TEMA 4 BAUDELAIRE Y WHITMAN

Anuncio
I.E.S. LA AZUCARERA- LITERATURA UNIVERSAL --TEMA 4 -1. EL CULTO AL ESTETICISMO ENTRE EL DECADENTISMO Y EL SIMBOLISMO: LA
LITERATURA Y LAS ARTES; BAUDELAIRE O LA MODERNIDAD POÉTICA.
PRESENTACIÓN
Vídeo acerca de las corrientes estéticas posteriores al Romanticismo
http://www.youtube.com/watch?v=qqHRGcPF_hg
Las últimas décadas del siglo XIX son decisivas en la configuración de la modernidad artística, y
por supuesto literaria. El recorrido poético iniciado por Baudelaire en Francia y por Walt Whitman en
Norteamérica y su influencia en la poesía posterior son incuestionables. El afán de ruptura con lo anterior
se materializa ahora de forma radical y culminará en las Vanguardias artísticas de las primeras décadas
del XX. No siempre es fácil deslindar tendencias artísticas puesto que se superponen y ese concepto
estético puede ser empleado en sentido más restringido o más amplio. Es decisiva la relación de la
literatura con movimientos en otras artes sobre todo con la pintura del impresionismo…Es
indudable que el germen de la poesía moderna surge ahora con movimientos como el PARNASIANISMO
(libro de texto), DECADENTISMO y SIMBOLISMO (libro de texto)
APROXIMACIÓN AL DECADENTISMO
El Decadentismo es una corriente artística, filosófica y, principalmente, literaria que tuvo su
origen en Francia en las dos últimas décadas del siglo XIX y se desarrolló por casi toda Europa y algunos
países de América. El Decadentismo responde a una manera de sentir finisecular, cuando el
conocimiento del alma humana también había agotado todas sus posibilidades de comprender su
existencia.
Si se refiere al campo artístico y literario, ser decadente implica estar vinculado a posiciones
reaccionarias, elitistas, puristas, refinadas, aristocratizantes. En el plano moral, la palabra decadencia
va unida casi siempre a una forma de vida sensualista, hedonista, de excesos de diversa índole: en el
vestir, en el beber, en el uso de drogas estimuladoras, así como una falta de fe religiosa y un constante
sentimiento de pesadumbre universal, de “spleen” o “énui”. En el nivel sexual, el Decadentismo supone
la irrupción de toda suerte de perversiones, prohibidas, malsanas, raras, es decir, de sexualidades que no
buscan la reproducción de la especie, sino simplemente el placer sensorial.
Estas actitudes están perfectamente recogidas en la figura del dandi adoptada por tantos
artistas: hombre refinado en su aspecto, vestimenta, modales y lenguaje. El iniciador fue G. Brummell,
seguido por escritores como Oscar Wilde. Se pretende un distanciamiento provocador respecto a la
vulgaridad burguesa.
Se empieza a hablar de decadentismo cuando Théophile Gautier en 1868, en el prefacio a Las
Flores del mal de Baudelaire, habló de un estilo en decadencia. Hacia 1885, tuvo lugar, en realidad, la
fundación de la escuela decadente en las letras francesas a raíz de la revista "Le Décadent".
Una de las mejores expresiones de este movimiento la refleja el verso de Verlaine: “yo soy el
imperio al fin de la decadencia”. Precisamente, Verlaine estuvo durante algún tiempo a la cabeza del
movimiento, especialmente después de la publicación de "Los poetas malditos". Verlaine añadió: «Me
gusta la palabra decadencia, reluciente de púrpura y de oro. Rechazo toda imputación injuriosa y
toda idea de caducidad. Al contrario, esta palabra supone pensamientos refinados de extrema
civilización, una alta cultura literaria, un alma capaz de voluptuosidades intensas. Podemos hacer
aplicación nueva e irónica de esta palabra sobreentendida en ella la necesidad de reaccionar ante
lo delicado, lo precioso, lo raro, contra lo insípido del Tiempo presente». De esta manera, Verlaine
opuso al empleo tradicional y despectivo de la palabra, las connotaciones de origen histórico que hacen
de las épocas de decadencia, momentos privilegiados de civilización y refinamiento.
Los artistas decadentes se caracterizaron por ser la antítesis del movimiento poético de los
parnasianos y de su doctrina (inspirada en el ideal clásico del arte por el arte)
El decadentismo arremete contra la moral y las costumbres burguesas, pretende la evasión de la
realidad cotidiana, exalta el heroísmo individual y desdichado, explora las regiones más extremas de la
sensibilidad y del inconsciente. Los decadentes fueron estetas cien por cien y mantuvieron, buscando
siempre lo aristocrático, lo quintaesenciado, lo refinado, lo precioso, lo extraño, lo oculto, lo exótico
(principalmente lo oriental) llevado a los más prolijos y desmedidos extremos en un sentido exacerbado y
enfermizo. Los escritores decadentes tendieron a la descripción erudita e insistieron en plasmar los
detalles de las cosas y de las sensaciones. Manifestaron un gusto exagerado por una originalidad
artificiosa que se alejase del equilibrio y del buen decir de los modelos literarios clásicos, ya que
consideraban que tales ideales llevaban no más que al inmovilismo. Oscar Wilde en Inglaterra, Gabriele
D’Annunzio, en Italia y Ramón María del Valle Inclán en España son representantes destacados del
decadentismo. Fuente de información
(http://www.prosamodernista.com/corrientes-influyentes/decadentismo
1
BAUDELAIRE y su obra Las flores del mal
- Presentación general: http://www.youtube.com/watch?v=0CembOeHnw4
- Estudio de su obra Las flores del mal
http://literaturapuraydura.blogspot.com.es/2013/03/baudelaire-y-las-flores-del-mal.html
http://es.scribd.com/doc/49856762/TIEMPO-DESTRUCCION-Y-OLVIDO-EN-BAUDELAIRE
http://es.scribd.com/doc/46923427/El-Amor-y-La-Muerte-en-Las-Flores-Del-Mal
La dedicatoria de este libro fue "Al poeta impecable, al perfecto mago de la lengua francesa, a mi muy
querido y venerado maestro y amigo Teófilo Gautier, con los sentimientos de la más profunda humildad dedico estas
flores malsanas".
