A C U E R D O En la ciudad de La Plata, a 16 de mayo de 2012, habiéndose establecido, de conformidad con lo dispuesto en el Acuerdo 2078, que deberá observarse el siguiente orden de votación: doctores Pettigiani, Hitters, Soria, Negri, se reúnen los señores jueces de la Suprema Corte de Justicia en acuerdo ordinario para pronunciar sentencia definitiva en la causa L. 101.001, "Fieni, Marcos A. contra Transp. Unidos de Merlo S.A.C.I.I. Despido". A N T E C E D E N T E S El Tribunal del Trabajo n° 1 del Departamento Judicial Morón rechazó -por mayoría- la demanda deducida, imponiendo las costas en el orden causado (fs. 269/275). La parte actora dedujo recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley (fs. 309/331 vta.). Dictada la providencia de autos (fs. 340) y hallándose la causa en estado de pronunciar sentencia, la Suprema Corte decidió plantear y votar la siguiente C U E S T I Ó N ¿Es fundado el recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley? V O T A C I Ó N A la cuestión planteada, el señor Juez doctor Pettigiani dijo: I. El tribunal interviniente rechazó la demanda deducida por Marcos Alberto Fieni contra "Transportes Unidos de Merlo S.A.C.I. e I.", mediante la cual le había reclamado el pago de la integración del mes de despido, sueldo anual complementario proporcional e indemnizaciones por antigüedad, daño moral y falta de preaviso, así como las previstas en los arts. 2 de la ley 25.323, 16 de la ley 25.561 y 45 de la ley 25.345. En relación con la extinción del contrato de trabajo que ligó a las partes, consideró el tribunal -por mayoría- que, con las declaraciones de los testigos deponentes en la audiencia de vista de la causa, quedó acreditada "la causal de despido invocada", toda vez que resultaron demostrados los extremos denunciados por la accionada en la contestación de la demanda. En ese sentido, puntualizó el juzgador que con las indicadas testimoniales se probaron hechos que "adunan las causales invocadas", tales como episodios en los que el actor maltrató y empujó a dos compañeras de trabajo, golpeó sus llaves en los escritorios de la sala de empleados sin dar razones de sus actos y esgrimió en forma amenazante un arma de fuego en su lugar de trabajo, habiéndose encontrado en su computadora, asimismo, relatos similares a los "anónimos" recibidos por los socios de la accionada en los que se cuestionaba la conducción mayoría de de los la empresa, integrantes hechos del que -a tribunal juicio de de grado- la "son constitutivos de la causal pérdida de confianza" (vered., fs. 267). Ya en la sentencia, especificó el juzgador que los hechos confianza acreditados que dependiente, el razón en empleador por la el veredicto había cual afectaron depositado el despido en la su resultó justificado. Añadió que el accionante debía observar todos aquellos deberes de fidelidad derivados de la índole de las tareas asignadas, a tenor de lo que establece el art. 85 de la Ley de Contrato de Trabajo (sent., fs. 271 vta./272 vta.). En lo que respecta a la indemnización por daño moral, destacó el tribunal que el actor no produjo prueba alguna para acreditar los extremos invocados para fundar esa pretensión, por lo que dispuso su rechazo (vered., fs. 268 y sent., fs. 272 vta.). II. Contra dicha resolución, la legitimada activa dedujo recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley, en el que denuncia absurdo y violación de los arts. 10 y 243 de la Ley de Contrato de Trabajo y 375 del Código Procesal Civil y Comercial, así como de la doctrina legal de esta Suprema Corte que identifica (fs. 309/331 vta.). 1. En primer lugar, señala que el pronunciamiento incurre en violación del art. 243 de la Ley de Contrato de Trabajo y su doctrina legal. Al respecto, afirma que las causales invocadas en el telegrama de despido resultan fútiles y carecen de precisión en cuanto a fechas, lugares, circunstancias y personas intervinientes en los hechos que se le imputaron al actor, debidamente imprecisión que su de derecho impidió a defensa éste para ejercer refutar las acusaciones del empleador, máxime cuando el despido fue notificado cuando aquél se encontraba gozando de sus vacaciones. Agrega que, al considerar hechos alegados en la contestación de la demanda