Notas de redacción > Cartas

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Pese a que hemos publicado regularmente el calendario de salida de
cada nuevo número de DIAGONAL, os recordamos que en agosto
cerramos para tomar un corto descanso. Con el número 12, que sale
el 1 de septiembre, se reanudará nuestra aparición quincenal en los
puntos de distribución y en los buzones de los suscriptores.
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EN AGOSTO DIAGONAL CIERRA POR VACACIONES
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Del 21 de julio al 31 de agosto de 2005 // Diagonal
DIAGONAL
Gari Garaialde
CARTAS
Las cartas destinadas a esta sección no
podrán sobrepasar los 1.700 caracteres
con espacios. Es imprescindible que vayan firmadas y que podamos contactar
con el autor o la autora. El equipo de
DIAGONAL se reserva el derecho de
publicarlas, así como de resumirlas. No
publicaremos cartas insultantes o
descalificadoras.
La verdad del malo
Parece ser que aquello de la milenaria
cultura oriental, de que dentro de todo
bien se encuentra algo de mal y viceversa, tiene su confirmación en Toni
Blair. Este personaje de las Azores
tiene razón al criticar el altísimo porcentaje del presupuesto europeo dedicado a subvencionar a la agricultura.
A nadie que profundice sobre las causas de la pobreza del Tercer Mundo se
le escapa que estos países podrían
tener una fuente de riqueza en la agricultura, exportando a Europa, si esta
no tuviera blindado su mercado y las
famosas subvenciones.
Está claro que acabar con la pobreza
necesita algo más que pequeñísimos
pasos con la deuda externa y la retahíla de promesas incumplidas desde
que en el año 1972 se adquiriera el
compromiso de dedicar el 0,7% del
PNB a la ayuda al desarrollo .// Andrés
Velasco Urquiola (Madrid)
Despedida del
CSOA La Nave
Tras llevar bastante tiempo trabajando
en el Centro Social Ocupado y Autogestionado La Nave, principalmente en
las tareas de limpieza y habilitación
para el uso, una persona conocida (no
íntimamente) por la mayoría de personas que integraban el proyecto, solicitó un espacio en el que residir dentro
de la Nave. Se le concedió dicho espacio sin que hubiera ningún incidente.
Pasado algún tiempo también se alojaron en el Centro amigos de dicha
persona.
La primera persona que entró a vivir,
se drogaba siempre que podía, no
ponía nada de su parte en las tareas y
aquellas cosas que hacía, que redundaban en su beneficio las esgrimía
como justificación, carecía de cualquier tipo de interés político y las únicas cosas que parecían importarle
eran el dinero y las drogas (lógicamente esos ‘amigos’ que él introdujo en el
Centro eran de similares inquietudes).
Pasado algún tiempo comenzaron a
surgir, debido a la actitud de esta persona, problemas de convivencia.
Muchos de los que trabajaban en el
proyecto lo abandonaron debido a intimidaciones que sufrieron por parte de
estas personas y otros integrantes del
proyecto llegaron incluso a ser agredidos. Debido a esto el proyecto se iba
viniendo abajo.
Los conflictos con dichas personas
aumentaron, y también el estado
deplorable en que tenían el edificio.
Finalmente se planteó la posibilidad
de expulsarles, pero teniendo en cuenta que son personas de nuestro
mismo barrio y que hacerlo supondría
tener enfrentamientos directos con
ellos todos los días, decidimos abandonar el proyecto.
Advertimos que si se recibe información sobre algún acto se sepa que los
fondos recaudados no irán destinados
a asociaciones reivindicativas, ni a
mejorar La Nave, sino que se usaría
para la adquisición de drogas. // CSOA
La Nave
Actitudes racistas
Son las 9.30h. de la mañana del
sábado 18 de junio. Entro en el
Metro. En la escalera que da acceso
a los andenes hay cuatro personas
de seguridad, en el andén en donde
me situo hay otras dos y enfrente
hay otras dos, ocho personas que se
encargan de ‘guardar el orden’.
Enseguida me doy cuenta del ‘motivo’: en el andén de enfrente hay una
pandilla de chicos y chicas latinoamericanos, no pasan de siete u
ocho. Son jóvenes, gritan a los cuatro vientos su desarraigo, simulan
bailar a ritmo cálido y sensual, vocean entre sí, se tocan y ríen. No se
meten con nadie, han creado su propio círculo en el andén de enfrente.
Pero a esos ‘guardianes del orden’
parece que no les gusta. Uno de
ellos, situado a mi lado, mira en actitud provocadora a la pandilla, estos
le devuelven la mirada con la insolencia de la juventud. El ‘guardián’
de mi lado gira y marcha hacia el
otro andén con los brazos separados
del cuerpo al estilo de los vaqueros
malos. Ya los otros ‘guardianes’ de
enfrente se han encarado con nuestros hermanos latinoamericanos y
todos los ‘guardianes del orden’, que
ahora ya son más de ocho, rodea
ahora a la pandilla. Viene mi metro,
pero lo dejo ir para ver qué pasa.
Viene otro metro enfrente.
Observo cómo la gente se ha agrupado alrededor del lugar que yo
ocupo. Todos han llegado después
de irse el tren que yo dejé pasar.
