Cámara de Apelación en lo Penal -Sala Tercera- Nº 517 Tº 10 03 Fº 385 A C U E R D O: En la ciudad de Rosario, a los días del mes de Diciembre de Dos Mil Ocho, se reúnen en Acuerdo los Señores Vocales de la Sala Tercera de la Cámara de Apelación en lo Penal, con el fin de dictar sentencia definitiva en el proceso seguido a I. P. K., argentina, divorciada, instruida, nacida en Rosario (Santa Fe) , hija de F. A. y de A. A. D. L., con domicilio en de Rosario, D.N.I. N, Prontuario Nº Sec. I.G. de la U.R. II-Rosario, por la comisión de los delitos de CIRCUNVENCIÓN DE INCAPAZ Y FALSIFICACIÓN IDEOLÓGICA DE INSTRUMENTO PÚBLICO EN CONCURSO IDEAL; a J. A. Á., argentino, casado, nacido en Rosario (Santa Fe), hijo de J. M. y de M. L. S., con domicilio en de Rosario, L.E. Nº, Prontuario Policial NºSec. I.G. de la U.R. II-Rosario por la comisión de los delitos de FALSEDAD IDEOLÓGICA DE INSTRUMENTO PÚBLICO Y PARATÍCIPE NECESARIO DE CIRCUNVENCIÓN DE INCAPAZ EN CONCURSO IDEAL; y a A. A. D. L., argentina, divorciada, instruida, ama de casa, nacida en Rosario (Santa Fe) el , hija de F. A.o y de A. A. M., con domicilio en de Rosario, L.C. Nº, Planilla Prontuarial Nº Sec. I.G. de la U.R. II_Rosario, por la comisión de los delitos de CIRCUNVENCIÓN DE INCAPAZ Y FALSDEDAD IDEOLÓGICA DE INSTRUMENTO PÚBLICO COMO PARTÍCIPE NECESARIA EN CONCURSO IDEAL; en causa Nº (registro del Juzgado en lo Penal de Instrucción Nº12); Nº (registro del Juzgado en lo Penal de Sentencia Nº2); Nº/2008 (registro de la Cámara de Apelación en lo Penal de Rosario).- Estudiados los autos, se plantearon las siguientes cuestiones a resolver: Primera cuestión: ¿Es justa la sentencia apelada? Segunda cuestión: ¿Qué pronunciamiento corresponde dictar en definitiva? Practicado el sorteo de ley, resultó el siguiente orden de votación: Señores Vocales Doctores Otto Hugo Crippa García, Elena Ramón y Ernesto Martín Navarro.- A la primera cuestión el Vocal Dr. Crippa García dijo: La Sentencia Nº95 del 16 de mayo ppdo., dictada por el Sr. Juez en lo Penal de Sentencia de la 2da. Nominación, Dr. Ramos, declara a I. P. K., autora penalmente responsable del delito Circunvención de Incapaz y Falsificación de Instrumento Público, en concurso ideal; a J. A. Á., autor penalmente Pág. 1 Cámara de Apelación en lo Penal -Sala Tercera- responsable del delito de Falsedad Ideológica de Instrumento Público y partícipe necesario del delito de Circunvención de Incapaz, en concurso ideal; y a A. A. D. L., como partícipe necesaria de Circunvención de Incapaz y Falsedad Ideológica de Instrumento Público en concurso ideal; imponiéndoles por ello la pena de Tres años de prisión, de ejecución condicional, las costas procesales, y la imposición de reglas de conducta (Vide fjs. 319/329).- Apelado el fallo por los justiciables, expresa agravios el Sr. Defensor General de Cámaras, en nombre de las imputadas K. y De L., tras manifestar que luego de haberles explicado las consecuencias de su apelación en esta instancia, las mismas han sostenido su voluntad de mantener la apelación. En cumplimiento de esa tarea, sostiene que el tipo penal que se les imputa supone la existencia de una persona incapaz, por lo que no habiéndolo sido la Sra. I. M,, no resulta procedente la condena. Señala que ello surge del informe del perito, que estima que no provoca incapacidad el Parkinson. Indica que tampoco está probado el abuso de las necesidades, pasiones o inexperiencia de sus defendidas, como exige el tipo, y en cuanto al supuesto delito del art. 293 del Código Penal, arguye que no hay proceso de redargución de falsedad, que es un elemento preexistente, con lo que la escritura pública en cuestión sigue vigente, ya que fue correctamente otorgada, máxime cuando según el notario dice que la mujer aparentaba estar bien, y cuestiona los argumentos con que el sentenciante ha elaborado su conclusión. Tras ello hace reserva de derechos para el caso constitucional en caso de decisión adversa (Vide fjs. 339/341).El Dr. Maciel, en representación del imputado Á., cuestiona la decisión recurrida, exponiendo que no se ha demostrado que la fallecida I.M. padeciera demencia frontal, ni que su defendido haya tenido cabal conciencia de las supuestas incapacidades, ya que la supuesta víctima ha sido la que lo llamó, tomó la decisión de internarse en el Geriátrico, y hasta nombró apoderado. Rescata como dato en ese sentido, la parte de la Historia Clínica que expone que niega ser alérgica, o que tiene un estado clínico “bueno” o