y hasta referidos por los testigos en la vista de la causa pero no incluidos en la comunicación rescisoria, el a quo transgredió el precepto indicado, despido permitiendo al suplir la las variación omisiones de en las que causales de incurrió la demandada. Puntualiza, en ese sentido, que el sentenciante hizo mérito de un supuesto maltrato a la señora De Almeida que no dice en qué consistió ni en qué circunstancias o fechas se produjo, hecho que no fue articulado por la accionada ni siquiera en el responde. Añade que también se mencionó un empujón a la señora Dorribo cuando la empresa hizo referencia a "agresiones verbales" y que la supuesta exhibición de arma de fuego tampoco fue alegada por la demandada. En cuanto a los supuestos datos obtenidos de los documentos presuntamente hallados en la computadora que utilizaba el actor, expresa que no ha quedado demostrado que hubieran sido confeccionados por éste (quien desconoció expresamente la documental acompañada), ni mucho menos que los socios de la accionada hubieran recibido notas anónimas como las que refirió el tribunal de grado. Tampoco se demostró -afirma- que el trabajador hubiera ocupado horas de trabajo en tareas de esparcimiento y cuestiones particulares. 2. En otro orden, destaca que el a quo ignoró, en perjuicio del accionante, el art. 10 de la Ley de Contrato de Trabajo y el "principio de inmediatez del despido". En ese sentido, manifiesta que el juzgador no valoró la prolongada antigüedad del actor, la ausencia de sanciones disciplinarias y, sobretodo, el hecho de que el despido fue dispuesto cuando hacía quince días que el trabajador estaba gozando de licencia por vacaciones, lo que resultó acreditado con consecuencia -concluye- no contemporaneidad entre la la pericia existió ruptura una del contable. En relación de vínculo y los supuestos incumplimientos del accionante, por lo que el despido resultó desproporcionado y extemporáneo. 3. Por último, aduce que el tribunal violó el art. 375 del Código Procesal Civil y Comercial -toda vez que correspondía a la demandada demostrar que el despido fue justificado- e incurrió en una absurda valoración de la prueba, pues ponderó erróneamente las constancias de la causa. III. El recurso debe prosperar, con el siguiente alcance. 1. Asiste razón al recurrente en cuanto sostiene que, al haberse apartado de las causas invocadas por la demandada para despedir al actor, el tribunal ha incurrido en violación del art. 243 de la Ley de Contrato de Trabajo y su doctrina legal. a. La sociedad accionada despidió al señor Fieni el día 18-XI-2004 mediante el telegrama obrante a fs. 4, fundando tal decisión en los siguientes motivos: (i) haber detectado en los archivos de documentación de la computadora que el actor utilizaba en la empresa obtenido información de internet de carácter utilizando privado, horas de que su habría tiempo de trabajo en tareas de esparcimiento y negocios meramente particulares; (ii) haber encontrado en esos archivos documentos conteniendo notas dirigidas a los socios de la empresa con comentarios críticos a la dirección de ésta, así como otro documento que contenía el padrón de los socios con sus propios domicilios, información que no le competía poseer; (iii) el envío de notificaciones a distintos socios que manifestaron haber recibido notas anónimas similares a las detectadas en la misma computadora, en las que se incluía documentación relativa al proceso sucesorio del fallecido padre del actor y comentarios críticos a los actuales dirigentes de la empresa; (iv) reiteradas agresiones verbales de distinto tenor vertidas a la señora Dorribo -viuda del padre del actor y maltrato compañera a de compañeros trabajoy sumado directores de a su la reiterado empresa y superiores directos, imputándoles conductas contrarias a la buena fe. Juzgó la demandada que, por su gravedad, reiteración en el tiempo e importancia, tales hechos no consentían la prosecución de la relación laboral, resultando constitutivos de "la causal pérdida de confianza en su persona" (fs. 4). b. Tanto en el intercambio telegráfico (fs. 6 y 9), como en el escrito de demanda (fs. 26/38 vta.), el actor negó todas y cada una de dichas circunstancias, que fueron ratificadas, con algunas