uso y ocupacion de las tierras

Anuncio
189
II CURSO INTERNACIONAL DE ASPECTOS GEOLÓGICOS DE PROTECCIÓN AMBIENTAL
CAPITULO 11
USO Y OCUPACION DE LAS TIERRAS
Archimedes Perez Filho
Docente de la Unicamp
Paulo Ricardo de Brito Soares
LA BASE DE LA GESTION
El análisis del uso y ocupación de las tierras
presupone la comprensión de los fenómenos
desarrollados en la organización del espacio.
ESPACIO es entendido como el resultado de la
acción del HOMBRE (sociedad) sobre el MEDIO
en determinado momento de la HISTORIA.
Lo que está en consideración es la relación del
hombre con la naturaleza, de la cual él forma
parte, al mismo tiempo que la modifica. Entre
las partes existe por tanto, un sistema de
relaciones basado en la interdependencia y la
reciprocidad. Con la ACCION o TRABAJO del
HOMBRE sobre la NATURALEZA, éste la
transforma, de modo que produce el ESPACIO
SOCIAL correspondiente a las necesidades de
determinada circunstancia histórica. Esa visión
integradora para la concepción del espacio es
contraria a la separación que caracteriza al
paradigma positivista, que asume la naturaleza
externa a las actividades de los hombres.
ORGANIZACION DEL ESPACIO
Podríamos establecer una línea divisoria entre
las discusiones de organización del espacio y
de la planificación del uso y ocupación de las
tierras. Por un lado se exacerba el formalismo
técnico, que en las palabras de ALMEIDA et al.
(1993), “profesa dogmáticamente soluciones
técnicas neutras y omnipotentes, buscando la
razón utilitaria del conocimiento”. Esa línea de
190
II CURSO INTERNACIONAL DE ASPECTOS GEOLÓGICOS DE PROTECCIÓN AMBIENTAL
pensamiento está ligada al cartesianismo y la
visión mecanicista de los fenómenos de la
naturaleza. Por otro lado están los que emplean
la necesidad de consideración de las relaciones
sociales para la comprensión e intervención en
el modo como el hombre se relaciona con la
“naturaleza”.
El todo de las relaciones económico-sociales,
que es responsable por la configuración del
espacio, se da a partir de la unidad entre las
fuerzas productivas (relaciones hombrenaturaleza) y las relaciones de producción
(relaciones hombre-hombre).
Las formas de apropiación y transformación de
la naturaleza, y a partir de determinado estadio
de evolución, las formas de organización
(CASSETI, 1995) del espacio, son determinadas
por las propias relaciones sociales. Para
CASSETI, la manera como se configuran todas
las relaciones es la representación de las
concepciones político-jurídicas, filosóficas,
religiosas, éticas, artísticas y sus instituciones
correspondientes, representadas por el propio
Estado. Según este autor:
“la utilización espontánea de la naturaleza,
donde está implícita la apropiación de sus
riquezas, se encontró en las primeras etapas
de la historia de la sociedad y se concentró en
la época feudal, alcanzando el grado máximo
durante el curso de la sociedad capitalista”.
Esas consideraciones permiten ampliar el
diagnóstico de nuestro tiempo. Además de las
constataciones más propagadas de agotamiento
de los recursos y del grado de degradación del
ambiente en que vivimos, debemos incorporar
la causa estructural de ese cuadro. Al final ¿cuál
es la aplicación de un diagnóstico que describe
el mal y no apunta sus causas para la acción
de una orientación curativa? En ese sentido, vale
la investigación de Milton SANTOS.
liberalismo emergente para una sociedad
planificada. El autor hace una mención, cuyo
sentido está muy próximo a la conjetura de su
tiempo, sobre las dos formas en que se podrá
revertir la sociedad planificada: regida por una
minoría en condiciones dictatoriales o por una
nueva forma de gobierno y que a pesar que su
mayor poder, aún será democráticamente
controlada.
