"el escarabajo de oro" (1), de edgar poe(*)

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"EL ESCARABAJO DE ORO" (1), DE EDGAR POE(*)
por i\1aría Bonaparte
(2)
En el otoño de 1827, Edgar Poe, que contaba entonces dieciocho años,
dejando el Fuerte Independencia,
se .1.1abíaembarcado
situado a la entrada del puerto de Bastan,
con la batería H. del primer
de .los Estados Unidos de América
regimiento
de artillería
hacia la Carolina del Sur. Algunas se-
manas después de haber dejado, cual Pym, en las brumas del N arte las costas de Nantucket y desplegado las velas hacia el Sur, desembarcaba en las
costas de la isla de Súllivan, frente a Chárleston. Allí, durante un año, los
muros del Fuerte Moultrie
abrigaron su reposo, sus sueños. El servicio del
Fuerte, poco cansador, permitía al joven soldado paseos y meditaciones
las playas y las selvas de la isla cálida y perfumada.
Allí, mientras
por
mon-
taba la guardia a las estrellas, Edgar Poe había compuesto las estrofas astrales de Al Aaraaf. Es en ese mismo ambiente, donde quince años más tarde
situaría la intriga de su Escarabajo de oro.
Cuando Poe escribió, en 1842, en Filadelfia, El Escarabajo de Oro estaba perdiendo la situación de editor del "Graham's"
ca). La miseria golpeaba a su puerta; la salud de su mujer, Virginia, que en enero .acababa de
tener su primera hemoptisis, era más. delicada que nunca. Poe bebía con
exceso, pero, para contrarrestar el peligro creciente que corría su razón,
había ya empezado a erigirse en "razonador infalible", en descifrador de
criptogramas, desafiando victoriosamente al universo. Y él, que no llegaba
a ganar dinero, que era incapaz de alejar la miseria que amenazaba su hogar, soñaba sin embargo la fantasía de riqueza, relumbrante
preciosas, de El escarabajo de oro.
Estos parecen haber sido los elementos biográficos
. (*) Traducido
y reproducido
N9 II, pág. 275, 1932.
(1) Tbe Gold Bud,
de 1843-1845.)
de la "Revue Francaise
(Prize Story
de oro y piedras
adolescentes y adul-
de Psychanalyse",
.
of tbe Pbiladelpbia Dallar Neuispaper,
(2) Fragmento
del libro de la; autora sobre Edgar
Steela, .París,
',(3.) "Graham's Lady's and Gent!~man's Magazine".
Poe,
publicado
Tomo
V,
21-28 de junio
por
Denoél
y
MARÍA BONAPARTE
646
tos, contemporáneos,
de los infantiles,
de la inspiración
de este cuento.
De los más antiguos,
hablaremos más tarde
El escarabajo de oro tiene como escenario la Carolina del Sur y la isla
de Súllivan.
William Legrand,
descendiente
gonotes, había sido anteriormente
de una antigua familia de hu-
rico (como Edgar en casa de los Allan) (4).
Pero una serie de desgracias, sobre las cuales Poe no nos da ningún detalle,
lo han reducido
a la miseria.
"Para evitar la humillación
ha dejado Nueva Orleans, ciudad de sus antepasados
donado Richmond)
la descripción
de sus desastres"
(como Poe había aban-
y ha establecido su morada en la isla de Súllivan. Sigue
de la isla ("): "Esta isla es de las más extrañas.
casi únicamente
de arena de mar, tiene alrededor
Compuesta
de tres millas de longitud.
De ancho, en ninguna parte tiene más de un cuarto de milla. Está separada
del continente
por una pequeña bahía, apenas visible, cuyas aguas se filtran
a través de un espeso matorral, punto de cita habitual de las aves acuáticas.
La vegetación, como se puede suponer, es pobre, enana, no encontrándose
árboles sino de muy poca altura. Hacia la extremidad occidental, en el sitio
donde se levantan el Fuerte Moultrie y algunas miserables casuchas de madera habitadas durante
el verano por las personas que huyen de las polva-
redas v de las fiebres de Chárleston,
se encuentra,
es verdad,
la palmera
enana sagítera; pero toda la isla, con excepción de ese punto occidental
de un espacio triste y blanquecino
que bordea
de espesos matorrales de mirto odorífero,
ingleses,
Este arbusto
y
el mar, está sólo cubierta
tan estimado por los cultivadores
alcanza allí a veces una altura de quince o veinte
pies, forma una espesura casi impenetrable
su perfume.
"En lo más profundo
y embalsama
la atmósfera
de estas espesuras, no lejos de la extremidad
tal de la isla, es decir, de la más alejada, Legrand
con
orien-
se había construído,
él
mismo, una pequeña choza que Iiabitaba cuando por primera vez y por casualidad lo conocí. Esta relación transformóse a poco en amistad. .. Muy
pronto advertí que había recibido una esmerada educación, bien aprovechada por facultades espirituales poco comunes, pero, también, que le acosaba una misantropía profunda y que estaba sujeto a desgraciadas alternativas de entusiasmo y melancolía."
superiormente,
A semejanza de Poe, Legrand,
aparece provisto con una constitución
dotado
ciclotímica.
(4) Al día siguiente de la muerte de su madre, Elizabeth Arnold de Poe, Edgar Poe
había sido adoptado por John ABan y su esposa Francés; tenía en ese momento tres años.
(¡¡) Todas
nuestras citas son tomadas de la traducción
de Baudelaire,
hecha en 1856.
EL ESCARABAJO DE ORO, DE EDGAR rOE
"Aún que poseía muchos libros, los usaba raras veces.
entretenimientos
647
Sus principales
consistían en la caza o la pesca, o en vagar por la playa
entre los mirtos en busca de conchillas y muestras entomológicas."
Así debe
de haber vagado muy a menudo e! joven artillero de! Fuerte Moultrie,
busca de esos grandes escarabajos
subtropical
de oro que de heuao produce
en
el clima
de la isla de Súllivan (6). Y así como el pequeño Edgar, otrora,
en la época de la Virginia y de los Allan, debió de ir acompañado
frecuen-
temente en sus paseos por un viejo esclavo negro, Dab u otro, Legrand,
sus excursiones,
mado Júpiter",
"estaba generalmente
acompañado
en
por un negro viejo lla-
al cual, además, Poe presta e! lenguaje de los negros de Vir-
ginia (7) y no e! de los de Carolina. "Júpiter,
que había recibido su libertad
antes de los desastres familiares, pero a quien no se había podido convencer,
ni con amenazas ni con promesas, de que abandonara
consideraba
su derecho seguirlo a todas partes.
de Legrand
apoyaran
a Júpiter
y a conseguir
razón y de sus facultades
cuentista,
crítico,
"conquistar
analíticas.
redactor
que los padres
juzgando
Es, sin embargo,
quien, a pesar de la opinión desfavorable
deslumbrarnos
Es probable
en su obstinación,
tenía la cabeza un poco afectada."
a su joven tnassa Will,
I
que su hijo
ese mismo Legrand
de sus padres, va a asombrarnos,
la fortuna"
Igualmente,
por el poder
~l
de m
Edgar Poe, genial poeta,
en jefe de revistas y descifrador
de criptogra-
mas, a pesar de los juicios implacables que sobre él hiciera JO/111Allan en
otra época y de su persistente pobreza, se imaginaba capaz de conquistar la
fortuna, gracias únicamente a la fuerza de su espíritu. Sólo la ocasión le
había faltado hasta entonces, debía él pensar, esa ocasión que va a ofrecerse a Legrand bajo la forma de! encuentro fortuito con un escarabajo de oro.