Dieciséis años empleó el poeta en escribir los ciento cuarenta y nueve poemas. Dos nombres barajó como
posible título: "Los limbos", estado de indefinición para resaltar los períodos de inocencia en los que se practica el
mal; el otro "Las lesbianas", deseaba resaltar esta voluptuosidad anormal. El poeta en su compleja personalidad
cobijó la eterna fascinación entre el bien y el mal. Los versos de Las flores del mal fueron escritos con sinceridad, el
mismo autor escribió a Anelle "¿Necesitaré decirle a Usted, que tampoco lo adivinó, que en este libro atroz puse mi
corazón, toda mi ternura, toda mi religión, todo mi odio? Desde luego, escribiré lo contrario, juraré por mis grandes
dioses que es un libro de arte puro, de parodias, de juglares y mentiré como un sacamuelas.”
Las flores del mal resultaron ser revolucionarias, ya que puso las bases a Mallarme, Lautremont, Rimbaud.
El estilo que llegaba a espíritus superiores en sensibilidad lo aprovechó Paul Verlaine y fue éste el que influyó en el
surrealista y creador Andre Breton. Baudelaire fue un pintor colocando matices al sentimiento, a los sonidos; en el
poema 4 "Correspondencias" sus matices están basados en cosas invisibles: "Hay perfumes frescos - como carnes de
niños/ dulces como los oboes/ - y otros corrompidos ricos y triunfantes -, //que tienen la expansión de las cosas
infinitas,/como el ámbar, el almizcle, el benjuí y el incienso/ que cantan los arrebatos del espíritu y de los sentidos".
Desde sus primeros versos el poeta deja entrever su fijación permanente por la muerte, el hacer el mal sin
arrepentimiento, el triunfo del mal en su acción de doblegar a la voluntad humana, así como la brevedad del tiempo y
el avance del hombre hacia la muerte.
En Las flores del mal, los poemas constituyen reflexiones separadas en seis grupos "Spleen e ideal" es el
primero y explica que el tedio no será vencido por el arte. Donde mejor demuestra la agresión del mundo hacia el
poeta es en el poema 2 "El Albatros"; ave majestuosa cuando está en el aire y torpe cuando está en tierra. El poeta se
evade con su imaginación sin límites como el ave volando en el cielo infinito.
"Cuadros parisienses es la segunda sección. Baudelaire con este grupo de poemas busca eliminar el tedio
con trabajo y soledad. El inicio está en el poema 103 "El paisaje" en donde la imaginación del poeta se palpa, se
puede mirar cuando dice: "desde lo alto de mi buhardilla,/veré el taller donde cantan y charlan/ las chimeneas, los
campanarios, esos mástiles de la ciudad,/ y los cielos abiertos que hacen soñar con la eternidad". La descripción
parisina de Baudelaire no es urbanística, ni histórica, ni arquitectónica; es la de los seres aislados, la de las miserias
cantadas con el mejor arte poético. La calle es la matriz desde donde salen los diferentes cuadros, desagradables y
difusos como levantándose de la bruma. Recorre las vivencias de mendigos, casas de juegos, describe al dandy o
bohemio que en la sociedad francesa ha bajado bruscamente de la vida burguesa a un nivel rayano con la mendicidad.
La tercera sección es"El vino" . La contradicción en la mente de Baudelaire sale a relucir cuando asocia al
vino con sentimientos de angustia. La embriaguez con vino es una flor malsana por la intoxicación que produce. El
vino es disfrutado por los mendigos y burguesas; por los aristócratas y miserables. Trasmite esperanza y tristeza;
júbilo y arrepentimiento.
Trece poemas están contenidas en la cuarta sección "Las flores del mal". Describe a la fatal belleza, el
binomio amor-muerte está en todo, exaltaciones al nivel de culto cuando en la "La oración de un pagano" dice <<
¡Diosa! ¡escucha al que te suplica! >> El lesbianismo, para la época era tema en las artes francesa, en pintura Henry
de Toulouse Lautrec, en literatura, además de Baudelaire lo toman Gautier y Balzac. "Lesbos" es un canto a la
homosexualidad femenina, este poema es uno de los principales porque Baudelaire barajó a <<Las lesbianas>> como
posible nombre a todo el poemario.
"Rebelión", quinta sección es un juego retórico entre malditos y benditos, entre desheredados y
bienaventurados, entre condenados tratando de ocupar un lugar en las alturas celestiales. Lo más característico de esta
sección entre bueno-malo está en el poema 142 "Abel y Caín", para Caín todo es anatema, para Abel, bendiciones.
El epílogo de la obra es "La muerte". Baudelaire siempre mostró ante ese desenlace inevitable su obsesión
principal. La muerte para los pobres, para los artistas y para el hombre común y corriente son pasos hacia el
conocimiento de vida transcendental, hacia la inmortalidad y hacia "cielos ignorados".
"¡Derrama tu veneno y que él nos reconforte!
Hasta tal punto el fuego nuestros cerebros quema,
que queremos rodar al fondo del abismo, ¿qué importa Infierno o Cielo?
¡al fondo de lo Desconocido para encontrar lo nuevo!"
Con los últimos versos de "El viaje" finalizan "Las flores del mal" conjunto de contradicciones sobre la belleza y
miseria, sobre el odio y el amor, sobre el bien y el mal.
Canción Las flores del mal de Sara Brighman :http://www.youtube.com/watch?v=dMla4gQ3dMo
2
LAS FLORES DEL MAL: Selección de poemas según programa P.A.U.