En oposición a este planteamiento totalitario,
que conduce a una situación de conformidad,
Mannheim discute las bases de la planificación
democrática que hagan y al mismo tiempo que
conducen a la libertad. Para eso es necesario,
en palabras del propio autor:
“... que el principio abstracto de la democracia
sea rehecho en un nuevo molde. También la
justicia social tiene que ser satisfecha para
garantizar el nuevo orden social. Justicia social
no significa igualdad social. Diferencias
razonables de renta y de acumulación de riqueza
para generar el estímulo necesario a los
emprendimientos, puedan ser mantenidas si no
interfieren en las líneas maestras de la
planificación y no impiden la cooperación entre
las clases.... Este avance rumbo a una mayor
justicia social tiene la ventaja de poder
obtenerse por los medios de reforma existentes
- tributarios, control de las inversiones, obras
públicas y ampliación radical de los servicios
sociales... no necesitando de la interferencia
revolucionaria que llevaría a la dictadura”.
LA GESTION AMBIENTAL
La articulación del discurso ambientalista o
ecológico bajo la bandera del “desarrollo
sustentable”, claramente encubre la cuestión
ideológica, cuyo enfrentamiento representa la
negación de las distorsiones económicas
globales.
“todo indica que el subsistema del mercado se
sobrepone al subsistema gubernamental en
diversos dominios, incluyendo el de la
organización del espacio y de las características
de urbanización de las ciudades. El problema
es entonces cómo el subsistema
gubernamental podría actuar de forma que se
obtengan los medios más efectivos para
alcanzar los fines que se pretende”.
La atención hacia la degradación ambiental del
planeta substituye (cuando no se articula) la
amenaza de una guerra en la derivación de la
conciencia de que el caos social y económico
sea la verdadera cuestión a ser encarada.
Obviamente no se pretende negar el estado de
degradación del ambiente, al contrario, se está
afirmando la necesidad de reconocimiento de
la raíz del problema.
En su “Diagnóstico de nuestro tiempo”, Karl
MANNHEIM, en 1954 (!), destacaba la
necesidad de pasar del “laissez-faire” del
Esa observación remite a una reacción que se
sitúa en el plano más elevado de moral y se
basa en la comprensión más plena de la
situación humana.
II CURSO INTERNACIONAL DE ASPECTOS GEOLÓGICOS DE PROTECCIÓN AMBIENTAL
ESTUDIO DEL MEDIO FISICO
No se puede todavía destacar la importancia de
una base técnica en la definición de los usos
de la tierra. Mientras que las decisiones sean
políticas, el conocimiento del medio, sus
potencialidades y limitaciones es punto fundamental para la formulación de la propuesta de
planificación ambiental.
El análisis del ambiente debe ser capaz de
integrar las informaciones de temas distintos,
constituyéndose un proceso interdisciplinario.
En general, se distinguen tres campos de
estudio, relacionados respectivamente con los
medios físico, biótico y social. En el primero se
trata de la caracterización de la geología, del
suelo, del relieve, del clima y de los recursos
hídricos. La cobertura vegetal y la fauna
representan el medio biótico. Las formas
antrópicas del uso y ocupación del suelo
componen el tercer grupo de informaciones.
En el levantamiento de los datos del medio
físico, se procede a la representación
cartográfica de los diferentes temas
considerados. El trabajo con los mapas permite
la integración de las informaciones y la
individualización de las unidades del terreno.
Toda separación de las unidades es un proceso
de clasificación y por tanto, requiere
proposiciones (en forma de parámetros)
establecidas, de acuerdo con el objetivo de
trabajo y con la realidad.
CONSECUENCIAS AMBIENTALES
DE LA OCUPACION AGRICOLA DEL
TERRITORIO
La cobertura vegetal natural o espontánea puede
variar desde fisonomías forestales densas,
pasando por sabanas, a campos casi
exclusivamente formados por gramíneas.
Esa diversidad es condicionada por
características del ambiente determinadas por
la interacción entre el suelo y el clima.
La exploración agrícola, en el país como un todo,
puede ser caracterizada por: deforestación,
utilización de las tierras hasta su agotamiento,
ocupación de nuevas áreas. En el Estado de
São Paulo, la ocupación se amplía a mediados
del siglo XIX con la introducción de las
plantaciones de caña de azúcar, tornándose
más acentuada en el comienzo de este siglo la
cultura cafetera.
Esta explotación que puede ser considerada de
carácter extractivista fue dejando huellas de
degradación ambiental y se enfrentó con el
propio agotamiento de esas actividades.
La erosión es el más grave problema
consecuencia de la explotación agrícola a ser
enfrentado y al cual están relacionados muchos
aspectos de degradación de los paisajes.
