Antoine Perret - Havens Center

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Antoine Perret
Universidad Externado de Colombia
El uso de contratista en Colombia: una política equivocada1
Desde el inicio del Plan Colombia en 2000 se generalizo en Colombia el uso de
contratistas privados. En 2002 el rompimiento de las discusiones entre las Fuerzas
Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el gobierno colombiano transformó el
Plan Colombia. Desde luego se acepta que los fondos dedicados a este pueden ser
utilizados para la lucha contrainsurgente. Pero el propósito del plan sigue siendo la
lucha contra el narcotráfico a través de una estrategia de reforzamiento del Estado
colombiano. ¿Sin embargo podemos preguntarnos si la utilización de contratistas,
quienes aumentan el riesgo de escalamiento del conflicto y están afuera de todo control
del parte del Estado colombiano, es realmente adecuada o si al contrario no tiene el
efecto contrario del buscado?
El contexto de la privatización
Las primeras Compañías Militares y/o de Seguridad Privadas2 (CMSP) aparecen en
Colombia en los años noventa, principalmente en el marco de la cooperación entre
Estados Unidos y Colombia para lucha contra la drogas.
En los años noventa la lucha contra las drogas era principalmente un asunto policial.
“Los Estados Unidos proporcionaron equipamiento y fondos para la lucha contra los
narcóticos, inicialmente en gran parte a la policía nacional colombiana pero
recientemente [antes de 2001] más a los militares”3. Conjuntamente a la militarización,
la lucha contra las drogas empezó a privatizarse; aunque se menciona4 de la presencia
1
Este articulo es el producto de una investigación de tesis de maestría efectuada en la Universidad
Externado de Colombia a Bogotá bajo la dirección del profesor Frédéric Massé a quién agradezco su
trabajo. Quisiera agradecer también Amada Benavides, miembro del grupo de trabajo de Naciones Unidas
sobre el uso de mercenarios como medio para violar los Derechos Humanos, por su apoyo y sus consejos.
2
La diferenciación entre compañías militares y compañías de seguridad se puede hacer solo caso por
caso, estudiando las actividades de las diferentes compañías. Por esta razón y por facilitar la referencia
que, a lo largo de este estudio, se hará a las empresas de seguridades o militares, se utilizará el término
Compañías Militares o de Seguridad Privada (CMSP).
3
Serafino, N. M. (2001). Colombia: Plan Colombia Legislation and Assistance (FY2000-FY2001).
Washington: CRS Report for Congress.
4
Freedom of Information Act (FOIA) en http://jeremybigwood.net/
de Dyncorp desde el año 1988, se habla de sus actividades de forma más concreta a
partir del año 1994. Sus contratos dependen directamente del Departamento de Estado
de Estados Unidos y están en Colombia “para trabajar en proyectos antinarcóticos con
la Dirección Antinarcóticos y la unidad aérea de la Policía Nacional de Colombia.
Además presta apoyo a la Brigada Aérea del Ejército Nacional”5.
La verdadera privatización empieza con el llamado “plan Colombia” cuyo nombre se
usa para llamar el paquete de cooperación que se hace entre Estados Unidos y
Colombia. En 2002 se estima que unos 150 millones de dólares fueron pagados a las
CMSP, “es decir, casi el 50 por ciento de los 370 millones que E. U. dedicó a Colombia
durante el 2002 para financiar operaciones militares y policiales”6.
El Plan Colombia “incluye medidas de fortalecimiento de los derechos humanos, de
desarrollo social, de apoyo a la economía y de avances en la negociación del conflicto
armado, pero es sobre todo la parte militar (más de 70% de la ayuda total) destinado a la
intensificación de las operaciones de fumigación en las zonas de producción de
substancias ilícitas, que llama la atención”7.
Desde su inicio, el Plan fue sujeto a varias críticas para denunciar el riesgo de
escalamiento militar y de otro lado sobre el objetivo real del Plan. No era muy claro si
era un Plan de lucha contra el narcotráfico o un plan de lucha contra los actores ilegales
y principalmente contra la guerrilla. “Además el Plan Colombia tenía previsto
concentrar sus esfuerzos de lucha contra las drogas en el sur del país, precisamente
donde la influencia de la FARC es una de la más fuerte”8.
Cabe anotar que a partir de 2002, con el final de las negociaciones entre el gobierno
colombiano y las FARC, los fondos otorgados para la lucha contra las drogas pudieron
ser utilizados también para la lucha contra la guerrilla. La consecuencia para los
contratistas es que la asesoría que daban contra el narcotráfico se transformo en un
entrenamiento de lucha contrainsurgente9.
5
Mercenarios, Semana, 08/13/2001 - nº1002, Bogotá.
Gómez Maseri, S. (20 de junio de 2003). El Cincuenta Por Ciento Del Dinero Norteamericano Para El
Plan Colombia. El Tiempo.
7
Traducción del autor, Massé, F. (2003). Les Etats-Unis et l’Europe face au conflit colombien. Paris: Les
Études du CERI, Centre d'études et de recherches internationales, Sciences Po.
8
Idem.
9
Feickert, A. (2005). U.S. Military Operations in the Global War on Terrorism: Afghanistan, Africa, the
Philippines, and Colombia. Congressional Research Service. Washington: The Library of Congress.
6
En fin, la cooperación entre Estados Unidos y Colombia después de la guerra fría fue
planteada sobre la base de la lucha contra las drogas, pero a lo largo de los años noventa
ocurrió lo que Balié llama la “privatización de la guerra”, primero privatización porque
en numerosos casos las CMSP se encargan de las operaciones y segundo de la guerra
porque la lucha antinarcóticos se militarizo volviendo las operaciones realizada por las
CMSP como operaciones de guerra10.
La utilización de las CMSP se vuelve una forma de disminuir la participación del
gobierno estadounidense en el conflicto colombiano11, porque claramente una
participación directa de Estados Unidos en Colombia no encontraría apoyo de ninguno
de los dos lados12.
Para el gobierno de Estados Unidos el uso de las CMSP simplifica el desarrollo de su
política exterior, porque según las actuales leyes del congreso no es necesario notificar
los contratos de las CMSP menores a 50 millones de dólares, entonces no existe un
control rigoroso sobre estos contratos. Además como lo dice el antiguo embajador de
Estados Unidos en Colombia Myles Frechette, “es muy práctico tener elementos que no
son de las fuerzas armadas de los Estados Unidos. Si alguien se muere o le pasa algo, se
puede decir que no es un miembro de las fuerzas armadas. A nadie le gusta ver militares
estadounidense muertos.”13. Realmente el gobierno los Estados Unidos evita el costo
político que podría entrenar su participación en el conflicto colombiano.
Sin embargo en 2006 se contaba alrededor de 25 CMSP trabajando por la cuenta de
Departamento de Estado de los Estados Unidos y el Departamento de Defensa14, pero
CMSP como Lockheed-Martin tiene varios contratos de diferentes tipos, el total
aproximado de todos los contratos firmado con las CMSP es de 309,6 millones de
dólares15.
Las actividades de las CMSP en Colombia
10
Balié, C. (2005). Les entreprises militaires privées en Colombie, agents discrets de la politique
étrangère de Etats-Unis. En J.-J. Roche, Insécurités publiques, sécurité privée? Essais sur les nouveaux
mercenaires (págs. 292-310). Paris: Economia.
11
Miami Herald, Feb. 22, 2001 en http://www.ciponline.org/colombia/contractors.htm
12
Vauters, J., & Smith, M. L. (2006). A Question of Escalation - From Counternarcotics to
Counterterrorism: Analysing US Strategy in Colombia. Small Wars and Insurgencies, 17 (2), 63–196.
