2.755 "Sánchez, Omar Angel c/ FERROBAIRES (U.E.P.F.P.) s/ Daños y perjuicios".-

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2.755
"Sánchez, Omar Angel c/ FERROBAIRES (U.E.P.F.P.) s/ Daños y perjuicios".Mercedes, 5 de abril de 2010.VISTOS:
Estos autos caratulados “SANCHEZ, Omar Angel C/ FERROBAIRES (U.E.P.F.P.)
S/ Daños y Perjuicios”, expediente Nº 2755, en tramite por ante este Juzgado de Primera
Instancia en lo Contencioso Administrativo Nº 1 del departamento judicial de Mercedes, a
mi cargo, que se encuentran en estado de dictar sentencia y de los que,
RESULTA:
I.- Que a fs.35/49vta. se presenta el Sr. Angel Omar Sánchez, con el patrocinio
letrado del Dr. Luciano Zammitto, iniciando demanda contra la entidad autárquica
provincial Ferrobaires (Unidad Ejecutora del Programa Ferroviario Provincial, en adelante:
UEPFP) y contra la Provincia de Buenos Aires, con el objeto de obtener el resarcimiento
de los daños ocasionados por el accidente del que resultara víctima, por un monto total de
$ 80.000,00 con mas sus intereses.
II.- Relata la actora, que el día 16 de febrero de 2005, siendo aproximadamente las
7:50hs., venia circulando en su automóvil Ford Escort (dominio CXZ 901) por calle 22 bis
de esta ciudad -en sentido oeste-este- hasta llegar al cruce con las vías del ex FFCC San
Martín, lugar en el que frena para observar y poder cruzar.
Puntualiza que allí resulta difícil apreciar si viene el tren en razón del pasto alto
existente en el lugar, así entonces que, al encontrarse la barrera levantada, procedió a
cruzar, momento en que aparece en forma imprevista el tren que circulaba en dirección
Mercedes-Bs. As., embistiendo a su automóvil en el guardabarros derecho, sufriendo el
accionante algunos golpes por lo que fue atendido en un centro asistencial.
Manifiesta que de los hechos expuestos, surge claramente la responsabilidad de
Ferrobaires, por su omisión, negligencia e imprudencia, de no prever que los pastizales
obstaculizaban la visión, y el hecho de que la barrera estuviera levantada, cuando el tren
estaba pasando.
Afirma que la demandada es culpable del daño provocado, en virtud de ser
guardián de la cosa, de haber incumplido el deber de custodia de las vías del ferrocarril y
que la responsabilidad es directa, por la falta de servicio por omitir la accionada tomar las
medidas para evitar el mal funcionamiento de las barreras del paso a nivel.
Expresa que la provincia de Buenos Aires, resulta demandada por ser en definitiva
de quien depende la entidad autárquica codemandada y principal responsable de sus
deberes y obligaciones, como así de todo evento dañoso que esta cometiera.
Culmina este segmento de la demanda inicial, con citas jurisprudenciales que
trascribe, en abono de la responsabilidad que imputa a las demandadas.
En cuanto a los daños reclamados, señala que debido al accidente, sufrió un
traumatismo cervical lo que le produce cefaleas y mareos, por lo que tuvo que hacer
reposo por treinta días.
Sostiene asimismo, que el porcentaje de incapacidad sobreviniente del accidente
asciende a un 8/12 % y en razón de ello, considerando su edad (49 años) y revistiendo las
secuelas indicadas el carácter de permanentes y vitalicias, es que reclama por este
concepto la suma de $ 37.000.00.
Reclama también el resarcimiento del daño moral, que estima en la suma de $
18.000,00. Alega en relación a aquel, que desde hace muchos años es constructor
matriculado y que debido al accidente debió estar un mes y medio sin trabajar, extremo
que lo obligo a vender cosas a fin de poder alimentar a su familia.
Solicita además los daños sufridos por el vehiculo de su propiedad, que estima -a
tenor de los presupuestos de reparación que acompaña- en la suma de $ 10.000,00.
Reitera que se dedica a la construcción y es por ello que, al tener varias obras bajo
su supervisión y quedar estas a diferentes distancias, no cabe duda que el vehiculo
deviene en una herramienta de trabajo de gran utilidad. De modo que -continua diciendosu sola privación por el tiempo que dure su reparación debe resarcirse. Con tal sustento,
reclama la suma de $ 2.500,00 en concepto de privación de uso del automotor.
Paralelamente, habida cuenta de la magnitud, calidad de los daños sufridos y
modelo del rodado, requiere la suma de $ 1.500,00 en concepto de desvalorización del
vehiculo.
Por ultimo, cierra su reclamo indemnizatorio solicitando la suma de $ 11.000,00 en
concepto lucro cesante. Al respecto, recuerda nuevamente que trabaja como albañil,
ejerciendo su profesión en Mercedes y sus zonas aledañas, utilizando su vehiculo para el
desarrollo de sus tareas diarias. Advierte en consecuencia, que la privación de su uso
durante el tiempo que demande su reparación constituye un daño al “derecho de uso”
contemplado en el art.2513 del Código Civil.
Seguidamente, ofrece la prueba cuya producción propone en el proceso.
En relación a las costas, plantea la inconstitucionalidad del art.51 del CPCA,
alegando violación a los arts. 17, 18, 19, 28 y 33 de la Constitución Nacional, a los
Tratados Internacionales con jerarquía constitucional y los arts.10, 11, 12, 15, 25, 26, 31,
56 y 57 de la Constitución Provincial.