Erosión es el proceso de desagregación y
transporte de las partículas del suelo. Puede
ser causado por el agua o por el viento. El agua
en movimiento, como las riadas, provenientes
del escurrimiento de las aguas de lluvia que no
se infiltran en el suelo, constituye el más
importante agente de transporte de partículas
del suelo y otros elementos que puedan estar
diluidos con nutrientes y agrotóxicos.
Los procesos erosivos pueden ser diferenciados
en dos categorías que separan la erosión natural y la erosión que ocurre como resultado de la
acción del hombre como modificador de las
condiciones naturales.
La erosión natural es un proceso lento y
benéfico, relacionando la evolución de los
paisajes dentro de una condición de equilibrio
dinámico. El aspecto negativo está asociado a
la interferencia del hombre, acelerando el
proceso, desde la deforestación al movimiento
periódico del suelo para labores agrícolas, que
a su vez, no recubren el suelo en grado suficiente
para conferirle protección.
A partir del efecto de impacto de la gota de lluvia,
entendido como el primer estado del proceso,
la erosión puede asumir las siguientes formas:
laminar, en surcos, o bossorocas (surcos muy
profundos con el afloramiento de la napa
freática).
La pérdida de material por la erosión representa
un empobrecimiento del suelo, una vez que
conjuntamente con las partículas del suelo, los
nutrientes son también transportados en
solución. Ese empobrecimiento es agravado por
la falta de reposición, por parte de los
agricultores, de la fertilidad del suelo retirada
por los cultivos sucesivos (acción extractivista).
Otro aspecto de la degradación química del
suelo es la salinización. Ese proceso ocurre en
determinadas condiciones impuestas por la
interacción negativa de las prácticas como
irrigación, drenaje y fertilización (e incluso en
ciertos casos la propia composición del suelo)
191
192
II CURSO INTERNACIONAL DE ASPECTOS GEOLÓGICOS DE PROTECCIÓN AMBIENTAL
en ambientes de elevada evaporación, más
común en el nordeste brasileño.
La destrucción de la estructura y la consecuente
compactación de los suelos representa la
degradación física de los mismos, ocurriendo
en ciertas profundidades o en superficie. Es
causada principalmente por el uso indebido de
las máquinas agrícolas. La compactación puede
también estar asociada al pisoteo de animales,
la exposición del suelo a la acción de impacto
de las gotas de lluvia o a la destrucción de la
fauna del suelo y eliminación de la materia
orgánica.
Parte de las consecuencias ambientales de la
ocupación es consecuencia de los recursos
hídricos. El aporte del material transportado en
la erosión causa contaminación de los cuerpos
de agua, caracterizada por el azolvamiento y la
contaminación, ésta proveniente de la
concentración de nutrientes (eutroficación) y
contaminación por agrotóxicos.
POSIBILIDADES Y LIMITACIONES
DE USO DE LAS TIERRAS
En un análisis técnico parte del actual proceso
de degradación y principalmente de la
intensidad, tiene como causa fundamental el uso
de las tierras en conflicto con su potencial.
Este potencial de uso de las tierras es dado por
la conjugación de los elementos que componen
el paisaje, de la misma manera como esos
elementos condicionan la variación en la
distribución de las formas de vegetación natural.
Son factores que influyen en la erosión: la lluvia,
la topografía y las formas de relieve, la naturaleza
de los suelos y la cobertura vegetal.
Como expresamos anteriormente, la lluvia ejerce
su acción erosiva sobre el suelo por el impacto
de las gotas por el escurrimiento superficial. Otro
aspecto a considerarse es la distribución de las
lluvias durante el año. En nuestras condiciones,
coincide el período de preparación del suelo y
el desarrollo inicial de las culturas (por tanto
bajo índice de cobertura vegetal) con gran
concentración de lluvias, con ocurrencia de
eventos concentrados (lluvia de gran volumen
con duración de pocas horas).
La velocidad de infiltración del agua en el perfil
del suelo es determinante para la intensidad de
la erosión. Cuanto mayor sea la infiltración,
menor escurrimiento superficial. y por tanto,
menor erosión. La textura y la estructura a lo
largo del perfil y también la profundidad del suelo
son las características que más condicionan la
infiltración del agua.