13
Traducción del autor, Stokes, D. (8 de September de 2003). The Weaknesses of U.S. Human Rights
Monitoring in Colombia. Colombia Journal On Line , pág. http://www.colombiajournal.org/.
14
The United States Department of State. (2007). Report to Congress On Certain Counternarcotics
Activities in Colombia. Washington.
15
Calculo hecho por Center for International Policy‘s Colombia Program en
http://www.ciponline.org/colombia/contractors.htm
Se analizara en seguido las actividades de estas CMSP en Colombia tratando ver hasta
qué punto están implicadas en el conflicto. Para este fin se utilizara la tipología de
Singer, empezando por las menos involucradas.
En el caso colombiano, de la misma forma que en el resto del mundo la categoría de las
Military Support Firms representa el mercado más grande, la mayoría de las CMSP
contratadas por los Departamentos de Defensa y de Estado de los Estados Unidos
desarrollan tareas en este sentido. Por ejemplo las CMSP Virginia Electronic Systems,
Inc. (VES) y Air Park Sales and Service, Inc. (APSS) tenían que entregar e instalar
equipos de comunicaciones para aviones de la Armada en 200216. Varios de los
contratos de Lockheed-Martin son de logística que es la principal compañía proveedora
de estos servicios en Colombia para Estados Unidos17.
En 2006 Oakley Networks está encargada de la vigilancia por internet, Telford Aviation
apoya la logística de para el manejo de dos aviones de reconocimiento, ITT y ARINC se
encargan de unos radares, Chenega Federal Systems provee el mantenimiento al día de
una base de datos de inteligencia18.
Si generalmente esta categoría sale de los estudios sobre la privatización de la seguridad
porque se alejan mucho de la definición de los mercenarios19 cabe destacar que estas
CMSP tienen un rol clave en el desarrollo de los conflictos. Según un empleado de una
CMSP “la parte militar es muy pequeña comparando a la logística, y para un país
representa mucho más porque todas estas empresas de logística que no se involucren
directamente en el conflicto manejan todos los asuntos fundamental para la seguridad
del país”20. Además, después del Intelligence Authorization Act de noviembre 200321,
los servicios de inteligencia proveídos a través del la financiación del Plan Colombia
pueden ser usado no solamente para la lucha contra el narcotráfico sino también por la
16
El Tiempo, 20 junio 2003.
Syrvalin, D. (4 de Mayo de 2007). Contracting Officer Narcotics Affairs Section US Embassy Bogota,
Colombia. (A. Perret, Entrevistador).
18
Report to Congress On Certain Counternarcotics Activities in Colombia preparado por the United
States Department of State
19
Singer, P. W. (2003). Corporate Warriors, The Rise of the Privatized Military Industry. Ithaca and
London: Cornell University Press.
20
Empleado CMSP nº1. (20 de agosto de 2007). (A. Perret, Entrevistador)
21
En su sección 313 “use of funds for counterdrug and counterterrorism activities for Colombia” el acto
autoriza el uso de los recursos de inteligencia utilizado por la lucha contra el narcotráfico a ser también
disponibles para luchar contra los grupos terroristas como las FARC, el ELN y las AUC con el objetivo
de proteger la salud y la vida humana en circunstancias de emergencias, incluyendo en las operaciones de
rescates. (Senate of the United States of America, 2003).
17
lucha contra el terrorismo22. Entonces, actualmente las actividades de inteligencia son
no solamente fundamentales para el manejo de la lucha antinarcóticos sino también para
el buen manejo del conflicto.
Además en Colombia el grado de dependencia del Estado colombiano alcanza a ser tan
alto que el Ministro de la Defensa, Juan Manuel Santos Calderon, dice que en temas de
inteligencia “dependemos todo de lo que nos da Estados Unidos, sin Estados Unidos
nos quedamos miope”23. Esta total dependencia puede volverse muy problemática
porque son estas CMSP quienes tienen el manejo de toda la información y el contrato
que tienen esta firmado con el Gobierno de Estados Unidos no con el colombiano, lo
que implica que Estados unidos puede tener y manejar información que no tiene
Colombia sobre su territorio. Singer habla del riesgo de depender de CMSP en temas de
inteligencia utilizando el termino económico “ex-post holdup”, lo que significa en este
caso: poner la integralidad de los planes estratégicos en las manos de un actor privado24.
Un primer ejemplo de CMSP de la categoría Military Consultant Firms es el contrato de
entrenamiento militar es el que Military Professional Resources Incorporated (MPRI)
desempeño a partir de 2000 para que ayudara a reestructurar las fuerzas armadas
colombianas contra la droga25 y luego trabajar con los militares y la policía nacional
para formarlos en temas de operaciones psicológicas, inteligencia, logística26.
El objetivo del contrato era la lucha contra el narcotráfico pero a lo largo del contrato,
MPRI desbordó de sus actividades iníciales hacia un apoyo para la lucha de
contrainsurgencia, como fue el caso en Croacia27. Sin embargo al contrario de Croacia,
el resultado fue un fracaso. Los expertos de MPRI no conocían el contexto colombiano,
no entendieron la cultura y ni siquiera hablaban español28. Una frase del ministro de
22
Veillette, C. (2005). Andean Counterdrug Initiative (ACI) and Related Funding Programs: FY2005
Assistance. Washington: Congressional Research Service & The Library of Congress.
23
Santos Calderon, Juan Manuel, Conferencia pública, Hotel Tequendama 23 de agosto 2007.
24
Singer, P. W. (2003). Op cit. Pp. 148.149.
25
La guerra privatizada, Semana, 11/10/2002, nº 1071
26
Adams, D., & De La Garza, P. (3 de December de 2000). Military aid . . . from the private sector. St.
Petersburg Times .
27
Singer, P. W. (2003). Op cit. p133
28
Adams, D., & De La Garza, P. (13 de May de 2001). Contract's end hints of Colombia trouble. St.
Petersburg Times .
defensa de la época, Luis Fernando Ramírez, resuma bien lo interesante que era la
asesoría de MPRI: “en un país en guerra no hay mucho tiempo de ir a comités”29.
El contrato terminó el año siguiente. Soyster, el portavoz de MPRI, dijo que el
Pentágono no había renovado el contrato de 4,3 millones de dólares porque los
objetivos habían sido cumplidos30. Bagley, de la universidad de Miami concluye sobre
el caso del contrato de MPRI: “la verdad subyacente es que esta subcontratación de la
guerra permite que no exista responsabilidad frente a los millones de dólares que el
gobierno de los Estados Unidos está gastando, aparentemente para ayudar a Colombia.
[…] A menudo nuestros millones no ayudan tanto”31. Peor aún el congreso de Estados
Unidos nunca recibió retroalimentación sobre la misión de MPRI32.
En 2006 la CMSP ARINC, Inc. tuvo un contrato mayor a 20 millones financiado con los
fondos del Plan Colombia para desarrollar actividades de entrenamiento del personal,
mantenimiento y ayuda logística para el programa Colombian Air Bridge Denial33. Pero
para evitar que los empleados de ARINC, Inc. se involucraran en el conflicto se les
prohibió volar en las misiones de combate.
Recientemente, en abril de 2007, el Ministerio de Defensa colombiano contrato unos
privados israelíes para “mejorar la inteligencia, y los procesos de comando y control”34.
