REPÚBLICA DE COLOMBIA TRIBUNAL ADMINISTRATIVO DE ANTIOQUIA SALA PRIMERA DE ORALIDAD MAGISTRADO PONENTE: ÁLVARO CRUZ RIAÑO Medellín, treinta (30) de septiembre de dos mil trece (2013) REFERENCIA DEMANDANTE REVISIÓN DE ACUERDO GOBERNADOR DEL DEPARTAMENTO DE ANTIOQUIA –SECRETARIA GENERAL– NORMA OBJETO ACUERDO Nº 009 DE 2013 DEL CONCEJO MUNICIPAL DE DE REVISIÓN AMAGÁ RADICADO 05001 23 33 000 2013 01223 INSTANCIA ÚNICA ASUNTO Autorización y reglamentación de la autorización para contratar. Reiteración de precedente horizontal. La autorización para contratar no implica una intromisión de la corporación en la actividad contractual. Extralimitación de funciones. PROVIDENCIA S1-54 1. ANTECEDENTES. La Secretaria General del Departamento de Antioquia, en ejercicio de las facultades conferidas por el Decreto Departamental 1554 de 2012, por el numeral 10 del artículo 305 de la Constitución Política y los artículos 119 y 120 del Decreto 1333 de 1986, remitió a este Tribunal el Acuerdo Nº 009 por el cual se concede una autorización para contratar un crédito y se otorga un plazo para su ejecución, expedido por el Concejo Municipal de Amagá el 30 de mayo de 2013, a fin de obtener un pronunciamiento acerca de la validez del mismo. 1.1 Supuesto Fáctico. El Concejo Municipal de Amagá aprobó el Acuerdo N° 009 de 2013 por el cual autorizó al alcalde de la localidad a contratar con Bancolombia S.A. un crédito hasta por $250’000.000,oo. 1.2. Fundamentos de Derecho La Secretaria General del Departamento de Antioquia expone que el artículo 123 de la Constitución Política determina que los servidores públicos ejercen sus funciones en la forma prevista en el ordenamiento jurídico. En este orden, el artículo 313 numeral 3° ibíd. prevé como atribución del concejo municipal autorizar al alcalde para celebrar contratos. Señala que el artículo 209 Superior manda a que las actuaciones de las autoridades se lleven a cabo de forma coordinada, el artículo 113 ibíd. establece la colaboración armónica de los órganos del Estado. La Ley 80 de 1993, por su parte, determina la competencia de las autoridades con capacidad para celebrar contratos; en su artículo 25 numeral 11, dispone que las corporaciones de elección popular intervendrán en los procesos de contratación. Hace saber la Secretaria que el artículo 121 Superior contempla el principio de legalidad de las actuaciones del Estado, y el canon 5° de la Ley 489 de 1998 le impone a los organismos y entidades administrativas el ejercicio de atribuciones en estricta sujeción a la ley, ordenanza, acuerdo o reglamento. 1.3. Concepto de Invalidez En este acápite de la solicitud de revisión, la Delegada del Gobernador de Antioquia expone los argumentos que pasan a resumirse: El Concejo Municipal de Amagá infringió el artículo 123 de la Constitución, se extralimitó en el ejercicio de sus funciones dado que otorgó una autorización para contratar, sujetando la misma a condiciones no justificadas. Se toma como apoyo sentencia C-738 de 2001 proferida por la Corte Constitucional al estudiar el numeral 3° de la Ley 80 de 1993. El artículo 313 numeral 3° prevé la atribución de los concejos municipales para autorizar a los alcaldes a celebrar contratos, en el entendido de que la autonomía concedida a la administración hace efectivo el principio de separación de funciones. El canon 315 numeral 3° por su parte, prevé que el Alcalde es el director de la acción municipal, asegura el cumplimiento de las funciones y la prestación de los servicios a su cargo, y es el ordenador de gasto. La Ley 80 de 1993 atribuye al municipio la capacidad para contratar y para obligarse jurídicamente, ello no es una atribución directa en cabeza del Alcalde, debe ser autorizado por el concejo. La autorización puede ser concedida de forma general o particular. La autorización previa dada al ejecutivo, no puede confundirse con la autonomía e independencia del Alcalde para la adopción de la decisión de contratar, los concejos no pueden limitar al ejecutivo en el cumplimiento de su tarea, se establecen procedimientos tales como el que se sigue al interior del concejo para obtener la autorización, los criterios que operan al momento de otorgarla y los eventos en que la autorización es necesario; ello no implica la determinación de la persona con quien debe contratar. 