LOs mITOs sOCIALEs Y LAs COnFIGuRACIOnEs subJETIVAs

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Identidad y sentido
Los mitos sociales y las
configuraciones subjetivas
1
Lucio Cerdá *
* Psicólogo y pedagogo.
Uno de los desarrollos más importantes de las últimas décadas
Profesor titular de
con relación a las problemáticas humanas lo constituye, sin duda,
las cátedras Teoría
la reflexión en torno de la construcción de las subjetividades.
Psicoanalítica I y II de
Esta afirmación sin duda se halla cargada de varios sentidos de-
la Facultad de Ciencias
cisivos para el análisis del concepto de identidad y subjetividad.
Sociales (Universidad
En primer lugar, significa abandonar la antigua idea de una
Nacional de Lomas de
identidad que sería sinónimo de esencial, innato, algo idéntico
Zamora). Dirige la cátedra-
a sí mismo a través del tiempo.
residencia de la Licenciatura
Como bien señala Leonor Arfuch, la identidad no sería enton-
en Psicopedagogía de la
ces un conjunto de cualidades predeterminadas –raza, color, sexo,
misma Universidad. Coautor
clase, cultura– sino una construcción nunca acabada. Esta es la
de Estrategias teóricas y
idea que preside cada vez más el criterio de considerar las subjeti-
clínicas de intervención en
vidades como fruto de complejos entramados donde se entretejen
Psicopedagogía. Autor de
de modo diverso procesos histórico-sociales y psíquicos.
numerosas publicaciones.
Surgen aquí los aportes decisivos de Cornelius Castoriadis
quien abre un camino muy fecundo para desbrozar la relación
entre construcción de subjetividades y sociedad.
Este autor define como ningún otro un modo decisivo de
36 I Anales de la educación común
contextos
¿Cómo se construye la subjetividad? Reflexionar sobre la construcción de
conceptos como identidad y subjetividad implica considerar que
toda experiencia humana está inserta en un mundo indefinido de sentido
y multívocas significaciones.
comprender el acaecer social y su relación
gado en trama dramática, conlleva el mundo
con las subjetividades. En efecto, Castoriadis
de la significación y ésta es siempre indefinida,
(1993) señala que “lo histórico se da como
múltiple, imposible de ser agotada por medio
social y sólo como social puede darse” plan-
de una lógica indivisible y siempre única.
teando un telón desde el cual se ilumina la
No habría historia si no existiera una constan-
argumentación: la subjetivación implica una
te génesis del sentido, una producción inevitable
arquitectura histórico social que responde y es
y continuada de un horizonte de significaciones
producto inescindible de los efectos siempre
que explica finalmente nuestra diferencia con
novedosos de las distintas sociedades dadas.
las abejas o los orangutanes. Lo contradictorio,
Si damos un paso más diremos que una
solidario de lo ambiguo, cobra dimensión en
condición evidente de lo propio del hombre,
este limo de la significación nunca unívoca,
de aquello que nos hallamos conceptualizando
siempre deslizamiento incesante e indefinido en
como subjetividad, es lo heteróclito, es decir, su
el que la vida material es socialmente organizada
estado de conflicto, su ausencia de condición
según unas significaciones que permiten que lo
homogénea. No existe trama humana que no
social pueda existir. La densidad multívoca de la
se halle desgarrada por lo contradictorio, no
significación, el mundo indefinido de sentido
existe en el ámbito de un sujeto lo claro y lo
que implica toda experiencia humana permite
distinto pues el obrar humano, siempre desple-
entender el hecho mismo de la producción soFilosofía política del currículum I 37
cial de significados y su correlato imposible de
designan lo que hay que hacer y lo que no hay
escindir: la subjetividad.
que hacer, aquello que es bueno y valioso y
Tenemos entonces una subjetividad que es
aquello que es desechable y no debe ser hecho.
siempre histórica, es decir producto social, y
Además las
que como admirablemente pudo entenderlo
característicos de una sociedad. No se amaba
Freud, una subjetividad que no es homogénea
del mismo modo en la Grecia clásica que en
sino “pluralidad de personas psíquicas”. Dan-
el París de la Comuna, ni se entendía el afecto
do un paso más surge un concepto imprescin-
filial del mismo modo en la Europa medieval
dible para continuar iluminando el proceso
que en el Buenos Aires actual. El sentimiento
que llamamos construcción de la subjetividad.