AGREGADOS DE LA TERCERA EDICIÓN DE LAS FLORES DEL MAL
I
EPÍGRAFE PARA UN LIBRO CONDENADO
Lector plácido y bucólico,
Sobrio y simple hombre de bien,
Arroja este libro saturniano,
Orgíaco y melancólico.
Si no has cursado tu retórica
En lo de Satán, el astuto decano,
¡Arrójalo! tú no comprenderás en él nada,
0 me creerás histérico.
Pero si, sin dejarse encantar,
Tu mirada sabe penetrar en los abismos,
Léeme, para aprender a amarme;
Alma curiosa que sufres
Y vas buscando tu paraíso,
¡Compadéceme!... Sino, ¡Yo te maldigo!
IV.CORRESPONDENCIAS
La Creación es un templo donde pilares vivientes
que a veces dejan salir sus palabras confusas;
el hombre la atraviesa entre bosques de símbolos
que le contemplan con miradas familiares.
Como prolongados ecos que de lejos se mezclan
en una tenebrosa y profunda unidad,
vasta como la luz, como la noche vasta,
se responden sonidos, colores y perfumes.
Hay perfumes tan frescos como carnes de niños,
dulces cual los oboes, verdes como las praderas,
-Y otros, corrompidos, ricos y triunfantes,
que tienen la expansión de cosas infinitas,
Como el ámbar, el almizcle, el benjuí y el incienso,
que cantan los transportes del espíritu y los sentidos.
“Correspondencias”. Se dice que es el poema más significativo de toda la obra. El tema ostenta una clara
herencia del romanticismo alemán, más concretamente de Schelling, según el cual existía una analogía universal
dentro de la creación, por la cual podemos encontrar correspondencia entre formas, sonidos, colores, etc... Como
solía suceder, los que pretendían romper con el Romanticismo se veían abocados a utilizar sus temas. Esta idea
también era sostenida por Edgar A. Poe en su ensayo filosófico Eureka. Sin embargo, existe en Baudelaire una
diferencia con el Romanticismo: la unidad de la Naturaleza no engendra la repetición de lo mismo –motivo de tedio,
spleen, para el poeta-sino la infinita variedad de seres y situaciones. Así, cono se ve en los dos últimos tercetos,
unas analogías llevan al inocente paraíso y otras a la corrupción y al vicio.
3
II. EL ALBATROS
Por distraerse, a veces, suelen los marineros
Dar caza a los albatros, grandes aves del mar,
Que siguen, indolentes compañeros de viaje,
Al navío surcando los amargos abismos.
Apenas los arrojan sobre las tablas húmedas,
Estos reyes celestes, torpes y avergonzados,
Dejan penosamente arrastrando las alas,
Sus grandes alas blancas semejantes a remos.
Este alado viajero, ¡qué inútil y qué débil!
Él, otrora tan bello, ¡qué feo y qué grotesco!
¡Éste quema su pico, sádico, con la pipa,
Aquél, mima cojeando al planeador inválido!
El Poeta es igual a este señor del nublo,
Que habita la tormenta y ríe del ballestero.
Exiliado en la tierra, sufriendo el griterío,
Sus alas de gigante le impiden caminar.
“El albatros”. Este poema fue de los primeros en escribirse, aunque no se editó en 1857. Se editó por
primera vez en forma impresa, sin la tercera estrofa, en 1859. Fue un amigo de Baudelaire, Charles Asselineau,
que publicaría su primera biografía y que le apoyó especialmente durante el proceso judicial, quien le indujo a que
le diera esta forma definitiva. Como se puede apreciar, aborda un tema muy propio de Baudelaire, como es “el
ángel caído que recuerda el Cielo”, exiliado en medio del vulgo. Algo parecido al dandi que siempre fue su autor. Los
estudiosos suponen que la imagen aludida en la primera estrofa fue sugerida al autor por su viaje a las Islas
Mauricio. Los albatros son muy frecuentes en los mares del Sur, su tamaño es el de una gallina, pero su
envergadura puede alcanzar los 3 ó 4 metros. En los versos 7-8 se oponen las alas a los remos, imagen que
recuerda al contraste entre la navegación a vela, noble, y las galeras, considerada infamante
X. L’ennemi
Mi juventud no fue sino una negra tormenta,
atravesada aquí y allá por soles luminosos;
tal estrago en mí han hecho los rayos y la lluvia,
que en mi jardín ya quedan muy pocos frutos rojos.
He aquí que he llegado al otoño de las ideas,
y que es preciso emplear la pala y los rastrillos
para igualar de nuevo las tierras inundadas,
donde el agua ha cavado grandes hoyos cual tumbas.
¿Encontrarán las nuevas flores con las que sueño,
en este suelo igual que una playa empapado,
el alimento místico que ha de darles vigor?
— ¡Oh, dolor! ¡Oh, dolor! ¡El Tiempo devora la vida,
Y el oscuro Enemigo que el corazón nos roe
se fortifica y crece robándonos la sangre!
“El enemigo”. Este poema se escribe en los años 1854-55, época en la que Baudelaire abandona la juventud y hace
balance moral y espiritual de su vida. Se trata por consiguiente de un texto de recapitulación sobre el pasado. En
la cultura occidental es frecuente la imagen del tiempo como devorador, que en el caso de este poema ejerce una
agresión especialmente sanguinaria, a semejanza de los vampiros, personajes que se harían literariamente famosos
en el fin de siglo.
4
XII. La vie antérieure.
Yo he vivido largo tiempo bajo amplios pórticos
que los soles marinos teñían con mil fuegos,
y que sus grandes pilares, firmes y majestuosos,
hacían que en la noche, parecieran grutas basálticas.