Son un grupo de ex oficiales de Israel que asesoraron al propio gobierno de Israel,
compuesto de un general, dos coroneles y un oficial de bajo rango acompañados de
traductores. “Son una especie de sicoanalistas. Nos hacen las preguntas que son y nos
ayudan a ver todos los problemas que tenemos y que no vemos”, dijo Sergio Jaramillo,
viceministro de Defensa a Semana35. El contrato que tiene un valor estimada superior a
los 10 millones de dólares36 parece tener sus éxitos. Últimamente varias operaciones
militares basada sobre un gran trabajo de inteligencia dieron resultados consecuentes.
Un ejemplo es el ataque letal que dio el ejército colombiano en contra del campamiento
donde supuestamente estaba el “Negro Acacio”, un jefe de la guerrilla de la FARC 37. Es
29
Guerra por contrato, Semana, 06/04/2001, nº 992
Adams, D., & De La Garza, P. (13 de May de 2001). Op cit.
31
Traducción del autor. Idem.
32
Singer, P. W. (2003). Op cit. p 207.
33
The United States Department of State. (2007). Report to Congress On Certain Counternarcotics
Activities in Colombia. Washington.
34
De Tel Aviv a Tolemaida, Semana, 08/04/2007, nº1318.
35
Idem.
36
Idem.
37
Ver los detalle de la operación en El Tiempo, Jefe guerrillero “Negro Acacio” fue muerto por el Ejercito
en combate, 3 de septiembre 2007.
30
considerado como el golpe más fuerte contra la FARC en los últimos años, y según el
politólogo Jaime Zuluaga es muy posible que sea por una mejor inteligencia38. También
se puede mencionar el ataque contra “Martín Caballero”, otro jefe de un frente de las
FARC, dado también por un mejor funcionamiento de inteligencia39.
Aunque se notifica varios otros éxitos40 que podrían ser ligados con la asesoría del
grupo israelí varias críticas salieron. Por ejemplo en Washington y Londres aunque
“oficialmente, todos lo aceptan, […] en muchas agencias de inteligencia hay
incomodidad, pues mientras los gobiernos de esos países le ayudan a Colombia a costa
de sus impuestos, el gobierno está pagando varios millones de dólares a estos
israelíes”41. Además como lo menciona Laude Fernández: “Hubiese sido mejor
apoyarse en los británicos, que tienen un buen sistema de inteligencia y un mejor
estándar en derechos humanos”42.
De acuerdo con Vauters y Smith en las historia reciente de Colombia tres CMSP,
Northrop Grumman, Airscan y DynCorp, desarrollaron actividades que tienen las
características de las Military Provider Firms, es decir, las compañías que ofrecen un
servicio de operaciones militares y que participan directamente en el combate43.
En 1997 Airscan fue contratada por una empresa petrolera estadounidense, Occidental
Oil, y por la empresa colombiana Ecopetrol44 para la seguridad de un oleoducto en la
región de Arauca. El contrato consistía en proveer vigilancia de alta tecnología para
monitorear los movimientos de la guerrilla y para que luego los militares colombianos
podían atacarlos45. Según Tamayo, antes de 2001, se efectuó unos sesenta bombardeos
contra la guerrilla del Ejército Nacional de Liberación (ELN) con el apoyo de Airscan46.
En diciembre 1998, un helicóptero de las fuerzas aéreas colombiana bombardeó al
En El Tiempo, Tres interceptaciones son la prueba de la muerte del “Negro Acacio”, tras bombardeo de
Fuerza Aérea, 4 de Septiembre 2007
39
Golpe contra “Martin Caballero” es comparable con el de Tomás Medina “Negro Acacio”, El Tiempo,
25 de octubre 2007.
40
Ver por ejemplo los artículos: Semana, ¿Punto de quiebre?, 09/08/2007 nº1323; o El Tiempo, Tres
interceptaciones son la prueba de la muerte del “Negro Acacio”, tras bombardeo de Fuerza Aérea, 4 de
Septiembre 2007.
41
De Tel Aviv a Tolemaida, Semana. Op. Cit.
42
Idem.
43
Vauters, J., & Smith, M. L. (2006). Op. Cit, p. 178.
44
La papa caliente, Semana, 12/18/2003, nº1081.
45
(Washington Office on Latin America, 2003)
46
Tamayo, J. O. (22 de mayo de 2001). Colombia: Private Firms Take on U.S. Military Role in Drug
War. Miami Herald .
38
pueblo de Santo Domingo ubicado a unos 50 kilómetros de las instalaciones de la
empresa. El resultado fue 17 civiles murieron entre ellos 7 niños y otros 25 heridos
entre ellos 15 niños47, pero ningún guerrilleros48.
Aunque se comprobó la responsabilidad de los pilotos estadounidense (Miller, 2003)
ellos “se hallan libres de cargos en algún lugar del mundo, mientras [que] la tripulación
del helicóptero militar colombiano […] podría afrontar condenas de hasta 15 años de
prisión”49.
El caso demuestra la implicación de la CMSP en las operaciones de las fuerzas militares
colombianas y según unos testimonios de los militares colombianos, este caso no era
excepcional en la participación de los contratistas estadounidense: “cuando habían una
confrontación entre los militares y las guerrillas, los contratistas [de AirScan] siempre
estaban”50.
Northrop Grumman fue contratada por 30 millones51 de dólares como una subsidiaria
de la compañía California Microwave Systems Inc., y sus actividades eran parecidas a
las que desarrollaba AirScan. El trabajo consiste en sobrevolar la selva colombiana con
aviones equipados de cámara infrarroja ultra sofisticada con el objetivo de hacer
reconocimiento sobre actividades ilegales ligada a la droga o a movimientos de
guerrilla52. En el año 2003, el último año de trabajo de Northrop Grumman en
Colombia antes de ser reemplazada por otra CMSP recién creada, CIAO53, varios
ataques de parte de las FARC contra los aviones resultaron fatales por unos pilotos de la
CMSP. En este mismo año un primer accidente mató un contratista y tres otros fueron
secuestrados por las FARC. El mes siguiente un otro accidente deja dos muertos54. La
CMSP mandó después del primer accidente aviones para buscar los secuestrados, pero
nunca fue posible encontrarlos. Aunque las familias de los secuestrados critican mucho
el gobierno estadounidense por no hacer nada para lograr la liberación de estos
hombres, en la embajada de Estados Unidos en Colombia, los tres compatriotas están
47
Miller, T. C. (Domingo 17 de March de 2002). A Colombian Village Caught in a Cross-Fire. Los
Angeles Times.
48
Penhaul, K. (16 de abril de 2001). Making a Deal with the Devil. U.S. News & World Report (US) ,
págs. 28-29.
49
La papa caliente, Semana, , Op. Cit.
50
Traducción del autor, Miller, T. C. (Domingo 17 de March de 2002), Op cit.
51
Vargas, A. I. (26 de Febrero de 2002). Colombia: Una amenaza conveniente. Semana (1034).
52
Forero, J. (14 de Febrero de 2004). Private U.S. Operatives on Risky Missions in Colombia. The New
York Times .
53
Idem.
54
Northrop Grumman (2003) Annual report, Los Angeles.
muy presentes. Un pequeño “departamento” Search and rescue, conocido como el SAR,
se encarga de buscar y rescatar secuestrados. Este “departamento” contrata CMSP para
hacer su trabajo y aunque “no se sabe muy bien que hacen, es seguro que el tema de los
tres contratistas es la mayor preocupación”55.
Se menciona la presencia de DynCorp en Colombia por primera vez en 198856 por unos
trabajos de lucha contra las drogas, luego a partir de 1994 tiene contrato directamente
con el Departamento de Estado de Estados Unidos, pero tiene relaciones directamente
con la Narcotics Affairs Section (NAS) en la embajada de Estados Unidos en Bogotá.