de la caridad es un producto del cristianismo
Me refiero al concepto de imaginario.
así como el respeto tolerante por el individuo
Interpreto lo imaginario en dos dimensio-
SIS
establecen los tipos de afectos
es producto de la modernidad.
nes que definen su radicalidad: por un lado,
Los afectos epocales, propios de una socie-
como creación del colectivo anónimo, es decir
dad determinada, existen como tales, es decir,
como producto instantáneo de una sociedad
como construcciones en las cuales intervienen
cuando ésta se constituye. Es lo que se llama
los valores, ideales y prácticas sociales que
imaginario instituyente o imaginario social
una sociedad constituye como su propio ser.
propiamente dicho. Dicha dimensión de
El otro aspecto de lo imaginario lo constituye
análisis corresponde al ámbito de lo histórico-
el imaginario radical, característica indispen-
social como modalidad específica del ser. Está
sable para que alguien pueda convertirse en
claro que cuando hablamos de imaginario
sujeto. No existe hombre sin imaginario, no
social o instituyente lo visualizamos como res-
existe sujeto que no sea un fragmento de las
ponsable de la institución de la sociedad. Este
significaciones imaginarias sociales.
campo, el histórico-social es, para Castoriadis,
Quizás un modo privilegiado de ilustrar
una forma ontológica que puede cuestionarse
lo que vengo sosteniendo sería comprender
a sí misma y, mediante esta actividad reflexiva,
el lugar que ocupa en toda sociedad el mito
autoalterarse explícitamente.
social. Quiero decir que si visualizamos tanto
Es así como las sociedades cambian: se autoa-
la naturaleza del mito social como su modo
lteran debido a que de infinitos diversos modos
de ser procesado en un colectivo determinado
se ponen en cuestión sus imaginarios sociales.
tendremos oportunidades de acercarnos pro-
De alguna manera, toda sociedad se reconoce en
fundamente a los modos de construcción de
sus imaginarios o, más claro aún, es sus imagina-
las subjetividades.
rios que no son otra cosa que la representación
que cada colectivo realiza de sí mismo.
Los mitos sociales
Estas significaciones imaginarias sociales
Si existe en todas las comunidades un fenó-
(SIS) son propias de cada sociedad determina-
meno que se repite, no importa el tipo de so-
da y son las responsables de que, precisamen-
ciedad de la cual se trate, ese fenómeno es el
te, cada sociedad sea específica e irrepetible.
que llamamos mito social.
Las
SIS
señalan las finalidades de la acción,
38 I Anales de la educación común
Ocurre en toda sociedad, en todos los tiem-
pos y geografías. Se trata de una escena argumentada, es decir
de una narración que presupone un argumento y que emerge
como responsable y sostén de una o varias verdades que son
entendidas como esenciales o perennes. El mito social sostiene
una verdad incuestionable, un aserto inamovible, un hecho o
conjunto de hechos que configuran una narración imposible de
ser puesta en duda para aquellos que pertenecen a esa sociedad.
A veces, es cierto, los mitos anclan o se generan en determinados sectores de esa comunidad mostrando ciertas fracturas
o subculturas diferenciadas. No pertenecen a la racionalidad
instrumental que prima en los saberes letrados. Son de otro
orden, configuran una realidad diferente y no por ello menos
Considerar las
significativa o menos legítima.
Los mitos juegan un papel central en relación con la configuración de valores y creencias epocales. Son, sin duda, un
subjetividades como
fenómeno producto de los imaginarios sociales.
Aunque tradicionalmente se ha creído que los mitos son el
fruto de complejos
producto exclusivo de sociedades sin escritura, sostengo que
las sociedades actuales, letradas, dominadas por una instru-
entramados donde se
mentalidad racional, no dejan de producir e instalar en su seno
mitos sociales, es decir narratividades vividas y creídas como
entretejen, de modo
verdades ahistóricas. La universalidad de la escritura genera
un rediseño del mito y una dinámica diferente de su uso, pero
diverso, procesos
no suprime la emergencia del mito.
