
las palabras de su boca” (Job: 23, 12). El Rey David que fue un
gran amigo de Dios afirmó: “Los preceptos del Señor traen
alegría al corazón y constantemente están en mis
pensamientos; no puedo dejar de pensar en ellas” (Sal. 119,
97). Dios tuvo muchos amigos y a ellos les contaba todos sus
secretos. Sus pensamientos los compartió con Abraham, lo
mismo hizo con Daniel, con Pablo, con los discípulos y muchos
otros más. Así pues recordemos que la Biblia afirma: Ser
amigos de Dios es privilegio de quienes lo reverencian; sólo
con ellos comparte los secretos de sus promesas (Sal. 25, 14).
Día 26 Un día Dios se enojó con el pueblo que guiaba Moisés
y quiso retirarles su favor. Moisés, hablándole con la confianza
de ser su amigo le dijo: “Si no vienes con nosotros ¿cómo sabré
que estamos juntos en esto, yo y tu pueblo? Y Dios le
respondió, haré esto porque te conozco bien y te considero mi
amigo” (Ex. 33, 12-17). De esto se desprende que la amistad
auténtica se construye en base a revelaciones. Lo que pudiera
parecerte un atrevimiento, para Dios es autenticidad. Si
quieres ser amigo de Dios, debes ser sincero con El,
comunicarle lo que en verdad sientes, no lo que piensas que
deberías sentir o decir. Pero puede que tengas impedimentos
que dificultan esas conversaciones hechas con el corazón. Es el
resentimiento. Es común que le echemos la culpa a Dios de lo
que otros nos han hecho o por qué ¿cómo voy a ser amigo de
Dios si permitió tal o cual cosa? Obedecemos a Dios no por
obligación, temor o porque nos lo dicen, sino porque lo
amamos y confiamos en que El sabe lo que es mejor para
nosotros. Queremos consagrarnos a Cristo porque estamos
agradecidos por todo lo que ha hecho por nosotros.
La
verdadera amistad no es pasiva sino activa. Cuando Jesús nos
pide que amemos a los demás, que ayudemos a los necesitados,
compartamos nuestros recursos, tengamos una vida limpia,
20
estemos dispuestos a perdonar y a traer a otros a Él, el amor
nos impulsa a obedecerlo al instante.
Día 27 Nos debe quedar claro que mientras amigo seas de
Dios, más te importará lo que a Él le importa. Tu corazón se
preocupará verdaderamente por hacer todo aquello que le
agrada. Entonces ahora vamos a empezar a recapitular todo
aquello de lo que hemos venido hablando en estos días. ¿Qué es
lo que más le importa a Dios? La redención de su pueblo.
¡Quiere hallar a todos sus hijos que se han perdido! Así
también nosotros, si somos amigos de Dios, nos deben
importar todas las personas a nuestro alrededor porque
también preocupan a Dios. La amistad íntima con Dios no es
una casualidad.
Debes tener la intención de buscarla.
Recuerda, hacer la consagración y realizar en tu vida el
cambio de todo aquello que impide tu amistad con Dios, es tu
decisión. De nadie más. No olvides que podemos estar tan
cerca de Dios como queramos. “Acérquense a Dios, y El se
acercará a ustedes” (Santiago 4, 8).
 Enseñándolos a hacer todas las cosas, en… por… para… Dios,
convirtiéndolos en discípulos.
“Si enseñas estas cosas a otros, serás un buen amigo de Cristo
Jesús” (Tim 4,6).
Día 30 Después de este caminar de un mes, sólo queda
hacernos una pregunta: ¿Estoy consciente de que libre y
voluntariamente estoy dispuesto a hacer esta consagración a
Jesús y María? Esta consagración es aquella en la que
consagro mi persona, consagro a mi familia, mi trabajo, mis
afanes, esfuerzos, proyectos, anhelos, frustraciones; mi pasado,
mi presente, mi futuro. Lo que soy, lo que tengo y todo aquello
que me gustaría ser. Entrego a Dios TODO. ABSOLUTAMENTE
TODO. Cambio y dejo atrás todo aquello que no es de Dios y
haré lo necesario para que en mi familia, en mi trabajo, y en
todo lugar se dé testimonio de la presencia de Jesús y María en
nuestras vidas.
Día 28 Después de lo que hasta ahora hemos venido hablando
permíteme decirte que un pueblo consagrado a Dios y su
Santísima Madre, debe “vivir con el debido sentido de
responsabilidad, no como los que no conocen el significado de
la vida; sino como los que lo conocen” (Ef. 5, 15), “sin dejar que
los errores del mundo actual te guíen por caminos equivocados
y te hagan perder la amistad con Dios” (2 Pe 3,17).
Día 29
Siempre que Dios llama a sus amigos y les
encomienda una misión:
 Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón: consagrándote a
Él.
 Ama a tu prójimo como a ti mismo: muéstrales tu amor a
otros por medio del servicio.
 Ve y haz discípulos: Ve y comparte el mensaje de Dios.
 Bautizándolos… comparte tu amistad con Dios e invítalos
también a consagrarse.
21
CAPÍTULO III
MISA SOLEMNE DE CONSAGRACIÓN
Orientaciones pastorales para una Misa Solemne
de Consagración
1. Para la consagración de los fieles de una parroquia o la
parroquia misma, el celebrante es el párroco. Cuando se trate
de la consagración de una Ciudad, Estado, Arquidiócesis, un
servidor público, etc., el celebrante es el Obispo
correspondiente.
2. Las lecturas deberán estar relacionadas con los comienzos
de la Consagración/Alianza (principalmente en el libro del
Éxodo con Moisés). En caso de ser Domingo, se tomarán las
lecturas del día.
3. La homilía hará una fuerte referencia a un cambio personal
a través de la consagración; que debemos darle a Dios todo lo
que somos, todo lo que tenemos y así crear o aceptar esta
nueva alianza que consistirá en seguir la vida y las enseñanzas
de Nuestro Señor Jesucristo. Deberá referir también que los
efectos de la consagración son muy profundos cuando se hacen
con la clara intención de cambiar para ser verdaderamente ese
hijo de Dios, cada día y en todas las cosas.
4. Se deberá hacer la renovación de las promesas
bautismales. La aspersión del agua bendita se puede
realizar en este momento (como signo de purificación
bautismal y confirmando lo dicho en la homilía) o bien, al
comienzo de la celebración eucarística, según lo marca el Misal
Romano.
5.
Con tiempo se preparará la oración universal, según las
circunstancias.
6. Después de la comunión, el celebrante reitera
la importancia de la naturaleza de la consagración e invita
a todas las personas a leer cada palabra de las oraciones de
consagración, como una oración desde el corazón con extrema
seriedad. Los invita también a renovar dicha consagración
todos los días, a partir de ese día y una vez al año en un
servicio similar en la Iglesia.
7. Primero se realiza la consagración al Sagrado Corazón de
Jesús y después al Doloroso e Inmaculado Corazón de María.
Existe la opción también de hacer la consagración de las
familias, así como a San José, especialmente para los jóvenes,
las familias y la paternidad como el Guardián de la Iglesia (de
nuestra fe).
CONSAGRACIÓN AL
SAGRADO CORAZÓN
DE JESÚS
Yo..................me entrego y consagro al Sagrado Corazón de
Nuestro Señor Jesucristo, le ofrezco mi persona y mi vida, mis
acciones, mis dolores y sufrimientos, para que no desee hacer
uso de ninguna parte de mi ser que no sea para honrar, amar y
glorificar al Sagrado Corazón. Este es mi propósito inamovible,
principalmente, ser completamente de Él, y hacer todas las
cosas por amor a Él, al mismo tiempo renunciando con todo mi
corazón a todo lo que no le sea agradable. Por lo tanto, te tomo,
Sagrado.
Corazón como el único objeto de mi amor, el guardián de mi
vida, mi seguridad de salvación, el remedio de mi debilidad e
inconstancia, la expiación por todas las faltas de mi vida y mi
refugio seguro a la hora de la muerte.
22
Sé entonces, ¡Oh, Corazón de bondad! mi justificación ante Dios
Padre y aleja de mí los golpes de su justa ira. ¡Oh, Corazón de
amor! pongo toda mi confianza en Ti, ya que temo a todo por
mi propia maldad y fragilidad, pero tengo esperanza de todas
las cosas por tu bondad y generosidad. Aparta de mí todo lo
que pueda disgustarte o que se resista a tu santa voluntad;
permite que tu amor puro imprima tu imagen tan
profundamente en mi corazón para que nunca pueda olvidarte
o separarme de Ti. Que yo obtenga de tu amada bondad la
gracia de tener mi nombre escrito en tu Corazón, porque en Ti
deseo poner toda mi felicidad y gloria, viviendo y muriendo
como tu esclavo. Amén.