Entiende que la distribución de costas fijada por la norma cuestionada, constituye
un privilegio a favor del Estado. Añade que el objeto de la pretensión de autos es la
reparación integral del daño sufrido, y esa reparación no será tal, si -en el caso de
hacerse lugar a la demanda- debe afrontar el pago de las costas que se originen por su
intervención.
Por otra parte, asegura que así se consagraría una desigualdad ante la ley, pues
una persona que sufra idéntico daño, ocurriendo al fuero civil, obtendría una reparación
integral.
Por ultimo, funda en derecho, hace reserva del caso federal y peticiona.
III.- Que a fs.121/132vta. se presenta el Dr. José Martín Torres, contestando
demanda en representación de las demandadas.
Liminarmente, manifiesta que la demanda debe quedar enderezada contra la
U.E.P.F.P., en virtud de ser un ente autárquico con capacidad jurídica de estar en juicio.
Remarca que aquella es una persona jurídica distinta de la provincia de Buenos
Aires, sin embargo, aclara que en función del decreto ley 7543 t.o. 1987, la representación
en juicio es asumida por el Fiscal de Estado.
Consecuentemente, asevera que la provincia resulta totalmente ajena al pleito, ya
que no es ni era dueña y/o guardiana de la formación ferroviaria causante del siniestro.
Con tal fundamento, deja planteada -en relación a la provincia de Buenos Aires- la
defensa de falta de legitimación pasiva.
Sin perjuicio de la defensa opuesta, advierte que, en subsidio, se contesta también
la demanda por la provincia codemandada, a efectos de evitar futuras imputaciones de
rebeldía respecto del Estado provincial.
Seguidamente, realiza una negativa pormenorizada de los hechos alegados en la
demanda. Luego, continua su derrotero defensivo, expresando que en lo referente a la
responsabilidad, es de aplicación al caso la “teoría del riesgo creado” incorporada por la
ley 17.711 al Código Civil, en el art.1113.
Explica que, habiéndose producido el siniestro por un tren en movimiento,
responde su dueño o guardián por ser “a priori” responsable objetivo. Siendo así recuerda el Sr. Representante Fiscal- los únicos eximentes viables son los expuestos por
aquella norma, es decir, culpa de la víctima, culpa de un tercero por quien no se debe
responder o caso fortuito.
Sostiene entonces, que en el caso particular de autos, ha existido culpa exclusiva y
excluyente de la victima, con virtualidad para fracturar el nexo adecuado de causalidad.
Así lo entiende, en razón de que el accidente ocurrió sobre la vía, que es el medio
natural de circulación del tren, lo cual implica prioridad de paso.
Señala que la aparición del tren en modo alguno pudo sorprender a la víctima, pues
el ferrocarril transita inevitablemente por la vía, haciendo previsible su trayecto y
velocidad.
Por lo tanto -sigue diciendo- peso sobre el conductor del vehículo tomar las
precauciones del caso, lo que indudablemente no hizo.
Destaca que una formación ferroviaria en movimiento constituye una masa
significativa de tal volumen, que resulta imposible ser instantáneamente frenada y cuya
detención requiere un recorrido de desaceleración considerable, por lo cual, no puede
responsabilizarse al conductor del tren ni a su representada por no haber frenado el
convoy a tiempo.
Manifiesta que en el expediente administrativo se eximio de responsabilidad a los
conductores del tren, ya que habían tomado todos los recaudos necesarios para transitar
por el paso a nivel.
Concluye su análisis de la responsabilidad, afirmando que existe culpa de la victima
con virtualidad interruptiva del nexo causal, que se traduce en un actuar negligente al
pretender el cruce de un paso a nivel “con ruido que hacia prever la aproximación de la
locomotora, el uso de bocina, etc.” (fs.126vta.).
Expone paralelamente, para el caso de que se pretendiese que las deficiencias en
la señalización del paso a nivel -mal funcionamiento de las barreras- fueron determinantes
en el accidente, que la responsabilidad no puede recaer sobre la U.E.P.F.P., pues las vías
sobre las que circulaba la formación han sido concesionadas por el Estado Nacional a la
empresa America Latina Logística, siendo esta responsable del mantenimiento y
señalización de las vías y pasos a nivel. En merito de tales extremos, solicita se cite como
tercero a la citada concesionaria, en los términos del art.94 del CPCC..
En relación a la tacha de inconstitucionalidad del art.51 de la ley 12.008, invoca
doctrina judicial de la Suprema Corte Provincial, de la Corte Nacional y de la Alzada del
fuero, que se han pronunciado por la constitucionalidad de la distribución de las costas en
el orden causado, conforme lo determina la norma cuestionada.
Agrega que no resulta entendible cual es la violación constitucional que el actor
invoca, pareciendo mas un reclamo del letrado patrocinante que de la parte, por todo ello,
solicita el rechazo de la inconstitucionalidad alegada.
Respecto a los rubros indemnizatorios reclamados, desconoce las lesiones y la
incapacidad invocada por el accionante, subrayando en este sentido, que de las
constancias del expediente administrativo surge que no se produjeron heridos o
lesionados como consecuencia del siniestro.
Advierte que del informe de la resonancia magnética realizada al actor con fecha
21/03/2005, se desprende que aquel padecía de cambios degenerativos discales
múltiples, resultando claro que la dolencia es ajena al hecho de autos, ya que ese proceso
es lento y requiere muchos años para ponerse en evidencia.
Rechaza asimismo, el daño moral reclamado.