Uno de los más grandes mitólogos, G. S. Kirk (1985), se-
histórico sociales y
ñala: “Creo que es un error el intento de aislar algún carácter
específico y central de los mitos […] –y más enfáticamente
psíquicos.
aún–. Considero un axioma que los mitos no tienen una única
forma, que no actúan según una simple serie de reglas, ni de
una época a otra ni entre culturas diferentes”. Comparto decididamente esta visión. Los mitos difieren enormemente en su
morfología y en su función social así como ocupan diferente
importancia según sea la sociedad que se estudie. Tal como señala Castoriadis (1995): “El mito es esencialmente el modo por
el que la sociedad caracteriza con significaciones el mundo y
su propia vida en el mundo, un mundo y una vida que estarían
de otra manera privados de sentido”. De tal modo, mitos existen y existirán en todas las sociedades y de ninguna manera se
limitan a una particularidad de la antigüedad.
Filosofía política del currículum I 39
Es claro que la racionalidad occidental se
en relación con la épica oral de la actual Yu-
basó, entre muchas otras cosas, en la posi-
goslavia y Rumania. En estas regiones ciertos
bilidad de generalización de la escritura. Y
actores sociales sumamente valorados –canto-
también parece claro que la escritura es una
res orales llamados guslari– son depositarios
de las formas de producción simbólica menos
y transmisores de gran cantidad de poemas y
igualitaria.
sagas. Estos poetas, iletrados, hablan de haza-
No existe sociedad en la cual aún hoy pueda
ñas de héroes, de querellas y luchas por muje-
establecerse una total uniformidad en la apro-
res y de las guerrillas contra los turcos, y nadie
piación y uso de la escritura en tanto bien sim-
en su tierra duda de ellos ni de sus relatos.
bólico. Como claramente señala el antropó-
En América Latina es común encontrar
logo Giorgio Cardona (1994): “La circulación
leyendas, relatos y creencias de mayor o me-
de la escritura muestra con toda evidencia los
nor importancia que se transmiten principal-
condicionamientos y contradicciones y los
mente de forma oral. Los habitantes de zonas
desniveles del modelo social”. Por lo tanto, si
suburbanas principalmente –en general mi-
bien es cierto que muchas culturas pueden ser
grantes internos de un determinado país– son
llamadas de pleno derecho culturas gráficas y
verdaderos sostenedores y creyentes que a
letradas (por ejemplo la nuestra) debe tenerse
pesar de poder ser considerados técnicamente
en cuenta que la apropiación de la escritura y
alfabetizados legitiman prácticas sociales y re-
la lógica que conlleva adopta formas diversas.
gímenes de creencias más propios de culturas
Y de formas diversas son también los criterios de
de transmisión oral.
verdad y falsedad que distintos grupos sociales sos-
Es común que en estos casos puedan ob-
tienen. Del mismo modo como la escritura po-
servarse fenómenos de sincretismo religioso
see diversos grados de apropiación, asimismo
en los que se mezclan hechos paganos con
adquiere diferentes grados de legitimación y,
alguna base religiosa local. Ejemplos de va-
por lo tanto, los modos de creencia ligados a la
riada complejidad, son los cultos a la Difunta
escritura también varían.
Correa, al Gauchito Gil, a la cantante Gilda y
Existen diversas formas de comprender lo
falso y lo verdadero vinculadas con la manera
muchos otros de carácter circunscrito que
surgen y se apagan por diversos motivos.
como se participe de la lógica de la racionali-
Es frecuente que la emergencia de estos mi-
dad instrumental o al modo como se está por
tos sociales implique una fuerte desvaloriza-
fuera de ella. Tan es así que la transmisión
ción de la cultura letrada y que debido a ello y a
oral como forma de legitimar una verdad
otras circunstancias económico-sociales que-
no desapareció de nuestras sociedades. Para
den, más o menos circunscritos, a segmentos
señalar uno de los fenómenos más claros y
de población alejados de la participación y el
mejor estudiados se puede hacer referencia
consumo de bienes simbólicos que ofrece la
a vastas regiones de la India donde los Vedas
educación letrada y sistemática.