1.4 Trámite y consideraciones preliminares La Secretaria General del Departamento de Antioquia remite al Tribunal Administrativo de Antioquia el Acuerdo N° 009 expedido por el Concejo Municipal de Amagá (Ant.) el 30 de mayo de 2013, por cuanto considera que el acto administrativo demandado configura una extralimitación de funciones, en tanto si bien tiene la facultad para autorizarlo, no puede le concejo señalarle la entidad respecto a la cual debe ejercer la autorización. A folio 6 y siguientes reposa el acuerdo objeto de revisión por el cual se concede una autorización para contratar un crédito y se otorga un plazo para su ejecución. A la petición de la Secretaria General, se le imprimió el trámite de ley, agotado el cual, esta Sala entra a decidir sobre la validez del aludido acuerdo. No encontrando entonces causa de nulidad que invalide lo actuado, procede la Sala a decidir el presente caso previas las siguientes 2. 2.1. CONSIDERACIONES Competencia. De conformidad con lo preceptuado por el artículo 151 del Código de Procedimiento y de lo Contencioso Administrativo en su numeral cuarto (4°), en conjunto con el numeral décimo (10) del artículo 305 de la Constitución Política, esta Corporación es competente para conocer acerca de la validez de los Acuerdos de los Concejos Municipales que le remita el Gobernador Departamental, por motivos de inconstitucionalidad o ilegalidad. De igual manera el artículo 119 del Decreto Ley 1333 de 1986, prescribe que si el Gobernador encuentra que el Acuerdo es contrario a la Constitución, la Ley o la Ordenanza, lo remitirá al Tribunal Contencioso Administrativo competente, para que decida sobre su validez. 2.2. Problema jurídico La Sala debe establecer si el Concejo Municipal de Amagá al señalarle al burgomaestre de la localidad que podrá contratar un empréstito respecto a una entidad financiera específica, se extralimitó en el ejercicio de funciones e intervino de forma indebida en la gestión del ejecutivo municipal. 2.3. Marco normativo. Autorización para contratar y reglamentación de la autorización al alcalde para contratar. Por mandato constitucional, artículo 313 numeral 3º, a los concejos municipales les está atribuido autorizar al alcalde para celebrar contratos, atribución que es concordante con la del canon 32 numeral 3º de la Ley 136 de 1994, que destaca que es función de las corporaciones edilicias reglamentar la autorización al alcalde para contratar, señalando los casos en que requiere autorización previa del concejo. La autorización por parte del concejo al alcalde para contratar, en armonía con el artículo 71 ibídem, solo puede hacerse por iniciativa del burgomaestre. Al estudiarse la constitucionalidad de la restricción en la iniciativa del concejo para promover por sí mismo la regulación en los temas que la ley reservó al alcalde, la Corte Constitucional1 sostuvo que mirando el escenario desde la autonomía local en ningún momento ésta resultaba mermada, pues (i) las decisiones finalmente eran adoptadas por el concejo, (ii) el alcalde era una autoridad local elegida democráticamente, (iii) la reserva de la iniciativa se 1 CConst, Sentencia C-152/95. M.P: Jorge Arango Mejía, Eduardo Cifuentes Muñoz justificaba en las funciones a que iba dirigida, pues como jefe de la administración local velaba por la sanidad de las finanzas de la hacienda municipal, y, (iv) tratándose de la reserva en materia de concesión temporal de las facultades propias del concejo, el hecho de que la iniciativa sea solo del alcalde ratifica la autonomía del concejo evitando que él mismo se desprenda de sus competencias y responsabilidades. La reserva para la presentación de ciertos proyectos en cabeza del poder ejecutivo, dice la Corte Constitucional2, constituye un límite a las corporaciones públicas para la presentación de propuestas respecto a ciertos tópicos, dado que reduce el alcance del principio democrático, y en tal medida, debe estar expresa y claramente señalada por la ley, ya que la regla general es que éstos órganos tienen la competencia para dar inicio a los proyectos. Precisa la Corte en mención que es menester diferenciar la clase de autorización que hace una ley o un proyecto, dado que según su naturaleza será o no reservada la iniciativa al ejecutivo, así entonces, refiriéndose al Gobierno Nacional, sostiene que un primer tipo de autorización es la contemplada en el artículo 150 inciso final de la Carta que es amplia y referida al estatuto general de la contratación, en un segundo momento se encuentran las autorizaciones específicas para celebrar cierta clase de contratos que están consagradas en el numeral 9º del artículo 150 y 154 ibídem, para estas autorizaciones sí se requiere de la iniciativa o del aval del Gobierno para su validez, y por último, están las autorizaciones que se otorgan de manera posterior a modo de convalidación de un contrato celebrado por razones de urgencia o necesidad, para el cual el Gobierno no contaba con autorización previa (Art. 150 numeral 14 ibídem). 