En cuanto a los daños al automotor, dice que estos se circunscriben solamente al
paragolpe y al guardabarros, desconociendo cualquier otro que se pretenda alegar.
Solicita se desestime también, las sumas reclamadas en concepto de privación de
uso y desvalorización del automotor.
Por ultimo, ofrece la prueba de la que intenta valerse y finalmente, peticiona se
rechace la demanda.
IV.- A fs.134/137 la parte actora contesta la falta de legitimación pasiva opuesta por
la representación fiscal en nombre la Provincia de Buenos Aires. En la ocasión, expresa
que si bien la empresa Ferrobaires (U.E.P.F.P.) es un ente autárquico con capacidad
jurídica, sigue siendo un organismo del Estado provincial tal como se informa en la pagina
de Internet de la empresa.
Expresa asimismo -con cita de doctrina especializada- que como sujeto de derecho
las entidades autarquicas son responsables directamente por sus hechos y actos, e
indirectamente, responsabilizan al Estado.
Agrega que el status de una entidad autárquica puede ser modificado por la misma
autoridad que lo creo y si por cualquier circunstancia el ente desapareciera, debe
responder la provincia de Buenos Aires. Dicho de otro modo -afirma en esta oportunidadexiste insito una responsabilidad subsidiaria.
V.- A fs.140, no mediando oposición de la actora al respecto, se cita a comparecer
en autos como tercero a la empresa America Latina Logística (ALL).
VI.- A fs.162, la demandada desiste de la citación de tercero referida
precedentemente, quedando de tal manera la litis integrada de acuerdo a su composición
inicial.
VII.- Una vez producidas las pruebas ordenadas en la audiencia obrante a
fs.170/171 y agregados los alegatos presentados por las partes, finalmente, se llama
autos para sentencia (fs. 327); y
CONSIDERANDO:
1.- Hechos: Que no existe controversia entre las partes en cuanto a que el día 16
de febrero de 2005, siendo aproximadamente las 7:50hs., el actor venia circulando en su
automóvil Ford Escort (dominio CXZ 901) por calle 22 bis de esta ciudad -en sentido
oeste-este- cuando al intentar trasponer el paso a nivel de las vías del ex FFCC San
Martín, es colisionado por un tren que circulaba en dirección Mercedes-Bs. As..
En cuanto a las circunstancias sobre como sucedieron los hechos, el examen de
las pruebas producidas en autos, arrojan suficientes elementos de juicio, para tener por
acreditado que las barreras existentes en el lugar, no funcionaron en oportunidad en que
la formación ferroviaria se disponía a transitar por el cruce a nivel de la calle 22.
Así lo exponen los testigos que declararon en sede penal, ratificándose en esta
sede (ver especialmente testimonio de González García; fs.209 y fs.66 IPP 161221).
Concuerda con tales manifestaciones, lo declarado por el conductor de la locomotora en
la audiencia testimonial de fs.291, en la que expreso que “... Antes allí la barrera era
manipulada por un hombre, pero ahora eso no ocurre mas, esta siempre arriba, sin uso”.
Del mismo modo, ilustran para tener por definitivamente acreditado la falta de
funcionamiento de las barreras la inspección realizada en el lugar por personal policial
(fs.4/4vta. Causa penal), como así también la constatación notarial que da cuenta que esa
misma mañana, poco después del accidente (10:35hs), al pasar por el lugar un tren de
carga, las barreras se encontraban levantadas (ver actas y fotos de fs.5/9).
Que contestes resultan también las declaraciones de los testigos Caputo, Branchini
y González García (fs.196/197 y 209 de este expte.; fs.64/66vta. IPP 161.221), respecto
de la existencia de pastizales altos que impedían la visión. Cabe dar preeminencia a tales
testimonios, pues ninguna prueba en contrario ha sido producida que pueda serles
opuesta. Respecto a tal extremo, obsérvese en las fotografías allegadas (fs.7/9) que, si
bien no muestran que los referidos pastizales posean una gran altura, no puede
descartarse, en razón del ángulo en que han sido tomadas, la existencia -fuera de planode pastizales que obstaculicen la visión, conforme lo afirman los testigos indicados.
Que en cuanto a la actitud asumida por el actor al prestarse a atravesar el paso a
nivel, aun cuando ninguna prueba da cuenta de que “freno para observar y poder cruzar”
como aquel expresa, cobran relevancia en la especie los dichos del conductor de la
locomotora, al referir que -al menos- el “vehiculo venia muy despacio” (v. declaración de
fs.291).
En conclusión, corresponde tener por comprobado que las barreras del paso a nivel
no funcionaban, y que la altura del pasto obstaculizaba la visión de quienes por allí
pretendían transitar. Por otra parte, de la prueba producida no se desprende una actitud
desaprensiva e imprudente del actor al momento del traspaso del paso a nivel.
2.- Responsabilidad de la demandada Ferrobaires (U.E.P.F.P.): Que con arreglo a
lo previsto en el art.1113 2º párrafo el código Civil, cuando el daño se produce en virtud
de que ha actuado una cosa que presenta riesgo o vicio, los responsables son el dueño o
guardián de la cosa que lo genero.