son aprendidos de memoria y se transmiten
Lo cierto es que estos mitos poseen, a veces,
sin que medie el uso de la escritura. Asimis-
una consistencia y una legitimidad enormes,
mo son muy conocidos los trabajos realizados
más allá de las valoraciones ideológicas y/o
40 I Anales de la educación común
religiosas que se puedan hacer de ellos. Inte-
en los mismos actores individuales se observe
gran subjetividades y configuran y refuerzan
que pueden mutar de una modalidad mental
imaginarios aglutinantes.
a otra sin demasiada conflictividad. No es en
Las operaciones simbólicas que generan
absoluto infrecuente que sectores medios
el pasaje de culturas y sistemas de creencias
–incluyendo profesionales– acepten de buen
que corresponden a la oralidad pero que se
grado hacer consultas a adivinas o personas
engarzan en sociedades más amplias de ca-
que dicen poder leer el futuro fluctuando con
rácter letrado implican complejas formas de
diversas modalidades de creencias en relación
construcción de creencias que se alimentan
con la verdad y la falsedad. Parece claro, en-
claramente de mitos sociales.
tonces, que los sistemas de creencias y legiti-
Como bien ha señalado Aníbal Ford (1994):
mación que aceptan y valoran la transmisión
“Pareciera que en el paso de la escritura, tal
oral, la narración popular y sus mecanismos,
como se produjo o se produce en nuestras
se hallan en relaciones complejas y a veces de
culturas, quedan problemas no resueltos. O
subordinación con los mecanismos mentales
estrategias cognitivas, formas de construcción
más propiamente letrados, es decir aquellos
del sentido, bloqueadas o minusvaloradas”.
que se sustentan en otro tipo de racionalidad.
Gran parte de la cultura popular de distintas
Las argumentaciones racionales pueden con-
épocas, incluyendo la actual, posee modalida-
vivir en sociedades complejas de manera no
des de creencias, regímenes de verdad, que se
lineal y sin que se produzcan significativas
asimilan mucho más a las caracterizadas por
conflictividades con construcciones de senti-
la cultura oral que a la letrada.
do que provienen de otra lógica, propia de la
Estas modalidades de creencia muy po-
transmisión oral, en la medida que la palabra
cas veces se registran como hechos sociales
cumple un papel cuasi sagrado y las verdades
vinculados con imaginarios que integran de
sostenidas por dichas narratividades no son
derecho la configuración de una comunidad
sujetas a revisión o cuestionamiento.
determinada. A excepción de trabajos específi-
Se trata, entonces, de comprender que el
cos de etnólogos y antropólogos, los productos
hecho de pertenecer a sociedades claramente
de la cultura popular no son tomados en cuen-
letradas no implica que no existan legitimacio-
ta por los segmentos sociales que detentan
nes, sistemas de creencias y lógicas diferentes
los bienes simbólicos propios de la cultura
en diversos y amplios sectores sociales que se
superior.
diseminan finalmente en toda la comunidad.
De este modo, no se comprenden ni los
Una vez sostenido esto puede entenderse más
marcos de creencias correspondientes, ni con-
claramente el papel de los mitos sociales que, al
secuentemente los imaginarios segundos que
modo de grumos o nudos, contribuyen a esta-
configuran las subjetividades en juego.
blecer los imaginarios propios de toda sociedad.
Por lo tanto no existe contradicción, pro-
Estos imaginarios segundos diseñan figuras
funda en la cohabitación de diferentes grupos
epocales, son responsables de que determina-
sociales que despliegan distintas modalidades
dos saberes predominen sobre otros, que de-
de creencia; aún más, no es improbable que
terminadas prácticas sean valoradas por enciFilosofía política del currículum I 41
ma de otras. Esto explica muchas veces que la
riales y simbólicos genere, entre otras cosas,
marginación de diversos sectores sociales de
verdaderas subculturas y prácticas sociales
la participación del usufructo de bienes mate-
vistas como muy alejadas unas de otras.
Bibliografía
Cardona, Giorgio, Antropología de la escritura. Barcelona, Gedisa, 1994.
Castoriadis, Cornelius, La Institución Imaginaria de la Sociedad, Tomo II. Buenos Aires,
Tusquet, 1993.
Castoriadis, Cornelius, Los dominios del hombre. Barcelona, Gedisa, 1995.
Ford, Aníbal, Navegaciones. Buenos Aires, Amorrortu, 1994.
Kirk, G.S., El Mito. Barcelona, Paidós, 1985.
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