Así, Legrand
es nuevamente
una reencarnación
de Poe, con sus aspiracio-
nes, su orgullo. Pero en vez de ser, como Usher, un Poe sólo amante de
cadáveres es, como sus mayores, Dupin, el policía, del que hablaremos más
adelante, o Pym, el explorador, un Poe roído por la curiosidad de los misterios, que busca y encuentra sus claves. Hemos visto cuáles eran los que
sondeaba Pyrn, veremos qué enigmas resuelve Dupin, Aquí es el problema
propuesto a Legrand el que va a ocuparnos.
"Bajo la latitud de la isla de Súllivan ~prosigue
carabajo de oro-
e! narrador
de El
los inviernos son raras veces rigurosos, y es un aconteci-
miento el que al final de la estación el fuego se haga indispensable.
(6)
(7)
eSCi1-
Según HERVEY ALLEX, Israfel, págs. 214 Y siguientes: Poe's Gold
Israfel, pág. 214.
Sin em-
Bug Sy ntbesis,
648
MARÍA BON APARTE·
bargo, hacía mediados de octubre
de 18 .. hubo un día de frío intenso."
Ese día, el amigo llega y golpea a la puerta de Legrand, No hay nadie: entra.
"Un
troncos
casa."
hermoso fuego ardía en el hogar .. , Acerqué
chispeantes
y esperé pacientemente
Estos vuelven. "poco
la llegada
un sillón a los
de los dueños de
después de la caída de la tarde".
Júpiter pre-
para la cena. "Legrand
estaba en una de sus crisis de entusiasmo.
"
perseguido' y atrapado,
con la ayuda de Júpiter,
que creía
completamente
nuevo ... " Habiéndoselo
un escarabajo
prestado
al oficial
G ... , del
Fuerte, no podría hacérselo admirar a su amigo sino al día siguiente.
Legrand
nos describe así su descubrimiento:
del tamaño
Había
Pero
"Es de color de oro brillante,
más o menos de una nuez grande, con dos mane las de negro
azabache en un extremo del lomo y una tercera, un poco alargada, en el
otro. Las antenas son ...
"No tiene nada de estaño encima -interrumpe
el parecido de la palabra antenas con estaño -(
el negro, engañado por
tin en inglés) -;
el escaraba-
jo es un escarabajo de oro, de oro macizo, de un extremo al otro, por dentro y por fuera, exceptuando
las alas; nunca he visto otro que tuviera
ni
siquiera la mitad de su peso".
y ahora, esperando mostrárselo a su amigo al día siguiente, Legrand
quiere dibujárselo.
Pero no encuentra ningún papel en su escritorio y se ve
obligado a sacar del bolsillo de su chaleco algo que parece un trozo de papel
escolar muy sucio. En él diseñó el escarabajo. Entretanto,
su amigo se ha
quedado cerca del fuego, y cuando Legrand termina su dibujo se lo alcanza
allí. En ese momento,
el terranova
de Legrand
entra y se precipita
sobre
el amigo de la casa, que debe esperar a que termine' sus mil cariños para
contemplar el escarabajo trazado. Pero sobre el papel no se ve más que ·una
calavera, Una discusión bastante áspera se inicia con Legrand, que se vanagloria de ser un buen dibujante y de haber diseñado las antenas, que el
amigo no consigue distinguir. Legrand vuelve por fin a tomar "su papel con
aire resentido, y estaba ya por arrugarlo, sin duda para tirarlo al fuego,
cuando, habiendo caído su mirada por casualidad sobre el dibujo, fijó en él
toda su atención ... " Finalmente, saca del bolsillo de. su chaqueta una cartera, guarda en ella cuidadosamente el papely la deposita en su escritorio,
al que da llave. De entusiasta pasa a ser soñador, y .su amigo, por discreción,
se despide de él.
Alrededor de un mes después de esta aventura, el .amigo, que vive en
Chárleston,
ve llegar a Júpiter a su casa. El viejo negro está abatido, inquieto
EL ESCARABAJO DE ORO, DE EDGAR
649
POE
por la salud de su amo, que aunque dice no tener absolutamente
de aquí para allá, pensativo,
fija la vista en el piso, la espalda encorvada,
y ...
pálido como un ganso ...
hace ...
siempre y siempre números".
otro día se le escapó antes de la salida del sol y desapareció
júpiter
nada "va . ..
El
el día entero.
pensaba pegarle una paliza cuando volviera, pero le ha tenido lásti-
ma. Porque está seguro de. que ntassa Will ha sido mordido por elescarabajo de oro en alguna parte de su cabeza.
"¿Por qué sueña siempre con oro
si no es porque ha sido mordido por el escarabajo?"
Porque júpiter
le oye
hablar de oro cuando duerme. Finalmente, el viejo servidor entrega al amigo
una esquela de Legrand en la que éste le ruega vuelva con Júpiter. rrVenga,
venga -e~cribe-;
necesito verlo esta noche por un asunto grave.
guro que es de la más alta importancia."
Le ase-
El amigo sigue a júpiter
sin tar-
danza. Al llegar al muelle, nota con sorpresa una hoz y tres palas que yacen
en el fondo del bote donde van a embarcarse.
llega a la casa de Legrand,
Hacia las tres de la tarde
cuyo rostro tiene "la palidez de un espectro"
y cuyos ojos brillan "con un resplandor
sobrenatural".
Le pregunta
SI
su
salud es buena y, luego, si e! oficial le devolvió su escarabajo.
"¡Oh,
zón.
o.
sí! -contesta
Legrand, y agrega-:~Sabe
que júpiter
al suponer que es un escarabajo de oro verdadero? .
o.
tiene ra-
Ese escaraba-
jo está destinado a hacer mi fortuna. .. a devolverme mis antiguas propiedades. o. Ya que la Fortuna ha considerado justo e! otorgárrnelo, debo
usarlo convenientemente,
y llegaré hasta e! oro, del que es indicio."
El amigo piensa que Legrand ha perdido la razón.