que “entiende consignas”, Pág. 2 Cámara de Apelación en lo Penal -Sala Tercera- para echar por tierra la supuesta incapacidad. Cuestiona la capacidad profesional de la Psicóloga y apoderada del Geriátrico, que implica la falta de credibilidad de sus versiones, y de estas contradicciones, y consecuentemente, las incapacidades supuestas. Por otro lado estima que su defendido ha actuado con buena fe, ya que lego en medicina, nadie le ha advertido de alguna circunstancia en el sentido imputado. Por último manifiesta que se le ha dado una importancia desmedida a un informe como el Forense, que es escaso e infundado, antagónico de la Historia Clínica, por todo lo que postula la revocación del fallo, y deja planteada la reserva del caso constitucional (Vide fjs. 350/352).Tras ello, el Sr. Fiscal de Cámaras, sostiene la legitimidad y corrección de la sentencia impugnada, dado que los argumentos que ilustran la sentencia aparecen sobradamente a la hora de sellar la suerte de los imputados sin que los agravios, algunos de ellos reiteración de los argumentos expuestos, en baja instancia, logren conmover siquiera los sólidos fundamentos del Tribunal de grado, a los que se remite, rescatando el valor de los informes médicos y psicológicos de los profesionales del Geriátrico, resultando terminante ello para determinar que la Sra. I. M. no se encontraba en condiciones de administrar sus bienes, siendo valorable el cúmulo de indicios y presunciones además, por lo que postula la confirmación de la decisión cuestionada (Vide fjs. 354).El examen de los elementos colectados a lo largo de la investigación, como posteriormente, del trámite del juicio plenario, me llevan a adoptar como conclusión un criterio similar al que el distinguido Magistrado de grado ha trasmitido en los fundamentos y alegaciones que ilustran y sustentan la decisión que se cuestiona recursivamente, por lo que, mi postulación sostiene la confirmación de la sentencia en cuestión.Tal como alega el Sr. Fiscal de Cámara, la mayoría de las críticas que se realizan en esta instancia, son reiteración de las que fundaron los escritos de defensa en baja instancia, y que han sido Pág. 3 Cámara de Apelación en lo Penal -Sala Tercera- considerados y rebatidos en el fallo, por el sentenciante, no aportándose nuevos y mejores elementos y argumentos como para dar vuelta la conclusión antes enunciada.Entiendo que los aspectos con que se trata de desvirtuar la conclusión del Tribunal de grado, emergen de la consideración de los datos que se visualizan en la Historia Clínica de la Sra. I. M., a los que refiere en sus agravios, pero ellos solo nos están indicando unos datos que son los que se han verificado en su estada en el establecimiento asistencial del PAMI, cuando ha tenido que ser internada por un problema de una Neumopatía bilateral, y que están establecidos en el mes de julio y los dos primeros días de agosto del año 2001, lo que si bien, puede dar lugar a aceptar algunas de las circunstancias sobre la capacidad neurológica de la misma, no llevan a servir para desmerecer otros datos y aspectos que a mi entender son relevantes, como lo ha entendido también el Dr. Ramos, y que hacen más al hecho o hechos motivo de juzgamiento, en función de una enfermedad que rápidamente causa estragos en la capacidad de comprensión, de las consecuencias de sus actos, o de la decisión respecto a ellos, entre los que se debe computar la administración con plenitud de conocimiento y determinación, no es dable ignorar que los hechos origen del presente han transcurrido presuntamente casi un mes y medio después de su estada en el establecimiento asistencial, tiempo en que, a consecuencia de la causa que motivara esa internación, han ido agravándose, por lo que, lo de la Historia Clínica, no choca o se anula en modo alguno, con lo de la Psicóloga, o la Sra. S., o mucho menos aún con el dictamen del Gabinete Forense; sino por el contrario, en el análisis integral correspondiente, encuentra logicidad atendible en la hipótesis del posible deterioro -que inclusive, tiene su concreción en la casi inmediata muerte de la citada I. M.