“La oficina que canaliza los recursos aprobados por el Congreso de Estados Unidos para
combatir el narcotráfico”57.
DynCorp tiene actualmente el contrato más importante del Departamento de Estado en
Colombia58. Incluye tarea como la participación en la fumigación de los cultivos de
coca, entrenamiento, transporte aéreo, mantenimiento de los aviones, reconocimiento y
se encarga de la búsqueda y rescate59, operación que se dirige a aeronaves derribadas o a
acciones hostiles provenientes de productores o traficantes de narcóticos60.
La embajada de Estados Unidos no hace un seguimiento real de las actividades de la
DynCorp. La CMSP se encarga de la contratación de los empleados y de proveer todo el
material necesario, finalmente al gobierno de Estados Unidos lo que les interesa son los
resultados61. Lo que permite a DynCorp de subcontratar una parte de su mandato a otra
CMSP Eagle Aviation Services and Technology (EAST), creada durante los años
ochenta para proveer servicios de transporte aéreo clandestino al gobierno de Estados
unidos en zonas de operaciones militares sensible, como por ejemplo en el caso de la
entrega de armas a los contras nicaragüenses62.
Tanto las ambigüedades del contrato como las libertades que tiene DynCorp para el
manejo de sus actividades, permiten que esta se involucra directamente en el combate
aunque el congreso de los Estados Unidos lo prohíbe63. Existen varios momentos donde
55
Empleado de la Embajada de Estados Unidos en Bogotá, (17 de junio 2007), Entrevista personal.
Freedom of Information Act (FOIA) y publicado por Jeremy Bigwood en http://jeremybigwood.net/
57
Mercenarios, Semana, 08/13/2001 - nº1002, Bogotá.
58
Syrvalin, D. (4 de Mayo de 2007). Op. Cit.
59
DynCorp-State Department Contract, (2001) en http://www.corpwatch.org/.
60
Mercenarios, Semana, Op. Cit..
61
Syrvalin, D. (4 de Mayo de 2007). Op. Cit.
62
Gómez, I., Paez, A., Reyes, L., Rodrigues, F., Smyth, F., Peterson, L., y otros. (2001). Colombia:
Outsourcing War. Washington: International Consortium of Investigative Journalists.
63
Singer, P. W. (2003). Op cit. p 208.
56
los empleados de DynCorp pueden participar en los combates. El primero que releva de
la defensa es resumido por el Brian Sheridan, un oficial del Departamento de Defensa
de los Estados Unidos, unos meses antes del inicio efectivo del Plan Colombia: es muy
inconveniente que unos ciudadanos estadounidense sean involucrado en el combate
pero “como todo el personal militar estadounidense en todas partes del mundo, si
alguien abre el fuego sobre uno, este puede responder”64.
El segundo ejemplo donde DynCorp tiene un rol ofensivo es cuando va a fumigar los
cultivos de coca. Las avionetas que se encargan de expandir el glifosato son siempre
acompañados por dos o tres helicópteros de combates para protegerlos65. Es cierto que
los aviones que fumigan son sujetos a numerosos ataques. Entre 2001 y 2002 hubo en
promedio unos 10 ataques al mes, pero las cifras van creciendo y llegan a un tope en
enero 2003 donde se cuenta unos 73 ataques para después volver a disminuir y llegar a
un promedio de unos 26 ataques al mes66. Obviamente es importante tener en cuenta
que la cuantidad de vuelvo también aumentó: en 2003 se hizo 11,300 horas de vuelvo
cuando en 2002 se hizo 9,400 y en 2001 5,450 horas67. Para defenderse DynCorp utiliza
entonces helicópteros “que llevan a bordo una tripulación mixta de [contratistas] y
personal de la Policía Nacional”68 armados que abren el fuego en contra de los
agresores. También existe la sospecha de que unos paramilitares, en 2001 antes de la
desmovilización, se asociaron a las operaciones de DynCorp para “limpiar” las zonas
donde iba a fumigar69, pero estos hechos no fueron comprobados70. Otras fuentes
mencionan la presencia de un cuerpo de soldados (de DynCorp) quienes van en el
terreno primero y eliminar las amenazas para asegurar el trabajo de los aviones71, lo que
significaría que DynCorp no respeta la prohibición del congreso de Estados Unidos de
64
Sømme Hammer, A. (2006). The Control of Private Security Companies, Master Thesis in Peace and
Conflict Studies, University of Oslo. no publicado . Oslo.
65
United States Government Accountability Office, G. (2004). Drug Control, Report to the Honorable
Charles E. Grassley, Chairman, Caucus on International Narcotics Control, U.S.Senate. Washington:
GAO. P9.
66
Ibid, p. 1.
67
Ibid, p. 9.
68
Mercenarios, Semana, Op. Cit.
69
Penhaul, K. (16 de abril de 2001). Making a Deal with the Devil. U.S. News & World Report (US) ,
págs. 28-29.
70
Penhaul cita un comandante paramilitar (“Wilson“) que dice que el Plan Colombia no podría funcionar
sin el ayuda de los paramilitares, Penhaul, K. (16 de abril de 2001). Op. Cit.
71
Empleado CMSP nº1. (20 de agosto de 2007). Entrevista personal.
Una otra entrevista de un otro empleado de CMSP realizada por Katherine McCoy, candidata al PhD en
la Universidad de Wisconsin, confirma estos datos.
que los contratistas estadounidenses combaten72. Un acontecimiento del 2001 puede ser
relevante en este sentido, el equipo del SAR de la DynCorp fue involucrado en un
combate contra las FARC en la municipalidad de Curillo73, al parecer los contratistas, la
mayoría ex solados de las fuerzas especiales estadounidense, estaban armado con armas
pesadas74, según Singer este episodio demuestra que la empresa puede jugar un papel
ofensivo75.
El equipo de SAR, una especie de Fuerza Delta privada, sería el tercer ejemplo de la
involucración de la CMSP DynCorp en el conflicto colombiano. En 2001, se estimaba
que el SAR había “participado en unas 15 misiones de rescate […]. “Son expertos en
combate. La mayoría de ellos son pilotos de guerra. Participaron en Vietnam, Golfo
Pérsico, en El Salvador y Guatemala”, señaló un oficial de Antinarcóticos”76.
Ahora bien, se menciono anteriormente las actividades de varias CMSP en Colombia,
contratada tanto por el Departamento de Estado de Estados Unidos, los casos de
Lockheed-Martin, MPRI o DynCorp, como por empresas privadas, el caso de AirScan,
o también por el Estado Colombiano como es el caso de los Israelí que están
actualmente asesorando militares colombianos, pero ahora es necesario analizar el
estatus tanto de estas CMSP como de sus empleados en el contexto colombiano y tratar
de compararlos con las categorías de mercenarios definidos en la primera parte de este
estudio.
Los peligros y las consecuencias del uso de las CMSP
La presencia de las CMSP en Colombia se puede justificar no solo con explicaciones
económicas y militares, sino también políticos. Las CMSP son un agente discreto de la
política internacional de Estados Unidos77. El interés en acudir a su utilización puede
venir tanto de Estados Unidos como de Colombia, uno buscando la disminución de la
72
Veillette, C. (2005). Op. cit.
Isacson, A. (2002). Colombia’s human security crisis. Washington: Human Security in Latin America,
Disarment Forum.
74
Tamayo, J. O. (22 de Febrero de 2001). Colombian Guerrillas Fire on US Rescuers. The Miami Herald.
75
Singer, (2003). Op. Cit. pág. 208
76
Mercenarios, Semana, Op. Cit.