Que en materia de accidentes ferroviarios rige la teoría del riesgo creado -art.1113
2º párr. in fine Cód.Civ.- toda vez que el ferrocarril en movimiento es una cosa riesgosa
(CSN in re “Bonadero Alberdi de Inaudi, Martha Angélica y otros c/ Empresa Ferrocarriles
Argentinos s/ sumario”, 16/06/1988, Fallos 311:1018, L.L. 1988-E-439; “Ortiz, Eduardo
Adolfo (menor), Ortiz, Enrique A. c/ Empresa Ferrocarriles Arg. s/ daños y perj.”,
12/12/1989, Fallos 312:2412; S.C.B.A. Ac.L40968, “Castro” 18/4/94, AyS 1989-I-685;
S.C.B.A. Ac.89781, 1/10/2008 “R.A. y ot. c/Ferrosur Roca S.A. y otro”; C.N.Civ. Sala C.
14/2/90 “Ayala, R. c/Empresa Ferrocarriles Argentinos” L.L. 1990-C-258 con nota de Jorge
Bustamante Alsina, pág.257; CC0001 SM, “Zalazar, Silvio Omar y otros c/ Trenes de
Buenos Aires s/ Daños y perjuicios”, 20-9-2005; ver también: Roberto A. Vazquez
Ferreyra, Accidentes Ferroviarios y Responsabilidad Civil (Factor de Atribución), en LL
1985-A, 780).
En consecuencia, la teoría del riesgo creado, como factor de atribución objetivo de
responsabilidad constituye el principio rector en la materia.
De manera tal que, desde el punto de la víctima le bastara con la acreditación del
perjuicio sufrido y la intervención de la cosa que lo produjera -nexo causal entre el hecho
de la cosa y el daño-, además del carácter de dueño o guardián de los demandados.
Quedando a salvo respecto de estos últimos, la posibilidad de eximirse de la
responsabilidad atribuida, demostrando la culpa de la victima o de un tercero por el que
no debe responder, o que la cosa fue usada en contra de su voluntad (ver: CSN,
Bonadero Alberdi de Inaudi, Martha A. y otros c/ Empresa Ferrocarriles Argentinos,
16/06/1988, LL 1988-E, 431).
En este contexto, no se verifica prueba suficiente en autos, que permita tener por
acreditadas las causales de eximición alegadas por la accionada.
En efecto, no ha demostrado la demandada que la conducta del actor en ocasión
del accidente luzca en un grado de desacierto de intensidad tal, que lleve a tenerla siquiera parcialmente- como causa relevante en el hecho productor del daño.
Repárese que -sin perjuicio que la colisión se produjo como sostiene la
demandada, sobre las vías- el actor se avino a cruzar el paso a nivel “muy despacio” (v.
fs.291), sostenido en la confianza aportada por el hecho de que las barreras, en el caso,
se encontraban levantadas.
Por lo demás, obstaculizada la visión por los pastizales existentes en el lugar,
tampoco puede afirmarse de manera concluyente que en la oportunidad haya sido
advertido en debido tiempo por la bocina del tren en cuestión. Ello así, pues, aun frente a
la poca claridad que en el punto aportan los testigos -con excepción de Branchini que
dice no haber oído la señal sonora, los restantes manifiestan que no prestaron atención
respecto de aquella-, lo cierto es que, en todo caso, de la declaración testimonial del
conductor de la locomotora se extrae que el uso del silbato no se habría efectivizado de
manera previa del ingreso del tren al paso a nivel, sino una vez que la formación inicio el
traspaso de este.
Por lo demás, cabe recordar lo dicho en materia de dispensa de la responsabilidad
por riesgo creado, en el sentido de que cualquier elemento o inducción no muy claros y
definidos no bastan para considerar la culpa de la victima. Las presunciones legales se
levantan ante verdaderas pruebas convincentes (cfr.: CNCiv. Sala C, 25/06/1992,
Cisneros, María M. c/ Rodríguez, Fabián A., LL 1992-E, 21; ver también LL 1991-B, 317).
Conforme a lo hasta aquí expuesto, entiendo que la demandada no ha acreditado
que la conducta de la victima haya sido causa eficiente y exclusiva o devenido en
concausa de la producción del hecho dañoso, y por ende, limitativo de su obligación
reparadora.
En cuanto al restante carril exonerativo por el que pretende transitar la accionada,
esto es, el hecho de un tercero por quien no debe responderse, estimo que si bien debe
reconocerse que el mal funcionamiento de las barreras ha sido -cuanto menos- concausa
de la producción del evento dañoso, aquella no ha logrado acreditar que las deficiencias
de las barreras le resulten totalmente ajenas.
A tal conclusión arribo, en tanto y por cuanto, ninguna prueba se ha producido que
permita tener por acreditado lo afirmado en relación a que “las vías por las que circulaba
la formación ferroviaria han sido concesionadas, por el Estado Nacional, a la empresa
America Latina Logística” (fs.126vta.).
Ningún informe de organismo competente ilustra al respecto. Tampoco se han
arrimado contratos de concesión, decretos aprobatorios, etc. que habiliten por una parte,
a establecer la existencia de una empresa concesionaria de la red ferroviaria, y por la
otra, la consecuente delimitación de responsabilidades que involucre la concesión.
Interin se mantenga ese estado de cosas, entiendo que -conforme a las
circunstancias particulares del caso concreto de autos- la empresa ferroviaria protagonista
del siniestro, no puede desligarse, sin mas, del cumplimiento que impone la normativa
aplicable en materia de cruce entre caminos y vías férreas, en orden al mantenimiento de
las condiciones de visibilidad, conservación, reparación, renovación y accionamiento de la
señalización activa en los cruces ferroviales a nivel, y la provisión de personal de guardia
barrera (art.5 inc.5º y 9º ley 2873 texto según ley 22.647, art.2 inc.”c”, “f” y “g” decreto
747/1988, art. 10.3.1 S.E.T.O.P. 7/81).