Para la conservación de los suelos, son dos las
variables de la topografía que determinan el
mayor o menor riesgo de erosión: el declive y la
longitud de la pendiente.
El declive representa la inclinación del terreno,
siendo expresado en porcentaje (comúnmente)
o en grados. Cuanto mayor el declive, mayor
energía tendrá el escurrimiento superficial. y
consecuentemente mayor poder de carga de
partículas. Mientras que en condiciones de poco
declive, el agua que escurre puede adquirir
elevada energía si la longitud de la pendiente
fuera grande.
Un factor poco considerado en trabajos de
conservación y sin embargo de mayor influencia
en la intensidad de la erosión es la forma de la
vertiente. Las formas rectas generan flujos
laminares, las formas convexas generan flujos
dispersos y las formas cóncavas generan flujos
concentrados. El estudio de esa variable
demanda un análisis de representación
cartográfica en escalas más detalladas o a partir
del reconocimiento de campo.
Para la determinación del potencial de uso de
las tierras, se consideran además del riesgo de
la erosión, posibles limitaciones ligadas a: la
productividad del suelo - su fertilidad, acidez y
condición de encharcamiento; la obstrucción,
la mecanización y las condiciones climáticas
(balance hídrico, ocurrencia de heladas,
temperatura media).
PLANIFICACION
CONSERVACIONISTA DE LAS
ACTIVIDADES AGRICOLAS
El primer paso para la conservación del suelo
con el objetivo de buen rendimiento de las
producciones agrícolas es la propia motivación
de los agricultores. Se conoce que la erosión
no sólo provoca daños al ambiente sino también
grandes perjuicios económicos.
Después de la concientización y aprobación por
parte de los agricultores se debe iniciar el
levantamiento de las informaciones necesarias
para la planificación técnica, realizada también
con la participación del agricultor.
II CURSO INTERNACIONAL DE ASPECTOS GEOLÓGICOS DE PROTECCIÓN AMBIENTAL
En los planes se deberán presentar las
indicaciones de usos más adecuados al
potencial de producción de las distintas
unidades identificadas en el cruce de las
informaciones (tipo de suelo, declive, forma de
la vertiente, limitaciones para cultivo, etc.). Son
también
definidas
las
prácticas
conservacionistas que deberán ser
implementadas para cada uso. El éxito de
cualquier plan depende de la acción cooperativa
de los agricultores. La distribución de los suelos,
de las formas de declive o de la ocurrencia de
lluvias no respeta los límites de propiedades.
Por lo tanto, la implementación de las medidas
de conservación sólo es efectiva si hay la
participación activa de todos aquellos incluidos
en la unidad de planificación adoptada. La
cuenca hidrográfica tiene que haber sido
contemplada en esa unidad, por razones ligadas
a la noción de sistemas, basadas en la
interconexión de los elementos constituyentes,
y consecuentemente de las acciones incidentes
en el área y los impactos resultantes de las
mismas.
La base técnica de la planificación es por tanto
la clasificación de las tierras según su vocación
agrícola. Existen dos sistemas para ese fin: la
clasificación de la Capacidad de Uso de las
Tierras (LEPSCH, 1991) y de la Aptitud Agrícola
(RAMALHO FILHO y BEEK, 1994). En el
primero, se adopta un mismo nivel tecnológico
para la evaluación de los potenciales, mientras
el segundo permite el análisis para tres “niveles
de manejo”. Entiéndase por nivel de manejo el
grado de sofisticación y de calidad de la inversión
en la actividad. En un nivel de manejo elevado,
el agricultor usa la mecanización para casi todas
las operaciones de cultivo, utiliza fertilizantes,
defensivos y riego. En el extremo opuesto están
los agricultores que apenas entran con la fuerza
de trabajo, usando tracción animal y valiéndose
de la fertilidad natural de las tierras.
En los dos sistemas, la conceptualización es
semejante considerando los riesgos de la
degradación del suelo por los procesos erosivos
aún cuando son sometidos a diferentes usos
agrícolas y a las limitaciones presentadas
anteriormente para la indicación de los usos
potenciales. Las actividades son clasificadas en
cultivos de ciclo corto (también llamados anuales
como hortalizas, maíz, frijol), semi-perennes
(caña de azúcar, yuca), perennes (café,
fruticultura en general), pastizales y reforestales
(eucalipto).