77
Balié, C. (2005). Les entreprises militaires privées en Colombie, agents discrets de la politique étrangère
de Etats-Unis. En J.-J. Roche, Insécurités publiques, sécurité privée? Essais sur les nouveaux
mercenaires (págs. 292-310). Paris: Economia.
73
producción de drogas y el otro buscando ganar en capacidad militar para afrontar su
conflicto interno. Si bien estas razones pueden presentar la estrategia de los dos países
como apropiada, es importante analizar los efectos de la presencia de las CMSP en
Colombia en miras de examinar las implicaciones que pueden tener sobre el
escalamiento del conflicto interno, la población civil, las fuerzas militares colombianas
y el Estado colombiano.
A partir de febrero de 2002 con la ruptura de las discusiones de paz entre el gobierno
del presidente Pastrana y las FARC, la posibilidad de utilizar los recursos consagrados a
la lucha contra el narcotráfico para la lucha contrainsurgente y el ámbito internacional
de la lucha contra el terrorismo, son elementos que crean un contexto perfecto para que
las CMSP se involucren aún más en el conflicto colombiano. Estos tres elementos hacen
que las CMSP puedan actuar contra las guerrillas sin que exista una preocupación
mayor de sus formas de actuar. A partir del rompimiento de las discusiones con las
FARC ellas son consideradas como terroristas, entonces el uso de las CMSP contra ellas
entra en el marco global de la lucha contra el terrorismo.
El problema que subrayan Vauters y Smith, es que en contexto colombiano, las CMSP
representan un peligro de escalamiento del conflicto por cuatro razones: en primer lugar
en el marco de las fumigaciones, donde existe un contacto entre las CMSP y los grupos
ilegales; en segundo lugar porque las CMSP son un actor externo y que su motivación
principal es el lucro y no tanto el interés del Estado; en tercer lugar, los autores
argumentan que la presencia de contratistas aumenta el peligro que incurren los
oficiales estadounidenses porque no existe una diferencia clara entre los dos78; en cuarto
y último lugar, hablan de la impunidad de los contratistas y la falta de control por parte
del Congreso de los Estados Unidos79.
El ejemplo de la contratación de la DynCorp para desempeñar labores de lucha contra el
narcotráfico, ilustra la argumentación de estos autores. Las funciones de lucha contra el
narcotráfico de la DynCorp deberían ser, en mayoría, de la policía. La consecuencia de
la privatización de estas actividades fue una militarización, porque la DynCorp trabaja
de forma militar y con ex militares.
78
Además de ser todos extranjeros, los contratistas utilizan de la misma forma ropa de civiles que
uniformes militares muy parecidos a los de los militares estadounidenses. Para la población o para los
guerrilleros no existe una diferencia entre los dos. Entonces no van a hacer la diferencia entre un oficial
estadounidense que trabaja para la defensa de los derechos humanos y un contratista que fumiga.
79
Vauters, J., & Smith, M. L. (2006). Op. Cit.
Se puede ver los mismos efectos en el caso de la CMSP DSL que tenía un contrato con
British Petroleum para entrenar la policía local para la lucha contrainsurgente80. Para
este fin DSL empleaba ex soldados profesional de las fuerzas especiales británicas
(SAS) y tiempos después la policía fue acusada en varias ocasiones de violaciones de
derechos humanos81. Si es difícil de concluir directamente de la responsabilidad de esta
CMSP en las violaciones de derechos humanos, se puede decir que la formación de la
policía con ex militares de fuerzas especiales no es apropiada para reproducir la
distinción que se debe hacer entre la policía y los militares. El ethos de la policía,
basado sobre un uso mínimo de la violencia, se distingue tradicionalmente del ethos
militares que es basado sobre la idea de un uso de toda la fuerza necesaria82.
El resultado de la militarización de las funciones de policía y directamente de la policía
tiende a aumentar la militarización de la sociedad, lo que Blair llama la ritualización de
la violencia, que ya es profunda. “El reforzamiento de estas mentalidades guerreras
tiene al menos dos efectos: 1) la dificultad o la franca imposibilidad de encontrar salidas
políticas y no militares al conflicto colombiano actual al privilegiar –por parte de
múltiples actores- la lógica de guerra; y 2) la reproducción, con todas sus secuelas, de
referentes mentales que se gestan en una sociedad que, al parecer, no encuentra más
espacio que la guerra.”83.
Además de la militarización es importante tener en cuenta, como lo señala Singer, que
“la implicación de las CMSP [en el conflicto colombiano] puede radicalizar las partes
“duras” tanto del lado militar colombiano como del lado de los rebeldes. Estas
operaciones privatizadas también amenazan con extender la guerra, en intensidad y
alcance geográfico”84 porque representan un actor externo adicional.
Aunque los Estados y las CMSP tienen una relación de simbiosis y que los dos se
necesitan entre ellos para lograr sus fines85, las CMSP son un actor que gozan de cierta
80
Vallette, J., & Chatterjee, P. (5 de septiembre de 2003). Guarding the Oil Underworld in Iraq.
CorpWatch , pág. http://www.corpwatch.org/
81
Olsson, C. (2003). Vrai procès et faux débats : perspectives critiques sur les argumentaires de
légitimation des entreprises de coercition para-privées. Cultures & Conflits , n°52.
82
Moskos, C. (1975). UN Peacemakers : the Constabulary Ethic and Military Professionalism. Armed
Forces and Society , 1 (4).
83
Blair Trujillo, E. (1999). Conflicto armado y militares en Colombia; cultos, simbolos e imaginarios.
Bogotá: Universidad de Antioquia & Centro de Investigación y Educación Popular – Cinep, p.153.
84
Traducción del autor. Singer, 2003, Op. Cit., p. 209
85
Nossal, K. R. (1998). Roland Goes Corporate: Mercenaries and Transnational Security Corporattions
in Post-Cold War Era. Civil Wars, p. 16.
autonomía con sus propios intereses y no solamente un arma de los Estados86. El
impacto de la presencia de las CMSP en un conflicto puede tener un efecto contrario a
lo buscado. En un conflicto “la aumentación del número de agentes que proporcionan
seguridad crea el riesgo de incoherencia política y resultados problemáticos”87. En el
caso colombiano donde existe una gran cantidad de actores es posible dudar de los
alcances positivos de las CMSP como un actor parcialmente autónomo.
Para profundizar sobre los resultados del uso de las CMSP es importante mirar los
efectos sobre la población y los mecanismos de de responsabilidades.
Las CMSP benefician de una “zona gris” en el derecho tanto interno como
internacional. El estatuto de los empleados no es claro frente al derecho Internacional.
De forme generalizada los empleados de las CMSP que fueron involucrados en
violaciones de derechos humanos y tráficos varios se quedaron libres de inquietudes.
Por ejemplo de los contratistas de la DynCorp en Bosnia, fueron culpables de varias
violaciones de mujeres y de usar una niña de doce años como esclava sexual88. El
empleado que denuncio el escándalo fue el único a ser despedido89, y la DynCorp siguió
teniendo contratos similares al que tuvo en Bosnia90. Se puede también mencionar el
caso de las torturas en la cárcel de Abu Grhaib, Irak, donde el informe interno indica
que cuatro contratistas fueron involucrados, 37 según Isenberg91, pero no fueron
llamados por la justicia92.
Colombia no está exenta de ejemplos similares. En el caso del bombardeo del pueblo de
Santo Domingo aunque se comprobó la responsabilidad de los pilotos estadounidenses
trabajando por la CMSP AirScan ellos nunca fueron llamado por la justicia (Miller,
2003). Este ejemplo es ilustrativo de los posibles problemas que pueden ocurrir, pero el
86
Spearin, C. (2003). Accountable to Whom? An Assessment of International Private Security
Companies in South America. Civil Wars , 6 (1), p. 21.