Las olas, empujando las celestes imágenes,
de mística y solemne manera entremezclaban
los acordes potentes de su música rica,
los tintes del ocaso reflejado en mis ojos.
Allí viví en la calma de voluptuosidades,
en medio del azul, de esplendores y de olas
y desnudos esclavos, impregnados de olores,
que mi frente con palmas refrescaban, y era
sólo su ocupación el hacer más profundo
el secreto dolor en que languidecía.
“La vida anterior”. La idea de la reencarnación o metempsicosis fue recurrente en el XIX, aunque quizá
Baudelaire la adopta de Gerard de Nerval. El poema recurre a imágenes como la gruta marina, que recurre a la vida
antes del nacimiento, mientras que los tercetos nos sitúan en un ámbito sensual, liberado del tiempo y de la
muerte y con alusiones al tema de las drogas, frecuente en Baudelaire
XIV. L’homme et la mer
¡Hombre libre, tú siempre adorarás la mar!
El mar es tu espejo; contemplas tu alma
en el desplegarse infinito de su oleaje,
y no es menos amargo que su abismo tu espíritu.
Tú gozas hundiendo en su seno tu imagen;
con ojos y con brazos le abrazas, y tu pecho
se distrae de su propio rumor algunas veces
con el salvaje ruido de esta queja indomable.
Sois los dos tenebrosos y discretos: ninguno
el fondo ha sondeado de tus abismos, Hombre;
¡Oh, mar, nadie conoce tus íntimas riquezas,
Tan celosos sois de guardar vuestros secretos!
Sin embargo desde hace siglos innumerables
os combatís sin tregua ni remordimiento,
de tal manera amáis la carnaza y la muerte,
¡Oh eternos luchadores, oh implacables hermanos!
“El hombre y la mar”. Continuación del tema del poema anterior del libro, “Gitanos en el camino”, dedicado a la
evasión. Con el paso del tiempo, el abismo, aquí identificado con el mar, acabaría teniendo un significado contrario,
siendo el mar lo femenino y horizontal, y el abismo lo peligroso y vertical. La identificación entre el hombre libre y
el mar desemboca en una oposición, esta vez entre el mar eterno y el hombre efímero.
-------Analogía del arquetipo de las profundidades marinas y el inconsciente. El mar y el inconsciente son
símbolos de lo incontrolado, lo libre, de lo salvaje indómito. Las profundidades marinas y espirituales son amargas
y tenebrosas. También guardan celosamente sus riquezas: el mar “richesses intimes” (“riquezas íntimas”), y el
inconsciente sus secretos. La lucha de la última estrofa es el símbolo de la lucha del inconsciente y la consciencia
humanas, la inteligencia racional y las potencias elementales, el intelecto viril y el inconsciente feminizado. Las
resonancias sexuales se intensifican de manera creciente en el poema.
5
XVII. La Beauté
Soy hermosa, ¡oh, mortales! cual un sueño de piedra,
y mi pecho, en que todos a veces se afligieron,
está hecho para inspirar al poeta un amor
que igual que la materia es eterno y es mudo.
Tengo mi trono en el azul cual una esfinge incomprendida;
un corazón de nieve junto a la blancura del cisne;
detesto el movimiento que desplaza las líneas,
Y nunca, nunca río, y nunca, nuca lloro.
Los poetas, al ver mis grandes ademanes,
que parecen prestados de edificios soberbios,
consumirán sus días en austeros estudios;
porque, para fascinar a esos dóciles amantes,
tengo puros espejos que hacen todo aún más bello:
¡mis ojos, mis profundos ojos de eternas luces!
“La belleza”. Desde el Romanticismo a los surrealistas la búsqueda de la belleza es un tema recurrente. En
este caso, la reflexión surge a propósito de la estatua de la que parece ser una “mujer fatal”, por la que los
hombres se afligen. La figura ostenta una belleza en la que se reúne la pasión y el equilibrio clásico. Recordemos
las siguientes líneas de Baudelaire, pertenecientes a su Salón de 1859: “¡Qué mirada en estos ojos sin niña! Del
mismo modo que la poesía lírica lo ennoblece todo, incluso el apasionamiento, la verdadera escultura lo solemniza
todo, incluso el movimiento. Confiere eternidad a lo humano”. Tanto en la imagen de la esfinge como en el verso
final, encontramos rastros de Edgar A. Poe, procedentes probablemente de Las aventuras de Arthur Gordon Pym
y Ligeia (cuento que Baudelaire tradujo), respectivamente.…….
LI. - Le chat
I
Dans ma cervelle se promène,
Ainsi qu'en son appartement,
Un beau chat, fort, doux et charmant.
Quand il miaule, on l'entend à peine,
Tant son timbre est tendre et discret;
Mais que sa voix s'apaise ou gronde,
Elle est toujours riche et profonde.
C'est là son charme et son secret.
Cette voix, qui perle et qui filtre
Dans mon fonds le plus ténébreux,
Me remplit comme un vers nombreux
Et me réjouit comme un philtre.
Elle endort les plus cruels maux
Et contient toutes les extases;
Pour dire les plus longues phrases,
Elle n'a pas besoin de mots.
Non, il n'est pas d'archet qui morde
Sur mon coeur, parfait instrument,
Et fasse plus royalement
Chanter sa plus vibrante corde,
Que ta voix, chat mystérieux,
Chat séraphique, chat étrange,
En qui tout est, comme en un ange,
Aussi subtil qu'harmonieux!
LI. - El gato
I
Por mi cerebro se pasea,
Lo mismo que por su aposento,
Un bello gato, dulce y fuerte.
Su maullido apenas se percibe,
tan tierno su timbre, tan discreto;
esté apacible o gruña,
su voz es siempre rica y profunda.
Es ese su encanto y su secreto.
Esa voz perlada que se filtra
en mis concavidades tenebrosas,
como innúmero verso me complace,
como droga que estimula la alegría.