También el pendiente del terreno es definida en
clases según intervalos no establecidos
rígidamente por ejemplo; A= 0-3 %, B=3-6 %,
C=6-12 %, D= 12-20 %, E=20-45 %, F= 45-70
%, y G=70-100 %. Los cultivos anuales sólo
son recomendados para las áreas más
aplanadas de clase A. Ya las áreas de las clases
F y G, según la legislación ambiental, no deben
ser utilizadas. El levantamiento y la discusión
de toda la legislación pertinente con respecto a
la indicación de los usos de las tierras deben
ser realizados previamente y las informaciones
obtenidas y confrontadas con la indicación
técnica. Las áreas planas mencionadas
anteriormente como las de alto nivel productivo,
cuando están asociadas a los planos de
inundación de cursos de agua pueden presentar
limitaciones de saturación hídrica
independientemente de cualquier limitación, son
definidas en el Código Forestal como áreas de
preservación ambiental.
Para tener una planificación de las actividades,
es necesaria la verificación de la viabilidad de
los cultivos indicados, en los aspectos
económicos y culturales.
El Sistema de Clases de Capacidad de Uso es
indicado para los trabajos en la escala de
pequeñas cuencas. Presenta ocho clases
definidas tanto por el tipo de cultivo como por
las prácticas conservacionistas demandadas.
Las tierras de clase I son aptas para uso, mismo
con actividades intensas (ciclo corto).
Gradualmente las clases sucesivas representan
mayores limitaciones para el uso y también la
necesidad de prácticas conservacionistas más
severas, siendo las de clase VIII inadecuadas
para cualquier tipo de actividad agrícola, deben
ser destinadas para la preservación de los
recursos naturales.
EL AMBIENTE URBANO
La ciudad está en el centro de la problemática
ambiental por constituir el núcleo del proceso
productivo de la sociedad industrial. En ella no
sólo se concentran actividades y población sino
también se aglutinan e intensifican las
transformaciones del medio.
Las alteraciones en el ambiente son el resultado
de la urbanización que ha excedido la capacidad
de autorregulación, característica de los
sistemas naturales. En gran medida eso se debe
193
194
II CURSO INTERNACIONAL DE ASPECTOS GEOLÓGICOS DE PROTECCIÓN AMBIENTAL
a la falta de consideración de los aspectos naturales bióticos y abióticos como reguladores de
la organización de la ocupación urbana.
No obstante, más que una cuestión de método
de organización del espacio, entendido éste
como modelos de estructuras físicas y funcional
de las ciudades, la actual ocupación del suelo
urbano refleja los conflictos de la sociedad que
los produce. El proceso de urbanización en las
ciudades brasileñas es comúnmente clasificado
de anárquico; sin embargo es, de hecho
coherente con el desarrollo del capitalismo en
el país, reproduciendo en la ocupación del suelo
las relaciones desiguales e injustas del orden
socio-económico vigente. Ese proceso para
AMARAL tiene como características:
el predominio de criterios de máxima
acumulación de los costos de agotamiento de
los recursos naturales, acompañado por la
privatización de los beneficios y la socialización
de los prejuicios ambientales resultantes;
la institucionalización del modelo de
expansión periférica “irregular” como solución
habitacional para la gran mayoría de la
población;
la ausencia de controles sociales sobre
los mecanismos de valorización y especulación
inmobiliaria, aumentando la escasez de la tierra
dotada de infraestructura, y destinando en la
práctica, para la población más pobre, los
terrenos impropios para su ocupación.
El ambiente urbano expresa un grave cuadro de
degradación, siendo notables los problemas
como la violencia, carencia de viviendas, salud,
educación y transporte, falta de saneamiento
básico y degradación de los recursos naturales
(contaminación del aire, del suelo, del agua,
eliminación y supresión de la vida silvestre).
El enfrentamiento de los problemas ligados a la
degradación ambiental y el ordenamiento territorial urbano viene dándose a través de los planes
de acción caracterizados por las intervenciones
localizadas en las áreas críticas, casi siempre
limitadas a las obras de ingeniería que minimizan
las causas de los problemas ambientales y a
través de la planificación que tienen por objetivo
primordial atender las demandas de los recursos
definidos por las leyes de mercado.