(Por Santa María Margarita)
CONSAGRACIÓN AL
INMACULADO
CORAZÓN DE MARIA
Yo..................... me consagro a tu Doloroso e Inmaculado Corazón,
Hija amadísima del Padre Eterno; Dios te salve María, la Madre
más admirable del Hijo; Dios te salve María, la más fiel Esposa
del Espíritu Santo; Dios te salve María, la Madre más querida,
Señora más amorosa, Reina más poderosa! Dios te salve María,
mi alegría, mi gloria, mi corazón y mi alma.
Tú eres toda mía por la misericordia de Dios, pero yo soy todo
tuyo en justicia. Sin embargo, no te pertenezco lo suficiente y
por eso, una vez más, como un esclavo que siempre le
pertenece a su amo, me entrego completamente a ti, sin
reservar nada para mí o para otros.
Si tú todavía ves algo en mí que no se te haya entregado, por
favor, tómalo ahora.
Conviértete en la dueña completa de todas mis capacidades.
Destruye en mí todo lo que no sea agradable a Dios. Erradícalo
y hazlo nada. Implanta en mí todo lo que consideres bueno;
mejóralo y haz que crezca en mí.
Que la luz de tu fe disipe la obscuridad de mi mente. Que tu
profunda humildad tome el lugar de mi orgullo.
Que tu contemplación celestial ponga fin a las distracciones de
mi imaginación errante. Que tu visión continua de Dios llene mi
memoria con su presencia.
Que el ardiente amor de tu Corazón inflame la frialdad del mío.
Que tus virtudes tomen el lugar de mis pecados. Que tus
méritos sean mi adorno y que compensen mi falta de mérito
ante Dios. Finalmente, mi queridísima Madre, concédeme, si es
posible, que no tenga ningún otro espíritu que el tuyo para
conocer a Jesús y a su Divina Voluntad.
Que no tenga otra alma que la tuya para alabar y glorificar al
Señor. Que no tenga otro corazón más que el tuyo para amar a
Dios pura y ardientemente como Tú lo amas. Amén, así sea, a
todo lo que hiciste en la tierra; Amén, así sea, a todo lo que
estás haciendo ahora en el Cielo. Amén, así sea, a todo lo que
estás haciendo en mi alma. De esta manera, Tú y sólo Tú
glorificarás a Jesús en mí durante toda mi vida y a través de la
eternidad. Amén.
(Por San Luis-Marie Grignion de Montfort)
8.
Al final de la consagración, se da la bendición final y
se invita a todos los asistentes a llenar un formulario para
poder tener registro de su consagración y poderles dar
seguimiento.
23
Capítulo IV
CELEBRACIÓN DE LA PALABRA
De la consagración para distintos grupos y
personas de nuestras parroquias
CELEBRACIÓN DE CONSAGRACIÓN PARA LOS NIÑOS
Para nadie es desconocido que los niños son los
predilectos del reino de los cielos y también sabemos que el
poder de la oración de un niño es grande, su condición de
pureza es un gran beneficio para toda la humanidad, de hecho
decimos que Dios, fuera de la Eucaristía, está muy cerca en tres
momentos claves de la humanidad:
1. Cuando una mujer está esperando una creatura y está
trabajando “hombro con hombro” con Dios para traerle a la
vida y que viene a renovar la faz de la tierra.
2. Cuando un enfermo ofrece su enfermedad por una causa
grave.
3. Cuando un niño ora.
Nuestros niños de catecismo y de los colegios católicos,
son siempre un público que está dispuesto a escuchar y a
participar en la manera que le indiquen sus formadores o sus
catequistas. Es por eso importante que consientes de esa
fuerza de su oración y descubriendo que la consagración es
hacer sagrado lo ordinario, entonces debemos enseñar a los
niños en esta consagración que tienen que ofrecerle a Dios su
alegría, así como su nobleza, su simpleza, su inocencia, etc.,
todas aquellas características que tienen y que solo se
modifican cuando se tiene contacto con los adultos.
Dejen que los niños vengan a mi no se lo impidan, porque el
reino de Dios pertenece a los que son como ellos.” (Mc. 10,1314).
MENSAJE DE JUAN PABLO II
“Un niño es la alegría no solo
de sus padres, sino también de la Iglesia y de toda la sociedad…”
PREGUNTAS PARA LA CONSAGRACIÓN
Lo que tengo: mis juguetes, como carros, muñecas, el peluche
preferido, la pijama preferida, de mis amiguitos, de todo lo que
tengo, ¿Cómo me hace feliz? ¿Y cómo puedo ser más feliz? ¿Me
hace feliz si lo comparto con los demás?
ORACIÓN DE LA CONSAGRACION DE LOS NIÑOS AL
SAGRADO CORAZON DE JESÚS Y MARÍA
Sagrado Corazón de Jesús, Sagrado Corazón de María, Hoy,
estoy ante ustedes para decirles que estoy agradecido con
ustedes por todo lo que soy, un niño (a) feliz! Por mis papás,
por lo hermoso de toda la creación. Les agradezco por todo lo
que se, y sé que ustedes hicieron este mundo maravilloso para
nosotros, sé que ustedes nos aman a todos los niños y se que
somos los preferidos del Reino les agradezco por todo lo que
tengo, y tengo gente que me quiere, tengo gente que me cuida,
que vela porque nadie haga daño a la infancia. Quiero
consagrarme y lo haré siendo un buen niño(a) siendo servicial
con todos y procurando siempre ser feliz con los demás. Quiero
pedirte cambie la forma de vivir de nuestro pueblo y que en
nuestra patria viva el amor, la paz se note en nuestras calles
reine el perdón y hable la justicia, y cuando Dios Padre nos
llame a su casa mis manos estén llenas por haber dado
todo lo que soy, todo lo que sé, y todo lo que tengo. Amén.
PALABRA DE DIOS “Le traían unos niños para que los tocara,
y los discípulos los reprendían, Jesús al verlo, se enojo y dijo 24
Celebración de la Palabra
Consagración de los JÓVENES
Reflexión inicial
Un joven sin entusiasmo es como un viejo sin experiencia…así
reza un dicho conocido por todos nosotros. El joven es el futuro
de la Iglesia, de la sociedad, de la familia, en nadie más que en
el joven estas puestas todas las esperanzas del mundo
moderno, los mismos partidos políticos los ven con interés por
todo lo que pueden hacer, y lo cierto es que hoy por hoy, son
los que estas asumiendo el mando de la vida cotidiana. Pero
tampoco desconocemos que existe un gran peligro de los
jóvenes, pueden perderse fácilmente en este mundo, de hecho
parece que el mundo se vuelve en su contra, parece que todo su
camino es cuesta arriba, se enfrenta a un mundo cada vez más
agresivo y donde el suicidio se ha vuelto un escape, “muero
antes de ser dolorosamente adulto” escribía un artista llamado
Kurt Cubian y que se le ha dado una especia de culto por su
valentía de matarse. Este ejemplo nos da una idea de cómo una
cosa que no está bien, pero si lo hace un artista, tiene la
etiqueta de héroe, de ahí entonces que nosotros como jóvenes
reflexionemos en los ejemplos bíblicos donde se nos confían
tareas importantes. Veamos algunos ejemplos:
 Dios llama a David, UN JOVEN para ser rey de su pueblo
Israel (1 Sam 16, 12-13).
 Dios llama al profeta Jeremías y él le dice MIRA QUE SOY
UN MUCHACHO. A lo cual responde Dios que El estará
siempre presente (Jr 1, 4-7).
 Dios llama a la Virgen María que era UNA JOVENCITA a
la tarea más grande encomendada a alguien, ser la
MADRE DEL SALVADOR (Lc 1, 26-35).
 Jesús llama al apóstol Juan, apenas UN ADOLESCENTE y
es el discípulo amado, es el único que está en la
crucifixión, es el único que no mataron, se muere
anciano (Mc 1, 19-29; Jn 19, 25-26).
 San Pablo le dice al Obispo Timoteo que nadie le
desprecie por ser joven, pero que sea ejemplo para los
demás (1 Tim 4, 12).
PALABRA DE DIOS (2 Samuel 2, 3-7).
David es uno de los héroes mas estimados de la Biblia. Su
nombre significa el “amado”. De pastor paso al servicio del rey
Saúl, a quien sucedió como segundo Rey de Israel (1000-961 a.
C).