-, aceleradamente en ese poco tiempo.Es que si bien en la Historia Clínica se menciona que el ingreso en el mes de julio, responde a consignas o entiende consignas, debe advertirse que ello es una respuesta al punto “Estado de los Pág. 4 Cámara de Apelación en lo Penal -Sala Tercera- sentidos”, que permiten aventurar que si bien entiende consignas, no se habla de otra calificación o merituación del estado de los sentidos, puesto que el entender consignas, no implica tener plenitud o capacidad de administrar, o de adoptar decisión con efectos jurídicos, debiendo recordarse que el tipo penal no requiere la incapacidad plena, o la declaración de demencia, sino la utilización por parte del autor de la situación en que una persona padece de disminución en su voluntad, inteligencia o juicio que los incapacita para resguardar adecuadamente sus intereses, en la que puede resultar fácilmente sugestionable o convencibles, altamente captable, sobre sus bienes y las decisiones sobre ellos.Cabe resaltar que la Srta. K. expone a fjs. 20vta., que ella le pidió a su tía abuela que le donara la casa, lo que justamente significa aprovecharse de la misma, para captar su voluntad, su incapacidad parcial y deterioro psíquico para que la donante presunta lo hiciera y cumpliera con el reclamo, situación que en modo alguno puede alegarse ignorancia, dado los plenos y contestes testimonios e informes que obran en la causa, que avalan esa consideración.Así, no solo la Sra. S., nos indica que I. M. no se encontraba bien, que hablaba incoherencias, dando por ejemplo, la contestación que hizo de una pregunta, totalmente discordante con lo preguntado -Vb. “escoba”-, (Vide fjs.13); como también la médica geriátrica y consecuentemente de experiencia en el rubro, y que nos habla sobre lo que ha visto y examinado -y no sobre una hipótesis sin el examen personal-, nos expone que la capacidad en función de la orientación en tiempo y espacio, la atención y el cálculo, el lenguaje y evocación tenían una pobre graduación, y que “estaba muy deteriorada” y “no llegaba a comprender bien las cosas”, que “solo registraba cosas básicas”; lo que se agrava al volver del Sanatorio, ya que tiene un estado censorio deteriorado, un estado general también deteriorado, riesgo permanente porque se quería tirar para todos lados, “dejando en claro que tenía problemas neurológicos y no comprendía bien la realidad” (Vide fjs.15); adunándose a esto, la versión Pág. 5 Cámara de Apelación en lo Penal -Sala Tercera- testimonial de la Psicóloga A. de la F. (Vide fjs.16), que ha examinado también a la luego fallecida I. M. , en el Geriátrico -lugar donde estaba a la firma de la presunta donación-, mencionado la extrema dificultad para comunicarse con aquélla, ya que entendía las preguntas, “era como si estuviera en otro mundo”, acotando también que no sabía dónde vivía.Todos esos aportes, convergen en la conclusión a la que llega el informe forense de fjs.31, rubricado por dos médicos legistas, de experiencia, que resulta que la Sra. M., a la época de los hechos, no se encontraba capacitada para dirigir sus acciones y/o administrar sus bienes. Frente a la crítica de defensa de A., cabe resaltar que hasta el propio Perito, ha concluido que quienes podrían interpretar bien y emitir diagnóstico para el caso, con certeza, están los Médicos de medicina legal, como lo son los Forenses, por lo que, la simple crítica sin fundamento, no puede tener ninguna receptación y ceder en plenitud frente a los aportes coherentes indicados y valorados.Y en ese análisis integral, como adelanté, no hay contradicción sino por el contrario, complementación, ya que la Historia Clínica en que se apoya la crítica, refiere, bien mirada y analizada, a fjs.196, que la paciente presenta ya en los primeros días de agosto, un franco deterioro neuropsicológico y desorientación -informe justamente del Departamento Neurológico-, como también a fjs.199, en la realización de un estudio endoscópico, se menciona la dificultad por la poca colaboración de la paciente; aspectos estos que indican que ya la Sra. I. M. tenía falencias e incapacidades, como también lo han verificado en el Geriátrico, y que se han agudizado posteriormente resultando a la fecha de los hechos, que la misma no estaba en condiciones de discernir adecuadamente, la disposición y/o administración de sus bienes, lo que ha sido aprovechado por la imputada K., para lograr, con la presencia y necesaria participación de los dos coimputados restantes, producir los hechos, con conciencia y aprovechamiento.La pretensión de que A. no sabía nada, Pág. 6 Cámara de Apelación en lo Penal -Sala Tercera- resulta inaceptable, desde que, en primer lugar carece de verosimilitud a la luz de que dice haberse constituido en el Geriátrico de Bvd. R., cuando según los registros municipales, y los datos de las testigos, el