variantes, por la accionada en su réplica (fs. 118/119). c. Como fue referido más arriba, el tribunal de grado juzgó -por mayoría- que con las declaraciones claras y concordantes de los testigos deponentes en la audiencia de vista de la causa quedó acreditada "la causal de despido invocada". Puntualizó extremos que invocados en todos el ellos acreditaron los responde, destacando que resultaron probados los siguientes hechos: (i) un episodio donde el actor maltrató a la señora De Almeida; (ii) un episodio donde empujó a la señora Dorribo; (iii) otro en el cual se dirigió en forma prepotente a la sala de empleados golpeando las llaves en los escritorios; (iv) otro en el cual esgrimió en forma amenazante un arma de fuego en su lugar de trabajo; (v) el hallazgo en la computadora del actor de relatos similares a los anónimos recibidos por los socios en los que se cuestionaba la conducción de la empresa. Destacó el juzgador que todos esos episodios "son constitutivos de la causal pérdida de confianza" (vered., fs. 267). Añadió ya en la sentencia que, sumados, todos esos hechos llevaron a la demandada a perder la confianza en su empleado, resultando el despido justificado y agregó algunas consideraciones sobre el deber de fidelidad que debió haber respetado el actor (sent., fs. 271/272 vta.). d. Del cotejo entre los hechos imputados a éste en el telegrama rescisorio (que, a tenor de lo que prescribe el art. 243 de la Ley de Contrato de Trabajo, son los que deben ser tenidos en cuenta al momento de determinar la legitimidad de tal sanción disciplinaria) y aquellos otros justificado que el el a despido, quo se ponderó desprende para una considerar discordancia manifiesta que transgrede los límites que dicha normativa establece en torno a la invariabilidad de la causa de aquél. e. En efecto, analizando los hechos mencionados en el telegrama III.1.a. de consideró este rescisorio voto) acreditados y (reseñados los extremos (mencionados en en el apartado que el tribunal el ap. III.1.c.), podemos advertir que mientras la mayoría de aquéllos no resultaron demostrados ni fueron tenidos en cuenta por el a quo para fundar su decisión, buena parte de éstos no fueron invocados por la demandada. En ese sentido, cabe destacar que: (i) no se probó -ni el tribunal hizo referencia alguna al información respectoprivada de que el internet actor hubiera utilizando obtenido horas de su tiempo de trabajo en tareas de esparcimiento y negocios meramente particulares; (ii) tampoco se probó -y el juzgador tampoco se adentró a analizarlo- que se hubiera encontrado en poder del trabajador un documento que contenía el padrón de socios de la empresa con sus domicilios, ni tampoco que éstos hubieran manifestado a la dirección de la empresa que recibieron notas anónimas similares a las que presuntamente se encontraron en la computadora que utilizaba aquél. En relación a esto último, es dable destacar que el tribunal tuvo por acreditado, con las declaraciones testimoniales, que se encontraron en la computadora que utilizaba el actor en la empresa "relatos similares" a "los anónimos recibidos por los socios componentes cuestionando la conducción de la empresa" (fs. 267). Sin que resulte necesario adentrarse a analizar las complejas implicancias que podrían hallarse en juego en cuestiones como ésta, lo relevante a los fines del tópico que estamos analizando -compatibilidad entre los hechos invocados por la demandada para despedir al accionante y los que despido- ponderó el tribunal para es la supuesta irregularidad acreditada que tal como fue descripta juzgar en legítimo no el el resultó telegrama rescisorio. De un lado, como anticipé, no se probó que entre los documentos hallados en la computadora se encontrase el padrón de los socios mencionado en el telegrama. Del otro, no se demostró coincidentes con que los las notas archivos anónimas, presuntamente encontrados en dicha computadora, hubieran sido recibidas por aquéllos ni mucho menos que alguno de éstos hubiera "notificado" a la dirección de la empresa tal recepción (adviértase, en ese sentido, que no se acompañó ninguna de esas supuestas notificaciones y, además, ninguno de esos socios declaró en la causa). Es importante destacar que fue dicha circunstancia (el hecho de que se remitieran esos mensajes anónimos) la que fue invocada como una de las razones que, a juicio de la patronal, justificaban el despido, lo que fue soslayado por el sentenciante. En suma, esta causal invocada en el telegrama tampoco resultó demostrada ni fue tenida en cuenta por el tribunal en los términos que fue planteada por la accionada. (iii) Por último, de las "reiteradas agresiones verbales" que el actor habría proferido a la señora Dorribo (telegrama de fs. 4), el tribunal consideró demostrado un solo episodio en el que la empujó (vered., fs. 267), mientras que del "reiterado maltrato" a los compañeros y directores, se probó un episodio en donde maltrató a la señora De Almeida (vered., fs. cit.), hecho puntual no denunciado en la comunicación rescisoria y tampoco en la contestación de la demanda. Tampoco se probó -ni el tribunal hizo referencia alguna al respecto- que el actor hubiera imputado a sus superiores conductas contrarias a la buena fe o formulado comentarios asimismo contrarios invocados a entre la los gestión empresarial, motivos que hechos llevaron a la empresa a "perder la confianza" en aquél. (iv) Finalmente, la circunstancia de que Fieni hubiera exhibido un arma de fuego, de la que también hizo mérito el tribunal para juzgar justificado el despido (fs. 267) no fue invocada en el telegrama ni tampoco en la réplica, por lo que mal pudo ser computada a tal efecto. Tampoco esgrimió la accionada en dicha misiva la violación del deber de fidelidad contemplado en el art. 85 de la Ley de Contrato de Trabajo, argumento que el tribunal introdujo en la sentencia (fs. 272 y vta.). f. De lo hasta aquí señalado se colige que la mayoría de los hechos invocados en el telegrama de despido que, a juicio de la demandada, por su gravedad, reiteración en el tiempo e importancia, "constituyeron la causal de pérdida de confianza en su persona", no fueron acreditados ni tenidos en cuenta por el tribunal a la hora de valorar la injuria. Por el contrario, el sentenciante computó hechos "descubiertos" en la audiencia de vista de la causa que no habían sido oportunamente introducidos por la accionada, supliendo indebidamente la actividad que a ésta competía y variando las causas del despido, en franca transgresión al art. 243 de la Ley de Contrato de Trabajo y su doctrina legal. Cabe recordar, en ese sentido, que -como reiteradamente lo ha declarado esta Suprema Corte- si el principio de congruencia impone a los jueces del trabajo ajustar su juzgamiento a los hechos articulados por las partes, con mayor estrictez se tiene que observar cuando de analizar las causales del despido se trata, cuidando de no introducir motivaciones que impliquen cambiar las causales invocadas al tiempo de rescindir el vínculo porque, de lo contrario, se infringen las normas sustanciales que imponen la prohibición de modificación de las mismas (art. 243, L.C.T.; conf. L. 47.985, "Luca", sent. del 27-XII-1991; L. 84.945, "Buffo", sent. del 22-XI-2006; L. 85.849, "Bentrón", sent. del 11-IV-2007; L. 92.617, "Valsecchi", sent. del 11-III-2009; L. 96.359, "Bonifacio", sent. del 3VI-2009), doctrina transgredida en el que recurso acertadamente bajo examen se (ver denuncia fs. 325 y vta.). Por lo tanto, viola el citado art. 243 de la Ley de Contrato de Trabajo el fallo que -como ocurre en autoscomputa como invocados por justificantes el empleador de como la cesantía motivo de hechos la no rescisión (conf. causas L. 39.697, "Alul", sent. del 27-XII-1988; L. 74.882, "Campero", sent. del 19-II-2002; L. 85.191, "Escalada", sent. del 22-X-2008), habida cuenta que, con arreglo al precepto mencionado, no corresponde admitir ninguna modificación de los motivos en que se funda la ruptura del contrato de trabajo (conf. causa L. 55.235, "Arias", sent. del 27-VI-1995). 