Desde joven, David confió en Dios y se enfrentó valientemente
a los filisteos. Cuando Saúl murió, unifico las doce tribus y
estableció el reino en la ciudad neutral de Jerusalén,
convirtiéndola en capital y nuevo centro religioso de Israel. Por
eso, se conoce a Jerusalén como la Ciudad de David.
David fue un gran guerrero, un rey inteligente con corazón de
poeta. Escribió algunos salmos para alabar a Dios, pero pecó
gravemente, se fijo en Betsabé, una mujer casada, lo que
generó una cadena de violencia y traición que afectó a toda su
familia. Sin embargo, como David amaba apasionadamente a
Dios, supo pedir perdón.
David recibió grandes promesas de Dios, sobre todo en sus
descendientes. Es el origen genealógico de Jesús y figura suya,
porque siempre buscó agradar a Dios. Cuando Israel fue
destruido, el pueblo conservó esperanza de que vendría un
mesías descendiente de David, para guiarlos de nuevo por el
camino de Dios. Esta esperanza del mesías davídico se realiza
en Jesús.
MENSAJE DE JUAN PABLO II
La verdadera juventud.
“Si sabéis mirar el mundo con los ojos nuevos, que os da la fe,
entonces sabréis salir a su encuentro con las manos tendidas
en un gesto de amor. Sabréis descubrir en él, en medio de tanta
miseria y tanta injusticia, presencias insospechadas de bondad,
fascinadoras perspectivas de belleza, motivos fundados de
25
esperanza en un mañana mejor. Si dejáis que la Palabra de Dios
entre en vuestro corazón y lo renueve comprenderéis que no
es necesario rechazar todo lo que los adultos, y en particular
vuestros padres, os han transmitido. Sólo hay que discernir con
sabiduría cada cosa, para descartar lo que es caduco y
conservar lo que es válido y duradero. Más aún, descubriréis
cuánta gratitud debéis a los que os han precedido, porque
también ellos han esperado, luchado, sufrido. Y todo esto lo
han hecho por vosotros. Ésta es, en efecto, la verdad: las
jóvenes generaciones de ayer, las de sus padres y vuestros
abuelos, afrontaron fatigas, dolores, renuncias por vosotros,
con la esperanza de que se os ahorrasen las pruebas que se
abatieron sobre ellos. Quizá no han conseguido transmitirnos
la mejor parte de sí. Pero, si abrís los ojos, descubriréis el amor
que ha inspirado sus intentos y podréis reconocer en el pasado
una fuerza más que un peso: una propuesta y una posibilidad
más que un condicionamiento”.
Preguntas a reflexionar:
• ¿Qué espera pues Cristo de ti?
• ¿Cómo ser fiel a la Palabra de Dios?
• ¿Cuál es la tarea de los jóvenes y las jóvenes en la Iglesia?
• ¿Cómo ser testigo de Cristo?
CELEBRACIÓN DE LA PALABRA
Consagración de las FAMILIAS
ENTRONIZACIÓN DE LOS SAGRADOS
CORAZONES en cada hogar
Introducción
La familia es el núcleo de la sociedad, es lo que hace que sea
realmente y en nuestro País tenemos en grande estima la
vivencia del hogar, el Papa Juan Pablo II decía que el futuro de
la humanidad siempre pasará por la familia. Es ahí donde se
aprenden las primeras verdades del cristianismo, es ahí donde
se gestan las vocaciones al servicio en un estilo de vida, es ahí
donde el ser humano recibe todo lo que va a necesitar para la
vida, es ahí donde al ser humano no le dieron lo necesario para
la vida.
Es por ello que en esta ocasión especial, consagraremos
nuestra familia y a la vez entronizaremos la imagen de los
Sagrados Corazones de Jesús y de María en un lugar especial
de nuestra casa.
Anotaciones importantes
1. Sin darse cuenta nuestros hogares copian modelos familiares
inspirados en la televisión, en el cine, en las novelas, en los
ejemplos que hemos conocido entre familiares, amigos y
conocidos. Estos modelos, con muchísima frecuencia, son
dañinos, porque conducen a la desorganización de la vida
familiar, a grandes frustraciones, a rupturas de la convivencia.
¿No valdrá la pena copiar conscientemente el modelo de la
26
familia de Nazaret? Este fue el hogar que Dios Padre preparó
para su propio Hijo.
2. Imitar las virtudes del hogar de Nazaret en el contexto de hoy
no significa recrear las condiciones de vida de los tiempos de
Jesús. Significa vivir hoy esos valores de relación que nunca se
vuelven anticuados porque no envejecen. Son valores que son
tan necesarios hoy como en todos los tiempos.
3. Consagrar el hogar a los Sagrados Corazones de Jesús y
María, significa una decisión seria y consciente, por la cual
acogen a la Sagrada Familia de Nazaret, como ejemplo para ir
moldeando la vida diaria de acuerdo con las virtudes que son
necesarias para ser una familia verdaderamente cristiana. Es
no sólo invocar su presencia en la vida del hogar sino también
hacer que esta presencia sea posible por el estilo de vida que se
empeñan en promover sus miembros.
4. Hay ciertas fechas que son muy propicias para esta
consagración, la fiesta de la Sagrada Familia y la Novena de
Navidad. Pero también hay otras, el aniversario del matrimonio
de los padres. Más no se trata de restringirse a estas fechas.
Puede ser que el día más propicio sea aquél en el cual la familia
está especialmente motivada.
5. Se recomienda que la familia que quiere hacer su
consagración se prepare espiritualmente mediante los
sacramentos de la Reconciliación y la Eucaristía y busquen un
día adecuado para que puedan destinar un tiempo de paz y
recogimiento a la consagración.
Preparación a la entronización y consagración
 Se tendrá preparado previamente la imagen de los
Sagrados Corazones de Jesús y de María.
 Se tendrá preparada la Sagrada Escritura para su
lectura.
 La entronización le corresponde hacerla al padre de
familia, como jefe de ella.
 Donde sea posible, invítese al Sacerdote a que les
acompañe en la consagración y entronización.
PALABRA DE DIOS
“Dios los ama a Uds. y los ha escogido para que pertenezcan a
su pueblo. Vivan pues revestidos de verdadera compasión,
bondad, humildad, mansedumbre y paciencia. Tengan
paciencia unos con otros, y perdónense si alguno tiene queja
contra otro. Así como el Señor los perdonó, perdonen también
Uds. Sobre todo revístanse de amor, que es el perfecto lazo de
unión. Y que la paz de Cristo dirija sus corazones, porque con
este propósito los llamó Dios a formar un solo cuerpo. Y sean
agradecidos.
Que el mensaje de Cristo esté siempre en sus corazones.
Instrúyanse y anímense unos a otros con toda sabiduría. Y
todo lo que hagan o digan, háganlo en el nombre del Señor
Jesús, dando gracias a Dios Padre, por medio de Él” (Col. 3,
12-17).
Texto de Juan Pablo II.
La familia - camino de la Iglesia
“Entre los numerosos caminos, la familia es el primero y el más
importante. Es un camino común, aunque particular, único e
irrepetible, como irrepetible es todo hombre; un camino del
cual no puede alejarse el ser humano. En efecto, él viene al
mundo en el seno de una familia, por lo cual puede decirse que
debe a ella el hecho mismo de existir como hombre. Cuando
falta la familia, se crea en la persona que viene al mundo una
carencia preocupante y dolorosa que pesará posteriormente
durante toda la vida. La Iglesia, con afectuosa solicitud, está
junto a quienes viven semejantes situaciones, porque conoce
bien el papel fundamental que la familia está llamada a
desempeñar. Sabe, además, que normalmente el hombre sale de
la familia para realizar, a su vez, la propia vocación de vida en
un nuevo núcleo familiar. Incluso cuando decide permanecer
solo, la familia continúa siendo, por así decirlo, su horizonte
existencial como comunidad fundamental sobre la que se
27
apoya toda la gama de sus relaciones sociales, desde las más
inmediatas y cercanas hasta las más lejanas.”
Oración de Consagración de las
FAMILIAS
Santísimos Corazones de Jesús y María, unidos en el amor
perfecto, mírennos con misericordia y cariño.
Consagramos nuestros corazones, nuestras vidas y nuestras
familias a Ustedes bajo la poderosa intercesión de San José.