87
Ibid, p. 5.
88
Capps, R. (2002). Outside the Law. Salon.com , págs.
http://archive.salon.com/news/feature/2002/06/26/bosnia/index.html, visitada el 23 agosto 2007.
89
Spearin, C. (2003). American Hegemony Incorporated: The Importance and Implications of Military
Contractors in Iraq. Contemporary Security Policy , 24 (3), p. 39.
90
Singer, P. W. (2004). War, Profits and the Vacuum of Law: Privatized Military Firms and International
Law. Columbia Journal of Transnational Law , 42 (2), p. 538.
91
Isenberg, D. (2006). A government in search of cover: PMCs in Iraq. Market Forces: Regulating
Private Military Companies. New York: Institute for International Law and Justice, New York University
School Of Law.
92
Kwok, J. (2006). Armed Entrepreneurs, Private military companies in Iraq. Harvard International
Review, spring 2006.
elemento más importante que se debe destacar es la impunidad de la CMSP en el caso,
errores militares no son propiedad reservada de las CMSP.
Los casos son varios como por ejemplo un soldado estadounidense activo y un
contratista trabajando en la base de Tolemaida violaron una niña de doce años en agosto
200793. El caso está en las manos de la justicia pero es muy probable que no se pueda
hacer mucho, como ocurrió con un caso similar en 2004 donde contratistas de la misma
base gravaron una película pornográfica con niñas menores de edad94.
Existe también la misma impunidad en el caso de los empleados de la DynCorp que
fueron involucrados en un tráfico de heroína en 200195 lo que provoco la reacción de la
congresista estadounidense Schakowsky: “Los reportes de que empleados de DynCorp
están implicados en narcotráfico, precisamente el delito que a ellos se les paga para
evitar, sólo fortalece mi convicción de que esta es la política errada”96.
En resumen el problema es que no exista un real control sobre estas CMSP de parte de
la justicia, ni colombiana, ni estadounidenses. Los casos de impunidad de los empleados
de las CMSP en Colombia aumentan la falta de credibilidad de la justicia colombiana en
temas militares, ya debilitada por varios problemas ligados a las violaciones de derechos
humanos y las fuerzas armadas.
Los militares colombianos fueron acusados en varias ocasiones de colaborar con los
paramilitares y de violar los derechos humanos97, pero a partir de de 1998 se empieza
una reestructuración de la institución donde se profesionaliza la mayoría de los militares
y se amplía el cuerpo de soldados98. Poco a poco, la capacidad de los militares para
combatir las guerrillas aumentó y los paramilitares se volvieron más un peso que una
93
Investigan a dos militares de E.U. por violación de niña de 12 años en Comando Aéreo de Melgar, El
Tiempo, Octubre 7 de 2007.
94
Murcia, D. (19 de abril de 2007). Corporación colectivo de Abogados. Entrevista personal.
95
Mercenarios, Semana, Op. Cit.
96
Idem.
97
Existe números artículos o informes sobre esta relación, ver por ejemplo los informes: “Los Lazos que
Unen: Colombia y las relaciones militares-paramilitares”, Human Rights Watch, 2000, New York en
http://www.hrw.org; “La "Sexta División" Relaciones militares-paramilitares y la política estadounidense
en Colombia”, Human Rights Watch, 2001, New York, en http://www.hrw.org; o los artículos: Calvo
Ospina, Hernando, “Les paramilitaires au cœur du terrorisme d’Etat colombien”, Le Monde
Diplomatique, Abril 2003, pp 10-11¸ Michael Evans, “La verdad sobre la Triple A”, Semana, 06/30/2007
– nº 1313; Restrepo E., Juan Diego, “Apoyo militar a las AUC, vieja denuncia sin oídos”, Semana,
05/15/2007.
98
Leal Buitrago, F. (2006). La Inseguridad de la Seguridad, Colombia 1958-2005. Bogotá: Planeta, p.
204.
ayuda para los militares, lo que podría explicar las negociaciones de paz y la
desmovilización de los paramilitares a partir de 200299.
Pero a pesar de esta reforma que se dio en 1998, los casos de abusos y violaciones de
derechos humanos de las fuerzas militares contra la población siguen siendo muy
elevados, por ejemplo según la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC) el
Estado es el principal causante de violaciones a los derechos de los indígenas100, el
centro de investigación Cinep estima que entre julio de 2006 y junio de 2007 murieron
169 personas en ejecuciones extrajudiciales bajo la responsabilidad de la fuerza
pública101.
Al problema de violaciones de derechos humanos por parte de los militares se añade las
disfunciones de la justicia que en varias ocasiones tuvo conclusiones poca satisfactoria,
como en el caso San José de Apartadó o de las masacres de Mapiripán102 y de
Jamundi103. La gravedad de los hechos se empeora con la falta de justicia, lo que puede
tener repercusiones graves en el manejo de los asuntos militares e estatales, la población
debe poder confiar en sus soldados. En Colombia existe una falta de transparencia sobre
los asuntos militares104 que impide un control democrático y ciudadano del
funcionamiento de esta institución.
La impunidad que benefician los empleados de las CMSP perjudica aún más la justicia
colombiana. Pero con la diferencia que con los casos de los militares se puede esperar
que la justicia rectifique las faltas pasadas, lo que en los casos de los contratistas parece
más complicado porque aún no existe una reglamentación de las actividades que
desarrollan.
Esta carencia de la justicia frente a los contratistas lleva a preguntarse quién responde
de las actividades de las CMSP. Según la revista Semana, DynCorp “es una rueda suelta
que ninguna entidad del Estado controla. Sus relaciones son directamente con la
Narcotics Affairs Section (NAS), la oficina que canaliza los recursos aprobados por el
Congreso de Estados Unidos para combatir el narcotráfico en el país”105. De parte de la
99
Balié, C. (2005). Op. Cit.
Paredes, C. (08 de octubre de 2007). Según la ONIC, el Estado es el principal causante de violaciones
a los derechos de los indígenas. Semana. Bogotá.
101
Fuera de combate, Semana, 10/20/2007
102
En su peor momento, Semana, 06/11/2006
103
Comandante de Pelotón Lince declaró en juicio por muerte de 10 policías e informante en Jamundí, El
Tiempo, 22 de octubre 2007.
104
Abad Faciolince, H. (08 de 12 de 2006). La injusticia penal militar. Semana.
105
Mercenarios, Semana, Op. Cit.
100
instituciones colombiana, no existe ningún tipo de control sobre las actividades de las
CMSP contratadas a través el Plan Colombia, “ni la Aeronáutica Civil, el Ministerio de
Defensa o la Policía Nacional reconocen tener conocimiento de cuántos contratistas
extranjeros operan en el país, y menos saben de sus actividades”106. El problema, como
lo dice un alto oficial de la policía es que “es gente muy difícil de manejar. La mayoría
de ellos son altos consumidores de droga. Muchos se inyectan antes de volar. Varios
oficiales han tenido enfrentamientos abiertos con esos pilotos porque no respetan la
disciplina castrense en las bases militares”107.