En seguida, habiéndose Júpiter rehusado a hacerlo, el mismo Legrand
va a buscar e! escarabajo. El amigo lo examina. Legrand declara con tono
pomposo: "Lo he mandado buscar para pedirle consejo y asistencia en el
cumplimiento de los designios que el Destino y este escarabajo me deparan ... " El amigo aconseja entonces a Legrand acostarse. Pero Legrand le
asegura que se siente bien, a pesar de su excitación, y le confiesa haberle llamado para pedirle lo acompañe en una expedición a las colinas del continente, que está a punto
de realizar con Júpiter.
"Necesitamos
la ayuda de
una persona en quien podamos confiar en absoluto. Usted es la persona indicada.
Que nuestra empresa fracase o triunfe,
en mí será igualmente
calmada."
la excitación
Al declarar Legrand
que ahora ve
que la causa de la
expedición es el escarabajo, el amigo, que cada vez está más convencido de
su locura, protesta. Pero termina por consentir en acompañarlo, con la promesa de que estarán de vuelta al día siguiente antes de la salida de! sol.
650
MARÍA
"Acompañé
grand, Júpiter,
BONAPARTE
a mi amigo, muy angustiado.
A las cuatro
partimos, Le-
el perro y yo. Júpiter tomó la hoz y las palas ...
que cargar con dos linternas; en cuanto a Legrand,
Yo tenía
se había encargado
del
escarabajo, al que llevaba atado a la punta de un cordel y hacía girar alrededor suyo, mientras caminaba, con aire de hechicero."
La pequeña cara-
vana atraviesa la bahía del extremo de la isla y trepa por los terrenos montañosos de la costa del continente;
vaje y desolado"
(que recuerda
"a través de un país horriblemente
sal-
más las Ragged Mountains de Virginia que
las planicies de la costa de la Carolina).
"El sol estaba poniéndose
cuando
entramos en una región infinitamente más siniestra que todo lo que habíamos visto hasta allí. Era una especie de meseta situada cerca de la cumbre
de una montaña espantosamente escarpada, cubierta de bosques de la base
a la cima y sembrada· de enormes piedras. .. Profundas barrancas en diferentes direcciones
Júpiter,
dirigido
daban a la escena un carácter
por Legrand,
despeja el terreno
de la hoz: llegan así al pie de un árbol gigantesco,
de lúgubre
sole~1l1idad."
de malezas con la ayuda
al cual Legrand
pide a
Júpiter que trepe. Este consiente y empieza a escalar el tronco y las ramas,
llevando consigo, por orden
de Legrand,
el cordel con el escarabajo.
Desde abajo, Legrand dirige la ascensión del negro.
Cuando éste ha lle-
gado a "la séptima rama", su patrón le ordena avanzar sobre ésta lo más
lejos posible.
Aunque
está "muerta
en casi toda su longitud",
el negro 10
intenta, y cerca de la punta descubre un cráneo humano clavado sobre la
rama: "Alguien
-dice
bromeando-
ha dejado su cabeza sobre el árbol,
y los cuervos han comido toda la carne."
Y luego: "La cara está vuelta
hacia arriba, tnassa, de modo que los cuervos han podido comer los ojos sin
ningún trabajo".
Legrand, en el colmo de la excitación, ordena al negro introducir el
escarabajo a través del ojo izquierdo del cráneo y dejar correr el cordel,
sin soltarlo.
El escarabajo de oro, iluminado " por los últimos rayos del sol
poniente", emerge resplandeciente de entre las ramas. "Legrand tomó inmediatamente la hoz y comenzó a despejar un espacio circular de tres o cuatro yardas de diámetro, tomando como centro al insecto. Terminado su trabajo, ordenó a Júpiter soltar el cordel y bajar del árbol." Legrand clava en
la tierra una estaca, "en el preciso lugar donde había caído el escarabajo",
saca de su bolsillo una cinta para medir, la sujeta por un extremo al sitio
del tronco del árbol más próximo a la estaca y la desenrolla luego en la dirección dada por estos dos puntos hasta una distancia de cincuenta pies.
EL ESCARABAJO DE ORO, DE EDGAR POE
"En el punto así encontrado
centro, demarcando
alrededor
metro, aproximadamente.
651
clavó una segunda estaca, que tomó como
del mismo un círculo
Se apoderó
de cuatro pies de diá-
entonces de una pala, y dándonos
a
Júpiter y a mí las otras dos, nos rogó cavar lo más rápidamente posible ... "
"Cavamos enérgicamente durante dos horas ... , al cabo de las cuales
habíamos llegado a una profundidad
cio de tesoro."
de Legrand
de cinco pies sin advertir ningún indi-
El amigo sospecha que, efectivamente,
debe de habérselas con un tesoro.
el cerebro
"Mi buscador
afectado
de oro, que
me inspiraba mucha piedad, saltó por fin fuera de la fosa con la más espantosa desilusión grabada en el rostro",
y habiendo
reunido las herramientas,
la pequeña caravana toma el camino de regreso. Pero "habíamos tal vez caminado una docena de pasos, cuando Legrand,
lanzando una terrible palabro-
ta, salta sobre Júpiter y lo coge del cuello".
El negro cae de rodillas. "¡Ban-
dido! -gritaba
Legrand-;
¡Negro del infierno!
¡Negro .infame! . ..
¿Cuál
es, cuál es tu ojo izquierdo?"
Júpiter,
espantado, coloca la mano sobre su ojo derecho y la ,mantiene
"con la obstinación
de la desesperación,
como si temiera que su patrón qui-
siera arrancársela".
El negro ignorante,
efectivamente,
se había equivocado;
haciendo pa-
sar y caer el escarabajo a través del ojo derecho del cráneo. Legrand vuelve
su camino, y después de haberse asegurado por los relatos de Júpiter que el
cráneo tiene la cara vuelta hacia arriba, y no contra la rama, lleva la estaca
que había clavado, "a tres pulgadas hacia el oeste de la primera posición".
Extiende de nuevo su cordel y marca "un nuevo punto alejado varias yardas
del sitio donde habíamos cavado anteriormente". Vuelven a cavar la tierra.
"Cuando
habíamos trabajado
alrededor de una hora y media fuimos ...
in-
terrumpidos por los violentos ladridos del perro ... Como Júpiter intentara nuevamente ponerle el bozal -cuando
las primeras excavaciones el perro
había ya ladrado y Júpiter le había colocado el bozal-,
se resistió furiosamente, y saltando dentro de la fosa, se puso a remover frenéticamente la tierra con sus uñas. En algunos segundos había descubierto
sos humanos, que formaban
un montón de hue-
dos esqueletos completos, mezclados con varios
botones de metal y algo que nos pareció ser lana vieja, podrida y deshecha.
