Una persona mayor maltratada puede que ni se dé cuenta de

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Euskal Herria
GARA 2010 6 21 astelehena
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MARÍA TERESA BAZO
CATEDRÁTICA DE SOCIOLOGÍA DE LA UPV–EHU
Pionera en el Estado español en la investigación en Sociología de la Vejez, autora de numerosas
publicaciones sobre el tema y galardonada con diferentes premios en investigación en Gerontología,
esta catedrática es la voz más autorizada cuando se habla de maltrato a las personas mayores.
«Una persona mayor maltratada
puede que ni se dé cuenta de ello»
parecidas al caso de la violencia
doméstica, pero son situaciones
muy diferentes. En primer lugar, aunque la mayoría de las
personas ancianas maltratadas
son mujeres, también hay varones. Otra razón, la persona maltratadora puede ser una mujer,
como ocurre en muchos casos.
Además, no siempre, ni mucho
menos, quien maltrata es la pareja, sino un hijo, otro familiar,
vecino o cuidador. Otra razón es
que como los tipos de maltrato
son diversos no es lo mismo alguien a quien le hablan mal, le
insultan, o alguien a quien le roban el dinero siendo a lo mejor
consciente de ello la persona
mayor y sintiéndose incapaz de
actuar por ser familiar. Por ello
pienso que haría falta una formación específica del personal
sanitario, de los servicios sociales, de las trabajadoras a domicilio, y que se haga un seguimiento de los casos. Porque así como
en la violencia de género actúa
de inmediato la justicia, en el
caso de las personas mayores,
salvo en algún caso concreto,
ésa es la última opción.
Joseba VIVANCO | BILBO
El 5% de las personas mayores
son objeto de maltratos por parte de familiares. Invitada por La
asociación para el aprendizaje
permanente y participación social de los mayores, Hartu-emanak, ha hablado en Bilbo sobre
‘‘El maltrato a las Personas Mayores: Institucional y Familiar’’.
Al maltrato a los mayores ¿le
queda aún un largo camino por
recorrer para su reconocimiento social, como le sucedió a la
violencia contra las mujeres?
Es la última forma de maltrato
familiar que se ha ‘‘descubierto’’,
pero todavía sigue siendo un
problema que no se reconoce ni
social ni políticamente.
Al hablar de maltrato, ¿hay muchas prácticas que no caemos
en la cuenta de que lo sean?
Reconocemos cinco formas de
maltrato: negligencia física, negligencia sicológica, maltrato físico, maltrato sicológico, abuso
económico y abuso sexual. Ahora bien, lo que distingue el maltrato propiamente dicho de la
negligencia es que en ésta se realizan actos o se dejan de realizar, pongamos no dar la comida
y medicación adecuadas o no
proporcionar adecuada higiene,
pero sin intención de hacer daño; en el primero, en cambio, se
actúa con intención de dañar.
¿Es difícil distinguir, entonces,
cuándo hay maltrato?
Las múltiples formas de abuso
que se pueden ejercer sobre
cualquier persona son, a veces,
muy sutiles; otras veces se han
convertido en práctica habitual,
y otras no se consideran de suficiente entidad para denominarlas abuso. Trasladado esto a las
personas mayores que pueden
sufrir algún tipo de abuso, puede que ni ellas mismas, ni personas afines reconozcan que estén siendo maltratadas.
¿Y cómo actuar?
Pues hay veces que esas personas sí reconocen que no son
bien tratadas, y también lo perciben otras personas, pero no se
atreven a inmiscuirse en el
mundo de las relaciones familiares. Existe un tabú. Además,
en el caso de las personas mayores no está bien definido «qué
es el buen cuidado», como puede ser con los niños, y puede ac-
Luis JAUREGIALTZO | ARGAZKI PRESS
tuarse de manera incorrecta.
Por ejemplo, piense en un hijo o
hija o en la pareja que quiere
hacer caso al médico y prohíbe
a su familiar fumar, o le obliga
no de buenas maneras a andar,
y todo para ‘‘cuidarle’’, pero quizá sin el respeto que se debiera.
En el fondo, es un tema de los
que se denomina ‘‘sensibles’’,
que implica dilemas éticos y posibles complicaciones judiciales, entre otras cosas.
Decía usted que esa persona
mayor no se percata muchas veces de ese maltrato...
No siempre es consciente, pero
tampoco muchas personas en el
contexto de su vida diaria como
le decía antes. Otras veces sí lo
es, pero no quiere que le separen de ese hijo, por ejemplo con
inteligencia limitada, al que
siempre cuidó y que ahora se ha
convertido en su cuidador sin
saber de ello ni haber sido enseñado, ni ayudado por los servi-
NEGLIGENCIA
«Una cosa es actuar
de una manera
negligente, donde el
familiar lo reconoce
y se arrepiente; otra
es ejercer malos
tratos, donde el
maltratador es un
manipulador»
cios sanitarios y sociales. Ella no
quiere que lo lleven a un centro,
y mucho menos a la cárcel, y a
ella a una residencia. Hay muchos casos que con ayuda exterior se solucionan. Pero ahí deben estar los servicios sociales
haciendo un seguimiento.
¿Están protegidos por la ley, de
alguna una manera especial,
las personas mayores?
La ley debe proteger a todos por
igual, pero más que la Ley, insisto en que son los servicios sanitarios y los sociales los que pueden tener un papel importante
de prevención, detección del
problema y en la intervención
ante el mismo.
Se dice que una mujer no debe
aguantar ni la primera amenaza o bofetada. ¿Qué situación es
ésa que una persona mayor no
debe permitir pasar?
El maltrato a las personas ancianas tiene algunas características
El maltratador o la persona que
actúa de manera negligente, ¿se
arrepiente con el tiempo de
esos empujones, de esas malas
contestaciones...?
Se sabe que cuando no se actúa
de mala fe, sino por cansancio o
sentirse sobrepasado por la situación de cuidados, se sabe
que cuando eso ocurre los familiares lo reconocen y se arrepienten, les duele. El maltratador, sin embargo, suele ser una
persona manipuladora. En algunos países se han hecho registros para que esas personas no
puedan trasladarse a trabajar a
residencias o centros donde
puedan seguir maltratando.
Hablando de residencias. ¿Se
vela porque no exista maltrato?
El maltrato en el entorno residencial también existe. Por eso
se recomienda que los trabajadores, mujeres generalmente,
reciban una formación adecuada, sean a su vez bien tratadas,
pagadas, y apreciado socialmente su trabajo, y que dispongan
de apoyo sicológico. Se precisa
un control de la Administración
exhaustivo, pero hay que tener
en cuenta también que se necesitan recursos económicos para
poder proporcionar un cuidado
adecuado.
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