Adormece todas las crueldades,
el éxtasis en ella se aposenta;
y para volverse inteligible
prescinde de palabras.
No. No sé de otro cordófono,
instrumento perfecto,
que de mi corazón pueda realmente
tensar su más vibrante cuerda,
6
que esa tu voz, oh misterioso gato,
gato seráfico,
extraño,
tan sutil y armonioso como un ángel.
“El gato” (1). Los gatos son un tema recurrente en la obra y en la vida de Baudelaire. Además de que poseía
uno, que nunca hizo buenas migas con su amante, la mulata Jeanne Duval, le fascinaba mirarlos por la calle. Es
frecuente, por otro lado, no sólo en Baudelaire, la comparación entre la mujer y el gato. El “cuerpo eléctrico” del
animal podría ser una alusión a un cuento de Hoffmann, en el que el gato Murrr suelta chisporroteantes brasas
cuando se lo acaricia. Las dos últimas estrofas hablan de Jeanne, a la que el poeta presentaba como esposa
(recordemos que estamos en el siglo XIX y la situación del escrito desafía las “buenas costumbres”), aludiendo
además al color oscuro de su piel.
LXV. Tristesses de la lune.
Esta noche la luna sueña con más pereza,
Cual si fuera una bella hundida entre cojines
Que acaricia con mano discreta y ligerísima,
Antes de adormecerse, el contorno del seno.
Sobre el dorso de seda de deslizantes nubes,
Moribunda, se entrega a prolongados éxtasis,
Y pasea su mirada sobre visiones blancas,
Que ascienden al azul igual que floraciones.
Cuando sobre este globo, con languidez ociosa,
Ella deja rodar una furtiva lágrima,
Un piadoso poeta, enemigo del sueño,
De su mano en el hueco, coge la fría gota
como un fragmento de ópalo de irisados reflejos.
Y la guarda en su pecho, lejos del sol voraz.
“Tristezas de la luna”. Las alusiones explícitas a la sexualidad femenina, especialmente a la
homosexualidad, fueron una de las causas que provocaron el proceso judicial a la obra. El erotismo en un contexto
de lujo y languidez –la mujer desnuda está recostada entre cojines- y la presencia melancólica de la luna aúnan una
temática tan frecuente en el Romanticismo como en el modernismo.
…….Asociación de la mujer a la luna. La luna es una belleza indolente, que en la intimidad de su habitáculo se
abandona a una ensoñación prolongada, perezosa, sensual. El poeta es el ser piadoso que se mete a la divinidad en
su corazón y rinde culto al astro nocturno. Con esta donación a la luna, el poeta revaloriza la muerte. No en vano
describe a la divinidad como “mourante” -moribunda. La muerte es ese sueño sensual, prolongado hasta el infinito
y que los rayos del sol perturban.
LXXVII. SPLEEN(III)
Yo soy como ese rey de aquel país lluvioso,
rico, pero impotente, joven, aunque achacoso,
que, despreciando halagos de sus cien concejales,
con sus perros se aburre y demás animales.
Nada puede alegrarle, ni cazar, ni su halcón,
ni su pueblo muriéndose enfrente del balcón.
La grotesca balada del bufón favorito
no distrae la frente de este enfermo maldito;
en cripta se convierte su lecho blasonado,
y las damas, que a cada príncipe hallan de agrado,
no saben ya encontrar qué vestido indiscreto
logrará una sonrisa del joven esqueleto.
el sabio que le acuña el oro no ha podido
extirpar de su ser el humor corrompido,
y en los baños de sangre que hacían los Romanos,
que a menudo recuerdan los viejos soberanos,
reavivar tal cadáver él tampoco ha sabido
7
pues tiene en vez de sangre verde agua del Olvido.
Spleen” (3). El tema del rey enfermo que padece una enfermedad nerviosa, que lleva a un hastío dañino, había sido
frecuente en la época de Baudelaire. Había sido tratado por Theophile Gautier, y constituía el correlato del rey
sádico, tema tratado por Víctor Hugo en El rey se divierte. La alusión al pueblo que muere delante del balcón hace
pensar en el rey Francisco II de Francia, y la matanza de protestantes que ordenó la noche de San Bartolomé, y
que había sido el protagonista de un poema de Esquiros
LXXX. Le goût du néant.
Melancólico espíritu, en otros tiempos enamorado de la lucha,
La Esperanza, cuya espuela acuciaba tu ardor,
¡No quiere más montarte! Acuéstate sin pudor,
Viejo caballo cuyos cascos en cada obstáculo chocan.
Resígnate, corazón mío; duerme tu sueño de bruto.
Espíritu vencido, ¡despeado! Para ti, viejo merodeador,
El amor no tiene más gusto, no más que la disputa,
¡Adiós, pues, cantos del cobre y suspiros de la flauta!
¡Placeres, no tentéis más un corazón sombrío y embustero!
¡La Primavera adorable ha perdido su perfume!
Y el Tiempo me engulle minuto tras minuto,
Como la nieve inmensa un cuerpo ya tieso;
Yo contemplo desde lo alto el globo en su redondez
Y no busco más el abrigo de una choza.
Avalancha, ¿quieres arrastrarme en tu caída?
“El gusto de la nada”. El poema hace referencia al desasosiego provocado por la pérdida de facultades que
conlleva el paso del tiempo y la enfermedad (la sífilis, en su caso). En 1855, Baudelaire escribía a su madre: ”Hay
un estado que es peor que el dolor físico, es el miedo de ver desgastarse y luego periclitar, finalmente
desaparecer, en esta horrible vida llena de sobresaltos, la admirable vena poética, la nitidez de los conceptos, y el
poder de fe que constituyen mi verdadero capital”.
LA DESTRUCCIÓN
A mi lado sin tregua el Demonio se agita;
En torno de mi flota como un aire impalpable;
Lo trago y noto cómo abrasa mis pulmones
De un deseo llenándolos culpable e infinito.