Conocemos que el ejemplo bello de Su hogar en Nazaret fue un
modelo para cada una de nuestras familias. Esperamos
obtener, con su ayuda, la unión y el amor fuerte y perdurable
que nos dieron. Que nuestro hogar sea lleno de gozo. Que el
afecto sincero, la paciencia, la tolerancia, el respeto mutuo y el
perdón de corazón, sean dados libremente a todos. Que
nuestras oraciones incluyan las necesidades de los otros, no
solamente las nuestras. Y que siempre estemos cerca de los
sacramentos. Bendigan a todos los presentes y también a los
ausentes, tanto los difuntos como los vivientes; que la paz esté
con nosotros, y cuando seamos probados, concédannos la
resignación cristiana a la voluntad de Dios. Mantengan
nuestras familias cerca de sus Corazones; que su protección
especial esté siempre con nosotros. Sagrados Corazones de
Jesús y María, escuchen nuestra oración.
Amén.
CELEBRACIÓN DE LA PALABRA
Consagración de las
EMPRESAS Y LUGARES DE TRABAJO
La enseñanza sobre la consagración se encuentra tanto en el
Antiguo Testamento (Éxodo 28 y 29, y Levítico 8), como en el
Nuevo (Romanos 6 y 12).
La consagración es la primera experiencia básica de nuestro
servicio a Dios, donde nos debemos de entregar totalmente al
Señor y en todo lugar; en el hogar, la familia, la escuela, nuestra
comunidad etc. Por lo tanto, es muy importante consagrarnos y
consagrar nuestro lugar de trabajo, nuestra empresa que es el
lugar donde nos pasamos la tercera parte del día, donde se
queda nuestro esfuerzo, trabajo, empeño, servicio, estos
conceptos siempre deben de ir dirigidos al bien, al prójimo, al
servicio de Dios en una totalidad de nuestro ser. Nuestro
trabajo nuestra empresa también deben de ser consagradas a
los corazones de Jesús y María, donde nuestro servicio debe de
estar empapado de Dios.
PALABRA DE DIOS. En 2 Corintios 5:14-15 se nos muestra
claramente que el poder constreñidor del amor del Señor es la
base para que los hijos de Dios se consagren. Según el idioma
original, la palabra constreñir significa rodear de tal forma a la
persona que ella no puede escapar. Él nos ha atrapado en su
amor, y no tenemos alternativa. Nadie puede consagrarse a no
ser que sienta amor por el Señor. Pero después que el amor
está, la consagración será la consecuencia inevitable.
Pero la consagración no sólo se basa en el amor del Señor por
nosotros, sino también en el derecho que él tiene sobre
nosotros (1 Cor 6, 19-20). Nuestro Señor dio su vida por
nosotros como rescate, adquiriéndonos así de nuevo. El Señor
nos compró y nos redimió; por eso voluntariamente le
cedemos nuestra libertad.
28
El propósito de la consagración de nuestra empresa
El objetivo de la consagración de nuestra empresa no es
convertirla en escuela de predicadores de Dios, sino servir a
Dios. En el idioma original, la palabra servicio significa
«esperar en...». El objetivo de la consagración es esperar en
Dios y moverse a hacer lo que él quiere, y cuando así lo
dispone.
Todo nuestro tiempo es de Dios, y cada uno de nosotros debe
esperarle. La obra de cada uno es flexible y debemos aprender
a esperarle. Presentamos nuestros cuerpos para servir a Dios.
Debemos de servirlo en cada rincón de nuestra empresa con
cada persona y así convertir nuestra empresa al servicio de
Dios.
En el momento que una persona se consagra, debe comprender
que lo más importante es lo que Dios requiera. El trabajo
puede variar, pero el tiempo invertido sigue siendo el mismo:
toda nuestra vida. Tan luego un doctor en medicina se hace
cristiano, la medicina pasa del primer al segundo lugar. Lo
mismo sucede con el ingeniero. La exigencia del Señor tiene
prioridad: servir al Señor se torna en el mayor servicio.
Nosotros, los que servimos a Dios, no podemos esperar ser
prósperos en el mundo, pues estas dos cosas son contrarias.
La consagración no es lo mucho que uno da de sí mismo al
Señor, sino ser aceptado por Dios y recibir el honor de servirlo.
Y el fruto de la consagración es la santidad.
No debemos rogar a otros que se consagren; en lugar de ello,
debemos decirles que el camino está abierto para que lo hagan.
La consagración no depende de nuestra voluntad, pues
proviene de la abundancia de la gracia de Dios. Tener el
derecho de servir a Dios es el mayor honor de nuestra vida.
ACTO DE CONSAGRACION AL SAGRADO CORAZON DE JESÚS
Señor Jesucristo, Redentor del género humano, nos dirigimos a
Tu Sacratísimo Corazón con humildad y confianza, con
reverencia y esperanza, con profundo deseo de darte gloria,
honor y alabanza. Señor Jesucristo, Salvador del mundo, te
damos las gracias por todo lo que eres y todo lo que haces.
Señor Jesucristo, Hijo de Dios Vivo, te alabamos por el amor
que has revelado a través de Tu Sagrado Corazón, que fue
traspasado por nosotros y ha llegado a ser fuente de nuestra
alegría, manantial de nuestra vida eterna.
Reunidos juntos en Tu Nombre, que está por encima de todo
nombre, yo (nombre del funcionario), en mi calidad
de (cargo del funcionario) consagro a (nombre de la
empresa), a sus empleados y a mí mismo a Tu Sacratísimo
Corazón, en el cual habita la plenitud de la verdad y la caridad.
Al consagrarnos a Ti, renovamos nuestro deseo de
corresponder con amor a la rica efusión de Tu Misericordioso
y Pleno Amor. Señor Jesucristo, Rey de Amor y Príncipe de la
Paz, reina en nuestros corazones y en nuestros hogares.
Vence todos los poderes del maligno y llévanos a participar en
la victoria de tu Sagrado Corazón. ¡Que todos proclamemos y
demos gloria a Ti, al Padre y al Espíritu Santo, único Dios que
vive y reina por los siglos de los siglos! Amén.
ACTO DE CONSAGRACIÓN AL INMACULADO CORAZÓN DE
MARIA
Oh Corazón Inmaculado de María, por tu perfecta comunión de
amor con el Corazón de Jesús, eres la escuela viviente de total
consagración y dedicación a su Corazón.
En tu Corazón, Oh Madre, queremos vivir para aprender a
amar, sin divisiones, al Corazón de Jesús; a obedecerle con
diligencia y exactitud; servirle con generosidad y a cooperar
activa y responsablemente en los designios de su Corazón.
Yo (nombre del funcionario), en mi calidad de (cargo del
funcionario) consagro a (nombre de la empresa), a sus
empleados y a mí mismo a tu Doloroso e Inmaculado Corazón
que es el camino perfecto y seguro para llegar al Corazón de
29
Jesús. Tu Corazón, es también refugio seguro de gracia y
santidad, donde nos vamos liberando y sanando de todas
nuestras oscuridades y miserias.
Deseamos pertenecer a tu Corazón, Oh Virgen Santísima, sin
reservas y en total disponibilidad de amor a la voluntad de
Dios, que se nos manifestará a través de tu
mediación maternal.
En virtud de esta consagración, Oh Inmaculado Corazón, te
pedimos que nos guardes y protejas de todo peligro espiritual
y físico. Qué nuestros corazones ardan con el fuego del Espíritu
como arde tu Corazón.
Que unidos a Ti, que eres la portadora por excelencia de Cristo
para el mundo y ungidos por el poder del Espíritu Santo,
seamos instrumentos para la Gloria de Dios y la salvación de
las almas. Amén.
CAPÍTULO IV
ACTOS DE PIEDAD
Oraciones Matutinas y Misterios
Dolorosos con las meditaciones
dadas para estos tiempos
Vivimos en una época en que la confusión crece en el corazón
de muchos creyentes; como ovejas dispersas se mantienen en
silencio a pesar de que se dan cuenta que la inmoralidad, la
corrupción y la maldad aumentan cada día en sus
comunidades, ciudades y países alrededor del mundo.
Muchos han comenzado a sentir la necesidad imperativa de
hacer algo contra la iniquidad que nos rodea, pero no saben
qué hacer o como hacerlo. Esta Misión, “Por el Amor de
Dios en todo el mundo”, nos recuerda la importancia de los
Sacramentos, especialmente la Reconciliación sacramental y la
Eucaristía, centro y culmen de la vida de todo cristiano.
Además, nos ofrece algunas herramientas basadas en la
Sagrada Escritura y en la Tradición, bajo el Magisterio de
nuestra Iglesia Católica. En esta Misión, Dios es
verdaderamente el centro de nuestras vidas; cada día
renovamos nuestra alianza personal con Él mediante nuestra
consagración al Sagrado Corazón de Nuestro Señor Jesucristo y
al Doloroso e Inmaculado Corazón de María. Una vez que
hemos ofrecido nuestra vida al Señor, comenzamos a entender
la necesidad de orar los unos por los otros, especialmente por
los líderes que nos dirigen y por los lugares donde vivimos,
para cambiar las tinieblas en luz. “Dios desea que toda alma se
salve y llegue al conocimiento de la Verdad” (1 Tim 2,4) (cfr.