2 CConst, Sentencia C-399/03, M.P: Clara I. Vargas H. 2.4. Decisión del Tribunal en un caso análogo. La Sala Primera tuvo oportunidad de pronunciarse en un caso análogo al que es objeto de estudio, dado que la situación fáctica es semejante, las disposiciones jurídicas y argumentos empleados resultan aplicables al sub lite. El 20 de marzo de 2013 esta Sala de Decisión se pronuncia dentro de la solicitud de revisión de acuerdo presentada por la Delegada del Gobernador de Antioquia frente al Acuerdo N° 012 del Concejo Municipal de Caicedo 3. El acuerdo en mención autorizó al alcalde a contratar un empréstito frente al IDEA, lo cual fue visto como extralimitación de funciones por parte de la Gobernación al indicarle al mandatario con qué entidad debía realizar el empréstito, y por ello fue remitido al Tribunal para revisión. En dicha oportunidad se sostuvo: 5.3. De las particularidades de la autorización. El numeral 11 del artículo 25 de la Ley 80 de 1993, a la vez que se refiere a la necesidad de que los concejos municipales autoricen a los alcaldes para la celebración de contratos, establece expresamente que “Las corporaciones de elección popular y los organismos de control y vigilancia no intervendrán en los procesos de contratación”. En ese sentido, la función de los concejos de autorizar al alcalde para contratar, no puede utilizarse para arrogarse atribuciones de control o de cogestión contractual que ni la Constitución ni la ley han previsto. El H. Consejo de Estado, en el concepto mencionado es claro al afirmar que a los concejos municipales no les asiste la facultad de coadministrar o participar en las diferentes etapas de los procesos contractuales de la administración municipal. 3 Tribunal Administrativo de Antioquia, Sala Primera de Decisión, M.P: Yolanda Obando Montes, sentencia del 20 de marzo de 2013, radicado: 05001-23-33-000-2013-00542-00. Es de advertir que en materia de contratación la Carta establece que corresponde a los concejos autorizar al alcalde para celebrar contratos, mientras que a éste le asigna funciones de ejecución, relacionadas de manera expresa con la responsabilidad de la prestación de los servicios a cargo del municipio; esto último, claro está, de acuerdo con los planes de inversión y el presupuesto anual autorizado para el efecto. 5.3.1. En relación con la autorización para contratar, la Ley 136 de 1994 4 estableció que los concejos deben reglamentar dicha facultad. Así, el numeral 3º del artículo 32 señala: “Art. 32: Atribuciones. Además de las funciones que se le señalan en la Constitución y la ley, son atribuciones de los Concejos las siguientes: (…) 3. Reglamentar la autorización al Alcalde para contratar, señalando los casos en que requiere autorización previa del Concejo.” Adicionalmente, como ya se mencionó el artículo 25 de la misma Ley 80 de 1993 señala expresamente: “Art. 25 Principio de Economía: En virtud de este principio: (…) 11. Las corporaciones de elección popular y los organismos de control y vigilancia no intervendrán en los procesos de contratación, salvo en lo relacionado con la solicitud de audiencia pública para la adjudicación en caso de licitación. De conformidad con lo previsto en los artículos 300, numeral 9º y 313, numeral 3º, de la Constitución Política, las asambleas departamentales y los concejos municipales autorizarán a los gobernadores y alcaldes, respectivamente, para la celebración de contratos.” Ley 136 de 1994 (junio 2) “Por la cual se dictan normas tendientes a modernizar la organización y el funcionamiento de los municipios”, Diario Oficial No. 41.377, junio 2 / 1994. 