En su texto, SMOLKA (1993) comenta
alternativas elementales de enfrentamiento a los
problemas ambientales: actuar sobre los
efectos, por medio de sanciones y/o
imposiciones ambientales, insuficiente por
preservar las reglas del proceso de
estructuración intra-urbano, o actuar sobre las
causas, alterando aquellos procesos
responsables en primer plano de tales
problemas.
Esta última alternativa, desde el punto de vista
teórico, es la verdadera solución. Pero presenta
el dilema de ser impracticable (al menos de
forma inmediata). Como ejemplo apunta la
eliminación de la pobreza urbana para mitigar
los problemas supuestamente resultantes, lo
que parece impensable en los actuales marcos
institucionales, no sólo por la magnitud de los
recursos necesarios sino también por el papel
desempeñado por la existencia de los pobres
en la sociedad.
Recuperar las áreas degradas y preservar otras
todavía con buena calidad ambiental demanda
la definición de las técnicas y compromisos con
la reversión de ese proceso histórico. Es
necesario nuevas relaciones entre la sociedad
y el medio ambiente. Queda claro que la
fundamentación de un trabajo técnico de
planificación urbana pasa por el conocimiento
detallado del medio natural, por la crítica o la
forma de vida dominante y la comprensión de la
interacción entre las dos facetas, o como
escribió LEAL (1995), admitir la vinculación entre las luchas sociales y ambientales.
MUNICIPIO Y EL MEDIO AMBIENTE
– INSTRUMENTOS DE POLITICAS
PUBLICAS
Teniendo en cuenta el texto constitucional y del
objetivo de asegurar la diversidad y especificidad
de las relaciones locales, RIBEIRO y SANTOS
(1997) destacan algunos conceptos que deben
formar parte de la política municipal sobre medio
ambiente:
-
-
-
el medio ambiente es entendido como
bien público;
el acceso a la información y la
participación de la comunidad debe ser
asegurada en cuanto a su calidad de vida;
la compatibilización debe ser buscada
entre el desarrollo socio-económico y la
protección de los recursos naturales;
el compromiso con la calidad de vida debe
regular todas las acciones que sean
adoptadas.
II CURSO INTERNACIONAL DE ASPECTOS GEOLÓGICOS DE PROTECCIÓN AMBIENTAL
En base a estos criterios, los autores proponen
que la planificación del desarrollo del municipio
debe contemplar cinco áreas:
i)
ii)
iii)
iv)
v)
la social, de modo de promover el
crecimiento con una mejor distribución
de las rentas;
la económica, que estimule la asignación
y gestión más eficiente de los recursos
públicos;
la espacial, de forma de equilibrar la
relación entre los espacios rurales y
urbanos, mejor distribución de los usos
del suelo, evitar la concentración excesiva
de las actividades económicas y la
destrucción de los ecosistemas, y
promover el manejo adecuado de los
proyectos agrícolas;
la cultural, dirigida a la valorización de
las tradiciones culturales de la población
urbana y rural;
la ambiental, destinada a asegurar la
adecuada utilización de los recursos naturales, a través de la reducción de residuos
y la contaminación, de investigación e
implementación de tecnologías más
limpias y de la definición de reglas para
la adecuada protección ambiental.
Los procesos de planificación que incorporen
tales dimensiones constituyen instrumentos
capaces de proporcionar los mejores índices de
calidad ambiental y de vida en las ciudades,
una vez que estructura morfología,
infraestructura y flujos urbanos sean
considerados con el fin de conservar la energía
y los recursos naturales, promoviendo mejorías
en el paisaje natural construido, tanto en
términos de recuperación como de conservación
del patrimonio, produzcan un contexto de mayor
equidad social.
El municipio tiene por definición constitucional,
responsabilidad de manejo y superación de los
problemas ambientales resultantes de la
aglomeración en que se construye la ciudad.
En éste sentido es prevista en la Constitución
Federal y en la Estatal la atribución municipal
de aprobar y aplicar las normas de control
urbano y ambiental. Estas normas están
traducidas en los siguientes instrumentos legales: la Ley Orgánica, el Plan Director; la Ley
de Fraccionamiento, Uso y Ocupación del
Suelo; el Código de Obras; El código de
Posturas y Código Tributario.