Se puede aceptar la pérdida de soberanía que implica la falta de control de parte del
Estado colombiano y la entrega de sus asuntos a una entidad exterior, el NAS en este
caso, pero surge dos problemas que pueden ser preocupantes: primero no existió un
debate democrático sobre la contratación de agentes privados en Colombia108. La
cooperación con Estados Unidos y el Plan Colombia fueron debatidos pero no la
contratación de CMSP. Se intentó varias acciones en justicia de parte del Colectivo de
Abogados José Alvear Restrepo para conocer el estatuto de estas CMSP en Colombia,
pero ninguna fueron recibidas, “la justicia se niega a controlar”109. En segundo, el
supuesto control debe venir de parte de NAS, pero en contratación dice que no hacen un
seguimiento del asunto, lo que les interesa son los resultados110. Esto no implica que no
haya ningún control por que es muy probable que los militares estadounidenses hagan
un seguimiento de las actividades de la DynCorp, pero da elementos para pensar que no
existe control civil sobre estas actividades.
Esta falta de control se debe analizar en el contexto particular colombiano y compararla
con los objetivos supuestos del Plan Colombia y de manera más general de la
cooperación entre Estados Unidos y Colombia. En Estado Unidos la razón de ser del
Plan Colombia es “combatir el tráfico ilícito de narcóticos”111. En Colombia si el
componente anti narcotráfico es claro, el fortalecimiento de la policía y del ejército es
también un elemento fundamental para justificar el Plan112. La transformación del Plan
106
Castillo, F. (23 de Enero de 2003). Colombia: Los negocios en la guerra. Rebellión ,
http://www.rebelion.org/
107
Mercenarios, Semana, Op. Cit.
108
Balié, C. (2005). Op. Cit.
109
Murcia, D. (19 de abril de 2007). Op. Cit.
110
Syrvalin, D. (4 de Mayo de 2007). Op. Cit.
111
Plan Colombia: Plan para la Paz, la Prosperidad y el Fortalecimiento del Estado, textos disponibles en
http://usembassy.state.gov/
112
El Plan Colombia, Semana, 07/24/2000 nº 947
Colombia en 2002 marca más claramente la meta de debilitar a los grupos armados
ilegales113. En cierta medida, el Plan Colombia puede considerarse como exitoso, no por
el lado de la lucha contra el narcotráfico, porque en este sentido el fracaso es total como
lo dice Murcia: “el Plan iba a servir para reducir en 50% la oferta de cocaína hacia
Estados Unidos y Europa, pero ha sido un total fracaso […] el precio del gramo de
cocaína en Estados Unidos ha bajado un 36%, a pesar de que el año anterior en
Colombia se fumigaron 172.000 hectáreas de cultivos de coca y de que fueron
erradicadas manualmente otras 45.000 hectáreas.”114. Pero por el lado del
fortalecimiento de las fuerzas públicas colombianas el cambio es positivo115. Tanto que
para unos: “la iniciativa de Clinton y Pastrana, complementada con la Política de
Seguridad Democrática, puso freno a la más grande y exitosa ofensiva de las FARC,
modificó radicalmente el escenario estratégico y fortaleció el poder coercitivo del
Estado”116.
De forma global el Plan Colombia sirvió para reconstruir la legitimidad del Estado
colombiano117. Pero si la capacidad técnica de las fuerzas públicas colombianas
aumentó realmente, el problema de las violaciones de derechos humanos y de la justicia
militar sigue siendo importante y perjudica gravemente el Estado colombiano. Entonces
en este contexto, es legítimo preguntarse si la utilización de las CMSP sin que exista un
control de parte del Estado colombiano no va en contra de los intereses primordiales del
Plan Colombia. Es decir, en un contexto donde se busca fortalecer un Estado, para que
pueda ganar el monopolio de la fuerza y que sus órganos policiales y judiciales sean
suficientemente fuertes para poder luchar contra el narcotráfico, añadir un actor como
las CMSP que debilitan aún más el monopolio de la fuerza del Estado y que además no
está bajo el control de ningún órgano de este Estado, ni de su justicia, tiende a tener el
efecto contrario del buscado.
¿Prohibición, regulación o autorregulación?
113
¿Un nuevo Plan Colombia?, Semana, 03/11/2002 nº 1036.
Murcia, D. (19 de abril de 2007). Op. Cit.
115
Francisco, G. (03 de marzo de 2003). El éxito del Plan Colombia. Semana.
116
Guarín, R. (19 de abril de 2007). Los riesgos del Plan Colombia. Semana.
117
Rocha García, R. (23 de diciembre de 2002). ¿Sirve el Plan Colombia? Semana
114
En su libro “la construcción del Estado” Fukuyama explica que “los Estados débiles se
han convertido en el único y más grave problema para el orden internacional […]
Después de 1989 la mayoría de las crisis internacionales han girado en torno a Estados
débiles o fracasados”118. El mismo Fukuyama cita Friedman quien decía hace diez años
a los países ex comunistas que era necesario “privatizar, privatizar y privatizar” pero
admite haberse equivocado, “seguramente el Estado de Derecho [es] más
importante”119.
La citación de Friedman no está especialmente enfocada sobre el tema de la seguridad,
pero, como se mencionó anteriormente, el monopolio de la fuerza es el fundamento del
Estado120. Por lo tanto es lógico pensar que para tener un Estado de derecho que permita
una privatización fructuosa es necesario primero alcanzar un monopolio de la fuerza de
parte del Estado.
Pero en Colombia la utilización de la CMSP tiende a debilitar el monopolio de la fuerza
del Estado colombiano. La solución que podría parecer la más adecuada por parte del
Estado colombiano sería no aceptar la estancia de las CMSP en su territorio, es decir
prohibirlas. En ese sentido, la prohibición avanzaría en el camino del monopolio de la
fuerza. Pero la prohibición no permitiría acceder a las ventajas que pueden ofrecer las
CMSP como las que se mencionaron anteriormente como por ejemplo la capacidad de
transferir conocimiento.
Avant resuma este mismo debate pero al nivel global sobre el uso de las CMSP como
una discusión entre pesimistas que defienden la necesidad de volver al monopolio de la
fuerza del Estado, y entonces de prohibir el uso de las CMSP, y los optimistas que
arguyen las lentitudes burocráticas y políticas para justificarlas121.
Avant concluye que sería más eficaz buscar un mejor entendimiento de los problemas y
trabajar sobre estrategia para aumentar la cooperación y la transparencia entre los
Estados y los agentes del no-estatales que emplean CMSP y las CMSP122.
Una forma de avanzar en el sentido que propone Avant sería la autorregulación, que se
puede definir como la aceptación de unos códigos de conducta específicos. Las CMSP
118
Fukuyama. (2004). La Construcción del Estado. Barcelona: Edición B, p. 140.
Friedman en Fukuyama, 2004. Op. Cit.
120
Weber, M. (1964). The theory of social and Economic Organization. New York: Free Press.
121
Avant, D. D. (2005). Private Security Companies. New Political Economy , 10 (1), p. 129.
122
Idem.
119
se comprometen en firmar contratos que sean conformes con reglas predefinidas y
admitidas por la profesión.
Un ejemplo de de autorregulación existente es la asociación IPOA que reagrupe unas
cuarentas CMSP y que tiene su condigo de conducta que impone a su miembros, entre
otras cosas, el respecto de los derechos humanos, una cierta transparencia en la medida
de lo posible, y el rechazo de contratos con clientes sospechosos 123. La idea de esta
asociación es promover un trabajo de cualidad y, de hecho, mejorar la percepción del
público frente a estas actividades.
Como lo explica Singer, las CMSP prefieren que las sanciones sean solamente basada
sobre el buen funcionamiento del mercado, es decir que las CMSP que comenten
“errores” sean borradas de las listas de las CMSP aprobadas, lo que tendría
implicaciones financieras124.