4 En este orden, como ya fue explicado la competencia general que el Estatuto de Contratación le atribuye a los jefes de las entidades territoriales para contratar, debe entenderse en armonía con el reparto de competencias entre concejos y alcaldes, la cual, como se ha visto en las normas transcritas, prevé la existencia de una autorización para contratar por parte de los primeros. De lo anterior, debe entenderse que si bien el Alcalde es quien tiene competencia para suscribir y ejecutar los contratos, el inciso final del artículo 150 de la Constitución, que autoriza la expedición de un régimen general de contratación por parte del Congreso, no habilita por sí sola a los alcaldes municipales a contratar sin la autorización del concejo municipal, exigencia ésta que la misma Carta establece en su artículo 313-3. 5.4. En el concepto del H. Consejo de Estado del 5 de junio de 2008, ya mencionado, la Máxima Corporación de la Jurisdicción de lo Contencioso Administrativo, citando la sentencia C-738 de 2001 de la H. Corte Constitucional, sostuvo: “2º. Frente a la autorización, señala la Corte Constitucional, corresponde a la facultad del concejo municipal de establecer qué contratos de los que debe celebrar el alcalde como representante de la entidad territorial, deben ser autorizados por esa corporación. Aclara esa Corporación Judicial de manera categórica que dicha atribución no puede comprender todos los contratos que deba suscribir el alcalde, sino únicamente y de manera excepcional “los que tal corporación disponga, en forma razonable, mediante un reglamento que se atenga a la Constitución Política”. A contrario de lo anterior, sería viable otorgar por parte de los concejos una autorización general para contratar de acuerdo con el presupuesto aprobado y los planes de desarrollo, como es práctica usual. En este caso, el concejo puede reservase o no la facultad de autorizar algunos contratos en particular, siempre que, como ya se señaló, no comprenda la totalidad de los contratos que debe celebrar el alcalde. Ahora, como función típicamente administrativa y por tanto subordinada a la ley, deberá ser ejercida de forma razonable y ajustarse a los principios de la función administrativa previstos en el artículo 209 de la Constitución Política, pues como dice la Corte, “sólo podrá ser ejercida por los Concejos con el alcance y las limitaciones propias de su naturaleza”. 3. En relación con la reglamentación de esa autorización (art.32-3 de la Ley 136 de 1994), la Corte Constitucional advierte que ella se refiere a la reglamentación no de la función contractual del alcalde, sino del procedimiento interno que habrá de seguirse en los concejos municipales para tramitar las solicitudes de autorización de contratos en los casos en que ésta se ha previsto; por tanto, los concejos no podrán so pretexto de reglamentar dicha autorización, “extralimitarse en sus atribuciones e intervenir sobre la actividad contractual propiamente dicha; dirección que corresponde al alcalde, en tanto jefe de la acción administrativa del municipio, de conformidad con el artículo 315-3 de la Carta.” Advierte además ese Tribunal que se trata de una función de naturaleza administrativa y, por tanto, que no comporta facultades legislativas en materia de contratación; en consecuencia, a través de ella no pueden modificarse o regularse materias propias del legislador, en especial las relativas a los procedimientos de contratación previstos en el Estatuto General de Contratación, por lo que el concejo “no puede entrar a establecer procedimientos de selección, normas generales aplicables a los contratos, etc., puesto que ello forma parte del núcleo propio del Estatuto de Contratación”. Se precisa entonces que la reglamentación a que se refiere el numeral 3º de la Ley 136 de 1994 únicamente comprende tres aspectos :“el procedimiento interno que se deberá seguir ante los Concejos para obtener la autorización respectiva, los criterios que debe seguir para otorgarla, así como los casos en los cuales tal autorización es necesaria. Así, la competencia del concejo habrá de estar referida únicamente “a las hipótesis en que tal autorización es necesaria, a los criterios que se deberán aplicar al momento de decidir sobre si se otorga o no dicha autorización, y a las etapas del trámite a seguir en cada caso. Estas normas no serán de tipo legal, sino de tipo administrativo, sin que sea necesario contar con una regulación previa del tema por parte del Legislador” (Negrillas y Subrayas fuera de texto). 