Uno o dos golpes de pala hicieron saltar la hoja de un gran puñal español;
cavamos todavía, y tres o cuatro monedas de oro y plata aparecieron desparramadas."
Pronto "tropecé y caí; la punta de mi bota se había enganchado en un gran anillo de hierro medio sepultado bajo un montón de tierra
MARÍA
652
fresca.
Entonces
continuamos
BONAPARTE
ardientemente
nuestro
trabajo.
Jamás había
pasado yo diez minutos poseído de tan viva exaltación, y en ese tiempo desenterramos
completamente
madera mineralizada
un cofre
de forma
por algún procedimiento
oblonga."
Parecía
químico. "Medía
medio de largo, tres de ancho y dos y medio de profundidad.
damente mantenido
por franjas de hierro forjado. ..
ser de
tres pies y
Estaba sóli-
De cada lado del co-
fre, cerca de la tapa, había tres anillos de hierro, seis en total, de modo que
seis personas hubieran podido transportarlo. Todos nuestros esfuerzos reunídos no consiguieron
más que desplazarlo ligeramente
seguida la imposibilidad
de transportar
de su lecho.' Vimos en
un peso tan enorme. Felizmente,
tapa sólo estaba asegurada por dos cerraduras,
la
que hicimos saltar, tembloro-
sos y jadeantes de ansiedad. En un instante, un tesoro de valor incalculable
apareció deslumbrante
ante nosotros.
Los rayos de las linternas caían dentro
de la fosa y hacían surgir de un montón confuso de oro y alhajas luces y
esplendores que positivamente
nos herían los ojos."
cae de rodillas en la fosa, y metiendo
pide patéticamente
perdón
El negro, deslumbrado,
sus brazos desnudos dentro del oro,
al escarabajo,
soro y al que había acusado de enloquecer
de quien provenía
a su patrón.
Los tres hombres alivianan ahora el cofre, quitándole
partes de su contenido;
su fosa".
todo ese te-
las dos terceras
pueden, entonces, "pero no sin trabajo, sacarlo de
Los objetos retirados son confiados
al cuidado del perro, y el co-
fre, con mucho trabajo, es llevado a la casa de Legrand.
Los tres. hombres
vuelven con sacos a buscar el resto. El día y la noche siguientes, encerrados en la choza, lo pasan haciendo el inventario
das de oro, piedras preciosas, relojes, ornamentos
del inmenso tesoro: monede oro macizo.
Cuando, por fin, este inventario es terminado, Legrand entra en un detalle completo de las circunstancias que se relacionan con su fabuloso descubrimiento. No lo seguiremos, y trataremos de resumir en la mejor forma
las complejas deducciones que lo llevaron a él. Empieza por contar a su amigo, que arde en deseos de saber, cómo el pedazo de papel sobre el cual había
dibujado, una fría noche de otoño, el escarabajo era en realidad un pedazo
de pergamino muy fino, en cuyo reverso había, de hecho, trazada una calavera que, sin embargo, primitivamente
no se veía. Estupefacto
quedarse solo, había sacado' del escritorio
Legrand,
donde lo tenía guardado
al
el per-
gamino misterioso, para examinarlo a gusto y tratar de recordar, además,
cómo ese pergamino había llegado a sus manos. Era el pedazo de papel quedado en el bolsillo de Legrand después que 'iubo prestado el escarabajo al ofi-
EL ESCARABAJO DE ORO, DE EDGAR POE
cial, papel encontrado
en' el suelo y con el cual Júpiter.
escarabajo, que se debatía y mordía cuando su captura.
tenido lugar, no sobre la isla, sino en el continente,
estaba escondido el tesoro.
653
había apresado el
Esta captura
ha-bía
y cerca del lugar donde
Legrand había podido observar los restos de un
antiguo naufragio y parte de la quilla de una gran embarcación.
La calavera es el emblema' de los piratas. Legrand reflexionó después sobre las circunsrancias de la noche en que su amigo había sido huésped suyo. Fué en el
momento en que 'el terranova se abalanzó sobre él para acariciarlo que su amigohabía
dejado colgando delante del fuego la mano que tenía el pergami-
no, sobre el cual el calor podía haber obrado. Pero la acción del fuego, en
todo caso, había sido imperfecta, desigual. Por eso, Legrand, al quedar solo,
sometió el pergamino,
po, a la influencia
cuya importancia
había sospechado
de un fuego vivo. Pero solamente la efigie de un cabri-
tillo apareció al pie del documento,
la calavera. "Consideré
cuya parte superior estaba ocupada por
en seguida -declara
el infalible analista-
de este animal como una especie _de firma logogrífica
cierto capitán Kidd (8). "Pero quedé cruelmente
sencia del resto -del
de mi contexto.
desde un princi-
"
de
desconcertado
por la au-
cuerpo mismo de mi soñado documento-
del texto
Me sentía irresistiblemente
to de una enorme buena suerte inminente
"tesoros enterrados
y sus socios".
la figura
o jeroglífica,
penetrado
por el presentimien-
y creía estar sobre la pista de
en alguna parte sobre la costa del Atlántico
por Kidd
Legrand, fortalecido por esta esperanza, había calentado de nuevo el
pergamino, esta vez después de haberlo mojado en una cacerola, y había
tenido la inexpresable
alegría' de ver aparecer,
110, cuatro líneas rojas de escritura cifrada.
entre el cráneo y el cabriti-
Considerando
que "es realmente
dudoso, que el ingenio humano pueda crear un enigma de este tipo que el
mismo ingenio humano no sea capaz de descifrar con una aplicación sufí ..
ciente", y como "las circunstancias y una cierta tendencia de su espíritu"
habíanlo llevado, a semejanza de Poe, "a interesarse por esta clase de enigmas", Legrand se dió a la tarea de descifrar el que ahora se le presentaba.
Para él, que ya había resuelto muestras de criptografía "diez mil veces más
complicadas", no era éste sino un juego de niños. Y, en efecto, habiendo
determinado
primero, gracias al símbolo de la firma, la lengua del cifrado,
(8) Kid, en inglés, quiere decir cabritillo, y se decía del tesoro del capitán Kidd, pirata
del siglo XVII, de legendaria figura, ahorcado en Londres en 1701, que había sido enterrado
por él en Long Island, .
MARÍA
654
BONAPARTE
y después, que signo, de acuerdo a su frecuencia,
debía representar
la le-
tra e, la más repetida en inglés, Legrand pudo descifrar el criptograma y
obtener el texto siguiente: Un buen vaso en el batel del obispo en la sin!
del diablo cuarenta y un grados y trece minutos noreste cuarto del N arte
principal rama séptima lado Este largue del ojo izquierdo de la calavera uns
línea de abeja del árbol a través de la balacincuenta pies hacia afuera'.