Aparecida 32). Por este medio, ponemos en sus manos, como
arma poderosa, los Misterios Dolorosos del Santo Rosario, en
los que contemplamos la Pasión y Muerte de Nuestro Señor
Jesucristo, clamando al Señor con oraciones dadas para estos
tiempos, por nuestra conversión y la de toda la humanidad,
30
confiando plenamente en el poder transformador de la Sangre
Preciosa de Jesús, de sus benditas llagas y de todo el
sufrimiento que soportó por nuestra salvación. Le invitamos a
que antes de salir de su cama rece las oraciones matutinas que
se indican y a que diariamente rece con el corazón este
Rosario, ya sea en forma individual o en familia. También se le
invita a formar Cenáculos de Oración en donde 4 o más
personas se unan para rezarlo una vez por semana. A quienes
ya tengan su grupo de oración, lo único que se les pide es que
incorporen el rezo de este Rosario en su oración habitual. “Lo
que pidan al Padre en mi nombre, Él se los concederá” (Jn
16,23). Es muy importante que registre su nombre, dirección
(opcional), ciudad, estado, teléfono y correo electrónico (email), y los de aquellos que acuden a su cenáculo para saber
cuántas personas están rezando estas oraciones y poder
comunicarnos con usted en el futuro. Por lo tanto, le
solicitamos que haga dicho registro en la siguiente dirección:
www.PorelAmordeDiosenTodoelMundo.org en la sección de
"Registro". Intenciones especiales de oración por nuestro
País: Ofrecemos este rosario por la conversión y la paz en
nuestro País, para que todos vivamos según las enseñanzas de
nuestra Iglesia Católica y que las Familias recuperen los
valores de la fe católica. Por la santificación y necesidades de
nuestros sacerdotes.
Oraciones Matutinas. Buenos días Padre, Padre de toda la
humanidad; te amo Santísimo Padre mío con todo mi corazón,
mi alma y mi mente. Gracias por mi vida y la de mi familia, te
doy gracias Padre por todo lo que has hecho por nosotros.
Gracias Padre, por nuestra salud, gracias por tu amor y
protección. Padre, te ofrezco en este día mi libre voluntad, por
favor reemplázala con tu Divina Voluntad. Muéstrame lo que
quieres que haga el día de hoy y ayúdame por favor, Padre
amado, a llevarlo a cabo.
Buenos días Madre, Madre de toda la humanidad; te amo
Santísima Madre, gracias por tu amor y protección. Renuevo mi
consagración en este día a tu Doloroso e Inmaculado Corazón y
al Sagrado Corazón de tu amadísimo Hijo, Nuestro Señor
Jesucristo. Por favor Madre, pídele a San José su protección e
intercesión por mi familia y por mí en este día. Le doy gracias a
Dios por mi amado Ángel Guardián y por los Ángeles Custodios
de cada uno de los miembros de mi familia; les pido su
intercesión y protección para cada uno de nosotros el día de
hoy. Amén, Amén, Amén.
Forma abreviada sugerida para la renovación diaria de la
consagración personal:
"Sacratísimo Corazón de Jesús, verdaderamente presente en la
Santa Eucaristía, yo consagro mi cuerpo y alma a ser
enteramente uno con tu Corazón, que está continuamente
siendo sacrificado en todos los altares del mundo y alabando al
Padre rogando por la venida de Su Reino. Por favor, recibe esta
humilde ofrenda de mí misma. Úsame según Tu voluntad para
la gloria del Padre y la salvación de las almas. Santísima Madre
de Dios, no permitas nunca que me separe de Tu Hijo Divino.
Por favor, defiéndeme y protégeme siempre como Tu hijo(a)
especial. Amén."
Oración Eucarística de Akita, aprobada por el Obispo
John Shojiro Ito.
MISTERIOS DOLOROSOS DADOS PARA ESTOS TIEMPOS
Para prepararse a rezar los Misterios Dolorosos del Santo
Rosario, primero hacer un acto de alabanza y reparación:
Que el Nombre Sacratísimo, digno de toda adoración,
incomprensible e inefable de Dios, sea por siempre
alabado, bendecido, amado, adorado y glorificado en el
Cielo, en la tierra y bajo la tierra, por todas las criaturas de
Dios y por el Sagrado Corazón de Nuestro Señor Jesucristo
en el Santísimo Sacramento del Altar. Amén. (*)
31
Pongamos en nuestra mente la Santa Faz de Jesús.... Nuestro
Señor dijo: “Al ofrecerle Mi Faz a Mi Padre Eterno, nada será
rechazado y se obtendrá la conversión de muchos pecadores”.
(**)
Padre Eterno, te ofrezco la Adorable Faz de tu Amado Hijo,
para honra y gloria de tu Nombre, por la conversión de los
pecadores y la salvación de los moribundos, especialmente
en esta Ciudad (el nombre de tu ciudad o población) y en
todas las ciudades de este mundo. Amén. (***)
Rezar el Credo, el Padre Nuestro, 3 Avemarías y el Gloria.
Continuar con las siguientes meditaciones en cada misterio.
PRIMER MISTERIO DOLOROSO LA ORACIÓN EN EL HUERTO
DE GETSEMANÍ
Contemplemos a Nuestro Santísimo Señor arrodillado en el
Huerto de Getsemaní, y veamos sus santos poros abiertos tras
derramar su preciosa sangre. Oremos: Oh, Santísimo Jesús,
te invoco por mediación de tus santas llagas; pongo en
cada uno de tus poros abiertos, durante tu santo dolor y
agonía, a todos los que están en los medios de
comunicación, especialmente, a aquellos que crean y
deciden lo que nosotros y nuestros hijos vemos,
escuchamos y leemos. Pido especialmente por quienes
activamente promueven la pornografía, la perversión, la
inmoralidad y lo oculto, en películas, internet, revistas,
periódicos, radio y sobre todo en televisión. Oro, por
mediación de tu Preciosísima Sangre, y te pido que con Ella
queden selladas dentro de tus Santas Llagas, cada una de esas
personas. Señor Jesús, en tu Santo Nombre, ato todo mal que
pueda corromper a dichas personas, e invoco tu Divina Justicia
y tu Divina Misericordia para con ellas. Amén.
Al final de cada misterio rezar un Padre Nuestro, 10 Avemarías,
Gloria y la jaculatoria que acostumbra.
SEGUNDO MISTERIO DOLOROSO LA FLAGELACIÓN
Contemplemos a nuestro Santísimo Señor encadenado a la
columna de la flagelación, y veamos su santa carne abierta y
desgarrada. Oremos: Oh, Santísimo Jesús, te invoco por
mediación de tus santas llagas; pongo dentro de cada una
de las heridas más abiertas y profundas en tu santísima
espalda, que dejaron al descubierto tus santos huesos, a
todos los líderes del mundo que se encuentran en el
gobierno y la política, (nombrar al Gobernante de su país
y/o ciudad), especialmente a aquellos que buscan coartar
la libertad. Oro, por mediación de tu Preciosísima Sangre, y te
pido que con Ella queden selladas dentro de tus Santas Llagas,
cada una de esas personas. Señor Jesús, en tu Santo Nombre,
ato todo mal que pueda corromper a dichas personas, e invoco
tu Divina Justicia y tu Divina Misericordia para con ellas. Amén.
TERCER MISTERIO DOLOROSO LA CORONACIÓN DE
ESPINAS
Contemplemos a Nuestro Santísimo Señor empapado en su
Sacratísima Sangre, desgarrado y magullado por los golpes, sin
apenas poder respirar; y veamos cómo es azotado y como le
encajan la corona de la burla, perforando profundamente su
sagrada cabeza. Oremos: Oh Santísimo Jesús, te invoco por
mediación de tus Santas Llagas; pongo dentro de estas
inefables y punzantes heridas mortales, causadas por esas
espinas como dagas, a todos los que se encuentran en el
medio de las finanzas y el comercio; especialmente, a
aquellos que han vendido o venderán sus almas eternas,
por avaricia o por su ambición de poder.
Oro, por mediación de tu Preciosísima Sangre, y te pido que
con Ella queden selladas dentro de tus santas llagas, cada una
de esas personas. Señor Jesús, en tu Santo Nombre, ato todo
mal que pueda corromper a dichas personas, e invoco tu Divina
Justicia y tu Divina Misericordia para con ellas. Amén.