5.5. La Ley 1551 del 6 de julio de 2012, “por la cual se dictan normas para modernizar la organización y el funcionamiento de los municipios” en su artículo 18 modificó el artículo 32 de la Ley 136 de 1994 y constituye un respaldo legislativo a la posición plasmada por la H. Corte Constitucional, expuesta en el numeral anterior de esta providencia, en lo que a la autorización para contratar se refiere, dejando expresa la necesidad de autorización para contratar en casos específicos, así: “Artículo 18. El artículo 32 de la Ley 136 de 1994 quedará así: Artículo 32. Atribuciones. Además de las funciones que se le señalan en la Constitución y la ley, son atribuciones de los concejos las siguientes. (…) 3. Reglamentar la autorización al alcalde para contratar, señalando los casos en que requiere autorización previa del Concejo. (…) Parágrafo 4°. De conformidad con el numeral 30 del artículo 313 de la Constitución Política, el Concejo Municipal o Distrital deberá decidir sobre la autorización al alcalde para contratar en los siguientes casos: 1. Contratación de empréstitos. 2. Contratos que comprometan vigencias futuras. 3. Enajenación y compraventa de bienes inmuebles. 4. Enajenación de activos, acciones y cuotas partes. 5. Concesiones. 6. Las demás que determine la ley”. Es claro entonces, que la Ley contempla la autorización que el Concejo Municipal debe otorgar al Alcalde para celebrar contratos en determinados casos, y la facultad que le asiste a aquella corporación para reglamentarla, pero se advierte que la ley no faculta al Concejo Municipal para intervenir en las condiciones propias del contrato. (Negrillas por fuera del texto) 3. Caso concreto La Delegada de la Gobernación de Antioquia dentro de la oportunidad legal, remite al Tribunal el Acuerdo N° 009 del 30 de mayo de 2013 expedido por el Concejo Municipal de Amagá. Sostiene la solicitud que si bien la competencia para autorizar al alcalde a contratar se encuentra en cabeza del concejo municipal, no es válido la sujeción o condicionamientos a la misma, porque ello implicaría una indebida intervención en las funciones del alcalde. El acuerdo acusado es visible a folio 6 y establece en lo pertinente: ARTÍCULO PRIMERO. Conceder al señor Alcalde del Municipio de Amagá autorización para contratar con Bancolombia S,A., un crédito hasta por la suma de DOSCIENTOS CINCUENTA MILLONES DE PESOS moneda legal ($250.000.000,oo) pudiendo pignorar las rentas afines al destino de ese crédito o las de libre disposición. El marco normativo y el precedente horizontal en la materia, llevan a la Sala a sostener que si bien en los concejos municipales radican las atribuciones de autorizar al alcalde para contratar y de reglamentar el procedimiento interno que indique cómo será solicitada y concedida tal autorización; no implica la posibilidad de reglamentar o condicionar la función contractual del alcalde, ni la intervención de la corporación en la actividad contractual propiamente dicha; al constituir la intromisión en una extralimitación de funciones, pues al burgomaestre compete la dirección de la actividad contractual en calidad de jefe de la administración municipal, al tenor del numeral 3° del artículo 315 Superior. En consecuencia, la Sala concluye que las expresiones “con Bancolombia S.A.” vertidas en el artículo 1° del acuerdo acusado son inválidas, desbordan las atribuciones del concejo municipal y en ese orden, van en contravía del ordenamiento jurídico y del principio de separación de poderes. Los concejos no están facultados para ejercer un control de los contratos o convenios suscritos por el Alcalde Municipal, ni pueden establecer las condiciones específicas de los mismos, como por ejemplo ordenar al Alcalde con quién celebrar el contrato. En mérito de lo expuesto, EL TRIBUNAL ADMINISTRATIVO DE ANTIOQUIA, SALA PRIMERA DE ORALIDAD, administrando justicia en nombre de la República y por autoridad de la Ley, FALLA PRIMERO: DECLÁRASE LA INVALIDEZ de la expresión “Con Bancolombia S.A.” contenida en el artículo 1° del Acuerdo N° 009 del 30 de mayo de 2013 del Concejo Municipal de Amagá por el cual se concede una autorización para contratar un crédito y se otorga un plazo para su ejecución, por las razones expuestas en la parte motiva de ésta providencia. SEGUNDO: COMUNÍQUESE esta decisión a la Secretaria General del Departamento y a los señores Alcalde y Presidente del Concejo Municipal de Amagá - Antioquia. TERCERO: DEVUÉLVANSE las diligencias a la oficina de origen. CÓPIESE, NOTIFÍQUESE Y CÚMPLASE. Esta providencia se estudió y fue aprobada en Sala de la fecha como consta en el ACTA Nro 107 LOS MAGISTRADOS ÁLVARO CRUZ RIAÑO JORGE IVÁN DUQUE GUTIÉRREZ YOLANDA OBANDO MONTES 3