Adviértase además, que aquella falta de preocupación en el objetivo de convencer
respecto de la responsabilidad del tercero indicado, se exhibe patente, al desistir la
demandada a traer a juicio a quien -por considerarlo responsable- había citado,
precisamente, como tercero necesario.
En definitiva, huérfano de prueba los extremos del factor de eximición alegado, se
mantiene activa la presunción de responsabilidad prevista en el art.1113 2° párrafo del
Código Civil, y en su consecuencia, la demandada deberá cargar con la reparación del
daño ocasionado.
3.- Responsabilidad de la Provincia de Buenos Aires: Conforme ya se expuso, la
representación fiscal ha opuesto -en relación a la provincia de Buenos Aires
codemandada en autos- la defensa de falta de legitimación pasiva, con fundamento en
que aquella, no es ni era dueña y/o guardiana de la formación ferroviaria causante del
siniestro. Consecuentemente, sostuvo asimismo, que la demanda debía quedar
enderezada contra la U.E.P.F.P., en virtud de ser un ente autárquico con capacidad
jurídica de estar en juicio.
Cabe recordar entonces, que la falta de legitimación para obrar existe cuando no
media coincidencia entre las personas que efectivamente actúan en el proceso y las
personas que, conforme el derecho de fondo, se encuentran habilitadas para pretender o
contradecir respecto del objeto sobre el cual versa el proceso (cfr. Enrique M. Falcón,
Comentario al Cod. Procesal Civ. y Com. de la Nac., Abeledo-Perrot, pag.588). Se ha
dicho, en otras palabras, que la defensa procederá, cuando el actor o el demandado no
son los titulares de la relación jurídica sustancial en que se funda la pretensión (cfr.
Tomas Hutchinson, Cod. Procesal Contencioso Administrativo Comentado, Ed. Scotti,
pag. 215).
Sobre ese piso de marcha, entiendo que corresponde hacer lugar a la defensa
articulada. Y a tal conclusión me permito arribar, por cuanto examinada la normativa que
regula su actuación, la U.E.P.F.P. exhibe las notas suficientes para considerarla un
órgano descentralizado con una personalidad independiente -como sujeto de derechos y
obligaciones- del Estado provincial.
En efecto, el decreto provincial 99/93 creo en jurisdicción del Ministerio de Obras y
Servicios Públicos la “Unidad Ejecutora del Programa Ferroviario Provincial”, destinada a
desarrollar las acciones necesarias para la recepción y posterior entrega en concesión al
sector privado, de las líneas, ramales, servicios, maquinarias, inmuebles, instalaciones y
demás accesorios afectados al transporte ferroviario que sean transferidos a la órbita
provincial de conformidad con el convenio a celebrarse con el Estado Nacional a tal efecto
(art.1º).
Luego por decreto 3532/93 se confirió a la U.E.P.F.P., el carácter de Entidad
Autárquica de Derecho Público, por el plazo de ciento ochenta (180) días (art.1º),
otorgándole “capacidad suficiente para actuar publica o privadamente, dentro del ámbito
de competencia que le asigna el presente decreto” (art.2º), facultándola a operar los
servicios ferroviarios transferidos por el Estado Nacional, hasta su transferencia al sector
privado (art.4º).
A los fines del cumplimiento de su finalidad, la normativa citada habilita a la entidad
a celebrar convenios con entes y organismos estatales nacionales, contratar la
adquisición de insumos, dirigir la prestación de servicios del personal, celebrar convenios
relativos al transporte de pasajeros y/o cargas, encomiendas y paquetería, y
explotaciones colaterales referidas a espacios, locales y/o inmuebles integrantes del
sistema ferroviario transferido (art.4º).
Cuenta ademas, con capacidad suficiente para administrar los recursos generados
por todos los servicios a su cargo, como así también administra el “Fondo Provincial
Ferroviario”, el cual “[...] estará destinado a la financiación de las erogaciones que
demande el cumplimiento de los objetivos básicos y finalidades que le impone al citado
organismo el presente Decreto [...] ” (art.8 decreto 3532/93).
Posteriormente, los decretos 1350/94 y 796/96, prorrogan sucesivamente, por el
termino de un año, el plazo de 180 días conferido por el art.1º del decreto 3532/93. Por
ultimo, el decreto 4678/98, prorroga la vigencia de la autarquía administrativa conferida a
la U.E.P.F.P., hasta la fecha de la efectiva transferencia al sector privado de los servicios
ferroviarios prestado por la misma (art.1º).
De acuerdo a la normativa que la sostiene, la U.E.P.F.P. puede actuar por si misma
publica o privadamente, celebrando contratos en su nombre; contando con asignación
legal de recursos y con capacidad suficiente para autoadministrarse. En su atención,
concurren en el régimen jurídico del ente estatal de marras, las características básicas
comunes a las entidades autarquicas que permiten calificarla como tal (conf. Juan Carlos
Cassagne, Derecho Administrativo, T°I, 8 ªed. actualizada, pag.333 y ss.; Agustín
Gordillo, Tratado Derecho Administrativo, T°1, 5ªed., pag.XIV-1 y ss.), sin que ello se
encuentre perjudicado por la transitoriedad del fin publico que justifico su creación.
Determinada así la personalidad jurídica propia del ente -separado de la
administración central- corresponde hacer lugar a la falta de legitimación pasiva opuesta
por el Estado provincial, en razón de que la actividad que provoco el daño provino de
aquel y no de este, y en función de ello, la entidad autárquica es la única persona a la que
se puede dirigir la acción con el fin de obtener el resarcimiento de los perjuicios causados.