2. En consecuencia, resultando que, al valorar el despido, el tribunal soslayó completamente el análisis de algunos de los justificarlo, planteadas por motivos al invocados tiempo ella, en que por la accionada introdujo franca causales contradicción con para no la prohibición que al respecto consagra el art. 243 de la Ley de Contrato de Trabajo, corresponde hacer lugar al recurso traído y revocar la sentencia atacada en cuanto consideró justificado el despido y rechazó la indemnización por antigüedad y los rubros a ella conexos. En cambio, ha de permanecer firme el rechazo de la indemnización por daño moral, rubro independiente que fuera desestimado por el tribunal por fundamentos autónomos (vered., fs. 268 y sent., fs. 272 vta.), que no fueron adecuadamente cuestionados por el recurrente. IV. Los autos deberán volver al tribunal de grado a fin de que -con nueva integración y previa renovación de los actos procesales necesarios- dicte el pronunciamiento que corresponda, teniendo en cuenta lo que aquí ha sido establecido. Costas de esta instancia a la demandada vencida (art. 289, C.P.C.C.). Con el alcance indicado, voto por la afirmativa. A la cuestión planteada, el señor Juez doctor Hitters dijo: Participo de la solución rescisoria que funda el voto del doctor Pettigiani, al cual expresamente adhiero. A lo dicho por el citado colega y desembocando siempre en la revocación propiciada, me permito agregar que no se me escapa que esta Corte ha sostenido -sentando una doctrina que comparto- que si bien es cierto que del texto del art. 243 de la Ley de Contrato de Trabajo se desprende que, cuando de las causas de despido se trata, existe una suerte de aludido fijeza precepto cesantía se prejudicial, legal empleó circunstancias cuando una que en no la invocación anteriores en que se transgrede comunicación inmediata se de entre produce el el la las hecho injurioso y la notificación de la extinción de la relación laboral, de manera que el trabajador no pueda ignorar la causa que ha determinado la conducta rescisoria del empleador (conf. L. 36.175, "Chasco", sent. del 12-VI-1986; L. 65.988, "Barcelona", sent. del 24-XI-1999, entre otras). Sin relación a embargo, algunos de si los -por vía hechos de hipótesis- acreditados con en las declaraciones testimoniales prestadas en la audiencia de vista de la causa, que no fueron invocadas por la accionada en el telegrama -pero sí valorados por el tribunal- para considerar justificado el despido (v.g., exhibición del arma), podría haberse eventualmente reputado cumplido el requisito establecido en el citado art. 243 por aplicación de esa doctrina, en caso de que el despido se hubiere producido como respuesta inmediata a tal acontecimiento, las circunstancias adoptar tal verificadas solución, habida en la cuenta especie que -muy impiden por el contrario, lejos de cualquier inmediatez- el despido fue notificado al actor el día 24-XI-2004, cuando hacía más de quince días que se encontraba gozando de sus vacaciones (que debían extenderse del 8-XI-2004 al 5-XII-2004, pericia contable, fs. 186), actitud dudosamente compatible con el resguardo del derecho de defensa de la parte destinataria de la comunicación extintiva de la relación laboral, ratio legis del art. 243, que -precisamente, como también lo ha destacado esta Corte- tiene por objeto: garantizar la posibilidad de ejercer el derecho de defensa por parte de quien recibe esa comunicación, a partir de un adecuado conocimiento de los motivos en que se funda la ruptura del vínculo contractual laboral decidida por el cocontratante (conf. L. 86.736, "Fuzik", sent. del 15-XI-2006). Con el alcance expuesto, voto por la afirmativa. El señor Juez doctor Soria, por los mismos fundamentos del señor Juez doctor Pettigiani, votó también por la afirmativa. El señor Juez doctor Negri, por los mismos fundamentos del señor Juez doctor Hitters, votó también por la afirmativa. Con lo que terminó el acuerdo, dictándose la siguiente S E N T E N C I A Por lo expuesto en el acuerdo que antecede, se hace lugar parcialmente al recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley traído y, en consecuencia, se revoca la sentencia impugnada con el alcance establecido en el punto III, apartado 2 del voto emitido en primer término. Vuelvan los autos al tribunal de origen para que, integrado con otros jueces, renueve los actos procesales que estime necesarios y dicte un nuevo pronunciamiento conforme a lo que aquí se ha resuelto. Costas de esta instancia a la demandada vencida (art. 289, C.P.C.C.). Regístrese y notifíquese. HECTOR NEGRI DANIEL FERNANDO SORIA JUAN CARLOS HITTES EDUARDO JULIO PETTIGIANI GUILLERMO LUIS COMADIRA Secretario