32
CUARTO MISTERIO DOLOROSO JESÚS CARGA LA CRUZ
Contemplemos a Nuestro Santísimo Señor caído por tercera
vez, sus santos pies terriblemente deformados, sus santas
piernas desgarradas, sus amadas rodillas destrozadas, sus
santísimas manos, brazos y codos tan magullados, golpeados y
atormentados por atroces dolores. Sobre todo amado Jesús,
recordamos la herida de tu sagrado hombro sobre el cual
cargaste tu amada Cruz. Esa herida que causó en tu santa carne
y huesos, una mayor angustia y dolor que cualquier otra santa
herida. Tu carne tan desgarrada dejó tus huesos al descubierto.
Oremos: Oh, Santísimo Jesús, te invoco por mediación de
tus santas llagas; pongo en lo más hondo de esos
tormentos salvíficos, a todos los que tienen autoridad
sobre otros, desde la más simple autoridad, hasta la de
aquellos que tienen en sus manos la vida y el destino de los
demás. Oro, por mediación de tu Preciosísima Sangre, y te pido
que con Ella queden selladas dentro de tus santas llagas, cada
una de esas personas. Señor Jesús, en tu Santo Nombre, ato
todo mal que pueda corromper a dichas personas, e invoco tu
Divina Justicia y tu Divina Misericordia para con ellas. Amén.
QUINTO MISTERIO DOLOROSO LA CRUCIFIXIÓN
Contemplemos a Nuestro Santísimo Señor clavado en la cruz,
sufriendo una muerte dolorosísima y atroz; en medio de sus
tormentos, su pensamiento siempre estuvo fijo en nosotros, en
nuestra redención y salvación, entregándonos finalmente al
cuidado de Su Madre. Oremos: Oh Santísimo Jesús, te invoco
por mediación de tus santas llagas; pongo en lo
más profundo de cada una de las llagas que sufriste en la
crucifixión, las de tus amadas manos, tus santos pies y la
venerada llaga de tu sagrado costado, a todas las familias,
especialmente a aquellas dentro de la Ciudad de
(mencionar tu ciudad), cuyos padres se han divorciado o
están por hacerlo. Así mismo, a todos aquellos que han
cometido el abominable pecado del aborto o que están
pensando en cometer éste u otros actos de violencia, y a todos
aquellos que están atrapados en la perversión y el adulterio.
Pongo también dentro de estas santas llagas, sangrientas y
martirizantes, a todos los hijos de esas personas y familias,
para preservarlos de la mancha por tales pecados y para
conservarlos bajo la protección de la Sagrada Familia, libres de
los deseos de la carne y de todo apego a las cosas de este
mundo. Oro, por mediación de tu Preciosísima Sangre, y te pido
que con Ella queden selladas dentro de tus santas llagas cada
una de esas personas. Señor Jesús, en tu Santo Nombre, ato
todo mal que pueda corromper a dichas personas, e invoco tu
Divina Justicia y tu Divina Misericordia para con ellos. Amén.
Continuar con la Salve, la Oración a San Miguel Arcángel y
repetir 3 veces “Jesús, María y José, los amo, salven almas”.
Un Padre Nuestro por el Santo Padre.
(*) Dado por Nuestro Señor a Sor Marie de San Pedro.
(**) Dado por Nuestro Señor a Sor Marie de San Pedro.
(***) Revelado a San Bernardo de Claraval.
Las Oraciones de la Misión son de su fundador John Rick Miller.
HORA SANTA
Sagrados Corazones de Jesús y de María
1. Canto:
El Espíritu de Dios está en este lugar.
2. Visita al Santísimo Sacramento
Jesús mío, Dueño adorado, que escondido en el Sacramento del
amor te quedaste aquí conmigo para endulzar mi destierro.
¿Cómo no consagrarme yo a consolarte en el vuestro?
Ya que Tú me das tu Corazón ¿Cómo no entregarte yo el mío?
Te consagro, Oh Corazón Eucarístico de Jesús, todas las
potencias de mi alma y las fuerzas de mi cuerpo; quiero
esforzarme en conocerte y amarte más y más cada día para
33
hacerte conocer y amar; no deseo trabajar sino a gloria tuya,
para cumplir la voluntad de tu eterno Padre. Ofrezco todos los
instantes de mi vida, como otros tantos actos de adoración ante
tu real presencia, en acción de gracias por el incomparable
beneficio de la Eucaristía , en reparación por nuestra cruel
indiferencia y en incesante súplica a fin de que ofrecidas por
Vos, sean elevadas nuestra oraciones purificadas y fecundas
hasta el trono de la Misericordia Divina para tu eterna
Gloria. Amén.
3. Canto:
Hoy perdóname.
4. Oración de perdón
Padre, hoy, en tu presencia, queremos entregarnos y
abandonarnos en tus manos. Queremos rendirnos
incondicionalmente a Ti. Somos tus hijos en Jesucristo, nuestro
Señor. Que bueno, Padre, que enviaste a Jesús como nuestro
Salvador. Alabado seas porque aceptaste el sacrificio de Jesús
en la cruz y perdonaste nuestros pecados. Que bueno, Padre,
que podemos tener paz contigo por causa de Jesús y de su
sangre derramada por nosotros.
Hoy queremos acoger ese perdón. Y por eso, arrepentidos,
pedimos que tu sangre generosa venga sobre nosotros y sobre
cada miembro de nuestra familia para purificarnos. En este
momento nos abrimos a la acción de tu Santo Espíritu. Ven
Espíritu Santo, Tú que eres luz, amor divino y vida eterna.
Ven Espíritu Santo, Tú que eres luz, amor divino y vida
eterna. Ven Espíritu Santo y revélanos todas las raíces de
muerte instaladas en nosotros por causa del pecado. Danos esa
conciencia del pecado, esa convicción profunda de
arrepentimiento, para que, ahora mismo, podamos acercarnos
a Jesús y recibir su perdón. ¡Perdón, Jesús, Perdón¡ Nosotros te
agradecemos y te bendecimos porque tu Sangre redentora, que
nos purifica de todo mal, está fluyendo sobre nosotros. Tu
perdón está viniendo a nuestro corazón. Estamos siendo
renovados por tu amor. Bendito seas Señor, por este momento
de gloria en que nos reconcilias con el Padre a través de tu
Sangre. Amén.
5. Lectura del santo Evangelio según San Marcos (9, 3037).
En aquel tiempo Jesús y sus discípulos se marcharon de la
montaña y atravesaron Galilea; no quería que nadie se
enterase, porque iba instruyendo a sus discípulos. Les decía:
“El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los
hombres y lo matarán; y, después de muerto, a los tres días
resucitará.” Pero no entendían aquello, y les daba miedo
preguntarle. Llegaron a Cafarnaúm y, una vez en casa, les
preguntó: “¿De qué discutíais por el camino?” Ellos no
contestaron, pues por el camino habían discutido quién era el
más importante. Jesús se sentó, llamó a los doce y les dijo:
“Quién quiera ser el primero, que sea el último de todos y el
servidor de todos” Y, acercando a un niño, lo puso en medio de
ellos, lo abrazó y les dijo: “El que acoge a un niño como éste en
mi nombre me acoge a mí; y el que me acoge a mí no me acoge
a mí, sino al que me ha enviado.
Palabra del Señor.
6. Momentos de Reflexión.
En el Evangelio de Marcos, el «camino» representa el itinerario
de formación de un buen discípulo. Jesús no quiere un grupo de
fanáticos que le entonen vivas a su nombre, sino un grupo de
personas responsables que sean capaces de asumir un
proyecto. Por esta razón, sus esfuerzos se concentran en la
enseñanza de sus seguidores. Pero, la instrucción parte de los
desaciertos y de las respuestas erráticas que ellos van dando a
lo largo del trayecto hacia Jerusalén.
El «niño» era una de las criaturas más insignificantes de la
cultura antigua. Por su estatura y edad no estaba en
condiciones de participar en la guerra, ni en la política ni en la
34
vida religiosa. Jesús coloca a uno de esos pequeños en medio
de ellos y muestra cómo el presente y el futuro de la
comunidad está en colocar en el centro no las propias
ambiciones, sino las personas más postergadas y simples. Sólo
así se revierte el sistema social de valores. Y sólo así, la
comunidad es una alternativa ante el «mundo», que ya sabe
poner en el centro a las personas adineradas. La
novedad de Jesús consiste en hacer grande lo pequeño, lo
doméstico e insignificante.