Nuevo
enigma que la ingeniosidad
mente a resolver.
del razonador
infalible llega igual-
El hotel o castillo del obispo es "un conjunto
irregular
de picos y de rocas; la silla del diablo, un nicho cavado en la roca, desde
donde, con un "buen
vaso" (9), es decir, un catalejo,
dirigido en la direc-
ción noreste, cuarto del Norte, a un ángulo vertical de cuarenta y
dos y trece minutos, Legrand
U~l
gra-
descubre a lo lejos, a través de "una espeCIe
de agujero circular en el follaje de un gran árbol que sobrepasa a todos los
vecinos", un cráneo humano. Del resto del texto, ha deducido la conducta
que debía observar para encontrar
¿Qué motivación
inconsciente
el tesoro que lo ha enriquecido.
podrá encontrar
en este cuento la per-
versidad de un psicoanalista>, pensará ahora más de uno de mis lectores.
Al empezar, lo ha confesado usted misma, me dirán.
taba naturalmente
a describirlos.
Poe, el miserable, es-
inclinado a tener sueños con tesoros, como Poe, el artista,
Esta clase de cuentos flotaban
en el aire, como las leyendas
del ambiente relacionadas con los tesoros del capitán Kidd. Y particularmente, los paisajes de la isla de Súllivan, donde el joven y pobre soldado de dieciocho años, recientemente
evadido de casa de M. Allan, había vivido con
su atmósfera de leyendas de piratas, eran muy adecuadas para servir de marco a El Escarabajo de Oro. ¿Qué necesidad, ni qué posibilidad, de buscar
más lejos? Sin embargo, todo esto no rinde cuenta de la inspiración más
profunda de El Escarabajo de Oro. Nosotros, los psicoanalistas, recordamos que cuando el joven artillero del Fuerte Mountrie desembarcó en las
costas de Carolina del Sur no las veía por primera vez, ya que dieciséis años
antes, siendo un niño de dos, había contemplado con ojos maravillados esas
cálidas costas, cuando había llegado del Norte con su linda pero moribunda
madre, que era una artista en gira. Y esa vez el pequeño Edgar no había viajado solo con su madre querida: una hermanita se había añadido a la tierna
pareja que durante seis meses, de julio a diciembre de 1810, habían formado
(9) Glass, en inglés, quiere decir "vaso" y anteojos de larga vista.
EL ESCARABAJO
DE ORO, DE EDGAR rOE
él y su madre. Porque en julio de
David Poe, el padre, había desapa-
1810,
recido en Nueva York de la vida de su mujer, dejándola
ño Edgar
(Enrique
655
sola con el peque-
(lO) había sido, casi desde su nacimiento,
confiado
los abuelos de Báltimore), en diciembre del mismo año, en Norfolk,
nacido la pequeña Rosalía (11).
El gran problema
desde muy temprano,
a
había
del nacimiento de los niños se había presentado así,
al pequeño investigador que debía ya ser Edgar.
Todos los niños son investigadores
a quienes preocupa
¿de dónde vienen los niños? Y todo nacimiento
aviva a este respecto la curiosidad infantil.
este gran problema:
en una familia despierta o
No es necesario para esto que los niños sean muy grandes, a pesar de
lo que piensen los mayores, siempre llevados a no valorar la inteligencia
los pequeñitos;
¡esa inteligencia
que, sin embargo,
hablar antes de los dos años! Y el pequeño
les permite
de
aprender
a
Edgar debía ser particularmen-
te precoz, tanto en lo referente al sexo como al espíritu, unidos por un misterioso lazo.
Así, hacia los dos años, los misterios profundos
bieron empezar a preocupar
a Edgar.
cuerpo de su madre debía sospecharlo,
quienes les nacen hermanos,
del repollo o la cigüeña.
tiguarlo,
esa gordura
enflaquecida
aunque
del cuerpo materno de-
Que su hermanita
había estado en el
como ocurre con todos los niños a
obstinadamente
se les haga el cuento
La gordura insólita de la madre está allí para ates-
local, enigmática
y tuberculosa,
y pasajera,
que en la joven actriz,
no podía ser sino más evidente.
Y como se dice
en Francia, los niños no tienen los ojos dentro de sus bolsillos, y menos que
otros los debía tener el pequeño Edgar.
Ignoraba
todavía el dato del nacimiento
de Resalía y que Elizabeth
había pasado una temporada con sus hijos en Carolina, cuando Freud, refiriéndose al Escarabajo de Oro, me formuló un día la siguiente sugestión:
"Se atrevería uno apenas a insinuarlo -me dijo más o menos-,
tanto parece esto atrevido, pero los cuentos donde se busca o encuentra un tesoro
deben de estar en relación en el inconsciente con algún otro acontecimien(10) \VILLIAi\l HEXRY LEoXARDPOE, hermano
de Edgar y dos años mayor que él.
conocemos la fecha del nacimiento de Resalía más que por una inscripción,
forzosamente posterior, en la Biblia de la familia Mackenzie, padres adoptivos de Rosalía.
Lo que es seguro es que Rosalía nació meses después de la desaparición de David Poe.
Su madre, en esa época, estaba de gira en el Sur, y estos datos, aunque aproximados, están
sin embargo encerrados en límites suficientemente
estrechos como para fundamentar todo
lo que sigue.
(11) No
656
MARÍA
BONAPARTE
to en la historia de la humanidad y que remonta a la época en que se hacían
sacrificios, entre ellos, humanos. El descubrimiento debía ser entonces el
encontrar niños, o un feto, en el vientre de la víctima ... " Esta sugestión
me pareció entonces también a mí demasiado atrevida, y no encontré a primera vista la relación con el tesoro del capitán Kidd, Sin embargo, el mismo nombre del capitán (Kidd = cabritilla = niño) es tal vez una alusión
al sentido oculto del cuento. Pero, sobre todo, la elección de las costas de
Carolina para situar el cuento del descubrimiento del tesoro, de esas mismas
costas donde Poe niño había sin duda ninguna rumiado los enigmas del nacimiento, no puede haber sido dictada por la casualidad, esa casualidad que
no existe ni en el dominio psíquico ni en el físico. Si Legrand, cual Dupin,
resuelve victoriosamente todos los problemas, es porque debe ser el tardío
desquite del pequeño Edgar, quien a los dos años y medio, a pesar de las
luces que tuviera, no podía, sin embargo, resolverlos en su integridad. La
investigación sexual infantil ve siempre su camino interrumpido pardos
desconocimientos esenciales: el del esperma y el de la vagina. Así, el niño.
como aun cuando ha llegado a descubrir que el feto mora y se agranda en
el cuerpo materno desconoce el útero, se imagina que sus hermanos y él
mismo han tenido como primera morada los intestinos maternos, esos mismos intestinos que contienen las heces. Para él, los,niños deben salir por el
mismo orificio anal, yen el inconsciente de todo adulto sobrevive unaequivalencia de' esas teorías anales infantiles, equivalencia que una proximidad
anatómica viene, por otra parte, a justificar.