La iniciativa de la IPOA es un primer paso en el buen camino, pero de ninguna manera
puede considerarse como suficiente. Como lo dice el General francés Bentegeat, la
cuestión de las CMSP es delicada. Si la mayoría de las CMSP son “controlables y
controladas […] algunas, desafortunadamente, no tienen código ético suficiente”125. Los
casos de violaciones que ocurrieron en Colombia pueden servir para demostrar los
límites de la autorregulación. Así DynCorp es miembro de la IPOA y puede ser que
respeta el código de esta asociación pero no respeta las leyes colombianas y no hubo
implicaciones de su responsabilidad.
La autorregulación tiene, antes que todo, un interés comercial para seleccionar las
CMSP que buscan hacer un trabajo de calidad pero no tiene las garantías suficientes
para que los contratistas, las CMSP y los Estados o actores no-estatales que contratan
CMSP sean responsables de los actos ilegales. La autorregulación o la regulación a
través del mercado son claramente insuficientes en caso de violaciones notarias de los
derechos humanos126. Es, entonces, necesario pensar en unos mecanismos de
responsabilidades efectivos. Como le releva Spearin, “el motivo de mejorar la
responsabilidad de las [CMSP], se debe mirar no solamente las medidas diseñadas para
asegurarse de que las [CMSP] estén controladas correctamente, pero también las
123
Código de Conducta, International Peace Operations Association, en www.ipoaonline.org
Singer, 2004. Op. Cit., p. 546.
125
Bertile, R. (2005). Les Sociétés Militaires Privées (SMP): une solution aux conflits asymétriques postguerre Froide? Université Pierre Mendès-France (Grenoble 2). Grenoble: no publicado.
126
Singer, 2004. Op. Cit., p. 546.
124
actividades y el ímpetu de los que contratan las [CMSP] con su políticas” 127. La
respuesta probablemente más adecuada es la regulación en varios niveles. Pero según
Bryden “la regulación al nivel estatal es muy difícil en un ambiente formado por actores
no-tradicional, no-estatal, multi o trans-nacional”128. Lo ideal sería una regulación al
nivel internacional, y la entidad que eventualmente podría preparar una legislación es la
ONU, lo que tendría un peso político importante aunque no tendría un peso normativo
de una regulación estatal129. El problema, como lo releva Holmqvist es que las Naciones
Unidas no tienen todavía una posición definida sobre la utilización de las CMSP.
La posición de la ONU frente a las CMSP evolucionó a lo largo del crecimiento del
fenómeno, el primer relator especial el señor Ballesteros, era partidario de la
modificación de la definición para integrar los contratistas como mercenarios. La tesis
planteada por la oficina del Relator Especial es que son mercenarios, aunque las
definiciones legales al uso adolezcan de deficiencias y limitaciones que dejan fuera
situaciones y actividades que son mercenarias”130. Sin embargo, efectuar un cambio en
la definición y aceptar que los contratistas sean mercenarios, sabiendo que países como
los Estados Unidos o Gran Bretaña, y hasta la ONU misma, utilizan las CMSP es
complicado y seria despreciar el trabajo que pueden efectuar las CMSP y perder una
herramienta que puede ser útil. Frente a este dilema la política de Naciones Unidas ha
cambiado y en 2005 nombraron un grupo de trabajo sobre el tema de los mercenarios y
de las CMSP. Si el nombre del grupo sigue siendo el mismo: “Grupo de Trabajo sobre
la utilización de mercenarios como medio de violar los derechos humanos y de
obstaculizar el ejercicio de los pueblos a la libre determinación”, el mandato fue
127
Spearin, C. (2003). Accountable to Whom? An Assessment of International Private Security
Companies in South America. Civil Wars , 6 (1), p. 17.
128
Traducción del autor. Bryden, A. (2006). Approaching the Privatisation of Security from a Security
Governance Perspective. En A. Bryden, & M. Caparini, Private Actors and Security Governance (págs.
3-23). Geneva: Democratic Control of Armed Forces (DCAF), p. 8.
129
Holmqvist, C. (2005). Private Security Companies The Case for Regulation. SIPRI Policy Paper No.
9, p.45.
130
Ballesteros (2001) El derecho de los pueblos a la libre determinación y su aplicación a los pueblos
sometidos a dominación colonial o extranjera o a ocupación extranjera.
Informe sobre la cuestión de la utilización de mercenarios como medio de violar los derechos humanos y
de obstaculizar el derecho de los pueblos a la libre determinación, presentado por el Relator Especial, Sr.
Enrique Bernales Ballesteros, de conformidad con la resolución 2000/3 de la Comisión de Derechos
Humanos, ONU, E/CN.4/2001/19, en www.un.org
ampliado gracias a la resolución 2005/02 para diferenciar las actividades de los
mercenarios clásicos y de las CMSP131.
Con este cambio las Naciones Unidas aceptan que las CMSP son distintas a los
mercenarios de los años sesenta, llamados aquí “mercenarios vagabundos”, pero
también subraya que es necesario hacer un seguimiento de las actividades de estas
CMSP. Este avance es un fundamento a la preparación de regulación internacional sin
embargo el problema más grande es la carencia de voluntad política132. El hecho que los
estados son los principales creador de derecho internacional pone la falta de voluntad
política como el mayor freno a una regulación a nivel internacional, por lo menos
temporal.
Una regulación internacional, aunque necesaria para el fenómeno en su globalidad, sería
probablemente insuficiente en el caso colombiano, porque son los Estados Unidos que
contraten la mayoría de las CMSP presentes en Colombia, y una regulación
internacional no aseguraría al Estado colombiano un control eficiente sobre las CMSP
que actúan en su territorio. Un control estatal sobre las CMSP en el caso colombiano no
solamente es necesario para que existan mecanismos de responsabilidad sino también
para que la construcción del monopolio de la fuerza sea más efectiva.
En los “Estados débiles133 […] [existe] la preeminencia de una mentalidad que
privilegia el fin sobre los medios”134 y en Colombia se podría privilegiar el
mejoramiento técnico de las fuerzas militares, pero como se demostró anteriormente el
tema del respecto de los derechos humanos es absolutamente fundamental en Colombia
para que los militares y de hecho el Estado ganen la absoluta confianza de la población.
Además, según Kinsey, existen razones obvias que explican porque un Estado puede
querer regular las CMSP. Entre estas razones se puede nombrar el hecho de querer
asegurarse de que las CMSP y sus empleados sean responsables de sus acciones; de
Ver parágrafo 12 de la resolución 2005/02 “Utilización de mercenarios como medio de violar los
derechos humanos y obstaculizar el ejercicio del derecho de los pueblos a la libre determinación”, en
http://www.ohchr.org
132
Singer, 2004. Op. Cit. p. 547
133
Los autores hablan de Estados débiles para definir los Estados que tienen dificulta a subvenir a las
necesidades de la población como en salud, educación, defensa nacional, servicios sociales básicos o el
orden público. Se puede considerar Colombia como un Estado débil según estos criterios dado que el
Estado colombiano no cumple todas estas funciones en todo su territorio.
134
Traducción del autor. Dupont, B., Grabosky, P., Shearing, C., & Tanner, S. (2007). La gouvernance de
la sécurité dans les États faibles et défaillants. Champ Pénal , IV, http://champpenal.revues.org.
131
evitar que las CMSP busquen contratos ilegales y de garantizar que trabajen en el marco
de la soberanía de los Estados135.
En Colombia una regulación efectiva permitiría no solamente aumentar la transparencia
de la actuación de las CMSP, lo que podría ser un ejemplo al nivel internacional, pero
también es necesaria para que el Estado colombiano avance en su lucha para ganar el
monopolio de la fuerza y su lucha contra la impunidad.
135
Kinsey, C. (2002). Private military companies: options for regulation. Conflict, Security &
Development.
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