mismo estaba en B. R , o sea a una cuadra de distancia, según también el informe habilitatorio de fjs.243; pero además en su versión dice que la Sra. estaba afuera de la “casa”, que la señora estaba en una silla de ruedas, y que fue la que dijo que él era el Escribano, pese a que no hay pautas de conocimiento previo, y que en el acto, la misma estaba bien, que no tenía ningún rasgo de incapacidad, y que además lo saludó, y le deseó que le fuera bien, como también que le preguntó a la donante u otorgante por el tema de las partes indivisas si estaba conforme, lo que aquélla asintió (Vide fjs.37/38).Resulta inaceptable esa versión, no solo porque choca contra todos los informes médicos y testimonios de terceros, e informes del Instituto, donde estuvo internada, como para haber sostenido una conversación, haber podido decidir con plena capacidad, que es la que se requiere para ese tipo de actos de disposición, y ello no puede pasar por alto en una persona, como el imputado, ya que justamente es parte de su tarea, el verificar esa capacidad, de la que justamente da cuenta en la Escritura, por lo que cuando en la citada Escritura dice que la otorgante es persona capaz, ha mentido, ha insertado algo no real, que no podía desconocer, dado las circunstancias verificadas a la época de los hechos.Más allá de lo expuesto, en que es obligación del notario, de verificar esa capacidad, que es la base de un acto válido, del que está dando fe, y obviamente no ha hecho, quedando la duda de cuándo expidió esa Escritura, y en qué lugar, no cabe duda que lo ha hecho indebidamente, siendo parte esencial y necesaria de la maniobra juzgada, máxime en una persona con esa experiencia, insisto; apareciendo otros aspectos inexplicables, porque por ejemplo, si dice que la mujer estaba bien, no verificó -o por lo menos no lo explica si lo hizo-, de por qué la mujer no firmó y le hizo poner el dedo, ya que lo único que se sabe es que le dijeron que la mano le temblaba a la misma, y que por las dudas Pág. 7 Cámara de Apelación en lo Penal -Sala Tercera- llevara la almohadilla, ya que pese a eso la mujer podía y sabía firmar, debió hacerle firmar y solo constatando que no podía, como se dice en la parte final del instrumento público, pero por “hallarse físicamente imposibilitada de hacerlo” (Vide fjs.23), aseveración plenamente suspecta de ser verdad, ante el enfrentamiento entre su afirmación de capacidad, en relación a los coherentes testimonios e informes médicos, como también sobre la ubicación del lugar donde estaba la otorgante.Por todo ello, y tal como adelanté, tal como surge claramente de la descripción típica, no se exige que se esté ante un incapaz civil declarado como tal, ya que más que a la declaración legal hay que estar a la naturaleza de las cosas, y en tal sentido, el grado de incapacidad al que hace referencia la ley, se satisface con un cuadro de deterioro psíquico, por lo que no es necesario que se tenga que probar estados de inconsciencia o inimputabilidad. Es, al decir de Maggiore, que ha de entenderse cualquier forma de retraso en la esfera intelectual y volitiva del sujeto, que lo ponga en estado de incapacidad relativa para administrar intereses, sin llegar siquiera a constituir una enfermedad mental, y así suele darse en los interdictos, pero también los ancianos, ebrios, personas con alto grado de ignorancia, etc., y de eso se aprovecha el sujeto activo.A la misma cuestión la Vocal Dra. Ramón dijo: Comparto la opinión del Vocal preopinante y por iguales fundamentos y razones de brevedad, voto en idéntico sentido.A la misma cuestión el Vocal Dr. Navarro dijo: Comparto la opinión del Vocal Dr. Crippa García y para evitar inútiles repeticiones, voto en igual sentido.A la segunda cuestión los Vocales Dres. Crippa García, Ramón y Navarro dijeron: Visto el resultado obtenido al tratar la Pág. 8 Cámara de Apelación en lo Penal -Sala Tercera- anterior cuestión, debe confirmarse íntegramente la sentencia puesta en crisis, con las costas procesales.Por todo lo considerado, la Sala Tercera de la Excma. Cámara de Apelación en lo Penal, dicta el siguiente F A L L O: Confirmando la sentencia puesta en crisis, en cuanto ha sido materia de recurso. Con costas (Art. 168 C. P.P.).- Regulando los honorarios profesionales del Dr. Oscar Maciel, por su actuación en la Alzada, fijándolos en la suma de Dos Mil pesos, equivalentes a 13,63 Unidades Jus, con noticia a la Caja Forense.Insértese, agréguese copia, hágase saber y bajen. Pág. 9