Toma, a veces, pues sabe de mi amor por el Arte,
De la más seductora mujer las apariencias,
y acudiendo a especiosos pretextos de adulón
Mis labios acostumbra a filtros depravados.
Lejos de la mirada de Dios así me lleva,
Jadeante y deshecho por la fatiga, al centro
De las hondas y solas planicies del Hastío,
Y arroja ante mis ojos, de confusión repletos,
Vestiduras manchadas y entreabiertas heridas,
¡Y el sangriento aparato que en la Destrucción vive!
8
Otro tema significativo en Baudelaire. Para luchar contra el hastío –el spleen, tan nombrado en su obra-, el
poeta invoca el sadismo latente en cada persona, fruto al que llama “flores del mal”. No se puede evitar pensar en
Edgar A. Poe, y en su “demonio de la perversidad”, es decir la tendencia humana a hacer lo contrario de lo que las
conveniencias indican, que era para Poe el fundamento de la libertad humana de elección.
CXXI. La mort des amants.
Tendremos lechos llenos de olores tenues,
Divanes profundos como tumbas,
Y extrañas flores sobre vasares,
Abiertas para nosotros bajo cielos más hermosos.
Aprovechando a porfía sus calores postreros,
Nuestros dos corazones serán dos grandes antorchas,
Que reflejarán sus dobles destellos
En nuestros dos espíritus, estos espejos gemelos.
Una tarde hecha de rosa y de azul rústico,
Cambiaremos nosotros un destello único,
Cual un largo sollozo preñado de adioses;
Y más tarde un Ángel, entreabriendo las puertas,
Acudirá para reanimar, fiel y jubiloso,
Los espejos empañados y las antorchas muertas.
.- “La muerte de los amantes”. El tema de la muerte se encuentra aquí embellecido a través de
la descripción de un espacio de lujo y comodidad, en el que vivieron los amantes, y a través de su tono
melancólico, mediando además la intervención de un Ángel, personaje característico de la estética de
fin de siglo
La habitación nupcial se identifica con el sepulcro, el diván con la tumba y el acto generador con la muerte.
Pero ésta no es la aniquilación definitiva. Hay como una esperanza de mundo celeste en las “flores extrañísimas/
que un cielo más hermoso hizo brotar”. Igualmente los “odeurs légères” sugieren el paso de lo material a lo
espiritual. El fin de la vida física es preludio para alcanzar la espiritual. Pero las tinieblas y la separación no son
definitivas. La noche, símbolo de la muerte, combina el “rosa” de la vida sensible con el “azul místico”. Hay un
atisbo de esperanza en el conjunto del poema.
EL LETEO
Ven sobre mi corazón, alma cruel y sorda,
Tigre adorado, monstruo de aires indolentes;
Quiero, por largo rato sumergir mis dedos temblorosos
En el espesor de tu melena densa;
En tus enaguas saturadas de tu perfume
Sepultar mi cabeza dolorida,
Y aspirar, como una flor marchita,
El dulce relente de mi amor difunto.
¡Quiero dormir! ¡Dormir antes que vivir!
En un sueño tan dulce como la muerte,
Yo derramaré mis besos sin remordimiento,
Sobre tu hermoso cuerpo pulido como el cobre.
Para absorber mis sollozos sosegados
Nada equiparable al abismo de tu lecho;
El olvido poderoso mora sobre tu boca,
Y el Leteo corre en tus besos.
A mi destino, en lo sucesivo, mi delicia,
Yo obedeceré como un predestinado;
Mártir dócil, inocente condenado,
9
Del cual el fervor atiza el suplicio,
Yo absorberé, para ahogar mi tormento,
El nepente y la buena cicuta,
En los pezones encantadores de ese pecho agudo
Que jamás aprisionó un corazón.
“El Leteo”. El Leteo es uno de los ríos que conduce a los infiernos según la mitología antigua. Sus aguas hacían
olvidar el pasado a quien las vivía y se representa con un anciano coronado de hojas de loto y dormidera. El
sentimiento depresivo, que le hacía desear una muerte semejante al sueño, era muy frecuente en Baudelaire. En
una carta a su madre, el poeta confiesa: “Hay momentos en que me obsesiona el deseo de dormir eternamente,
pero ya no puedo dormir porque estoy pensando constantemente”. Al final se citan la cicuta y el nepente,
representantivos de la muerte y el olvido, ya que la primera mata, mientras que el segundo adormece
PROFUNDIZAR EN BAUDELAIRE
ALGUNOS POEMAS DE BAUDELAIRE
http://amediavoz.com/baudelaire.htm
CITAS CÉLEBRES
http://www.frasecelebre.net/Frases_De_Charles_Baudelaire.html
SELECCIÓN DE POEMAS COMENTADOS
http://pendientedemigracion.ucm.es/info/rapsoda/num1/serta/medina2.pdf
VERSIÓN MUSICAL DE LA MUERTE DE LOS AMANTES
http://www.youtube.com/watch?v=3Vdt4kQJ2a0
OPINIONES ACERCA DE BAUDELAIRE
http://www.lamaquinadeltiempo.com/Baudelaire/bauvpor.htm
"Les FIeurs du Mal no son una obra de arte en la que se pueda penetrar sin preparación. Aquí no estamos
ya en el mundo de la banalidad universal. La mirada del poeta baja sin detenerse ni un solo momento en
unos círculos infernales que quedaban por explorar, y lo que allá ve y oye no recuerda ni de lejos los
romances de moda. De allí brotan lamentaciones y quejas, cantos extáticos, la blasfemios, gritos de dolor
y de angustia Las torturas de la pasión, la ferocidad y la cobardía social, los ásperos sollozos de la
desesperación, la ironía y el desdén, todo se mezcla fuerte y armoniosamente en esta pesadilla dantesca
iluminada de trecho en trecho por claros por los cuales el espíritu lanza el vuelo hacia la paz y la alegría
ideales..."