Lo expuesto, desde luego, no perjudica la responsabilidad del Estado central, que
en un caso como el de autos, es de naturaleza subsidiaria o indirecta, no siendo solidaria.
Es decir, no es posible recurrir al pago de obligaciones de entidades autarquicas
directamente al Estado central sino solo en las hipótesis de extinción de la entidad,
insuficiencia de bienes, etc. (v. Eduardo Mertehikian, La responsabilidad publica, cap.
VIII). En su caso, verificada esa condición previa, podrá dirigirse el reclamo del crédito
contra la provincia, por la vía procesal pertinente, independiente de este proceso de
daños.
4.- Daños reclamados: En esta parcela, recuerdo de modo previo que, el daño, a
los efectos de la responsabilidad, es aquél cuya existencia se ha probado acabadamente
porque los que son hipotéticos o eventuales no son resarcibles; consecuencia de ello es
que para el derecho la prueba del daño es esencial, puesto que no demostrado carece de
existencia (cfme. SCBA, L 48473 S 14-4-1992,
“Zelaya Ramírez”, AyS 1992-I, 711;
SCBA, L 63078 S 15-12-1998, “Ramírez”, AyS 1998 VI, 437; SCBA, L 60494 S 9-2-1999,
“Ayala”, AyS 1999 I, 59; SCBA, L 77716 S 2-7-2003, “Roldán”; ver también doc. causas:
SCBA, Ac 45463 S 30-4-1991, “Pozzi” AyS 1991-I-578; SCBA, Ac 46042 S 23-4-1992,
“González” AyS 1992 I, 769; SCBA, Ac 52191 S 5-7-1996, “Ramírez”; SCBA, Ac 89056 S
3-8-2005, “Codino”; SCBA, C 99513 S 6-5-2009, “Videla”). Y partiendo de este principio
hermenéutico, corresponde analizar la procedencia de los daños reclamados por la
accionante.
4.1.-
Lesión
corporal
o
incapacidad
sobreviniente:
En
su
dictamen
de
fs.247/250vta., el perito medico concluye en que el actor padece -conforme al baremo de
referencia que indica- una incapacidad parcial y permanente del 8 % de la OT.
Sin embargo, apreciadas en esta instancia las consideraciones expuestas por el
experto y los estudios sobre los que apoya sus conclusiones, no permiten tener
acreditado, que el porcentaje de incapacidad determinado, se encuentre relacionado
causalmente con el siniestro aquí examinado.
La pericia indica que “[...] el paciente ha sufrido un esguince cervical columnario
que ya padecía trastornos degenerativos en por lo menos dos niveles, anteriores al
evento por el cual se reclama y que en la actualidad padece dolor en el cuello braquialgia
esporádica escasamente invalidante [...]”.
Asimismo -informa el perito- que el actor “[...] en su trabajo habitual no realiza
esfuerzos físicos sino eventualmente. En su condición actual como portador de
discopatías cervicales crónicas, tendrá en esas circunstancias eventuales, similares
limitaciones que las que sufría previo al accidente [...]” y que “[...] las cefaleas que
manifiesta padecer el paciente pueden deberse a su patología degenerativa cervical
discal [...]”.
Ninguna lesión actual -o secuela pendiente de recuperación- se describe cuyo
origen obedezca concretamente a la esguince cervical informada.
Por otra parte, pierde fuerza de convicción el dictamen pericial, en orden que toda
la referencia a la esguince cervical padecida a consecuencia del accidente, se apoya en la
información contenida en documental desconocida (fs.124) -cuya autenticidad no ha sido
probada- y en el mero relato del actor, al momento de realizarse el examen pericial.
En consecuencia, tal como lo observa el Sr. Representante Fiscal a fs.257, las
afecciones que padece el accionante (discopatías cervicales crónicas), conforme con el
resultado de los estudios que se le realizaran a la fecha del examen pericial, no guardan
relación concausal con el accidente automotor sufrido, antes bien, la realidad que emerge
–en todo caso- de la pericia medica practicada, es que las patologías incapacitantes
alegadas ya se presentaban antes del accidente.
En función de lo expresado, corresponde desestimar el rubro indicado.
4.2.- Daño moral: Doctrinariamente se ha afirmado que existe daño moral, cuando
se produce una consecuencia lesiva de naturaleza espiritual; el daño moral es una
modificación disvaliosa del espíritu en el desenvolvimiento de su capacidad de entender,
querer o sentir, que se traduce en un modo de estar de la persona, diferente de aquel en
que se encontraba antes del hecho, como consecuencia de este y anímicamente
perjudicial (ver: Bueres-Highton; Código Civil. análisis doctrinario y jurisprudencial,
comentario al art.1078).
La Suprema Corte Provincial registra precedentes en los que por la gravedad del
hecho dañoso, ha juzgado que el daño moral ha de presumirse por el solo hecho de la
acción antijurídica, y en su consecuencia, la prueba del perjuicio se inducía del hecho
mismo, in re ipsa. No obstante, esa línea jurisprudencial, ha sido precisada en el sentido,
de que no es posible trasladar mecánicamente tal criterio a todos los casos en que se
verifique un obrar antijurídico, soslayando de ese modo el principio de que toda y
cualquier categoría de daño, ha de ser probado por quien lo alega (SCBA causa B55731
“Elhorriburu”; B52174 “Mreued”) .