Eso que Jesús revelaba -con una paradoja- era muy serio: Jesús
identificaba su propia suerte y la de Dios con la suerte de los
niños, los que no tienen derechos ni quien mire por ellos, los
últimos, los despreciados, los no tenidos en cuenta. Porque en
realidad todo él se identificaba con ellos: se había puesto de su
lado, había asumido su causa como propia. Por eso decía que
todo servicio hecho a ellos se le hacía a él mismo y, en
definitiva, al Padre.
7. Oración de acción de gracias
Gracias Señor por traerme a la oración. Gracias por la alegría
de la entrega, el arrepentimiento y el perdón. Gracias por
enviarme a Tú Espíritu Santo a enseñarme y a guiarme. Gracias
por los frutos que Tú Espíritu está trabajando en mí como el
amor, la alegría, la paz, la paciencia, la amabilidad, el control de
mi mismo. Gracias por enviarme personas que necesitan
ayuda.
Gracias por romper el dominio de hábitos pasados y traerme a
una conversión más profunda. Gracias por hacerte presente en
todos los momentos de mi vida, por tu Palabra que me da vida
y por levantarme cuando caigo. Gracias por hacer que las cosas
trabajen para mi bien al depositar yo mi confianza en Ti.
Gracias por tus Ángeles que me protegen en todos mis
caminos. Gracias por guiarme y darme sabiduría. Gracias por tu
amor abundante que quita todo temor. Gracias por abrirme las
puertas del cielo y derramar tus bendiciones sobre mí. Gracias
por suplir todas mis necesidades con tu riqueza. Gracias por la
salud. Gracias por abrir mis ojos a las necesidades de mis
hermanos. Abre mi corazón para amar a los heridos y a los
perdidos, abre mis labios para hablar de tu amor. Gracias por
aquellos que me han ayudado en mi camino hacia Ti,
bendícelos Señor. Gracias por el regalo de mi vida, así como es.
Gracias por el mejor regalo de todos, tu Hijo Jesús. Amén.
8. Salmo y Oración de Petición
R/: Danos Sacerdotes santos
Señor, para celar tu honra y tu gloria,.
Señor, para aumentar nuestra fe, R/.Señor, para sostener tu
Iglesia, R/.Señor, para predicar tu doctrina, R/.Señor, para
defender tu causa, R/.Señor, para contrarrestar el error,
R/.Señor, para aniquilar las sectas, R/.Señor, para sostener la
verdad, R/.Señor, para dirigir nuestras almas, R/.Señor, para
mejorar las costumbres, R/.Señor, para desterrar los vicios,
R/.Señor, para iluminar al mundo, R/.Señor, para enseñar las
riquezas de tu Corazón, R/Señor, para hacernos amar al
Espíritu Santo, R/.Señor, para que todos tus ministros sean luz
del mundo y sal de la tierra, R/.
Oración: Oh Jesús, Sacerdote Santo, te pedimos con la mayor
humildad del alma, que en este Año Sacerdotal y siempre,
aumentes las vocaciones sacerdotales y que los formes según
los designios de tu amante Corazón. Sólo así conseguiremos
sacerdotes santos y pronto en el mundo no habrá más que un
sólo rebaño y un sólo Pastor. Amén.
9. TAMTUM ERGO o Música del Santo Manto de la Virgen
de Guadalupe.
35
NOVENA
al Sagrado Corazón de Jesús
Por la señal de la santa Cruz, etc. Señor mío Jesucristo, etc.
ORACIÓN PREPARATORIA
¡Oh, Corazón divinísimo de mi amado Jesús, en quien la
Santísima Trinidad depositó tesoros inmensos de celestiales
gracias! Concédeme un corazón semejante al tuyo y la gracia
que te pido en esta novena, si es para mayor gloria de Dios, tu
sagrado culto y bien de mi alma. Amén.
Rezar a continuación la oración del día que corresponda.
DÍA PRIMERO
Acto de contrición y oración preparatoria.
Oración. ¡Oh Corazón sacratísimo y melifluo de Jesús, que, con
ferventísimos deseos y ardentísimo amor, deseas corregir y
desterrar la sequedad y tibieza de nuestros corazones! Inflama
y consume las maldades e imperfecciones del mío, para que se
abra en tu amor; dame la gracia de resarcir las injurias e
ingratitudes hechas contra ti. ¡Oh amantísimo Corazón!, y la
gracia que te pido en esta novena, si es para mayor gloria de
Dios, culto tuyo y bien de mi alma, concédemela.
Tres Padre nuestros, tres Aves Marías, en reverencia de las tres
insignias de la pasión con que se mostró el divino Corazón a
Santa Margarita de Alacoque. Oraciones finales.
DÍA SEGUNDO
Acto de contrición y oración preparatoria.
Oración. ¡Oh, Corazón amabilísimo de Jesús, celestial puerta
por donde nos llegamos a Dios y Dios viene a nosotros! Dignate
estar patente a nuestros deseos y amorosos suspiros, para que,
entrando por ti a tu Eterno Padre, recibamos sus celestiales
bendiciones y copiosas gracias para amarte. Dame la gracia de
resarcir las injurias e ingratitudes hechas contra ti, ¡Oh, amante
Corazón!, y la que te pido en esta novena, sí es para mayor
gloria de Dios, culto tuyo y bien de mi alma. Amén.
Tres Padre nuestros y Aves Marías. Oraciones finales.
DÍA TERCERO
Acto de contrición y oración preparatoria.
Oración. ¡Oh, Corazón Santísimo de Jesús, camino para la
mansión eterna y fuente de aguas vivas! Concédeme que siga
tus sendas rectísimas para la perfección y para el cielo, y que
beba de ti el agua dulce y saludable de la verdadera virtud y
devoción, que apaga la sed de todas las cosas temporales.
Dame la gracia de resarcir las injurias e ingratitudes hechas
contra vos, ¡Oh amante Corazón!, y la que te pido en esta
novena, si es para mayor gloria de Dios, culto tuyo y bien de mi
alma. Amén.
Tres Padre nuestros y Aves Marías. Oraciones finales.
DÍA CUARTO
Acto de contrición y oración preparatoria.
Oración. ¡Oh, Corazón purísimo de Jesús, espejo cristalino en
quien resplandece toda la perfección! Concédeme que yo
pueda contemplarte perfectamente, para que aspire a formar
mi corazón a tu semejanza, en la oración, en la acción y en
todos mis pensamientos, palabras y obras. Dame la gracia de
resarcir las injurias e ingratitudes hechas contra ti, ¡Oh, amante
Corazón!, y la que te pido en esta novena, si es para mayor
gloria de Dios, culto tuyo y bien de mi alma. Amén.
Tres Padre nuestros y tres Aves Marías. Oraciones finales.
DÍA QUINTO
Acto de contrición y oración preparatoria.
Oración. ¡Oh, Corazón dulcísimo de Jesús, órgano de la
Trinidad venerada, por quien se perfeccionan todas nuestras
obras! Yo te ofrezco las mías, aunque tan imperfectas, para que
supliendo tú mi negligencia, puedan aparecer muy perfectas y
agradables ante el divino acatamiento. Dame la gracia de
36
resarcir las injurias e ingratitudes hechas contra ti, ¡Oh, amante
Corazón!, y la que te pido en esta novena, si es para mayor
gloria de Dios, culto tuyo y bien de mi alma. Amén.
Tres Padre nuestros y tres Aves Marías. Oraciones finales.
DÍA SEXTO
Acto de contrición y oración preparatoria.
Oración. ¡Oh, Corazón amplísimo de Jesús, templo sagrado
donde me mandas que habite con toda mi alma, potencias y
sentidos! Gracias te doy por la inexplicable quietud, sosiego y
gozo que yo he hallado en este templo hermoso de la paz,
donde descansaré gustoso eternamente. Dame la gracia de
resarcir las injurias e ingratitudes hechas contra ti, ¡Oh, amante
Corazón!, y la que te pido en esta novena, si es para mayor
gloria de Dios, culto tuyo y bien de mi alma. Amén.
Tres Padre nuestros y tres Aves Marías. Oraciones finales.
DÍA SÉPTIMO
Acto de contrición y oración preparatoria.
Oración. ¡Oh, Corazón clementísimo de Jesús!, divino
propiciatorio, por el cual ofreció el Eterno Padre que oiría
siempre nuestras oraciones, diciendo: "Pídeme por el Corazón
de mi amantísimo Hijo Jesús; por este Corazón te oiré, y
alcanzarás cuanto me pides". Presento sobre ti a tu Eterno
Padre todas mis peticiones, para conseguir el fruto que deseo.