Leconte de Lisle, La Revue Européenne, 1º de diciembre de 1861.
"La profunda originalidad de Charles Baudelaire, en mi opinión, está en presentar con fuerza y en lo
esencial, el hombre moderno; y con esta palabra, el hombre moderno, no quiero designar..., el hombre
moral, político y social. Sólo quiero hablar del hombre en su físico de hoy, tal y como le han hecho los
refinamientos de una civilización del exceso, el hombre moderno, con sus sentidos agudizados y
vibrantes, su mente sutil hasta el dolor, su cerebro saturado de tabaco, su sangre quemada por el alcohol,
en una palabra, el bilio-nervioso por excelencia."
Paul Verlaine, en L' Art, 16 de noviembre de 1865.
Charles Baudelaire jamás dejará de ser el escritor de excepción cuya obra desconcertará, sin cesar, al
lector desprevenido y hasta al que no lo es, tanto por su forma de cultivar "LAS FLORES DEL MAL" como
por su arte de cincelador de esas joyas poéticas que son sus "PEQUEÑOS POEMAS EN PROSA" y esos
profundos y a la vez extraños ensayos que tituló "LOS PARAÍSOS ARTIFICIALES''. El mejor retrato de
Baudelaire-poeta lo forjó él mismo al referirse a Edgar A. Poe: "Poe permanecerá siempre siendo el
auténtico poeta, es decir una verdad vestida de un modo extraño, una paradoja aparente que no quiere
sentir el codeo de la muchedumbre, y que corre hacia el extremo oriente cuando se lanzan los fuegos
artificiales en el poniente."
Tomás Barna, De BAUDELAIRE y de POE.
10
2. LA LÍRICA NORTEAMERICANA: WALT WHITMAN (TEMA 4 pág.179)
Contexto histórico y referencias biográficas
En EEUU, después de lograr su independencia respecto a Inglaterra (1775-1783), se va a
forjar una identidad nacional que tiene su punto de partida en la famosa “Doctrina Monroe”.
En su discurso al Congreso de 1832, el presidente Monroe había difundido con el lema
“América para los americanos” su postura como nación y el deseo de que las potencias
europeas no participasen en la colonización de América. Del mismo modo bajo el concepto
“Destino Manifiesto” (1845) se justificaban todas las acciones expansionistas (guerra con
México para incorporar nuevos estados, exterminio de los indios y otras intervenciones
militares) por ser el pueblo destinado a ello. Otro gran acontecimiento histórico del siglo XIX
fue la Guerra de Secesión (1861-1865) que culminó con la unión de los estados del Norte
con el Sur y la abolición de la esclavitud.
Walt Whitman (1819 - 1892) será el poeta estadounidense que dará voz a esa nueva
nación. Hijo de madre holandesa y padre británico, fue el segundo de los nueve vástagos de
una familia con escasos recursos económicos. Pasó sólo ocasionalmente por la escuela y
pronto tuvo que empezar a trabajar, primero, y a pesar de su escasa formación académica,
como maestro itinerante, y más tarde en una imprenta. Hombre humilde, de clase media que
se formó a sí mismo.
Allí se despertó su afición por el periodismo, interés que le llevó a trabajar en varios
diarios y revistas neoyorquinos. Nombrado director del Brooklyn Eagle en 1846,
permaneció en el cargo sólo dos años debido a su disconformidad con la línea abiertamente
proesclavista defendida por el periódico. Su afición por la ópera (género que influyó
enormemente en su obra poética) le permitió coincidir en una noche de estreno con un
dirigente del periódico de Nueva Orleans Crescent, quien lo convenció para que dejara Nueva
York y aceptase una oferta para trabajar en el diario.
Durante el viaje hacia al Sur, que emprendió en 1848, tuvo la oportunidad de
contemplar una realidad, la de provincias, para él totalmente desconocida y que, en
definitiva, sería decisiva para su carrera futura. Por todo este conjunto de experiencias,
cuando regresó a Nueva York, unos meses después, abandonó el periodismo y se entregó
por completo a la escritura.
La primera edición de su gran obra, sin embargo, no vio la luz hasta 1855. Esta
primera edición de Hojas de hierba (Leaves of grass) (habría otras ocho en vida del poeta)
constaba de doce poemas, todos ellos sin título, y fue el propio Whitman quien se encargó de
editarla y de llevarla a la imprenta. De los mil ejemplares de la tirada, Whitman vendió pocos
y regaló la mayoría, uno de ellos a Ralph Waldo Emerson, importante figura de la escena
literaria estadounidense y su primer admirador. Su crítica, muy positiva, motivó a Whitman
para seguir escribiendo, a pesar de su ruinosa situación económica y de la nula repercusión
que, en general, habían tenido sus poemas.
Al año siguiente apareció la segunda edición y, cuatro años más tarde, la tercera,
que amplió con un poema de presentación y otro de despedida. La noticia de que su
hermano George había sido herido, al comienzo de la Guerra Civil, le impulsó a abandonar
Nueva York para ir a verle a Fredericksburg. Más tarde se trasladó a Washington D.C. donde,
apesadumbrado por el sufrimiento de los soldados heridos, trabajó voluntariamente como
ayudante de enfermería. Tras el fin de la contienda, se estableció en Washington, donde
trabajó para la Administración. Allí publicó varios ensayos de contenido político, en los cuales
defendía los ideales democráticos, pero rechazaba el materialismo que, a su juicio,
impregnaba la vida y las aspiraciones de la sociedad estadounidense.
Aquejado de varias enfermedades, en 1873 se vio obligado a abandonar Washington
y trasladarse a Camden, en Nueva Jersey, donde permaneció hasta su muerte. Dedicó los
últimos años de su vida a revisar su obra poética, y a escribir nuevos poemas que fue
incluyendo en las sucesivas ediciones de Hojas de hierba.