En ese marco, entiendo que el supuesto de autos no se verifican los extremos
suficientes que consecuentemente conduzcan a admitir, el daño moral alegado.
Ello así pues, mediando desconocimiento de toda la documental acompañada,
ninguna prueba se ha producido en autos que ilustre sobre los tratamientos y atención
medicas que refiere haber recibido el accionante con posterioridad al accidente.
Recuérdese en este sentido, la insuficiencia que revela en este punto la pericia medica
realizada.
Huérfano de acreditación se exhibe asimismo, lo manifestado por el actor, de que
debido al accidente “ [...] estuvo un mes sin trabajar, en los que debí vender cosas de mi
propiedad a fin de poder alimentar a mi familia [...]”. (fs.39vta.)
En definitiva, no encontrándose acreditados los padecimientos alegados no cabe
sino rechazar el daño moral reclamado.
4.3.- Daño al automotor: reparación del rodado: Respecto de los daños sufridos por
el automotor protagonista del accidente, los mismos se ilustran con las fotografías
agregadas a fs.7/9 y 25/27,
conjuntamente con la constatación notarial que las
acompaña. En cuanto a la cuantificación del perjuicio resulta determinante la pericia
mecánica producida a fs.239/241, máxime cuando de los presupuestos acompañados a
fin de acreditar el costo de la reparación, solo uno de ellos ha sido debidamente
reconocido mediante testimonial de su titular, y en esa soledad, pierde fuerza de
convicción frente las conclusiones de aquella.
Atento lo expuesto, la indemnización por reparación del rodado ha de basarse en el
monto que indica la pericia, lo que me lleva a admitir este rubro por la suma de $
7.048,00.
4.4.- Privación de uso y lucro cesante: Sendas parcelas de reclamo, tienen como
fundamento la utilización del vehiculo siniestrado, en las tareas que como constructor según dice el actor- desarrolla diariamente en este medio. Expresa que al tener varias
obras bajo su supervisión y quedando estas a diferentes distancias, no cabe duda que el
vehículo es una herramienta de trabajo de gran utilidad.
En la especie, resulta oportuno señalar, que la SCBA tiene decidido que la
privación del uso del automotor no escapa a la regla de que todo daño debe ser probado,
ni constituye un supuesto de daño "in re ipsa", por lo que quien reclama por este rubro
debe probar que efectivamente esa privación le ocasionó un perjuicio. (SCBA, Ac 44760
S 2-8-1994, Baratelli, Sergio Horacio c/ Robledo, Andrés Carlos s/ Daños y perjuicios, AyS
1994 III, 190; tesis luego reiterada en SCBA, Ac 52441 S 4-4-1995, Bigalli, Mario Raúl y
otra c/ Cambio, Agustín Antonio s/ Daños y perjuicios, AyS 1995 I, 597; SCBA, Ac 54878
S 25-11-1997, Municipalidad de Ayacucho c/ Beta Ingeniería S.C.A. s/ Ordinario).
Conforme los términos de la doctrina judicial expuesta, alegado que la privación de
uso ha causado un perjuicio, quien así reclame debe cumplimentar con la carga procesal
de acreditar el daño experimentado.
En base a ese escenario, se advierte que los informes producidos por diversos
corralones de materiales carecen de valor probatorio (ver respuestas de fs.186, 188 y
189), pues es claro que lo allí informado no surge de libros, documentación o registro de
operaciones, pretendiendo esas comunicaciones sustituir la declaración testimonial que
pudieron prestar los informantes (art.395 y su doc. CPCC).
Por lo demás, si bien el testigo Llamosas expresa en su declaración
(fs.182/182vta.) que el actor “iba a llevar materiales con un remolque que tenia atrás del
auto” y que “ello lo vio cuando hacia la casa del testigo y cuando reparo un galpón en la
calle 20 n°411 propiedad de la concubina del testigo, aproximadamente hace 2 años y
medio”, esos dichos no permiten esclarecer, ni siquiera aproximadamente, cuales fueron
los efectivos gastos que debió realizar para compensar la privación que alega el
accionante, o en todo caso, la utilidad que ha dejado de percibir.
En atención a ello, no encontrándose suficientes elementos de juicio para tener por
ciertos los extremos invocados, corresponde el rechazo del rubro peticionado.
4.5.- Desvalorización del vehiculo: No mediando prueba en contrario, que desvirtúe
las conclusiones a que ha arribado el ingeniero mecánico en la pericia de fs.239/241, he
de estimar la procedencia del rubro, el que queda fijado en la suma de $ 1.000,00.
5.- Intereses: A los importes admitidos deberá adicionársele el correspondiente a
los intereses, que se calcularán desde la fecha del accidente (16 de febrero de 2005),
hasta su efectivo pago, de acuerdo a la tasa que pague el Banco de la Provincia de
Buenos Aires en los depósitos a treinta días vigentes en los distintos periodos de
aplicación (arts.7 y 10 ley 23.928 –texto según ley 25.561; art.622 C.C.; art.5 ley 25.561).
La suma resultante deberá abonarse dentro de los 60 días desde que quede firme
el auto de aprobación de la liquidación respectiva (art.163 Constitución Provincial; art.63
C.P.C.A.).
6.- Costas: Por ultimo, queda por resolver el planteo de inconstitucionalidad de la
distribución de costas en el orden causado dispuesto en el art.51 inc.1º del CPCA.
Al respecto, es del caso señalar, las líneas trazadas por la Suprema Corte
Provincial, respecto de las exigencias a las que queda sometido todo examen de
constitucionalidad.