Pero en el dominio anal existe todavía otra equivalencia: la de las heces
y el oro, corriente, por lo demás, en la superstición popular. Pisar los excrementos, ¿no es acaso para el pueblo' presagio de riqueza en casi todos los
países? Y ese simbolismo debe de ser tan antiguo en la humanidad como el
mismo descubrimiento del oro. Una inscripción denomina ya el oro "excremento del infierno" (12), lo que -nos lleva nuevamente a nuestro tesoro.
(12) JEREMIAS, Das Alte 'Testantent
nn Licbte des alten Orients (El Antiguo Testamento a la luz del antiguo Oriente), 2'" edición, 1906, pág. 216, Y Babyloniscbes im Neuen
T'estament (Elementos babilónicos en el Nuevo Testamento), 1906, pág. 96. "Mamon (Mammon) es en babilonio man-man, un sobrenombre de Nergal, el dios de los infiernos. El oro
es, según el mito oriental que ha pasado a cuentos y leyendas de todos los pueblos, el
excremento del infierno. Consultar, al respecto, Monotheistiscbe
Strontungen innerhalb der
babyloniscben Religion (Corrientes monoteístas en la religión babilónica), pág. 16, nota 1."
ISegún FREUD: Charakter und Analerotik (Carácter y erotismo anal), "Psychiatrisch-Neuro-
logische Wochenschrift",
n? 52, 1908.]
EL ESCARABAJO DE ORO, DE EDGAR POE
Los analistas han estudiado debido a qué transiciones
otros, en su infancia,
reproduciendo
657
cada uno de nos-
sin duda una evolución
filogenética,
pasa del interés por sus heces, por la suciedad, el barro, las tortas' de arena
-alegría
de los niños-,
al interés, en apariencia contrario,
por los objetos
duros, brillantes y limpios, por las piedras, los metales, las monedas, el oro,
el más precioso de todos ellos eS). Como Freud genialmente lo vió, el pasaje de las heces al oro se ha realizado regularmente
en el inconsciente
de
cada uno de nosotros por el hecho de que la analidad en el niño ha sido
reprimida
bajo la presión creciente
de la educación
a la limpieza
C4).
Pero si para el niño el primer universo es su propio cuerpo, el segundo
universo es ese mismo cuerpo más el anexo inmenso del cuerpo
materno.
El cuerpo materno, que da calor y alimenta, aparece con justa razón para el
niño de pecho como de una importancia
única y exclusiva:
no será sino
poco a poco que irá distinguiendo otros objetos. Por eso, cuando, alrededor
de los dos años , el niño entra en el estadio del erotismo
anal, cuando el in.
terés que anteriormente
dominaba su zona oral pasa a su zona anal, el inte-
rés que llevaba antes sobre el pecho, la leche materna, se' extiende entonces
a todas las secreciones del cuerpo materno, en particular
que tanto le preocupan
ahora.
Esos excrementos,
a los excrementos,
que son el primer regalo
que el niño puede hacer a su madre cuando se lo solicita al sentarlo en la
escupidera.
A su vez, imagina sin duda que también le pueden
ser dados
por su madre. Los excrementos de la madre debe representárselos t;n su
inconsciente (que a esa edad no está aún claramente separado del consciente) como cargados del mismo poder, de la misma fuerza alimenticia que
antes la leche materna. Un rastro indeleble de estas concepciones, tan alejadas en apariencia de la mentalidad adulta, se ha conservado en muchos
cuentos populares en los que intervienen
·que siguiendo la equivalencia oro
animales, todos símbolos maternos,
= heces defecan oro enjugar
de estiércol,
'como ocurre con el asno en Piel de asno. La gallina de los huevos' de oro
nos lleva también, por ese camino, a la equivalencia
heces = niño (huevo)
= oro. Yo misma he podido observar un psicópata que, pobre en su vida
(13) Ver FERF.NCZI, Zur Ontogenie des Geldinteresses
(Sobre la ontogenia del i1;terés
por el dinero),~n
"Bausteine zur Psychoanalyse", 1914,'Y01. i. "Intern, Psychoanalytischer
Verlag.", 1927.
(14) Ver
FREUD,
Ueber Triebumsetzungen,
insbesondere
der Analerotik
("Intern.
Zeitschrift für Psychoanalyse", IV, 1916-17). Sobre la transformación de las pulsiones, particularmente en el erotismo anal. (Trad. Ed. -Pichon y H. ·Hoesli: "Rcvue Francaise de
iPsvchanalvse", 2Q año, 1928, n? 4.)
658
MARÍA BONAPARTE
real, se había creado una fantasía que adoraba:
unos falsificadores
de mo-
neda habían secuestrado a su mujer para fabricar moneda, moliendo sus
excrementos. Este enfermo se analizaba con una mujer, y el mismo día en
que llevó esa fantasía había gastado hasta el último centavo para convencer
con sus lamentaciones
que le diera dinero.
a su analista, que era para él la imagen materna,
Y en su vida, siendo casi impotente,
de
se imaginaba que
obtendría por fin la potencia viril si una mujer consentía en defecar sobre
él. Aparecía en él con evidencia el hecho de que el don del oro, del dinero,
era un equivalente, por una parte, del don primitivo soñado de las heces, y
por otra parte, del don igualmente
mer testimonio
presentaba
primitivo
del amor materno, cuyo pri-
tangible es el real don nutritivo
de la leche.
bajo su forma original, aun no completamente
Este enfermo
transformada
en
el simbolismo del oro, la mentalidad de los hombres que se hacen mantener
por mujeres. Por más vituperados que sean con distintos apodos, y esto, con
todo derecho, en una época en que la vida impone al hombre la lucha y el
triunfo en el dominio económico, esos hombres no dejan de ser unos desgraciados
cuyo psiquismo ha quedado aferrado
al estadio infantil
en que
eran mantenidos por su madre. El mismo Poe no escapó de manera absoluta
a esta tendencia:
vivió dependiendo
de la aguja y a veces de la mendicidad
de Muddy
C
cipalmente
para su Virginia enferma-
ií
);
en su mayor pobreza recibió socorro -es
ñora de Shero, a quienes cortejaba,
verdad que prin-
de la señora de Osgood y de la se-
y al final de su vida, en dos oportuni-
,dades, estuvo a punto de casarse con mujeres cuya fortuna
de sus mejores atractivos.
constituía
lino
Sin embargo, si el primer universo del niño es su propio cuerpo y el
segundo el de su madre, anexado al suyo, poco a poco, al crecer, adquiere
conciencia de un universo real independiente de estos dos cuerpos. El concepto de la tierra -que
el espíritu del hombre.
nos sostiene y nos alimenta-,
se instala un día en
Pero en nosotros, el niño no muere jamás, y el re-
cuerdo del tiempo en que la madre era el universo hace que, a su vez, para
el inconsciente, el universo sea la madre. La tierra, que nos alimenta y nos
lleva como en su .tiempo lo ha hecho la madre, se transforma,
para cada
uno de nosotros, en el símbolo concreto de una madre agrandada.