11
Hojas de hierba: estudio general
Walt Whitman (1819-1892), el poeta de mayor trascendencia que ha dado Estados
Unidos, escribe en medio de una sociedad puritana inmersa en los más estrictos
convencionalismos sociales. Sus contemporáneos se habían estado nutriendo de las voces
literarias procedentes de Europa y, en especial, de Inglaterra. Walt Whitman de manera
plenamente consciente (así lo demuestran los artículos que él mismo produce sobre su
obra), se aparta de la tradición poética en su obsesiva búsqueda de nuevas formas
expresivas. Así, Whitman, como pionero, se convierte en un innovador fundamental para la
poesía del siglo XX.
Su libro más significativo, Hojas de hierba, se publica en Nueva York en 1855 y será
reeditado, nueve veces hasta su muerte, con las consiguientes correcciones y ampliaciones.
Su sentido de la obra poética es global, un todo que evoluciona a lo largo de la vida. Aunque
fue criticado durante en la primera edición, no pasan más de dos décadas para que la obra
de Whitman, el “anciano hermoso como la niebla y con la barba llena de mariposas”, como lo
describe García Lorca, empezara a adquirir esa fama que trasciende los lindes de su tierra y
de su época. El primer reconocimiento a su poesía se debe a su maestro Emerson, quien
tiene gran influencia en este autor. Más tarde Ezra Pound lo considera su “padre espiritual” y
lo reconoce como el poeta que, en Norteamérica, ocupa el lugar de Dante en Italia, motivo
por el cual su influencia es ineludible. Es incontestable su influencia en los movimientos
vanguardistas del siglo XX.
En Hojas de hierba, Whitman huye del metro, de la rima, de la alineación clásica de los
versos, se lanza a expresar lo no dicho sobre el mundo por medio de un lenguaje nuevo,
mundano, casi tan vasto como la realidad que recrea. Le imparte a su poesía un sentido muy
preciso, directo, por medio de palabras que abarcan diversos sustratos de la lengua
(coloquiales, filosóficos, científicos, neologismos). Las palabras en Whitman son tan airadas y
contundentes como su tono discursivo y profético, pues él siempre pensó que sus poemas
debían leerse como plegarias, que debían cantarse, entonarse.
“La lengua es un organismo vivo y un cuerpo que absorbe todos los demás
cuerpos”. “El tema de la lengua me interesa… pienso que Hojas de hierba no es
más que un intento de darle al espíritu, al cuerpo, al hombre, nuevas palabras”.
Responde al deseo de ser la voz poética de la nueva nación y de los ideales de un hombre
nuevo, corriente, democrático. “Canto de mí mismo” ha sido considerado el poema más
lúcido y detallado que se ha escrito sobre la democracia y donde el poeta se imagina a sí
mismo hablando a (y por) todos los norteamericanos. Este poema fue el punto de partida de
su obra completa y en él se encuentra la quintaesencia de su poesía. Surge aquí la visión de
un “yo” que fluctúa entre lo individual y lo universal, que abarca cuerpo y alma en una
misma entidad, que afirma el ciclo sexual eterno de la vida en un “impulso procreador del
mundo”, que se funde de forma intensa con el paisaje y sus gentes.
“La verdadera prueba para un poeta es que su país lo absorba tan afectuosamente
como él lo ha absorbido”
Con Hojas de hierba se suma al tipo de escritor que intenta comprender la realidad
de manera absoluta, privada de límites o condiciones. No se conforma con ser una voz
inspirada por la divinidad, sino que con su obra quiere ser la divinidad misma, capaz de
abarcar todos los mundos, el universo entero (“Walt Whitman, un cosmos, de Manhattan el
hijo).Su imaginación interviene para provocar una transmutación misteriosa de lo real
cuando quiere evocar, implicar, a todos los hombres, al espacio infinito, en una visión
panteísta.
El club de los poetas muertos: referencias a Walt Whitman
http://www.youtube.com/watch?v=IbX8SUMsquo
http://www.youtube.com/watch?v=KwOgPmJCJOg
Fragmento del Canto de mí mismo: “Yo soy W.W.” y de ¡Oh capitán, mi capitán!
http://www.youtube.com/watch?v=HL7exEU3uk8
http://www.youtube.com/watch?v=NHKqoEkzIv8
12
¡Oh Capitán! ¡mi Capitán!
nuestro viaje ha terminado;
el buque tuvo que sobrevivir a cada tormenta,
ganamos el premio que buscamos;
el puerto está cerca, escucho las campanas
todo el mundo está exultante,
mientras siguen con sus ojos la firme quilla,
el barco severo y desafiante:
pero ¡oh corazón!¡corazón!¡corazón!
oh, las lágrimas se tiñen de rojo,
mi Capitán está sobre la cubierta
caído y muerto de frío.
¡Oh capitán! ¡mi capitán!
levántate y escucha las campanas;
levántate, izan la bandera por ti
por ti suenan las cornetas;
por ti ramos y cintas de coronas,
por ti se amontonan en las orillas;
a ti te llama la influyente masa,
giran sus rostros impacientes;
¡aquí Capitán!¡querido padre!
este brazo bajo tu cabeza;
es como un sueño sobre la cubierta,
tienes frío y has muerto.
Mi capitán no responde,
sus labios están pálidos e inmóviles;
mi padre no siente mi brazo,
no tiene pulso ni voluntad;
el barco está anclado sano y salvo,
el viaje ha terminado y se ha hecho;
de un viaje temeroso, el barco triunfador,
entra con su objetivo realizado;
exultamos, ¡oh costas y sonidos, oh campanas!
pero yo, con triste pisada
camino en cubierta donde está mi Capitán,
caído y muerto de frío.
13
Descargar