Dame la gracia de resarcir las injurias e ingratitudes hechas
contra vos, ¡Oh, amante Corazón!, y la que te pido en esta
novena, si es para mayor gloria de Dios, culto tuyo y bien de mi
alma. Amén.
Tres Padre nuestros y tres Aves Marías. Oraciones finales.
DÍA OCTAVO
Acto de contrición y oración preparatoria.
Oración. ¡Oh, Corazón amantísimo de Jesús, trono ígneo y
lucidísimo, inflamado en el amor de los hombres, a quienes
deseas abrasados mutuamente en tu amor! Yo deseo vivir
siempre respirando llamas de amor divino en que me abrase, y
con que encienda a todo el mundo, para que te corresponda
amante y obsequioso. Dame la gracia de resarcir las injurias e
ingratitudes hechas contra ti, ¡Oh, amante Corazón!, y la que te
pido en esta novena, si es para mayor gloria de Dios, culto tuyo
y bien de mi alma. Amén.
Tres Padre nuestros y tres Aves Marías. Oraciones finales.
DÍA NOVENO
Acto de contrición y oración preparatoria.
Oración. ¡Oh, Corazón dolorosísimo de Jesús, que para
ablandar nuestra dureza y hacer más patente el amor con que
padeciste tantos dolores y penas para salvarnos, los quisiste
representar en la cruz, corona de espinas y herida de la lanza,
con que te manifestaste paciente y amante al mismo tiempo!
Dame la gracia de resarcir las injurias e ingratitudes hechas
contra ti, correspondiendo agradecido a tu amor, y la que te
pido en esta novena, si es para mayor gloria de Dios, culto tuyo
y bien de mi alma. Amén.
Tres Padre nuestros y tres Aves Marías. Oraciones finales.
NOVENA al Inmaculado
Corazón de María
ORACIÓN PREPARATORIA PARA TODOS LOS DÍAS
Dios y Señor mío, dígnate aceptar esta Novena que hago al
Corazón de María, vuestra celestial Madre; y tu, Virgen Santa,
alcánzame la gracia necesaria. Amén. Rezar a continuación la
oración del día que corresponda:
DÍA PRIMERO
Por la señal, acto de contrición y oración preparatoria. Corazón
Inmaculado de María, Madre de Dios, te venero y bendigo por
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esta excelsa prerrogativa, que te ensalza sobre todos los
hombres y ángeles. Por ella te pido que te compadezcas de mí
en mis necesidades.
Concluir con cinco Aves Marías, las deprecaciones y oración
final.
pecados, de manera que nos conservemos puros del lodo de
tanta sensualidad. Amén.
Concluir con cinco Aves Marías, las deprecaciones y oración
final.
DÍA SEGUNDO
Por la señal, acto de contrición y oración preparatoria. Corazón
Inmaculado de María, Madre nuestra; acuérdate que Jesús,
pendiente de la cruz, te constituyó Madre de los hombres y nos
puso bajo tu cuidado. Muestra ser nuestra Madre. Amén.
Concluir con cinco Aves Marías, las deprecaciones y oración
final.
DÍA SEXTO
Por la señal, acto de contrición y oración preparatoria. Corazón
Inmaculado de María, Abogada y Protectora de los hombres, a
ti acudimos en todos los peligros, y te pedimos que nos
protejas durante la vida, pero sobre todo en el instante de
nuestra muerte. Amén.
Concluir con cinco Aves Marías, las deprecaciones y oración
final.
DÍA TERCERO
Por la señal, acto de contrición y oración preparatoria. Corazón
Inmaculado de María, Reina de cielos y tierra, manifiesta en
favor nuestro el grande poder que Dios te ha concedido; y te
pido que me defendáis en todas las tentaciones del enemigo de
mi alma. Amén.
Concluir con cinco Aves Marías, las deprecaciones y oración
final.
DÍA SÉPTIMO
Por la señal, acto de contrición y oración preparatoria. Corazón
Inmaculado de María, Maestra y guía de los hombres,
ilumínanos con tu divina luz para conocer la vanidad de las
cosas terrenas y la suprema realidad de las cosas celestiales y
eternas. Amén.
Concluir con cinco Aves Marías, las deprecaciones y oración
final.
DÍA CUARTO
Por la señal, acto de contrición y oración preparatoria. Corazón
Inmaculado de María, Medianera de todas las gracias, ya que
Dios ha dispuesto que las recibamos todas de vuestra mano,
alcánzame las que más necesito para la salvación de mi alma.
Amén.
Concluir con cinco Aves Marías, las deprecaciones y oración
final.
DÍA QUINTO
Por la señal, acto de contrición y oración preparatoria. Corazón
Inmaculado de María, Virgen purísima y sin mancha,
alcánzanos la gracia de pasar por este mundo tan lleno de
DÍA OCTAVO
Por la señal, acto de contrición y oración preparatoria. Corazón
Inmaculado de María, Mártir y Reina de los Mártires, por lo
mucho que padeciste en este mundo, te pido me alcances
paciencia y conformidad en los trabajos de esta miserable vida.
Amén.
Concluir con cinco Aves Marías, las deprecaciones y oración
final.
DÍA NOVENO
Por la señal, acto de contrición y oración preparatoria. Corazón
Inmaculado de María, Celadora de la gloria de Dios y de la
salvación de las almas, haz que imitemos tus virtudes en la
tierra y que podamos acompañarte en la gloria del cielo. Amén.
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Concluir con cinco Aves Marías, las deprecaciones y oración
final.
DEPRECACIONES
1. Oh Corazón de María, compadécete de los incrédulos;
despierta a los indiferentes; da la mano a los
desesperados; convierte a los blasfemos y profanadores
de los días del Señor. Ave María. 2. Oh Corazón de María,
aumenta la fe de los pueblos; fomenta la piedad; sostén
a las familias verdaderamente católicas; apaga los odios
y venganzas en que se abrasa el mundo. Ave María. 3.
Oh Corazón de María, salva a los mundanos, purifica a
los deshonestos, vuelve al buen camino a tantas
víctimas del vicio y del error. Ave María. 4. Oh Corazón
de María, convierte a todos los pecadores de la Iglesia;
dirige a patronos y obreros; ilumina con luz celestial a
los malos escritores y gobernantes; santifica a los malos
católicos. Ave María. 5. Oh Corazón de María, suscita
muchos y santos sacerdotes y misioneros que trabajen
en la conversión de los pecadores y en la salvación de
las almas de todo el mundo, y danos a todos la
perseverancia final en el santo amor y temor de Dios.
Así sea. Ave María. ORACIÓN FINAL Oh Inmaculado
Corazón de María, en ti confiamos; no nos dejes en este
valle de lágrimas hasta vernos seguros junto a ti en el
cielo. Así sea.
adorable Corazón, te adoro por todos los hombres que no te
adoran; te amo por todos los que no te aman; te conozco por
todos los que, voluntariamente ciegos, no quieren conocerte.
Por este divinísimo Corazón deseo satisfacer a tu Majestad
todas las obligaciones que te tienen todos los hombres; te
ofrezco todas las almas redimidas con la preciosa sangre de tu
divino Hijo, y te pido humildemente la conversión de todas por
el mismo suavísimo Corazón. No permitas que sea por más
tiempo ignorado de ellas mi amado Jesús; haz que vivan por
Jesús, que murió por todas. Presento también a tu Majestad,
sobre este santísimo Corazón, a tus siervos, mis amigos, y te
pido los llenes de su espíritu, para que, siendo su protector el
mismo deífico Corazón, merezcan estar contigo eternamente.
Amén.
Hacer aquí la petición que se desea obtener con esta novena
Oración. ¡Oh, Corazón divinísimo de Jesús, dignísimo de la
adoración de los hombres y de los ángeles! ¡Oh, Corazón
inefable y verdaderamente amable, digno de ser adorado con
infinitas alabanzas, por ser fuente de todos los bienes, por ser
origen de todas las virtudes, por ser el objeto en quien más se
agrada toda la Santísima Trinidad entre todas las criaturas!
¡Oh, Corazón dulcísimo de Jesús! Yo profundísimamente te
adoro con todos los espíritus de mi pobre corazón, yo te alabo,
yo te ofrezco las alabanzas todas de los más amantes serafines
y de toda tu corte celestial y todas las que te puede dar el
Corazón de tu Madre Santísima. Amén.
ORACIONES FINALES
Al Padre eterno
¡Oh, Padre Eterno! Por medio del Corazón de Jesús, mi vida, mi
verdad y mi camino, llego a tu Majestad; por medio de este
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