Así, en El escarabajo de oro la tierra ha sustituí do, para Edgar Poe, a
la madre de su infancia, a esa madre con la que justamente
(lú)
a los dos años,
Marie Poe de Clernm, tía de Edgar y madre de Virginia, esposa de Edgar,
acostumbraba llamarla Muddy.
Poe
EL ESCARABAJO
cuando despertaba
DE ORO, DE EDGAR
POE
659
en él el erotismo anal, había vagado por las mismas pla-
yas donde Legrand encuentra
el tesoro escondido por Kidd.
Pym es esencialmente
la epopeya de la búsqueda
materno,
por los líquidos océanos,
simbolizado
Si el relato de
de la leche en el cuerpo
de acuerdo
con la materia
que domina para el niño de pecho el estadio oral, el relato de Legrand
epopeya de la búsqueda
es la
de las heces de la madre, dentro de su cuerpo, sim-
bolizado aquí por la sólida tierra, de acuerdo con la materia que domina
para el niño, en el estadio anal, fecal. U n preludio de esta segunda bús-queda estaba ya bosquejada
y Peten
en el relato de Pym, con las andanzas de Pym
en los abismos de paredes negras con lentejuelas
habíamos ya identificado
de metal, que
como intestinos simbólicos.
No es por cierto por casualidad que Edgar Poe ha elegido, para prc~idir el descubrimiento
del tesoro de Kidd en las entrañas de la tierra, jus-
tamente un escarabajo,
el animal coprofílico
por excelencia.
Y se comprue-
ba, una vez más, la legalidad que gobierna a todos los procesos del psiquismo humano, si se recuerda
escarabajo
que la bolita de excremento
de oro.
Tal vez se nos acuse aquí de contradicciones.
riormente
Edgar
que pacía rodar el
sagrado de los egipcios podía simbolizar para ellos el sol, bola
Habíamos
que la curiosidad por los misterios del nacimiento,
dicho antedespertada
en
con motivo de la llegada de su hermana Rosalía, había sido la raíz
infantil de El escarabajo de oro. Decimos ahora que es la búsqueda de los
excrementos
de la madre, representados
Dejaremos
de lado por el momento
te, la del pene -ese
por el oro de Kidd.
la cuarta equivalencia
pene que el niño varón atribuye
inconscien--
a todos los seres, )'
particularmente a su madre antes de percibir la diferencia de sexos- para
ocuparnos únicamente de las tres restantes: la de las heces, la del oro y la
del feto. Fué ciertamente
el nacimiento
a Edgar el impulso para la investigación
de su hermana Rosalía, lo que dió
anal del cuerpo materno.
Pero las
fechas ulteriores en que esta investigación fué revivida arrojan una luz singular sobre el giro que debía tomar y que tomó efectivamente en el cuento
de El escarabajo de oro. Hemos visto que fué a los dieciocho años, cuando acababa de huir de la rica casa del señor Allan, perdiendo definitivamente así su herencia de adopción,
que Edgar Poe volvió a ver las mismas
costas donde había desembarcado con su madre moribunda y con Rosalía, recién nacida. En la casa de Allan, Edgar había dejado otra madre, la
señora de Allan, también ella mur enferma, pero quien, a diferencia de Eli-
660
MARÍA BONAPARTE
zabeth Arnold, no dió a Edgar ningún hermano, ahorrándole así un rival
que le disputara su ternura. La señora de Allan nunca tuvo hijos, y mientras que a su muerte, Elizabeth, la pobre pero fecunda, había dejado a su
hijo Edgar, como única herencia, una hermanita, Frances, cuando muriera, lo' que sería muy pronto, Frances, la estéril .pero rica,' hubiera debido
-:-según el inconsciente de Edgar, y de acuerdo a lo que ella seguramente
deseaba- dejarle mucho oro. ¿No lo había ya colmado acaso con sus dones
cuando lo sacó de junto al camastro donde yacía la pobre actriz muerta
para llevarlo a su lujosa casa? Por eso, el inconsciente de Edgar, del hijo
ya desheredado por John Allan, debía tender al retorno de las fantasías de
herencia de la madr~ rica que lo había querido y colmado en su tiempo.
Debía tender, particularmente a revivirla en ese año 1842, en que fué escrito El escarabajo de oro. Poe, que había creído por fin alcanzar la fortuna al obtener, un éxito sin precedentes para él, el cargo de redactor en
jefe del "Graham's", perdía entonces su situación y se veía nuevamente
descendiendo el camino de la prosperidad, hecho éste tristemente agravado
por la enfermedad de su mujer. Fué en enero de 1842 cuándo Virginia
tuvo su primera y dramática hemoptisis, seguida luego por otras, lo que
sumió a' su marido en la desesperación. Pero al mismo tiempo, gracias a
esos síntomas de muerte, revivía en él el extraño goce del querido pasado,
la época en que el pequeño Edgar, de dos años, se refugiaba en el pecho
igualmente sangriento de su verdadera mamá, y aquella otra en que, siendo un joven soldado de veinte años, al volver a Virginia desde la Carolina
no encontró, por llegar demasiado tarde a la casa, a su segunda y rica
mamá. Se recordará que el señor Allan, a pesar de las súplicas de su mujer,
no previno a tiempo a Edgar; entonces artillero en la Fortaleza Moriroe,
cerca de Norfolk, de la agonía de su "ma" (16). La pobre mujer murió sin
haber vuelto a ver a su Eddy. Allan, además, la hizo enterrar con toda urgencia, a pesar de su pedido in extremis de que se esperara para hacerlo hasta
que Eddy la volviera a ver. Poe no pudo sino ir a llorar sobre su tumba.
Sabemos c6mo la otra promesa, la de no abandonar a su Eddy, que antes
de morir había arrancado a su marido, tampoco fué cumplida; Sin embargo, la "herencia" legada por la señora de Allan a su Eddy resultó mucho
más magnífica que si hubiera sido hecha en moneda contante y sonante.
Esta herencia contenía, en efecto, El escarabajo de oro. No es tampoco por
(16) Edgar
Poe llamaba así a su madre adoptiva.
EL ESCARABAJO DE ORO, DE EDGAR PúE
661
casualidad que el arcón que encierra el tesoro de Kidd tiene la forma oblon-
ga de un ataúd: alusión a las madres muertas y queridas por Edgar en su
juventud.
Pero esta vez, los cadáveres,
están sino encima, como guardianes,
en lugar de estar en el cajón, no
podríamos
decir, del tesoro.