Reiteradamente ha afirmado el Máximo Tribunal local que la declaración de
inconstitucionalidad de normas legales o reglamentarias constituye una de las más
delicadas funciones susceptibles de encomendar a un tribunal de justicia; es un acto de
suma gravedad institucional y debe ser considerado como la última "ratio" del orden
jurídico. La atribución de decidir la inconstitucionalidad de preceptos legales sólo debe
ejercerse cuando la repugnancia con la cláusula constitucional es manifiesta y la
incompatibilidad inconciliable. (cfr.: SCBA, I 1494 S 23-12-1997, “López”; SCBA, I 1496 S
23-12-1997, “Caussanel”; SCBA, I 2169 S 3-12-2003, “Almirón”; SCBA, I 2223 S 4-62008, “Medipharma S.A.”; SCBA, Ac 87787 S 15-3-2006, “Codarín”, entre otras).
De allí que para su procedencia se requiere que el interesado demuestre
acabadamente de qué manera la norma cuestionada contraría la Constitución causándole
de ese modo un agravio. Un planteo de esta índole, para ser atendido, debe tener un
sólido desarrollo argumental y contar con un no menos sólido fundamento que se apoye
en las probanzas de la causa (SCBA, I 2027 S 27-12-2000, ”Sindicato de Trabajadores
Municipales de Necochea”; SCBA, I 2169 S 3-12-2003, “Almirón”).
Nada de ello, puede tenerse por cumplido en autos, pues el accionante no ha
explicado ni acreditado, de que forma y con que alcance, resultan agraviados las normas
constitucionales que invoca, y en su consecuencia, corresponde desestimar el planteo de
inconstitucionalidad articulado en la demanda.
Por lo demás, recientemente la Excma. Cámara de Apelaciones del fuero, con
asiento en La Plata, ha rechazado un planteo constitucional como el de marras. En tal
oportunidad, estimo que la regla de distribución de los gastos no es un factor
condicionante ni se erige en impedimento alguno para el ejercicio del derecho de acción.
Conocida de antemano -subrayo la Alzada- provee incluso un principio de certidumbre
sobre el sentido de determinación del accesorio, sin discriminación sobre la posición del
litigante ante la eventualidad de resultar vencido.
Y al propio tiempo, al descartar la inconstitucionalidad acusada, pondero que “... la
Corte Suprema de Justicia de la Nación, en un reciente fallo (in re "Flagello", de fecha 20
de agosto de 2008) se ha pronunciado, por mayoría, en línea similar al que se viene
sosteniendo, en una causa de materia previsional. En ese sentido, sostuvo que la
circunstancia de que la ley disponga que las costas se abonen en el orden causado no
trae aparejada una lesión a las garantías de la igualdad y propiedad, pues el régimen
favorece a ambas partes por igual, y no se advierte que la circunstancia de abonar sus
trabajos a un profesional implique la confiscación de los bienes del obligado; aparte de
que el tema en debate es materia de carácter procesal y puede ser resuelto por las leyes
en la forma que consideren mas justa, sin que sea indispensable que en todos los casos
aquellas se impongan al vencido ... también, recientemente, se ha expedido en concreta
relación a la previsión de marras (art.51, ley 12.008 con la reforma de la ley 13.101) la
Suprema Corte local, revocando un fallo de tribunal de alzada (CCASM) citado por el juez
a-quo ("Asenjo"), en la misma dirección que vengo desarrollando, al dejar a salvo el
sistema de costas que dicha previsión establece de los embates por violencia a las
cláusulas constitucionales de los arts.16 y 17 de la ley fundamental y rescatando el
carácter local de la regulación, entre otros aspectos que guardan plena armonía" (CCALP
causa 9542-M "Rementeria" sentencia del 20/10/2009, voto Dra. Milanta).
POR ELLO, en mérito a las consideraciones precedentemente expuestas,
jurisprudencia y doctrina citados, y con fundamento en lo dispuesto por los Artículos 163,
166 último párrafo y 171 de la Constitución de la Provincia de Buenos Aires; Arts. 1, 2
inc.4°, 12 inc.3°, 50 inc.6º, 51, 63 y cctes. del CPCA (ley 12.008 y sus modif.); art.163, 384
y cctes. CPCC; arts.1112 y 1113 y su doctrina del Código Civil; y demás normas legales
citadas;
RESUELVO:
1) Hacer lugar a la pretensión indemnizatoria deducida por el Sr. Angel Omar
Sánchez contra la Unidad Ejecutora del Programa Ferroviario Provincial (U.E.P.F.P.), y en
consecuencia, condenar a esta última a pagar al actor la suma de pesos ocho mil
cuarenta y ocho ($ 8,048.00), con mas sus intereses liquidados de acuerdo a las pautas
indicadas en el considerando 5.
La suma resultante deberá abonarse dentro de los 60 días desde que quede firme
el auto de aprobación de la liquidación respectiva (art.163 Constitución Provincial; art.63
C.P.C.A.).
2) Rechazar la pretensión indemnizatoria deducida por el Sr. Angel Omar Sánchez
contra la Provincia de Buenos Aires.
3) Rechazar el planteo de inconstitucionalidad articulado en el capitulo XI de la
demanda, y consecuentemente, imponer las costas por su orden (art.51 inc.1° CPCA).
4) Diferir la regulación de honorarios para su oportunidad (art.51 ley 8904).
REGISTRESE Y NOTIFIQUESE.Sentencia definitiva registrada bajo el Nº 49/2010.-
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