Como enfrente los empujones son
cada vez más intensos, yo grito a los
‘guardianes’: “¡Déjenlos tranquilos,
que no se han metido con nadie!” Y
a mi alrededor estallan fieros rugidos
de animales en falsa defensa del
nido: “¡Vaya allí y ayúdelos!” “¡Qué
se vayan a su país!”… “Pero, ¿por
qué?” pregunto yo. “¡¿Cómo qué por
qué?! Porque están provocando”
“Perdone, pero ellos no han provocado, no se han metido con nadie y
usted no estaba aquí para confirmar
lo que está diciendo” “¡Qué se vaya
con ellos a su tierra” Grita otro. Y
otro, “vienen aquí a robar y matar”.
Alguien me empuja y me alejo y
espero a ver qué pasa. Salen, entre
empujones, insultos y chillidos, los
jóvenes y los de ‘seguridad’. Puedo
oír lo que les dicen. Los hay que
exhiben carnets de identidad español gritando que son tan españoles
como ellos, refiriéndose a esos que
guardan tanto el orden.
Todo terminó con la pandilla en la
calle. La paz había llegado a las
almas de los rugientes racistas.
¡Qué duros han sido los ocho años
de intransigencia aznariana! // Enrique Bienzobas Castaño (Madrid)
Para quién es
importante la familia
Tan respetable es una fe razonable de
los creyentes, como lamentable la
credulidad de demasiadas ovejas de
falsos pastores. En medio de una
gran manifestación en defensa de
una familia no atacada, un obispo se
atrevió a decir que “la familia es lo
más valiosos que tenemos en nuestra
vida”. Y esto lo dice quien ha renunciado al matrimonio y a la familia por
despreciar ambas instituciones, como
ha hecho siempre la Iglesia católica.
Ya san Pablo relegaba el matrimonio
a los débiles ante la carne: “quisiera
que fuérais como yo, pero más vale
casarse que abrasarse” y san Jerónimo toleraba el matrimonio “porque
hace vírgenes”; la familia es sólo
“para la tropa”, como diría con toda
crudeza el fundador del Opus Dei.
Quienes respetan y creen de verdad
que la “familia si es importante” son
aquellos homosexuales que exigen,
precisamente por considerarlo importante, el poder casarse y adoptar con
todas las de la ley, no esos clérigos
fariseos que imponen sobre los
demás pesadas cargas que ellos mismos no soportan ni con un dedo, a
los que hay que seguir denunciando,
como hizo Jesús. // Nuria Maceda
Nieto (Madrid)
Otro Alarde conflictivo
Soy irundarra y desde mi infancia he vivido y disfrutado de la fiesta mayor de mi
pueblo, el Alarde de San Marcial, pero sólo he podido disfrutarlas desde la
acera. Gracias a unas pocas mujeres que dieron un gran paso, a día de hoy
participo directamente en la organización y desarrollo del Alarde. (...) El haber
expuesto públicamente ante mis amistades mi apoyo a la participación de la
mujer, me ha supuesto no solo a mí, sino a toda mi familia y compañer@s de
‘batalla’, haber sido tratados de forma totalmente discriminatoria, habiendo
sufrido desde insultos hasta agresiones físicas, incluido la perdida de amistades. (...) Tengo el orgullo de desfilar con mi hija (...) en la Caballería del Alarde,
yo como parte del Estado Mayor junto al General del Alarde, mi hija en la Escolta de Caballería, y mis dos hermanas como miembros de la Compañía de Infantería del barrio de Anaka tocando el txibilito (...). // Ainhoa Ruiz (Irún)
NOTAS DE REDACCIÓN
Suecia, por ejemplo
Cuando unos oficiales nazis entraron en el estudio de Picasso en París
y vieron una foto del Guernika le
preguntaron: “¿Así que usted pintó
este cuadro?” Picasso se encogió de
hombros y les contestó: “No, fueron
ustedes”. Algunas décadas después,
un viejecillo con la mirada un tanto
extraviada se instaló junto al Museo
Reina Sofía de Madrid y se dedicó a
repetir durante años a todo aquel
que pasaba su única frase conocida:
“Picasso, nada que ver con Guernika”. Con la misma seguridad de
aquel viejo, el presidente Tony Blair
–al igual que Aznar tras el 11-M– no
se cansa de repetir su frase “los atentados, nada que ver con Iraq”.
Bin Laden, como salido de un club
de la comedia global, se preguntaba
en un comunicado por qué creerían
los occidentales que Al-Qaeda no elige como objetivo a Suecia, por ejemplo. No es nada nuevo, de hecho es
lo que vienen diciendo los movimientos sociales desde el 11 de septiembre de 2001: las bombas que
caen en Oriente Medio sobre la población civil estallan en New York,
Bali, Madrid o Londres con la misma
macabra precisión. Así se gritó en el
13 de marzo y se volvió a señalar en
la manifestación del domingo 17 de
julio pasado en Londres.
Pero esta ‘guerra global’ por el
control de los recursos energéticos
no sólo tiene como escenario Oriente
Medio y aquellos países que participaron en la invasión de Iraq y
Afganistán. También se encuentra
en Colombia, donde la presencia de
tropas norteamericanas se ha multiplicado con la excusa de luchar contra el ‘terrorismo’. La aplicación
práctica de este concepto permite incluir a cualquier tipo de disidencia,
como una guerrilla que lleva 40 años
de existencia y administra cerca del
20% del territorio, mientras avanza
el saqueo de los principales recursos
naturales y humanos del país por
parte de multinacionales norteamericanas y españolas principalmente.
“¿Por qué no atacamos Suecia?”,
decía Bin Laden, aunque luego lo decía más claramente: “Si ustedes ponen bombas en nuestras ciudades,
nosotros pondremos bombas en las
suyas”. Mientras tanto, los civiles son
los que se llevan los golpes.
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