Los dos
esqueletos tienen sus huesos esparcidos en la tierra, y el cráneo está 'arriba,
sobre la rama.
No puede uno dejar de pensar que los dos esqueletos,
son presentados
tesoro
guiendo
como los de los ayudantes
-ayudantes
sacrificados
la costumbre
muerte.
En primer
por él una vez terminado
de los ocultadores
tiempo para el inconsciente
término,
de Kidd cuando
de tesoros-,
escondió su
el trabajo,
queño, había podido observar, en la promiscuidad
si-
no sean al mismo
de Poe otra cosa:' los padres, destruídos
los padres verdaderos,
que
por la
a los que, siendo pe-
de los miserables cuartos
donde se alojaban los artistas en gira, en la escena primaria, entonces interpretada
como una agresión
Allan y su mujer.
sádica; y en segundo
lugar,
adoptivos,
John
Los cuatro habían ya fallecido cuando Edgar Poe escri-
bió El escarabajo de oro, y la' última pareja, la rica, debía haberle dejado
su tesoro.
Que el tesoro entregado a su hijo por 1a tierra-madre, que para colmarlo le abre sus entrañas -como' el pelicanohaya de hecho pertenecido a John, a pesar de todos los dones de Frances, es expresado en el cuento
por el empleo de la leyenda de Kidd. Fué al pirata a quien perteneció el
tesoro, fué él quien por la violencia y el rapto lo amasó. Para el inconsciente de Poe, así debía aparecer, sin ninguna duda, el frío negociante John
Allan. No es la tierra sola quien entrega a su hijo su propio tesoro, lo que
hubiera podido expresarse con el descubrimiento de una mina de oro o de
diamantes. No; la madre entrega a su hijo el tesoro paterno. Así habría
ocurrido seguramente si, invirtiéndose el orden de las muertes, Frances hubiera sobrevivido a John Allan, heredando su fortuna.
la habría legado a su Eddy. Ya que desgraciadamente
Sin ninguna duda
éste no había sido
el caso y ella murió la primera, Poe se venga en El escarabajo de oro de la
realidad por la ficción, encargando al suelo materno de Virginia, en el que
sus dos madres habían sido sepultadas -y cuyas Ragged Mountains son
trasladadas en el cuento hasta la Carolina-,
de devolverle la herencia con
la cual la última madre, la rica, lo habría colmado, de haberlo podido hacer.
En cuanto al cráneo clavado sobre una rama y a la forma particular
en
que el escarabajo de oro, en la punta de un cordel, debe servir de indicador del tesoro, pasando por la órbita, sin duda des!ondada,
de ese cráneo,
MARÍA
662
nos reservamos para comentarlo
y del ahorcamiento
BONAPARTE
más adelante, en ocasión del ojo reventado
de El gato negro.
Será entonces solamente que el sig-
nificado fálico del insecto de oro, que cerrará el ciclo de las equivalencias
del oro, señaladas anteriormente,
como el reproche
podrá aparecer clara a nuestros lectores, así
a la madre, comprendido
en el empleo del e.carabajo
en
relación con la órbita del cráneo vaciado por los picos de los cuervos.
Así, este relato de aspecto razonante,
objetivo,
que Poe se vanagloria-
ba de haber compuesto, como su Cuervo, voluntariamente, "adrede", para
el éxito (17) -que por otra parte obtuvo-,
este cuento donde el elemento
subjetivo parece faltar, penetra
afectivo,
personal y biográfico.
en realidad sus raíces en el terruño,
el más
El escarabaio de oro, con el desborda-
miento de sus tesoros en las entrañas
terrestres
es, nuevamente,
como
el
cuento de Pyrn, una especie de epopeya de la madre que colma y alimenta, pero esta vez con las riquezas profundas
leche primitiva
de sus entrañas, y ya no con la
de sus senos.
Ya hemos dicho bastante. como para demostrar
puede expresar la madre en la imaginación
inconsciente
manos. El mar, la tierra, con todo lo que encierran,
de los rasgos imponentes,
qué vasto simbolismo
de los seres hu-
pueden
así revestirse
si bien a veces imprecisos, de las grandes divini-
dades maternales que adoraban nuestros antepasados,
Cibeles o Aszarté,
Y
no sólo nuestro planeta, sino también los demás astros esparcidos en el universo, hasta donde nuestra mirada puede llegar, son aptos para representarla.
El mismo Poe, ¿no cantó a los diecinueve años, en el estelar poema
de Al Aaraaf a Nesace y Legera, y su Hans Pfaall, no vuela hasta la luna
en una grandiosa fantasía de retorno al cuerpo materno? N o analizaremos
este último cuento, cuyo sentido inconsciente, por demasiado sencillo, es
evidente para todo analista, y, sin embargo, sería incomprendido para muchos otros, a pesar de nuestras explicaciones. Que baste el mencionar, para
confirmar nuestros puntos de vista, la caída de Hans Pfaall de su globo,
la cabeza hacia abajo, que recuerda el nacimiento; el "parto" de la gata que
ha llevado en su navecilla, de sus tres gatitos, precisamente durante el viaje; y, por fin, la elección misma del nombre del héroe. Poe no ignoraba sin
duda que en alemán Pfahl significa cuña, y el sentido fálico de este objeto
concuerda con el papel que representa el héroe así llamado con respecto J
(17) Ver Poe a Tbomas? 4 de mayo de 1845, Virginia Edition, vol. 17, pág. 205.
EL E'5CARABAJO DE ORO, DE EDGAR POE
la luna = madre, lo que parece ser confirmado
comete Poe en diferentes
por el extraño lapsus que
ocasiones en su correspondencia,
8
Hans Pfaall, Hans Phaal (
).
663
cuando llama a
Todos los viajes a la luna, que siempre han
soñado los hombres, tienen además ese sentido profundo, de nostálgico retorno al seno de la madre. La mayoría de los cuentos de exploraciones y
aventuras, que tanto enloquecen
Stévenson,
a los niños, desde La' isla de los tesoros, de
hasta las novelas de Julio Verne,
e infinidad
más, poseen tam-
bién, como el cuento de PY111. o el de El escarabajo de oro las mismas raíces
infantiles inconscientes de investigación del cuerpo materno. Y esto principalmente sobre las fases pregenitales, orales y anales, que confieren
dos los relatos su aspecto de cuentos "inocentes".
a to-
(18) Ver correspondencia.
Virginia Edition, vol. 17, págs. 11, 12 Y 18. En algunas versiones del cuento, Poe suprime sencillamente una de las eles: Pfaal. Tal vez el nombre de
su lunático héroe estaría formado por la condensación inconsciente de Phallus y Pfeil,
"flecha" en alemán; flecha fálica lanzada a la luna.
Traducido
del francés por
ALICIA
LARGUÍA.
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