Don Galindo y el Tornado Gastón Ganza Ilustraciones de Raúl Nieto Guridi Adriana Hidalgo Editora 2012 Colección Pípala Los libros no suelen traer instrucciones de lectura, pero nos han enseñado a leerlos de cierto modo. De izquierda a derecha, el libro firme entre las manos. Nada de moverlo para descubrir significados secretos, porque eso distrae a los ojos de su trabajo de juntar las letras para formar palabras, y las palabras para formar oraciones, y las oraciones para formar párrafos… Pero a veces pasa un libro que, como un tornado, mueve las cosas de lugar, da vueltas todo, incluso a nosotros. Así es el libro-álbum, Don Galindo y el Tornado, de la dupla transatlántica que conforman Gastón Ganza (Argentina) y Raúl Nieto Guridi (España). El libro propone una serie de instrucciones para que el lector gire el libro y, en ese movimiento, una el texto y la imagen en busca de la historia. Estas instrucciones aparecen en forma de indicaciones de giro y detención, que recuerdan las señalizaciones de las rutas. Y es que esta lectura también propone un viaje: desde el inesperado movimiento físico que exige leerla, hacia el disparate y el sin sentido propuesto por el texto y la ilustración. Don Galindo y el Tornado le trae al lector una historia que es un juego escrito desde (y hacia) el desprejuicio. Cuenta el encuentro entre Don Galindo y un rulo (un poco solitario, un poco rebelde), que no se deja peinar. Mientras tanto los vecinos observan, con sus ojos miopes de incomprensión, las increíbles andanzas de este personaje. Página a página, conocemos la vida cotidiana de Galindo que, aunque para estos vecinos linda la locura, muestra una vida interior que se manifiesta despreocupada de las clasificaciones. Esta despreocupación, deriva en el manifiesto que acompaña el cuento y cierra el libro. El manifiesto explica el “saber Galindo”, es decir: ser como uno es y festejarlo bailando. Como todo libro-álbum la ilustración y el texto literario están estrechamente unidos, se completan, se entienden y hacen la historia. Pero se suma el texto del movimiento, de la danza del tornado, porque este libro se lee, también, con el cuerpo. Lucía Belén Couso (Agosto de 2013)