Entre los instrumentos antes referidos, el Plan
Director y la Ley de Fraccionamiento, Uso y
Ocupación del Suelo son las de mayor rigor en
cuanto a condicionantes normativas y utilización
de terrenos urbanos. En lo que respecta al
primero de los dos instrumentos citados, el Plan
Director determina sobre las directrices de la
política de desarrollo municipal. El segundo
instrumento reglamenta el ordenamiento del
espacio urbano, el uso del suelo y la protección
del medio ambiente.
La definición por parte del municipio de una
política de desarrollo urbano, a partir de la
Constitución Federal de 1988, pasó a ser
instrumentada por el Plan Director. Este
documento asumió el sentido político,
económico, social y administrativo al más alto
nivel, siendo obligatorio para todos los
municipios paulistas, conforme al artículo 181
de la Constitución del Estado de São Paulo de
1989.
Según RODRIGUEZ (1998), es necesario pensar
en una política urbana y ésta no puede ser
encarada como actividad de edificación, sino que
es preciso incluirla en la complejidad de la
producción social de la ciudad.
El objetivo general del Plan Director, por tanto,
debe ser el de permitir a los municipios la
aplicación de la función social de la propiedad,
en otras palabras, especializar los usos y
ocupaciones adecuadas a la tierra. De esta
forma la restricción a la ocupación de áreas de
los fondos de valles, nacientes, cuestas,
caracterizan la función social de esos terrenos,
de forma diferente la no ocupación de espacios
vacíos urbanos destinados a la especulación
inmobiliaria.
La adecuación del uso del suelo debe expresar
el respeto a las aptitudes del medio definidas
por factores como topografía, geología, tipos de
suelo, drenaje, cobertura vegetal y fauna
existentes, así como también considerar las
condicionantes de la propia estructura urbana,
tales como sistema de circulación y transporte,
vectores de expansión, actual situación de
infraestructura, que comprende redes de agua,
alcantarillado, equipamientos sociales de salud,
educación y esparcimiento, servicios urbanos
(colecta y tratamiento de basura, abastecimiento
de energía eléctrica, comunicaciones seguridad
pública, abastecimiento).
La elaboración y aplicación de un Plan Director
concebido sobre esos principios y objetivos
permite revertir al orden establecido a través de
reestructuraciones y reglamentaciones,
195
196
II CURSO INTERNACIONAL DE ASPECTOS GEOLÓGICOS DE PROTECCIÓN AMBIENTAL
buscando un equilibrio de interrelación hombrenaturaleza.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
ALMEIDA, J. R. (Coord.). Planeamiento
ambiental: camino para la participación popular
y gestión ambiental para nuestro futuro comúnuna necesidad, un desafio- Rio de Janeiro: Tex
Ed.: Biblioteca Estácio de Sá, 176 p.1993.
CASSETI, V. Ambiente y Apropiación del relevo.São Paulo: Contexto, 2 a.ed.147p.1995.
LEAL, A. C. Meio ambiente e urbanização na
microbacia do Areia Branca – Campinas, S.P.
Rio Claro: Instituto de Geociências/UNESP.
Dissertação de Mestrado, 160p. 1995.
LEPSCH, I. F. (Coord.) Manual para el
levantamiento utilitario del medio físico y
clasificación de las tierras en el sistema de
capacidad de uso, 4a aproximación. 2a ed.Campinas: SBCS, 175p.1991.
RAMALHO FILHO, Antonio y BEEK, K. J.
Sistema de evaluación de aptitud agrícola de
las tierras. 3a ed.- Rio de Janeiro: EMBRAPACNPS, 65p.1994.
RIBEIRO, L. C. Q. y SANTOS JÚNIOR, O. A..
Globalização, fragmentação e reforma urbana
– o futuro das cidades brasileiras na crise. 2a
ed. – Rio de Janeiro: Civilização Brasileira, 432p.
1997.
RODRIGUEZ, A. M. Producción y consumo del
y en el espacio: problemática urbana. São
Paulo: Hucitec,1998.
SANTOS, M. Espacio y Método- 3.Ed.- São
Paulo: Nobel, 88p.1992.
SMOLKA, M. El medio ambiente y la estructura
intra-urbana. En: MARTINE, G (Org). Población,
medio ambiente y desarrollo: verdades y
contradicciones. Campinas: Edunicamp,1993
INDICE
CAPITULO 13
Descargar